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El Mejor Abrazo

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#ElMejorAbrazo

El martes de esta semana se celebró el “día internacional del abrazo”. Yo no tenía idea de que existiera eso, pero en un país como México, donde hoy se vive un problema de inseguridad, violencia e impunidad, siempre la noticia de un abrazo invita a una tregua, a voltearnos con el prójimo y ser empático.

La frase del presidente López Obrador de “abrazos no balazos” ha sido parte de su mensaje político para atender el problema de inseguridad que hoy se vive en nuestro país. El problema con esas tres palabras, que pueden tener la mejor de las intenciones, es que en este país violento y sin una verdadera seguridad jurídica, la frase “abrazos no balazos” dicha por una persona tan popular e importante como lo es el presidente, manda un mensaje laxo en la atención de los temas de seguridad. Por lo menos así la interpreto yo, y probablemente no estaré tan equivocado cuando vemos que el 2019 fue un año sumamente violento en la historia moderna de nuestro país.

El abrazo invita a perdonar, a acercar, a mandar mensajes de que todo está bien. Cuando uno es una persona íntegra, eso cae muy bien. El problema es cuando este mensaje llega a los delincuentes, actuales y potenciales. Los malos lo ven como la posibilidad de delinquir, porque sus delitos quedarán impunes, ya que además de que nuestro sistema de justicia históricamente se ha caracterizado por dejar los delitos sin resolver, ahora ven a un gobierno que no parece querer perseguirlos y atraparlos.

Eduardo Galeano, escritor uruguayo, quien se convertiría en toda una celebridad desde muy joven cuando publicó un libro llamado Las venas abiertas de América Latina, tiene una frase que para mí define claramente lo que hoy está pasando en nuestro país. Él dice: “La impunidad premia el delito, induce a su repetición y le hace propaganda: estimula al delincuente y contagia su ejemplo”. Tratemos de desmenuzar la frase y veremos que cada detalle es muy importante.

Cuando se refiere a que “premia al delito”, su afirmación es lapidaria. Parece que el delito sale siempre triunfante. Los diferentes reportes que se pueden encontrar publicados en nuestro país coinciden en que más de 90% de los delitos que se denuncian quedan impunes. Estudios como el de “México Evalúa”, incluso hablan de que, en estados como Tamaulipas, en 2018, ese porcentaje fue del 99.99% y en otros seis estados el 99% de los delitos denunciados quedaron sin resolverse.

La impunidad, según la frase de Galeano, “induce a su repetición”. Si el delincuente robó una tienda, extorsionó a una gasolinera o asesinó a una persona y no tuvo consecuencias, éste, claramente, puede hacer del delito su forma de vida y repetir su conducta delictiva muchas veces. Además, ese mismo delincuente, al estar impune por el mundo “le hace propaganda” a la impunidad y sigue estimulando la delincuencia. La parte final de su frase, “contagia con su ejemplo”, es la que a mí –y espero que a mis lectores también– me preocupa más.

Ser delincuente parece tener un cierto atractivo. El incentivo de que “no me van a cachar y si así lo hicieran de todos no me afecta porque salgo libre muy rápido”, debe ser el pensamiento de muchas personas quienes, incluso, no son delincuentes hoy, pero que están contagiados del “éxito” de esos malandros.

En México, frases como “el que no tranza, no avanza” o lamentables declaraciones como la del expresidente Peña, quien señalaba que “la corrupción era un asunto cultural”, nos deja ver que hay mucho de fondo en nuestros problemas de inseguridad, violencia, corrupción e impunidad.

En nuestro país se premia más la astucia que el esfuerzo. “Ser vivo” es mejor que ser tesonero. La pereza, uno de los siete pecados capitales, afecta mucho al mexicano. En mi opinión, está mucho más arraigada que el esfuerzo. Si uno ve por qué hay tanta delincuencia en nuestro país, nunca nos detenemos a pensar que tiene que ver con que somos flojos. Alguien que roba es porque no quiere hacer un esfuerzo adicional para lograr ganarse el pan. Lo que quiere es ganarlo rápido, sin perder el tiempo y sin tener que salir de su zona de confort. Los delincuentes aplican los métodos más rudimentarios para lograr sus objetivos; amedrentan, usan la fuerza bruta con violencia y armas, y hasta matan para lograr conseguir quedarse con algo que no les pertenece, comercializar productos que son ilegales o aprovecharse del más débil. Es la pereza de no querer hacer las cosas con voluntad, esfuerzo y tiempo para obtener sus recursos de una forma adecuada. Lo quieren de inmediato, lo quieren en abundancia y lo quieren sólo para ellos.

