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Coronavirus y solidaridad humana

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La irrupción del coronavirus de Wuhan en territorio chino desde diciembre de 2019 y expandido a una docena de países en este estos días, ha disparado las alarmas sanitarias y de seguridad, además de romper la relativa “tranquilidad” en materia sanitaria que ha habido en el planeta. La declaración de emergencia sanitaria internacional por parte de Organización Mundial de la Salud (OMS), es un llamado de contención del patógeno “coronavirus”, que hasta este 30 de enero ya causa más de 170 muertos y casi 7,700 infectados según registros de la entidad supranacional.

Indudablemente que el impacto de fenómenos como éste se torna más peligroso en tanto se adolece de infraestructuras sanitarias dinámicas y con sentido humano; además de una débil y descoordinada comunicación entre éstas y las autoridades de seguridad, lo cual propicia la propagación del mismo a falta de muros científicos-preventivos que coadyuven a generar confianza en respuestas apropiadas a percances como el que actualmente ha copado agendas periodísticas, rezos en los recintos religiosos y el diálogo interpaíses para responder de manera conjunta al problema.

sociedad y coronavirus
Imagen: Net-ADN.

Es en este escenario cuando surge el debate en torno a teorías conspirativas desde laboratorios científicos para minar la población mundial y acrecentar las redituaciones económicas de productores de medicamentos contra estas enfermedades. En mi opinión, todo puede ser posible en entornos faltos de transparencia y con servidores públicos desvinculados de una ética profesional interesada en la gestión respetuosa y humanizada de la actividad pública. Ahora bien, creo que el hecho de que el sistema sea permeable a las fluctuaciones de los intereses de diversa índole, crea una especie de lo que yo podría denominar “marcos de desintegración de ideales”, en tanto, los planes originarios de administración estatales pasan a un segundo plano, en cuanto se permite la entrada en escena de nuevos actores que “contaminan” los procesos iniciales que buscan sobre todo salvaguardar, diseñar y crear las condiciones humanas básicas dignas para la convivencia en sociedad. 

No cabe duda de que la situación se antoja apocalíptica para los habitantes de Wuhan, pues la confinación a la que se han visto expuestos a raíz del “miedo” institucional, empresarial y ciudadano, debido al hecho de ser el epicentro de este nuevo fenómeno contra la salud, automáticamente reproduce los miedos al contagio y de nueva cuenta se reactivan las murallas que sirven como “escudos” para algunos seres humanos que buscan resguardarse del “peligro inminente”. Es decir, representar “al otro” bajo la lupa sanitario-mediática que reproduce imaginarios y miedos en un contexto de adversidad para ese sector asiático.

En tal escenario, vale la pena subrayar la observancia de tres requisitos para que la OMS declare la emergencia global: que se trate de un evento extraordinario; que constituya un riesgo de rápida expansión en otros países; y, que requiera una respuesta coordinada internacional, lo cual imprime el sello de la solidaridad en la respuesta a la nueva afrenta “natural” contra la salud pública. En definitiva, pienso que la respuesta apropiada ante el coronavirus como amenaza contra la salud de la comunidad humana, requiere de integración, armonización intercultural, y, sostenibilidad en la aplicabilidad de criterios tecno-científicos de respaldo a las poblaciones ante eventos “desconocidos” para el ciudadano.


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¡Explíquela, don Pepe!

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Una de las historias más sabrosas que vale la pena compartir, es la que narra la maestra Ana María de la O Castellanos en Microhistorias del cine mexicano,[1] sobre un tal José A. Castañeda, vecino de Zapopan, Jalisco, uno de los más entusiastas pioneros del cine en Guadalajara de principios del siglo XX.

Pero antes algunas palabras sobre la “microhistoria”. Por lo regular los estudiosos se interesan más por los grandes eventos y sobresaltos de la historia nacional, o por la vida de los grandes personajes y líderes del poder, olvidándose de atender la necesidad de relatar una historia que se encuentre más cercana a la cotidianidad y al individuo “de a pie”, al hombre común o al pueblo remoto.

Pongo ejemplo: la historia “grande” nos cuenta que el presidente Plutarco Elías Calles, quien subió al poder en 1924, puso los cimientos del desarrollo futuro de México con la fundación de escuelas agrícolas y secundarias, creó importantes instituciones como las comisiones nacionales agraria, bancaria, de caminos e irrigación, banco de crédito ejidal y el banco de México, creó el impuesto sobre la renta y se fue contra la Iglesia para parar su poder. Pero los vecinos de allá en Zangoloteo de las Babuchas nunca vieron estas acciones.

plutarco e calles tomando posesion
Plutarco Elías Calles tomando posesión (Fotografía: Time to Ast).

