Reflexiones

Y si dejamos la política por un rato y… nos dedicamos a ¡vivir!

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Estamos iniciando un nuevo año y, tal como si fueran los propósitos del mismo, me gustaría empezar sin entrar en temas políticos; si bien es un año de elecciones muy importante para nuestro país, ya se tendrá tiempo de tocarlo a fondo. Por tal motivo me gustaría compartirles varias reflexiones de una persona que ha vivido entre más de 80 y 90 años; espero que todos saquemos algo positivo de ellas:

La vida no es justa, nunca, pero vale la pena vivirla al máximo.
La vida es demasiado corta como para pasársela lamentándose.
No cuestiones la vida, solo vívela y aprovéchala al máximo hoy.
Tú trabajo no te cuidará cuando estés enfermo. Tus amigos y familia sí, mantente en contacto.
Sólo no se equivoca el que no hace nada, no avanza el que no se arriesga y camina.
No tienes que ganar cada discusión, debes de estar de acuerdo en no estar de acuerdo.
Llora con alguien, alivia más que hacerlo solo.
Haz las paces con tu pasado para que no arruines tu presente.
No compartas tu vida con la de otros, no tienes idea de cómo es su travesía.
Si juntáramos nuestros problemas y viéramos todos los de los demás, seguramente nos quedaríamos con los nuestros.

vivir la vida
Imagen: Dan.

No te incumbe lo que otras personas piensen de ti, ni te preocupes por eso.
La envidia es una pérdida de tiempo, tú ya tienes todo lo que necesitas.
Elimina todo lo que no sea hermoso, útil y alegre.
Saca esa botella de vino tan cara y preciada, la que has guardado para esa ocasión especial, qué más especial que estás vivo y aún la puedes disfrutar y si lo haces con un ser querido, mucho mejor. No hay placer, gusto más grande, que el que te puedes dar.
Sal todos los días, los milagros están esperando por todas partes.
No importa cómo te sientas… Arréglate y preséntate.
Cuando se trata de conseguir aquello que amas en la vida, no aceptes un “no” por respuesta.
Se excéntrico ahora. No esperes a ser viejo.
El órgano sexual más importante es el cerebro.
Perdónales todo a todos.
No te tomes nada tan en serio, el tiempo sana casi todo.
Por buena o mala que sea una situación, algún día cambiará, deja de preocuparte.
Todo lo que verdaderamente importa al final es que hayas amado.

vivir la vida
Imagen: Dribbble.

La vida no está envuelta en un lazo, pero sigue siendo un regalo.
Lo mejor está aún por llegar, ten fe y sigue adelante.
El tiempo es ahora.
La vida es una, disfrútala con todas tus ganas.
Cambia tu forma de ver las cosas y las cosas cambiarán.
Si el plan no funciona, cambia el plan, pero nunca la meta.
La confianza en ti mismo es la clave del éxito, no lo olvides.
Si puedes soñarlo, puedes hacerlo, nunca pares de soñar.
¿Y si dejas de pensarlo tanto y tan sólo lo intestas?
Si vas a llorar que sea por reírte tanto.
Quien te conoce bien sabe hasta cuando tu “hola” suena diferente.
Podrán robarte las ideas, pero “nunca” el talento.
No sabía qué ponerme… Y me puse feliz.
Celebra tus propias victorias porque nadie más entiende lo que te costó alcanzarlas.
Nada nos pertenece, excepto los recuerdos.
Si todo te da igual estás haciendo mal las cuentas.
Por muy alta que sea la montaña, siempre hay un camino a la cima.
Que tus sueños sean más grandes que tus miedos.
Los que dicen que es imposible no deberían de estar molestando a quienes lo están intentando.
Nunca es tarde para ser lo que pudiste haber sido.
Sólo si te atreves a tener grandes fracasos, lograrás tener grandes éxitos.
Los caminos difíciles conducen a lugares hermosos.

Desde luego que existen miles de estos sabios consejos, pero me gustó la idea de iniciar la primera columna del año motivando y no preocupando; todos sabemos que estamos atravesando momentos muy difíciles en el mundo, y particularmente en nuestro país, así que por qué no darle un giro completo al ánimo; en su momento abordaremos los problemas que debemos afrontar, no sin antes iniciar el año estando inspirados y con la mejor actitud, vale la pena, ¿qué piensan ustedes?

Nos seguimos leyendo si así lo prefieren.


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¿A dónde vamos?

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¿Tenemos un lugar al cual llegar todos los días?

Salimos de la casa en la mañana y nos subimos al coche, a la bici, al transporte público o caminamos, pero ¿a dónde vamos? ¿Al trabajo? ¿Todavía tenemos uno?

La mayoría –aunque ya ni tan mayoría– de nosotros vamos a trabajar varios días a la semana. ¿Por qué o para qué trabajamos?

