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De chile, dulce y accountability

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Estamos terminando de celebrar la tradicional fecha del 2 de febrero, que es el día de la Candelaria, una fiesta llena de sincretismo, entre las tradiciones judías, las católicas y las indígenas. La fecha que en el caso mexicano se celebra comiendo tamales, da título a mi artículo de esta semana.

Seguramente muchos de ustedes han visto, como yo lo he hecho, muchos videos en YouTube o en Instagram o en alguna otra plataforma, de cómo preparar tal o cual platillo y bueno, con sus asegunes, seguro que han preparado algunos de ellos que les han quedado regios y otros no tanto, pero como dice el dicho, “la práctica hace al maestro”, así que les pido que no desistan y sigan intentando hasta que sus platillos les queden como a ustedes les gusten y sus comensales se los alaben ampliamente.

Por cierto, yo hace algunos meses estando en Valle de Bravo, reaprendí a hacer tamales, originalmente la cocinera de casa de mis papás y nana de mi hermano y mía, me enseñó a hacerlos en alguna vacación, y disfrute mucho recordando aquellos días y haciéndolos ahora, aprovechando para rellenarlos de sobras que había en el refrigerador. El ejercicio ya lo hemos repetido varias veces… es divertido y muy rico hacer tamales.

tamales
Imagen: Pop.

En esta lógica y viendo esos videos, me encontré que muchos chefs reconocidos y otros no tanto, hacían tamales de muchas cosas. Ya no sólo hay tamales verdes, rojos, de mole y los rosas. Ahora hay de todo lo que se les ocurra e imaginen.

Pues como en los tamales, hoy en día tenemos que aprender y reaprender muchas cosas. Escuché hace un par de meses en una entrevista buenísima que le hizo Emilio Penhos como parte de los webinars de Gira Monte Sinaí al nuevo presidente de la Coparmex, José Medina Mora, decir que con la pandemia “no habían cambiado las reglas, sino que había cambiado el juego”, y creo que todavía hay mucha gente que no le ha caído el veinte.

Nosotros como individuos, como parejas, como papás, como hijos, como ciudadanos, como profesionales vamos a tener que reaprender a jugar en un “nuevo juego” en un mundo nuevo y lo que tenemos que hacer mucho más rápido de lo que lo estamos haciendo.

Yo se que hay miles de letreritos y citas sobre la paciencia, y la supuesta importancia y beneficios de ésta… pues hoy en día los pueden ir tirando o guárdenlos para otro momento. Lo que se necesita es actuar, y actuar rápido si queremos dar resultados en cualquiera de los roles que nos corresponda… Y lo mismo lo deben entender las empresas, cualquier organización y los países.

¿Quieren ejemplos? Los países que actuaron rápido en relación a la pandemia han tenido mucho éxito en cuanto al control de los contagios y los decesos, los que no tomaron y aun no han tomado decisiones adecuadas y rápidas han tenido que pagar y seguirán pagado costos altísimos, léase Estados Unidos, Brasil, México, entre otros.

accountability pandemia
Imagen: Bright Spot.

Estados Unidos ya esté dando un giro de timón de muchos grados en cómo manejar la pandemia, después de decenas de desaciertos y muchos estúpidos tweets de Trump. El número de contagios y de decesos empieza a bajar de forma radical, además de que los sistemas implementados para la vacunación, de la mano de los estados, los municipios y las propias ciudades, están siendo en la mayor parte de los casos muy eficientes y no en vano Estados Unidos lidera con mucho el número de personas vacunadas.

Otros países, como Israel, lo han hecho también muy bien en los dos ámbitos, el control de la pandemia y la vacunación.

El caso brasileño será de estudio, de todo lo que NO hay que hacer, de la mano del mexicano, de los alrededor de 2.3 millones de muertos en el mundo por COVID, estos dos países: 229 y 162, respectivamente, “aportan” el 17% de los muertos a nivel mundial, y si atendemos a las cifras que nos presentó recientemente el INEGI, en relación a los decesos totales en el país en 2020, los muertos por COVID en México rondarían los 233 mil, que lamentablemente es una cifra mucho más realista y creíble que los 162 mil que lleva en sus cuentas la Secretaría de Salud.

¿Y han escuchado al presidente, al “secretario” Alcocer, al inconsciente del subsecretario López-Gatell, dar una disculpa, aceptar que lo han hecho muy mal? No ¿verdad?, ni yo tampoco, eso se llama ser inaccountable.

Otro ejemplo lamentable, el sistema que diseñó el gobierno de México para registrarse para obtener la vacuna contra el coronavirus. El primer día se colapsó a menos de diez minutos de haber entrado en marcha y tardaron varios días para estabilizarlo medianamente. Por cierto, yo después de muchos, muchos intentos, lo logré y ya tengo mi número de folio. Y pongo este ejemplo porque tiene que ver con un tema que he trabajado por 11 años que es el de la accountability. En lugar de inmediatamente decir, “lo lamentamos”, hicimos –otra vez mal las cosas– como casi todo lo que hace este gobierno, salieron a defenderse y aquejarse de que mucha gente nos tratamos de inscribir… ¿y qué esperaban? La falta de accountability de este gobierno es realmente alarmante.

accountability pandemia

Y por el contrario, empresas como Rappi, Uber, Cornershop, la misma Amazon, entendieron lo que estaba y esté pasando y se han renovado y reinventado de forma muy acelerada y por ello están teniendo mucho éxito. Esto por sólo citar empresas del mismo giro y que tienen que ver con la entrega a domicilio de las cosas.

En otros sectores de la economía las empresas no han sabido reaccionar de la mejor manera y han perdido mercado, y en consecuencia, han perdido miles de millones de dólares y desafortunadamente han tenido que tomar decisiones con relación a su personal, despidiendo a grandes cantidades de los mismos, entre otras medidas.

¿Tú como individuo, tu organización, ya se renovaron, ya se reinventaron? Si aún no lo han hecho, me temo decirles que cada día les queda menos tiempo, si aún lo tienen, para seguir pensando y planeando, y se tienen que poner las pilas para hacerlo a la brevedad. Muchos menos planeación y mucha más ejecución, digo siempre en mi taller de accountability “hazlosencillo”.

Yo no creo que sirva de nada andarse victimizando por la vida, quejarse todo el día y echarle la culpa a los otros de los que nos suceda. Tenemos que asumir responsabilidad por nuestros dichos y nuestros actos; esperar muy poco de los demás y hacer lo que nosotros consideremos que es lo correcto y hacerlo pronto.

Como en el ejemplo de los tamales, hay que dejar de seguir ofreciendo sólo tamales de pollo con salsa verde, mole y de dulce, y hay que pensar en nuevos “sabores”, léase nuevos productos, nuevos servicios, nuevas experiencias.