Si en México hoy existen estadísticas de que somos uno de los países más violentos e inseguros del mundo, donde la impunidad rige, y a eso le agregamos una sociedad apática, que ya no se sorprende de los muertos, que no exige justicia a sus autoridades y que no es participativa, estamos construyendo un futuro muy oscuro para las nuevas generaciones.

Las autoridades tienen un trabajo enorme por hacer. Los tres Poderes de la Unión no pueden deslindarse de su responsabilidad de buscar hacer a nuestro país seguro y donde el que delinque pague las consecuencias de sus actos. El poder Ejecutivo con sus cuerpos de seguridad, para atrapar a quien esté violando nuestras leyes; con la procuración de justicia, integrando bien los expedientes para que los delincuentes no tengan oportunidad de salir de prisión por una falla procesal –aunque sean culpables– y con fiscales incorruptibles para que el ciudadano tenga confianza en denunciar los delitos. El poder Judicial siendo más expedito en la resolución de los juicios, con jueces y magistrados preparados y honestos; ambos poderes, en eliminar burocracias que entorpecen cualquier trámite en los procesos. No puede ser que la razón principal por la que la gente no denuncia un delito es porque va a perder mucho tiempo. Se deben implementar mecanismos más modernos para denunciar, revisar un proceso, presentar escritos, etc. En la era de la digitalización debemos de utilizar esas herramientas. El otro Poder de la Unión, el Legislativo, debe estar revisando de forma permanente que las leyes que tienen que ver con estos temas sean las adecuadas, que no estén obsoletas y que sirvan a los otros dos poderes para poder hacer su trabajo. Quien legisla tiene la enorme responsabilidad de fijar las reglas del juego.

El mejor abrazo que nos pueden dar a todos los mexicanos es uno de paz y concordia, pero derivado de la eficacia en la actuación de las autoridades y no sólo de frases y buenos deseos.

¿Cuál es “mi tiempo”?

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¿Hay algún tiempo que es mío? No me refiero a un “tiempo para mí” como ansiamos todos en esta vida ajetreada, ni un tiempo de lo mío, sino a una serie de acontecimientos que están inscritos en “mi tiempo”. Ni modo. Esta entrega no será sobre algo de actualidad, pero sí sobre un producto cultural que adquirió un nuevo sentido para mí a raíz de la tensión generada en las semanas anteriores entre Estados Unidos e Irán. Hablo de Persépolis, de Marjane Satrapi (2000).

Esta novela gráfica de corte autobiográfico que, seguramente, será muy conocida por un público relativamente joven, me ayudó a completar un panorama muy difuso que tenía ilustrado en la mente sólo con las imágenes –igualmente difusas– de los noticieros que llegué a ver de 1979 a 1982, es decir, entre mis 3 y mis 6 años. Comprenderán que a esa edad una no construye una narrativa clara. Después, esas imágenes me revisitaron en forma de añejos documentales que me reprochaba no haber visto antes. Todavía no era historiadora, estaba completamente volcada en otros intereses y hacia 1990 me reprochaba por no haber estado al tanto de los acontecimientos de mi tiempo, como si ese tiempo ya se hubiera terminado. Para resarcirme, de agosto de 1990 a febrero de 1991, seguí con profundo interés las noticias sobre la Guerra del Golfo. El mundo bombardeado y mediado a partir de cámaras de visión nocturna se espectacularizaba para (mal que me pesara el pensamiento egoísta), pero eso sentía al verlo en la calidez de mi hogar y sin estar al pendiente de las sirenas o de las bombas. Esa distancia me hizo comprender que, aunque la guerra estuviera sucediendo al mismo tiempo que mi vida, no era “mi tiempo”.

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Imagen: Medium.

En el fondo de estas reflexiones está mi abuela Carmen. No le quitaba ojo a la televisión –es más, veía conmigo la Guerra del Golfo–, pero se notaba que nunca estuvo muy al pendiente de informarse sobre los contenidos de “su tiempo”. Tomando en cuenta que nació en 1922 y que vivió varios acontecimientos históricos de relevancia mundial, con frecuencia –e ilusión– la consultaba para saber qué oía de o cómo vivía durante los años de la Guerra Mundial. Lo que saqué en claro es que nunca puso atención a esas configuraciones narrativas o icónicas (tenía mejor memoria para la sección de espectáculos). No puso atención porque no tenían sentido para ella: no estaban en su horizonte; no eran “su tiempo”. Traigo a colación el desinterés histórico de mi abuela porque justamente era éste el que me aterrorizaba: ¿cómo iba yo a salirle a alguien con la respuesta de “no me enteré” o “no me acuerdo”?

