Economía

Falta entendimiento entre el gobierno y la iniciativa privada

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“Puedo decir que contamos con el apoyo y la colaboración del sector privado nacional”, dijo López Obrador en su informe trimestral el domingo pasado, lo cual no es del todo cierto.

El congelamiento de inversiones privadas durante el año pasado y éste, es el mejor termómetro del distanciamiento entre gobierno e Iniciativa Privada (IP) que la pandemia hizo público.

Ni siquiera el Plan Nacional de Inversión en Infraestructura, avalado a fines del año pasado por Antonio del Valle Perochena, del Consejo Mexicano de Negocios, y por Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, junto con López Obrador, ha sobrevivido.

Era un marco de activación económica con 1,600 proyectos de inversión carretera, aeroportuaria y portuarias, y una inversión total estimada en 424 mil 149 millones de dólares en cinco años, de la cual, el 56 por ciento sería empresarial y el 44 por ciento pública.

Debió arrancar en enero pasado y ni siquiera fue mencionado por el presidente el domingo. La reactivación económica, dijo, vendrá por la inversión y creación de empleos de las obras que emprenda el gobierno.

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Ilustración: Top10.

El martes, Carlos Salazar, hizo pública la propuesta que le presentó al presidente para apoyar fiscalmente a las empresas a sortear la recesión, la cual, dijo, fue rechazada por “la autoridad”.

Si hubo un principio de entendimiento entre el actual gobierno y la IP, fue en lo tocante al combate a la corrupción, pero no lo han alcanzado en cuanto a las reglas de inversión privada.

Por los excesos que alcanzó durante los últimos gobiernos, la corrupción erosionó en extremo las bases sobre las que se toman las decisiones de inversiones productivas y la confianza en las instituciones. Las empresas al margen de la red de complicidades, quedan en desventaja competitiva.

En cuanto a las reglas de inversión, para López Obrador representa un conflicto hacer concesiones a negocios privados con recursos que, desde su parecer, deben ser transferidos a favor de los pobres.

La IP, por su parte, tiende, en general, a fincar su “confianza” en el apoyo, concesiones, condonaciones, garantías y a fin de cuentas, privilegios del gobierno que protejan sus inversiones de todo riesgo.

Esto no es nuevo; México ha vivido, por lo menos desde 1940, bajo lo que se conoce técnicamente como una oligarquía, un gobierno de pocos que reúnen enorme poder político y económico. Con priistas y panistas tuvimos gobiernos que en vez de proteger la legalidad y fomentar las inversiones al crear infraestructura, regulaciones y orientar actividades estratégicas como cualquier gobierno moderno, otorgaron privilegios y, en el neoliberalismo, remataron activos de la nación para el descomunal enriquecimiento rápido de unos pocos.

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Ilustración: TM Group.

La pandemia, crisis de salud pública sin precedentes en más de un siglo y el cierre de toda actividad económica no esencial, nunca antes requerido para salvar vidas, harán que las empresas de todo tamaño tengan menos ingresos de lo que les cueste conservar su nómina de empleados y trabajadores, y cubrir demás gastos fijos.

López Obrador rechazó incurrir en mayor déficit fiscal o elevar la deuda pública para contar con recursos y diferir el cobro de impuestos y contribuciones empresariales; cierto que muchos países han implementado medidas de apoyo fiscal a empresas, con buenos resultados contra la depresión sólo en economías desarrolladas, cuyo eje son las empresas consolidadas.

Las medidas de apoyo a las empresas que contempla el gobierno de México son para las microempresas –94% de los negocios en México y 40% del empleo formal– con créditos minúsculos de 25 mil pesos a pagar en tres años; el aumento de la inversión pública complementaría el esfuerzo para salir de la recesión.

Si no cambia la perspectiva del gobierno, las pequeñas, medianas y grandes empresas consolidadas de México, tendrían que solventar su sobrevivencia durante los próximos meses con recursos propios, pactando el diferimiento de compromisos crediticios y de cobranza entre unas y otras.


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¿Luz al final del túnel?

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Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.
Blaise Pascal.

Menores caídas

¿Por qué es buena noticia que las Bolsas en Estados Unidos hayan caído menos de 2.0% en promedio de la primera semana de abril? En la “primera ola” de la crisis de COVID-19, el pánico se apoderó de los inversionistas quienes vendieron todo lo que pudieron sin considerar las perspectivas individuales de las empresas. La amenaza del virus para la salud personal y la economía se hizo muy real, muy rápida, y ganar liquidez fue el objetivo primordial. Luego, los estímulos monetarios y fiscales sirvieron para detener la venta irracional. Cierto optimismo restaurado aumentó los índices más de 20% en sólo tres días hace dos semanas. Ahora, los inversores parecen pasar a la siguiente etapa: elegir ganadores y perdedores. La venta indiscriminada se ha detenido, una señal de que los inversores pueden estar identificando ya los propios méritos de cada empresa.

Así, la volatilidad del índice del día a día ha disminuido significativamente, las expectativas para futuros movimientos también han disminuido al igual que el índice de volatilidad VIX que cayó un 29% la semana pasada, para terminar por debajo de 50 pts. por primera vez desde principios de marzo. La caída promedio de poco menos de 2.0% de los índices bursátiles en Estados Unidos la semana pasada, fue la menor desde el 6 de marzo, aunque sectores y acciones individuales todavía vieron mucha acción.

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Ilustración: Paresh.

Siguiente etapa: diferenciación

Keith Lerner, estratega jefe de mercado de SunTrust Advisory Services, señaló: Si bien el índice general del mercado puede continuar disminuyendo, el movimiento de las acciones dentro del índice se vuelve menos sincronizado. Una vez que eso sucede, tiende a haber una mayor diferenciación entre las existencias dentro del mercado. Los inversores comienzan a separar el trigo de la paja, lo que significaría que muchas acciones individuales ya hayan alcanzado sus mínimos.

Durante el mercado bajista de la crisis financiera, el S&P 500 no alcanzó su punto mínimo de 666 puntos hasta marzo de 2009. Pero muchas acciones individuales no cayeron por debajo de sus mínimos de noviembre de 2008. El mismo patrón ocurrió después del estallido de la burbuja puntocom. Los inversores deben seguir buscando oportunidades en acciones individuales.

El jueves pasado, el número de solicitudes por desempleo fue de 6.6 millones de personas, dos veces más alto de lo previsto, pero no asustó a los mercados. Esto significa que se esperan ya noticias muy malas para la economía por varias semanas y cualquier mejoría va a ayudar a la recuperación de precios.

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Ilustración: China Daily.