Lo que vieron y vivieron fue que de repente ya no pudieron ir a su misa porque les cerraron las iglesias, y si se la celebraba en casa a escondidas los metían a la cárcel; que sus hijos ya no podían seguir sus clases porque les cerraron los colegios de padrecitos, que el hospital que atendían las hermanas ya no funcionaba porque las corrieron y que el ejército andaba correteando curas por todo el cerro para hacerles calzón romano con sierra eléctrica. Ejemplos de estas microhistorias, y no la “creación del impuesto sobre la renta”, fueron las que desataron la terrible Guerra Cristera (1926-1929), un fratricidio que cobró la vida de más de ochenta mil personas.

La microhistoria que hoy comparto parecería irrelevante, pero son precisamente esos detalles los que arrojan importantes elementos para completar nuestra visión sobre cierta época y su sociedad. Las “pequeñas historias” son un botón de muestra de lo que pasa en cientos de comunidades minúsculas y cuyas vidas hacen el cimiento para trenzar interacciones entre lo local, lo regional y lo nacional que mejoran la comprensión de nuestra historia mayúscula.

Fotografía: Alerta Digital (copyright desconocido).

Dicho esto, a la sopa:

Hoy Zapopan está en la panza de la zona metropolitana de Guadalajara. Pero hace muchas décadas era un pueblito cantarín que hacia 1920 tenía tres mil almas, dedicadas básicamente a la ganadería y a la agricultura y a estar amparadas por La Generala, como también se le dice a la famosa Virgen de Zapopan, que está en la magistral basílica franciscana de aquellos lares.

Como era de esperarse, todo mundo se conocía, siendo uno de los más respetados y apreciados vecinos don José A. Castañeda, no sólo porque fue presidente municipal de Zapopan, entre 1907 y 1908, sino porque cuando llegaba cualquier tipo de fiesta, sobre todo las patrias, don Pepe, al parecer de una energía detonadora, se involucraba personal y calurosamente en la organización, saliendo siempre disfrazado ora de cura Hidalgo, ora de Allende, ora de doña Josefa Ortiz o si se necesitaban Realistas para fusilar, pues también. Además, la popularidad de don Pepe era todavía más grande al ser dueño de Los Baños Castañeda, entonces un hermoso balneario al sur del pueblo que hacía las delicias de chicos y grandes y a donde los tapatíos viajaban para refrescarse en sus “albercas perfumadas con madreselvas y jazmines”.

castaneda de zapopan
Basílica de Zapopan (Fotografía: Pinterest).

Pero el giro y verdadera pasión de don Pepe era el cine. Ya antes de vivir en Zapopan había tenido dos pequeñas salas en la Guadalajara, por lo que tenía un nada despreciable acervo de películas de la época. Una vez instalado en Zapopan, don Pepe no tardó en abrir las puertas de su casa para ofrecer proyecciones: (…) así, convertido en un verdadero hombre orquesta, José Castañeda se desempeñaba como operador, ambientador y, si se quiere decir así, hasta guionista en las proyecciones de las cintas, comenta la maestra De la O Castellanos.

Como comenté, don Pepe fue uno de los precursores de la proyección de películas en la perla tapatía: En 1908, en su casa particular, en la calle de Pedro Moreno, 38, abrió el Salón Azul, que más que salón era un patiecillo acondicionado con un aparato y películas de segunda. Sin embargo, la calidad de sus películas era tan mala, que una vez terminada, el público pedía invariablemente a gritos la explicación del argumento.

Poco a poco la gente comenzó a hacer de aquellas atípicas proyecciones una especie de ritual, donde se podía gritar, chiflar y aventar toda clase de semillas, para al final exigirle a don Pepe les contará de qué diablos había tratado el filme. Más no sólo eso, el entusiasmo de don Pepe era espléndido y pronto comenzó a hacer uso de una desbordada improvisación “sonorizando” él mismo sus películas. Entonces de pronto metía ruidos, voces y efectos especiales de su invención, cacerolazos, rugidos, gritos, zapatazos, lo que fuera necesario para aumentar la “experiencia sensorial” de la concurrencia.

Cine mudo castaneda
Fotografía: Pinterest.

Como era costumbre, muchas familias de clase pudiente tenían su casa de descanso a las afueras de Guadalajara, y Zapopan era uno de estos destinos. Ahí don Pepe tenía su “casa de temporada”, como antes se decía, hasta que decidió mudarse permanentemente a ella. A continuación, ni tardo ni perezoso, el cinéfilo acondicionó su casa para sus tandas de cine con su sello personal: “Hoy les voy a dar shinito” (cinito), decía don José con voz arrastrada por falta de algunos dientes, y a continuación la voz se corría como rayo.

Don Pepe hacía dos funciones semanales que eran gratis: Instalaba su proyector en uno de los cuartos de la casa y desde una gran ventana proyectaba las películas hacia una manta que él mismo hacía. La gente llevaba sus propias sillas y se sentaban en la calle. Un vecino recuerda: Él era un señor muy pintoresco porque decía ‘El cine ya se descompuso, se compone con un aplauso’. Entonces todos aplaudíamos y la película volvía. Como era mudo el cine, algunas veces había gente que no entendía y a mitad de película gritaba ‘¡Explíquela don Pepe, explíquela! Entonces el señor Castañeda apagaba el aparato y salía a la ventana a contarnos quiénes eran los personajes y de qué trataba aquello. Le aplaudíamos y continuaba.

cine castaneda
Fotografía: Revista Esfinge.

El cineclub del señor Castañeda se hizo famoso y pronto gente de la misma Guadalajara recorría la distancia para asistir a su función, que comenzaba a las ocho de la noche. Tanto el público como él, disfrutaban al máximo de las películas, aunque fueran en capítulos o en partes, ya que las películas que proyectaba en algunas ocasiones eran muy especiales: se trataban de pedazos de cintas que él mismo unía y que en muchas ocasiones sólo encontraban sentido gracias a su famosa elocuencia.

Entre las películas favoritas de los zapopanos estaba la primera película de corte cómico acerca de un niño que hace cualquier cosa para robarse un pastel, traducida al español como Willy quiere comer sin pagar. Otra de las muy aplaudidas era Maciste, una serie de películas que mostraba la historia del típico héroe fortachón y bondadoso que luchaba por el desprotegido por medio de su fuerza sobrehumana. En esta cinta, dice la maestra De la O Castellanos, don Pepe mañosamente paraba el proyector a medio rollo y preguntaba al público: ‘¿Queréis que shiga Mashiste, o no queréis?’. ¡Sí!, contestaba la multitud y así don Pepe continuaba la proyección.

Pero no sólo don Pepe saltó a la historia del cine por sus inolvidables y excéntricas proyecciones, sino porque a él se le debe el famosísimo grito de “¡Cácaro!”, ahora en desuso. Este alarido de guerra se utilizaba junto con rechiflas, mentadas de madre y gritos a por mayor, cuando se interrumpía la película en el cine, hasta que el operador arreglaba el desperfecto.

El divulgador de historia, Alejandro Rosas, comenta: Para 1911 este empresario instaló en dicha ciudad la carpa Cosmopolita y contrató a Rafael González para encargarse de la proyección de las películas. Todo el mundo conocía a éste, no por el gusto que ponía en su trabajo, o la admiración que le provocaba el cine, sino porque de joven había sido atacado por la viruela y su rostro mostraba las huellas de la enfermedad: estaba cacarizo. Le decían el “Cácaro”, y cuando había algún problema con la proyección, don José gritaba: ¡Cácaro, Cácaro! Era tan pintoresco el personaje, que a veces se quedaba dormido durante la proyección y no cambiaba el rollo de la película. Con el tiempo el grito se convirtió en parte del ambiente cinematográfico y llegó para quedarse.

Definitivamente hacen falta enterarse de más microhistorias como la de don José A. Castañeda, del mero Zapopan, hombre sencillo que nunca cobró un peso y sólo buscaba el caluroso aplauso de su público.

“El Cácaro” (Fotografía: El Cronista de Tacuba).

El padre de la microhistoria en México, Luis González y González, autor de una verdadera joya de libro, Pueblo en Vilo (1968), decía con sabias palabras que la microhistoria era la historia pueblerina, la historia parroquial, de la patria chica, municipal, concreta, de campanario, y debe de ser, ante todo, el relato verdadero, concreto y cualitativo del pretérito de la vida diaria, del hombre común, de la familia y el terruño. Así, las microhistorias no sólo enriquecen la macrohistoria, sino que le dice ¡bájale de crema a tus tacos!, porque:

Soy un hombre común
de carne y de memoria
de hueso y de olvido.
Ando a pie, en autobús, en taxi, en avión
y la vida sopla dentro de mí
pánica
hecha la llama de un lanzallamas
y puede súbitamente
cesar.
Soy como tú
hecho de cosas recordadas
y olvidadas
rostros y manos, la sombrilla roja al mediodía
en Pastos-Bons,
difuntas alegrías flores pajaritos
luz de tarde luminosa
nombres que ya no sé
bocas alientos caderas
todo
mezclado
esa leña perfumada
que se enciende
y me hace caminar (…).[II]


Notas:
[1] Microhistorias del cine mexicano, Eduardo de la Vega (coordinador).Universidad de Guadalajara, UNAM, Instituto Mexicano de Cinematografía, Instituto Mora, México, 2000, p.-156, sig.
[11] Gullar, Ferreira: Hombre Común y otros poemas, Calicanto Editorial, Argentina, 1979.


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Celebración del Día Europeo de la Mediación

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El pasado 21 de enero se celebró el Día Europeo de la Mediación en conmemoración de la aprobación del primer texto legislativo de mediación europeo, adoptado el 21 de enero de 1998. Se trató de la Recomendación No. R (98) 1 del Consejo de Europa sobre mediación en el ámbito familiar.

Como es sabido, la mediación es un método extrajudicial para dar solución a un conflicto que puede darse en el ámbito familiar, civil, mercantil, laboral, social, y aún penal, mediante el diálogo y el entendimiento mutuo, con la ayuda de un tercero neutral llamado mediador, quien no puede tomar ninguna decisión obligatoria para las partes, sino que de manera imparcial trata de ayudarlas a entenderse y a ponerse de acuerdo para resolver un conflicto de manera definitiva.

Dicha celebración motivó estudios y análisis relacionados con la forma en la que dicha institución se ha desarrollado en Europa. Desafortunadamente sólo en algunos países europeos la mediación ha logrado asentarse y echar raíces profundas y fuertes, pero en la mayoría ha faltado ese cambio cultural que exige pasar del enfrentamiento al diálogo, en favor de la solución pacífica de los conflictos. El hecho de que la madurez social de las sociedades europeas, que son de las más avanzadas cultural y democráticamente del mundo, no haya logrado florecer la noble institución de la mediación en la forma que debiera, evidencia el enorme reto que para su desarrollo enfrentamos los países con sistemas educativos y democracias mas frágiles.

democracia fragil
Ilustración: Ucalgary

La actual Directiva 2008/52/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, adoptada el 21 de mayo de 2008, regula la mediación en asuntos civiles y mercantiles y ha sido incorporada a lo largo de los años a los ordenamientos de los diversos países que conforman la Unión Europea.  En el contexto español se implantó en 2012 la Ley de Mediación que contiene un registro de Mediadores que no ha garantizado la calidad de los profesionales de la mediación, elemento clave para que las mediaciones tengan éxito. También se ha promovido la mediación a través de la creación del Grupo de Magistrados Europeos por la Mediación y se han intentado crear legislaciones de impulso a la mediación, esfuerzos que han tenido frutos importantes, pero aún insuficientes. En algunos países, como Italia, se ha establecido en algunas materias la obligatoriedad de acudir a la mediación, antes de poder acudir a alguna instancia judicial, lo cual desde luego ha favorecido su desarrollo.

Salvo el caso de Estados Unidos en el que la mediación ha tenido desde hace décadas un éxito contundente, me parece que la mediación aún no logra un pleno desarrollo en Europa, en nuestro continente y en los otros, por la falta de una cultura en favor de la solución pacífica de los conflictos y del acuerdo. Aún hay desconfianza entre la población por la falta de conocimiento de la institución y por la falta de preparación especializada de los abogados tanto en negociación como en mediación, retos que comienzan a enfrentar con seriedad algunas de las universidades más prestigiadas del mundo, incluso de México. En atención a la complejidad de las áreas de especialidad que requiere un mediador profesional, las universidades comienzan a implantar un grado universitario en gestión y resolución de conflictos, lo cual parece muy promisorio.

acuerdo y mediacion
Ilustración tomada de: Dvid Klein.

En México se encuentra en la congeladora un proyecto de Ley General de Medios Alternativos de Solución de Controversias y de un nuevo capítulo del Código de Comercio sobre Conciliación Comercial, aprobados por la Cámara de Diputados a finales de la administración pasada, proyectos que deberán retomarse en el futuro próximo para establecer un marco legislativo uniforme a lo largo y ancho de la República que facilite la profesionalización del ejercicio de la mediación, así también para discutir temas tan relevantes como incorporar la necesidad de asistir de manera obligatoria a una sesión explorativa e informativa previa de mediación, a la que las partes asistan personalmente, o bien, el establecimiento de la mediación como un requisito previo a la vía judicial.

Se comienza a integrar en México algo similar al organismo español denominado  “Instituciones para la Difusión de la Mediación”, creado por distintos colegios profesionales madrileños para impulsar la mediación, esfuerzo que quizá pronto tomará el liderazgo en nuestro país para lograr materializar la anhelada ley de mediación a nivel federal, que logre detonar su uso generalizado para reducir substancialmente la desbordada litigiosidad que agobia a nuestros tribunales y convierte nuestra justicia en algo tan deficiente.

Los esfuerzos para difundir las ventajas de la mediación sobre cualquier otro medio de solución de controversias me parece que es la clave para que la sociedad tenga un mejor conocimiento de su funcionamiento y, en consecuencia, sea utilizado de manera general. El elemento fundamental para que una mediación fructifique, es el ánimo de las partes de restaurar una situación injusta creando un futuro mejor, pero lo que de ninguna manera puede lograr la institución es satisfacer un deseo de venganza o de revancha, el cual sólo puede ser obtenido legalmente a través de los tribunales.


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Emergencia climática

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Úrsula Oswald, Tiahoga Ruge, Julie Lennox y Luis Zambrano sostuvieron un conversatorio sobre la situación climática global, el sábado pasado, en el Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi que preside Clara Jusidman.

La opinión entre ellos estuvo dividida en dos posiciones: las amenazas a la vida son muy grandes, pero hay algunas oportunidades de mitigación y adaptación.

La otra posición es que tendrá que ocurrir una catástrofe demográfica, con millones de personas muertas, para que gobiernos y sociedades tomen conciencia y se hagan los cambios indispensables al modelo de producción y consumo capitalista.

En lo que estuvo de acuerdo el grupo de expertos con actividades internacionales es que, por primera vez en la historia del planeta, la acción humana alteró las fuerzas de la naturaleza para mantener sus equilibrios. 

Como consecuencia, ya no vivimos un cambio, como podía considerarse hasta hace pocos años, sino una emergencia climática con poco tiempo para evitar una catástrofe global.

gases invernaderos
Ilustración: Assets.

¿Cómo llegó la humanidad a esta locura? Se dice fácil: el crecimiento del PIB ¿ha predominado?, ¡sigue predominando!, sobre la protección de la naturaleza y de la vida.

No sólo se han sobreexplotado los recursos naturales, sino que se han contaminado los océanos, que son los verdaderos reguladores del clima planetario, así como los suelos, el agua y el aire.

La locura consiste en que a pesar de las abrumadoras evidencias de la emergencia climática, los gobiernos y las empresas siguen empeñadas en el crecimiento del PIB, a pesar de que no se han generalizado fuentes alternas de energía a las de origen fósil.

Todo esto es muy sabido y, no obstante, la economía capitalista agrega páginas a la crónica del desastre cada año: la concentración en la atmósfera de los principales gases de efecto invernadero –dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)– marcó un nuevo récord durante 2018, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo de la ONU.

Incendios como el de Australia, la Amazonia y Gales del Sur del año pasado, fueron consecuencia de la cadena de altas temperaturas en el ambiente que lleva cuatro años al hilo de alzas récord: 2018 fue el cuarto año más cálido desde que hay mediciones fiables (1850); como lo habían sido 2017 con respecto a 2016 y éste comparado a 2015.

incendios en australia
Fotografía: H. Berger – CNN Filipinas.

En México, durante esos mismos años, se resintieron temperaturas promedio de 22.4 grados, 1.5 arriba del promedio histórico, que era de 20.9 grados.

Un dato ofrecido por Julie Lennox, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), para argumentar que algo se puede hacer para no rebasar los dos grados de aumento de la temperatura (llevamos un grado), es que la Unión Europea emite 8 toneladas de gases de efecto invernadero por persona al año, comparado con las 20 toneladas por habitante que arrojan Estados Unidos, Canadá y Australia, aunque estos países y los europeos tienen un nivel de industrialización semejante.

Algo se puede hacer, pero un tercer acuerdo entre los expertos del conversatorio fue que, las oportunidades no vendrán sólo de los gobiernos –que se reúnen desde hace 25 años en las COP de las Naciones Unidas para ofrecer metas de reducción de sus emisiones de gases invernadero que nunca han cumplido–, porque hacerlo afectaría su PIB, además de que no es obligatorio ni existen sanciones por su incumplimiento.

La presión del cambio tiene que venir de todos los ámbitos sociales. El Papa Francisco emitió una carta encíclica “Laudato si’: Sobre el cuidado de la casa común” el 24 de mayo de 2015, en la que pide “cambiar el modelo de desarrollo global”. ¿En qué sentido? Hacer que “la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de la vida, especialmente de la vida humana”.


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Asumir responsabilidad y hacer que las cosas sucedan

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Culpar a terceros, al gobierno anterior, a quien ocupo antes el cargo, a Dios, al lugar donde se nace, a la pareja, a los padres, y todos los etcéteras que quieran, es muy típico de las personas identificarnos como víctimas.

Por lo general, son personas que siempre buscan responsabilizar a “otros” de muchas de sus faltas, de su falta de acción, de su falta de actuar ante diferentes hechos.

El típico caso de la esposa (por lo general) que no se divorcia del marido infiel, golpeador, no cumplido, porque ¿cómo le vamos a hacer esto a los niños? Nada más desvirtuado de lo correcto. Se le termina haciendo más daño a los niños por el entorno en el que tienen que vivir y obviamente quien se queda en esta situación, so pretexto de proteger a los hijos, queda muy dañado psicológica y probablemente físicamente.

Un presidente de un país que vive culpando a su antecesor, como dictan las “reglas” de la política: “El primer año siempre culpa a tu predecesor. Le quede al saco a quien le quede. Es un irresponsable quien fue electo, él o ella ya sabía para qué había salido electo(a), además tuvo tiempo entre que ganó la elección y el tiempo que asumió su responsabilidad para enterarse de muchas más cosas. En alguna ocasión leí algo en este sentido por parte de la canciller alemana Angela Merkel. Nunca se quejó de lo que hicieron o no hicieron sus antecesores y se puso a trabajar sólo por el bien de Alemania, desconozco su partido o grupos de interés, ahí están los resultados.

Cuando se es accountable no se buscan culpables, ni responsables de lo que no se hizo o se está haciendo, se asume la responsabilidad y te pones a trabajar en lo que se tiene que hacer.

ser accountable
Imagen: Demotix.

¿Qué tan responsables somos de nuestra vida?, ¿del control de nuestra vida? Mucho. Es difícil establecer un porcentaje, pero en nuestra edad adulta, tenemos una muy alta responsabilidad de lo que nos ha pasado, nos está pasado o no nos ha pasado.

Para tomar control de nuestra vida en todos los ámbitos, debemos primero decidir qué queremos alcanzar, qué queremos ser, qué queremos tener, planear (muy poco) y ponernos a realizar las acciones necesarias para conseguirlo. En mi metodología “hazlo sencillo”, digo que cualquier idea (objetivo) siempre debe venir acompañado de acciones: IDEAACCIONES, es la fórmula del éxito.

No es cuestión sólo de soñarlo, pensarlo o de decirlo, hay que asumir la propiedad de eso que está en nuestra cabeza (acto de ser accountable) y tomar una actitud de acción, cambiar, si es necesario, nuestra forma de pensar, establecer prioridades y actuar en consecuencia. Somos lo que hacemos, no lo que decimos que haremos, a menos que no hagamos nada y entonces nos podremos ganar motes como “soñador”, y cosas parecidas.

En el pasado Congreso de la Amedirh (Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos), el que fuese el director de la Universidad Disney, decía que Walt tenía varias personalidades, que era un gran visionario, pero sobre todo un gran realizador de sus sueños. Ahí están sus parques y emporio que hoy es Disney.

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Hay muchas herramientas que nos pueden ser útiles para definir qué se quiere alcanzar y muchas más que nos pueden ayudar a darle seguimiento. De verdad no se compliquen la vida. Siéntense un rato, unas horas y prioricen entre las muchas cosas que quieren obtener.

En lugar de reaccionar ante las constantes presiones y cambios del entorno, que son y serán muchos, tendrás dirección y tomarás el control de tus acciones y con ello de tu vida. Tienes que crear “un puente” entre tus deseos u objetivos y lo que realmente estás logrando.

En estos días se fugaron unos importantes reos de un penal de la Ciudad de México, ¿es la Jefa de gobierno responsable? Claro que lo es. Ella nombró a la cabeza de la cabeza de quien dirige ese penal y si hay problemas en él mismo, ella tiene una parte de responsabilidad. La solución no es culpar inmediatamente a custodios corruptos, comprados o amenazados, la solución es ver por qué se presentó una situación de esa índole.

responsabilidad laboral
Imagen: Agilemania.

Llevamos meses con “La Feria” de Chapultepec cerrada y yo me pregunto, ¿qué ha pasado?, ¿quién es el responsable o responsables del accidente? Culpar al mecánico que no hizo el mantenimiento en tiempo y forma, no es actuar de forma accountable.

Atrás del concepto de accountability, como hoy se entiende –pueden ver varias de mis contribuciones sobre el tema aquí en El Semanario–, hay una filosofía y muchas metodologías, unas más sólidas que otras, unas más cuadradas y otras más flexibles, como la mía. Lo que les puedo asegurar es que ser accountable te ayuda a alcanzar tus objetivos y cualquier resultado, mientras dejas de culpar a los otros por las cosas que tú no estás haciendo.

El éxito no es cuestión de suerte, sino de un compromiso, disciplina y consistencia. Se necesita método y soporte, no ocurrencias o ideas mañaneras, y mucho trabajo, sin caer en distractores.

Cuando eres accountable, tienes claros los objetivos, entiendes cómo diferenciar lo urgente y lo importante, delegas de forma correcta, ves permanentemente el bosque (visión global) y tomas control. Trabajas con más energía, eficiencia y efectividad, y obviamente todo tiene sentido para ti y para quienes están a tu alrededor, de manera que comunicas mucho mejor.

Cuando todo está en marcha, tendrás más tiempo libre, podrás ser más creativo, tendrás más tiempo para ti, y tendrás, pues, una vida mucho más equilibrada.


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Juicio político a Donald Trump

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El juicio político que se imputa al Presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, es bajo los cargos de pedir al presidente de Ucrania mediante cohecho disfrazado de ayuda financiera –más de 391 millones de dólares– a cambio de  investigar al exvicepresidente Joe Biden y su hijo, por supuestos negocios que estos realizan con aquel gobierno, cuya principal prueba es la grabación de una conversación telefónica entre ambos mandatarios, y de quien posiblemente será su oponente a la presidencia norteamericana en las próximas elecciones a realizarse el 6 de noviembre de este 2020.

Así de sencillo, para los ojos ajenos, es el actual proceso que se realiza en el Congreso de nuestra nación vecina que tiene en ascuas al mundo entero, por la trascendencia de un posible desafuero del presidente, cuyo comportamiento en otros casos más escandalosos, es un hecho común en otros países que pasan inadvertidos, y son costumbres políticas no sancionables, o simplemente no son motivo de tan grave pena. Ejemplo: el tema sobre Fox, que recibió ayuda financiera externa para su campaña presidencial. Pero el juicio político yanqui está consagrado en la Constitución y tiene aplicación cuando se conoce; no así como ordenar el asesinato de los enemigos políticos supuestamente amenazantes, como el caso de Sadam Hussein, Osama Bin Laden, Muamar el Gadafi, etc., o los bombardeos indiscriminados sobre naciones como Irak, Siria, Afganistán y otros. Que sólo beneficia al más poderoso enclave de armas que mantiene Estados Unidos.

impeachemnt de trump
Imagen: Axios.

Mentir u ocultar hechos por lo que se acusa a Donald Trump, en cierta manera para muchos países, contrastados con estos últimos, parecen extravagantes para otros, pero no lo son para ellos cuando la acusación central es que incite a un gobierno extranjero, como en el caso de Ucrania, para que tenga la posibilidad de intervenir en el proceso electoral que se realizará el presente año en Estados Unidos, donde uno de los posibles candidatos sea el demócrata Joe Biden, quien fuera vicepresidente en el gobierno de Obama. He allí la cuestión del debate que se realiza ahora en el Senado yanqui; como una segunda instancia de acuerdo con los protocolos obligados, una vez que en la Cámara de Representantes (diputados) ha designado siete fiscales, y han encontrado fundados los hechos al presidente, procede la defensa de los abogados del Poder Ejecutivo.

Todo mundo da por sentado que con los votos del Senado controlado por la minoría republicana que apoya al presidente Trump, salvará por esta vez el mandato, como lo han hecho dos de sus antecesores, Andrew Jackson y William Clinton, menos Richard Nixon, que prefirió renunciar antes que aceptar –años después reveló al periodista David Frost– que sí había espiado a su oponente político en el célebre Watergate. Sin embargo, todavía se esperan explosivas revelaciones, si son admitidos testigos, como es el hecho filtrado por el New York Times: que John Bolton, ex Asesor de Seguridad Pública de Trump, publicará en marzo un libro que contradice la versión del presidente de que nunca se ordenó el congelamiento de unos 391 millones de dólares en asistencia militar a Ucrania para obligar a ese país a declarar una investigación contra los demócratas, señala David Brooks, corresponsal de La Jornada y del New York Times.

Por otra parte, Donald Trump, prosigue con sus actos de campaña. Entre ellos suscribir el T-MEC, en el cual felicita al primer ministro de Canadá y al equipo de México que ayudó a realizarlo, sin olvidar su “maravilloso” muro contra Latinoamérica, y anunciar un Plan para el Medio Oriente que, en mi opinión, resulta tan peligroso como gritar la palabra fuego en un teatro repleto de espectadores. Y mientras tanto, usa su tiempo libre para negar todo, como en casos anteriores, que bien puede finalizar en un costosísimo espectáculo –de esos a los que son tan adictos los norteamericanos– y, desde luego, teniendo a los mejores eventos del mundo como lo será el Super Bowl, entre San Francisco y Chiefs de Kansas, este domingo 2 de febrero.    


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Baby Boomers: jamás te retires

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Los nacidos entre los años 1946 y 1964, los Baby Boomers,[1] conforman la generación que más años ha ganado en la historia. De 1950 al 2000 la esperanza de vida creció de 57 a 78 años.

Para las generaciones anteriores, llegar a los 40 o 50 años ya se consideraba viejo, ahora a los 40 se es joven todavía.

La edad de jubilación en América Latina, tanto para mujeres como para hombres, va de los 50 a los 65 años, aunque en la realidad a esas edades hay aún mucho por hacer. 

Por lo anterior, el retiro y la jubilación –que dependiendo el país va de los 50 a los 65 años– comienza a verse como algo negativo y fuera de lugar.

boomers
Imagen: Interactividad Digital.

