Ciencia y Tecnología

Fenomenología de la vida: subjetividad en carne viva

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El filósofo y fenomenólogo francés Michel Henry nació en 1922 en Vietnam, pero su familia volvió a París en 1929 donde él completó una maestría en 1943 con una tesis sobre Spinoza, al tiempo que se unía a los maquis de la Resistencia antifascista con el seudónimo de “Kant”. Al acabar la guerra consiguió una plaza como filósofo en el CNRS para publicar en los años 60 una disertación doctoral de 1000 páginas bajo el título de “Filosofía y fenomenología del cuerpo. Ensayo de una ontología biraniana” en referencia al pionero de la filosofía del yo, Maine de Biran. Consiguió una plaza en la Universidad de Montpellier, donde permaneció hasta su muerte en 1982. Además de filosofía, publicó varias novelas.

Michel Henry
Michel Henry hacia 1965.

A lo largo de su extenso trabajo ajustó las doctrinas de Husserl, el padre de la fenomenología, y de Heidegger, uno de sus exponentes más célebres y debatidos. Esta fenomenología clásica ponía énfasis en la intencionalidad, la característica de los actos mentales de ser acerca de algo: aquello que la persona percibe, siente, piensa, imagina, recuerda, sueña, desea o realiza. La fenomenología de la vida cultivada por Henry considera la intencionalidad como una propiedad de la conciencia enraizada en algo más fundamental que indistintamente denomina afectividad, pathos o vida. Ese fundamento previo es una afectividad inmanente y propia de la vida; un tema afín al que en la actualidad se analiza bajo el rubro de autoconciencia mínima y que repasamos en las últimas entregas de esta columna.

Henry consideró que buena parte de la filosofía tradicional se funda en las apariencias o fenómenos conscientes, es decir, en la manera como los objetos ocurren o aparecen en la mente humana. Sostuvo que el fenomenólogo “clásico” se aboca a estudiar cómo es que acontece esta apariencia y se aboca a estudiar algo “exterior” a la conciencia misma: su orientación hacia un objeto, su intencionalidad. La cuestión esencial que intriga y motiva al pensador francés es qué hace posible a la intencionalidad, lo cual concierne a la estructura misma de la conciencia. ¿Cuál es la naturaleza de ese núcleo de conciencia? Su respuesta es directa e inequívoca: la vida misma. La subjetividad humana está enraizada en la vida que es común a todos los seres vivos y los trasciende como su condición inmanente. Lejos de apoyar un idealismo que la considera como evidencia de un espíritu inmaterial, la subjetividad tiene su base concreta en la vitalidad del cuerpo porque la vida es condición de posibilidad de cualquier experiencia.

vida François-Pierre-Gontier de Biran
François-Pierre-Gontier de Biran (Maine de Biran), 1766-1824.

Como Maine de Biran, Henry considera decisiva la apercepción directa e inmediata que constituye la experiencia básica y elemental de un cuerpo viviente. El cuerpo no es un instrumento del yo o de la subjetividad, ni la acción o la conducta sólo un medio por el cual el yo accede al mundo, sino que la subjetividad se identifica con ese sentir fundamental del ser viviente, una forma primaria de sufrimiento y gozo que concibe como pathos. El término pathos se refiere una experiencia que no puede dejar de sentirse, porque la vida no escapa de sí misma. A partir de esta base de subjetividad viviente se origina todo fenómeno consciente e intencional. Así, a diferencia de los fenomenólogos iniciales, Henry basa la intencionalidad de la conciencia en este proceso vital e inmanente de afectividad esencial, lo cual plantea una duplicidad entre un núcleo de la conciencia y las apariciones en forma de contenidos mentales. La afectividad inmanente sería la vida misma como una forma de ipseidad o autoafección que se manifiesta en el poder de la subjetividad y de la agencia. En una entrevista, Henry lo expresó de esta forma:

… aquello que soy en el fondo de mí mismo, mi vida, es algo en sí ajeno a este horizonte de visibilidad del mundo. Mi vida, tal como la experimento originalmente en mí mismo, jamás es un objeto, jamás es susceptible de ser vista en el “mundo”. Su esencia consiste precisamente en el hecho de experimentarse inmediatamente a sí misma, sin distancia, en una “auto-afección” en sentido original.