Menos decesos

Otro indicador que hoy favorece a los mercados es una desaceleración en la tasa de crecimiento de los nuevos casos de coronavirus en Estados Unidos. En semanas anteriores, se dio a conocer que el número de estados con tasas de crecimiento superiores al 20% cayó a menos de 10, desde más de 40 en las últimas dos semanas. Nueva York informó el domingo su primer descenso en las muertes diarias por coronavirus, lo mismo sucedió en Italia, España y otros países que venían reportando un crecimiento sostenido y muy lamentable de decesos.

No se puede aún cantar victoria, pero si el “pico” de esta enfermedad realmente se confirma que quedó atrás en estos países, será una muy buena noticia en contra del COVID-19 y los mercados celebrarán. Los mercados se animan ante la posibilidad del anuncio de un cuarto paquete de estímulos en Estados Unidos que incluyan infraestructura y la apertura limitada de la economía norteamericana a unas semanas más.


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Una crisis eterna y el fantasma de la Gran Depresión

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México atraviesa por una situación extremadamente complicada debido a la presencia de diversos factores internos y externos, que han significado una caída abrupta de la actividad económica. Es difícil hacer una evaluación precisa del impacto conjunto de este entorno sobre la economía mexicana, pero se puede anticipar una caída importante del PIB. En este sentido, vale la pena echar una mirada a las peores crisis que se han vivido en nuestro país para tener una idea del terreno en el que estamos incursionando.  

Hacia finales de la década de los veinte y principios de los treinta, la actividad económica mundial se desplomó como resultado de la crisis surgida en Estados Unidos, y que más adelante se conocería como la “Gran Depresión”. La caída del mercado bursátil en 1929 impactó al sistema bancario estadounidense, que ante una fuerte corrida de recursos, colapsó por problemas de liquidez. En los siguientes tres años que siguieron al famoso “jueves negro” el 24 de octubre de 1929, cuando la bolsa de Nueva York cayó 13.47%, las condiciones de la actividad económica mundial se deterioraron de manera significativa.

Al finalizar 1932, el comercio internacional se contrajo 66%, la producción mundial cayó 40 y se registró una deflación de 50%. En Estados Unidos, epicentro de la recesión, quebraron alrededor de 110,000 empresas en el periodo 1929-1932 y cerca de 14 millones de personas perdieron su empleo –30% de la población activa– y 30 millones en los países industrializados.

México no se pudo abstraer de esta tendencia de depresión a nivel mundial. En 1929 el PIB cayó 3.6%, en 1930 disminuyó 6.6% y después de un crecimiento de 3.5% en 1931, la economía mexicana se desmoronó 14.9% en 1932, la peor recesión económica registrada en nuestro país.

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Fotografía: Emaze.

A finales de la década de los setenta se presentó un periodo de expansión impulsado por el crecimiento de los países industrializados y el aumento de los precios del petróleo. En los ochenta, México entró en una etapa de aletargamiento; en el periodo 82-89 el crecimiento promedio del PIB fue de sólo 0.5%, por lo que a este lapso se le conoce como “la década perdida”. No fue hasta el periodo 90-94 cuando la economía mexicana recobra la senda del crecimiento, gracias a una serie de cambios estructurales de gran calado que se reflejaron, no sólo en una mayor actividad económica, sino también en el abatimiento de la inflación de niveles superiores a 150% en 1987 a 7% a finales de 1994.

No obstante, la devaluación del peso frente al dólar en diciembre de 1994 ocasionó una fuerte caída del PIB al cierre de 1995 (-6.3%). Este derrumbe fue de tal magnitud que significó un retroceso en el valor del producto de siete años.

En 2008 el mundo enfrentó nuevamente un escenario económico muy complicado, luego de la quiebra de Lehman Brothers en septiembre, lo que desató una crisis económica mundial que se incubó en el sector hipotecario estadounidense y se propagó por el mundo debido al default de bonos que fueron adquiridos en buena parte por bancos europeos. El incremento en la aversión al riesgo a nivel global y la fuerte contracción de la demanda global ocasionaron que el PIB en nuestro país cayera 5.3% en 2009.

Es importante destacar que existe una diferencia muy importante entre la crisis de 1995 y la de 2009. La primera tuvo un origen interno, toda vez que los diferentes acontecimientos políticos que se presentaron en ese año –surgimiento del EZLN, el asesinato de Colosio, etc.– mermaron la confianza de los agentes económicos, mientras que la de 2009 nos vino de afuera.

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Imagen: Vértigo.

Hoy tenemos quizá una crisis “nueva” que podría ser de proporciones mayúsculas, ya que cuenta precisamente con los dos catalizadores, el interno y el externo, lo que significa que estamos entrando en terreno desconocido.

En 2019, la economía mexicana registró una contracción de 0.1% derivada de una serie de medidas que el sector empresarial percibió atentaban contra el estado de derecho, lo que mermó la confianza, paralizó la inversión y condujo incluso a que la empresa S&P recortara la calificación de la deuda soberana de México.

A la desaceleración manifiesta de la actividad económica en México, se sumó en este 2020 la pandemia del coronavirus y la disrupción que causó de las cadenas de suministro a nivel mundial, lo que paralizó la actividad productiva ante la falta de insumos, y la contracción del consumo debido a las medidas de aislamiento que se han tenido que adoptar en todo el mundo.

México enfrenta dos circunstancias que hacen aún más sombrío el escenario económico en este 2020. La caída en los precios del crudo debido a la guerra petrolera entre Arabia Saudita y Rusia, y el recorte a la calificación de la deuda soberana de México y Pemex por parte de las principales agencias calificadoras. Si se llegara a materializar la pérdida del grado de inversión, las consecuencias sobre el peso, la inflación y, en general sobre la economía, serían terribles.

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Imagen: RT.

Ante la atroz coincidencia de malas noticias, la pregunta que todos se hacen es de qué tamaño será la recesión en este 2020. Me temo que la respuesta será muy desagradable toda vez que el escenario descrito se ve aderezado por la falta de un plan económico gubernamental que permita hacer frente a una crisis que se percibe aterradora.

El 26 de marzo la correduría JPMorgan fue la primera institución en prever un severo desplome de la economía mexicana en este 2020 (-7%). De acuerdo con JP, el distanciamiento social, paros en sectores económicos claves y un golpe a los sistemas de salud, sugieren que los riesgos a la baja permanecen.

En días recientes, Santander dio a conocer su estimado para este año, previendo una caída de 6.4%, mientras que Bank of America proyecta que la economía se hunda 8.0%. Es previsible que el resto de los analistas ajusten a la baja sus proyecciones hacia una caída superior a 6% en la medida que se den a conocer los datos de actividad económica del segundo trimestre.

El efecto conjunto sobre la economía mexicana de la falta de inversión, el colapso del consumo y las cadenas de producción, el desplome de los precios del petróleo y la mayor aversión al riesgo por el recorte a la calificación de la deuda soberana, sugieren que la contracción del PIB de México en este 2020 será de 6.7%, la más funesta desde la Gran Depresión.