Pues para tener dinero y después usar ese dinero para (sobre) vivir. Entonces en un día normal nos levantamos de madrugada, recorremos una gran distancia y cruzamos ciudades para llegar a nuestro lugar de trabajo. Después de unos cuantos días de trabajo recibimos un sueldo o salario, el cual nos servirá para comprar las cosas que necesitamos o queremos, hasta donde nos alcance.

Muchas veces este sueldo no es suficiente, pero es mejor que no tener nada. ¿Si tuviéramos dinero suficiente y no necesitáramos más, igual tendríamos un trabajo? Puede ser, a lo mejor para hacer lo que nos apasiona, para tener poder o para no volvernos locos.

felicidad
Imagen: Cloud Front.

Para muchos de nosotros que tenemos la necesidad de trabajar para tener dinero, pensemos por un momento ¿por qué y para qué necesitamos dinero? Para comprar agua y comida, en promedio podemos vivir 3 o 4 días sin agua y de 2 a 8 semanas sin comida. Para comprar ropa y calzado.

Para comprar o rentar una casa o un departamento en el cual vivir, dormir y protegernos del frío, de la lluvia, del calor, de la suciedad y de todas las enfermedades que ocasionan.

¿Acaso no podríamos vivir en y de la naturaleza?

En los bosques, campos, montañas, playas, lagos, ríos, etc., los cuales son gratis y no cuestan, podemos encontrar todo lo que necesitamos para vivir (agua y comida) y usar sus elementos para construir una casa o una cabaña en la cual refugiarnos.

Hace cientos, miles o millones de años, los humanos vivíamos así. Después apareció el truque y empezamos a intercambiar unas cosas por otras para tener lo necesario –como por ejemplo el cambiar un alimento por otro, o comida por recipientes y utensilios– y, finalmente, se creó la moneda o el dinero para suplir al trueque.

Esta moneda pasó de ser dientes de ballena, cacao, sal, hasta llegar al oro. Y algunos siglos después aparecieron los bancos, y con ellos aparecieron diversos instrumentos como las letras de cambio, los cheques, las transferencias; y la aceptación del dinero en todo el mundo.

Así es que con dinero se puede comprar prácticamente lo que sea, y sin dinero, no se puede comprar nada.

a donde vamos dinero
Imagen: Behance.

Tan indispensable se ha vuelto tener dinero que no hay límites para conseguirlo. Juntamos más y más dinero y lo guardamos, o compramos todo lo que se pueda comprar. Pero el dinero que tenemos de más, una o más personas lo tienen de menos, lo que ocasiona desigualdad y en ocasiones pobreza extrema al no tener ni para comprar alimentos.

Hemos puesto todo a la venta, y claro que para poder comprar, necesitamos dinero.

Si queremos luz, agua, teléfono, internet, televisión, cine, teatro, conciertos, etc., tenemos que pagar dinero, así que nos encontramos en un círculo que parece no tener final.

Pareciera que alguien nos tiene muy entretenidos trabajando para conseguir dinero, para que no nos demos cuenta de que no lo necesitamos.

¿Decidimos este sistema o nos lo impusieron?

¿Llegará el momento en el que desaparezca el dinero y regresemos a nuestras raíces?


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Feliz 2021 – Por una humanidad esplendida

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Pocos serán los que consideren el 2020 como un buen año; la gran mayoría lo tendremos en nuestra memoria como un recuerdo sumamente desastroso, con daños incalculables.

Buscar culpables para la desgracia, es lo más fácil; empero, lo cierto es que las causas son evidentes, se precisan en el descuido e imprudencia del ser humano, sobre todo sabiendo que hemos cometido errores al por mayor, en particular por lo que hace a la atención de nuestro entorno: sin el menor cuidado, ni respeto, destrozamos todo y pronto de seguirlo haciendo, habremos concluido la infernal catástrofe del planeta azul.

Lejos de reflexionar sobre la urgente y necesaria mesura que le debemos a la naturaleza de nuestro planeta y hábitat, no lo entendemos: la seguimos devastando sin miramiento.

Ahora el Covid-19, lo atribuimos a un quiróptero, conocido comúnmente como murciélago; también estamos acusando a un pueblo y no falta, tal vez con cierta razón, el descuido de muchos dirigentes de Gobierno, y sus gobernantes que no tomaron en cuenta los riesgos y en el mejor de los casos, los minimizaron, al grado tal que algunos países los ignoraron (hasta la fecha).

Corresponde comprometernos con el medio ambiente y bajo ningún concepto podemos continuar en ese camino de destrucción.

Entendamos que la empatía y respeto entre los seres humanos, se debe extender a todo el reino animal y vegetal, sin excluir el mineral.

sopa de muricelado
Imagen: Pinterest.

