Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA)

Marte en la mira

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Existen proyectos de corto mediano y largo plazo para estudiar a Marte, tratar de encontrar rastros de vida allá y eventualmente poblarlo.

Marte es un mundo de roca, similar a la Tierra, perdió su atmósfera debido a un calentamiento global importante que evaporó su atmósfera y subsecuentemente el agua. Ahora la sonda Perseverance está a la mitad de camino que nos separa de ese mundo para posarse en lo que fue el delta, de un río donde se piensa extraer rocas que más tarde se traerán a la Tierra con la esperanza de descubrir restos fósiles.

recreacion marte
Recreación de la zona de Marte donde se posará la sonda “Perseverance”. Uno de sus cráteres era un lago y al lado se encontraba un delta (NASA/JPL).
 sonda Perseverance
Esta imagen muestra el rastro de un antiguo delta marciano. Se distingue con claridad un cráter que lo impactó cuando ya se había secado. Es la región que explorará la sonda Perseverance (NASA/JPL).

Para tratar de imaginar cómo sería la vida o fósiles que se descubran en Marte, son analizados los microorganismos que se desarrollan en sitios con condiciones limítrofes para su desarrollo, como los que habitan cerca de la capa de hielo del Pico de Orizaba o el sitio más seco del mundo en el desierto de Atacama en Chile. En ambos lugares existen depósitos subterráneos de arcilla donde habitan microbios resistentes a bajas temperaturas y cantidades elevadas de sal y baja humedad.

Desierto de Atacama
El Centro de Astrobiología analiza la vida en el sitio más seco del mundo, el Desierto de Atacama en Chile (Fotografía: Alberto Fairén).

Algunas personas se preguntan qué utilidad tiene este tipo de proyectos, por lo que cabe notar que la ciencia desea siempre avanzar en el conocimiento, y no necesariamente producir mejoras para la vida cotidiana. Sin embargo, este tipo de exploraciones ha permitido idear nuevas maneras de enviar señales a larga distancia, para evitar distorsiones. En el futuro, además de recibir señales de radio, emplearemos la luz, combinando ambas. Esta nueva tecnología podrá grabar a los primeros astronautas que lleguen a Marte con mucha mayor nitidez de las que registraron en la llegada de las primeras personas a la Luna. A la larga se espera que esta tecnología se aplique con fines prácticos.

Desde ahora se está intentando cultivar diferentes productos simulando las condiciones de Marte, muy en particular la gravedad menor que la terrestre. El geotropismo de las plantas hace que las raíces crezcan hacia el interior de la Tierra, en cambio, los tallos y hojas crecen donde hay luz. Se emplean simulación de suelo marciano y, por cierto, también lunar, a los que se agregan bacterias y hongos.

Se han logrado cultivar rábanos en condiciones lunares y trigo en marcianas. Aprender a cultivar en condiciones extremas ayudará a descubrir maneras de mantener cultivos terrestres aun cuando continúe de manera acelerada el cambio climático.

cultivo en marte
Cultivo de trigo en una simulación de gravedad y suelo marciano enriquecido (NASA).

Por cierto, la investigación para la elaboración de carne a partir de cultivo de tejidos, que incluye células tanto de tejido magro, grasa, venas y sangre, ha avanzado lo suficiente para producir productos de sabor razonable. Se están empleando impresoras 3D para producir filetes. La idea es que los habitantes de las misiones marcianas puedan consumir carne sin tener que ocuparse de mantener animales vivos. Si algún día se logra generar carne sabrosa de calidad a gran escala mediante cultivo de tejidos, disminuirá el calentamiento global y el trato inhumano al ganado.

En fin, los proyectos marcianos están avanzado en varios frentes y para los científicos resultan por demás interesantes.


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Bolígrafos vs. lápices en la Luna

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Según un mito urbano, durante los preparativos de la NASA para ser los primeros en llegar a la Luna, tuvieron que gastar millones de dólares y varios años de investigación en la creación del bolígrafo anti-gravedad, mientras que los rusos, al enfrentarse al mismo problema, fueron más prácticos: decidieron llevar lápices.