La conciencia es entonces fruto del despliegue y la evolución de la vida misma, una propiedad que Henry denomina auto-accroissement (auto-incremento), análoga a la autopoiesis que he propuesto en una sección anterior como fundamento o requisito biológico de la autoconciencia. La vida se constituye por su movimiento inherente y su actividad de crecimiento. Vivir es experimentarse a sí mismo y la naturaleza de la subjetividad es la inmanencia trascendental de la vida. Esto atañe de manera central a la corporalidad, al hecho de que la autoconciencia está encarnada en un cuerpo vivo porque éste se experimenta a sí mismo de manera inmediata. Es justo decir “yo soy mi cuerpo” si con esto se implica la vida del cuerpo, esa vida que constituye la identidad diacrónica, el trayecto vital de cada persona en el tiempo.

Fenomenologia de la vida
Portadas de las traducciones al español de “Fenomenología de la vida” y “Encarnación” de Michel Henry.

Henry se adelanta por décadas a la reciente tesis de la simulación situada de Vittorio Gallese cuando afirma que el objetivo fundamental de la danza no es escenificar una historia, sino expresar movimientos para que el espectador los sienta en carne propia de la misma manera que una pintura hace sentir en el espectador fuerzas motrices y afectivas que están larvadas en su interior. Coincide con el pintor Kandinsky: todo arte tiene el efecto de intensificar la vida porque expresa y afecta a la interioridad viviente.

El ser humano no se da la existencia a sí mismo ni la mantiene por sí mismo, es la vida que se mantiene a sí misma a través de cada ser humano. De esta manera, Henry explica la necesidad humana de actuar, de ejercer el poder de la subjetividad. Considera que la idea fundamental de Marx es profundamente cierta: la relación del ser humano con el mundo es una relación práctica; sólo la vida manifestada a través de los individuos posee el poder, la fuerza y la eficiencia para transformar al mundo y adecuarlo a sus necesidades mediante el trabajo. Esto determina la estructura de producción y de consumo de toda sociedad.

Henry caracteriza la “búsqueda de uno mismo” como algo típico de la modernidad y argumenta que esta tendencia sin rumbo o éxito posibles sólo puede ser rebasada mediante el “abandonarse a sí mismo en la vida”, olvidarse del ego que se cuida y se acrecienta a sí mismo en el mundo para descubrir algo esencial y relegado: la vida misma y el amor que despliega al mantenerse y expresarse. Este reconocimiento escapa a toda intencionalidad, es decir, a toda representación mental, y sólo puede conseguirse a través de una mudanza de la acción y la praxis hacia la misericordia y la compasión. La búsqueda de uno mismo, característica de la modernidad, paradójicamente sólo puede lograrse mediante la renuncia de uno mismo.

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Portadas de las traducciones al español de “Ver lo invisible. Acerca de Kandinsky” y “La fenomenlogía radical, la cuestión de Dios y el problema de mal” de Michel Henry.

Coincidió con Kierkegaard en considerar que el yo aparente de la subjetividad humana no es su propio fundamento, sino la vida que no escapa de sí misma y que implica una liga entre cada ser vivo y la vida absoluta. La religión (re-ligare) es el ámbito donde se actúa la autotransformación de la vida, la expresión subjetiva de esa propiedad y su reciprocidad entre los vivientes, algo que no se conoce racionalmente o por el pensamiento, sino por sentir directamente la vida misma. En sus últimas obras, Henry encontró en la enseñanza de Cristo una correspondencia con sus conceptos de afectividad inmanente y de entrega a la vida. En su visión, el cristianismo llama Dios a la vida, llama Padre a su feraz proceso de autogeneración y llama Hijo al ser viviente surgido por la autogeneración de la vida, donde se cumple su ipseidad o mismidad fenomenológica. La fenomenología de Michel Henry implica valorar y comprender a la vida como el verdadero ser de la persona, más que su relación con los objetos del mundo.

Internet física, un mundo donde la logística lo es todo

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El principio es sencillo. Se trata de hacer una equivalencia. En la forma de razonar. En la manera de resolver el problema. En la concepción del procedimiento.

Parece sencillo hacer llegar un objeto de un punto a otro. Alguien envía. Alguien Transporta. Alguien recibe.

Controlar las rutas. Calcular el tiempo. Controlar cómo pasa de unas manos a otras, requiere, sin embargo, más que buena intención, e incluso, más que lápiz, papel y la versión más reciente del Excel.

En lo que se ha dado en llamar la “Internet física” se lleva a cabo un proyecto de investigación que pretende hacer converger eficiencia y sustentabilidad en la manera cómo las cosas son llevadas de un lugar a otro.

La pandemia ha venido a acelerar lo que era ya una tendencia acelerada de movimiento de paquetes, mercancías y toda clase de objetos de un punto a otro del planeta.

Las cantidades de cajas, sobres, envíos, que a diario se desplazan en el mundo globalizado son simplemente estratosféricas.

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Imagen: Mary.