El mal tiene una consecuencia y ésta obliga a la responsabilidad, que implica razonar un antes y un después por el bien de todos quienes habitan en este gran planeta.

En este contexto, la protección debe incluir todo lo que es vida como el agua, la tierra y todo aquello que se mueva y se manifieste.

La explotación irracional de hidrocarburos y otros minerales ha traído también consecuencias funestas.

Urgen nuevos senderos en el camino de la educación y planes de estudio, donde las generaciones en formación y las que vengan, manejen una actitud grata para con las sabias palabras de San Francisco de Asís:

“hermano sol, hermano animal, hermana planta, hermano cielo, hermana tierra, hermano viento, hermana brisa, abran mis ojos…”.

Es tiempo de dejar de lado el ego destructivo y con ello permitir a las próximas descendencias invertir todo esfuerzo en beneficio de lo natural y a favor gozar del mundo que ahora nosotros disfrutamos.

Las enseñanzas ganadas en el 2020 deben ser aprovechadas; fueron terribles. Hoy y para lo que sigue nos dejan una gran lección. ¡Basta! De ahora en adelante a trabajar en todo para construir una renovada humanidad, digna de sobresalientes condiciones.

Además de lo referente al tema educativo, son imprescindibles novedosas reglas y superiores leyes, que con ayuda de medidas estrictas y sanciones ejemplares fomenten una nueva y mejor realidad, en beneficio de todos los seres vivientes, humanos y no humanos.

ano nuevo covid
Imagen: Cloudfront.

En el renglón del drama que hemos expuesto, como aspecto esencial y digno de resaltar, más allá de los daños propios y generales que nos causó la pandemia, también debemos saber reconocer excepciones. En lo personal fueron varias las alegrías y satisfacciones; una de ellas el reforzar la unidad familiar, reencontrarnos con nuestros fraternos, a los cuales habíamos abandonado, pero ahora estamos más cerca ¡enhorabuena!.  Conocimos sus gustos y cualidades;  ¡nos hemos identificado!.

Otro grato fenómeno para agradecer es el nacimiento y fortalecimiento de amistades y proyectos; es aquí donde precisamente encaja a la perfección uno de mis más grandes logros en tiempos de crisis: el tener la oportunidad de escribir y compartir en la revista “El Semanario Sin límites”, donde la calidad y el talento sobresalen, con directivos y colegas de la pluma que contagian entusiasmo, como Samuel Podolsky, Alex Ramos y Alex Zúñiga, brillantes y destacadas personas de calidad invaluable.  

Me es placentera la felicidad contrastada con la amargura vivida por el mortal virus y a enfrentar juicios de singular depresión, al emerger de nuestra esencia humana esa fuerza casi infinitamente bella y de inmensidad profundísima e inquebrantable de descubrir el camino hacia la justicia, la excelsitud y la bondad.  

Dentro de este ánimo, tenemos que propiciar un contexto de optimismo, para que el 2021 sea distinto, y la sabiduría adquirida de los momentos complejos que pasamos en el 2020, bajo ningún concepto olvidarla.

Tomemos el 2020 como un parteaguas para recibir los años por venir, que sean de éxito y logros importantes, de cambios de conducta, de ver las cosas de manera más solidaria, de aceptar que el sinónimo del concepto belleza, es la vida misma. Permitamos que el eros se revele en su máximo esplendor, sin moderaciones, ni limitación alguna. Abramos todos nuestros sentidos físicos, mentales, afectivos, de justicia, de integridad, de prosperidad, de amor, de unión humana fundamental, sin ceder.

¡Se reclama una nueva humanidad esplendida!


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La creación, el ser humano y el tiempo

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Una de las grandes preguntas de la humanidad tiene que ver con la existencia misma. ¿Cuál es el origen del mundo? ¿Cómo se originó la vida? ¿Para qué existe el ser humano? Éstas preguntas recorren la historia de la humanidad y se encuentran aún vigentes.

Para responderlas, las culturas primitivas emplearon mitos vinculados a sus tradiciones religiosas ancestrales, luego, la ciencia se ha dedicado a buscar la respuesta al origen de lo creado por medio de ciertas teorías. Así, cada una de las afirmaciones tiene consecuencias en la forma de entender la vida, las relaciones y la propia existencia.

Independientemente de las múltiples explicaciones que hay al tema, tomo dos específicamente provenientes de tradiciones antiguas: la primera del mundo sumerio, la segunda de la tradición judía por la influencia del cristianismo en el mundo occidental al cual pertenecemos en su mayoría los lectores de El Semanario.[1]

De la zona mesopotámica, entre el Tigris y el Éufrates, provienen los relatos escritos más antiguos encontrados hasta el momento. De ellos, el poema de Atrahasis, es el mito que habla de la creación del ser humano. En esta narración los dioses de la tierra Igigu, agotados por la dura tarea de hacer los ríos y las montañas, se rebelan contra su soberano, el dios Enlil, quien junto con Anu, el monarca de los dioses del cielo, y Enki, rey de los dioses del inframundo, deciden crear al ser humano para que realice las tareas correspondientes a los insurrectos y así resolver la situación.