Aprender es descubrir que algo es posible.
Jiddu Krishnamurti (filósofo hindú).

El mito de los bolígrafos espaciales sigue vigente aun cuando se ha desmentido la versión una y otra vez. Por ejemplo, en la revista digital The Space Review, la historia real nos indica que el problema era lo único verídico: no había manera de que la tinta saliera en la Luna por la inexistente gravedad. Por ello, en 1965, los científicos encargaron 34 lápices de grafito a la empresa Tycam Engineering, solicitando la elaboración de una versión ligera, ergonómica e ideal para ser utilizados con guantes. El costo oficial de este lápiz era de $130 USD cada uno, por lo que al presentar las cuentas de la misión espacial se pidió a la NASA que encontraran otra solución.

boligrafos nasa
Imagen: Google Patents.

Dos años después y sin que nadie se lo hubiera solicitado, la empresa Fisher Pen Company diseñó el bolígrafo ideal para los viajes interespaciales, lo presentó a la NASA, quienes luego de hacer las pruebas necesarias, solicitaron 400 piezas. El precio final (con descuento incluido) fue de $2.39 USD cada uno. Al final Rusia, que también realizaba pruebas para llegar a la Luna, solicitó 100 bolígrafos y 1,000 cartuchos de repuesto.

Conclusión: Rusia no usó el lápiz. Compró el mismo bolígrafo.

Cincuenta y tres años después de la historia, siguen hablando del “despilfarro” de recursos y de la forma como se abordan los problemas en un país de primer mundo. ¿Por qué ocurre esto?

Los psicólogos contemporáneos hablan de episodios de memoria selectiva en donde los seres humanos elegimos mantener los recuerdos positivos y defenderlos, “bloqueando” aquellos argumentos débiles o que no estaban dentro de nuestra manera de pensar.

lapiz espacio
Imagen: Pictoline.

Adrián Triglia del Blog Psicología y Mente dedica un artículo entero al tema. Según él, para que la memoria sea considerada “selectiva” debemos encontrarnos en situaciones donde ponemos en riesgo alguna de nuestras creencias, sin embargo, para nuestra mente, el hecho de que esa información haya tenido un impacto sobre nosotros no tiene por qué ser recordado si no ha tenido relevancia directa. Al ser recordado como un episodio vergonzoso o doloroso, los seres humanos nos calmamos minimizando el episodio, con información falsa, distorsionándolo.

Por eso, después de cincuenta y tres años seguimos hablando de los lápices y los bolígrafos en el espacio.

Históricamente, vivimos tiempos únicos no sólo como empresarios, es nuestra gran oportunidad de formar una historia única, llena de creatividad, alcanzando soluciones a la altura de las circunstancias. No hay que ser selectivos en cuanto a lo que está pasando. Recordemos todos y cada uno de los días que nos tocaron, para no olvidar todo lo que tuvimos que hacer (bueno y malo) y, sobre todo, aprendamos.


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Travesía de la galaxia de Sagitario en torno la Vía Láctea

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Las galaxias interactúan entre sí. La Vía Láctea posee 59 galaxias satélites distribuidas en un halo que la rodea, y dado que es la más masiva, sus satélites gravitan en torno suyo. La galaxia satélite de Sagitario ha atravesado el disco de la Vía Láctea en varias ocasiones, en una de ellas comprimió el gas que dio origen al Sistema Solar hace cinco mil millones de años.

La galaxia de Sagitario
La galaxia de Sagitario ha interactuado con la nuestra en al menos en tres ocasiones, en el presente se está incorporada a nuestro conjunto estelar (ESA).

