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¿Estaremos preparados para el coronavirus?

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En medio del atropello del día a día con los cambios climáticos, sociales, políticos y económicos que estamos experimentando en esta última década, se suma una nueva mutación viral, el coronavirus, que nos pone al filo de nuestro conocimiento para controlarlo. ¿Sabes por qué sucede y si esto terminará en pandemia?

En el Imperio romano se presentaron tres episodios de pandemias muy serias, en la época de Tito Flavio Vespasiano (alrededor de los 80 d. C.), la peste galénica o también conocida peste antonina (165-180 d.C.) que fue una pandemia de viruela, y la peste negra o bubónica del imperio romano de Oriente (imperio bizantino), en la época de Justiniano en el 541. Casi un siglo después apareció otra pandemia, la peste negra en 1346, la cual se calcula que provocó la muerte de casi tres cuartas partes de la población europea.

La conclusión es evidente: de igual forma entre las personas que comen lo mismo, que unas se enferman y otras no, hay quienes pueden destruir a las bacterias que las invaden y otras sucumben a ellas. En una oficina cerrada puede haber seis personas con resfriado y cuatro sanas. ¿No se han contagiado las sanas o sus sistemas inmunológicos han frenado o eliminado la enfermedad antes de que se presenten los síntomas?

pandemia de viruela
Imagen: Wikimedia.

Los virus son similares a un código en un software de computadora: son secuencias de instrucciones para ensamblar proteínas, semejantes a los que cada ser vivo porta en sus cadenas de ADN. No son buenos ni malos ya que son elementos de la naturaleza y tienen un fin específico. Inclusive nuestro cuerpo está preparado para convivir, o si es necesario, contrarrestar cualquier “guerra” contra ellos. Ésa es la principal función de nuestro sistema inmunológico.

El reto que hoy tenemos es que durante el proceso de evolución inconsciente del ser humano, hemos creado un entorno que provee de diferentes “venenos” para nuestro cuerpo. Hemos puesto sustancias a nuestras comidas para mejorar su sabor. Engordamos a los animales y los ayudamos a crecer más rápido con sustancias químicas. Generamos hábitos de consumo de alimentos que no permiten ser procesados en tiempo y forma por nuestro cuerpo. Todo esto pone en un complejo estado de guerra a nuestro sistema inmunológico en el día a día.

También le podemos sumar nuestro estado de ánimo en medio del estrés que nos autogeneramos, y que en tales condiciones produce cortisol, el cual interviene en la regulación del sistema inmunitario, lo que puede constituir una ventaja al estimularlo para que reaccione mejor ante una situación de riesgo. Sin embargo, con el paso del tiempo las hormonas del estrés debilitan nuestras defensas y disminuyen la capacidad del organismo para combatir patógenos externos. Por esta razón, las personas estresadas son más propensas a contraer infecciones virales como la gripe o el catarro, y pueden tardar más en recuperarse de una enfermedad o lesión.

coronavirus
Imagen: Freepik.

Cuando no estamos dispuestos a tomar consciencia de nuestros conflictos, asumirlos y buscar solución, ellos pasan al plano físico y se manifiestan como una enfermedad. Eso significa que lo que pensamos y la manera en que generamos las emociones en nuestro cuerpo, son la fuente de la mayoría de nuestras enfermedades. Sucede directamente cuando es autogenerada e indirectamente cuando mantenemos a nuestro sistema inmunológico ocupado y no puede atender un nuevo virus o la bacteria que se presenta.

Mientras se encuentra una solución para la cura del coronavirus, que ya ha puesto en cuarentena a tres ciudades en China y en alerta a las instituciones de salud en los principales países, podemos empezar por atendernos de manera individual. Entrar en un proceso de observación y preguntarnos: ¿qué estoy sintiendo en mi interior?, ¿qué pensamientos recurrentes me generan ansiedad o me preocupan?, ¿mi mente está en el pasado o en el futuro por mucho tiempo?, ¿cómo me estoy alimentando?, ¿qué porcentaje del día estoy realmente en paz?

Responderlas conscientemente nos dará una foto de dónde nos encontramos y podremos observar los cambios necesarios para disminuir el estrés y los estados de ánimo dañinos que ponen en jaque a nuestro sistema inmunológico. Habrá que aprender a perdonar y perdonarse, así como fortalecer el amor a nosotros mismos. Es momento de pasar de un aprendizaje inconsciente, hacia una evolución consciente del ser humano. ¿Estás listo para salir inmune de una posible pandemia?