A lo largo de 2019, por ejemplo, sólo por lo que toca a Amazon, la empresa de Jeff Bezos reportó haber entregado tres mil quinientos millones de paquetes.

Ocho años antes, en 2011, la misma Amazon, había reportado, en todo el año, un total de 680 millones de paquetes entregados; el crecimiento en el periodo fue notable.

Y si ya el panorama pintaba para seguir creciendo, la pandemia simplemente volvió exponencial los servicios de Courier, como también se les denomina.

En julio de 2020, Amazon informó haber hecho llegar, solo en ese mes, 480 millones de paquetes. Es decir, en 30 días movió el 42% de todo cuanto reportó en 2011.

Aun antes de que el coronavirus recluyera a las personas en sus casas e impulsara el comercio digital como nunca antes, las predicciones eran ya astronómicas.

En 2019, el cálculo era que para 2022 Amazon entregaría, a través de su propia empresa, además, la friolera de 6 mil millones de paquetes, seguida de los 5 mil que estaría moviendo UPS y los 3,400 de FedEx.

Los 6 mil millones que se esperaban para 2022 fueron alcanzados por UPS en 2020, dos años antes. Cuando el gigante logístico entregó un promedio de 21 millones de paquetes al día.

Se llama logística y es para nuestro tiempo, al modo que Pascal gustaba en proclamar, la palanca que mueve al mundo.

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Imagen: GettyImages.

El desarrollo de la logística implica, por tanto, más que la simple cadena que traslada mercancías o de un punto a otro.

Las conexiones que una adecuada logística tiene con el medio ambiente, las formas de organización del trabajo, la evolución de los combustibles, entre otras cosas, constituyen un vasto y complejo entramado.

Sorprendería, por ejemplo, saber que en un número muy alto, los camiones que parten con mercancía no van llenos o retornan vacíos.

El responsable del proyecto Internet física, el Dr. Kostas Zavitsas, del Imperial College Business of London, señala categórico: “Una tasa de llenado más alta tendría un impacto en los costos y las emisiones y crearía un sistema mucho más sostenible”.

El principio de la investigación, cuenta Zavitsas, fue relativamente simple. “Comenzó con la idea de que podemos mover la carga de la misma manera que los datos se mueven en Internet”.

En ese sentido, el paso decisivo será, en este como en muchos otros casos, la capacidad que el mundo tenga para digitalizar la información disponible.

El análisis de datos, de nueva cuenta, como en tantos otros ámbitos del presente digital, se impone sobre decisiones que aun a estas alturas se toman de manera intuitiva, inercial o personal.

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Imagen: Mía Ditmason.

Al explicar el proyecto, Zavitsas dice: “La idea es que cada elemento de la red cuente con un gemelo digital que se pueda actualizar con detalles relevantes, como cuánto espacio hay disponible en un almacén o los horarios de los diferentes modos de transporte”. 

Instalar sensores, estandarizar formas de identificar productos, homogenizar las dimensiones de empaque, entre otros pasos, conforman la cadena de cuestiones a tomar en consideración hacia la Internet física.

La información que las compañías sean capaces de generar, procesar y compartir, serían la base, enumera el académico, para tomar esos datos y que “un algoritmo centralizado enrute un contenedor de manera óptima”.

Dos elementos, prototípicos del mundo contemporáneo sobresalen: el peso de la descentralización y el valor de una cultura colaborativa.

Actualmente, por ejemplo, un producto sale de un punto de distribución primario hacia el punto de venta. La Internet física posibilitaría descentralizar el almacenaje y, con ello, acercar los productos al consumidor.

“Al final, es una actividad colaborativa y también una situación de ingresos colaborativos que es nueva para muchos operadores comerciales”, subraya Marcel Huschebeck, que forma parte del PTV Group, de Alemania, participante de la investigación.

En la capacidad para pensar de modo complejo problemas que son a su vez complejos, estriba una parte cada vez mayor del éxito de cada operación. Incluso cuando, como en Caperucita roja, lo que hay que hacer llegar de un punto a otro parece cualquier cosa.

Incluso.


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Facebook y Google van a pagar “a su manera”

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Las plataformas tecnológicas operan supranacionalmente y tienen un poderío económico frecuentemente comparable al de países completos. Gozan, asimismo, de una gran flexibilidad porque se mueven en una franja global muy pobremente regulada y los países en general carecen de un marco legal expreso para ordenar su operación. Con esta gran libertad, una de las cosas que más irrita a estos gigantes es que les traten de controlar nacionalmente, por ejemplo, mediante cobro de impuestos locales o políticas anti-monopolio. Pero las circunstancias están cambiando….