Todas las estrellas se forman dentro de nubes de gas y de polvo. Para que esto suceda la densidad de la nube debe ser elevada, esto se presenta si aumenta la densidad de gas por agregación de varias nubes o por algún evento que comprima el gas. Cuando una galaxia colisiona contra otra, las distancias entre las estrellas son tan grandes que es poco probable que colisionen entre sí. En cambio el gas, que forma nubes de extensiones considerables, se agrega creando nubes mayores o comprimiendo el gas vecino. Esta compresión favorece la formación de estrellas con sus respectivos planetas.

Uno de los aportes más relevantes del satélite astronómico Gaia, bautizado en honor de la mitológica diosa griega de la Tierra, ha sido analizar la órbita de la galaxia de Sagitario y proyectar cómo se trasladó en el pasado y cómo lo hará en el futuro. Los datos que ha arrojado el satélite Gaia revelan las ocasiones en que la galaxia Sagitario atravesó nuestro disco galáctico hace 10 mil millones y 5 mil millones de años, perdiendo parte de sus estrellas y de su gas durante estos procesos. En el segundo encuentro calculado comprimió el gas del disco de la galaxia que dio origen al Sistema Solar. Ahora en el presente la galaxia de Sagitario se está fusionando con la nuestra.

Sagitario no es el único satélite que se encuentra en proceso de integrarse a nuestro conglomerado, entre las Nubes de Magallanes y la Vía Láctea existe la “corriente de magallánica” formada de gas que se está agregando a nuestro sistema estelar. 

satelite gaia
Uno de los satélites astronómicos más exitosos es Gaia que administra la Agencia Espacial Europea. Ha contribuido a la búsqueda de planetas extrasolares y a crear el mejor mapa tridimensional de la galaxia (ESA: European Space Agency).
Monitoreo de la galaxia de Sagitario
Los investigadores han analizado los datos del satélite Gaia y modelado el movimiento de la galaxia de Sagitario, y cómo durante su segundo encuentro hace 5 mil millones de años favoreció la formación del Sistema Solar (ESA).

Las galaxias de gran tamaño como la nuestra, que posee alrededor de 100 mil millones de estrellas, se forman por fusión de galaxias más pequeñas. Así, se estima que la Vía Láctea colisionará contra la galaxia de Andrómeda dentro de 4.5 billones de años. El resultado de esto será la creación de un núcleo con un hoyo negro de miles de millones de estrellas rodeado con una estructura de forma elipsoidal, constituida por las de ambas galaxias, más las nuevas que se generen durante la colisión y compresión de sus respectivas nubes de gas.

galaxia andromeda
Nuestra galaxia se fusionará con la de Andrómeda dentro de 4.5 billones de años, formando una inmensa galaxia elíptica (NASA/ESA).

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Datos abiertos, una ventana a las estrellas

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Hace 51 años, Neil Armstrong pronunció la famosa frase: “un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”, mientras dejaba su huella impresa en el polvo lunar. Tal acontecimiento muestra que, a través de innovaciones científicas y tecnológicas, fuimos capaces de llegar más allá de nuestro mundo.

Para conmemorar las contribuciones de la ciencia y la tecnología espaciales al mejoramiento de la vida humana, y con el objetivo de despertar vocaciones por estas materias, cada año se celebra del 4 al 10 de octubre la Semana Mundial del Espacio, en la que participan gobiernos, instituciones académicas, organizaciones –incluidas agencias espaciales y empresas aeroespaciales–, y la sociedad en general.

¿De qué serviría el estudio del cosmos si no compartiéramos el conocimiento adquirido con los habitantes del planeta y nos resultara cercano? Una manera de socializar dichos saberes y generar otros nuevos es mediante el aprovechamiento de los datos abiertos, los cuales, como sostiene la CEPAL, son un recurso clave para las actividades sociales y comerciales, más aún en la era digital, porque impulsan la innovación.

transparencia datos abiertos
Imagen: Compromiso Empresarial.

La Carta Internacional de Datos Abiertos, los define como los datos digitales que son puestos a disposición de las personas, con las características técnicas y jurídicas necesarias para que puedan ser usados, reutilizados y redistribuidos libremente, en cualquier momento y en cualquier lugar.