Mercaderes de la muerte

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Los más letales instrumentos de exterminio no están en los arsenales nucleares de las grandes potencias sino en las calles de las ciudades, en las zonas de conflicto de “baja intensidad” y en los feudos de los señores de la guerra: 550 millones de armas “ligeras”, una por cada 12 habitantes del planeta.

Medio millón de seres humanos mueren cada año a causa de balas de calibre de pequeño a moderado. La inmensa mayoría de estas víctimas son civiles. En algunas regiones del mundo quienes disparan esos proyectiles son niños de entre 10 y 15 años.

México ya forma parte de esas “regiones del mundo”: hace unos días en Torreón, un niño de once años asesinó a una maestra, hirió a compañeros y se suicidó; en enero de 2017, un adolescente regiomontano balaceó a profesores y alumnos antes de quitarse la vida. Además de las razones que convirtieron en asesinos a estos chamacos, queda al descubierto la creciente facilidad para obtener artefactos letales.

El tráfico de armas es una industria que rivaliza con el comercio internacional de drogas. Así como los cárteles no escatiman energía e imaginación para ampliar su base de consumidores, los proveedores de armamentos tienen como meta pertrechar a tantos seres humanos como sea posible.

armas
Ilustración: David Perón.

El movimiento de los arsenales es muy complejo. Comienza bajo la forma de exportaciones legales en los países productores (Estados Unidos, China, Israel, Rusia y otras naciones del ex bloque soviético y de Europa) y se inserta en una red cuasi legal de comercio que desemboca en los mercados “legales” y “negros” del planeta. El mecanismo que abastece a los talibanes en Asia, a los tutsis y hutus en África y a los cárteles en México, Centro y Sudamérica, es el mismo que facilita un AK47 “cuerno de chivo” en Tepito a quien pueda entregar 1,500 dólares en efectivo.

El mercado de armas representa ingresos de cientos de millones de dólares para los fabricantes y de miles de millones para los traficantes. ¿Cómo creer los encendidos discursos de los representantes del primer mundo a favor de los derechos humanos en los foros internacionales, cuando son los países que representan los principales fabricantes de pistolas, ametralladoras, rifles, escopetas y otros instrumentos de muerte?

Hay estados que con una mano entregan ayuda a la Cruz Roja Internacional y al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, y con la otra, tecnología y licencias de fabricación de armas a pujantes industrias del tercer mundo. “Mientras escribo, seres humanos altamente civilizados vuelan sobre mí con la intención de matarme”, apuntó George Orwell en El león y el unicornio.

En el mercado doméstico de Estados Unidos, casi cualquier persona puede adquirir un arma en tiendas o por Internet. Y hasta hace poco, las balas se vendían en los supermercados a poca distancia de las jaleas, la leche y las verduras.

Psicópatas gringos que masacraron a compradores en centros comerciales, a comensales en locales de venta de hamburguesas, a estudiantes en escuelas o a creyentes de sectas religiosas, probablemente compraron “legalmente” las armas y las municiones.

Algunos las adquirieron a crédito y no las terminaron de pagar. Y mientras la sociedad yanqui llora a sus muertos, los asesinos son defendidos por otros psicópatas agrupados en una llamada “Asociación Nacional del Rifle”, muy temida en Washington por su capacidad de cabildeo y cortejada por una pléyade de políticos crónicamente necesitados de fondos electorales. Apunto que entre los militantes de tal asociación, también se encuentran los mejores amigos de Mr. Trump, de funcionarios del gobierno y de representantes populares.

armamento y ninos
Ilustración: Luis Quiles

El mercado de las armas obedece a las mismas leyes económicas que, digamos, el mercado internacional de chatarra. Los fabricantes venden su mercancía a exportadores “legales” (me resisto a utilizar el término “legítimos”). Estos los entregan a la red de mayoristas, medio mayoristas y minoristas que surte tanto a los clientes “naturales” –a quienes se expedirá factura (ejércitos, corporaciones de seguridad pública)–, como a los “pardos” –que recibirán los cargamentos con guías de aduana falsificadas en recónditos puertos–.