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El primer turista en México

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Si consideramos turista a la persona que se traslada de su país a otro con la finalidad de aumentar sus conocimientos y aprender sobre otras culturas sin necesariamente un motivo comercial, entonces el aventurero italiano Giovanni Francesco Gemelli Careri fue el primero en la historia en “turistear” nuestro país.

Esto sucedió a finales del siglo XVII, cuando proviniendo de Manila, Gemelli desembarcó del galeón San José en Acapulco. No se trata del aquel famoso galeón San José, el del polémico pleito entre España y Colombia en el 2015, cuando unos cazatesoros por fin lo encontraron en el fondo del mar. “El grial de los naufragios” lo llamaron, pues su tesoro fue valuado en más de US$1.500 millones. Ese San José había zarpado repleto de lingotes de oro, en 1705, de Cartagena de Indias, Colombia, pero fue cañoneado y hundido por los ingleses.

Nuestro San José era un galeón al servicio español que unía Asía, América y Europa, comúnmente llamado la “Nao de China”, una ruta operada de 1565 a 1815. Ese sí que era un viaje bravísimo, osado y peligroso, pero sobre todo cansado, pues de Manila salía a final de junio y llegaba a Acapulques la última semana de diciembre.

En fin, signiore Gemelli Careri nació en la región de Calabria, Italia, en 1651. Joven inteligente y disciplinado, Gemelli Careri terminó la carrera de leyes en la prestigiada universidad jesuita de Nápoles. A los veinte años ejercía como abogado y juez, pero también como soldato di ventura, una expresión usada para denominar a los mercenarios que por entonces eran muy solicitados, ya que los esfuerzos para parar el avance de los turcos en Europa estaban en su mero apogeo.

Giovanni Francesco Gemelli Careri
Imagen: Wikimedia.

De joven Gemelli tenía dos de los factores más importantes que ayudan mucho a ser aventurero: ser una persona de espíritu inquieto y tener una buena herencia. Así, Gemelli pudo intercambiar sus estudios con los viajes, primero por Europa, después por las costas de África y Oriente próximo. Una de las cualidades de este viajero italiano, y que hizo ganarle la posteridad, fue su determinación en reseñar de manera puntual los montones de aventuras y anécdotas que le sucedieron a lo largo de sus viajes, sobre todo cuando se convirtió en uno de los primeros europeos en darle la vuelta al mundo sin usar medios de trasporte propios, como lo haría un viajero común y corriente. No en balde el famoso escritor Julio Verne se basó en él para su magnífica obra La vuelta al mundo en ochenta días (1872).

Su travesía por el mundo duró más de cinco años. Comenzó con una visita a Egipto, en 1693, para después deslizarse por Persia y Armenia, hasta llegar a la India, un camino arriesgado y poco frecuentado por los europeos, sobre todo para un simple turista que no tenía nada que ver con el mundo del comercio. Ya en China, Careri fue confundido por espía (que en alguna ocasión lo fue para el Vaticano), lo que en vez de perjudicarlo le abrió ciertas puertas, como la de poder entrevistarse con el emperador en Pekín y turistear por partes prohibidas de la Gran Muralla, jamás vistas por un occidental.

Desde la isla de Macao, Careri pasó a las Filipinas y de ahí tardó seis meses en el mar para llegar a Acapulco, en 1697: “una pesadilla de viaje plagada de alimentos en mal estado, brotes epidémicos y ocasionales tormentas”, como apunta en su diario.

Cuando leemos o vemos este tipo de aventuras siempre salta una pregunta curiosa: y bueno, ¿cómo diantres se patrocinaban estos cuates sus trotes de años y años sin trabajar? En el caso de Gemelli Careri, como se dijo, tenía una buena herencia, pero también era muy hábil para el “bisne”. Por ejemplo, en Manila se hizo de un valioso cargamento de mercurio, que vendió en Acapulco, sacando una ganancia del 300% de su valor original. Y ya en el puerto, Gemelli pasaba entre la gente en calidad de mercader de artesanías, prendas de vestir, e inclusive compraventa de esclavos.

Recién desembarcado escribió: “¡Acapulco! Habitaciones calientes e incómodas. Alimentos demasiados caros, pues hay que traer de otros lugares los víveres”. Pues nada, que signiore Gemelli termina quejándose de todo y de todos. Del puerto dijo que el nombre de ciudad y la categoría de primer emporio del mar del sur y escala de la China era engañoso, pues aquel sitio no dejaba de ser una humilde aldea de pescadores con casas ruines, levantadas con madera, barro y paja.

Giovanni Francesco Gemelli Careri
Imagen: Wikimexico.

Pero qué tal cuando llegaba la Nao de China, o los navíos de Perú, ¡puuura vida!, como decía el buen Clavillazo, pues las ferias que se daban traían negociazos y ganancias para todos: “El fisco, que recibía 80 mil pesos por derechos tan sólo de la nao; los comerciantes, con inversiones que superaban los dos millones de pesos; los estibadores, con entradas de hasta tres pesos al día, e incluso el párroco encargado, que si bien tenía un sueldo de 180 pesos al año, en cualquier momento se echaba a la bolsa mil extras por la sepultura de un mercader acaudalado, sobre todo si éste provenía del extranjero”, comenta el investigador Jesús Guzmán Urióstegui para la revista Rutas de Campo (enero-marzo de 2014).

Después de vender su cargamento, Gemelli decidió moverse a la capital en un recorrido que resultó un verdadero viacrucis, pues al sol recalcitrante y la subida y bajada de cerros, el cruzar ríos a nado o caerse de barrancas y precipicios, hubo que agregarle la infesta de moscos y sabandijas que hicieron del cuerpo de nuestro visitante un lote de inmundicias. Y no era para menos, simplemente el viaje de Acapulco a Chilpancingo duraba seis días a lomo de animal. Sería precisamente cruzando el estado de Guerrero cuando estando acampado en el Cañón del Zopilote lo sorprendió un sismo que según sus propias palabras “duró lo que dos padrenuestros” y que lo obligó a cambiarse de guardapedos (pantalones antiguos).

Su última parada antes de llegar a la capital fue en el señorial San Ángel, y entonces todo se iluminó para Gemelli, pues además del bendito clima el turista encontró el paraíso terrenal entre arroyos, montes boscosos y cientos de huertos que producían delicias como peras, manzanas, chabacanos, todo bajo el mando de tardes de cielo azul raso que le recordaban los paisajes salidos de algún lienzo renacentista.

