Intensas han estado las conversaciones en rojo a partir de la primera entrega de la historia de este color. Después de tan enrojecido panorama te preguntaba en el artículo anterior si el rojo es un color que te agrada. Lo has pensado, has considerado ¿en qué parte de las emociones te resuena? ¿A qué ideas o conceptos te refiere? Ferrari, Coca-Cola o Christian Louboutin, KFC y McDonald’s, entre otras, utilizan el rojo como un color identitario de sus marcas. Ver un fondo rojo con una M amarilla encima o las suelas de los zapatos de la marca antes mencionada son asociadas a antojos, recuerdos familiares o estatus, es decir, emanan un significado que es registrado a nivel inconsciente y generan respuestas preconscientes en los individuos. Ese es el poder del rojo.
Al color rojo se le ha hecho sin duda mala fama, se le asocia con la sangre, destacando su vinculación con hechos violentos. En los periódicos impresos del siglo XX se solía tener una sección que se denominaba “la nota roja” en la que se reporteaba y escribía sobre los delitos cometidos y que, por su notoriedad llegaban a la prensa. Con el tiempo, la nota roja dejó de ser una sección en los diarios para instalarse tanto en diarios “especializados” en este tipo de notas, como en los titulares actuales de los noticieros. Es pan de cada día escuchar en televisión o radio sobre baños de sangre acontecidos en el mundo como primera nota de los informativos, y como segunda y tercera y así sucesivamente. Es una tristeza ver esa significación del rojo porque este color puede estar asociado también a tantas cosas que, desde antes, desde entonces, ahora y en el futuro se vinculan a la vida, al amor, a la pasión y al disfrute.
En la naturaleza frutos y flores tienen este atractivo color y alegran nuestra vida y los sabores que degustamos. Jitomates, sandías, manzanas, fresas, cerezas y moras de distintos tipos se mueven en la paleta de los rojos generando atracción a la vista para estimular nuestras papilas gustativas. Su roja representación está asociada a frutos con elevados contenidos de vitamina C y/o de potasio en el caso del jitomate, que nutren nuestro sistema inmune generando placer al consumirlas. De esta manera, la naturaleza nos ofrece mecanismos de sobrevivencia al atraer nuestra atención de manera instintiva hacia estos alimentos.
Otra forma en la que la naturaleza nos apoya para sobrevivir utilizando el rojo en su expresión es al teñir en estos tonos algunas sustancias que pueden ser venenosas para la especie. Así, hay hongos silvestres que crecen en ambientes boscosos que tienen un atractivo color rojo que ha servido para que aprendamos a distinguirlos y saber que no pueden formar parte de nuestra dieta por su contenido dañino. Todos los hemos visto, estos honguitos hermosos de roja cabeza con punteado en blanco —que resultan emblemáticos en las ilustraciones de cuentos o de caricaturas—, en la vida real tienen ese brillante colorido para que los seres vivos podamos distinguir el letrero de alerta que presentan y que es tan útil para nuestra sobrevivencia.
Además de estos significados que provienen de la biología, hay otros que han sido adjudicados a través de la cultura. Por ejemplo, la estacionalidad de ciertas plantas ha servido para generar un vínculo con temporadas y celebraciones específicas. Las tradicionales nochebuenas o poinsettias que habitualmente simbolizan la Navidad son, originalmente de un vibrante color, Hoy en día, a base de hibridaciones de las semillas y plantas de esta especie, podemos encontrar nochebuenas “blancas” —que en realidad tienen un peculiar y ligero tono amarillo claro—, o unas de color rosa encendido casi fucsia, incluso otras de un extraño color salmón. Todas estas modificaciones y manipulaciones a la genética de las plantas han venido a brindar variedad a la oferta de flores de nochebuena, sin desplazar el color rojo de la representación de la Navidad en la imagen.
Uno de los significados que en la cultura se ha dado al rojo, en extensión al anuncio de riesgo que pueden representar en algunas plantas, (por cierto, las nochebuenas resultan ser tóxicas para nuestras mascotas) es la connotación de peligro. Así es que, en la práctica de la medicina intrahospitalaria, los envases de color rojo se utilizan para desechos contaminantes y que pueden poner en riesgo la salud. Se usa la intensidad de este color como distintivo para destacar la posible cercanía con alguna sustancia que resulte dañina para nuestro bienestar. Otro ejemplo es el de los semáforos o señales de advertencia. Al verlos uno reacciona inmediatamente, deteniéndose por completo hasta que cambie de color o ver que todo está bien y pueda uno seguir adelante.
Ahora quisiera hacer una reflexión que, a pesar de las apariencias de trivialidad que puede tener, no lo es tanto. ¿Cuál es la carga inicial que tiene para ti el rojo? ¿Lo asocias a buena salud, amor y pasión o te conecta con una sensación de riesgo, peligro y despierta tu estado de alerta? ¿Hay para ti un equilibrio en los mensajes del rojo? El valor del rojo a futuro está enmarcado en una visión cultural y personal en el que tú pones la carga presente y futura. Entonces qué, ¿te gusta? ¿Puedes ver los detalles de rojo en tu vida y llenarte de alegría? ¿Te espanta? ¿Te apasiona? ¿Llevas el rojo en el corazón?
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