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Las tandas y la economía familiar

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En la realidad mexicana existe un sinfín de mecanismos que demuestran cómo los mexicanos sabemos y podemos organizarnos de manera eficiente para el manejo de nuestro dinero. La necesidad de tener un recurso suficiente para cubrir necesidades específicas, desde el pago de luz, agua o gastos no tan indispensables como ahorrar para un viaje o vacaciones, pero ¿cómo se organizan estos mecanismos denominados “tandas”?

Es muy sencillo, están basados en cuatro principios universales: confianza, compromiso, libertad y respeto, que permiten que el objetivo se lleve a cabo para todos los que integran este esquema.

organizar tandas
Imagen: Alberto Montt.

Si nuestras autoridades entendieran que basar el actuar en principios tan elementales como universales es lo que da resultado, la realidad sería otra. Trabajar con nuestros vecinos, y conciudadanos de manera tan eficaz como ya lo hacen ellos mismos, no es algo que esté lejos de nuestro alcance; pero comencemos por el respeto de aceptar que la comunidad es mayor de edad, que sabe cómo quiere organizarse, que no pide mecanismos de cómo hacer las cosas; simple y sencillamente que se respete lo que esta determina y se den facilidades para los mismos.

Tener confianza en que somos capaces de autodeterminarnos; que somos una sociedad organizada y con ánimo de participación. Lo que no tenemos son vías de comunicación con las propias autoridades.

Respetar la libertad y mecanismos en el manejo de nuestro propio dinero; ya que esa obligación de bancarización no ha sido la más afortunada por ser un mecanismo más de control que de impulso.

Si las autoridades tuvieran el mismo compromiso, que muestran los organizadores y participantes de los mecanismos de ahorro conocidos como tandas, sería viable que las cosas mejoraran. Todos sabemos que los problemas no se resuelven de inmediato, pero sí en un tiempo prudente y con cierto orden; el obstáculo ha sido que las autoridades faltan a su compromiso casi de inmediato, con lo que minan toda organización comunitaria.

tanda social
Imagen: Perico Pastor.

Al ver cómo la comunidad siempre está por encima de las autoridades, deberíamos reflexionar: ¿por qué las autoridades no lo ven?, o quizá falta que entendamos que es obligación de la participación ciudadana hacérselos ver. En ese sentido, la clave radica en otro valor universal: confianza. La regla del juego se basa justo en este valor y es claro que no tenemos confianza en nuestras autoridades. Aquí es donde debería comenzar todo: debemos seleccionar a nuestras autoridades con los mismos valores universales, como cuando decidimos entrar en una tanda. Que quien coordine sea capaz de comunicarse y estar en contacto con su comunidad, pero sobre todo, que la comunidad tenga plena seguridad que administrará y tomará decisiones basadas en los mismos principios, que tan vigentes se vuelven ahora.

Por lo mismo, es imperante entender que la sociedad, pueblo o comunidad debe reflejar su valor y actuar en la toma de decisiones al momento de elegir autoridades. Hacer una tanda, un mecanismo muy usado en nuestra sociedad, es tan simple cuando se cuenta con esos valores universales. Por ello, no deberíamos estar tan polarizados y seleccionar mejor a quienes nos gobiernan; ponernos de acuerdo con conocimiento; no dejemos que nos manipulen y engañen tan burdamente. Hagamos comunidad y así dijere mi compadre: ¿para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?

Tanta ciudadanía cuanto sea posible, tanto gobierno cuanto sea necesario.


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Internacionalización Inteligente para las organizaciones

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El 2020 está siendo un año que nunca podremos borrar de la memoria de nuestras organizaciones, no sólo por la cuestión sanitaria y sus implicaciones en la forma de trabajar, sino por las innumerables reflexiones y lecciones de aprendizaje que nos está dejando y sobre las cuales aún no hay nada escrito.

Desde el punto de vista de la competitividad, nos ha tocado ver cómo la contingencia sanitaria ha parado países enteros, los cuales, sin haber resuelto aún dicha contingencia, se han puesto en marcha con el objetivo de sobrevivir a los efectos económicos de la parada, y también para coger nuevas posiciones en un mercado global aun incierto.

En este sentido, muchas empresas que ya venían trabajando estrategias de internacionalización se han parado y puesto a reflexionar sobre cuáles deberían ser los siguientes pasos, es decir, seguir apostando por lo global e intentar aguantar los efectos que todavía puedan quedar; pasar nuevamente a lo local, reservando recursos a la espera de salir nuevamente al mundo. O bien, una estrategia híbrida en la que la internacionalización se vuelve más selectiva y se complementa con acciones desde el ámbito local.

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Imagen: Andrea Ucini.

Viendo todo esto, resulta vital para las organizaciones contar con estrategias de internacionalización inteligentes, basadas en datos e información sobre las medidas que se están tomando en los países objetivo, pero principalmente, que están siguiendo sus competidores. Sin embargo, estas necesidades no son del todo asumibles, porque si algo cierto hay en este momento, es la incertidumbre, por lo que contar con este tipo de recursos resulta complicado, eso sin contar que tienen una vida muy limitada de tiempo.

Para dar respuesta a este escenario, las nuevas estrategias de internacionalización inteligente pasan por crear esos vínculos locales y globales a través de colaboraciones en regiones que permitan la internacionalización, sin el desplazamiento geográfico, asegurando con ello la presencia de ciertos agentes externos a la región a través del uso y aprovechamiento de las capacidades de los agentes locales.

La cooperación y la colaboración entre agentes ahora resulta de mayor importancia, ya que la internacionalización inteligente abre también la posibilidad de hacer defensa de la región generando barreras de entrada a otros agentes, a través de las alianzas y convenios que permitan la llegada de estos nuevos productos y servicios, pero desde el enfoque local. Esta condición toma fuerza, ya que intenta contener el inicio anticipado de los mercados asiáticos sobre el resto de los mercados.

internacionalizacion inteligente
Imagen: Pinterest.

Sin duda, las dinámicas globales y locales están cambiando, representan una oportunidad para las regiones y organizaciones que no han iniciado o completado un proceso de internacionalización y, fundamentalmente, para aquellos que en su día apostaron por la internacionalización como estrategia de crecimiento.

Por último, si queremos aprovechar esta oportunidad, sea en clave región o en clave país, es necesario tener presente que sólo será posible si generamos las relaciones y flujos de recursos adecuados entre los agentes públicos y privados, teniendo presente que la situación requiere de la implicación de todos para poder elaborar estrategias lo suficientemente robustas como para dar respuesta a los retos que nos enfrentamos y establecer acciones sostenibles.

Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos.

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Organizaciones inteligentes, actores claves de la competitividad regional

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Las organizaciones siempre han sido conscientes de la ventaja que representa disponer de datos, información y conocimientos adecuados en el momento oportuno, así como la desventaja que constituye la situación opuesta. Es por esto que en los últimos años las organizaciones han puesto especial atención en la oportunidad que representa la utilización del concepto de inteligencia para la búsqueda, tratamiento, análisis, distribución, comprensión, explotación, mantenimiento y protección de estos recursos de forma legal, en los procesos de toma de decisiones, así como su integración en la estrategia de las organizaciones.

Si miramos al pasado, encontraremos que el concepto de inteligencia no es nuevo, ya que el primer registro sobre el uso inteligente de datos, información y conocimientos data del año 400 a. C. y describe desde la visión de Sun Tzu cómo la utilización de estos recursos en el ámbito militar representa una ventaja clave para el éxito.

Sin embargo, la inteligencia ha ido evolucionado dejado de lado esa visión limitada del mundo militar y de la seguridad, para llegar a las organizaciones a mediados del siglo XX, cuando despierta el interés de las organizaciones por desarrollar estrategias basadas en el dominio del entorno y de las propias capacidades.

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Imagen: RPP.

Este interés por parte de las organizaciones comienza por desarrollarse en los ámbitos de la Administración y Dirección de Empresas, Mercadotecnia, Ciencias de la Información, Ingeniería, Informática, Prospectiva e Investigación de Operaciones, siendo los sectores industriales, particularmente, los más interesados en ello, por la ventaja que representa disponer de recursos de alto valor añadido en la consecución de sus estrategias.

Viendo esta situación, nos lleva a preguntarnos, ¿qué está haciendo mi organización en términos de inteligencia? O bien, ¿qué se está haciendo en mi región para favorecer el desarrollo de entornos inteligentes? Las respuestas son muy variables, especialmente en México, donde el valor a los datos, información y conocimientos aún no termina de permearse a las organizaciones públicas y privadas.

En este sentido, para terminar con esas preguntas, basta con ver cómo las organizaciones referentes a nivel internacional basan actualmente sus estrategias en procesos de decisión participativos, en los cuales, se utilizan grandes cantidades de datos, información y conocimientos, con la intención de poder establecer escenarios ajustados a la realidad, aunque esto pueda parecer imposible, después de ver lo que ha pasado con el COVID-19.

Sin embargo, la situación del COVID-19 es el doble refuerzo a la necesidad de promover entornos y organizaciones inteligentes, ya que, sin los recursos adecuados, resulta complicado identificar, desarrollar y desplegar acciones que nos permitan paliar este tipo de situaciones, o en su defecto, preverlas.

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Ilustración: Ahlefeldt Laurvig.

Viendo todo lo anterior, resulta clave para la competitividad de las regiones establecer mecanismos que permitan el desarrollo de entornos y organizaciones inteligentes, participativas y comprometidas con la mejora de la competitividad local y regional, especialmente, cuando nos enfrentamos a escenarios en los cuales, el encadenamiento local, la promoción del talento y la innovación son claves para la supervivencia, no sólo del tejido empresarial, sino del propio tejido social.

Finalmente, es importante tener presente que el punto de partida no es exclusivamente la organización, ya que podemos ser nosotros mismos los responsables del cambio, buscando un mayor dominio del entorno, entendimiento de la realidad y el constante compromiso por el valor añadido desde nuestra posición, independientemente de si ésta es en una organización pública o privada, siempre y cuando seamos capaces de compartir y promover una cultura basada en los datos, información y conocimientos.

Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos.

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Hablar de la planeación y los propósitos

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#Planeación #Propósitos

Cuando uno hace cualquier actividad, la que sea, hay algo de planeación. A veces ni siquiera nos damos cuenta de que, aunque sea por unos segundos, planeamos la actividad por hacer. Hasta en la improvisación más impremeditada hay algo de planeación, y es importante ser conscientes de ello.

¿Por qué hablar de planeación? Creo que es natural que, cuando empieza el año, la palabra se pone de moda. En muchas empresas hay “Juntas de planeación”, muchas veces incluso antes de que culmine el año anterior. Ligamos la palabra “planear” con temas financieros, empresariales o patrimoniales y nunca pensamos en planear las veces que llamarás o verás a tus padres, o que le dedicarás tiempo a ese hobby o pasión que tanto te alegra hacer. Tampoco planeamos cómo ser más saludables o conocer más cosas, etc. Como siempre, terminamos en los lugares comunes: “planeación financiera”, “planeación empresarial”; algunos a lo mejor planean sus viajes del año, aunque seguro son los menos, y otros, incluso, lo que leerán en un año.

Todos debemos hacer un alto en el camino para poner muy claro cuáles son nuestros propósitos. De ahí partir para poner prioridades y entonces, hacer nuestra planeación.

Cualquier planeación sin objetivo no tiene ningún sentido. Decían los clásicos que daba igual la ruta que te trazaras en un viaje si al final no conocías el destino. Todas son igual de malas o de buenas.

Propósito es destino. Es aquello que nos hace despertarnos y salir apresuradamente de la cama todos los días con pasión y alegría. Es aquello que nos llena el corazón y a lo que podemos dedicarles horas y horas de esfuerzo y ni siquiera lo sentimos porque realmente lo gozamos.

La vida sin propósito es más bien aburrida, tediosa y cuesta arriba. Hay claramente etapas de nuestra vida en que no tenemos claros nuestros propósitos y sobrevivimos, más que realmente vivir. Es importante entonces buscar propósitos e ir en pos de ellos.

Después de tener claro nuestro propósito o propósitos (se puede tener más de uno porque están alineados con nuestro propósito principal, pero tampoco tantos porque podemos confundirnos al llenarnos de muchas actividades en el día sin realmente satisfacer nuestra alma de alegría) lo que sigue es poner prioridades en las acciones que te harán llegar a ese propósito.

Enlistar lo importante y darles un orden a nuestras prioridades siempre nos ayudará a tener mucha claridad para poder lograr cualquier objetivo. Es bueno fijarse objetivos a corto, mediano y largo plazo, pero que siempre vayan alineados a nuestro propósito; y ahí es donde aparece la planeación. Es en la planeación, y en la revisión constante de la misma, en donde le vamos a dar forma a la resolución de nuestros propósitos. Ahí, en ese implacable documento, está lo que debemos hacer y no deberá salir de ahí hasta que se haga, por lo que entre más disciplinados y más responsables seamos en el cumplimiento de eso que planeamos, será mejor para llegar a ver nuestros propósitos hechos realidad.

Decía hace rato que la revisión de lo que planeamos es importante. La vida es dinámica, las formas de hacer las cosas que hoy funcionan puede que en unos años estén obsoletas. Incluso en ciertas cosas y con la transformación digital, muchos “cómo” cambian, no en años, sino en meses e incluso en semanas. Por lo que, lo que hoy planeaste hacer y que sería útil en cierto tiempo y espacio, probablemente ya no lo sea en otro; por eso es importante revisar la planeación de cómo llegarás a tus objetivos para así lograr tu propósito.

Los “qué” son nuestros propósitos, y esos son difíciles que cambien. Los “cuándo” son nuestras prioridades, y éstas pueden variar un poco más que nuestro propósito, aunque tampoco tanto. Es en la planeación, en los “cómo”, donde puede y debe revisarse en periodos más cortos, porque ahí sí puede haber variedad de hacer las cosas de formas distintas.

En cualquier caso y para lograr los sueños que cada uno tiene, lo que nunca ha cambiado en la historia de la humanidad es que hacer nuestro mejor esfuerzo, ser tesonero y ser creativos, ha sido siempre un común denominador de cualquiera que haya logrado su propósito; y sí, siempre acompañado de una buena planeación.

Que inicien el año con propósito y que cumplan cada una de sus metas para poder verlo cumplido.