Esta narración, muy anterior a la bíblica, fue conocida en todo el cercano Medio Oriente Antiguo y seguramente influyó en la comprensión hebrea. Sin embargo, para el pueblo de la Alianza, la relación con su Dios, Yahvé, era de otro orden. Si bien en la Biblia se encuentran dos relatos de creación, en ninguno de los dos el origen está condicionado a la esclavitud. Por el contrario, Dios crea simultáneamente al hombre y a la mujer en el primero de ellos, en el segundo, hace al hombre primero y de su costilla forma a la mujer; en ambos, Dios entrega el mundo a sus criaturas para que lo dominen y sometan, pero también para que lo cuiden y lo disfruten.

creacion del hombre
Imagen: Houston Hanna.

Dominar y someter se suele interpretar como abuso y opresión, pero también se puede entender como dirección y organización. Sin lo creado no existe la humanidad. Su dependencia de todo lo no humano es absoluta e indispensable para su existencia y por ello necesita cuidarla y entablar una relación que le permita seguir subsistiendo para continuar recreando la vida común.

Ciertamente todo es diferente entre sí, pero las personas reconocen una diferencia mayor que les permite relacionarse de una forma distinta, abierta a la novedad, no repetitiva ni predictiva como en todo lo demás; una capacidad que también facilita descubrir el funcionamiento cíclico del mundo que sirve para cambiar lo periódico por espiral y combinarlo con la historicidad humana.

En efecto, aunque se regrese recurrentemente a un mismo punto, al iniciar un día, un mes, un año; la posibilidad de enfrentarlo y relacionarse con él siempre está abierta a la novedad, a emprenderla como carga o reto, con desaliento o ánimo, con pusilanimidad o valor, con pesimismo u optimismo, con desconfianza o imaginación, con desconsuelo o esperanza.

Estamos en las vísperas de iniciar un año, que trae sus desafíos, sus incertidumbres, sus amenazas, pero también la certeza que la vida sigue, que la fraternidad nos hermana, que la solidaridad nos impulsa a todos, que la responsabilidad mutua nos mueve a entablar dinámicas favorables para todos y que la consciencia y la conciencia nos acompañan para ver, reflexionar y elegir. Hoy tenemos la posibilidad de encarar este nuevo año con decisiones que construyan paz, armonía y esperanza personal y comunitaria.

Termino con una cita que encontré en el texto de Atrahasis provenientes de Nuestros Ancestros: “No hay decisiones buenas y malas, sólo hay decisiones y somos esclavos de ellas”.

 “Feliz Año Nuevo”.


Notas:
[1] El cristianismo permeó la cultura occidental independientemente de la postura religiosa, ateo o agnóstica de cada quien.


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El mundo está roto

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La Navidad 2020 nos regaló una nueva oportunidad para descubrirnos como seres humanos viviendo en un sistema lleno de fragilidad.

En los años anteriores, las reuniones con familiares y amigos era lo que estábamos acostumbrados a “disfrutar” en estas fechas. El contacto físico del abrazo, compartir sonrisas e inclusive lágrimas, se convertían en el centro de los festejos. Los regalos, las reuniones y posadas, al igual que el compartir un “Feliz Navidad” se instalaron en una práctica común como parte del ambiente en esta temporada.

En el mes de diciembre subían las emociones al máximo y se creaban lazos de fraternidad en gran parte del planeta. Hasta las guerras se detenían y se convertían en un lugar de paz, como si un switch detuviera la vida turbulenta por un momento. Los humanos dábamos por hecho,  sin ponernos de acuerdo, que eran fechas en donde debíamos parar, creyentes o no; se transformaba un mundo con ganas fraternas de unirse.

No todo ha sido perfecta armonía en las pasadas épocas navideñas, también como hoy se presentaba en menor escala la tristeza por los que se habían ido, el dolor por el trabajo que se había perdido y la soledad, que sin importar el hecho de contar con la cercanía de amigos y una familia numerosa, estaba presente. Al final hemos sido parte de muchas Navidades que nos han traído de todo un poco sin darnos cuenta de que la del 2019 pudiera haber sido la última que vivimos de esa forma tradicional. Hoy sabemos que la de este año fue diferente y especial.

la ultima navidad
Imagen: Pinterest.