Una de las cosas que más llamó la atención al viajero italiano fue la extraordinaria huerta del Convento del Carmen, en San Ángel, que entonces tenía una extensión que llegaba de lo que hoy es Avenida Revolución, hasta el Desierto de los Leones, cuyo monasterio también era carmelita. Gemelli anotó en su diario:

“El padre fray Juan me llevó a la tan nombrada huerta, que, aunque su circunferencia no excede de tres cuartos de legua española, sin embargo, un gran río que pasa por en medio de ella la hace tan fértil que sus árboles europeos producen de renta al convento más de trece mil pesos cada año. Se encuentran allí peras de cuarenta especies, que se venden a seis pesos la carga; variedad de manzanas, albérchigos y membrillos; las nueces, castalias y otras frutas semejantes son pocas. Pretendiendo el arzobispo recibir diezmo de esta fruta y negándoselos padres a darlo por ser plantados los cuarenta árboles para el uso del convento, fué a contarlos un oidor por orden del rey, y encontró basta trece mil, según me refirieron personas fidedignas. Está situada la huerta en un lugar ameno, a las faldas de altísimos montes. Tienen también los padres en el mismo colegio un buen jardín de flores, en el que hay árboles de clavo que dan flores del mismo olor que los de las Molucas; pero no llegan a madurar como aquellas. Hay allí viveros con diversidad de peces, y fuentes bastante bien dispuestas para distracción de los religiosos. Después de comer, volví a México”.

José Sarmiento Valladares.

Como era de esperarse, Gemelli quedó impresionado del esplendor de la capital novohispana. Era el mero apogeo del virreinato novohispano, región que abarcaba más de la mitad del continente y que literalmente mantenía a una corona española bastante vapuleada por las incansables guerras. Claro, no todo era “la buena onda”: internamente aquí había entonces serios problemas, sobre todo en ese preciso periodo de abasto de comida. Esta carestía se debía a las sucesivas malas cosechas que azotaban el territorio desde 1690. Entre otras consecuencias, la inseguridad aumentó a niveles terribles. Gemelli llegó a contar cuatro mil vagabundos que se juntaban durante el día en la plaza mayor y que durante la noche hacían de las suyas. El virrey en turno llegó a tomar medidas drásticas, incluidos el ahorcamiento, el destierro, el moche de orejas y el sellar la espalda con fierro ardiente. Pero no era suficiente.

El turista italiano no dejó de apuntar en su diario éste y otros problemas que atacaban al virreino. Sin embargo, siendo él una persona educada, viajada y un charlista consumado, no tardó en convertirse en una especie de rock star entre la alta sociedad novohispana, que no dejaban de invitarlo a sus fiestecillas de menique parado para escuchar atentos una y otra vez sus aventuras alrededor del mundo. Además, para cuando Gemelli llegó aquí ya había publicado, en 1699, cinco volúmenes de su obra Giro del Mondo —que además contenía extraordinarias litografías, obras de él mismo, pues era un dotado dibujante—, por lo que era conocido entre los estudiosos.

Durante su estancia mexicana hizo buenas migas nada menos que con el criollo erudito y jesuita, Carlos de Sigüenza y Góngora, astrónomo, matemático, geógrafo historiador, filósofo, poeta, periodista y un largo etcétera. También hizo amistad con el no tan simpático, pero sí bien bizco, don José Sarmiento Valladares, a la sazón el 32º virrey de la Nueva España, quien estaba casado con María Jerónima de Moctezuma, la cuarta nieta del emperador azteca, de ahí que se recuerde a este personaje como conde de Moctezuma.

Mapa de Gemelli Careri
Mapa hecho por Gemelli Careri de la migración azteca de Aztlán a Chapultepec de “Viaje alrededor del mundo”, 1704 (Imagen: mapas.uoregon.edu).

La verdad sea dicha, le tocó bastante dura la situación a don Bizcocho, conde de Moctezuma, pero entre sus pocos aciertos, estuvo el de ser el primero en patrocinar las expediciones jesuitas hacia la California, donde entre sus filas estaba el legendario padre Eusebio Kino. Lo cierto fue que, por sus buenos servicios, el rey Felipe V (primer rey Borbón de la dinastía) hizo duque de Atlixco a don José, regalándole una parcelita modesta que iba de Atlixco, Puebla, a las costas de Oaxaca… ¡Auch!, ¿quién le pego, ¡mija!?

De regreso a Europa, Gemelli se dedicó a escribir y publicar sus andanzas de mochilero. El sexto tomo de su ya célebre Giro al Mondo, lo dedicó exclusivamente a sus andanzas mexicanas. Además de sus aventuras, éste contiene información recogida de códices prehispánicos, a los que tuvo acceso exclusivo gracias a su amistad con don Carlos de Sigüenza y Góngora; también contiene varias ilustraciones de guerreros aztecas recogidas de estos códices. Tómese en cuenta que Gemelli tuvo oportunidad de estudiar las pirámides cuidadosamente (su afinidad con las pirámides egipcias lo llevó a creer que tanto los antiguos egipcios como los amerindios descendían de los habitantes de la Atlántida). Algo por reconocer es que Carlos de Sigüenza y Góngora, quien no tenía dinero, pudo publicar a través de Gemelli mucho sobre los antiguos mexicanos, y a su vez a través del trabajo de Gemelli, pudo difundir sus ideas e incluso dibujos de los antiguos manuscritos mexicanos.

El célebre mochilero napolitano murió en 1725.


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El Servicio Social en la carrera de Médico Cirujano

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La semana pasada surgió la noticia del fallecimiento en Nueva Palestina, Ocosingo Chiapas, de una alumna de la carrera de Médico Cirujano de la Universidad Autónoma de Chiapas que se hallaba haciendo su Servicio Social en esa comunidad, tenemos sólo versiones periodísticas que nos relatan que apareció muerta en su habitación el día 27 de enero con huellas de asfixia por estrangulación, que fueron atribuidas inicialmente a suicidio, aunque después se han venido desmintiendo. Si se suicidó o fue asesinada, aunque cambia mucho el fondo del asunto, sigue mostrando muchas dificultades por las que transcurren ahora los estudiantes en Servicio Social.

Al parecer la alumna venía siendo acosada e incluso violada, por lo que asistió con las autoridades sanitarias y escolares a presentar una queja o una denuncia, y pretendiendo renunciar, sin embargo, la conminaron a tomar unos días de descanso y regresar a su plaza, uno o dos días después de regresar sucedió la tragedia. Para colmo su cuerpo fue incinerado, con lo que las averiguaciones serán más difíciles. En todo caso, queda claro que una mujer sola, desarraigada de su ambiente familiar, que se siente acosada y quizá violada, acude con sus autoridades, las que en lugar de intentar solucionar el problema –un simple cambio de plaza hubiera bastado–, le indican seguir en el mismo sitio, sin tomar otras medidas y dejándola abandonada. Por los datos que tenemos estaba más o menos a la mitad del tiempo que se les exige a los médicos para cumplir el requisito de Servicio Social.