Manuel Guzmán M. es Vicepresidente de Negocios Estratégicos de Samurái Capital. manuel@samurai.science. Agradezco la valiosa colaboración de Lucero Jiménez de la Universidad de la Américas Puebla. La opinión aquí expresada es responsabilidad del autor.


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El Banco Central y la emergencia económica

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Históricamente al Banco Central (BC) se le ha asignado de manera institucional la responsabilidad, entre algunas otras, de concurrir ante situaciones generalizadas de falta de crédito y liquidez, actuando extremadamente como “prestamista de última instancia”. Dada la evolución financiera, su acción ha ido profundizándose como quedó manifiesto en la pasada crisis financiera; actuación identificada como política monetaria no convencional.  

Ahora, como consecuencia de la emergencia económica que ha desatado la pandemia del COVID-19, se estima que el BC puede actuar más allá de la estabilización del tipo de cambio, swaps de monedas y operaciones de mercado abierto, entre otras acciones que no implican gasto fiscal alguno, tal como se está efectuando en casi todo el mundo.  Así, se ha recomendado que el BC desempeñe una suerte de prestamista emergente para asegurar que los préstamos puedan llegar a las empresas e individuos que los requieran.

Los instrumentos más importantes de política macroeconómica son la política fiscal, de ingreso-gasto, y la política monetaria. La primera corresponde en esencia al poder Ejecutivo de un país y la segunda al BC, actualmente autónomo en casi todos los países del mundo. En este contexto, con la emergencia la política fiscal se ha abocado a aumentar el gasto público y generar más deuda, y la política monetaria a estabilizar los mercados financieros e inyectar liquidez. 

banco internacional de prestaciones
Fotografía: Economía Digital.

De esta manera, ante la crisis económica desatada por la pandemia, ambas políticas están concurriendo relativamente coordinadas en buena parte de los países para tratar de atender la caída en la i) producción, ii) el empleo, para iii) mantener el financiamiento, y iv) la liquidez de los mercados. 

Sin embargo, todo deja indicar que el Banco Central aún puede asumir un papel más profundo como prestamista para paliar la emergencia económica. Así, en el contexto de la necesidad de una política monetaria más activa y diferenciando las circunstancias de la crisis pasada y la emergencia actual, el Dr. Agustín Carstens, Gerente General del Banco Internacional de Pagos, dio a conocer su “opinión sobre el coronavirus”, en el contexto de los bancos centrales, con un artículo denominado Bold steps to pump coronavirus rescue funds down the last mile (“Pasos audaces para inyectar fondos de rescate de coronavirus hacia la última milla”), cuyo subtítulo es Central bank liquidity has to reach affected individuals and companies urgently (“La liquidez del Banco Central tiene que llegar urgentemente a las compañías e individuos afectados”). 

El Dr. Carstens significó que en la crisis de 2008 fue necesario el financiamiento directo de los bancos centrales a los bancos en dificultades, pero que ahora los bancos centrales deben llegar a las personas y empresas en problemas. En el mismo tenor, indicó que mientras en la crisis pasada los bancos jugaban un rol importante en el financiamiento, hoy es más importante el financiamiento a través de los mercados, en razón de los inversionistas institucionales y otros intermediarios no bancarios.  

De esta manera, las empresas e individuos que han recurrido a los mercados para su financiamiento no pueden solventarlo en tanto sigan rotas las cadenas de venta-compra-proveeduría, por lo que a pesar de contar con cuentas por cobrar, enfrentan cuentas por pagar no atendidas. De esta forma, dice el Dr. Carstens, el vacío dejado por el mercado financiero no está siendo llenado por los bancos. Así, “los bancos deben ser parte de la solución, no del problema”.

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Dr. Agustín Carstens, Gerente General del Banco Internacional de Pagos

“Hay que convencer a los bancos para que presten utilizando el financiamiento de los bancos centrales”, enfatiza el Dr. Carstens. Por lo que los gobiernos deberán asumir parte del riesgo con garantías, para evitar que se traslade totalmente a los bancos o al banco central. En su propuesta, el Dr. Carstens define inicialmente mecanismos a seguir con la posible titularización de los préstamos y otras acciones específicas, como suspender la distribución de dividendos y recompra de acciones, y llegar a la “última milla” del financiamiento. 

Casi en su conclusión, en el documento aludido, se indica claramente que Para que la liquidez de los bancos centrales llegue hasta el último rincón del sistema financiero, debe destinarse directamente a las personas y a las empresas que más la necesitan.

La propuesta del Dr. Carstens, en el contexto global y sin ser una receta para un banco específico, puede sonar audaz. Pero a la luz y resultados de la política monetaria no convencional aplicada, especialmente por los países desarrollados, que significó la expansión de las operaciones (hoja de balance) del BC, compra de activos (operaciones de mercado abierto) y préstamos objetivo, es hoy dable instrumentarla. Un programa emergente de crédito del BC que haga partícipe a los bancos comerciales no parece descabellado, aunado a un programa de operaciones de mercado abierto, que en 2009 permitió a Banxico adquirir bonos del IPAB (Instituto para la Protección al Ahorro Bancario).

En la circunstancia netamente nacional, es decir del Banxico, es posible pensar que la política monetaria seguida es realmente convencional, habiéndose centrado en tratar de atemperar el tipo de cambio, operar swaps y actuar rutinariamente en materia de la tasa de interés. Por lo que, ante la emergencia económica, no pareciera efectuar operaciones de mercado abierto y de financiamiento que su normatividad le permite realizar, acciones que pueden ser realizadas en el marco de su autonomía constitucional y de su ley normativa. 

banco de mexico
Fotografía: Diario de Yucatán.

Indiscutiblemente, todo deja indicar que el BC mexicano tiene potencialmente un espacio de política monetaria tal como está siendo asumido en el resto del mundo y la posibilidad de atender la recomendación del Banco de Pagos Internacionales (Bank for International Settlements, BIS), según el breve documento suscrito por el Dr. Carstens. El no hacerlo puede ser el resultado de la sobre-simplificación técnica de lo que puede hacer el Banxico o de la falta de atingencia del gobierno federal para alentar que la política fiscal y la política monetaria actúen coordinadamente ante la emergencia económica. 

De tal coordinación y de una mayor “audacia” de Banxico dependerá el éxito en la atención de la emergencia económica y del rescate del país. 


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Y de nuevo, la recesión económica no es a causa del virus

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Mientras estamos invadidos por el miedo al contagio del COVID-19, y la gran prensa y gobiernos culpan al virus de la recesión económica y de la crisis financiera que se asoma, se van poniendo en marcha planes de rescate de empresas con montos billonarios jamás antes vistos.

Nunca antes hubo nada parecido a la derrama de cinco billones de dólares acordada por el G-20; tan sólo a la economía de Estados Unidos se le inyectarán este año dos billones de dólares “y lo que haga falta” en apoyos fiscales, crediticios y subvenciones.

