Hay personas que piensan que todo lo que hemos vivido en estos doce meses o nueve para el caso mexicano y el de muchos países latinoamericanos es sólo temporal y tendrá efectos en el largo plazo, hay personas, dentro de las que me encuentro, que lo que ha sucedido en estos meses es un quiebre histórico y muchas cosas nunca volverán a ser iguales, por ello podemos decir que hemos entrado a una nueva era.
En este sentido, muchos paradigmas, creencias, ideas y quehaceres cambiaron ya para quedarse, algunos otros se seguirán modificando y algunos simplemente ya no se volverán a hacer.
Estamos viendo el cambio de muchos sectores económicos, diversas industrias ya sufrieron grandes cambios, algunas prácticamente han desaparecido y otras lo harán en algunos meses o en algunos años, como desafortunadamente ya hemos visto cerrar, para siempre, a miles y miles de empresas y con ello se han perdido millones de empleos, que serán muy difícil de recuperar en el corto plazo.
Por estas razones, por muchas otras más y porque, aunque tengamos una, dos, o cinco vacunas aprobadas por las distintas instancias regulatorias en materia sanitaria alrededor del mundo, pasará mucho tiempo, un par de años en el mejor escenario, para que los prácticamente los 7,800 millones de habitantes de la Tierra estemos vacunados.
En esta lógica estoy convencido que se requerirá de un nuevo liderazgo empresarial, en la política, en las organizaciones de la sociedad civil e inclusive a nivel familiar.
Como nunca, la estúpida idea de que “los problemas de casa se quedan en casa cuando se van al trabajo” y viceversa, es absolutamente irreal. Esa línea con el tema del teletrabajo o home office fue abolida. La intimidad del hogar, de las habitaciones de las personas, fue penetrada por las videollamadas de trabajo.
Los líderes de hoy tienen que tener una serie de habilidades que, si bien antes se solicitaban como “algo que era un plus”, hoy son necesarias, como ser líderes y jefes “buena onda”, más cercanos a los colaboradores. Los jefes “mala onda” –y perdonen mi francés antiguo–, ojetes, están totalmente fuera de contexto. Los jefes, los líderes de hoy, tendrán que ser muchos más cercanos a su gente, tendrán que ser mas humanos, si me permiten la expresión.
Los nuevos líderes tendrán que ganarse la confianza de su gente todos los días y tendrán que demostrar, con hechos, porque sus colaboradores pueden y deben confiar en él o ella.
Lo he escrito en otras colaboraciones y quiero reiterarlo en ésta, la idea, concepto y frase hipertrillada de “trata a los demás como tú quieres ser tratado”, creo que nunca debió ser cierta, pero no me voy a meter a esa discusión, inclusive teológica. Hoy es realmente una idea absurda, tonta, es no entender el mundo de hoy. Hoy lo único que es válido es que hay que tratar a los demás como ellos quieren ser tratados y los buenos líderes lo saben y lo aplican.
A los líderes de esta nueva era se les exigirá tener un alta, altísima, inteligencia emocional, y por favor no sólo lean a Daniel Goleman en esta materia, que ha sido un tipo que ha tenido la capacidad de hacerse muy popular, hay autores mucho más serios y profundos, como Reuven Bar-On, Howard Gardner o Robert J. Sternberg, de los que Goleman aprendió.
Comentaba que los líderes de esta nueva era tendrán que ser “más humanos” y más cercanos a su gente y eso implica que tendrán que hablar de sentimientos, escuchar no sólo lo que piensa o cree su gente, sus colaboradores, sino preguntar qué es lo que sienten y él o ella tendrá también que externar lo que está sintiendo. Éste es el paradigma que yo sé que a muchos jefes les costará trabajo, pero los líderes lo asumirán con mucho más naturalidad.
Tenemos muchos, muchos años hablando de misión y visión, hoy será más importante hablar de propósito. El líder debe tener la capacidad de comunicar clara y precisamente cuál es el propósito del equipo, cuál es su propio propósito y buscar que cada uno de sus colaboradores entienda cuál el suyo también, y esta lógica, sin lugar a dudas, parte de ese propósito, que es central y es de estar aquí para servir a los demás. El buen Simon Sinek habla del “Why”.
Los líderes de esta nueva era tendrán, tienen, que ser más fuertes física y emocionalmente, y si me apuran un poco, hasta espiritualmente. Las exigencias de corto y mediano plazos serán brutales, primero para subsistir, luego para mantenerse y finalmente para destacar; para ser identificados como entes con atributos únicos, con un alto valor agregado, y para lograrlo tenemos que estar muy bien con nosotros mismos, tenemos que estar preparados para poder enfrentar muchos retos a los que nunca nos habíamos enfrentado.
Es muy complicado dar una receta única que sirva a todos, y por ello, cada uno de nosotros tenemos que darnos el tiempo para buscar y encontrar qué es lo que nos ayuda a estar físicamente fuertes: caminar, comer bien, comer sanamente, correr, andar en bicicleta, nadar, hacer senderismo, etc. Y en lo emocional: tener una buena relación de pareja, conectar con los demás, tener una buena y sólida red de amigos (les recuerdo el Estudio de Harvard sobre la felicidad), practicar el concepto de conciencia plena o “mindfulness”, tener mucho mayor autocontrol, meditar, contar con un espíritu de aprender, es decir, siempre estar abierto a aprender más y hacer cosas diferentes, y dicen algunos expertos, ayudar a los demás en la medida de tus posibilidades.
Aunque parezca raro, la idea de usar y manejar el sentido del humor parecería que será una característica valiosa entre los líderes de esta nueva era y nótese que no dije que hay que ser sarcástico.
Un tema central es ser agradecido, dar las gracias por lo que se tiene, por lo que se es, y dar las gracias a quienes te ayudan a ser lo que eres y a tener lo que tienes. Da todos los días muchas veces las gracias y también aprovecha para reconocer a los demás. Si tú eres el líder o lideresa, es muy importante que reconozcas a tu equipo la mayor cantidad de veces que puedas.
Seguramente tú ya has identificado algunas otras nuevas características que requerirán los líderes para esta nueva era, como la resiliencia, como la necesidad de ser un integrador del equipo, saber dar resultados a corto plazo, ser quien sepa dar rumbo con claridad, actuar de forma decidida y audaz.
Y acabo diciendo que será responsabilidad fundamental del nuevo líder o lideresa promover y dar las herramientas para que todos, empezando por ti, sean accountables.
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