Las leyes de transparencia prevén que la información sea facilitada a la ciudadanía en formatos de datos abiertos, los cuales se caracterizan por ser: accesibles, integrales, gratuitos, no discriminatorios, oportunos, permanentes, primarios, legibles por máquinas, en formatos abiertos y de libre uso.

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos de América, mejor conocida como la NASA –por sus siglas en inglés–, que es la agencia gubernamental encargada del programa espacial civil, la investigación aeronáutica y aeroespacial, es una de las principales promotoras de la innovación mediante el uso de datos duros abiertos puestos a disposición, no solamente de científicos, desarrolladores o empleados federales, sino de ciudadanos de a pie.

Así, en el portal Open NASA, es posible encontrar, entre otras cosas, más de 42,000 conjuntos de datos y un repositorio con 555 proyectos. Un ejemplo de la aplicación de la información de dicho sitio es el Proyecto NatEv Explore, por medio del cual, utilizando datos de los satélites de la NASA, se creó una aplicación para explorar la tierra e identificar fenómenos naturales que podrían constituir amenazas potenciales.

Open NASA
Screen shot de “Open NASA”.

La innovación, en términos del BID, se refiere a la transformación de nuevas ideas en soluciones económicas y sociales. Su fomento está previsto como uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.

El aprovechamiento de la información, en específico en formatos abiertos que promueva dicha innovación, nos permite generar nuevos conocimientos, lo que a su vez da lugar a encontrar alternativas para enfrentar problemas mundiales para mejorar nuestra realidad. Los datos abiertos pueden ser una ventana a las estrellas para ampliar nuevos horizontes que nos lleven a lugares inexplorados como en su momento fue aquel gran paso a la Luna.


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Asteroide roza la Tierra y pasa desapercibido por la NASA

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Asteroide pasó rozando la Tierra sin ser captado por la NASA

La NASA no logró detectar un asteroide que pasó rozando la Tierra a unos 3 mil kilómetros. El objeto identificado como ZTF0DxQ tenia el tamaño de un auto.

El asteroide, ahora conocido por los astrónomos como 2020 QG, voló a 2 mil 950 kilómetros de la Tierra el pasado 16 de agosto.

De acuerdo con información de Space.com, citando a representantes de la NASA, se trata del asteroide conocido más cercano que no ha impactado en la Tierra.

El evento resultó ser una sorpresa, ya que nadie lo había esperado. De hecho, el objeto fue detectado por el Observatorio Palomar en San Diego, Estados Unidos, unas 6 horas tras el acercamiento.

“El asteroide se aproximó sin ser detectado desde la dirección del Sol. No notamos su llegada”, dijo a Business Insider Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA. 

El director confirmó que el evento es el “más cercano jamás registrado” si se descartan “unos pocos asteroides que han impactado en nuestro planeta”.

El asteroide, que pasó a una velocidad de 44.440 km/h, mide entre 3 y 6 metros de diámetro. Por lo tanto, no puede considerarse como potencialmente peligroso, puesto que la NASA clasifica como tal cualquier objeto de un tamaño superior a los 150 metros y que se aproxime a la Tierra a menos de 7,5 millones de kilómetros.

¡Y que nos roban la Luna!

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Mientras miles de millones de habitantes de la Tierra se afanan por mantener a raya a un letal y microscópico enemigo, el presidente estadounidense Donald John Trump decidió que lo suyo no es atender la catástrofe sanitaria por COVID-19 de su propio país, sino afirmar el poderío de su nación. Así, el mismo día que los habitantes de Wuhan salían de 11 semanas de riguroso confinamiento, el magnate firmaba la orden que “oficializa” la extracción de recursos naturales de la Luna. ¡Proyectó su geopolítica a 384,400 kilómetros de la Tierra!

