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Paro nacional de Colombia: ¿realmente una exageración?

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En una nota de BBC Mundo sobre las elecciones[1], segunda vuelta, a efectuarse hoy en Uruguay, manifestando lo que está pasando en varios países de América Latina, menciona con relación a Colombia: A esto se suma la creciente crispación en Colombia.

¿A qué se refiere diciendo “crispación”? En el diccionario encuentro la explicación de Contracción brusca y momentánea de un músculo, nervio o miembro. Y si es brusca y momentánea, no creo que sea creciente. Tiendo a pensar que nadie puede definir la situación colombiana. Es que, hasta el 21 de noviembre, día del paro nacional en Colombia, aparentemente no pasaba nada, manifestaciones locales en diversos lugares no tenían mayor eco en la prensa y Colombia se perfilaba en el marco, por lo menos latinoamericano, como una tierra de paz, de estabilidad económica, Estado de derecho, una perfecta democracia.

No soy colombiano y resido en un lugar relativamente feliz, Barranquilla, que ya tiene los ojos puestos en el próximo carnaval[2], y no tiene mayores problemas, salvo Electricaribe con sus repetitivos cortes de luz[3]. Recomiendo mucho la lectura de ese enlace, pues permite adquirir una perspectiva no sólo de Colombia, sino de varios países de este bendecido continente. Ayer, por ejemplo, tuvimos 3 cortes de luz.

Con relación al paro del 21 de noviembre, muchos amigos del exterior me preguntaban si esa manifestación popular era real o provenía de la actual moda en diversos países por tender a exagerar las circunstancias. En otras palabras, a Colombia se le ve como un país muy tranquilo.

Paro en Colombia
Fotografía: Emol.

Para la CGT (Confederación General de Trabajadores), el llamado al paro es una actividad cívica, no violenta y sus objetivos señalan que: No existe una política de empleo, la ausencia de oportunidades laborales para los jóvenes, los incumplimientos con las dignidades agropecuarias, los transportadores, entre otros. Claro que todo no viene de este gobierno.

A propósito, les dejo un enlace al final de esta nota[4], de una interesante reseña del proceso del “llamado al paro”, los sectores que participaron y las diversas opiniones a favor y en contra del mismo.

El presidente le dio mucha importancia a dicho paro, tal como figura en el enlace: De las 25 declaraciones que ha hecho Duque en noviembre y que ha colgado la cuenta de Twitter de Presidencia, en 11 de éstas han hablado de la marcha, lo que muestra que quienes la convocaron ganaron la primera pelea que es de relevancia pública.

No fue un paro espontáneo, se preparó durante más de un año, lo anunciaron a comienzos de octubre y se fijó su fecha en noviembre para que fuera posterior a las elecciones regionales de octubre.

¿Qué pasa después del paro? Es difícil saber, una de las permanentes protestas de manifestantes en este país es que el gobierno no cumple sus acuerdos. Eso ha ocurrido en el pasado con los estudiantes y los campesinos. Un enlace claro en ese aspecto es el que declara[5]: Lo que uno ve son promesas incumplidas permanentemente y eso asfixia a las comunidades, eso deteriora la credibilidad del gobernante regional y hace que le pierdan la confianza en sus comunidades.

Paro Colombia.
Fotografía: Los Andes.

El presidente Duque ganó la presidencia porque tuvo el apoyo del ex presidente Uribe que es, sin duda alguna, el político con mayor caudal electoral. En este momento el presidente no tiene mucha popularidad, según las encuestas ha bajado de 58% a 27% a los 100 días de su gobierno. Según las encuestas: Para los colombianos la corrupción (26.9%), el desempleo (21.7%) y la inseguridad (9.6%) son los principales problemas del país.Le siguen la calidad y el cubrimiento de la educación (7.7%), la salud (6.8%) y los efectos de la situación de Venezuela (5.5%).

Es posible que ésta sea la primera nota de una serie que se merece el país. Recordemos que la distribución de la riqueza es aún peor que la de Chile, y que ha tenido tanto eco recientemente. Copio del último enlace del año 2016[6] otros datos relevantes: Los índices de distribución de la riqueza en Colombia son cada vez más preocupantes. Las últimas cifras son las siguientes: en relación con la propiedad de la tierra, 2,300 personas tienen el 53.5 por ciento (43’928,305 hectáreas) de la tierra aprovechable del país. Y en el sector financiero, la concentración de la riqueza es igual, pues 2,681 clientes tienen el 58.6 por ciento (185 billones de pesos) de todos los depósitos bancarios del país. Los otros 44.6 millones de cuentahabientes tienen sólo el 2.4 por ciento de todos los depósitos (7.6 billones de pesos).

Estos datos sobre la distribución de la riqueza, por un lado, y la absoluta desidia del pueblo, por otro, me llevan a pensar en la eficacia de la propaganda mediática que durante muchos años ha estado perdiendo su efecto, aunado también si tomamos en cuenta los 8 millones de votos que tuvo Gustavo Petro (de la izquierda) en las elecciones presidenciales pasadas y la derrota absoluta del uribismo y, por ende, el gobierno en las elecciones regionales efectuadas en octubre pasado.