La lectura de Marjane Satrapi me fue sugerida como una nada discreta provocación. Yo no había leído nunca una novela gráfica y comenzaba a interesarme por adquirir vocabulario y recursos de análisis formal de imágenes tradicionalmente relegadas al ámbito de la cultura popular. Yo, digna historiadora del arte de mi tiempo (1994-1998) me formé en una tradición académica que, si bien ya no despreciaba la imagen de masas, no consideraba que fuera ésta la que abriría una áurea trayectoria hacia las glorias doctorales. Así que hace poco, indagando para tratar de suplir mis carencias de aproximación formal al cómic, se me sugirió la lectura de Persépolis con un tono subyacente de “a ver si aguantas”.

Comunico mi experiencia inicial: la lectura no era nada sencilla. Para todos aquellos que nos formamos leyendo texto corrido, la exigencia que representaba la carga visual era mucha. No obstante, la gráfica contrastante me atrapó casi de inmediato, tanto como la curiosa mirada de una niña que se explica un mundo transido por conflictos políticos y religiosos y que destierra a Dios de su vida. Satrapi narra cómo se dio la revolución iraní a raíz del derrocamiento del Sah y cómo una sociedad progresista se vio de pronto inmersa en la represión que trajo consigo el Ayatola Khomeini.

Marjane Satrapi
Marjane Satrapi, historietista franco iraní (Fotografía: Cineuropa).

Satrapi asume con poco agrado la orden de llevar velo y los rituales escolares que ensalzaban a los mártires de la revolución. A pesar de que creció en el seno de una familia letrada y de ideas de avanzada, Marji y sus impulsos libertarios no encuentran cabida en ese régimen. Dado que acepta la propuesta de sus padres de irse a terminar su educación a Viena, Satrapi comienza a vivir su tiempo: siempre al día y sensible respecto de las problemáticas de su país, siempre comparando la futilidad de las quejas de sus amigos y compañeros del colegio, siempre consciente de que tenía una familia con la cual regresar, la ya adolescente instaura narrativamente su propio tiempo y se juzga duramente con el recuerdo del tiempo y de las circunstancias de sus connacionales.

A diferencia de mi abuela, la abuela de Marjane Satrapi es construida como una mujer que prodiga consejos sabios y acordes con las circunstancias de una mujer que va dejando la infancia y que se enfrenta a nuevos retos. Sus senos eran firmes y olían a jazmín; ése fue el recuerdo que Marji configuró al dormir por última vez junto a ella y que atesoró antes de partir por primera vez al mundo occidental: el espacio de intimidad, complicidad y seguridad que se abrió esa noche la acompañará nostálgicamente en sus correrías adolescentes en una sociedad en donde no puede encontrar una compañía honesta. La única visita que su madre puede hacerle la reconstituye como persona y la obliga a tocar fondo y a reaccionar con acciones frente a su inacción. Marjane inauguró así su tiempo, al que tuvo que renunciar narrativamente cuando, al llamar a su padre para saber si podía volver con su familia, puso como condición un respeto al silencio sobre sus últimos tres meses en Viena.

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Imagen: Words in the Bucket List.

Más allá de lo entrañable de la historia personal, Marjane Satrapi logra establecer una narración, somera pero clara, de los cerca de 4,000 años de historia de su región. Titular Persépolis a la obra es tomar una postura definida respecto del islam en Irán y de sus implicaciones geopolíticas. Su gráfica rinde tributo a un imaginario cultural que se logra sintetizar magistralmente en pocas páginas. Satrapi decidió hacer de esos 4,000 años de historia su tiempo, al hipostasiarlos en su narrativa como germen de muchas explicaciones a lo que le tocó vivir. A raíz del reciente conflicto entre Irán y Estados Unidos, Persépolis volvió al horizonte como una posibilidad de entender y contextualizar las tensiones en una deriva mucho más larga y compleja.