Esa patente de corso está en la orden ejecutiva que “Promueve el Apoyo Internacional para la Recuperación y Uso de los Espacios del Espacio”; que atribuye a Estados Unidos el poder de explotar la riqueza mineral, hídrica –principalmente de hielo– y cualquier otra fuente de materiales y minerales de que dispone nuestro satélite.

También, el decreto del 6 de abril desprecia los acuerdos sobre el uso de recursos del espacio que ha firmado la superpotencia, pues dispone que los recursos de la Luna Ya no son vistos como un bien común. A la vez, ordena al ex jefe del espionaje y actual Secretario de Estado, Mike Pompeo, prohibir todo intento, de cualquier otro Estado u organización internacional, para considerar el Tratado de la Luna como reflejo o expresión del derecho internacional consuetudinario.

luna roja

Se trata del pacto de 1979 entre 18 potencias espaciales –sin firma de Estados Unidos–, que rige por el derecho internacional el uso no científico de los recursos espaciales, incluyendo los de la Luna y otros cuerpos celestes en la órbita de la Tierra. De igual forma, viola el vigente Tratado del Espacio Exterior de 1967.

Barack Obama allanó el camino a su predecesor. En 2015, el Congreso aprobó la ley que “autoriza” a compañías y ciudadanos estadounidenses a utilizar los recursos del satélite y los asteroides. Trump sólo confirma la apropiación de nuestro satélite en perjuicio de la Humanidad. 

La decisión del presidente estadounidense, parecería dejar sin alternativas no sólo a sus colegas en el espacio extraterrestre sino sin derecho a la Luna y a los asteroides, a más de siete mil millones de terrícolas. La Luna es el satélite del planeta Tierra, no mina de un puñado de corporaciones urgidas de situar sus trascavos en esa superficie para extraer, frenéticamente, recursos estratégicos para la superpotencia. Los beneficiarios del espacio son, bajo el derecho internacional, del espacio extraterrestre y la sensatez, los habitantes de la Tierra. No es casual que el capitalismo imperial hiciera esta maniobra cuando los Estados enfrentan la pandemia más lesiva de los últimos tiempos.

La prisa del multimillonario-presidente no sólo pretende reafirmar el poder espacial de su país, sino afirmar su presencia armada en el ámbito extraterrestre. Por ello, en febrero de 2019 creó la Fuerza Espacial del Ejército para conducir guerras “donde sea necesario”. Esa directiva de Política Espacial 4 “es un parteaguas militar”, pues es la primera rama que se forma en Estados Unidos desde 1947 cuando se estableció la Fuerza Aérea, describió el asistente del presidente y secretario ejecutivo del Consejo Nacional Espacial, Scott Pace, a The Guardian.

Hubo inmediatas interpretaciones en torno a ese movimiento del muy beligerante mandatario estadounidense. Para algunas potencias espaciales, esa Fuerza trastocaba a fondo la geopolítica del espacio exterior y China lo rechazó al llamarlo “Un paso hacia la militarización del espacio”. 

excavadora en la luna.

El coloso asiático consideró que esa nueva fuerza es una seria violación al consenso internacional sobre el uso pacífico del espacio exterior, mina la estabilidad y el balance estratégico global y supone una amenaza directa a la paz y seguridad del espacio exterior, reportó entonces Common Dreams.

Sin embargo, un Trump obcecado escribió el 13 de mayo de ese año: “Volveremos a la Luna, luego a Marte” y anunció un aumento de 1,600 millones de dólares para retornar al espacio “a lo grande”.

Disgustado por no consumar su codicia, el huésped de la Casa Blanca estalló en junio y criticó a la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) por planear el retorno a la Luna en 2028.

Con todo el dinero que se está gastando, la NASA no debería hablar de ir a la Luna, eso ya lo hicieron hace 50 añosy recomendó enfocarse en cosas más grandes como la Defensa y la Ciencia, incluyendo ir a Marte “del cual la Luna es parte”, escribió en Twitter. 

Ese gran error astronómico, de que la Luna es parte de Marte, recibió miles de comentarios en la red social, que iban desde la incredulidad hasta la sátira. No obstante, el neoyorquino se empeñó en su afán filibustero espacial. 

En marzo, cuando la pandemia de COVID-19 dejaba miles de víctimas en las principales ciudades de Estados Unidos, el vicepresidente Mike Pence decidió que debía actuar. ¡Y apuró a los astronautas para regresar a la Luna ‘el próximo lustro’! aunque ello significaría adelantar tres años el Plan Artemisa de la NASA. Si usted disfrutó de la mágica visión de la preciosa Luna Rosa, atesore ese recuerdo.


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Katherine Johnson, la mujer clave para llegar a la luna

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Katherine Johnson, matemática de la NASA, muere a los 101 años

Hasta 2016, Katherine Johnson era una de esas heroínas invisibles de la historia.

Gracias a los cálculos de esta matemática, un estadounidense pudo darle por primera vez la vuelta a la Tierra desde el espacio y el hombre pudo llegar a la Luna.

Pero sobre todo, ella fue una de las primeras mujeres afroestadounidenses en trabajar como ingeniera en la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, fue recién en 2016, cuando se estrenó la película “Hidden Figures” (Talentos ocultos, en español), que se conoció la verdadera dimensión del aporte de Johnson a la gesta espacial estadounidense.

Por eso su muerte, ocurrida este lunes a los 101 años, no ha pasado desapercibida.

“La familia de NASA lamenta informar que Katherine Johnson murió esta mañana, a los 101 años de edad”, se pudo leer en la cuenta de la agencia en Twitter.

“Ella fue una heroína estadounidense y su legado pionero nunca será olvidado”, añadió la NASA.

Johnson fue condecorada por el presidente de EE.UU. Barack Obama con la medalla presidencial de la libertad, la máxima condecoración civil de ese país.

También recibió una conmovedora ovación a sus 98 años cuando salió al escenario de los premios Oscar de 2017, el año en que “Hidden Figures” fue nominada a mejor película.

Su legado

Su aporte a la NASA, junto al de otras mujeres afroestadounidenses como Dorothy Vaughan y Mary Jackson, fue vital en el rol de “calculadoras” humanas, que se encargaban de llevar a cabo las operaciones matemáticas necesarias para que el hombre pudiera incursionar en el espacio.

Estas calculadoras humanas se encargaban de las ecuaciones y describían cada una de las funciones de las aeronaves, pero no estaban involucradas en la totalidad del proyecto.

Sin embargo, durante años su contribución fue ignorada.

Hasta que Margot Lee Shetterly, escritora e hija de un investigador afroestadounidense del Centro de Investigación Langley de la NASA (LaRC) en Virginia, publicó un libro titulado “Hidden Figures” (traducido al español como “Talentos ocultos”), que detalla el trabajo de estas mujeres cuyos nombres no habían aparecido hasta entonces en las revistas académicas ni en los registros históricos.

Johnson fue pionera en su campo, después de trabajar durante más de 33 años y destacarse por su trabajo en las misiones Mercurio y Apolo, incluida la que concluyó con la llegada del hombre a la Luna en 1969.

Su labor fue la de calcular los trayectos de las naves, una labor que era realizada exclusivamente por blancos.

Ella fue una de las primeras mujeres negras en ser parte de ese grupo de trabajo.

Una de las historias más destacadas sobre Johnson ocurrió en 1962, cuando el astronauta John Glenn, el primer estadounidense en orbitar la Tierra, insistió en que Johnson revisara los cálculos de su viaje alrededor del planeta.

“Él sabía que yo antes había hecho los cálculos de sus viajes y confiaba en mi trabajo”, le dijo Johnson a diario The Washington Post en una entrevista en 2017.

Aunque ella siempre señalaba que “estaba demasiado concentrada en su trabajo para preocuparse por el racismo de la época”, su trabajo fue fundamental para abrir las puertas a otras mujeres y a los afroestadounidenses dentro de la NASA.