Notas:

[1]Elecciones en Uruguay: por qué el país pondrá a prueba su elogiada estabilidad gane quien gane la presidencia“, BBC News-Mundo.

[2] Carnaval de Barranquilla, Wikipedia.

[3]Electricaribe: la historia de un fracaso social“, Portafolio.

[4]Rayos X al paro del 21N“, La Silla Vacía.

[5]Las promesas incumplidas del Gobierno a las regiones“, Dinero.

[6]Piketty tiene razón“, Semana.

Hacia un nuevo paradigma del desarrollo global

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En medio de las turbulencias políticas en varias regiones del mundo, entre ellas, en América Latina y ante el riesgo de una recesión económica global, es oportuno reflexionar sobre la necesidad de un cambio de paradigma sobre el desarrollo global. Las actuales estructuras políticas y económicas parecen claramente rebasadas para la solución de la problemática contemporánea y para enfrentar los retos que nos depara el futuro tanto en el corto como en el largo plazo.

Por ese motivo quiero traer a la atención del lector el último informe presentado al Club de Roma, que recientemente se publicó en español: “Come on! Capitalismo, cortoplacismo, población y destrucción del planeta”. Señalo que es oportuno comentarlo nuevamente porque ya efectué un comentario en estas páginas cuando se publicó hace unos meses en inglés.

Estoy convencido de que este libro es de enorme trascendencia para el análisis y la solución de la problemática global. El Club de Roma cumplió recientemente 50 años de su fundación. El informe contenido en este libro se inscribe en la tradición de los más importantes reportes que ha patrocinado el Club de Roma como lo fue “Los límites del crecimiento”  o más tarde “La primera revolución global”. Es un texto en el que se reitera la tradición del enfoque transdisciplinario, multisectorial, para lograr una visión holística, global, y sobre todo de largo plazo.

El Club de Roma ha publicado numerosos informes, muchos de ellos en el plano de la prospectiva y de los estudios de futuro, pero este reporte está inscrito más en el campo de la reflexión. El contenido es una propuesta de análisis sobre el presente y el futuro, sobre la situación que tiene el mundo y las causas que nos llevaron al actual estado de cosas, así como las propuestas de soluciones en la problemática global. Se trata de salvar al planeta, nuestra casa común, pero también vencer los desequilibrios que nos hacen habitar en un mundo tan desigual y por lo mismo tan inestable.

El libro pone en manos del lector la agenda global contemporánea y plantea con claridad los retos que deberá enfrentar la humanidad en el siglo XXI. Pero sobre todo, señala su confianza en que el ser humano sabrá superar los obstáculos que se le presenten.

Problemas sociales.
Ilustración: Stuart McReath.

El mundo vive un profundo cambio de época en todos los sentidos, como la inestabilidad política internacional, el crecimiento demográfico global, la nueva composición de la población con el envejecimiento de la misma, la cuarta transformación tecnológica- industrial que modificará muchos aspectos de la vida económica y social, pero enfrenta particularmente la acelerada destrucción de la naturaleza y el ambiente, del cual el cambio climático es una expresión, así como la sobreexplotación, con frecuencia hasta su agotamiento de los recursos naturales en un mundo finito.

La inestabilidad política internacional está relacionada con el hecho de que, de la actual población mundial, que alcanza casi 7,700 millones de personas, alrededor de 4,000 mil millones, esto es, más de la mitad, viven en situaciones extremas de diverso tipo, entre los que se incluyen conflictos bélicos, tiranías, sequías, inundaciones, hambre y pobreza absoluta.

Asimismo, enfrentamos crecientes problemas por el cambio climático, la escasez de suelo fértil, y la extinción masiva de especies. Frente a esos desafíos, las Naciones Unidas aprobarán por unanimidad la Agenda 2030, los Objetivos del Desarrollo Sostenible.

De igual forma, diversos grupos como el propio Club de Roma han elaborado estudios prospectivos hacia el 2050, lo cual nos ayuda a tomar decisiones con visión de largo plazo.

El libro se divide en tres partes. La primera está dedicada al análisis que postula que las tendencias actuales no son en absoluto sostenibles. Se analizan los diferentes tipos de crisis, desde la creciente desigualdad y la persistencia de la pobreza en algunas regiones del mundo, con la paradoja de que en otras áreas como en varios países del Asia-Pacífico, nunca tantas personas han salido de la pobreza. Se señala el problema de una economía internacional en la que la especulación financiera, y la concentración del ingreso y la riqueza siguen siendo una de las causas de la desigualdad actual. Un mensaje particularmente importante es que estamos aplicando soluciones basadas en teorías y creencias formuladas para resolver los problemas de un mundo vacío, y no para la realidad actual de un mundo saturado.

Humanidad.
Ilustración: Jun Cen

Se destaca la actualidad y relevancia de los límites del crecimiento, el informe del MIT al Club de Roma publicado en 1972. Al respecto se describe la problemática derivada del Cambio Climático, así como de los 9 límites planetarios.

Se plantean las características fundamentales de la era del antropoceno. Por supuesto, una parte central del libro es el desafío climático, así como una descripción de las posibles soluciones. También es importante destacar el aspecto demográfico, la agricultura y la alimentación; la Agenda 2030 de Naciones Unidas y sus contradicciones; la transición de un mundo vacío a un mundo lleno. En esta edición hay un anexo sobre los límites materiales planetarios.

La segunda parte del libro está dedicada hacia la necesidad de la construcción de una nueva lustración; los errores filosóficos del dogma del mercado, con especial referencia a la manipulación del pensamiento de Adam Smith, David Ricardo y Charles Darwin. Hay una severa crítica a la filosofía reduccionista que es plana e insuficiente, así como al divorcio entre la teoría, la educación y la sociedad, pero sobre todo a la necesidad de la búsqueda de nuevos equilibrios entre el hombre y la naturaleza; entre el corto y el largo plazo; entre lo privado y lo público, entre otros.

La tercera parte del libro está dedicada tanto a las soluciones globales como a las específicas. Es necesario construir una economía regenerativa, rediseñar todo. Se exponen casos de éxito en la India rural; los principios de la economía azul, planteados por Gunter Pauli; la transición energética; las políticas agrícolas sostenibles; la urbanización regenerativa: la ecópolis, los casos de Adelaida y Copenhague; la economía circular; la necesaria reforma del sistema económico, la importancia de medir el bienestar no sólo el PIB; e inclusive un análisis del papel de la sociedad civil y el liderazgo colectivo. Se enfatiza la necesidad de la acción global para el establecimiento de normatividad a escala mundial así como de las acciones en el ámbito nacional, las reformas instrumentadas en países tan diferentes como China y Bután, así como de la educación para una civilización sostenible. Este libro es un llamado a la acción colectiva y se puede obtener vía Kindle.

En suma, se trata de un estudio que contiene la discusión actual de la agenda global y sus posibles soluciones.

Tercer país seguro y colonización del imaginario Trump

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Al parecer Donald Trump –quien se encuentra bajo presión de juicio político– ya se cansó de ver a través de los telenoticiarios, reportajes periodísticos e informes de sus súbditos de Seguridad Interior el agolpamiento de la desesperanza encarnada en masas migrantes excluidas que se han venido “moviendo” en amplios márgenes de su frontera sur con el propósito de entrar. Es así que se ha puesto de moda en estas últimas semanas el tema “tercer país seguro”, con el cual indudablemente se busca expandir la posibilidad de contacto entre solicitantes de asilo y los gestores de dichas solicitudes, congregándolos en una especie de gueto a miles de kilómetros de la tierra del “tío Sam”, y para ello se trabaja con los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras; entre tanto, a México ya lo han convertido de facto en un tercer país seguro muchedumbres de estos países del triángulo norte decidieron cerrar una historia de precariedad en sus naciones con la mirada puesta en un nuevo horizonte.  

Migracion.
Imagen: Animal Político.

Para empezar me parece necesario reflexionar sobre la comprensión de los derechos humanos, los cuales a mi parecer son reinterpretados constantemente debido a los intereses ideológicos que permean la posibilidad de encontrar soluciones pragmáticas y duraderas a fenómenos como el migratorio, en donde el otro en condiciones de exclusión se lanza a una aventura incierta y de la cual solamente “la providencia divina” puede salvarle. Como ejemplo se puede observar el caso de la hondureña Jacqueline Irías –y que lo informan diversos medios como Univisión–, quien “ha vuelto a la vida”, pues se ha reencontrado en territorio sur mexicano con su hermana Joaquina Irías –ambas de la aldea Guatemalita, en la municipalidad de Orica en territorio hondureño–, a casi quince años de haberse separado de su familia, en los albores del siglo XXI, en la búsqueda del sueño americano. 

En mi opinión –y varias veces lo he comentado– , creo que esta idea de tercer país seguro está destinada al fracaso debido a que los países propuestos adolecen de la infraestructura adecuada para dar la atención apropiada a los solicitantes de este mecanismo y es menos fructífera pues de lo que se trata es de buscar soluciones estructurales a desigualdades abismales en estos países. Considero que cuando los procesos no son previamente planificados se extravían en gruesas capas de oscuridad, a raíz de la falta de compromisos reales, tanto de los dirigentes de países expulsores, como los de tránsito, y finalmente los de destino.

Migracion.
Imagen: Televisa.

En definitiva, los medios de comunicación que han venido informando –ya sea por agenda propia o por el interés que reviste el tema– así como la “agresividad” social que entrañan las imágenes que se mediatizan en Latinoamérica y el mundo, permiten lo que yo llamaría una suerte de honestidad en la comunicación mediática con la conciencia humana. En este proceso puede percibirse entonces un binomio interés-desinterés en la gestión del bienestar en las localidades de origen de los migrantes quienes a falta de oportunidades –con una brutal desigualdad en el acceso a las relaciones sociales y los procesos de acercamiento al empleador–deciden emprender la travesía que paso a paso les confronta con escenarios hostiles, debido a su indigencia cultural, económica, política y social.


P. D. La historia registra que la idea de “tercer país seguro” tiene sus orígenes con la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados firmado en Ginebra en 1951. 

El pueblo en la calle: Bolivia, Chile, Colombia

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Mi ideología, básica y esencial, comenzó a formarse en los primeros años de la década de los sesenta en el siglo pasado. Leí y aprendía sobre la expulsión del vicepresidente Nixon de la Universidad de San Marcos en Lima[1], la Revolución cubana[2] y viví dos golpes militares en Argentina,[3] en los que cayeron Frondizi e Illia. Todo esto me marcó –utilizando las acusaciones de los que me leen–, teniendo mitad gorila (golpista) y mitad “K” (Kirchner).

No tomo en cuenta el golpe de 1955 porque con los años aprecié que las enseñanzas de éste no era más que un lavado de cabeza, un adoctrinamiento, y eso hacen todos los regímenes. Recién comenzaba la escuela primaria y más que “palotes”, no sabía hacer nada. Muchos amigos de mi edad son hoy en día antiperonistas porque nos enseñaron que eso era malo, pero quizás no lo fue tanto, ya que la mayoría del pueblo argentino sigue siendo peronista después de tantos años. Posiblemente los que fallaron, por intereses personales, son los propios dirigentes peronistas.

Salto 50 o más años y llego al 2019. Una nota reciente[4] me lleva a pensar que nada ha cambiado. Los intereses de diversos grupos son los que determinan el quehacer de los pueblos. La influencia de los medios de comunicación al llegar ahora a toda la población, se hizo más eficiente. En el enlace sobre el golpe a Illia,[5] ante la pregunta de la influencia de los medios de comunicación, un analista señala:  se intentaba abarcar el mayor espectro posible de voluntades. Sin embargo, no estaba dirigida a un público general. La campaña de persuasión apuntaba, fundamentalmente, hacia el “público líder” integrado por políticos y comunicadores que actúan como amplificadores del mensaje.

Aquél era el año de 1966. Hoy, en el 2019, somos testigos de las violentas manifestaciones del pueblo chileno contra el gobierno de Piñera y la sorpresa del público en general que estaba alimentado de una prensa neoliberal favorable al gobierno y presentaba a Chile como la economía salvadora. No me sorprendí por las manifestaciones, ya que estuve en Chile en febrero-marzo y escuché a muchos quejarse de la situación. Incluso antes, cuando mencionaba que Chile es presentado como el país menos corrupto de América Latina, algunos amigos chilenos me alertaban diciendo que no me había equivocado, y sigue siendo un país sumamente corrupto.

Piñera y Morales.
Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, presidente de Chile junto con su ex homólogo boliviano, Juan Evo Morales Ayma.

Algo que no se publica mucho, y yo lo supe hasta que estuve allí, es que las ganancias de la industria cuprífera van en su mayor parte para las fuerzas armadas.[6] En publicaciones de izquierda pueden encontrarse datos sobre la distribución de la riqueza. El 1% de la población tiene el 26.5% de la riqueza (fuente de la Cepal).

Sin duda alguna, en Bolivia hubo un golpe de Estado y con la brutalidad de los golpes de los años 70. No debemos engañarnos y no importa qué justificación se da. Confieso que también fui prisionero de la prensa que decía que Evo es un tirano, la misma prensa que decía que los Kirchner eran una dictadura. Todo es mentira. Todo ha sido corrupción[7] y no sé cómo nos salvaremos.

Ayer hubo una manifestación en Colombia contra el presidente Iván Duque, por lo que esta preocupación lo llevó a tomar muchas medidas de seguridad, incluyendo cerrar las fronteras. Considero que las protestas son legítimas y su programa económico era envidiado por el presidente Mauricio Macri de Argentina.

El foro San Pablo[8] no es tan fuerte como el foro de Lima: Hoy en Bogotá se reúne el Grupo Lima y estos dirigentes actuales de este continente no son más que los representantes históricos de las fuerzas que gobernaron históricamente los países y que en su manejo dieron lugar al nacimiento de Perón en Argentina, Castro en Cuba, Allende en Chile, Lula en Brasil y sí, también a Marulanda en Colombia. Y debo agregar a otros, entre ellos a Morales en Bolivia y Mujica en Uruguay.

Esa reunión fue en febrero, y el grupo ha tenido el apoyo de Estados Unidos., convirtiéndolo aparentemente, en fuerte e influyente. Seguramente las manifestaciones en Chile, la liberación de Lula da Silva, las manifestaciones en Ecuador y el triunfo de Alberto Fernández en Argentina, aceleraron el golpe de Estado en Bolivia para mostrar y alertar. Como se comenta, volvemos a los años 70.

Pueblo en las calles.
Fotografía: Diario Octubre.

Acabo de visitar Uruguay y supongo que también ahí puede salir el pueblo a la calle. Es un país muy caro y al parecer a la clase media le está costando mucho mantener el nivel. Según los datos registrados que se tienen, la distribución de la riqueza no es tan mala como en Chile y Estados Unidos y, sin embargo: Los últimos datos disponibles indican que la riqueza total está fuertemente concentrada en Uruguay, con un índice de Gini superior a 0,82. El 1% más rico se apropia del 26% de la riqueza. El 0,1% más rico se queda con el 14%.

Ya estamos terminando el año 2019, ¿qué nos depararán los siguientes años? Para mí, con suerte, llegar a los 80 años. Ojalá llegue a resumir el decenio. Un titular de hoy me dejó en la lona, como un puñetazo cuando mencionaban que Trump y Netanyahu eran perseguidos y dicha persecución resultaba un peligro para la democracia.[9] Ellos son el peligro de la democracia. Copio la traducción de las palabras de Robert Kennedy Jr., hijo de Robert y sobrino de JFK: Trump no cayó del cielo. Es sencillamente la aceleración del proceso en el cual el gobierno de América pasa del pueblo a los dueños del capital. En ese proceso revientan todos los frenos con los que se enfrentan las corporaciones, entre ellos el cuidado del entorno.


Notas:

[1] https://bit.ly/2OHRxB8

[2] https://bit.ly/37nLE4m

[3] https://bit.ly/2qEOIsh

[4] https://bit.ly/37tUwph

[5] https://bit.ly/2qEf6T5

[6] https://bit.ly/34n1ydD

[7] https://bit.ly/338u40V

[8] https://bbc.in/2KI4yt2

[9] https://bit.ly/2XEaMzg

Chile opta por renovarse

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La propuesta de la clase política chilena para terminar con las protestas sociales es considerada como histórica para el país andino.

28 días después de comenzadas las protestas sociales en Chile, y cuyo disparador inicial fue el aumento del precio del boleto del Metro, el poder legislativo de la nación actualmente dirigida por Sebastián Piñera acordó iniciar el proceso para tener una nueva constitución.

Jaime Quintana, presidente del Senado, fue el encargado de informar que se realizará un referendo en Abril del siguiente año para preguntarle a los ciudadanos chilenos si desean o no una nueva Constitución; y qué tipo de órgano debería redactarla.

En declaraciones retomadas por la BBC, Javier Sajuria, doctor en ciencias políticas de la University College London, explicó que este proceso es histórico ya que “nunca en Chile se ha redactado una Constitución por un órgano electo o con participación de la ciudadanía”.

“Siempre se ha hecho por grupos pequeños, ya sea de expertos o políticos, sin mucha retroalimentación durante el proceso”, subrayó el académico.

Por otro lado, hay quienes aseguran que es histórico debido a la “amplitud del acuerdo”, siendo firmado desde un partido tan conservador como la Unión Demócrata Independiente (UDI) hasta miembros de la coalición de izquierda llamada Frente Amplio.

La constitución actual de Chile fue promulgada en 1980, época en la que el gobierno de la nación era regido por el régimen militar de Augusto Pinochet quien llegó al poder mediante un golpe de estado, y aunque fue modificada varias veces, es criticada por ser herencia de Pinochet y por consolidar un papel residual del Estado en la provisión de servicios básicos, uno de los motivos de las protestas que se iniciaron el 18 de octubre.

https://twitter.com/min_interior/status/1195306407446425600

Qué está pasando en Latinoamérica

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Los latinoamericanos vivimos, quizá desde hace muchos años, momentos muy difíciles: entre la inestabilidad social, política, económica, quizá cultural –e incluso–, posiblemente racial; todo esto se encuentra establecido, desde hace muchos años, en nuestro subcontinente, quizá desde siempre, pero está claramente destacada en la segunda mitad del siglo pasado y lo que ha transcurrido del actual. Los comentarios de este escrito los hago porque son muchas las noticias que nos agobian –o que me agobian–, en este momento. Lo que sucede en Chile, lo que acontece en Bolivia, lo que parece estarse gestando en Ecuador, la inestabilidad del Perú, lo que no sucede en Venezuela ni en Nicaragua ni en Cuba, los recientes resultados de las elecciones en Argentina; aunado a las declaraciones de nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, que denunció hace sólo un par de días, que se gesta un golpe de Estado en México; por si todo esto fuera poco, leí este fin de semana Tiempos Recios, la más reciente obra de Mario Vargas Llosa.

Tiempos Recios.
Mario Vargas Llosa, escritor peruano.

En ella, el Premio Nobel Peruano con su proverbial maestría y mezclando la ficción con la realidad, nos narra los acontecimientos que en Guatemala sucedieron en los años 50 y 60, que derrocaron y establecieron regímenes con la participación de fuerzas locales, americanas –tanto privadas como gubernamentales–, y destaca la participación dominicana.