Nos encontramos ante un cambio de paradigma. Hoy se vivieron algunas de las experiencias anteriores ya que hubo quienes se reunieron de forma física o a través del mundo digital, sin embargo, el nuevo paradigma nos invita a empezar a reconstruirnos como humanidad. El 2020 nos mostró literalmente como seres totalmente vulnerables ante lo que hemos construido por nosotros mismos. Hoy sabemos que esto ya no podrá seguir igual.

“El mundo está roto”. Esta frase la compartió mi hija para describir que el mundo ya se encuentra así y que en el fondo no se trata de componerlo sino de aprender a vivir en él. La idea es asumir que ya lo hemos quebrado y que en medio de esta ruptura la mejor sanación es fluir dentro de él para re-humanizarlo.

El mundo está roto porque nos hemos ocupado en separarnos de todo lo que significa vivir en unidad. Podremos no estar conscientes de que somos parte de un gran universo conectado, pero lo que sí tenemos frente a nuestros ojos es un planeta disfuncional para los seres que lo habitamos. Es momento de darnos cuenta de que a la Tierra esto no le afecta. Ella sabe vivir su proceso de evolución, coherencia, transformación y reinvención sin necesidad de nuestra ayuda. Los únicos que estamos cambiando el rumbo hacia una dirección equivocada, para una vida mejor en este planeta, somos los seres humanos.

El mundo está roto porque nosotros estamos ciegos. No nos atrevemos a ver hacia nuestro interior para encontrar las respuestas. Buscamos que todo suceda afuera y esto nos pone a prueba una y otra vez, invitándonos a detenernos para observarnos en autoreferencia y aprender de ello.

reparar un mundo roto
Imagen: Pinterest.

El mejor regalo que podemos hacernos en esta época en que finaliza el 2020 es comenzar por observar sin juicios en dónde estamos parados cada uno. ¿Qué estoy sintiendo y de dónde viene esto que siento? ¿Mis pensamientos están siendo coherentes con mis deseos más profundos? ¿Qué apegos tengo que me atrapan en el mundo físico y en la separación con los demás? ¿Estoy siendo controlado por un impulso colectivo o vivo mi autentico flujo? ¿Qué he dejado de hacer o he hecho para que el mundo esté así? ¿Soy consciente de que puedo ser parte de la sanación del mundo? ¿Por qué esperar a una época en el año para buscar la unión y la paz?

El mundo está roto porque no nos hemos encontrado. Esa ruptura la podemos convertir en la puerta de la salida hacia un nuevo mundo que nace desde cada uno, convergiendo con todo el planeta que nos alimenta para acompañarnos en este trayecto de una nueva realidad. El mundo sí está roto y lo hemos hecho para aprender. Hoy no podemos dejar pasar esta oportunidad de consciencia en medio del caos que estamos viviendo, es momento de despertar sabiendo siempre que el mejor regalo está en ti y eres tú.

¿Estás list@ para descubrir la ruptura que llevas dentro?


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La última y nos vamos

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Y sí, fue un año muy difícil para muchos. Comenzamos este 2020 con noticias convulsionantes, como todos. Escuchábamos de un extraño virus que estaba cobrando vidas en China… pero eso estaba al otro lado del mundo, lo mismo que las amenazas de destrucción del patrimonio medio oriental ante el asesinato del comandante militar iraní Qasem Soleimani. Las reflexiones en torno a la utilidad del patrimonio no dejaron de estar presentes, sobre todo frente a la polémica levantada por los movimientos feministas en México y a la repentina vacuidad del pedestal de Reforma, en donde la escultura de Cristóbal Colón solía representar un referente urbano, histórico para otros, ominoso para muchos más. Sin duda, la tónica del año fue todo lo que ocasionó la pandemia, máxime, cuando ésta nos tocó de cerca. A inicios de marzo comenzamos a ver los resultados de las compras de pánico, se acabó el papel de baño, se vaciaron los anaqueles de los supermercados y asistimos a procesos histéricos de un presunto abastecimiento que no garantizaba salvarnos del contagio. Aprendimos a vivir de otra manera.

Quienes tuvimos la oportunidad, nos quedamos en nuestras casas desde el tercer mes del año, pendientes de las noticias, valorando como nunca la señal de internet y procurándonos lo necesario para montar una oficina, un salón de clases o un lo que fuera en un espacio que no estaba destinado para eso. Muchos teníamos miedo, más que por las consecuencias del virus, por el manejo que el gobierno federal estaba haciendo de la pandemia. Si antes temíamos terminar en un hospital público por alguna razón, este año el temor de muchos fue peregrinar en ambulancia buscando un lugar –público o privado– en el que hubiera espacio y atención. Durante marzo y abril nos sacudimos con las noticias de la enorme mortandad que la pandemia había causado en España, Francia e Italia. En particular, además del dolor por las pérdidas ajenas, daba vértigo pensar en una situación descontrolada en un país como México, que no tiene la capacidad institucional ni económica que otros países. Brasil comenzó a acaparar las noticias, pues era el país latinoamericano que tomaba la delantera en muertes, en competencia directa con Estados Unidos en el norte. Analizábamos la situación y ponderábamos el alto costo de la irresponsabilidad de un Trump o de un Bolsonaro, haciendo bromas estúpidas sobre la pandemia y usando mal su liderazgo, igualito que López Obrador.

brasil, México, Estados Unidos, pandemia
Ilustración: Vanguardia.