Pero llega un momento en que los clientes “naturales” se encuentran con un exceso de mercancía en las manos, como sucedió después de la guerra en los Balcanes y a la caída de la cortina de hierro, y entonces esa mercancía reingresa al circuito económico de la misma manera que los autos robados y presiona los precios a la baja. Eso explica que en África oriental los ejércitos de niños estén dotados con rifles de asalto Kalashnikov nuevecitos; y también explica el surgimiento de una red de comercio especializada en abastecer a las pandillas criminales en todo el mundo. Entiéndase, no a terroristas o a traficantes de droga o a movimientos de liberación, que tienen sus propios marchantes, sino a los asaltabancos, a los secuestradores, a los piratas y a los papás de niños asesinos.

Y si a usted le parece que esto es diabólico, permítame decirle que hay otras ramificaciones de este comercio execrable: la producción y distribución del “gran” armamento: aviones, barcos, submarinos, cañones y misiles, así como la fabricación de las “minas antipersonal” que han desfigurado a cientos de miles de seres humanos, principalmente niños y niñas, en muchas partes del mundo.

Juego de ojos.

Consumo de arroz dorado transgénico

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México importa más del 80% de arroz que consumimos, procedente de Asia, pero ahora Bangladesh comenzará a cultivar “arroz dorado” con semillas transgénicas adicionadas con vitamina A. De manera que México comenzará a consumir más arroz genéticamente modificado, ya sea a través de granos o de alimentos procesados. Por eso nosotros deberíamos impulsar el estudio de semillas transgénicas más adecuadas a nuestras necesidades.

En Bangladesh, gran parte de la alimentación es el arroz, pero éste carece de vitamina A, o del pigmento beta-caroteno (β-caroteno) que es la fuente principal de esta vitamina, lo cual  implica que el 21% de los niños tengan sistemas inmunes deficientes y un porcentaje significativo padezca ceguera.

En 1990 dos científicos alemanes, Ingo Potrykus y Peter Beyer, modificaron genéticamente el arroz blanco para adicionarle vitamina A. Por nombrar un ejemplo, alimentos como las zanahorias son ricas en esta vitamina, de allí su color naranja brillante y que el nuevo arroz sea de color dorado. Las personas de Bangladesh que adicionan a su alimentación los camotes amarillos, sustituyen la falta de vitamina A. En el caso del arroz dorado, se modificó la ausencia de este nutriente agregándole genes ¡del maíz! que le dan el hermoso color que lo caracteriza.

arroz dorado y arroz blanco
Arroz blanco y arroz dorado, rico en betacaroteno (International Rice Research Institute).

Antes de acreditar su masificación, el Instituto de Investigación del Arroz de Bangladesh probó su cultivo para garantizar que no tuviera efectos nocivos para la salud y contuviera los nutrientes del arroz blanco, sumado a la vitamina A asimilable. Por su parte, los detractores del arroz dorado argumentan que si, además de arroz, los habitantes de Bangladesh comieran espinacas u otros alimentos ricos en vitamina A, no sería necesario sembrar este tipo de arroz, ya que se corre el peligro de convertirse en una hierba.

Es una lástima que en México no exista apoyo serio para la bioingeniería, y por supuesto que con la supervisión constante de comisiones revisoras. El calentamiento global está aquí para quedarse. Somos demasiados y los recursos naturales no alcanzan. En México aumentarán las sequías y se extenderán los desiertos. Si hiciéramos investigación para mejorar el maíz, de tal suerte que fuera más resistente a la falta de agua y a la salinidad del suelo, podríamos ser un país más independiente. Los campesinos tendrían la posibilidad de contar con semillas acordes a las condiciones que se avecinan: inundaciones o sequías, nuevas enfermedades y plagas. Desde luego, habría que asegurarse de que las semillas genéticamente modificadas no puedan perjudicar a quienes las consumimos.

Sin duda pienso que es mejor mantener la biodiversidad, analizar las bacterias fijadoras de nitrógeno y los nutrientes que se requieren para cada tipo y suelo. Soy consciente que los tiempos de la ciencia son largos. El calentamiento global tendrá impactos importantes en una década, y la biotecnología disminuye el tiempo de adaptación de los cultivos a condiciones cambiantes.