Como decía, mi abuela no me contó ni de la Guerra Mundial, ni de la Guerra Cristera. Con trabajos se acordaba del presidente del sexenio anterior. Pero, como la de Satrapi, me contó sobre ella, me contó de su tiempo, a través de la exploración de registros sumamente íntimos, de ser mujer en diferentes tiempos. Me enseñó a que hacer mi tiempo no es dominar datos e información descarnada de lo que me es contemporáneo, que no hay que censurarse por no saber, sino construir relaciones significativas entre nuestros tiempos y los de otros.

El año más peligroso de la historia

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De acuerdo con las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), 2019 fue el año con mayor número de homicidios dolosos desde que se lleva registro. Sin quitarle importancia a un dato brutal, los años anteriores ocuparon en su momento el mismo sitio infame, por lo que es fundamental empezar a trabajar como sociedad para reducir la violencia.

¿Cómo? Retirando la mayor cantidad de armas posible de las casas y de las calles. Mientras no comprendamos que para los delincuentes son herramientas de trabajo –y para nosotros, instrumentos de tragedia–, un gran porcentaje de las muertes violentas seguirá inalterable.

Sin armas en manos de civiles, que no defienden a nadie de la delincuencia y sólo se descargan en contra de otro ciudadano en la mayoría de los casos, bien podríamos comenzar a organizarnos desde el vecindario, la colonia y hasta la alcaldía.

Es una realidad que no sabemos quién vive al lado, no nos importa qué le suceda, y desconfiamos a tal grado que preferimos mirar hacia otro lado antes de involucrarnos en comunidad. Esta división plena a los únicos que fortalece es a los criminales, quienes nos han dado una lección acerca de cómo aterrorizar con violencia a comunidades enteras y no dejarlas actuar en conjunto.

violencia en mexico
Imagen: TerceraVía.mx

Sin tejido social es difícil prevenir cualquier delito. Mucho más si la delincuencia recluta desde nuestra población más joven; dejemos de pensar que el Ejército es de reserva para el crimen, los jóvenes son la primera línea de recursos humanos de las bandas del crimen organizado, que es todo, no hay mucha diferencia si hablamos de quien cuida coches y da pitazos al criminal, o de quien forma parte de un cártel de droga.

Paralela a esta realidad está la enorme desigualdad que prevalece en México. Nada en contra de la creación de riqueza, que es el único camino para desarrollar a una nación, sin embargo, es momento de lograr una distribución del ingreso que compita con la oferta de salario y ventajas artificiales que todos los días lanza la delincuencia.

Aquí no cabe la ideología política, ni la simpatía electoral, se trata de un problema estructural que ha permitido que la frontera entre el crimen y el poder político y económico se diluya hasta no saber dónde empieza uno y dónde termina el otro. La grilla ha perjudicado más a nuestro país que cualquier banda delincuencial.

Por eso debemos llegar a acuerdos mínimos en los que la voluntad y el compromiso sean los denominadores comunes. Sin esos elementos el sexenio se nos irá en sólo “contener”, tratando de reducir los números, pero sin erradicar las causas que hoy provocan la violencia.

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Ilustración: Victor Solís.

Dos de los estandartes que ha abanderado el gobierno de la República son la eliminación de la corrupción y de la impunidad. Mi sugerencia es que los ciudadanos colaboremos haciendo que éstos se eliminen en cada actividad que tenemos a lo largo del día. No somos una sociedad corrupta y tampoco está en nuestra naturaleza o cultura, pero los malos hábitos cambian cuando el resto sanciona moralmente una práctica errónea, así que necesitamos empezar por convencernos nosotros, luego a nuestro círculo cercano y, finalmente, a todos los que convivimos en el país.

Éste es un segundo año crucial para la seguridad de nuestra nación. Sin ella, cualquier plan económico y político no sirve de mucho, es hora de tomarnos en serio lo que podemos hacer para evitar que el crimen y la violencia sigan afectando nuestro crecimiento personal y social.

¿Qué puedo hacer yo para ayudar? De nuevo: deshazte de cualquier arma que tengas; organízate con tus vecinos para que haya buen alumbrado, se recoja la basura y no se tire a cielo abierto en calles y unidades habitacionales, y se establezca un sistema de prevención que no es otra cosa que estar pendientes unos de otros. No fomentar la corrupción y denunciar cualquier acto, por mínimo que sea, que la implique; es decir, construyamos comunidad, con lazos fuertes, que hagan imposible que la delincuencia nos siga dividiendo.

México y el TPP 11: peor en los primeros 10 meses

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Ellos se ríen de mí porque soy diferente,
Yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.