El Servicio Social se estableció en la UNAM a principios de los años 30, el presidente Calles y los presidentes que le siguieron, unos interinos y otros electos, se enfrentaron a una opinión que empezó a extenderse entre parte de los miembros del gobierno revolucionario, formado fundamentalmente por Generales. Consistía en que la UNAM era una instancia elitista, que no se acercaba al pueblo y por tanto invertir en ella era antirevolucionario, lo que además ocasionaba que las condiciones económicas de la universidad empezaban a ser críticas. Uno de los que encabezaban esta postura era el General Saturnino Cedillo, que había pasado de ser orozquista, anticarrancista, siendo miembro de la Convención y luego obregonista; fue ministro de agricultura en el efímero gobierno de Ortiz Rubio, para luego tener el mismo cargo al principio del gobierno del general Cárdenas, luego pasó a ser gobernador de San Luis Potosí, donde se levanto en armas y fue combatido hasta derrotarlo y morir en la batalla.

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Imagen: Benedetto C.

A su llegada Lázaro Cárdenas decidió combatir esa corriente, la que suponía a la universidad como elitista, se sirvió de su relación con los rectores Ocaranza, primero, y Chico Goerne, quien culmino el proyecto; y sobre todo de su relación con el Dr. Gustavo Baz, quien era director de la Escuela de Medicina, para implementar un plan que desvirtuara esa opinión. Se creo el Servicio Social, estableciendo una instancia universitaria que lo manejara, para quitar todo viso de acción gubernamental y se estableció en 1935, siguiendo como modelo uno que se desarrollaba en el Reino Unido. Desde 1928 en Europa corrían tendencias para acercar a la universidad, ayudando a los más necesitados con las acciones de los egresados.

Por su cercanía, además de con el rector Chico, con el Dr. Baz se empezó con la escuela de Medicina, al principio en grupos pequeños, pero al cabo del tiempo se estableció como un requisito, formal e ineludible. Los alumnos antes de terminar sus estudios y para poder graduarse tenían que estar un año en una comunidad rural, siendo responsables del Centro de Salud de la comunidad. Para ello se establecieron las plazas y se dotó de un estipendio a los alumnos. El resto de las licenciaturas o no participó o lo hizo relativamente, muchas tienen obligación de realizar Servicio Social, pero lo pueden hacer durante sus estudios y a tiempo parcial. Los médicos tienen que hacerlo durante un año, al final de los estudios y generalmente en una comunidad rural. Así el servicio social surge como una acción política y en ningún momento con consideraciones académicas, se le fueron añadiendo en el camino, pero nunca de una manera ni formal ni organizada.

Yo realicé mi Servicio Social en 1969 en una comunidad rural del estado de Puebla, que ahora es prácticamente suburbana y, por cierto, muy conflictiva, resultó una experiencia extraordinaria, y que me ayudó a iniciarme como médico. Desde luego, antes de irme nadie me instruyó qué tenía que hacer y cómo, llegué a los Servicios Coordinados del estado y de ahí me mandaron a la Jurisdicción Sanitaria y luego al Centro de Salud B que sería mi sede y mi responsabilidad. Poco a poco me fui apropiando de las responsabilidades y las obligaciones y, al final, sin duda, el autoaprendizaje resultó absolutamente enriquecedor, porque me enseñó, me obligó a tomar decisiones, que al final es la tarea del médico.

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Imagen: Salini Perera.

Resalto que fui recibido muy cordialmente por muchas personas y ayudado por ellas, que mi vida personal transcurrió muy gratamente, a pesar del cambio de un individuo absolutamente urbano y cobijado por su familia a la vida solitaria y rural que pasé durante un año. El salario o beca que me otorgaron era muy abajo aun para la época, pero alcanzaba para pasar la vida, que tampoco implicaba grandes gastos; pronto aprendí a tener algunos ingresos extras con alguna consulta privada, lo que estaba permitido, y la situación económica no acabó siendo un problema.

Al final, creo que se cumplió el objetivo, no escrito, del Servicio Social, el inicio de una vida profesional como médico. Pero la situación ha cambiado mucho en estos más de 50 años, primero académicamente; aunque en la medicina siempre el enfermo ha sido lo más importante, no estaba desarrollado el concepto de Seguridad del paciente, que obliga a un aprendizaje cercanamente supervisado, no puede dejarse sólo al alumno decisiones que pueden resultar trascendentes, muchos intentos se han hecho sin conseguirlo, para brindar al SS un programa académico.

El cambio social y académico que ha acontecido en nuestro país es notable, los pasantes no son ya recibidos, cuando menos siempre, con cariño y deseo de ayudarlos en sus acciones, existe una gran violencia, en todo el país, de la que no escapan las comunidades donde son asignados los alumnos, y por lo tanto son víctimas de ella.  La beca o salario se ha venido empobreciendo y ahora no alcanza para vivir durante su estancia, por eso el estudiante de medicina y su familia tienen que hacer un esfuerzo para conseguirlo. Pero, ¿por qué ha sobrevivido el SS?, porque los pasantes hacen las veces de médico de atención primaria en los servicios de salud de esas comunidades con un salario bajísimo, sin costos laborales y con un recambio anual que impide una evaluación seria del sistema.

No me cabe duda que no existiendo un sustento académico, al realizarse este aprendizaje solitario sin supervisión, se agreden varios conceptos fundamentales, especialmente los de la seguridad del paciente; su existencia queda seriamente expuesta. La atención en los centros de atención primaria debe ser resuelto de otra forma con la asignación de personal profesional adecuadamente formado. El año que quedará a los alumnos al suspenderse el SS puede ser ocupado para cursar materias que realmente los preparen al ejercicio profesional que, por cierto, tanto ha cambiado en los últimos años.

Lecturas recomendadas:
– Enrique Graue Wiechers. 80 años de Servicio Social. México Social: 2015; 8:15.
– Ivonne Meza Huacuja. De la universidad al campo: El establecimiento del servicio médico social en la UNAM. HMex 2014; 64 (2): 607-644.
– Cristina López García, Francisco Xavier López Lara, Arturo Estorgio Rojas Sánchez. Programa de formación académica para el Servicio Social en medicina: una propuesta de evaluación. Congreso Nacional de Investigación Educativa. San Luis Potosí, México. 2017.
– Enrique Graue Wiechers. El Servicio Social en Medicina a 75 años de su instalación. Gac Med Mex. 2012; 148: 276.
– Gustavo Nigenda. Servicio social en Medicina en México. Una reforma urgente y posible. Salud Pública Mex. 201;55(5).
– Elda Montero Mendoza, Marcelina Cruz Sánchez. Servicio Social en Medicina en el primer nivel de atención médica: de la elección a la práctica. Rev Educ Sup 2014; 43, 172.
– Joaquín López Bárcena, Marcela González de Cossío Ortiz, Mónica Velasco Martínez. Servicio Social en Medicina en México. Factibilidad del cumplimiento académico en el área rural. Rev Fac Med (Mex), 2004; 47(5).