Comienzo desde el estado de Zacatecas

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Comenzar el año con nuevos retos siempre es importante, pero escribir en El Semanario, es desde luego un desafío intelectual, de disciplina, pero sobre todo, un ejercicio que pone a prueba las habilidades (o la falta de ellas) de comunicación; lograr describir el acontecer de Zacatecas con una visión objetiva, no es tarea sencilla. Sin duda, es un ejercicio que implicará gran esfuerzo, porque se busca comentar los sucesos tanto locales con visión nacional, como los nacionales con visión local y sus diversos efectos; intentar trasmitir la visión de lo que en la Ciudad de México denominan provincia o interior del país, implicará hacer de esta labor una sólida comunicación ciudadana y de ahí nuestro título: “Y así dijera mi compadre…” , tratando de guardar el sabor coloquial y provinciano que existe en Zacatecas y de cómo nos afectan los sucesos cotidianos a partir de las decisiones que se toman desde allá, la capital, o como dijera mi compadre, “la capirucha”.

La intención, entonces, será guardar un lenguaje parroquiano (así dijera mi compadre), con el propósito de encontrar los vínculos en la diversidad cultural de nuestro país, enfocándonos en los temas que se consideran de actualidad, o de relevancia para los ciudadanos zacatecanos, desde los programas sociales y sus implementaciones, hasta eventos locales que podrían tener interés nacional.

La participación en la búsqueda de conectar estas dos visiones de país nos permitirá empaparnos de los aconteceres de Zacatecas porque siempre hemos tenido un efecto en grandes temas nacionales (eso dijera mi compadre y muchos de por acá), ya que cualquier decisión tomada además de repercutir en el Estado, también, en la misma proporción, tiene incidencia en los habitantes de otras ciudades o la Ciudad de México.

vision de estado
Imagen: Panorama Cultural.

Para los ciudadanos que estamos lejos de la capital siempre es importante que los habitantes de la misma y los tomadores de decisiones sepan que, si bien los efectos no son inmediatos, sí tienen gran impacto y no como sucede en “la gran ciudad”, que al estar tan juntos pero tan distantes, no se aprecian ni son comunicados esos efectos en algún sentido, ni de los políticos hacia sus gobernados, ni de los ciudadanos hacia sus políticos, quedando sólo el voto como único canal de comunicación y dejando de lado la construcción de la ciudadanía en lo que debiera ser el paso inicial y sin la posibilidad real de una comunicación efectiva.

Lo anterior es distinto en Zacatecas, aquí existe mucha comunicación en redes, medios o a nivel personal, pero “extrañamente” el efecto es el mismo en los políticos: “no responden a esta comunicación”, lo cual nos obligan a implementar canales permanentes de participación ciudadana y burocráticos que hacen que se difumine la participación ciudadana en la actividad política, obligando a confundir ese trabajo.

capital de Zacatecas
Vista de Zacatecas (Fotografía: food and travel).

Parte de la intención con esta columna será comentar cómo se presentan estos ejercicios y la reacción de ambas partes. Así, en la medida en que entendamos que nos necesitamos mutuamente, es como nuestro país y entorno cambiará eficaz y positivamente, siempre entendiendo que las grandes transformaciones en toda sociedad son impulsadas por la participación ciudadana, nunca así por el interés “particular” de los burócratas.

Agradezco la oportunidad de trasmitir esta visión desde Zacatecas, esperamos enriquecer el debate y, principalmente, que nos ayude a tender lazos de comunicación entre todos los ciudadanos. Tanta ciudadanía cuanto sea posible, tanto gobierno cuanto sea necesario.

Mayor inversión en Salud para los mexicanos

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Entre los muchos rubros presupuestales que tiene un gobierno, están los de educación y los de salud, los cuales me parece que no deberían considerarse como gasto sino como inversión, no hay duda de que los cambios trascendentales sólo se pueden alcanzar a través de mejorar el nivel educativo, especialmente en los niños, y aunque los cambios vendrán a mediano y largo plazo, es una de las pocas formas de aspirar a un futuro mejor como sociedad. El presupuesto en salud también como una inversión y no como un gasto, si bien es una obligación del Estado procurar servicios de salud, el conseguir que la población se mantenga en las mejores condiciones además condiciona que tengan una mejor y mayor productividad que es el inicio de un circulo virtuoso.