En múltiples ocasiones he comentado la deplorable evolución del comercio exterior mexicano durante los 26 años de vigencia del TLCAN debido a que, hasta la fecha, no ha surgido estrategia alguna que nos permita hablar positivamente de su desarrollo, pues nunca hubo complemento para que se lograran los 5 objetivos que se plantearon para negociarlo y firmarlo, de tal manera que hasta la fecha no se ha registrado, como se proponía, una integración comercial y productiva con Canadá y Estados Unidos; tampoco han logrado aprovechar las ventajas comparativas ni volver a México más competitivo, sino todo lo contrario; menos se ha logrado incrementar el flujo de inversión extranjera directa y, consecuentemente, tampoco se han creado empleos ni elevado el nivel de vida de la población.

Era fundamental para el éxito de este proyecto, el más importante para el desarrollo económico de México en la historia moderna, definir una estrategia integral para aprovechar las supuestas ventajas negociadas en el TLCAN, sin embargo, los teóricos del comercio exterior y los altísimos funcionarios encargados del desarrollo del proyecto se olvidaron del mismo y, en su lugar, se pusieron a firmar TLC’s compulsivamente hasta totalizar 48 países en el año 2018, lo que los convirtió en campeones del libre comercio, aunque las consecuencias para nuestro país eran funestas, pues en el periodo 2001-2081, en que prácticamente estuvieron en vigor los TLC’s, con esos países y los 33 APPRIS que supuestamente iban a lograr nuestro desarrollo económico, México cayó de la 9ª a la 15ª posición como economía mundial y nuestro PIB per cápita descendió de 41º al 74º lugar.

En el mismo periodo, nuestra participación en la generación de riqueza mundial descendió de 2.65% a 1.41%, por lo que nuestro PIB per cápita pasó de estar 33% por arriba del promedio del PIB cápita mundial a -15% por debajo del mismo en el año 2018.

A pesar de los pésimos resultados obtenidos en la desequilibrada carrera de nuestros funcionarios obsesionados por un “libre comercio” completamente dogmático e irracional, insistieron en la firma del TPP porque Estados Unidos estaba participando en las negociaciones y, por tanto, debíamos participar para influir y defender nuestros intereses.

Una vez que Estados Unidos inteligentemente se retiró del proceso de negociación del TPP, nuestros funcionarios insistieron en seguir participando en este aberrante proceso que las cifras del intercambio nos muestran.

tabla tpp
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Hoy, con cifras de los primeros 10 meses de la entrada en vigor de TPP-11, los resultados de su aberración ya los tenemos enfrente y, desgraciadamente, no son nada agradables, al contrario, pues mientras la exportación mexicana a los 6 nuevos socios se redujo en -398 millones US, la importación procedente de los mismos se incrementó en -3,806 millones US para alcanzar un déficit de -14,421 millones US, nada más, y aunque esos funcionarios señalaban que todo estaba fríamente calculado para defender a la planta productiva nacional, las cifras dicen lo contrario.

Especial referencia me permito hacer a la relación con Vietnam, un país totalmente arrasado por una terrible guerra que en estos primeros 10 meses nos recetó un déficit de -4,875 millones US, superior en -1,284 millones US al del mismo periodo de 2018.

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También me permito hacer especial referencia a una industria que fue ferozmente defendida por los negociadores mexicanos y que, a pesar de sus providencias, ahora se ve seriamente dañada por las importaciones de calzado, casualmente procedentes de Vietnam, país que en el periodo 2003-2019 se presenta como el principal proveedor de México con 4,044 millones US.

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Sin duda, algo no ha funcionado con nuestro comercio exterior, empezando por la calidad de las instituciones públicas y sus funcionarios, siendo incapaces de crear un marco sistémico que permita trabajar a la planta productiva nacional en un nivel competitivo, situación empeorada por la carencia de una estrategia de promoción con programas, proyectos y políticas públicas realistas.

La deplorable situación que se presenta en nuestro comercio exterior, y particularmente en la relación con el TPP-11, obliga a que en la 4ª Transformación se realice una revisión seria de nuestra política y de la estrategia de promoción del comercio exterior y de las inversiones, a fin de que nuestro país también se haga acreedor de los beneficios que estas actividades normalmente generan y que muchos otros países sí han logrado.

Mensaje del Club de Roma en el Foro Económico Mundial de Davos 2020

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Ha dado inicio la edición correspondiente al 2020 del Foro Económico Mundial que cada año se celebra en Davos, Suiza. Este Foro que reúne a las élites políticas y económicas del mundo y cuyas consideraciones y conclusiones marcan, en buena medida, la agenda global, tendrá este año al cambio climático como uno de los temas centrales de su agenda.

Sandrine Dixson-Declève, co-presidenta del Club de Roma, tendrá una importante participación en este Foro. Algunas de las ideas centrales de su presentación son las siguientes: mientras que la política continúa paralizando los esfuerzos para combatir la emergencia planetaria que significa el cambio climático, la ciencia sigue siendo tan inequívoca e irrefutable como siempre. Ya hemos cruzado varios “puntos de inflexión” en los sistemas de la Tierra; umbrales vitales más allá de los cuales se producirán consecuencias irreversibles y catastróficas para toda la vida en nuestro planeta. Añade que los impactos del cambio climático y la destrucción ecológica son más graves y se manifiestan antes de lo que muchas predicciones científicas habían previsto. Debemos actuar de inmediato para evitar que los riesgos alcancen una etapa crítica.

Durante 10,000 años la civilización humana creció y prosperó debido a la estabilidad climática de la Tierra y a su diversidad biológica.

calentamiento global
Imagen: Reuters.

Desde la Revolución industrial del siglo XVIII los ecosistemas terrestres y oceánicos han absorbido cerca de la mitad de todas las emisiones de la quema de combustibles fósiles. Esto es debido a que el clima y los ecosistemas naturales que los regulan y toda la vida en la tierra están interconectados. De hecho, la diversidad de las especies y la integridad de los ecosistemas tienen un papel fundamental en la regulación del clima, los ciclos del agua, el secuestro del carbono y la producción de alimentos. Sin la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar nuestras emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) ya habríamos superado los 2°C de calentamiento, con consecuencias desastrosas.

Es un hecho que no sabemos cómo reconstruir la criósfera, el ciclo hidrológico, las selvas tropicales, los arrecifes de coral y otros sistemas de soporte vital de la Tierra.

Nuestros patrones de crecimiento económico, desarrollo, producción y consumo están empujando los sistemas de soporte vital de la Tierra más allá de sus límites naturales. Dependemos fundamentalmente de estos ecosistemas, pero somos nosotros los impulsores de su destrucción. Somos nosotros los que estamos empujando los sistemas que sostienen la Tierra más allá de sus límites planetarios. Estamos causando severos cambios en los patrones climáticos y provocando una destrucción incalculable en forma de incendios forestales desde el Amazonas hasta Australia y tormentas violentas desde Mozambique hasta Barbados. La mayoría de los gobiernos y las corporaciones continúan en la negación de los hechos, pero los riesgos de colapso se intensifican. En suma, éste es el mayor riesgo existencial que enfrenta la civilización humana moderna.

Nuestras formas de consumo y crecimiento no sólo destruyen los ecosistemas, sino que también han creado puntos críticos socioeconómicos graves y una mayor desigualdad tanto en las economías maduras como en las emergentes. Debemos abordar con urgencia los riesgos climáticos y la biodiversidad, así como construir nuevos sistemas económicos, sociales y financieros que fomenten el bienestar y la regeneración de la naturaleza.

emergencia y foro climatico
Imagen: NBC News.

Ante esta situación, el Club de Roma presenta el Plan de Emergencia Planetaria el cual propone una nueva ruta para recorrer a partir del 2020, un año crítico para la acción de políticas internacionales con decisiones clave para el cambio climático, la biodiversidad, los océanos, los objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, entre otros temas fundamentales. El Plan exige la implementación de los compromisos para salvaguardar y restaurar nuestros bienes comunes globales, desde detener el declive de los ecosistemas críticos terrestres y oceánicos hasta proporcionar mecanismos financieros para cambiar a prácticas regenerativas de uso de la tierra. También se destaca la necesidad de un nuevo Fondo de Emergencia Planetaria multilateral para abordar rápidamente elementos de la crisis, frente a impactos inevitables. Se describen también 10 palancas clave para transformar los sistemas de energía, cambiar a una economía circular y garantizar una sociedad justa y equitativa fundada en el bienestar humano y ecológico.

El Plan de Emergencia Planetaria llega en un momento crucial, en el que el mundo debe cambiar el rumbo, evitar el desastre inminente y optar por una profunda transformación.

Por su parte, para el Foro Económico Mundial el cambio climático plantea una amenaza urgente que exige una acción decisiva. El Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial continúa clasificando estas amenazas ambientales en la parte superior de su lista.