Australia ha sido el primer país (otros están en camino) que ha pasado una disposición legal, un Código de Conducta Mandatorio, con el fin de “equilibrar” el poder de negociación entre las plataformas digitales, específicamente Facebook y Google (pero podrían agregarse otras plataformas en el futuro) y los medios periodísticos. Las primeras utilizan gratuitamente las noticias que producen los segundos y, a la vez, reciben cuantiosos ingresos por los anuncios publicitarios que acompañan la retransmisión de noticias. Todo ello con el agravante de que la publicidad ha tendido a desplazarse desde los medios noticiosos a las plataformas digitales, lo que ha llevado a los medios a perder importantes ingresos que anteriormente obtenían por esta vía. A fines de 2019, se estimaba que el 70% de los ingresos generados por la publicidad digital en Estados Unidos eran captados por solo tres grandes compañías tecnológicas (Google, Facebook y Amazon). Para Australia, la agencia de competencia registraba que el 47% de todos los ingresos de publicidad en línea iban a Google y el 21% lo absorbía Facebook.

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Imagen: Times of India.

Australia decidió que estos fondos debían compartirse entre plataformas y agencias de noticias de manera de reducir el poder monopólico de ambos gigantes tecnológicos y compensar de esta manera al periodismo.

La nueva disposición requiere que Facebook y Google paguen por el contenido noticioso producido por terceros y que ellos retransmiten desde sus plataformas a las redes sociales y, aunque la negociación debe ser hecha directamente por los involucrados, se establece un sistema de arbitraje para dirimir posibles disputas. El gobierno designará al árbitro y con ello se espera eliminar el desbalance de poder de negociación entre plataformas y las agencias de noticias. En caso de que Facebook y Google no tengan acuerdos con los medios, el Tesoro de Australia puede “designarlos” para que paguen su acceso a los contenidos de noticias.

La amenaza de promulgar el Código de Negociación con los Medios de Noticias suscitó una batalla entre Facebook y el gobierno de Australia antes de ser aprobado. Facebook mostró su inconformidad ejerciendo por primera vez todo su poder monopólico para forzar al gobierno de ese país a revisar la disposición: interrumpió la transmisión de todos los contenidos informativos dentro de Australia y de este país hacia el resto del mundo durante casi una semana. Google no reaccionó del mismo modo porque no tiene la fuerza monopólica de Facebook ya que los usuarios pueden fácilmente cambiar de buscador prácticamente sin costo. De todas formas, esta compañía amenazó con salirse del mercado australiano, pero inmediatamente después cambió de estrategia y comenzó a negociar con las diversas compañías noticiosas y alcanzó varios acuerdos en forma bastante rápida (por ejemplo, con News Corp, Nine Fairfax, Seven West Media, The Guardian y la compañía de noticias ACM).

Hay que notar que esta nueva disposición de Australia, que se venía gestando desde inicios de 2020, período en que otros países también han estado discutiendo este tema, no tomó por sorpresa a estos gigantes tecnológicos. Ya la venían venir. Por ello han adoptado medidas propias para compensar “a su manera” a las industrias periodísticas sin tener que someterse a reglas establecidas por los gobiernos. A fines de 2020 Google lanzó una iniciativa para distribuir mil millones de dólares a lo largo de tres años entre las compañías del sector de noticias en el mundo (News Showcase). Facebook adoptó una política similar el mes pasado (News Tab). A mediados de febrero de 2021, Google ya había llegado a acuerdos con alrededor de 450 agencias de noticias en diversos países para pagarles mensualmente una determinada cantidad con el fin de acceder al contenido de sus noticias.

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Imagen: Sam Whitney.

Pero la resistencia de las plataformas a seguir reglas impuestas por los países es enorme. A través de su “huelga”, Facebook logró doblegar a las autoridades australianas para que modificaran varios aspectos de la propuesta que estaba prácticamente lista para someterse al Parlamento en la segunda semana de febrero de este año. Las más importantes son, primero, que las compañías digitales tendrán que ser informadas con un mes de anticipación que serán sometidas al “Código”, lo que les dará tiempo extra para negociar con las empresas periodísticas; segundo, si hay una disputa, se extiende el período de negociación voluntaria por dos meses para alcanzar un acuerdo, antes de tener que someterse a un arbitraje; tercero, tendrá que tomarse en cuenta si la empresa de noticias en cuestión ya ha sido beneficiada por un acuerdo comercial con la plataforma de la que se trate o por los programas que ésta haya lanzado para pagar contenidos noticiosos por su propia iniciativa (News Showcase de Google, News Tab de Facebook, por ejemplo); cuarto, el arbitraje se considera un recurso de última instancia.