Para tener la dimensión de lo que son dos billones de dólares, considérese que rebasan en 25% el PIB mexicano –1.6 billones de dólares en 2019–; son también el doble en proporción del PIB estadounidense (9%) que el 4.5% del programa con el que Obama rescató a los bancos de la crisis de los títulos hipotecarios chatarra.

Según el sapo es la pedrada; según la recesión son los estímulos con que se intenta superar la caída en 30% del PIB mundial que se espera en los dos primeros trimestres del año.

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Ilustración: Vecteezy

Tan colosales estímulos se justifican políticamente mejor, culpando al virus que analizando las causas de una recesión que, aunque de menor profundidad, de todos modos iba a ocurrir como parte de los ciclos capitalistas.

Ya venían desacelerándose las 15 economías más grandes de los países miembros de la OCDE, que en promedio sólo alcanzaron una tasa de 1.4% anual del 2000 al 2009 y de 1.2% del 2011 a 2018; de 1990 a 1999, antes de la crisis financiera de 2008, habían promediado 2.3%.

El magro crecimiento tuvo como principal soporte el crédito con dinero muy barato, pero en vez de estimular masivamente las inversiones productivas, a falta del estímulo de la demanda solvente de los mercados, las corporaciones duplicaron su endeudamiento, y no para hacer crecer la maquinaria productiva.

Buena parte del crédito barato hizo crecer especulativamente los precios de las acciones bursátiles, hasta crear una burbuja que reventó el lunes negro del 9 de marzo y, al menos en Estados Unidos, otra parte sirvió para pagar jugosos dividendos a los accionistas de las corporaciones más grandes, y para mantener a flote a las medianas y pequeñas –muchas de ellas, consideradas empresas zombi–.

En conjunto, la deuda de las corporaciones de Estados Unidos pasó de 3.2 billones de dólares en 2007 a 6.6 billones en 2019. La urgencia de transferirles recursos se debe a que la recesión dificultará el pago de esa deuda a los bancos, con riesgo de colapso del sistema financiero.

Las corporaciones más grandes y consolidadas tienen menor riesgo de impago, pero la posibilidad es grande entre las llamadas zombis. Por alguna razón, de los dos billones de dólares del plan estadounidense, a las primeras se les apoyará con 500 mil millones y a las medianas y pequeñas con 360 mil millones.

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Ilustración: Diario del Sureste.

Previendo que esos montos no sean suficientes, el consejo de la Reserva Federal se comprometió a “crear” –el término es correcto– tanto dinero como haga falta para mantener el flujo del crédito, lo cual seguramente requerirá más billones de dólares.

La Reserva Federal estadounidense ha sido la única en el mundo en mantener esta prerrogativa, desde la separación del dólar del patrón oro en 1973, simplemente imprimiéndolo sin más respaldo que la obligación de los países importadores de petróleo de pagar en dólares –de la que China, segundo importador mundial del hidrocarburo, se está apartando–, y la disposición del resto del mundo en aceptar dólares como dinero universal.

El Banco de México no tiene esa prerrogativa de “crear” dinero, lo que deja al gobierno mexicano con menores opciones para dar apoyo financiero y fiscal a empresas y trabajadores, pero las hay y debería potenciarlas cuanto antes. Las opciones son contrarias a la ortodoxia en política económica para tiempos normales.

Para amortiguar la recesión y tratar de superarla lo más pronto posible, se tiene que aumentar la capacidad fiscal de apoyos, créditos y subvenciones a la planta productiva; lo primero es abandonar la consigna del superávit primario, asumir un déficit fiscal mayor y contratar deuda externa. Lo otro y muy importante, financiera y simbólicamente, sería que el presidente López Obrador anunciara la decisión de posponer las obras de la refinería en Dos Bocas y del Tren Maya; ni modo, el aeropuerto de Santa Lucía no se puede suspender.


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México y las joyas de la exportación: cerveza, refrigeradores y aguacate

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Ellos se ríen de mí porque soy diferente.
Yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.

Ayer recibí un mensaje de mi amigo Francisco J. Carrillo González, un buen mexicano verdaderamente preocupado por México y por el pobre desarrollo de nuestro país y de su comercio exterior, diciéndome: …me gusta soñar con que algún día abriré un correo tuyo que hable de cómo se va enderezando el camino en lo que a comercio exterior respecta, pero parece muy difícil que ese día llegue.

Al respecto, atendiendo sus buenos deseos y el de todos los mexicanos que queremos el progreso real de nuestro país, con el objetivo de mostrar que mucho se puede hacer en materia de comercio exterior, hoy me dediqué a analizar la información básica del comercio exterior mexicano y, al revisar la estructura de las exportaciones mexicanas, me permito señalar que encontré lo siguiente: 

De los 25 principales productos de exportación mexicana en el año 2019, la mayor parte son productos elaborados bajo el esquema IMMEX –maquila y PITEX–, con reducido porcentaje de valor agregado en nuestro territorio, sin embargo, algo muy positivo es que identifiqué seis productos que contrariamente pueden clasificarse como netamente mexicanos con alto grado de contenido nacional. 

Evidentemente, dos de los productos netamente nacionales corresponden a dos fracciones arancelarias del petróleo que incluyen petróleo pesado y petróleo mediano, mismos que ocupan el 3º y 15º lugar en la exportación total con 18,897 y 3,497 millones USD y un tercero que es el oro, ocupando la 23ª posición con un valor total de 3,045 millones USD. 

Sin embargo, como primer producto muy destacado con alto grado de integración nacional, aparece la cerveza, el principal producto de exportación agroindustrial que en este año alcanzó la cifra de 4,858 millones USD y que se ubica como el 13º de exportación nacional con una participación de 1.05% en el total de nuestros envíos al exterior.

En segunda posición encontré a los refrigeradores con peso unitario inferior o igual a 200 kg., con un monto de 3,384 millones USD que representan el 0.73%, y que ocupó el 17º lugar en nuestra exportación.

En tercer lugar, un producto del cual ya he hablado en múltiples ocasiones: el aguacate, mismo que se constituye en el principal producto de exportación agrícola mexicano, con 3,104 millones USD y el 0.67% de la exportación total, ocupando el 22º lugar en nuestras ventas al exterior.

tabla de exportacion

Conviene señalar que durante el periodo 2008-2019, los 22 productos del primer universo incrementaron sus ventas en 181%, en tanto que las exportaciones de cerveza, refrigeradores y aguacate en conjunto se incrementaron 198%.

Individualmente, el aguacate se incrementó 339%, la cerveza 171% y los refrigeradores 159%. 

En números absolutos la cerveza se incrementó 3,067 millones USD, el aguacate 2,397 y los refrigeradores 2,075 millones USD, es decir, 7,539 millones USD en total. 

En 2008 estos tres productos constituyeron el 1.31% del total de la exportación mexicana, en tanto que para el año 2019, prácticamente duplicaron su participación al constituir el 2.46% de la exportación total de México con un monto de 11,346 millones USD.

Sin duda, un panorama muy positivo y exitoso, sobre todo teniendo en cuenta que, prácticamente, estos tres productos son casi 100% elaborados con insumos de origen nacional.

Por lo que se refiere a los 22 productos del resto del universo, en la realidad sólo tienen un 37 % de valor de contenido nacional en promedio, es decir, de los 180,446 millones USD que constituyó la exportación formal de los mismos, sólo 66,765 millones USD fueron de valor de contenido nacional, situación que resulta verdaderamente deprimente y vergonzosa, aunque los altísimos funcionarios digan lo contrario.

Comentarios

La firma del TLCAN tenía como objetivo fundamental lograr una integración comercial y productiva con Canadá y Estados Unidos, mediante la formalización de un proceso de producción compartida transfronteriza que se había iniciado en los años 60 a través de tres industrias: automotriz, electrónica y confección.

Este proceso en el que México debería haber sido el ganador neto por su enorme ventaja en la manufactura, no tuvo el éxito deseado debido a que no hubo una estrategia ni complemento alguno que permitiera capitalizar las supuestas ventajas negociadas en dicho acuerdo y en ese sector de la industria y, como consecuencia, el porcentaje de integración de valor mexicano en las reexportaciones fue decreciendo de tal manera que en el periodo 1993-2019 cayó de 59% a 37%. Sin incluir al petróleo, el porcentaje descendió de 53% a 27% en el mismo periodo.

Por sectores, la situación se presenta mucho más deprimente pues, inclusive, en sectores en los que se supone que México es un productor estrella a nivel mundial, el deterioro ha sido enorme como es el caso de textiles y confección; cuero, piel y calzado; piezas de plástico; autopartes y automotriz; equipo de comunicación; equipo de audio y video; por sólo señalar los sectores que han sufrido mayor retroceso. 

tabla de exportacion

Hoy que mi amigo Francisco me preguntó sobre el desarrollo de nuestro comercio exterior, le reitero que estos enormes retrocesos son terribles debido a que no ha habido una estrategia de competitividad, de fomento, de promoción de las exportaciones, ni de inversión extranjera con programas, proyectos y políticas públicas realistas que incidan favorablemente en el desarrollo económico de México. Esto se debe a que la mayor parte de los funcionarios encargados de diseñarla, son improvisados burócratas habilitados como expertos en comercio internacional.

Contrariamente, los tres productos a los que hice referencia al inicio de esta nota fueron objeto de un proceso de desarrollo muy sano y exitoso, que tuvo bases muy sólidas debido a que los líderes que se encargaron de promover y conducir el proceso de exportación son personas con amplio conocimiento del producto y del mercado doméstico, lo que les permitió definir una estrategia con objetivos y actividades muy precisas para acceder a nichos reales en los mercados externos.

La cerveza, en este caso principalmente de Grupo Modelo, liderada por la Cerveza Corona, fue objeto de un programa que se inició teniendo como base su consolidación como la cerveza más importante en el mercado doméstico, a pesar de que era un producto del grupo empresarial más joven del sector cervecero en México pero que a base de calidad, tecnología, innovación, desarrollo de logística, esquemas de comercialización, etc., logró captar el 57% del mercado nacional.

Con esta sólida base, en los años 80, bajo la dirección del Lic. Valentín Díez Morodo, Vicepresidente Ejecutivo y Director de Ventas Nacionales de Grupo Modelo, se inició la prospección en el mercado norteamericano con un éxito rotundo que tuvo su origen en varios factores que incluyeron el conocimiento de las barreras arancelarias y no arancelaria que había que cumplir en el mercado de destino, el registro de marcas; la obtención de los permisos y certificados; la logística de traslado a nivel internacional utilizando transporte multimodal; las prácticas de comercialización, así como la selección de importadores y distribuidores en los diversos mercados, entre muchos otros elementos.

Este delicado proceso permitió iniciar la venta de un producto auténticamente mexicano, con el mismo envase de cristal transparente y etiqueta pintada que se utilizaba en el mercado doméstico, con la creación de un patrón de consumo, con un producto orientado al nivel Premium, mismo esquema que posteriormente se replicó en Canadá, en España y en el resto de Europa, para también llegar a América Latina, el Caribe, Asia, África y Oceanía, de tal manera que actualmente la Cerveza Corona es la cerveza de exportación más vendida a nivel mundial y que está presente en 184 países en los cinco continentes.

exportacion cervecera
Fotografía: Opportimes.

Conviene señalar que las Cervezas de Grupo Modelo presentan un muy alto valor de contenido nacional, ya que se logró la integración vertical y, prácticamente, todos sus insumos son de origen nacional con la excepción del aluminio que se utiliza en la fabricación de las latas, debido a que, de la bauxita, su materia prima, no tenemos yacimientos en el país, así como tampoco tenemos el lúpulo que se utiliza para darle el sabor amargo a la cerveza.

Actualmente, el Lic. Valentín Díez Morodo es Presidente del Consejo Consultivo de Grupo Modelo de AB InBev, el grupo cervecero más importante del mundo, quien lo reconoce como el artífice del éxito en el Mercado Internacional de las cervezas de Grupo Modelo.

Adicionalmente, hay que señalar el hecho de que su experiencia y conocimientos los ha puesto a la disposición de la comunidad exportadora mexicana fungiendo como Presidente Nacional del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE), como Presidente del Comité Internacional Bilateral México-España del COMCE y como Presidente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En el caso de los refrigeradores producidos por la empresa MABE, también son el resultado de un largo proceso de desarrollo que se inició en la década de los 80 con la producción y exportación de minibares, mismos que eran objeto de consumo un nicho constituido por las residencias para estudiantes universitarios y en los hoteles de Estados Unidos.

El conocimiento del mercado nacional e internacional que se logró a través de esa exportación original, le permitió ir incorporando otros aparatos electrodomésticos en su cartera de productos que actualmente incluyen lavadoras de ropa, refrigeradores de hasta 200 kilos de peso y estufas de gas, y que como señalé, forman parte del selecto grupo de productos mexicanos con alto grado de integración nacional, misma en la que la integración vertical realizada por los altos ejecutivos de la empresa jugó un papel determinante. 

Conviene señalar que un factor decisivo en este proceso de conquista de los mercados externos que, además de Estados Unidos, incluye prioritariamente a América Latina, ha sido el liderazgo del Lic. Luis Berrondo, Presidente del Consejo de Administración y Director General de Controladora MABES. A. de C. V., y del Ing. Rafael Nava Uribe, Director de Relaciones Institucionales de MABE, quienes también participan activamente en el COMCE. Don Luis como Miembro del Consejo Directivo Nacional y Don Rafael como Presidente de la Sección Internacional de América del Sur.

refrigeradores
Fotografía: ABC Noticias.

Finalmente, el caso del aguacate también es el resultado de un largo proceso de desarrollo que se inició en el año de 1973, cuando realicé mis estudios de especialización en Técnicas de Comercio Exterior en París, en l’Agence de Coopération Technique, Industrielle et Économique du Ministère de l’Économie et des Finances de Francia (ACTIM), becado por CONACYT y, como parte final del programa de estudios, elaboré una tesina sobre la comercialización de productos frescos en el mercado francés. 

Entre las conclusiones señalaba que México había realizado exportaciones de aguacate a Francia y al resto de Europa de manera irregular e intermitente, algunas de ellas con pérdidas financieras para los empresarios mexicanos debido a que el proceso de exportación no había podido ser implementado óptimamente, motivo por el cual el producto frecuentemente llegaba en condiciones poco satisfactorias para su comercialización.

Este estudio fue entregado a la Consejería Comercial del Instituto Mexicano de Comercio Exterior en París (IMCE), lo que motivó que se me extendiera la beca para realizar un Curso Práctico de Comercio Exterior en dicha oficina, periodo durante el cual realicé numerosas labores de promoción y otros estudios de mercado que incluyeron al cacahuate, un producto con enormes posibilidades en el mercado europeo, para el cual había una oferta mexicana muy interesante pero que, actualmente, importamos y dependemos en un 60% del producto extranjero para satisfacer las necesidades del mercado interno debido a la carencia de una estrategia y políticas públicas que nos permitieran el desarrollo adecuado de la producción nacional de cacahuate. Otros estudios incluyeron fresa y jitomate.

Los intentos de algunos empresarios mexicanos para exportar aguacate a Europa continuaron pero, desgraciadamente, tampoco fructificaron como se deseaba, lo que se tradujo en exportación irregular. Sin embargo, la exportación de aguacate mexicano de manera sistemática y continua tuvo su origen en el Proyecto de Promoción y Exportación de Aguacate a Europa que, como Consejero Comercial del Instituto Mexicano de Comercio Exterior (IMCE) para el BENELUX y Países Escandinavos con sede en el Puerto de Rotterdam, el puerto más importante del mundo en aquella época, propuse realizar como parte de mi Programa de Actividades 1984, mismo que incluía otros productos agroindustriales entre los que se contaba al cacahuate y las pasitas, por lo que solicité a México la información de apoyo para iniciar la investigación y promoción en el mercado del BENELUX. 

La respuesta de IMCE México fue que del cacahuate no se había encontrado empresario alguno interesado en exportar debido a la decreciente producción nacional; que de pasitas definitivamente no había oferta mexicana; y que para  realizar la promoción del aguacate era necesario que me pusiera en contacto con una empresa especializada en investigación de mercados de la ciudad de Ámsterdam, que el Consejero en Francia había conocido en SIAL (Feria Agroalimentaria Internacional, por sus siglas en francés) de París, para que cotizara sobre un estudio de aguacate del mercado europeo, misma que presentó una cotización que me pareció muy elevada.

Al estar acreditado ante la Comisión de la Comunidad Económica Europea (CEE), inicié las negociaciones con funcionarios de la misma para que dicho estudio fuera financiado por la CEE. 

La respuesta de la Comisión de la CEE fue positiva señalándome que para realizar este proyecto debería quedar inscrito en un Programa de Cooperación México-CEE. Por esta circunstancia, esta solicitud la presenté como propuesta mexicana para el desarrollo del Proyecto de Promoción y Exportación de Aguacate en la V Reunión de la Comisión Mixta México-Comunidad Económica Europea (CEE), que se celebró en la Ciudad de México en diciembre de 1984. 

aguacate
Fotografía: Reuters.

Esto tuvo como resultado el patrocinio de la Comisión de la CEE del Proyecto con el otorgamiento de un financiamiento a fondo perdido de 250,000 Unidades de Cuenta (ECUS), lo que permitió realizar un estudio detallado del mercado y diseñar una estrategia para acceder al mercado europeo. 

Con base en este estudio se definieron los detalles del proyecto y la estrategia de acceso que incluyó la organización de los exportadores mexicanos a través de la Unión de Productores y Exportadores de Aguacate de Michoacán (UPEAM), a fin de crear una plataforma exportadora y contar con una fuente confiable y continua de suministro, la selección de importadores, una campaña de promoción haciendo la ponderación de las  características y propiedades del fruto a través de folletos, así como la elaboración de recetas para su consumo.

Así, se determinó llevar a cabo este proyecto teniendo como objetivo iniciar la exportación al mercado europeo, con destino principal al mercado francés que era el mayor centro de consumo de aguacate en Europa, y se consideró como punto de embarque y de acceso ideal al Puerto de Houston y al de Rotterdam, respectivamente, por las facilidades de logística que ambos presentaban, así como por la frecuencia de los buques. 

En 1987, siendo Gerente para Europa Occidental de BANCOMEXT con sede en la ciudad de México, le di continuidad al proyecto llevando a cabo su implementación y, en coordinación con el Consejero Comercial de México en Francia, el Lic. Eric Álvarez, el Jefe de Oficina Estatal de BANCOMEXT en Michoacán, el Lic. Eduardo Ochoa Mancilla, y la supervisión del Consultor Gerard Boyer Vidal en Francia, se logró iniciar la implementación del proyecto de exportación continua y sistemática de aguacate a Europa.

Los elementos esenciales que permitieron el éxito del proyecto fueron que hubo un estudio completo del aguacate realizado por el consultor francés Gerard Boyer Vidal, mismo que fue adjudicado mediante licitación e incluyó el análisis de la producción mexicana.

Esto permitió conocer el volumen de la oferta nacional y la oferta exportable, que esta oferta era de calidad óptima, con precios competitivos y se definió con precisión la dimensión total del mercado europeo, así como el mercado meta, en este caso el mercado francés, con acuerdos muy precisos con importadores y observando estrictamente las normas sanitarias y fitosanitarias, así como los estándares del mercado europeo. 

También se determinó aprovechar la temporada en la que en ese mercado no se presentaba mucha competencia de otros proveedores (ventana agrícola), pero sobre todo, que se definió una estrategia con una plataforma exportadora que incluyó la organización de la parte productiva para realizar el empaque, el etiquetado, el pre-enfriado, la cadena de frío y, muy importante, la logística completa para acceder al mercado de manera adecuada, con la creación de “testigos” in situque reproducían las condiciones del viaje de la fruta para conocer perfectamente la evolución del producto durante el trayecto completo.

En el año de 1987, último año sin plataforma exportadora, la exportación total de aguacate mexicano a todo el mundo fue de 1,675 toneladas. 

Durante la primera temporada de implementación del proyecto, en el año de 1988, se alcanzó una exportación a Europa, principalmente a Francia, de 24 millones USD, con 11,800 toneladas, aprovechando la ventana agrícola que se genera en ese mercado durante la temporada noviembre-abril. El total de exportación mexicana de aguacate en el mismo año fue de 13,100 toneladas (27 millones USD), lo que representó un incremento de 682% en volumen y 1,100% en valor en un solo año.  

A partir de este año, la exportación de aguacate presentó un crecimiento constante llegando a 78,555 toneladas en 1995, con 39,958 toneladas a Europa, 23,424 de las cuales se dirigieron al mercado francés.

La experiencia ganada y la habilidad desarrollada con la exportación de aguacate al mercado europeo sirvieron de base para que a partir de 1990, siendo yo el Consejero Comercial de México en Quebec y las Provincias Marítimas de Canadá, se realizara la promoción en ese mercado, lo que permitió desarrollar la exportación a esas provincias y al resto de Canadá. 

Estas experiencias sirvieron para demostrar que el aguacate mexicano era de calidad superior a la de otros orígenes y que estaba libre de plagas, específicamente procedente del estado de Michoacán, por lo que teniendo como base el principio de la OMC relativo a zona libre de plagas en México y el de baja prevalencia de plagas en Estados Unidos, en el año de 1996 se determinó que se podía iniciar la exportación de aguacate mexicano a 19 estados de la Unión Americana; en 2001 se logró el acceso a 12 estados más; en 2005 a otros 16 estados adicionales y, a partir del 2007 ya se pudo exportar a los 50 estados de ese país. 

aguacate
Fotografía: Sagarpa.

En el año 2013 México fue el principal exportador mundial de aguacate con 1,229 millones USD (646,812 toneladas) y el aguacate se constituyó como el tercer producto agroindustrial más importante en la exportación mexicana sólo superado por la cerveza y el jitomate.

En el año 2016, la exportación total de aguacate ascendió a 1 millón 22,210 toneladas, lo que representó 2,314 millones USD; se constituyó en el primer producto agrícola de exportación mexicana al desbancar al tomate (1,905 millones USD), y se ubicó como el 30º producto más importante de la exportación total de México. 

Para el año 2019, se consolidó como el principal producto agrícola de exportación mexicana con un valor total de 3,104millones USD, y ascendió al 22º lugar en la exportación total de México, consolidando a México como el principal productor y exportador mundial de aguacate.

Apuntes finales

El éxito logrado en estos tres proyectos tuvo como común denominador la promoción y conducción de los mismos por parte de personas con amplia experiencia en comercio internacional que conocían las particularidades del producto que estaban promoviendo, la estructura del mercado doméstico y que, con base en ello, llevaron a cabo las investigaciones que facilitaron el acceso del producto a los mercados que se definieron como prioritarios, con resultados que hoy vemos que han sido extraordinarios.

Contrariamente, en el diseño de la política mexicana de competitividad, de fomento, de comercio exterior, de promoción de exportaciones y de inversión extranjera, durante los 26 años de vigencia del TLCAN, las personas que por la parte oficial han estado al frente de las instituciones, en su mayor parte son teóricos y burócratas sin experiencia ni conocimiento real del nivel de competitividad, de la estructura productiva nacional, de su oferta exportable, de la operación real del comercio internacional, del comercio exterior de México y de los objetivos precisos de la IED (Inversión Extranjera Directa), pero que han sido habilitados como expertos en comercio internacional y que, por tanto, diseñan programas y firman acuerdos y TLC’s sin una base real que siquiera permita considerar la posibilidad remota de éxito. 

Algunos de esos “expertos son personas que empezaron a conocer la materia de la que iban a ocuparse el mismo día en que fueron designados como altísimos funcionarios del comercio exterior en la Secretaría de Economía, situación que en su día señalé en sendos estudios titulados: “Funcionarios mexicanos en la luna”; “México: más teoría y nada de práctica”; “México: los funcionarios no entienden el Comercio Exterior” y “México, inversión extranjera, Kafka y la luna”, entre otros.

Hoy que la situación se ha vuelto más apremiante por la crisis generada por el coronavirus es necesario, más que nunca, que se abandone la simulación, la improvisación y la frivolidad, pues con los muy exitosos resultados de los proyectos de la cerveza, los refrigeradores y los aguacates se ha comprobado que mucho se puede hacer por México cuando se conjuntan conocimientos, experiencia, coherencia, seriedad, honestidad, profesionalismo y convicción.

Mucho agradezco a mi amigo Francisco al haberme motivado para realizar esta pequeña investigación, y también agradezco a mi amiga, la Ing. Telma Bernárdez, por ayudarme, como siempre, con su muy valiosa información para completar este estudio adecuadamente.


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Cuidado con los análisis superficiales en temas de salud y economía

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He seguido con particular interés el debate entre las personas, cuya postura es que la parálisis económica es más grave que los decesos que pueda causar la pandemia provocada por el COVID-19, ambas situaciones requieren análisis por parte de las personas e instituciones encargadas de orientarnos en esta grave situación, algo más sólido e informado que las opiniones que escuchamos en las redes sociales y los medios de comunicación. Es muy grave opinar sin conocimiento. 

Reflexionemos lo siguiente.

11 de marzo de 2020. El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, anuncia que han evaluado que el COVID-19 puede caracterizarse como una pandemia.

27 de marzo de 2020. La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, anuncia que la economía mundial entró en una recesión debido a los efectos de la pandemia del COVID-19.

La pandemia se define por eventos impredecibles, pero recurrentes, que pueden tener consecuencias graves para la salud humana y el bienestar económico mundial. Sin embargo, no menciona la falta de servicios de atención médica y la imposibilidad de atender a los enfermos, la desesperación, el dolor, el sufrimiento por familiares enfermos y los decesos de seres queridos.

economia y covi
Ilustración: El Economista.

En el caso del COVID-19, el FMI menciona que éste ha sido el detonante que provoca la recesión en la que estamos, aun cuando varios especialistas insisten en que la economía del mundo se encontraba en una situación muy frágil y que una recesión mundial era inminente.

Una recesión se caracteriza por el empeoramiento de la economía durante al menos dos trimestres consecutivos, suele acompañarse de disminución del consumo, de la inversión, de la producción de bienes y servicios. Lo cual provoca, a su vez, que se despidan trabajadores. No se ve en esta definición el dolor, la desesperación de las cabezas de familia que no pueden llevar comida a sus hogares, las pérdidas de vivienda, del sacrificio de bienes y ahorros, la pérdida de oportunidades de estudio de los jóvenes, de patrimonios esfumados, de sueños sin cumplir, y más situaciones terribles.