La Iniciativa Climática del Foro Económico Mundial apoya la ampliación y aceleración de la acción climática global a través de la colaboración de los sectores público y privado.

Uno para cada uno

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La tarde lluviosa del 19 de enero de 2020 en La México era evidente el agradecimiento del bigotón Emiliano Gamero para Diego Ventura, cuya segunda actuación en la temporada grande fue como nunca antes lo había hecho algún rejoneador europeo, en mano a mano con un mexicano.

En diferentes situaciones durante previas actuaciones, ambos rejoneadores habían realizado faenas de indulto en su ruedo, Diego ante un toro de Enrique Fraga en 2018 y Emiliano ante uno de Vistahermosa, en 2019.

Por ello, varios opinamos que era necesaria la confrontación de los toreros a caballo nacionales y extranjeros y la empresa recogió el guante y así anunció por primera vez en La México –en sus casi 74 años de historia– el magno acontecimiento con el concurso de Diego Ventura y Emiliano Gamero.

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Emiliano Gamero, rejoneador mexicano (Fotografía: Diario de Yucatán).

Con lo que seguramente no contaban, era que el clima fuese lluvioso y frío, provocando una entrada muy diferente a la que teníamos pensada y las pocas personas que asistieron fue un público aficionado al toreo a caballo y muchos que no son usuales en La México. Esto último fue positivo, pues algunos de ellos seguramente se harán aficionados más frecuentes y salimos ganando la batalla de la asistencia tan difícil de conseguir en años recientes.

Esperemos hayan salido satisfechos los asistentes por el esfuerzo de los toreros que se arriesgaron a torear, en una tarde en la que se temió se suspendiera el festejo por la fuerte lluvia que cayó un poco antes de su inicio.

Hubo unos minutos en que parecía que se tomaría tal decisión, pero el ruedo de La México supo estar a la altura del compromiso y no hubo ningún percance motivado por las inclemencias del día.

Hubo motivos para salir contentos de la confrontación en las que tanto Diego como Emiliano –cada uno dentro de su estilo– pudieron lucir con sus cabalgaduras y emocionar al público, en el primero se le concedió un trofeo para el luso-hispano, en el sexto de Julio Delgado fue motivo de trofeo para el capitalino. Ambos se brindaron un astado.

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Diego Ventura, rejoneador y ganadero de toros bravos de origen hispano-portugués (Fotografía: De Toros).

Taurinamente hablando, la faena del primero de Diego, “Notario” fue la más rematada de la tarde, me parece que el juez de plaza Jorge Ramos no consintió en otorgar un segundo trofeo, porque la suerte suprema provocó que el toro se descordará y por ello se abstuvo de mostrar un segundo pañuelo.

“Los Encinos” del primero al quinto, fueron de menor trapío al que nos tiene acostumbrado su criador y el de Julio Delgado muy en el tipo de “Garfias”, con clase en su embestida.

En su juego “Los Encinos” tuvieron nobleza pero adolecieron de codicia, que es un sano equilibrio que mantiene la ganadería queretana, pronto en la corrida que cierra la temporada, el 16 de febrero con los Hermoso de Mendoza en el cartel, tendrán la oportunidad del desquite.

Así las cosas en un festejo breve y en espera de la reaparición la próxima semana de un ejemplo de vocación taurina, Arturo Macías, que regresa a los ruedos con Ferrera y Luis David en el cartel, con los toros de Villa Carmela, sea enhorabuena.

Los introvertid@s

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Los introvertidos suelen ser catalogados como personas retraídas o reservadas. Algo que en términos prácticos no suele ser tomado en cuenta para ciertos cargos, como una gerencia importante, o un puesto mayor… pero, ¿estamos haciendo lo correcto?

El mundo empresarial y los retos de la industria requieren colaboradores capaces de solucionar problemas. Líderes que definan soluciones creativas e innovadoras, que sean conocedores del mundo, ágiles de mente y muy importante: que puedan hacerte pensar como ellos para llegar a una meta.

La idea universal de la selección natural de las especies, en donde se diferencian los líderes de los seguidores, es uno de los referentes por excelencia en materia empresarial. Por un lado, las personas extrovertidas son como el sol de una empresa, los que definen los “goles”, los que cierran tratos. Por el otro lado, los más tímidos son los menos indicados para liderar proyectos, para definir estrategias o crear nuevas soluciones. Los que piensan antes de actuar, los que atienden a profundidad los problemas. ¿A cuál de estos dos perfiles contratamos o deberíamos contratar?