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La oficina invertida

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Siempre he trabajado en un esquema “híbrido”: una parte del tiempo en casa y otra en las oficinas de mis clientes. Hace 30 años, cuando empecé a trabajar así, mi situación era privilegiada, ya que muy pocos de mis pares podían hacerlo. También era bastante complicada: comunicarme con mis colegas desde casa era difícil, interactuar con ellos de otras formas era prácticamente imposible. Todavía recuerdo mis primeras incursiones en internet: esos largos segundos escuchando los pitidos del módem, deseoso de que ahora sí se diera el milagro de la conexión.

Hoy, la situación es muy diferente. La tecnología nos permite interactuar a distancia de formas mucho más diversas y eficaces; cada vez son más las actividades que podemos hacer desde casa y el espacio virtual nos es más familiar cada día. La pandemia aceleró la adopción del teletrabajo y mostró su factibilidad y sus beneficios. Al parecer, esta situación es en cierto grado irreversible: si bien las oficinas tendrán todavía un lugar, éste sólo será una parte de nuestro espacio de trabajo.

imaginacion oficina
Imagen: Sara Vilas.

Esta perspectiva plantea la pregunta de cuáles actividades deberíamos hacer en casa y cuáles en la oficina, es decir, para qué si vale la pena reunirnos en un mismo momento y lugar. Un modelo tomado del mundo de la educación que puede ayudarnos a construir una buena respuesta es el del Aula invertida (Flipped Classroom). Éste propone invertir (intercambiar) las funciones pedagógicas del aula y del trabajo en casa (la “tarea”). Responde a la evolución tecnológica que permitió documentar el conocimiento de maestros, maestras y especialistas en medios digitales, sobre todo videos, que los alumnos pueden ver en casa. 

Los alumnos solíamos ir a clases para “recibir” la información y el conocimiento que las maestras y los maestros “vertían” en nuestras mentes a través de sus exposiciones. Hoy existen plataformas con recursos abundantes, acerca de cualquier materia, con los que podemos sustituir estas exposiciones (un buen ejemplo es Kahn Academy:). Si podemos recibir el conocimiento en casa (“de tarea”), ¿para qué querríamos ir al salón de clases? La respuesta es: para practicar con esos conocimientos, para resolver problemas, para comentar y debatir y, sobre todo, para colaborar con nuestros pares. Actividades de aprendizaje fundamentales que antes nos dejaban de tarea o que, de plano, no hacíamos. 

De la misma manera, la oficina invertida dejaría para la casa todas las actividades de baja interacción. Por ejemplo, ver presentaciones, consultar informes, participar en juntas informativas, registrar información, colaborar sobre documentos o tener conversaciones sencillas. La oficina sería entonces el espacio para las conversaciones complejas, de alta interacción, que necesitan de la energía, la espontaneidad y la magia que sólo surgen del contacto en vivo.

oficina invertida
Imagen Ka Lee.

Se me ocurren tres razones para ir a una oficina: 

Conectar con las personas. Somos seres sociales. Las conexiones interpersonales son el tejido de la organización. Los encuentros en Zoom no pueden replicar la intensidad y la calidad de la conversación que sucede acompañada de un buen café o una comida agradable.
∙ Colaborar informalmente. ¿Cuántas conversaciones espontáneas disparan intercambios relevantes para la organización? El pasillo y los espacios de café son indispensables para relajarnos un momento e intercambiar ideas que pueden llegar a crear grandes proyectos. 
∙ Cambiar de espacio. Pasar todo el tiempo en el mismo espacio y con las mismas personas puede llegar a ser difícil. Salir a la oficina, estar unas horas en otro espacio, frente a otras caras, puede ayudar. 

Aquí me surge otra pregunta: ¿cómo deben ser los espacios, reales y virtuales, de la oficina y de la casa para liberar todo el potencial de la oficina invertida? Las cadenas interminables de videoconferencias, con mala calidad de conexión y peor calidad de interacción, no son la respuesta. Otras experiencias del entorno educativo pueden ser útiles también para responder a esta pregunta. Por ejemplo, la ludificación (me resisto a decir “gamificación”, aunque ésa es la palabra más común), puede aportar mucho al diseño de la parte virtual de la oficina invertida. Dejo este tema para otra ocasión. 


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Tras la huella del Mahatma

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En estas semanas recordamos el 125 aniversario del nacimiento y el cincuentenario de la muerte de Louis Fischer, el periodista que dio a la profesión uno de sus momentos esplendentes el siglo pasado.

Quienes son aficionados al cine sin duda identificarán el nombre con la extraordinaria película de Richard Attenborough, Gandhi (1982), basada en el libro homónimo de este hijo de un vendedor de pescado y fruta nacido el 29 de febrero del bisiesto 1896 en Filadelfia, Estados Unidos.

No deja de tener un toque irónico que el actor que interpretó al diminuto paladín que arrancó de la corona de la pérfida Albión la joya conocida como “Raj Británico”, con sus 362 millones de almas, haya sido un gigantón inglés nacido en un villorio de 800 habitantes en el corazón del imperio, Ben Kingsley.

Aquel patriarca semidesnudo consumó, armado con una idea cuyo tiempo había llegado, un evangelio de paz y un puño de sal, lo que ni la Gran Armada de Felipe II o la de Napoleón lograron: doblegar al arrogante imperio en donde nunca se ponía el sol.

La poderosa sombra del Mahatma obnubiló a gigantes de su tiempo. El caso emblemático por incoherente y casi esquizofrénico, fue el de Winston Churchill, un titán ante Hitler y un déspota frente a Gandhi, a quien tildó de “fanático, subversivo, maligno… abogado sedicioso […] usurpador de un ejemplar de fakir muy popular en Oriente para trepar medio desnudo y a zancadas la escalinata del palacio virreinal”.

Gandhi y churchill
Mahatma Gandhi y Winston Churchill.

 Esa sombra fue luz para otros. Martin Luther King encontró guía y aliento en la resistencia pacífica y en 1930 la revista Time comparó “la Marcha de la sal” de Gandhi con el episodio del “Motín del té” de Boston, que desembocó en la independencia de Estados Unidos.

También a Richard Attenborough imbuyó el resplandor de la idea gandhiana… gracias a Louis Fischer. Era un productor y actor próspero, que “llevaba una existencia cómoda. Tenía mucho trabajo en el cine. Mi dinero estaba bien invertido. Pero entonces Motilal Kothari me regaló la biografía de Gandhi… y me cambió la vida. Fue como un rayo. Desde ese día no pensé en otra cosa. Todo lo que hice, además de  viajar casi 40 veces a la India, estuvo encaminado a filmar esta película”.

En una era de gigantes del periodismo y la literatura, Fischer fue una cumbre. Al igual que Jack Reed, Arthur Koestler y George Orwell –por mencionar a tres– fue arrastrado por la ola de entusiasmo que la revolución soviética levantó en el mundo. Y como muchos de sus contemporáneos, un día abrió los ojos al terror del padrecito Stalin y puso distancia con el paraíso de los trabajadores. Este alejamiento lo puso en la mira de la nomenklatura. Desde el comunismo gringo, Max Eastman lo criticó en su libro Artistas en uniforme. León Trotsky lo declaró “mercader de mentiras” además de “agente literario al servicio de Stalin”.

Su desencanto se vertió en uno de los capítulos de El Dios que fracasó, en donde André Gide, Ignazio Silone, Stephen Spender, Richard Wright y Arthur Koestler, también plasmaron sus reflexiones sobre el eclipse del sueño socialista.

Fischer, hasta su muerte, se vio a sí mismo como “un liberal de centro-izquierda, antiimperialista y promotor del cambio social”.

La suya fue una compleja personalidad. Hiperactivo, con pinta de niño malcriado y pasión por el trabajo, fue al mismo tiempo un hombre generoso que regaló los derechos cinematográficos de su obra e intervino a favor de Eisenstein en la disputa con Upton Sinclair sobre el costo de Tormenta sobre México, que el cineasta ruso filmó en 1933.

Mahatma Gandhi y Louis Fischer
Mahatma Gandhi y Louis Fischer, periodista judío-americano (Imagen: Catawiki).

A lo largo de su vida escribió más de 20 libros –entre ellos La vida de Lenin, galardonado en 1965 con el Premio Nacional de Historia y Biografía– y fue un reportero incansable que se involucró en las corrientes que estaban modelando la historia del mundo. Sus cartas ocupan 68 archiveros en la Universidad de Princeton, donde impartió cátedra al final de su vida.

Principalmente en inglés, pero también en alemán, ruso, hebreo y francés, las cartas dan cuenta del abanico de intereses que tuvo y la influencia que ejerció a lo largo de su carrera. Josip Broz Tito, Sukarno, Robert Oppenheimer, Eleanor Roosevelt, Robert Kennedy, Jawaharlal Nehru, Gandhi, Georgy Chicherin, Franklin Roosevelt, John F. Kennedy, Dwight D. Eisenhower, Dag Hammarskjöld, Henri Spaak y Anthony Eden, entre muchos otros políticos y estadistas, compartieron con Fischer su visión del mundo.

Gran parte de su correspondencia se refiere a la India, país que visitó en 1942. De sus encuentros con el padre de la patria indostaní habría de escribir Una semana con Gandhi y La vida de Mahatma Gandhi, el deslumbrante volumen que en lo particular considero lo mejor que se ha escrito sobre esa gran figura.

En él Fischer despliega, desde el párrafo inicial y a lo largo de 50 capítulos y más de 500 páginas, el estilo sobrio y directo que logran muy pocos de quienes se dedican a este oficio: “A las cuatro y media de la tarde, Abha se presentó con la última comida que habría de tomar: leche de cabra, verduras crudas y cocidas, naranjas y una infusión de jengibre, limón agrio, mantequilla y jugo de áloe. Sentado en el piso de su cuarto en la parte posterior de Birla House en Nueva Delhi, Gandhi comió mientras conversaba con Sardar Vallabhbhai, primer ministro adjunto del nuevo gobierno de la India independiente”.

Como Arthur Koestler, Fischer fue un errante que buscó encontrarse y conciliarse con sus herencia semita. Después de estudiar pedagogía y dar clases, se enlistó como voluntario en la Legión Judía y estuvo en Palestina entre 1919 y 1920. Luego vivió en la URSS y sirvió al PCUS. En 1936 viajó a España como corresponsal de guerra y participó en las Brigadas Internacionales, en donde, supongo, habrá conocido a Orwell, a Hemingway y quizá a nuestro Siqueiros.

Louis Fischer murió de un infarto en Hackensack, Nueva Jersey, el 16 de enero de 1970. La noticia de su muerte ocupó pequeños espacios en las páginas interiores de los grandes diarios que antes se disputaron sus crónicas.

Juego de ojos.

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Mujeres con derecho a vivir sin violencia

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Mariana, 24 años, recién egresada de medicina, fue abusada sexualmente, lo denunció y la asesinaron. ¿Qué más se puede decir en un país donde asesinan en promedio a diez mujeres al día? ¿Y qué mencionar cuando se es una de cada diez que sí se decide a denunciar? La cultura del “para qué denuncio si luego no pasa nada”, nos ha sumido en un abismo. Así como escribo sobre el caso de Mariana, pude haber expuesto sobre Fátima, Ingrid, Claudia, Esmeralda, Laura, Janette y la lista es interminable. ¿Quién recuerda cuando la colectiva SJF escribió el nombre de más de 3 mil víctimas de feminicidio en la plancha del Zócalo capitalino? En aquella ocasión, esos nombres de mujeres víctimas fueron dados por la organización Data Cívica y representaban los asesinatos contra mujeres registrados solamente en 2019.

No murieron, las mataron. Y ya ha corrido mucha tinta en leyes, códigos, tratados, convenciones, pero este cáncer parece nadie pararlo y sigue carcomiendo a nuestra sociedad desde sus pilares, que somos las mujeres.

Es célebre el triste caso González y otras vs. México, mejor conocido como “Campo algodonero” cuya sentencia fue emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (IDH) el 16 de noviembre del 2009, y representa un antes y un después para el Estado mexicano cuando de violencia de género se habla. La insoportable situación de las muertas de Juárez no podía seguir sufriendo de la indiferencia de las autoridades mexicanas y se recurrió a las instancias internacionales. En dicha sentencia la Corte IDH condena al Estado mexicano como responsable en la desaparición y ulterior muerte de las jóvenes Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez, cuyos cuerpos fueron hallados en un campo algodonero de Ciudad Juárez el 6 de noviembre de 2001. El análisis y estudio de esta sentencia cobra relevancia jurídica y social, ya que en los argumentos esgrimidos por la Corte IDH se determina lo que debemos entender por violencia de género, sus causas, características, consecuencias y las medidas que el Estado mexicano debe adoptar para evitarla y castigarla.

vivir sin violencia
Imagen: La Quinta Ola.

En México, nuestra Constitución, máxima ley, expone que mujer y hombre somos iguales en el artículo cuarto, mas esto no nos libra de muertes injustas que se siguen día tras día. Hemos llegado a tener una Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, pero no disminuyen los feminicidios.

Falta mucha información para que podamos vislumbrar cuando el peligro nos acecha de cerca. No siempre se anuncia, pero en la gran mayoría de casos, los perpetradores son gente cercana a la víctima, lo que nos permite aseverar que con mayor información, las mujeres podemos detectar cuando estamos en riesgo. Y para ello, el Instituto Politécnico Nacional elaboró inteligentemente un violentómetro en el que se nos despliega toda la gama de actitudes y hechos que dan testimonio fehaciente de la violencia que se puede ejercer contra la mujer: bromas hirientes, chantajear, mentir, engañar, ignorar, ley del hielo, celar, culpabilizar, descalificar, ridiculizar, ofender, humillar en público, intimidar, amenazar; controlar o prohibir: celular, mails, redes sociales, amistades, familiares, dinero, lugares, apariencia, actividades; destruir artículos personales, manosear, caricias agresivas, golpear “jugando”, pellizcar, arañar, empujar, jalonear, cachetear, patear, encerrar o aislar, amenazar con armas u objetos, amenazar de muerte, forzar a una relación sexual, abuso sexual, violar, mutilar, asesinar.

derecho a vivir sin violencia
Imagen: Dante de la Vega.

Ayer caminaba por calles de Iztacalco y vi un hombre corpulento jugando a las “luchitas” con una joven quien le seguía la corriente en actitudes. No pude evitar acercarme y comentar que ni de broma se debía agredir a una mujer; hizo como que me pegaba y soltó una carcajada mientras yo seguí mi camino. La verdad me dio tristeza que vemos nuestra situación mexicana de un machismo exacerbado, y la mayoría de las veces, no hacemos nada por detener esa costumbre.

Mujer que me lees, padre de mujeres, hermano de mujeres, habla del tema. Ejemplifiquen para que se entienda bien. Muchas cosas que hemos vivido tantas veces, no son cosa normal, por más veces que ya se hayan repetido. Tenemos que identificar todo aquello que debemos erradicar y luchar por desaparecerlo; sean hechos o actitudes. El caso campo algodonero debe constituirse como un recordatorio constante y permanente de la existencia de la violencia de género en nuestro país y de las irreparables consecuencias de no adoptar a tiempo las medidas necesarias para su erradicación.

Limpiar el planeta puede ser negocio

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Cuando hayamos superado la pandemia y el COVID-19 deje de ser el asunto de mayor preocupación mundial, el cambio climático ocupará su lugar.

La buena noticia es que la parálisis económica causada por la pandemia va a requerir estrategias de recuperación que ya empiezan a plantearse asociadas al freno al calentamiento global; ese amarre supondría nada menos que la reconversión de la manera en que se produce electricidad para todo actividad productiva en el mundo, al uso de fuentes de energía limpias.

Desde hace 200 años la capacidad industrial capitalista se estructuró sobre la base de fuentes de energía fósiles para generar electricidad; la quema de hidrocarburos hace tiempo que rebasó la capacidad ecosistémica de recuperación.

Transformar la organización productiva de países “ricos y emergentes” al uso de energía renovable, hace recordar la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.  

La reconstrucción europea generó la recuperación de la crisis económica capitalista de la década de 1930 y fue el gran negocio de Estados Unidos, que ofreció el Plan Marshal a las devastadas naciones para financiarles la compra de maquinaria, equipos y bienes intermedios que se producían en la única estructura industrial en pie, que era la estadounidense.

cambio climatico
Imagen: Wired.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, entiende el desafío de reconversión tecnológica a fuentes de energía limpia para frenar el calentamiento planetario, y entiende mejor el valor económico de convertir ese proceso en un campo inmenso a nuevas oportunidades de negocios que dominarán el futuro próximo.

A pesar de que reducir las emisiones de CO₂ es cuestión de supervivencia, en el sistema capitalista sólo es posible hacerlo negocio; 13,700 científicos de 153 naciones divulgaron en enero de 2020 el documento titulado Advertencia de Científicos del Mundo sobre la Emergencia Climática, en el que además de los peligros, señalan acciones necesarias en energía, contaminantes atmosféricos de corta vida, naturaleza, alimentos, economía y población. World Scientists’ Warning of a Climate Emergency | BioScience | Oxford Academic (oup.com)

El 6 de enero de este año informaron sobre el comportamiento del calentamiento global durante 2020; resulta que ese año, pese a la recesión económica, se registraron temperaturas y desastres mayores de lo previsto. Y es que el Acuerdo de París, al que Biden reinscribió a Estados Unidos, no ha conseguido que las economías industrializadas hagan lo que les corresponde para que el calentamiento global no pase de 1.5 grados, que es la meta del acuerdo.

Hasta ahora se ha impuesto a los gobiernos la lógica de los grandes negocios, que es mantener sus esquemas “exitosos”; la llegada de Biden a la presidencia de Estados Unidos y voces autorizadas de China, de la Unión Europea y de corporaciones estadounidenses, ya hablan de apertura visionaria a las inmensas oportunidades que se le abren a las inversiones que se ocupen de proveer y equipar de nuevas fuentes de energía a la industria en todo el mundo.

limpiar el planeta
Imagen: Lia Liao.

De generalizarse esa perspectiva, se reanimarían inversiones y crecimiento y el combate al cambio climático se convertiría en el motor principal de la recuperación económica post pandemia.

Ni Estados Unidos ni China –los mayores contaminadores del planeta–, ni ningún otro país, tiene fácil la reconversión (habría quiebras, concentraciones de poder económico y político, desempleo, mayores urgencias sociales) y ninguno puede reconvertirse solo; tanto el abatimiento de las emisiones de efecto invernadero como el cambio  energético de la industria, tienen que ser concertadas internacionalmente.

Transformar el modo industrial de doscientos años transformará instituciones y leyes, el modo de organización empresarial y los mercados laborales en cada país, e impondrá varios requisitos estándar.

No existe, en el orden internacional, una experiencia de cooperación, solidaridad y coordinación semejante, pero es claro que la pandemia, la emergencia ambiental y los cambios sociales que conllevan, son asuntos globales y que llevan a revisar el multilateralismo y el derecho internacional. Nada, de aquí en adelante, volverá a ser como antes.


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El reino del revés

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El reino del revés es la mirada de Alicia ante el espejo antes de entrar al país de las maravillas: todo lo percibe y lo mira justo al revés… la realidad, cualquiera de ellas, la social, la jurídica, la administrativa, la legal… toda ¡pues!, se observa justo en su sentido contrario. Muchas veces los chilangos proactivos percibimos, en esta era de la tetratransformación, diría Gustavo Bueno, un pensamiento Alicia gubernamental que todo lo invade, como si nuestra bendita burocracia chilanga estuviera viendo la realidad a través de un espejo: ¡justo al revés!

Y es que, con el pensamiento Alicia administrativo chilango y, claro, con la conveniente aplicación que hacen de la Ley Campoamor –en la que un jefe o cualquier servidor público, hace interpretación, apreciación, o aplicación, de la ley y sus reglamentos a su albedrío personalísimo– que se basa en el famoso poema de Ramón de Campoamor… seguramente le resultará sumamente familiar… y que reza de la siguiente forma:

Y es que en el mundo traidor
 nada hay verdad ni mentira:
 todo es según el color
 del cristal con que se mira,

la autoridad local en materia de usos y destinos del suelo, aproximadamente el 6 de octubre del año pasado, publicó… sólo aproximadamente, porque no recuerdo la hora exacta de la publicación… en su órgano de máxima publicitación, la aprobación de un cambio de uso del suelo para oficinas de un inmueble ubicado en la colonia Anzures, que por los dichos de sus genuinos y originales vecinos y, también… no crea usted que sólo nos basamos en dichos… con base en los documentos históricos fotográficos existentes por doquier… incluidos, necesariamente, los archivos de la Seduvi, porque ¡ni modo que no revisen el estatus de los inmuebles antes de emitir sus resolutivos!.. se evidencia que el susodicho inmueble lleva años teniendo por uso el de oficinas… ¡no la chiflen que es cantada!

burocracia mexicana
Imagen: 20minutos.

Se entiende que estamos en una recesión económica por los efectos de la pandemia pero, una cosa es favorecer la economía y el empleo en la Ciudad de México y otra, muy distinta o del reino administrativo chilango del revés, es regularizar actividades que, por decir lo menos, son, clara y notoriamente, irregulares. Porque, ni modo que la Ley se haya motivado para otorgar derechos legítimos a quienes la han violado flagrantemente… no sé usted, pero, desde el pensamiento Alicia de la autoridad chilanga, seguramente no coinciden en esto con nosotros, porque, como todo lo miran a través del espejo, seguramente lo ven al revés.

O será que la autoridad, autoubicados en el ojo del torbellino de la famosa tetramorfosis que no da tregua, ¿no se han enterado que existe un marco jurídico, normativo y reglamentario que deben observar y acatar de la manera más fidedigna y leal posible? O acaso, por autoinflingida indulgencia, ¿piensan que su sentir es un garante mayor que tutela con mayor fuerza y certeza el bien común y el interés general de todos los gobernados?

Recientemente, tanto por devoción como por afición al arte cinematográfico, me he dado a la tarea de revisar los tesoros del cine mexicano, especialmente algunos que se produjeron cuando Echeverría “nacionalizó” o centralizó la producción cinematográfica mexicana. De estos largometrajes destaca notablemente la película Fe, Esperanza y Caridad; tres relatos que despliegan de manera grotesca y extravagante la relación que guarda la realidad con el pensamiento religioso… y, obviamente, se preguntará usted, ¿y esto qué chiflados tiene que ver con nuestro tema?… pues, si no la ha visto, se la recomiendo ampliamente, porque, en la tercera, Caridad, ha quedado inmortalizado, para la posteridad –es decir, para garantizar la concientización de lo irrepetible, especialmente para nuestra H. burocracia chilanga– lo irrisorio y estrafalario que resultaba la tramitología y su marco de regulación en esos ayeres del Departamento del Distrito Federal. Sugeriría, en verdad, que en los formatos de contratación o en las pruebas de aptitudes para los servidores públicos debería ser obligatorio haberla visto, justo para garantizar que la historia tenga los efectos siempre buscados, pero poco encontrados, tal y como lo señaló Paul Preston: “Quien no conoce su historia está condenado a repetir sus errores”… y sus horrores.

Reversible y curiosamente, en este reino administrativo tetramórfico del revés, la autoridad en materia de usos y destinos del suelo de la CDMX, trabaja afanosa y sin dilación alguna para concretar los proyectos de la tlatoani chilanga. Sólo recuerde usted que, su propuesta para el Programa Parcial de Vallejo ya hasta fue aprobado en comisiones, por lo que es de suponerse que la Seduvi, necesariamente, al ser el órgano administrativo facultado para la elaboración de dichos instrumentos de planeación, tuvo que procesar y formular y elaborar y realizar todos los pasos establecidos en la Ley, precisamente para garantizarle a la gobernante que dicho proyecto no se lo fueran a desechar en el Congreso.

inmobiliaria chilanga
Imagen: El Financiero

Ahora bien, también reversible y curiosamente, en este reino tetramórfico del revés, las iniciativas ciudadanas en materia de programas de desarrollo urbano de la Ciudad de México… sí, sí, aquellas que elaboran, con sus recursos, su esfuerzo y su tiempo, los ciudadanos y vecinos organizados en la Ciudad de México… no corren con la misma fortuna que las de la jefa de gobierno… éstas, al revés, ahí siguen, durmiendo el sueño de los justos, como ha sucedido con las iniciativas de programas parciales de las colonias Roma Norte, Cuauhtémoc e Hipódromo.

En todas ellas, ingresadas –al menos las dos primeras– muchos años antes que la de Vallejo… que, hay que reiterar, esta última ya hasta fue aprobada en comisiones… pero que han corrido con la suerte de ser revisadas a través del espejo que lleva al “país de las maravillas” y, por lo tanto, desde las coordenadas del pensamiento Alicia, los servidores públicos de la Seduvi las mantienen detenidas y, todas ellas, han derivado en sendos resolutivos, infundados e inmotivados, que imponen a sus proponentes ciudadanos muchos más requisitos que los que la Ley exige, vulnerando, desde el reino del revés, hartos principios constitucionales que tutelan y protegen los derechos humanos, que refieren a la necesaria y obligatoria eficacia y eficiencia que rigen al servicio público y, asimismo, vulnerando el principio pro persona que, con semblante apostólico, ha dejado de tutelar dicha autoridad, especialmente hacia sus gobernados… ¡y no al revés!

Para los administradores del reino tetramórfico chilango del revés, les dedicamos la siguiente canción, esperando que, como suele pasar con estas melodías, no les provoque sueño sino al revés: el despertar a una nueva normalidad en la que la autoridad privilegia los derechos de los gobernados… y ¡no al revés!… bueno, sin más, va con dedicatoria:

En el país de “no me acuerdo”,
doy tres pasitos y me pierdo.
Un pasito para allí, no recuerdo si lo di.
Un pasito para allá, ay, qué miedo que me da.

En el país de “no me acuerdo”,
doy tres pasitos y me pierdo.
Un pasito para atrás y no doy ninguno más,
porque yo ya me olvidé dónde puse el otro pie.

En el país de “no me acuerdo”,
doy tres pasitos y me pierdo.


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