En la jubilación todos pierden. La empresa porque deja salir a alguien en el mejor momento de su vida, el trabajador porque posiblemente se deprimirá y no sabrá realmente qué hacer y terminará aislado en la soledad, desperdiciando los mejores años de su vida; ahí pierde también la familia del trabajador, especialmente la esposa si el que se jubila es un hombre, porque sumará un estorbo más en el hogar, sobre todo si no aplica la vieja máxima de que “la basura y el esposo es lo primero que hay que sacar a la calle cada mañana”.

Prohibido retirarse porque después de los cincuenta –la edad de la calidad y la calidez– hay más experiencia, equilibrio, resiliencia y solidez que a los cuarenta. 

Gracias Baby Boomers, porque con sus características entitativas –trabajo, independencia, tradiciones, juventud– contrarias a la pasividad e inactividad, están rompiendo el monstruo de la jubilación.


Notas:
[1]Baby Boomer” es un término usado para describir a las personas que nacieron durante el “baby boom”, que sucedió en algunos países después de las guerras mundiales y en el que experimentaron un inusual repunte en las tasas de natalidad, fenómeno comúnmente denominado como “baby boom” (Wikipedia).


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Lo que no debe suceder jamás en nuestro país

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Ninguna sociedad llega muy lejos si no se organiza bien. Se trata de abrazar una idea colectiva para avanzar y ponernos de acuerdo en mínimos criterios que nos permitan crecer y mejorar nuestras condiciones de vida.

Sin embargo, en ese aspecto, parece que todavía nos falta camino por recorrer; de manera cotidiana empujamos nuestras diferencias hacia el odio en lugar de privilegiar nuestras coincidencias (que tenemos muchas).

Perdemos tiempo valioso en tratar de probar nuestros argumentos, en especial aquellos que vaticinan el peor destino posible para el país y para nosotros. Y si tomamos la decisión de hablar con cierto optimismo, es fácil perdernos en lo deseable y no indicar lo que posiblemente sería más accesible de lograr.

Estoy muy orgulloso de ser mexicano y considero que vivimos en el mejor país del mundo, pero a veces me es difícil entender el odio y la revancha que destilamos en muchos espacios que podríamos usar de manera más constructiva, tal vez, hasta con humor.

odio en el mundo
Imagen: Pinterest.

Procuro no tocar este tema, precisamente porque mis raíces son en esta tierra, pero esta semana se conmemoró un aniversario importante de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Cientos de historias, la mayoría terribles, desgarradoras, aunque muchas llenas de esperanza sobre lo que podemos ser como humanidad, circularon durante meses, para advertir de un obscuro episodio de nuestra historia que nunca debe repetirse.

El padre de mi abuelo, quien ya había perdido dos hijos en la guerra, le dio un poco de dinero y le suplicó que jamás regresara a Polonia, al mismo tiempo que le pidió un favor: “avisa a qué país logras llegar”. Y ése fue México, una tierra que lo recibió con los brazos abiertos.

Uno de los aspectos que llevaron a la existencia de los campos de concentración fue el odio fabricado con las peores intenciones en contra de otras personas, que muchas veces ni siquiera se conocían o, aún más absurdo, no tenían ningún motivo para rechazarse.

No obstante, el miedo es una herramienta poderosa de cobardes y criminales que, impulsada por mucho tiempo, logra que desconfiemos hasta de nuestra propia sombra. Y desde hace muchos años, la enfermedad que afecta a México no es ninguna otra (ni el coronavirus) más que la falta de confianza.

odio en sociedad
Imagen: Freepik.

No la tenemos en la mayoría de las instituciones, públicas o privadas, tampoco en nuestros líderes, y menos en vecinos o conciudadanos, es más, creo que a veces no confiamos ni en nosotros mismos.

A esa falta de confianza le hemos sumado el rechazo por apoyar o criticar al gobierno en turno. Es una tarea diaria tener que enfrentarse con cualquier detalle que surja a favor o en contra de una nueva administración, la cual prometió un verdadero cambio y, además, consiguió el voto mayoritario para llevarlo a cabo.

No podemos negar que el deterioro del pasado era insoportable, como tampoco decir que con el voto de 2018 iban a desaparecer todos nuestros problemas, eso simplemente no funciona así.

Falta que hagamos un ejercicio fundamental y cotidiano: ¿qué hemos hecho nosotros para mejorar como ciudadanos? Ningún gobierno puede solo y ninguna sociedad tampoco, pero nos aferramos a pensar que el destino se decide si una u otra opción está a cargo de las administraciones públicas, cuando el Estado es mucho más grande e involucra a Poderes que deben cambiar también.

La realidad nos está obligando a participar en el rumbo del país, lo queramos o no, y valdría la pena hacerlo convencidos. Nadie lo hará por nosotros y si dejamos espacio al odio, siempre surgirán intereses que buscarán la manera de aprovecharlo para enfrentarnos unos contra otros. Y, en efecto, las condiciones para evitarlo son posibles, aunque las condiciones para que suceda lo contrario, tristemente, también.


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