Después de la batalla entre gobierno y Facebook, tras la publicación de la nueva ley (el 25 de febrero) todos se declararon ganadores, y de alguna forma lo son: Australia por ser el primer país que hace obligatoria una contribución de las plataformas a los medios de comunicación; las compañías periodísticas que firmen acuerdos comerciales con las plataformas; y Facebook (y de paso, Google) por haber logrado mediante un verdadero berrinche que la propuesta inicial se modificara, a manera de tener mucho mejores condiciones para evitar tener que enfrentar el arbitraje del gobierno.

Si bien Australia ha hecho historia con la ley mencionada, desde bastante tiempo antes la Unión Europea había dado pasos similares a los mencionados para el caso de Australia, aunque algo más débiles (no incluye la figura de arbitraje). En 2019, la Unión Europea modificó sus leyes de derechos de autor, que incluyen derechos conexos (neighboring rights) y, entre otras cosas, permite a las agencias de noticias exigir a las plataformas digitales que les paguen por usar sus contenidos, además requieren a las plataformas contar con una licencia para hacer uso de tal información. Francia fue el primer país europeo en implementar esta directiva, agregando para ello un capítulo a su Código de Protección a la Propiedad Intelectual a mediados de 2019.

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Imagen: Seyyed dela Llata.

No es coincidencia, por tanto, que para fines de enero de 2021, Google alcanzara un acuerdo con una importante asociación de agencias de noticias francesa (Alliance de la presse d’information générale) para pagarles fragmentos de sus contenidos. Inicialmente Google se resistió a pagar a las agencias de noticias en ese país y planeaba no retransmitir noticias provenientes de esas fuentes, pero la autoridad de competencia francesa (FCA) estimó esta acción como injusta y perjudicial para el sector de la prensa y un posible abuso de poder de mercado por parte de esa plataforma, de manera que finalmente tuvieron que negociar el pago de noticias.

Canadá, por su parte, se encuentra activamente elaborando una legislación que va en el mismo camino que Australia y Francia. El Ministro del Patrimonio (Heritage) del país, Steven Guilbeault, dijo a periodistas a mediados de febrero que “Canadá está al frente de esta batalla … estamos en el primer grupo de países en el mundo que está haciendo ésto”….“Sospecho que pronto tendremos cinco, diez, o quince países adoptando reglas similares … ¿Facebook cortaría sus lazos con Alemania o con Francia?” Esto sería, según él, “totalmente insostenible”. A ello agregó que Canadá no reaccionaría como Australia, debilitando su propuesta de ley inicial frente a un boicot por parte de Facebook, como el que llevó a cabo en Australia.

El país que no está satisfecho con la ley australiana es Estados Unidos. Este manifestó poco antes de la promulgación de la ley que “El Gobierno de Estados Unidos está preocupado que un intento, mediante una legislación, para regular las posiciones competitivas de actores específicos …. vaya en claro detrimento de dos compañías de ese país con resultados dañinos” (de la Oficina Ejecutiva del Presidente) (traducción propia). Es dudoso que Estados Unidos se embarque en promover una legislación similar a la de Australia o el Código de la UE pronto, pero si la práctica establecida se extiende a muchos otros países, incluyendo a su vecino del norte, quizás terminen por introducir estas disposiciones allí también (a menos que en Estados Unidos los aportes voluntarios que hagan las plataformas a los medios sean comparables a las que hacen en los países en que hay una ley como la descrita para Australia o Francia).

En todo caso, las nuevas reglas que fuerzan a las plataformas a pagar contenidos de las agencias de noticias es sólo un primer paso para redistribuir algo de la enorme ganancia que están haciendo estas grandes empresas a base de retransmitir contenidos o información que usualmente asimilan gratuitamente. ¿Cuál será el paso siguiente?


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La conciencia basal y la carencia de yo

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Hemos venido revisando que varios filósofos y científicos actuales definen un estado mínimo o básico de conciencia, un sentir que no es conceptual, ni representacional, ni dual, porque no es acerca de algo. Es decir: al no tener un contenido determinado, esta forma de conciencia no sería dual porque no aparece alguien o algo que posea o experimente un objeto en la mente, como se tiene y se representa un dolor en el momento en que la persona se percata de sentirlo, lo valora o lo refiere.

En un artículo de 2020 los psicólogos neoyorkinos Zoran Josipovic y Vladimir Miskovic plantean y revisan que las formas de conciencia o experiencia fenoménica mínima han sido descritas en antiguas tradiciones de Asia y estos antecedentes les sirven para analizar sus características. