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“El diablo en la cruz” del escritor keniano Ngugi wa Thiong’o

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Tras 22 años de exilio, el 14 de agosto del 2004 Ngugi wa Thiong’o y su esposa volvieron a Nairobi. Unos días después, una gavilla de rufianes asaltó su vivienda. A él le quemaron el rostro con cigarrillos encendidos. A ella la violaron.

Tal fue la bienvenida que dio el régimen keniano al mayor escritor bantú contemporáneo.

Aunque poco o nada nos diga su nombre en estas latitudes, Ngugi wa Thiong’o es una de las cumbres de la literatura africana y universal y un ser humano extraordinario. En Kenya sus libros están prohibidos desde que en 1977 el “padre de la patria”, Jomo Kenyatta, y su vicepresidente, Daniel arap Moi, lo encarcelaron y desmantelaron el teatro al aire libre en el que se presentaba su obra Me casaré cuando yo quiera, que habla de la injusticia y la inequidad en aquella nación.

El arresto fue al amparo de un “decreto de seguridad pública”, pues parece que en aquel país el teatro y la literatura son instrumentos de disolución social. Se confirma que en un régimen autoritario –sea nacional, estatal o municipal–, la primera víctima es la inteligencia; la segunda, la verdad.

Parece cuento sobre políticos mexicanos la siguiente anécdota verdadera: apareció un libro de Thiong’o basado en una leyenda kikuyo en la que un luchador social, Matigari, jura alzarse en armas para lograr la independencia del país. Al popularizarse la historia, las autoridades expidieron una orden de aprehensión en contra del “agitador revolucionario Matigari” por conspirar para derrocar al régimen. Podría uno morirse de risa con el chiste de si no fuera por el baño de sangre que provocó la cacería del “revolucionario”.

Ngugi
Fotografía: El país.

Un año el escritor estuvo encerrado y sin juicio. Al salir de prisión supo que había sido destituido de su cátedra en la universidad. Durante los años siguientes él y su familia fueron sistemáticamente hostigados. Pese a la represión, Thiong’o decidió permanecer en su tierra y seguir publicando hasta que las circunstancias lo obligaron a exiliarse en 1982, primero a Inglaterra y después a Estados Unidos.

Al abandonar la cárcel, en una asombrosa y ejemplar decisión, dio un giro a su vida: renunció al inglés, el idioma colonial en el que fue educado; al cristianismo, que fue la religión impuesta; a los valores culturales de Occidente y a su nombre, que hasta entonces había sido James Thiong’o Ngugi.

El fruto de esa decisión fue la primera novela moderna escrita en kikuyu, su idioma materno: Caitaani Muthara-ini (El diablo en la cruz), publicada en 1980, con la que clava definitivamente la tapa del ataúd sobre su pasado colonial. El diablo en la cruz fue escrita en prisión, sobre tiras de papel sanitario. ¿Ecos del Knut Hamsun de Hambre y del Julius Fucik del Reportaje al pie de la horca

“Planteó que la literatura escrita por africanos en un idioma colonial no es literatura africana, sino ‘literatura afro-europea’ y que los escritores deben utilizar su propia lengua para dar a la literatura africana su propia gramática y genealogía”, dice Jennifer Margulis.

En el adiós al inglés que fue su Descolonización del espíritu publicada en 1986, Ngugi conceptúa al idioma como el instrumento que los pueblos tienen no sólo para describir el mundo, sino para comprenderse a sí mismos. Para él, el inglés en África es una “bomba cultural” que acentúa el proceso de borrar la memoria de la cultura e historia precoloniales y un mecanismo eficiente de nuevas e insidiosas formas de dominación.

En palabras de Margulis: “El escribir en kikuyo, entonces, no es sólo una manera de dar voz a las tradiciones kikuyu, sino también de reconocer y comunicar su presente. Ngugi no está interesado primordialmente en la universalidad […] sino en preservar la especificidad de los grupos. En general, Ngugi recuerda que la lengua y la cultura son indivisibles, y que por lo tanto la pérdida de aquélla tiene como consecuencia la pérdida de ésta”.

literatura africana
Imagen: Pinterest.

Este sentimiento puede explicarse mejor con una pequeña muestra de su literatura. En traducción libre mía, un fragmento de “El mártir”, incluido en Literatura africana, edición de Lennart Sörensen de 1971:

De nuevo cantó el búho. ¡Dos veces!
—Una advertencia para ella –pensó Njorege.
Y de nuevo todo su espíritu se inflamó de odio, odio en contra de todos los de piel blanca, los extranjeros que habían desplazado a los verdaderos hijos de la tierra de su hogar sagrado. ¿Acaso no había Dios prometido a Gekoyo que daría toda la tierra al padre de la tribu, a él y a su descendencia? Y ahora toda la tierra había sido arrebatada.

Ngugi wa Thiong’o nació en 1938 en la congregación de Kamiriithu en el distrito Kaimbu, una zona conocida como “la meseta blanca” en la Kenya dominada por los ingleses. Fue el quinto hijo de la tercera de las cuatro esposas de su padre, un agricultor que fue degradado a jornalero a raíz del decreto imperial británico de 1915. Su tribu, los kikuyu, es el mayor grupo étnico de Kenya.

Aquella infancia y adolescencia transcurrida en una suerte de esquizofrenia cultural marcaría la obra de Thiong’o, un kikuyu-africano y occidental-cristiano, educado en una escuela inglesa y en las universidades de Makerere en Kampala (Uganda) y Leeds (Inglaterra). Hombre tribal heredero de una cultura enfrentada al occidente, despojado de su lengua e inserto en el mundo del colonialismo como catedrático en universidades estructuradas conforme al modelo europeo.

Por esa razón sus novelas se nutren del conflicto cultural derivado del papel del cristianismo, la educación en inglés y la creciente opresión de los kikuyus y otros pueblos africanos a manos del colonialismo europeo. De esa época son No llores, criatura, El río que divide y Un grano de trigo.

Ngugi wa
Fotografía: Txalaparta.

Hay otro dato que nos ayuda a entender el ambiente, los personajes y la textura de la obra de Thiong’o: la participación de su familia en la rebelión de los mau mau, el movimiento nacionalista contra el dominio británico provocado por la expropiación de tierras. Su hermano mayor era militante y su madre fue torturada por esa causa. Un hermanastro murió en la campaña.

Un grano de trigo, título que alude al tema bíblico del sacrificio para la resurrección (“a menos que muera un grano de trigo”) es la historia del heroísmo de un hombre y su búsqueda del delator de uno de los dirigentes mau mau. Los hechos tienen lugar en una aldea que es destruida en la guerra, como lo fue el propio pueblo de la familia de Ngugi.

En la vida real, cuando la rebelión fue sofocada en 1956, habían muerto once mil rebeldes, y ochenta mil niños, mujeres y hombres kikuyu estaban en campos de concentración. Además perdieron la vida más de cien europeos y unos dos mil africanos leales a la Pérfida Albión.

En la descripción de la vida de Ngugi encuentro profundas semejanzas con la historia de otro gran escritor africano, apenas ocho años mayor que Thiong’o: el nigeriano Chinua Achebe, también miembro de una tribu dominante, también entregado al cristianismo, también educado en inglés y también recuperado por la fuerza telúrica de su cultura, como si se tratase de una versión inversa del complejo de Anteo. Creo que esto no puede ser una coincidencia, pues ambos fueron producto de sociedades brutalmente colonizadas en donde los invasores pretendieron llevar a cabo la sistemática eliminación de la cultura local, como sucedió en la conquista de México.

Juego de ojos.

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Referencias de la Austeridad Institucional, 3ª Parte

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La austeridad en el gobierno significa alcanzar equilibrios en la sociedad.
El autor.

La austeridad gubernamental se ha convertido en política pública y obligación legal en México. Por lo tanto, requiere de un marco de actuación que le permita cumplir a cabalidad con las premisas que plantea con el fin de constituirse en ejemplo de comportamiento y desempeño para el bien del país.

El asunto es complejo para su implementación. Hay que tener presente que su alcance impacta a todos los sectores de la población y a todas sus actividades. En este artículo me referiré a lo que atañe específicamente a la Administración Pública Federal.

En este espacio hemos expresado que la instrumentación de la austeridad naturalmente radica en gastar menos, pero sobre todo en gastar mejor al ser capaces de establecer prioridades por cada una de las dependencias y entidades; gastar con claridad; gastar con honestidad, y principalmente con productividad social, es decir, aquella apta para integrar, armonizar, organizar el esfuerzo colectivo; aquella que acometa con eficacia la desigualdad y con ello la pobreza y la ignorancia.

productividad y austeridad
Imagen: Fusades.

Así, la productividad social se mide por el trabajo y la seguridad social que tenga la mayoría de la población; por la cantidad y calidad de la educación de niños y jóvenes de ambos sexos; por la salud vinculada a la alimentación; por la vivienda relacionada con la movilidad y la libertad de tránsito; por la confianza que se deposite en las instituciones; por el acceso a la cultura popular, a la tecnología y a las más elevadas expresiones de la civilización.

Todo este conjunto de objetivos se puede diseñar dentro de una ruta de aproximación paulatina y ordenada a partir de que los temas de desarrollo social están sujetos a la disposición suficiente y oportuna de recursos financieros, materiales, humanos y tecnológicos al alcance de un poder político legitimado por todos los flancos: ¿será posible ponderar la posibilidad de convertir los anhelos, esperanzas y decisiones del gobierno en sólidos consensos que permitan la transformación deseada?

Nuestro país no puede darse el lujo de desperdiciar o derrochar los recursos de que dispone. Esto incluye colocar el foco en la distribución de la riqueza pues resulta moral y económicamente insostenible que una minoría la acapare en su mayor parte. El presupuesto público debe velar por el interés general. Para hacerlo ha de erigirse como ícono de austeridad. De ahí que las referencias programáticas-presupuestales se conviertan en anclas de prácticas administrativas con fundamento normativo, racionales, eficientes y eficaces, no sólo para resolver problemas sino particularmente para ofrecer soluciones plausibles.

austeridad y balanza
Imagen: Fisgón Moreno.

La austeridad no está sola, cuenta con una serie de ordenamientos que le permiten ubicarse, evaluarse y corregirse en el camino. Se puede afirmar que la austeridad es una conducta institucional que se practica. Demos un repaso a los referentes aludidos en el título de esta colaboración:

~ La Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos (12 de abril de 2019) tiene la virtud de su brevedad y de la claridad en el mensaje político: “ningún servidor público puede recibir una remuneración mayor a la establecida para el Presidente de la República”, decisión que revela un ingreso digno y suficiente para el servidor público de mayor jerarquía en la República: ¿queremos más claro el mensaje de la austeridad?

~ El famoso Memorándum del 3 de mayo de 2019 que el Presidente de la República dirigiera a los servidores públicos, representa una conjugación de convicciones resumida en la frase de que: “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre…”, un mensaje más de austeridad.

~ El Plan Nacional de Desarrollo, PND (12 de julio 2019), se estructura a través de tres ejes (Política y Gobierno; Política Social, y Economía).  Cada uno se justifica y se ordena.  En esta ocasión interesa concentrarnos en el propósito de Erradicar la corrupción, el dispendio y la frivolidad.  El PND combina ideología con acciones; sitúa a la austeridad como una de las políticas gubernamentales básicas, sustentadora de muchas otras dada la transversalidad que representa.

no a la corrupcion
Imagen: Quinto Poder.

~ El Programa Nacional de Combate a la Corrupción y a la Impunidad, y de Mejora de la Gestión Pública, 2019-2024 (30 de agosto de 2019). Incluye los valores y principios que lo fundamentan. Dentro de ellos destacan la Responsabilidad del Estado para proteger los derechos sociales e individuales; la Racionalidad que debe imprimir a sus acciones y quehaceres cotidianos y extraordinarios, la pulcritud, transparencia y publicidad de sus procederes.  En todo el texto está presente el interés general sobre el particular. Los conceptos clave a lo largo del documento son: la Austeridad Republicana; la Corrupción/Anticorrupción; la Impunidad/Castigo, y por supuesto, la Gestión en la Administración Pública.

~ La Política Nacional Anticorrupción recientemente aprobada en el Sistema Nacional Anticorrupción, en el que sí están representados todos los que deben, dentro de sus múltiples objetivos, destaca el de evitar la arbitrariedad y el abuso de poder y desarrollar un control social para impedir la corrupción. La prioridad 16 fomenta el desarrollo de políticas de transparencia “proactiva” y de “gobierno abierto” que no sólo previene un mal uso de los recursos sino que garantiza con ello practicar la austeridad.

Con este bagaje, se posibilitaba decretar lo que para el Presidente ha sido una constante a lo largo de su carrera política:  implementar la “Austeridad Republicana”, así con este apellido para darle un sentido político y separarlo de lo estrictamente económico, pues la construcción de una República significa promover los equilibrios y en México todavía estamos lejos, pero también cada vez más conscientes de que la desigualdad que nos visita es uno de los males más dañinos para lograr el desarrollo.  En el próximo artículo abordaré la Ley Federal de Austeridad Republicana a fin de detectar aquellos aspectos que llaman la atención para su cumplimiento por parte del gobierno, el cual no puede darse sin el involucramiento de la sociedad organizada en torno a esta obligación estatal para vigilar su cumplimiento.


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¿Y la fiesta por aniversario de la Constitución?

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La Constitución Política es el elemento constitutivo de nuestro patrimonio social, como lo es de cualquier nacionalidad.

Su aniversario se festejaba con bombo y platillo cada 5 de febrero, como corresponde a cualquier historia ejemplar que defienda la identidad y promueva intereses colectivos con los cuales poder construir nuevos cursos de desarrollo.

Dejar de recordar la importancia de la Constitución crea vacíos en la memoria colectiva que no pueden quedar así, y son llenados por otros preceptos y mitos.

Es lo que nos está pasando en México desde que a los gobiernos panistas les pareció que había que dejar que se olvidaran todos los elementos de trascendencia que generó la Revolución mexicana; desde entonces, la celebración del 20 de noviembre son los descuentos comerciales del buen fin y la del 5 de febrero se limita a un largo fin de semana sin memoria.

Festejo de la constitucion

Por desvanecido que esté nuestro Estado de derecho, el abandono de la celebración, ritual de éste y otros hechos y personajes extraordinarios, debilita las creencias colectivas aglutinadoras y hace lejana la percepción de nación de personas, familias y comunidades.

Hace falta creer en algo; las sociedades humanas no toleran la incertidumbre ciega sobre lo que afecta su vida.

El discurso histórico nacional ha estado siempre permeado y al servicio del poder político y de la economía; es una de sus funciones. De ahí su carácter mítico, sus héroes de bronce, pero para que no pierda su carácter aglutinador, tiene que dejar ver las problemáticas sociales del país y los compromisos económicos y políticos con ellas, como fue con la justicia social durante décadas, con todo y su enorme carga demagógica.

Por míticos que se presenten, necesitamos conocer y rememorar la Reforma juarista, el compromiso de inclusión de las reivindicaciones de justicia agraria y laboral en el pacto social convertido en la Constitución de 1917 y el nacionalismo cardenista.

Por eso me parece muy bien la propuesta del López Obrador de volver a celebrar los hechos históricos en la fecha que les corresponde, si además se acompaña de la difusión de los acontecimientos por su significado contemporáneo y utilidad en la construcción de paz y desarrollo.

firma de la constitucion
Fotografía: Criterio Noticias.

En ese propósito es indispensable entender –como parte de nuestra historia contemporánea– la penetración ideológica neoliberal impuesta desde el capitalismo multinacional, que avanza en la universalización y estandarización de creencias diferentes a nuestra idiosincrasia.

A ese fenómeno está dedicado un trabajo colectivo coordinado por Ricardo Pérez Montfort y Ana Paula de Teresa, publicado por la colección “Debate” de Random House bajo el título Cultura en venta $2.99, La razón cultural en el capitalismo contemporáneo.

El libro aborda los mecanismos y efectos de transformación de todos los aspectos de la vida personal, familiar y social que el capitalismo global, multinacional, va teniendo en los sentimientos de pertenencia a un colectivo, ya no de ciudadanos sino de consumidores, no sólo de cosas sino de tradiciones y valores culturales que son deformados en su contenido por la mercadotécnica para adaptarlos al juego de la oferta y la demanda del mercado cultural.

Somos lo que creemos, dice Ortega y Gasset y tiene toda la razón; nuestra originalidad cultural está en nuestra propia historia.


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¿El avión presidencial es surrealista?

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El surrealismo es una tendencia, una forma de manifestación, una filosofía que surge al final de la Primera Guerra Mundial en Europa, especialmente en París, en la que las expresiones se hacen en un sentido metafórico, hiperbólico, que parecen superar a la realidad, o cuando menos lo intentan y que les da una capacidad de representar la realidad de una manera diferente. Surge de una mezcla de corrientes en las que resultan fundamentales las teorías de Freud, de Alfred Jarry, a las que se agregan formas y pensamientos de Jacques Vaché y Guillaume Apollinaire.

Pronto toma un camino independiente y un desarrollo extraordinario, en 1924 André Breton realiza un manifiesto en el que defiende el valor del surrealismo y su fuerza para representar la realidad y trascenderla, lo que empezó siendo un movimiento literario, pronto incluyó a otras disciplinas como la pintura e incluso la cinematografía, estableciéndose como una corriente filosófica. Breton vino a México en 1934 y declaró que nuestro país era un sitio naturalmente surrealista y que la realidad era manifestada frecuentemente de esa manera.

México tuvo muchos y grandes representantes del surrealismo, Rufino Tamayo, David Alfaro Siqueiros, María Izquierdo, son algunos de sus más destacados representantes. Agustín Lazo Adalid fue un surrealista que conjuntó varias disciplinas en su obra, la literatura, la pintura y otras artes plásticas.

Quizá sean más conocidas como representantes del surrealismo mexicano Remedios Varo y Leonora Carrington, quienes no teniendo la nacionalidad mexicana –aunque después la hayan adoptado–, desarrollaron aquí la mayor y más destacada parte de su carrera. Remedios Varo, quien desafortunadamente falleció joven, en sus inicios profesionales realizó trabajos comerciales relacionados con la medicina, y no propiamente artísticos, y que, a propósito, tiene varias obras al respecto.

Buñuel fue un gran representante del surrealismo en el cine; la mayor parte su obra y quizá la más importante la lleva a cabo en México. Ya había hecho el Perro Andaluz, y luego en Europa también filmó Bella de día y Ese oscuro objeto del deseo, entre otras películas con gran éxito artístico y económico pero que quizá no tuvieron ya la fuerza del surrealismo que tuvieron Los olvidados, Un tranvía llamado deseo, El ángel exterminador, Él  o Viridiana, que son el surrealismo puro.

Cuando uno ve Los olvidados o El ángel exterminador, queda impresionado y confundido, y empieza a buscar explicaciones a escenas y situaciones no fáciles de entender o explicar, con Nazarin es aún más complejo porque si bien está basado en una obra de Pérez Galdós,la adaptación a México le da un surrealismo de sumo complicado. Por eso cuando se vuelven a ver estos filmes, siempre surgen nuevas explicaciones, y si uno busca lo que se ha escrito sobre ellas va encontrando diferentes disquisiciones para ellas; a mí siempre me ha quedado la duda si Buñuel no se reía del público que vería sus películas y que incluso se burlaba de sí mismo, un poco lo que quizá también sucedió con Dalí.

Nuestro actual presidente hizo varias promesas de campaña, que fueron ratificadas en su periodo como presidente electo, aunque es posible que ya ejerciera el poder, unas tenían que ver con la seguridad y el desarrollo económico, que no ha podido cumplir, y luego otras con un gran valor simbólico y que le acarrearon aún muchos más simpatizantes; quizá tres reúnan este simbolismo:  1) el cambio de uso de Los Pinos, 2) el cierre de la obra del aeropuerto que se construía en Texcoco y 3) la promesa de usar el avión presidencial, y con ello la venta del que se tenía destinado para ello.

El primer día de su gobierno, Los Pinos ya estaba abierto como un centro cultural y dejaba de ser la residencia oficial; creo que ha tenido éxito y el lugar se va consolidando como un sitio alternativo de cultura. El presidente tiene ahora su residencia en Palacio Nacional, que como quiera ha de ser más bonito, aunque quizá más incómodo. El cierre de las obras del aeropuerto tiene ya su surrealismo, una obra ya iniciada, con avances notables y con un financiamiento resuelto fue cambiada por una obra no iniciada, en un sitio que no se sabe si funcionará y que requiere para ello mantener abierto el actual aeropuerto. Mucho se dice y se escribe al respecto sin llegar nunca a una explicación rotunda, como que los orígenes son metafóricos y suprarreales y, por tanto, por ahí habrá que buscar la explicación.

avion presidencial
Fotografía: Aristegui Noticias.

Creo que lo del avión presidencial sí es surrealista, se canceló su uso y se mandó a valuar a la ONU, esto empieza a ser ya surrealista, ¿por qué la ONU y no a una compañía comercial o manufacturera de aviones? He buscado y no encuentro el área de las Naciones Unidas dedicada a la valuación de bienes inmuebles. Fijaron un precio y se llevó a un lugar especial para ser expuesto, y en su caso probado, no se recibieron ofertas por los 150 millones de dólares en los que ¡la ONU! lo valuó y entonces empezaron a surgir explicaciones para venderlo de otra forma, algunas de ellas dignas de servir de inspiración a las pintoras Varo o Carrington como la compra en moneda virtual, o a cambio de acciones de un parque temático que se construiría en dos o tres años; y por ahí ha ido la cosa.

Hasta que el Señor Presidente dijo que se iba a rifar, al principio no nos lo creíamos pero esto se ha ido consolidando a través de las declaraciones presidenciales y el curso del tiempo. Parece que la rifa es ya una realidad o una suprarrealidad y el avión será rifado. Sus colaboradores deben estar vueltos locos para aterrizar la surrealidad de la decisión presidencial, porque los actos de gobierno no pueden ser surrealistas, como hacer que la Lotería Nacional lo pueda rifar si está creada para dar sólo premios en efectivo, como vender 6,000,000 números (cachitos) de $500.00.

La logística para ello va a ser complejísima y más si el sorteo se quiere hacer el 5 de mayo; además tienen que realizar el milagro de los panes y los peces porque con el dinero que se obtenga no sólo tienen que pagar la deuda que se tiene adquirida por la compra del avión (los tres mil millones de pesos que se podrían obtener de la venta de los cachitos), sino también comprar equipo e insumos médicos porque ya lo anunció su jefe. El súmmum del surrealismo es que ahora al Jefe del Poder Ejecutivo le preocupa que el ganador resulte dañado por obtener tanto dinero de la rifa, por lo que ha propuesto, hasta ahora, dos soluciones: una, que el premio sea puesto en un fideicomiso bancario y se le vaya dando al triunfador poco a poco; y otra, que no haya un solo ganador sino que existan 100 números ganadores y sea menos malo para cada uno de ellos; esto sí ya es un surrealismo conservador.

Quedamos en espera de sorpresas y de nuevas explicaciones como cuando uno ve una película de Buñuel u observa la obra de Remedios Varo y Leonora Carrington.


Lecturas recomendadas:
~ Carlos Barbachano. Buñuel. Salvat Editores. México. 1986.
~ Javier Herrera. Luis Buñuel en su archivo. De Los olvidados a Viridiana. FCE. México. 2015.
~ Masayo Nonaka. Remedios Varo: Los años en México. RM, SA. 2ª Reimpresión. México 2019.


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Naturaleza, innovación, error y negocio: Big Data, la mutación del deporte

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Nunca antes en la historia humana se dispuso de tal cantidad de datos. La huella de los números. La capacidad para procesarlos. El mundo, todo, y en todo, dibujado en trazos que unen unos puntos con otros, establecen marcas, estadísticas, probabilidades. Big Data.

Si la naturaleza humana es errar, se trata de controlar o, al menos, disminuir el riesgo de que ello ocurra en el momento menos oportuno.

La estadística no es una ciencia nueva, eso se sabe. El registro, acumulación, resguardo y relación de unos datos con otros es tan milenaria como la invención de la escritura misma.

De lo pequeño sacar lo máximo. Algo así podría definirse esta disciplina capaz de obtener conclusiones sin necesidad de registrar todos los casos y aun menos de que las cosas sucedan.

En ampliar el resultado obtenido de lo observado y llevado a números y constantes, radica la seducción de esta capacidad para recopilar, procesar, analizar e interpretar lo que de otro modo sólo serían números y más números.

deporte tecnologio
Imagen: Pinterest.

Datos particulares, pues, capaces de desplegarse como fenómenos colectivos en una cuantía suficiente como para establecer conclusiones que, al menos, aparezcan como lógicas; probables, o altamente probables, en el lenguaje de quien opera estadísticamente.

Si por naturaleza asumimos la manera de relacionarse con dos elementos, metáforas, de la propia vida humana: el tiempo y el error, hasta hace poco, al menos, la naturaleza de los deportes era consustancial a ellos mismos.

Así, más allá de la tradicional diferencia entre deportes de conjunto e individuales, la tradición deportiva establecía respecto al tiempo su primera diferencia realmente sustancial.

Deportes sin tiempo límite, el beisbol o el tenis, por ejemplo. Frente a deportes cuyo desarrollo asemeja, en sí mismo, el cronómetro de la vida que corre contra la propia vida. Deportes de tiempo límite. El box, el futbol, tanto soccer como americano, el basquetbol, entre otros.

El tiempo está ahí, se acepta en ambos casos, mas podemos actuar (vivir) a nuestras anchas, se dice en unos deportes; el tiempo es el verdadero enemigo por vencer, el rival es un pretexto, se dice en cambio en los que un conjunto puede no ser capaz de resistir un fatídico último minuto.

En cuanto a la relación con los datos y las estadísticas, también asoman diferencias. De suerte tal que la capacidad, obsesión, genio, ciencia o quiera llamársele a eso que une a los norteamericanos con la recopilación de datos, ha estado presente de manera rotunda en los deportes que eligieron como encarnación de su identidad.

big data y deportes
Imagen: Spindox.

Sin ser norteamericano, por supuesto, pero sí una leyenda en la narración del beisbol, el “Mago” Septién hizo legendarias aquellas libretas, plagadas de datos, que lo acompañaban en toda transmisión.

La intromisión de los registros en números de asistencias, pases certeros, en cambio, a pesar de que de unos años acá se ha vuelto habitual en las transmisiones del todo el mundo, no deja de asomar como una extrañeza cuando no una absoluta inutilidad.

La relación entre tecnología y deporte no es nueva, eso es evidente.

El cambio en los materiales de las pelotas o implementos con los que se juega, aparejado a la variedad de aparatos y cacharros para entrenar, se suman a la cada vez más certera intervención de lo tecnológico en el tema de la medicina del deporte.

 A la mitad del camino entre práctica atlética, espectáculo de masas y negocio audiovisual, los deportes más populares del planeta, particularmente el futbol, son escenario y laboratorio de la omnipresencia tecnológica.

Zapatos, vestimentas, alimentación, por una parte, y repeticiones, sonidos para alertar si un balón entró en la portería, aparatos de intercomunicación, forman parte de un repertorio de recursos tecnológicos que se amplía.

Más allá de lo que suceda en cada cancha, sin embargo, el mayor impacto provendrá, sin duda, de lo que la Big Data traiga consigo. 

deporte tech
Imagen: Pinterest.

Si en algún momento la figura de los visores hizo a algunos de ellos agentes de jugadores legendarios, el desarrollo de tecnologías logrará, como tituló recientemente la Revista Retina, que forma parte del periódico El País, que los algoritmos se lesionen menos y anoten más.

Formar o contratar jugadores o competidores a ciegas, de acuerdo con ello, quedará reservada para los nostálgicos o los no pocos que hacen negocios personales a costa de ilusiones ajenas.

La tecnología, dice Retina, promete cambiar el deporte para siempre: ciencia de datos, telemetría y biometría, inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada para llegar más lejos, más alto, más fuerte (y mucho más inteligente) que nunca.

En esto, empero, como en cualquier otro ámbito, la cuantía de los datos no es el fundamental, por supuesto, sino qué se hace con ellos, de qué manera se insertan en este caso en la naturaleza de cada deporte.

Es decir, como ellos mismos son testigos de la relación indisoluble entre lo humano y el tiempo, y como los datos mismos dan forma a nuevas formas en que el error, igual que la materia, no desaparece sino que se transforma.

En el tiempo y errar, somos datos, sí; pero también más.


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El coronavirus la epidemia. La desinformación la verdadera pandemia

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La primera víctima de la guerra es la verdad.
Esquilo.

El brote epidémico del nuevo coronavirus 2019-nCoV en una provincia de China, ha generado una alarma internacional de vertiginosa expansión que compite en relevancia con la atemorizante propagación del virus que se ha venido difundiendo abundantemente en medios y redes sociales, no necesariamente con veracidad y prudencia.

La detección de esta nueva amenaza a la salud nos tomó por sorpresa. La difusión del paulatino incremento de casos, primero en China y más tarde en algunos otros países produjeron reacciones inmediatas de terror ante la carencia de conocimiento sobre el nuevo germen. La velocidad de las comunicaciones inundó todo tipo de medios con información vaga o difusa, que ha contribuido a una especie de sobredimensionamiento de la real emergencia sanitaria que, sin restar importancia al tema, puede motivar la exageración y la psicosis colectiva, por desconocimiento, simple diversión de los internautas y youtubers o por intenciones específicas de desinformación.

epidemia
Imagen: Slashgear.

Las acciones inmediatas de contención de la enfermedad para evitar su expansión son evidentes: aislamiento de las zonas en que el contagio ha sido detectado, construcción de hospitales, investigación biológica a todo vapor, cancelación de vuelos y viajes, detección de potenciales transmisores, cuarentenas y otras medidas preventivas. Pero tales medidas, también han dado aliento a la manipulación informativa y a la especulación que puede conllevar efectos más nocivos que los que se pretende contener, en los ambientes, ya no sólo de la salud, sino particularmente en el político, económico y social.

La abundante difusión de rumores y noticias falsas en torno al coronavirus y los efectos que pueden tener en el ánimo de la sociedad y en los propios gobiernos a nivel global, obliga a dimensionar objetivamente la magnitud del problema y tomar medidas preventivas y activas basadas en información certera, corroborada y con orientación científica.

Con esta visión y reconociendo que “La difusión de rumores e informaciones inexactas es un fenómeno real con el que hay que lidiar desde el principio”, Sylvie Briand, directora del área de preparación para urgencias infecciosas de la Organización Mundial de la Salud, ha actualizado las cifras sobre los casos detectados, alrededor del globo hasta hace un par de días, contabilizando 20,603, de los cuales 20,471 se ubicarían en China, con el registro de 425 decesos. Un fallecimiento más se registró en Filipinas y otro en Hong Kong. En el resto del mundo, según la información de la OMS, se identificaron casos de contagio en 23 países, sin estar incluido alguno en Latinoamérica ni África.

pandemia mediatica
Imagen: Shutterstock.

Desde luego que la expansión del contagio es posible, pero los datos revelados por Briand colocan en una dimensión menos caótica la realidad de la que califica como una epidemia y no una pandemia como se ha difundido, sin pretender, desde luego, banalizar la seriedad del asunto.

Vista de este modo, parece que la real pandemia está en los medios y particularmente en las inquietas, expansivas y no pocas veces irreverentes redes sociales, a través de las cuales, eso sí, se viraliza cualquier tema, con suma velocidad y no siempre con prudencia y responsabilidad.

La mejor manera de lograr una comprensión razonable y adoptar las medidas propias para evitar que el contagio se expanda a niveles alarmantes es la información objetiva y la difusión de las recomendaciones pertinentes por parte de las entidades expertas.


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Tommaso Buscetta y Genaro García Luna

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A Sergio Aguayo, #YoConAguayo.

A mediados de la década de los ochenta, Tommaso Buscetta, un mafioso siciliano miembro de la Cosa Nostra, se convirtió en el primer pentito. Buscetta fue el primer “arrepentido” en confesar su membresía a la mafia y explicar su funcionamiento. Aunque en estricto sentido no fue el primero –pues ya habían casos de mafiosos confesos en décadas anteriores–, el testimonio de Buscetta sí fue el primero que se registró judicialmente. Además, lo hizo en un momento determinante de la historia reciente siciliana: en medio del Maxiproceso, es decir, el juicio más grande contra la mafia jamás visto en la isla italiana. Las palabras de Buscetta fueron un terremoto. No sólo confesó que la mafia efectivamente existía en un momento en el que, todavía, había voces que decían que aquello no era sino un mito. También le permitió a los jueces a cargo del Maxiproceso reconstruir el entramado de redes y relaciones para entender qué era la mafia.

Ello dio las bases para construir el famoso teorema Buscetta con el que se pudo conocer cómo funcionaba aquel grupo criminal y, por tanto, cómo debilitarlo. En pleno 2020, de este lado del continente, ¿cuál es el potencial que el caso García Luna tiene para construir conocimiento sobre el fenómeno criminal mexicano y en general de la región? En otras palabras, ¿qué conocimiento puede generar el juicio que enfrenta el exfuncionario? El caso de García Luna nos retrae justificadamente hacia un periodo crucial: el gobierno de Felipe Calderón y la famosa estrategia de la guerra contra el narcotráfico. Aunque no todo empezó ni terminó ahí, a este periodo que está razonablemente bien explicado le faltan piezas para terminar de entender su relevancia, impacto y consecuencias –y, sobre todo, lecciones de errores que la política pública no debe repetir–.

Izquierda: Genaro García Luna; derecha: Tommaso Buscetta.

La hipotética acusación de García Luna es pieza fundamental para terminar de entender qué pasó y cómo pasó, aunque también podría hacerlo su hipotética inocencia. Puesto de otra manera, los analistas del fenómeno de violencia criminal invariablemente incorporarán este elemento al análisis de esta coyuntura. A partir de ahí, se enfilarán nuevas rutas de entendimiento. Es un ejercicio indispensable. Sin embargo, por otro lado, la discusión sobre la situación actual en materia de violencia, delincuencia, criminalidad e ilegalidad corre el riesgo de quedar distraída, dispersa y confundida. Necesitamos construir las dos explicaciones, y este ejercicio debe realizarse simultáneamente. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha usado y abusado la referencia al pasado para explicar los niveles actuales de violencia. No es descabellado, pero realiza una conexión inmediata y lógica que no es tan lógica ni, mucho menos, inmediata.

En buena medida, la actual falta de estrategia se explica por la carencia de diagnóstico. Para saber qué hacer, necesitamos saber qué pasa en el país. El caso Buscetta terminó por ser la bisagra que enlazó un diagnóstico afinado, con la eficiencia de una acción judicial certera, eficiente y relativamente perdurable. Permitió reconocer de qué se estaba hablando y en qué términos. El caso García Luna puede sentar las bases para profundizar el entendimiento de lo que pasó en el muy reciente pasado mexicano, el mismo que alimenta el presente.

Por ejemplo, en construir un hipotético teorema García Luna. Cualquiera que sea el resultado del juicio, éste arrojará información que deberá incorporarse para construir conocimiento. Y luego, ese conocimiento deberá utilizarse para diseñar más y mejores estrategias que reduzcan los estragos de la violencia criminal. Ambos flancos deberán analizarse. Ya después será responsabilidad de quien gobierna tomar en cuenta ese conocimiento para diseñar estrategias que atiendan la crisis del presente.


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¿Cosa de mujeres?

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La página gris de la computadora que me reta a escribir una nueva nota para publicar en El Semanario, me motiva hoy a hacerlo sobre el creciente relato asociado a la moda. En los recientes salones en París que presentan las colecciones del verano, llama la atención el empoderamiento de lo considerado tradicionalmente como femenino en la moda masculina.

Las largas y variadísimas chemises de algodón con pequeñas costuras que ciñen a nivel del pecho para resolverse más tarde por el peso de una caída en holanes vaporosos hasta el nivel medio del bíceps femoral, reminiscencias de vestidos infantiles de niña de los años cincuenta, son claras en las colecciones mas vanguardistas de este año y que extreman y diluyen el género, y acentúan una masculinidad revisada.

Otra forma de verlos es como si se tratase de blancos batones de bautizo bordados con seda del mismo color. Crepés, plisados collares de perlas, maquillajes. Los modelos que los portan inauguran también una nueva forma de representación del male-self. En Nueva York y San Francisco, en México a veces, en Berlín y París son cada vez más cotidianas estas referencias. No sorprende mirar ya en la calle a perchas masculinas ufanas llevando con soltura éstas y otras prendas de orientación esquemática y reductoramente femenina.