No es un libro fácil, tiene contrapuntos de todo tipo que exigen una atención precisa en la lectura; varias conclusiones pueden establecerse, a mi la más importante me parece que es que todavía los guatemaltecos no se reponen de los acontecimientos y no han logrado una mediana estabilidad. Al final del libro, dos personajes que veníamos considerando como ficticios –si bien son un sostén fundamental de la narrativa–, los narra como personajes reales al momento de realizar una entrevista final; la entrevista destaca el fracaso extendido de la intervención americana, gubernamental y privada, en Guatemala y cómo se extendió en el tiempo y en el espacio.

¿Por qué los latinoamericanos no conseguimos despegar? Si excluimos a Uruguay y Paraguay, los demás países que conformamos el subcontinente no conseguimos una estabilidad que permita a los habitantes una vida mejor. La respuesta no es fácil y las que habían venido desarrollándose, con los acontecimientos actuales puede que hayan caído desbaratadas.

Me atrevo a comentarles una experiencia personal, hace unos años tuve la suerte de participar, durante un Congreso Mundial de Medicina Interna, en un simposium sobre el desarrollo de la especialidad y me di cuenta que los europeos habían logrado construir un sistema en el que el estudio de la especialidad, los sistemas de certificación y recertificación, permitían que un internista austriaco pudiera ejercer en España o que un Francés lo hiciera en Alemania, a pesar de las enormes diferencias idiomáticas y culturales. Poco después asistí a un simposium de SOLAMI, la Sociedad Latinoamericana de Medicina Interna, y al final quedó claro que eso no puede suceder entre nosotros, a pesar de las enormes similitudes idiomáticas culturales y probablemente epidemiológicas.

Por qué Argentina, de ser una potencia económica y cultural a mediados del siglo XX, ha pasado a ser un país con una crisis económica permanente con una inflación enorme, que ha hecho crecer la pobreza, la deuda del país y ha permitido la decadencia del bienestar de sus habitantes. Pero lo que es difícil de explicar, es que el peronismo continúe siendo una filosofía política vigente. No queda claro si el peronismo o justicialismo es una corriente de izquierda o liberal o no, lo que queda claro es que la mayoría de los gobernantes elegidos por este partido han acabado envueltos en escándalos de corrupción; lo que no ha impedido que, el Presidente y la Vicepresidente electos, hayan triunfado a pesar de haber formado parte previamente de gobiernos acusados de deshonestidad.

Lo que sucede en Chile es aun más difícil de explicar, si bien tiene la dificultad de un mestizaje incompleto, lo mismo que muchos otros países de la zona, después de haber sobrevivido a una dictadura militar y librarse de ella de una manera bastante pacífica, surgieron gobiernos democráticos, los últimos cuatro en una alternancia entre la social democracia de la presidenta Bachelet (por cierto de formación médico y de especialidad pediatra), y la derecha moderada –quizá neoliberal– de Piñera. Primero fue electa Bachelet, al término de su periodo, fue elegido Piñera, al terminar él, se reeligió nuevamente Bachelet, y así sucesivamente.

Piñera y Bachelet.
Izquierda: Sebastían Piñera, derecha: Michelle Bachelet.

En estos años de vaivén, aconteció un fenómeno económico y social con repercusiones culturales, educativas e incluso sanitarias; pasó a tener el mayor ingreso per cápita de la zona, por supuesto, esto acarreó a varios éxitos educativos y la mejoría en indicadores de salud, con un abatimiento notable de la mortalidad materna, de la mortalidad infantil y el incremento en la esperanza de vida, a su vez, se mostró un deceso de los índices de pobreza. Pero está claro que esto no ha resultado suficiente, porque un incremento menor en el precio del transporte público ocasionó una respuesta inusitada, masiva y violenta que tiene en crisis al gobierno –que a pesar de haber hecho la derogación del incremento y cambios en el gabinete presidencial–, no han cedido y se avizora que el gobierno de Piñera pueda caer.

Se esgrime que la constitución no se ha modificado y que sigue siendo la misma del periodo dictatorial, que la riqueza no ha sido distribuida adecuadamente; pero además, me parece que existen dos explicaciones más: que las redes sociales son capaces de desencadenar respuestas que desemboquen en golpe de estado y que las reelecciones nunca son buenas. Piñera había tenido un desempeño excelente en su primer periodo y ahora vive una crisis que probablemente no superará.

En Bolivia sucede una crisis sociopolítica muy grave. El presidente Evo Morales consiguió presentarse a las elecciones para intentar conseguir su quinto periodo consecutivo, para ello, derogó leyes y reglamentos que se lo impedían y ganó una primera vuelta con una diferencia mayor al 10 % sobre su más cercano competidor, todo dentro de un ambiente de escándalo e inconformidad que no le han permitido validar plenamente su triunfo. En este momento los votos para las elecciones se encuentran siendo escrutados por organismos internacionales. Al final, Evo Morales será investido como presidente, independientemente de las inconformidades y los escándalos. En sus principios, el presidente Morales consiguió grandes éxitos económicos y políticos con enormes repercusiones positivas en la distribución de la riqueza y la disminución de la pobreza, lo que le fue acarreando una popularidad avasalladora, sin embargo, a lo largo de tantos años, también se fueron creando opositores e inconformes que no fueron escuchados. Bolivia se encuentra sumida en una crisis por empeñarse en permanecer en el poder.

Presidentes de Perú.

Perú había conseguido en los últimos años grandes logros cambiando considerablemente sus condiciones económicas, pero de un momento a otro todo se vino abajo. Los presidentes que habían encabezado los gobiernos exitosos, fueron acusados de corrupción grave; uno se suicidó poco antes de ser detenido, otro está detenido en los Estados Unidos en espera de ser extraditado para ser juzgado en su país; otro fue destituido de su cargo y está siendo juzgado; el que detenta el poder, lucha con enemigos interiores que disputan el poder… Nuestro resultado es una inestabilidad paralizante.

Evo y Maduro.
Evo Morales junto con Nicolás Maduro.

En Ecuador algo de lo mismo ocurre después de numerosos éxitos del nuevo gobierno, pues el retiro del subsidio a los combustibles desencadenó una respuesta popular que mantiene al país en un tris.

Lo que no sucede en Latinoamérica también resulta alarmante, pues en Venezuela, tras los terribles resultados del gobierno bolivariano encabezado por Maduro (opresor e insensible), se gestó una respuesta de oposición encabezado por Guaidó y Capriles que tuvieron grandes apoyos internacionales y dentro de Venezuela. Se estuvo a punto de suscitarse un cambio de régimen, que al final se fue diluyendo y está a punto de fracasar. Al final no pasará nada, y el gobierno bolivariano continuará marcando los destinos de Venezuela.

Lo de Nicaragua también llama la atención después de una revolución que termina con una dictadura de manera sonora y muy difundida. Daniel Ortega es electo como presidente y ejerce de 1985 a 1990; tras él, le siguen otros políticos de diversos orígenes e ideologías,  pero Nicaragua camina en vías democráticas hasta que Ortega logra su segundo periodo, y desde entonces permanece en el poder. La cuarta reelección la consigue en 2017, y para mayor escándalo, coloca a su cónyuge como vicepresidente, todo entre acciones de corrupción, de tiranía, de represión y de deterioro de la vida de los nicaragüenses y no pasa nada.

Daniel Ortega.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua.

Menos pasa aún en Cuba, la Revolución lleva instaurada 60 años y ha soportado no sólo su fracaso como régimen político, si no las intenciones de sus adversarios y la caída de sus amigos. Tras la Revolución, un altísimo porcentaje de los cubanos ha tenido que emigrar y lo sigue haciendo, pero los Castro han soportado todo y parecen haber encontrado un heredero que parece capaz de continuar la misión, como muestra de los soportes internacionales recientemente adquiridos, basta comentar que recientemente el presidente cubano fue recibido en México, muy cordialmente como siempre –y en unos días recibirá la visita del rey de España, quien durante su visita inaugurará una exposición pictórica formada con obras que provienen nada menos que del Museo del Prado–. Estoy seguro que la pronta liberación de un centenar de presos políticos, lo hace como muestra de buena voluntad y deseos de cambio (como siempre lo ha hecho), lo que será destacado por sus simpatizantes. Total, que no pasa nada y la Revolución seguirá hacia adelante o hacia atrás, sin cambios.

El golpe de Estado anunciado por nuestro Presidente, espero que haya sido anunciado de manera metafórica o pensando en utilizarlo con fines publicitarios; intentando con ello, preterir los enormes problemas que nos (le) agobian. Si bien algún sector del ejército ha mostrado públicamente su inconformidad, lo ha hecho abiertamente y de forma mesurada; lo acontecido en Sinaloa, siendo muy grave, no parece haber ocasionado fisuras en la lealtad tradicional del Ejército Mexicano. Las redes sociales son incontrolables e ingobernables, pero me parece que de momento no significan una amenaza.

Lecturas recomendadas:

Mario Vargas Losa. Tiempos recios. Alfaguara. México. 2019

Héctor Aguilar Camín Chile: el estallido interno. Milenio. 30-X-2019.

¿Qué sucede en la política de Perú? ¿Por qué la actual crisis? https://www.voanoticias.com/a/la-crisis-de-peru-en-preguntas-y-respuestas/5107281.html

Martín Hopenhayn. Chile: entre madrugar y despertar. Nexos. 5-X-2019.

Cecilia Barria. Crisis en Ecuador: 4 razones que explican la crisis que llevó a Lenín Moreno a decretar el “paquetazo” que desató las protestas. https://www.bbc.com/mundo/noticias-49978717

https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Gobernantes_de_Nicaragua

https://es.wikipedia.org/wiki/Peronismo.

Fernando Molina. El sector más duro de la oposición a Evo Morales toma las riendas de las protestas en Bolivia. El País. 4-X-2019. https://elpais.com/internacional/2019/11/03/america/1572799438_418002.html

¿Muerto Al-Baghdadi, acabará el odio a Occidente?

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En su lucha contra el terrorismo, los sucesivos presidentes estadounidenses han impuesto la norma de borrar todo rastro físico de sus más perseguidos objetivos internacionales. Así sucedió con el dirigente del grupo radical Estado Islámico (EI), Abu Bakr al-Baghdadi, luego que Donald John Trump anunciara: “Ayer en la noche los Estados Unidos hicieron justicia con el líder terrorista número uno. Abu Bakr al-Baghdadi está muerto”.

No se mostró el cuerpo (ni de los tres hijos que estarían con él), ni se avaló la transparencia de los hechos. Ahora, y sólo por la versión del Pentágono, respiran con alivio sus aliados.

Triunfalista y casi obsceno, el magnate estadounidense describió el fin del adversario: Acabó su vida “gimiendo, llorando y gritando hasta el final” de un túnel sin salida, donde accionó los explosivos de su chaleco para evitar ser capturado al estar acorralado por las Fuerzas Especiales.

Sin proporcionar cifras de las bajas de la parte contraria y con el usual lenguaje simplista e imperialista, Trump sentenció: “Era un hombre enfermo y depravado y ahora se ha ido. No hubo pérdidas nuestras, sólo un perro”.

Pero, ¿muerto el hombre más perseguido por la superpotencia militar mundial, se acabó el extremismo y repudio a la intervención de Occidente en Levante? En la lógica antiterrorista que Washington impuso al mundo tras el 11-S, se calificó al Estado Islámico como el grupo más violento y con mayor poder e influencia en Irak y Siria,  luego de que Al-Baghdadi –a la sazón de sólo 43 años– declarara su califato en 2014.

Desde entonces ese grupo explotó el petróleo sirio, expulsó a los kurdos del noreste, amagó la estabilidad regional y desafió rotundamente a Estados Unidos y sus aliados. Ante ese desafío, Washington lideró una Coalición Internacional –que por cinco años, y tras miles de fallidos ataques aéreos–, fue destinada a perseguir combatir y detener a Al-Baghdadi… Hasta la noche del 26 de octubre.

Extraña que unos días después de que Trump ordenase a sus tropas retirarse del este de Siria (donde por largo tiempo operaron con los kurdo-sirios), justo en el punto geográfico opuesto (en Barisha, Idlib al noroeste) ocurriese la operación que condujo a la autoinmolación de Al-Baghdadi.

Todo parece indicar que el magnate estadounidense quiso dar un teatral golpe de efecto antes de salir con las manos vacías de Siria. Su antecesor, Barack Obama, no logró capturar al líder del EI ni alcanzar su otro objetivo: expulsar del gobierno al presidente Bashar al-Ásad.

Y aunque en su campaña presidencial Donald Trump criticó las operaciones militares de Obama, ya en la Casa Blanca no escatimó fuerza ni recursos para asestar golpes tanto al EI como a Al-Ásad. Pero también, con resultados infructuosos.

Hoy, el gobernante sirio aparece más fortalecido, sus fuerzas vuelven a los espacios que le disputaron el Estado Islámico y la Coalición Internacional, gracias al respaldo de Rusia que se alza exitoso como actor indispensable en ese juego geoestratégico.

En cuanto al grupo extremista, nada garantiza que deje de existir, advierte Sam Heller del think tank International Crisis Group. Pese al golpe devastador que para esa organización representa la muerte de Al-Baghdadi, llama la atención que no ha reivindicado la desaparición de su líder, no ha lanzado amenazas a los causantes de ese hecho, y ya se habla de un sucesor.También vale la pena recordar que el EI aún dispone de cuantiosos recursos financieros.

Escéptico, el ministerio de Defensa ruso pidió “pruebas directas” de la desaparición del islamista y de la operación del Pentágono. Indicó que no había detectado ataques aéreos de Estados Unidos ni de la Coalición Internacional en la zona.

Dos días después, el Kremlin mostraba el giro diplomático de Vladímir Putin al declarar que, “si se corrobora esa liquidación, sería un importante aporte” de Trump al combate antiterrorista.

Al saltar a los titulares de la prensa mundial, Al-Baghdadi tendría unos 43 años. Desde una remota mezquita de Mosul, en Irak, proclamó un califato sobre un amplio territorio al frente del Estado Islámico. Los servicios de inteligencia occidentales le atribuyeron la capacidad de crear una red que reclutó a miles de militantes en un centenar de países.

Años después, ese personaje sería perseguido en un túnel por un perro de raza belga malinois –la misma de “Cairo”, el perro que usó el Ejército estadounidense en la «Operación Lanza de Neptuno» que abatió a Osama bin Laden–. Trump lo llama “mi K-9”, pues su identidad y sexo “son información clasificada según el Pentágono”, criticó The New York Times. Algunos afirman que se trata de una perra entrenada en busca y detección de explosivos, minas y drogas, y ya se recupera de sus heridas, explicó nada menos que el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, Mark Milley.