Nuestras cifras se dispararon en mayo. Cuando llegamos al sexto mes del año, quienes no habíamos padecido la infección nos sentíamos triunfantes. Seguramente todo esto comenzaría a volver al cauce en los meses siguientes. Quienes pudimos, hicimos donaciones, compramos el bono de confianza para algún amigo restaurantero y tratamos de favorecer a los comercios locales en un vano intento de mitigar la debacle económica. Escuchábamos de las reducciones de salario, del cierre de negocios, de despidos masivos y los reclamos de toda la gente sin prestaciones y sin ahorros que temía contagiarse y no poderse atender.

No obstante, seguimos. Seguimos construyendo nuevas formas de sociabilidad, perdimos el miedo a comprar en línea o a pedir el súper. Nos tuvimos que sacudir la aprehensión de no estar leyendo adecuadamente las emociones del otro a través de la pantalla. Muchos nos escondieron sus casas detrás del Golden Gate, de una aurora boreal o de la Vía Láctea. Sentimos la oquedad de un Estado nacional que no es suficiente para garantizar la salud de sus integrantes, ni de reforzar la economía de muchas familias mediante un apoyo, como en otros países. Decidimos no volver a encerrarnos, después de julio, cuando lentamente se retomaron actividades. Los pesimistas temimos que la apertura significara, claro, una recolonización irresponsable de los espacios públicos y privados. Y así fue. Cuando en septiembre nos hartamos de ver una meseta en las gráficas de infecciones y víctimas, no imaginamos volver al confinamiento. Máxime en diciembre. En los primeros días, pensábamos en la inminencia de la llegada de peregrinos a la Basílica de Guadalupe como de una horda de expansión viral. Como una de las características en el manejo de la pandemia ha sido la irresponsabilidad que ocasiona la falta de claridad y firmeza, sabíamos que el último mes del año iba a ser catastrófico.

pandemia y miedo
Imagen: CNN.

Y aquí estamos. Unos con más fortuna que otros, unos más reflexivos que otros, pero sin duda, todos hemos aprendido algo. Unos más confiados y otros pensando en cómo vamos a volver a estar en nuestros antiguos espacios de convivencia, sin miedo. Pese a las dificultades que representa esta coyuntura, conseguimos llegar al final del año. Como el optimismo no es mi carta de presentación, permanezco recelosa frente a las posibilidades de las vacunas, no por las vacunas en sí, sino por las políticas de su distribución en este país. López Obrador dijo apenas que la aplicación de la vacuna no será obligatoria, para ¿curarse en salud? Permanezco recelosa frente a la irresponsabilidad de muchos de mis connacionales, quienes parecen tener particular dificultad para entender cómo se usa un pedazo de tela en la cara. Me siento recelosa frente a un gobierno que no cierra sus fronteras ni implementa protocolos especiales cuando recibe un avión del Reino Unido, cargado de una nueva cepa del virus.

Hace dos meses escribí “Sálvese quien pueda”. Y lamentablemente, lo sigo recomendando. En un año en el que el meme se convirtió en una unidad de sentido particularmente cargada, hace poco que circula uno que dice algo así como “prefiero esperar a que el coronavirus me diga en una conferencia de prensa cómo cuidarme del gobierno”. Este nuevo confinamiento, no obstante, no nos agarra desprevenidos. Ya sabemos dos que tres cosas, a diferencia de marzo. Ya sabemos que sí podemos matar a un familiar por hacerle una visita. Ya sabemos que una red solidaria nos puede salvar del desquiciamiento y que esta red solidaria puede establecerse a distancia. Les deseo salud, tranquilidad, responsabilidad y que todos nos leamos en enero.


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Un año para no olvidar

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Hay enseñanzas que toman un instante y otros la vida entera.

Aristóteles en su Poética, definió a la “anagnórisis” como el punto de la “revelación” en que la ignorancia da paso al conocimiento. Darse cuenta, entender, comprender; hay tantos términos para tratar de definir y describir el momento del destello, ése en que las piezas encajan, en que finalmente la verdad aparece frente a nosotros con todo su peso y fuerza. No se trata de un saber técnico o profesional, ni tampoco de una cognición biológica, matemática o humanista; es mucho más profundo que eso, se trata del descubrimiento primordial: encontrarle sentido a la propia existencia.