La abogada y escritora estadounidense Susan Cain,[1] define que los directivos estamos dejando pasar muchas oportunidades al no tomar en cuenta que la introversión también se asocia con el liderazgo. De hecho, de acuerdo a varios estudios antropológicos, se cree que la mitad de la población mundial es introvertida. Ejemplo de ello lo encontramos en directivos de negocios y empresas de cualquier tamaño; en colegas de trabajo, en la familia, con los amigos, etcétera.

introvertidos y perlas
Imagen: Pinterest.

 Todos sabemos reconocerlos por su capacidad o incapacidad de hacer las cosas a su modo. Los extrovertidos normalmente hablan y luego piensan, los introvertidos piensan primero y hablan después. Los extrovertidos son entusiastas, mientras que los introvertidos son más reservados para sus círculos sociales, los cuales son pequeños en comparación con los extrovertidos, quienes no tienen ningún reparo en compartir sus experiencias con más gente.

En realidad, la introversión en las personas es simplemente un estereotipo al cual estamos acostumbrados por mero prejuicio, porque casi siempre se les encasilla como una persona tímida, o peor aún, como antisocial. En realidad, son personas que mantienen una línea de pensamiento mucho más estructurada, que analiza y funge como mediador de conflictos y, en muchos casos, como solucionador de los problemas complejos.

En este sentido, Mihaela Enache, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Oberta de Cataluña, afirma que “cada vez hay más investigaciones que sugieren que el liderazgo no requiere ser extremadamente sociable, los líderes más eficaces no entienden como indispensable el perseguir la notoriedad”. Más bien, tienden a escuchar activamente, mientras mantienen y transmiten la calma en tiempos de tormenta o a la hora de tomar decisiones.

De hecho, en una época donde las paredes dejan de existir y donde cada día estamos más acostumbrados a crear espacios del tipo co-working, es importante entender  que hay personas que necesitan la privacidad para crear, no porque sean antisociales, sino porque es necesario esa calma para escucharse a sí mism@s.

En conclusión, las cualidades de una u otra personalidad tienen que mantenerse y respetarse en todo momento, ya que tanto son necesarias personas extrovertidas, como lo son las introvertidas. Los pensamientos, las ideas y los proyectos seguramente resultarán mejores si encontramos la dualidad de ambas y nos replanteamos la idea de lo que en verdad las personas introvertidas podrían lograr. Así que la próxima vez que pienses que “el mundo es de los aventureros” también reconoce que, en realidad, los aventureros que razonan y analizan las opciones antes de actuar son también rasgos de personas introvertidas.


Notas:
[1] Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking

Como en el Futbol de México. Se vale hacer cambios para dar resultados

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En política, como en la vida y en el futbol no hay nada peor que las expectativas no cumplidas. El problema es que los políticos están dispuestos a prometer “las perlas de la virgen” con tal de ganar. Total, ya después veremos.

Éste es el caso del INSABI con el cual se ofreció la solución a los servicios de salud pública para los mexicanos. Una propuesta electoral muy vendedora, pero sin sustento técnico.

En realidad, no ha sido hasta el momento más que un cambio cosmético del Seguro Popular, diseñado por Felipe Calderón, sólo que sin el personal calificado y experimentado en su gestión. Lo que no ha dado buenos resultados. Es más, ni siquiera ha sido capaz de mantener el nivel de atención de la anterior administración. El cobro de servicios “no incluidos”; la insuficiencia de medicamentos y personal  siguen presentes. Lo cual no sería tan grave electoralmente hablando, si no hubiera existido la reiterada promesa de abatir el rezago, la insuficiencia; y mejorar la calidad.

cambios 4t

De hecho, el famoso cambio de régimen que prometió la 4T, es un cambio profundo en la forma de gobernar el país. Esto no ha ocurrido, al menos en la ley, pero sí en el estilo de gobernar y se muestra como una República Centralista Hiper-presidencialista, misma que no es técnicamente recomendable. No funcionó en el pasado siglo XIX y mucho menos funcionará en el siglo XXI.

EN PERSPECTIVA, hasta el momento no se asoma creatividad alguna en materia de política pública por parte de AMLO, así que es recomendable que, pagados sus compromisos electorales con sus aliados al colocarlos en funciones de gobierno cuya materia desconocen, es tiempo de, como en el futbol de México, hacer cambios en el equipo. ¡Aún es tiempo presidente! ¡La Nación se lo demanda!

O usted, ¿qué opina estimado lector?