Mucho se ha hablado, con el inicio de las funciones del INSABI, de la atención universal y gratuita de toda la población mexicana que no tiene Seguridad Social, decíamos en la nota de la semana pasada que indudablemente es una utopía y que a las utopías hay que perseguirlas pero desde la realidad. El Seguro Popular quedó desmantelado, pero además se le ha intentado desprestigiar, desde luego que era incompleto, era un sistema de financiamiento, no de atención, brindaba apoyo a todos los padecimientos; estaba planeado para cubrir diferentes situaciones de quienes tenían suficiencia presupuestal. Venía acompañado de una descentralización de los servicios de salud a las entidades federativas.

Es posible que se hayan cometido faltas, quizás graves o muy graves, pero muchas de las que se han comentado no tienen sustento, cuando menos suficientemente. Esto ha sido la justificación para que los servicios hayan sido centralizados, aunque algunos Estados no han aceptado y el proceso se encuentra en negociaciones, aunque es muy probable que el programa sea plenamente instalado. Mucho se ha hablado de que se busca servicio como el que existe en Noruega, Suecia, Canadá, Reino Unido o España; como si eso fuera posible sólo con buenas intenciones, organización, y muchas acciones políticas.

Para proporcionar atención médica, establecer medidas preventivas de salud, y acciones de promoción de la misma, se requiere dinero. Las medidas terapéuticas van siendo cada vez más eficientes pero cada vez más costosas. Llevarlas a toda la población exige una inversión sumamente elevada; las medidas preventivas exigen también cubrir gastos muy cuantiosos y que además son crecientes porque la población aumenta y el costo se incrementa, aunado a que los precios de algunos de los insumos se elevan, como es el caso de las vacunas.

Lo primero a comentar es que en España los servicios se encuentran desconcentrados y cada comunidad autónoma ejerce su presupuesto, y es más, los habitantes de esa comunidad sólo pueden asistir a las instalaciones que les corresponden, eso si la cobertura de la demanda es absoluta, es decir, si se atienden todos los problemas; los ingresos provienen de cuotas laborales y patronales y fondos estatales. En Canadá la forma de otorgar el servicio es de manera diferente, los médicos de primer nivel son privados y son seleccionados por los pacientes, la atención de segundo y tercer nivel es decidida por el médico y el paciente. Los costos son cubiertos por reembolso del Estado, los ingresos provienen de cuotas laborales y estatales. Cada país tiene particularidades especiales, en su funcionamiento y en la procedencia de los fondos.

inversion en salud

Me dí a la tarea de comparar la cuantía de los fondos destinados a la salud de los países a los que pretendemos emular en sus servicios de atención, hay varias formas de hacerlo pero me pareció que comparar el gasto per cápita es la mejor manera. En la tabla 1 aparecen comparativamente los datos de México, los de los países que he mencionado y los de algunos otros pertenecientes a la OCDE, la comparación se hace en euros, lo que parece correcto, porque si bien los gastos se hacen localmente, muchos de los insumos se adquieren en otros sitios y el mercado internacional establece precios comparativos.

Podemos ver la diferencia abismal entre el gasto per cápita de nuestro país y el de los otros países inclusive con Chile, que también es de la OCDE, y que es tres veces mayor; los de Noruega, Suecia, Reino Unido, Canadá y otros, es diez veces mayor. En la tabla 2 incluí algunos países de Centro y Sudamérica, y tomé en cuenta a la India por tener problemas de desarrollo similares a México; podemos observar que Bolivia, Guatemala, India, Honduras y Venezuela tienen inversiones muy bajas, además de que Argentina, Colombia y Cuba su gasto per cápita es mayor que México.

En salud es muy difícil comparar los resultados, pero hay dos indicadores que han sido utilizados para medir su eficiencia, la mortalidad infantil, la mortalidad materna y agregué la esperanza de vida. Para comparar los resultados en situaciones diferentes elegí los resultados en infarto del miocardio, el tratamiento de este problema requiere la coincidencia de amplios recursos humanos, la instalación de muchas instalaciones y la adquisición de insumos de alto costo; asimismo, el éxito requiere de actuar oportuamente, las acciones deben emprenderse en tiempos muy breves después de haberse iniciado el cuadro clínico; todo esto pone a prueba al sistema de salud.