Muchas veces las diversas contingencias y urgencias que debemos enfrentar en nuestro respectivo día a día nos impiden dar cuenta de lo que en verdad nos importa, de lo que nos es, no sólo necesario, sino que, fundamental. Trabajo, reconocimiento, justicia, familia, trascendencia, poder, dinero, dignidad, comunidad, salud, utopías y, desde luego, el amor; cada persona tiene su propia escala de prioridades.

olvidar el ano
Imagen: Gilde.

Un año se cierra y otro se abre frente a nosotros. Pero ¿qué es una fecha sino un punto en la línea imaginaria con la que cada uno intenta atrapar un momento? 

No la tenemos fácil los seres humanos, somos capaces de transformar nuestro entorno material; hacemos ciencia; pintamos, esculpimos, componemos y escribimos; de tanto en tanto le torcemos la mano a la naturaleza, creemos domesticarla y entonces ella se encarga de hacernos volver a tomar consciencia de nuestras limitaciones. Luego, volvemos a la carga y damos un nuevo paso que expande nuestra mirada, nuestro saber y vamos por más, siempre por más. No la tenemos fácil los seres humanos, cargamos siempre con nuestra consciencia de muerte y aunque tratamos de no pensar en ello, maquillando con fe e ideologías nuestra temporalidad y, sobre todo, la inevitable pérdida de todo lo que amamos, sabemos, en el fondo, que todos somos siempre perdedores. Y es por eso mismo que no nos rendimos. Nunca lo hemos hecho y ahora al cierre de este 2020 tan áspero, tan duro, nos prometemos que seguiremos adelante, que nada nos detendrá.

olvidar y seguir
Imagen: Duoergun.

Éste es un año que muchos quieren olvidar, que esperan se cierre y termine pronto y que el próximo nos sea más leve. Pero por ahora, el camino aún se ve cuesta arriba; tenemos vacunas y esperanzas que nos hacen creer en un cambio de ciclo, perdió Donald Trump, la democracia tiene nuevas oportunidades en diversos lugares del mundo; hay algunos destellos en lo que parece ser el final del túnel, pero todos sabemos que nos falta un buen trecho por caminar.  

Entonces, ¿valdrá la pena todo esto, tendrá un sentido?, ¿seremos mejores cuando todo haya pasado? Quien sabe, pero una cosa es cierta, el “héroe” u “heroína” que vive en cada uno de nosotros aparecerá cuando la revelación ocurra, cuando la anagnórisis nos ponga frente a nuestro propio “espejo”, con toda nuestra humanidad, dolores y contradicciones. Y allí, desde ese lugar, podremos elegir nuevas rutas y perspectivas para seguir adelante y seguir apostando a vivir, vivir como el sol, y no perder nunca los colores.


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Las Paredes Gritan: Edomex, inspectores y aguinaldo

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Crimen y Navidad

Como todos los fines de año, en el Estado de México (Edomex), sus inspectores salen a buscar de todo. En todos lados. Quieren garantizar su aguinaldo en este raquítico año 2020.

Llegaron a una fábrica de muebles de un colega en Tlalnepantla. Lo primero que preguntaron fue: “¿Su licencia de funcionamiento?”. Y debió estar lista (como siempre ha sido), pero este año se cerraron las oficinas públicas de Tlalnepantla desde marzo… y no había licencia.

Si quería conseguirse, había que hacer una larguísima fila en las oficinas del Edomex, en Toluca, para saber cuándo y cómo era posible conseguirla. ¿Usted se imagina la cantidad de papeles y trámites que se piden para conseguirla? Y hacerlo, desde Toluca, era un viacrucis.

Al ver que no tenían la licencia, dijeron: “Vamos a cerrar el negocio”. No importaba si trabajan 10 o 20 personas. No importaba que no cerraron el negocio durante la crisis. No importaba si los demás papeles estaban en orden. Los inspectores amenazaron con cerrar la fábrica.

inspectores corruptos
Imagen: Nexos.

Mis colegas nunca pagan “mordidas”. Pero en esta ocasión y por ser el fin de año, decidieron buscar un arreglo. “Dígame cómo podemos arreglarlo”, les dijeron. Y los inspectores pidieron 15 mil pesos. Pero no había dinero en efectivo y empezó una nueva negociación.

Un escritorio, cuatro sillas, un librero, una caja de vino y una despensa. Eso acordaron. Los inspectores no estaban satisfechos: “Esto no es suficiente… podemos regresar”.

Sobra decir que el mismo esquema para conseguir sus aguinaldos lo hicieron en todos los negocios de esa zona. Cuando uno observa estas conductas tradicionalmente corruptas, piensa en la campaña contra la corrupción de AMLO.

¿Será cierta? ¿Quiere barrer la corrupción de arriba para abajo? ¿Cuándo llegará esa escoba a barrer estas conductas deshonestas?… NPI.

Este tipo de corrupción nunca podrá ser barrido. Y conste que no mencionamos a su hermano Pío, ni a su prima Felipa. Esos son otros asuntos.

El Edomex es tradicionalmente un nido de corrupción. Ahí todo es vendible o negociable. Ahí todo tiene un precio… Hasta vivir en una cárcel. No existe ninguna estrategia pública o privada que frene estos nefastos hábitos entre sus modestos funcionarios públicos.

corrupcion edomex
Imagen: Pinterest.

¿Qué se necesita? Mejores salarios, mejores leyes, normas accesibles, confianza, legalidad. Todo eso que no aparece en la 4T.

Extorsiones y asesinatos

El “cobro de piso” (al estilo de la mafia siciliana) existe en muchos negocios de la Ciudad de México. Ése es un tema que ya habíamos comentado con algunos ejemplos claros denunciados por los comerciantes. El mismo alcalde de Cuauhtémoc, Néstor Núñez, lo dijo en viva voz.

“El funcionario reconoció que las denuncias de cobro de piso han existido desde que heredaron la Administración, además de que el número de casos no ha disminuido en la Colonia Obrera y en el Centro Histórico de la CDMX” (Reforma, 07/XII/2020).

Junto con el cobro de piso, los narcos exigen a los dueños de los negocios que vendan sus drogas dentro de los establecimientos. Varios sujetos que dicen pertenecer a la Unión Tepito o al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), han aparecido en las colonias Condesa, Polanco, Roma, San Rafael, la Obrera o el Centro Histórico. Amenazan con balacear a los restaurantes y bares. En 2018 ya había denuncias sobre el asunto.

“Francisco Fernández Alonso, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), aseguró que desde hace varias semanas han recibido denuncias de locatarios… Los criminales amenazan con hacerles daño a los restauranteros en caso de no entregar dinero y permitirles vender drogas” (Reforma, 29/VII/2018).

No hay forma de tener pruebas. Sin pruebas no pasa nada y eso genera más temor e incertidumbre. Las amenazas no son un delito. Los restauranteros se sienten vulnerables al denunciar ante las autoridades.

cobro de piso
Imagen: Rosario Lucas.

Por eso a nadie que viva en la CDMX sorprendió el asesinato de Baptiste Lormand y Luis Orozco. Primero, desaparecieron. Después, encontraron sus cuerpos en el pueblo de Magdalena Petlacalco en Tlalpan.

Se trató de un cruel asesinato. Según las autoridades se trató de un simple robo de “licores de alta gama”… con un alto precio.

Para los funcionarios no existen cárteles ni organizaciones criminales en la CDMX y los delitos siempre se achacan a meras casualidades, oportunidades. O a la falta de astucia de las víctimas.

Pero en este caso parece existir la presencia de un grupo criminal, dedicado a buscar víctimas con un alto potencial económico.

Es muy difícil pensar que no existe una red organizada de criminales. Sobre todo, cuando los mismos restauranteros han denunciado las extorsiones, los cobros de piso y los pagos realizados para que no los molesten.

No todo se puede resolver minimizando la gravedad de estos crímenes. No todo se puede resolver diciendo que recibieron una administración echada a perder.

El francés era dueño de los restaurantes Don Bátiz y Nonsolo en Polanquito. Vecinos de Polanco y amigos del restaurantero marcharon, vestidos de blanco, en memoria del empresario asesinado.

Las manifestaciones y las denuncias son muy importantes, pero se necesita algo más. Necesitamos el peso efectivo de las autoridades. Necesitamos de su eficacia si queremos frenar la violencia.

asesinato de Baptiste Lormand y Luis Orozco
Imagen: El País.

Adolescente homicida

Braulio de 17 años, hirió a su madre y después asesinó con un cuchillo a sus dos hermanas. Diana, de 7 años, y Guilleri, de 12.

¿En qué estaba pensando? ¿En qué condiciones viven? ¿Por qué tomó esa decisión?… NPI.

Braulio fue detenido y presentado ante un Juez “Especializado en Adolescentes”, en Zinacantepec, en el Edomex.

Y cuando entre en la cárcel… aprenderá a robar y a negociar con los policías y los funcionarios del Edomex. ¿O no?

La Cueva del Delfín

Dijo AMLO: “Ya están sentadas las bases de la Transformación”. Ése es el problema, “están sentadas”… desde la calle y la realidad no deja de parecer una gran farsa.

¡Vientos huracanados!, si no me atrapan las autoridades del Edomex nos veremos por acá la próxima semana.


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