No son travestidos sino vestidos portados, en ocasiones, con elegancia nueva por hombres heterosexuales que se abrogan con indulgencia el gusto por estos diseños que no dejan de ser todavía provocadores y que, sin duda, están a la búsqueda de la construcción de una nueva estética masculina, rompiendo con lo tradicionalmente considerado como femenino.

Quizá, en algún lugar, esté el ejercicio de responder dialogando entre iguales al porte del traje sastre, del terno italiano llevado con garbo por mujeres ufanas e independientes, trabajadoras y profesionales, desde los años 30 y 40.

“¿Qué vestido te vas a poner esta noche para el cocktail en el banco?”, podrá en algún tiempo decirse entre amigos varones independientemente de sus preferencias sexuales, iremos encontrando nuevos atrevimientos y las prendas dejarán de diseñarse sólo para cuerpos esculturales y conquistarán etaria y corpóreamente toda la masculinidad.

Los postmillenials de la generación alfa, no quieren que se regale a sus hijes nada que pueda connotarlos como niña o niño antes que ellos mismos, independientemente de su biología, hayan decidido sana, voluntaria y expresivamente su género.

Lo femenino está en todas las discusiones políticas, sociales, intelectuales, artísticas, científicas. Se quiera o no, se acepte o inhiba, hay hoy un nuevo orden de los géneros, al que resulta insuficiente el cada vez más ampliado acrónimo LGBT+.

Ya se trate de la joven primera ministra finlandesa, Sanna Marin, y su gabinete mayoritariamente femenino, de la patrona senegalesa del masculino futbol Fatma Samoura, de las innumerables primeras ministras y alcaldesas, comenzando por la gobernante de una de las tres ciudades más pobladas del mundo, la mexicana Claudia Sheinbaum, en la industria las cada vez más poderosas mujeres, en la ciencia las inspiradas por Marie Curie y galardonadas con el L’Oreal-UNESCO, en lo asociativo y la lucha por la sostenibilidad, Greta Thunberg, la más joven sin duda, la cada día más poderosa representante demócrata Alejandra Ocasio Cortes (AOC) o de la Alcaldesa de Bogotá Claudia López, cuyas preferencias sexuales no le impidieron una significativa victoria en la literatura; constituyen todas ellas, muy elocuentes ejemplos inspiradores.

La lucha femenina no lo es más, no en los mismos términos que cuando nos motivaba Susan Sontag en los años 70, cuando las entonces sí feministas se liberaron del sostén. No hay hoy deporte, ciencia, industria, materia cualquiera, donde el mundo no sienta una intervención refrescante de lo femenino.

En los 90, Frei Betto, ese sacerdote brasileño que supo reunir en sus homilías a más de un millón de brasileños, escribió una nota para su momento incendiaria y que le mantuvo al borde de la excomunión “Mi yo mujer”.

Tenemos como humanidad en este orden un largo camino por recorrer, pero la ruta es hoy más larga para los hombres que nos hemos rezagado en la presentación de nuestra identidad en la vida cotidiana, nos anquilosamos con las formas decimonónicas algunas, o del gran siglo otras de la cortesía galante y el manierismo sin fondo.

Años, décadas, eras, de machismo, están abriendo las puertas a un nuevo matriarcado. Pero no debemos los hombres descansar en él para recibirlo pasivamente y esperar un paradigma nuevo de dominación.

Podemos vestirnos con prendas connotadas como femeninas si el gusto nos lleva a ello, pero sin dejar de reconocer e inspirarnos de nuestra genética, nuestra biología, sociedad y cultura. El me too no debe inhibir nuestra especificidad erótica, pero sí reflexionarla, desde la óptica de la alteridad, no, es no y sí, es una corresponsabilidad. Las nuevas generaciones serán guía para entender las implicaciones éticas, morales, incluso, de las formas de asumir la sexualidad y sus relatos asociados.

cosa de mujeres
Imagen: The New York Times.

Reaprender la identidad de género a través de la observación y la reflexión deberá llevarnos a un estadio más emancipado de humanidad. La generalmente secular y anquilosada iglesia católica está dando un ejemplo importante con lo acordado, a poco en el sínodo amazónico en relación con la posibilidad, para en algunos casos, para que los sacerdotes puedan contraer matrimonio.

Hombres que llevan el estandarte de amazonas, vestales y mujeres que defienden su feminidad desde la templanza y el orgullo. La sexualidad decidida sin atavismos es propia de una humanidad ansiada de nuevas hibridaciones que expresen intersticios de libertad. Es la sexualidad, quizá, la que pueda políticamente oponerse a los neo-nativismos postcoloniales europeos señalados por Piketty, tan refractarios a la migración y que, sin embargo, se hacen cada vez más cercanos a los poderes hegemónicos de nuevas oligarquías racistas y mutiladoras de la identidad.

Es cierto lo que expresa el filósofo y teólogo protestante Olivier Abel, en entrevista exclusiva para el periódico católico La croix: debemos conducirnos hacia una hospitalidad narrativa donde cada uno se sienta libre de contarse y dar al mismo tiempo, lugar a otros relatos.

Poner a la moda la tolerancia, la inclusión, el diálogo, el afán de alteridades, la igualdad de posiciones y de géneros es dejar que lo humano avance y se decante, sin prisas, sin pausas.


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