salud y mortalidad

En la tabla 3 destaca que la mortalidad infantil en México es bastante más elevada que en el resto de los países de la OCDE, en la tabla 4 se observa que los resultados son comparables e incluso mejores que los obtenidos en países con inversiones similares o mayores. En la tabla 5 los resultados en mortalidad materna son considerablemente menos favorables que los que se logran en los países comparados. En la tabla 6 se constata que los resultados son mejores que en los países con mayores niveles de inversión. En las tablas 4 y 6 los resultados son muy negativos para los países con bajos niveles de gasto per cápita como Bolivia, Guatemala e India.

mortalidad materna

En la tabla 7 se compara la mortalidad por infarto del miocardio y las cifras en México que denotan la falta de recursos humanos, infraestructura hospitalaria, y recursos financieros para los insumos necesarios cuyo costo es muy alto.

infarto microcardio

Con estos datos no quiero mencionar que la atención médica se encuentre únicamente basada en los recursos financieros, pero quizá la suficiencia económica sea una condición necesaria pero no suficiente. Sin presupuesto adecuado es muy difícil mejorar sustancialmente, el presupuesto para 2020 es menor, de manera muy pequeña, que el 2019, y 40 mil millones que se piensan agregar, sólo significan 33 euros per cápita de la población a la que se destina, con lo que seguramente seguirá siendo insuficiente.

Seguramente no todo el sistema de salud construido durante los últimos años era malo, tuvo logros destacables, es posible que la mayor falla de los directivos fuera no haber convencido al resto del Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo que se requerían mayores recursos para atender a los mexicanos.


Lecturas recomendadas:
~ Expansión | Datosmacro.com
~ IndexMundi
~ OCDE. Panorama de la Salud 2017. OCDE México 2018.

Seguridad o libertad. La disyuntiva de la sociedad compleja contemporánea

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La libertad se manifiesta a los hombres en diferentes tiempos y bajo diversas formas, y no se sujeta exclusivamente a un estado social, ni se encuentra sólo en las democracias…La igualdad forma el carácter distintivo de la época en que ellos viven, y esto basta para explicar por qué la prefieren a todo lo demás.
Fuera de esta razón, hay otras que en todos los tiempos conducirán a los hombres a preferir la igualdad a la libertad.
 Alexis de Tocqueville, “La democracia en América”.

Un añejo debate que se ha desarrollado en diversos ámbitos, el filosófico, el jurídico, el sociológico e incluso el económico, es el de la disyuntiva entre la seguridad, como condición indispensable para garantizar la tradicional y primigenia función del Estado en su calidad de garante de la preservación de la vida y la propiedad de los individuos y la libertad como aspiración y condición para el ejercicio de los naturales e inalienables derechos de la sociedad.

Los argumentos se ubican, comúnmente, en posiciones mutuamente excluyentes, en los que se perfila la idea de que, para lograr mayores niveles de seguridad (obligación estatal), es necesaria la cesión de libertades (por parte de los ciudadanos).

Las circunstancias de la vida moderna, catalizada por un avance tecnológico geométrico, ha puesto a disposición de cualquier individuo recursos que le dotan de capacidades de interacción con su entorno nunca imaginadas, prácticamente sin restricciones de tiempo, lugar o ambiente, su capacidad de comunicación es universal y puede optar por el anonimato, lo que puede despertar en el Estado celos ante la emancipación.

libertad de expresion
Ilustración: Granada Hoy.

Pero, paralelamente las sociedades se ven expuestas a antiguas y nuevas amenazas y riesgos, reales o virtuales, conflictos intestinos, desplazamientos, amenazas bélicas, terrorismo, violencia criminal y otras asociadas al medio ambiente o a tensiones sociales, que recrudecen la discusión sobre la orientación que debe darse a la política y a la acción del Estado para su atención.

La tentación natural, particularmente en regímenes autoritarios o tendientes al autoritarismo, es la expansión de facultades de control, mediante la expedición de leyes que, exhibiendo la potencial amenaza o una crisis como justificación, otorguen mayores capacidades a la autoridad para la invasión de la privacidad individual, en aras de proveer mayor seguridad, lo que, está comprobado, la mayoría de las veces no se logra y si conduce, casi de manera infalible, a la conculcación de derechos y libertades.

No resulta extraño encontrar ejemplos remotos y recientes de manipulación social mediante el planteamiento de escenarios atemorizantes o de plano aterradores respecto de potenciales amenazas con intencionalidades diversas: para desviar la atención sobre temas relevantes, inducir posicionamientos políticos, implantar medidas impositivas, transformar los sistemas de justicia o simplemente justificar decisiones arbitrarias que buscan extender las facultades de los entes de poder, aun a costa de la libertad social.

libertad y seguridad
Ilustración: The Conversation.