Algunos líderes dicen que unos miles de muertos son mejoresque enfrentar una recesión, para ello sostienen que 21,000 muertos entre 450,000 infectados (4.7%) –cifras al 27 de marzo de 2020 a nivel mundial– es un daño menor al impacto de las consecuencias por los problemas en la disminución del ritmo económico mundial, además hay otras enfermedades que provocan muchas más muertes.

Según la OMS, las cuatro principales causas de fallecimiento por temas de salud en el mundo son:

1. Cardiopatía Isquémica y el Accidente Cerebrovascular: 15.2 millones de personas (2016).
2. Enfermedad Pulmonar Obstructiva: 3 millones de personas (2016).
3. Cáncer de Pulmón, Tráquea y Bronquios: 1.7 millones de personas (2016).
4. Diabetes: 1.6 millones de personas (2016).

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Imagen: Cuba Hora.

Bajo este argumento, 21,000 (4.7%) muertos sobre 450,000 infectados parecen cifras pequeñas. Insensible, pero contundente. Sin embargo, veamos más a detalle.

Se estima que el porcentaje de la población mundial que puede resultar infectada por COVID-19 es del 70%; sobre una población mundial actual de 7,625 millones de personas, el 70% de la población infectada sería de 5,337 millones y con un factor de deceso de 4.7%, estamos hablando de 250,086,250 muertos, ¡son cifras alarmantes! No podemos permitir la muerte de tantos seres humanos. No existe evento en la historia de la humanidad que sume tal cantidad de muertos.

Además, no conocemos el impacto futuro del COVID-19 o de sus posibles curas, no tenemos suficiente información de una enfermedad que se detectó por primera vez el 1º de diciembre del 2019, ¡nos falta conocimiento! Por ejemplo:

· Aún no nace la primera generación gestada bajo los efectos del COVID-19 y no sabemos qué pueda pasar.
· Desconocemos si las personas infectadas asintomáticas en el futuro puedan desarrollar síntomas o secuelas.
· Tampoco conocemos el comportamiento del virus en menores de edad y qué consecuenciasfuturas tendrán.
· No sabemos los efectos que puedan tener las ulteriores vacunas en el largo plazo al ser desarrolladas a toda velocidad y sin ser probadas en forma exhaustiva.

economia y poblacion
Ilustración: El Colombiano.

Podría mencionar muchas más variables que no podemos predecir, ¡sabemos muy poco de este enemigo!

No es sensato e inteligente hacer menos la pandemia por COVID-19, ¡las consecuencias pueden ser catastróficas!

Lo que enfrentamos es diferente, festejo las buenas intenciones y ocurrencias por los señalamientos de remedios y soluciones a base de platillos gastronómicos, limpias, imágenes religiosas, curas en los medicamentos genéricos o anuncios de que por tener dinero o no en el banco se es inmune, así como tampoco creo que la recesión se solucione saliendo a la calle a comprar todo lo que podamos en abonos.

Los problemas complejos no tienen soluciones únicas, los problemas complejos requieren análisis, conocimiento y múltiples soluciones; se requiere la participación y compromiso de todos, por supuesto que habrá dolor y sacrificio, se necesita liderazgo e innovación ante un mundo que es diferente a partir de ya. 

Aunque no queramos, todo cambió y debemos enfrentarlo.


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¡Emergencia recesiva!

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La pandemia causada por el COVID-19 es la segunda que declara la OMS en lo que va de este siglo XXI; la de abril de 2009 se declaró por la Influenza H1N1. Tienen en común que coincidieron con fases críticas del ciclo económico, del que no se habló entonces, ni se habla ahora del actual por la psicosis de salud creada.

El problema que representa el COVID-19 para la salud pública es serio, pero no dejan de sorprender los efectos de “crack” en la producción, el comercio, el consumo, el turismo y el transporte globales que tienen las medidas que se han tomado para contenerlo.

No es verdad que el virus o los precios del petróleo tengan la culpa del quiebre de la economía global; ésta ya venía arrastrando grandes capacidades productivas ociosas que llevaban a una recesión o, al menos, a una depresión; era también evidente que los mercados bursátiles estaban inundados de una liquidez inmensa, causante de burbujas especulativas que pronto iban a reventar.

Sin embargo, las medidas que se han tomado para contener el contagio del nuevo coronavirus, le ponen un freno sin precedentes a la economía real y a los valores bursátiles, lo que no sólo hace inevitable una recesión, sino que será una muy profunda.

recesion economica
Imagen: La Hoguera.

La recesión significa que estará a prueba extrema la competitividad de cada empresa y de cada banco de todos los países. Las menos eficientes se depreciarán y desaparecerán, y las que no puedan pagar sus deudas pondrán en crisis al sistema financiero. Al final habrá menos firmas productivas, más conglomerados y mercados oligopólicos.

De la crisis de 2008-2009, que se originó al reventar las burbujas especulativas de los bonos chatarra, se dijo que fue la más grave desde el “crack” de 1929; la que está iniciando será peor y durará mientras desaparecen, por quiebra o depreciación, los altos niveles de capacidad productiva ociosa –Ford, GM y Fiat Chrysler cerrarán su producción en Estados Unidos por culpa del virus… y de que sus ventas vienen cayendo desde 2017 y bajaron 4% más en 2019–.

La economía mexicana, carente de capacidad tecnológica propia y de un sistema bancario al servicio de los sectores productivos, tiene una gran dependencia de la actividad de empresas estadounidenses que operan en su país y en México en ramas como la automotriz y algunas otras.

Entre ese tipo de empresas, la consultora fiscal y de seguros internacional PwC encuestó a los responsables financieros acerca del impacto que podían prever en sus negocios de la pandemia del nuevo coronavirus.

El 54% consideró que les afecta significativamente; el 58% estimó que tendrá una reducción en sus ingresos y utilidades, y lo más grave, el 62% declaró que afrontará la situación reduciendo costos, y 32% difiriendo o cancelando planes de inversión.

recesion economica
Ilustración: El Economista.

Por su parte, el empresariado nacional no se ha visto entusiasmado con la 4T para llevar a cabo grandes planes de inversión; los hacen, como el plan nacional de infraestructura, pero no los concretan, y tienen décadas de mantener una muy baja tasa de formación bruta de capital en la planta productiva. 

La emergencia recesiva es ineludible como proceso global de depreciación y pérdidas de capital, que se acentuará en economías como la nuestra; en vez de sacarlo del país, habría que ponerlo a trabajar con un programa anticíclico que debería formular el gobierno.

Mucho depende de la capacidad financiera de la hacienda pública; cuando dice AMLO que habrá que bajar el gasto público ante la caída de los precios del petróleo, debería considerar el diferimiento de proyectos como el tren maya y la refinería de dos Bocas, porque además del programa contracíclico en apoyo de la movilización económica, habrá que fortalecer la operación eficiente del INSABI y asegurar su más amplia cobertura, lo que supone mucho más presupuesto. Ante la pandemia, lo mínimo es poder curar a quienes enfermen.


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