“Ella sabía el peso que tenía sobre sus hombros por el solo hecho de ser negra. Pero no se sintió así. Ella se quitó ese peso y se dedicó a trabajar”, explicó Margot Lee Shetterly, la escritora del libro en el que se basó la película que hizo famosa a Johnson más allá de los pasillos de la agencia espacial.

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Determinación de la edad de la Vía Láctea

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Dadas las incertidumbres que llevan algunas mediciones y modelos astronómicos, los investigadores prefieren emplear varios métodos para estimar lo mismo y así tener certeza en sus conclusiones. Por ejemplo, ahora se ha empleado la sismicidad de las estrellas para calcular la edad del disco grueso de la Galaxia; además de determinar la edad por las estrellas que son más comunes en esa región, como el Sol, y por la abundancia de elementos químicos. Todas las mediciones indican que el disco grueso se formó hace 10 mil millones de años.

via lactea
La Galaxia es una estructura de cien mil millones de estrellas de distintas edades. Las más antiguas están en el halo, las más recientes en el disco (Hubble Space Telescope).

Nuestra Galaxia, cuya parte visible es la Vía Láctea, es un conjunto de 100 mil millones de estrellas, cuerpos menores, nubes de gas y de polvos, y un halo de gas incandescente y materia oscura. Lo que vemos es el disco donde se encuentran los brazos espirales y las nubes de formación estelar. Puesto que vivimos dentro del disco grueso, no podemos ver a la galaxia en su conjunto. Se conoce su forma comparándola con otras galaxias y por medio de ondas de radio, que la atraviesan en su totalidad. La Galaxia es el resultado de la fusión de varias galaxias. Incluso hoy en día está en proceso de capturar a la galaxia de Sagitario y en el futuro absorberá a las nubes de Magallanes, dos de sus satélites; incluso en el futuro remoto se fusionará con la galaxia de Andrómeda. Así que determinar la edad no es sencillo, depende de lo que se quiera medir.

De manera muy sencilla, la parte más antigua de nuestra Galaxia es el halo, de gas de alta temperatura, materia oscura y cúmulos de estrellas antiguas. La más joven es el disco delgado, rodeado por un disco grueso que se formó un poco antes.

Estructura de la Galaxia
Estructura de la Galaxia (NASA/Caltech/JPL).

Existen varias formas de calcular la edad de un conglomerado como la Vía Láctea, uno es midiendo la edad de las estrellas más longevas. Otra forma es determinando su composición química; en el universo temprano sólo había dos elementos: el hidrógeno y el helio; el resto se formó mediante las reacciones nucleares en el interior de las estrellas; éstas arrojan los nuevos elementos al espacio durante las etapas finales de su evolución. Entre mayor sea el número de generaciones estelares, mayor será la cantidad de elementos químicos como el oxígeno o el hierro. Se estima que la Vía Láctea comenzó su existencia hace 13,000 millones de años. Recordemos que la expansión cósmica comenzó hace 13,800 millones de años. Ninguna estrella del halo tiene una edad mayor a 13,000 millones de años y las del disco grueso suelen haberse formado hace unos 10,000 millones de años.

Existe la sismicidad estelar, las estrellas generan ondas de presión que las recorren; su análisis permite conocer su estructura interna, así como sucede en la Tierra; donde las ondas sísmicas atraviesan distintas capas que analizar los geofísicos. Ahora con los nuevos datos, se ha estimado que la edad del disco grueso que rodea al que contienen los brazos espirales, es de 10,000 millones de años.

Un aspecto interesante de este descubrimiento es que se emplearon datos del telescopio Kepler para analizar la sismicidad estelar. Este telescopio se diseñó para descubrir planetas extrasolares, mundos de otras estrellas que al pasar frente de ellas absorben parte de su luz y permiten determinar sus diámetros y la composición de su atmósfera. Sin embargo, las observaciones de Kepler son tan precisas que gracias a ellas también pudo medirse con exactitud la sismicidad estelar.


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