La pregunta es si esta interpretación dicotómica, casi siempre excluyente, entre libertad y seguridad, puede encontrar un razonable equilibrio. La respuesta es afirmativa si se incorporan a la ecuación argumentaciones menos radicales que la suma cero y se reduce a su mínima expresión la tentación autoritaria por parte del Estado.

Un razonamiento fundamental se ubicaría en la concepción del moderno Leviatán, como el orientador, el facilitador y el generador de condiciones para el intercambio colectivo armónico, mediante una renovada visión de su naturaleza, sus finalidades y facultades, sí como garante del estricto cumplimiento del pacto social, del respeto de todos a las reglas del juego y los equilibrios internos. Para ello, no requiere conculcar libertades sociales ni excederse en facultades invasivas, sino la simple y sobria observancia de las normas producidas y aceptadas de común acuerdo por el conglomerado social.

Resumiendo, el equilibrio entre seguridad y libertad es posible y existen casos de éxito en diversas latitudes, pero para ello es indispensable transformar el paradigma no sólo del poder, sino de la sociedad, cada vez más comunicada y abierta que permita concebir a la seguridad como una condición fundamental, no para minar, sino para ampliar las libertades y los derechos de la sociedad, el tránsito hacia la felicidad como aspiración vital. No es utopía.

Innovación y gestión del conocimiento, los costos de la inacción

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Vivimos la Revolución del conocimiento. Tal es el signo de nuestro tiempo. El resorte fundamental para construir condiciones en las que la aplicación de ese conocimiento se convierta en el insumo básico de sociedades basadas en la innovación.

El llamado de la época actual ha dejado de radicar en el acceso a la información, por la información misma.

Hoy, la dinámica mundial pone en primer plano el desafío que supone crear condiciones para que esta información se torne en pensamiento crítico, con capacidad para resolver problemas y creatividad hacia la innovación.

La base de su capacidad innovadora descansa por ello en una sociedad capaz de crear, retener, impulsar y utilizar con valor social las competencias complejas que formen en sus propios ciudadanos.

Transitar de la información al conocimiento, sin embargo, no es un movimiento natural al que los cuerpos sociales tiendan, sino más bien resultado de una noción de gestión del conocimiento como política de Estado.

Si el conocimiento no se constituye en el motor de este desplazamiento, de poco habrá servido dotar a los ciudadanos de formas cada vez más amplias y rápidas de acceder a la información.

innovacion y conocimiento
Ilustración: Conditio Humana.

Ya en el lejano 1973, el sociólogo norteamericano Daniel Bell, al publicar El advenimiento de la sociedad post-industrial, habría de utilizar el concepto “sociedad de la información”.

Más tarde, en los años noventa, como se sabe, Manuel Castells, el sociólogo español, dejó marcado aquel tiempo que se abría por el título de su libro ya clásico: La era de la información: economía, sociedad y cultura, publicado en 1996.

Así fuera desde la mirada de un mundo pre-expansión de las computadoras y sin imaginar Internet siquiera, Bell atina en colocar al conocimiento como el engrane central del mundo que viene. Noción que luego va a ser corroborada por Castells.

La clave, dirá el español, está en propiciar e identificar las posibilidades de generar círculos de retroalimentación que, de manera acumulativa, establezcan una relación de mutuo estímulo entre la innovación y sus usos.

El tiempo tecnológico que nos ha tocado vivir cuenta como una de sus señales de identidad más clara el modo en que los usuarios se apropian de la tecnología y la redefinen.

En esa medida, y aquí radica quizá su poder mayor, estas tecnologías, dice Castells, “no son sólo herramientas que aplicas, sino procesos que desarrollar”.

De ahí que sea esencial incentivar el protagonismo que las sociedades puedan tener, antes que en aplicar las herramientas, en diseñar y desarrollar nuevos procesos de inclusión y transformación social.

Se trata de comprender, entonces, a la mente humana, y su capacidad innovadora, ya no únicamente como parte del sistema de producción, sino como un componente productivo e innovador directo.

caja de pandora
Ilustración: Alexander Lavin.

En palabras de Castells, estamos frente a una era en la que “por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa, no sólo un elemento decisivo del sistema de producción”.

El paso, pues, entre información y conocimiento habrá de centrarse en las posibilidades reales que los individuos tengan para contar con competencias superiores.

Acceder al conocimiento, para compartirlo dentro de una organización o entorno social, se volverá tan trascendente, de este modo, como la competencia para valorarlo y asimilarlo.

Se trata, ya se ve, no solamente de que la ciudadanía cuente con información, sino que ésta pueda devenir en conocimiento.

Es decir, en la capacidad-posibilidad de generar procesos de comprensión compleja que transformen los sistemas y produzcan innovaciones con pertinencia y valor social.

Información sin espacios y condiciones para el desarrollo y aplicación del conocimiento, imposibilita multiplicar su acceso, ser compartida y usada por grupos sociales cada vez más amplios.

Ciertamente, ha sido en este contexto el mundo de las organizaciones productivas donde se ha asentado durante los últimos años la noción de “Gestión de conocimiento”.

Se ha entendido por ella el control de los procesos que aseguran que una empresa sea capaz de aprovechar el desarrollo y la aplicación del conocimiento en sus procesos productivos.

innovacion e ia
Imagen: MuyPymes.

La definición, empero, no inhabilita la oportunidad de asirse a ella para ampliarla hacia los ámbitos que determinan la manera en que las sociedades se organizan.

Del mismo modo que una deficiente gestión del conocimiento desemboca en que los procesos de una organización productiva se vuelvan anacrónicos, disloquen o, de plano, colapsen, de tal hipótesis la sociedades mismas no son ajenas.

La innovación es un proceso continuo, de eso no hay duda. Como tampoco de que se trata de un estadio que se propicia y al que se accede.

Una sociedad llega a ser innovadora, no es innovadora per se. Y ese llegar a ser está marcado por su éxito en estimular la formación en competencias complejas.

Que el Estado se desentienda de la gestión del conocimiento es grave y será cada vez más costoso con el tiempo.

¿Que el conocimiento puede expandirse? Sí, sin duda. Que el desconocimiento también, sí, trágica y raudamente.  

Porque el desconocimiento no es sólo el contrario del conocimiento; es el signo de la ineptitud para resolver, de la incomprensión respecto del mundo y de la impericia frente a la vida.

Nada menos.

Hacia dónde vamos con los cambios en el mundo

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Gerardo Gil Valdivia en entrevista con Luis Cárdenas de MVS

Miembro del Consejo Consultivo del Club de Roma y representante en México, Gerardo Gil Valdivia, también colaborador de El Semanario, en entrevista con Luis Cárdenas de MVS, responde a la interrogante de “hacia dónde vamos con el nuevo paradigma del mundo”. Es decir, hacia dónde vamos con el desarrollo económico, con la falta de oportunidades de empleos, la desigualdad social, la destrucción de la naturaleza, el cambio climático, las migraciones, los conflictos bélicos, y el consumismo exacerbado. Estamos experimentando procesos de concentración de la riqueza y falta de equidad alarmantes que tienen como resultado que más de la mitad de la población del mundo viva bajo una constante presión e incertidumbre de su presente y porvenir, en un planeta donde también la calidad de la democracia y de las instituciones se deterioran y declinan de manera acelerada.

También te puede interesar: Entrevista a Gerardo Gil Valdivia, colaborador de El Semanario

Gil Valdivia expresamente aborda la pregunta de Luis Cárdenas, trazando la gran paradoja que se presenta en el sentido de que aun cuando existe evidencia irrefutable de los efectos crecientes provocados por el cambio climático de origen antropocéntrico y que graves incendios, sequías, y fenómenos hidrometeorológicos son cada vez más frecuentes e intensos, de poco ha servido las advertencias y llamados éticos que la ciencia y muchos organismos han hecho a lo largo de décadas. No obstante, Gil Valdivia considera que precisamente por esta devastación del planeta que está afectando ya los intereses e inversiones del sector financiero global, debe surgir un cambio significativo. ¿Hacia dónde vamos? –replantea Gil ValdiviaVamos hacia un cambio necesario porque la naturaleza lo exige, en las formas de producción y consumo, y en los modelos de crecimiento y desarrollo.

Aquí te presentamos el audio completo de la entrevista: https://bit.ly/38sCDa3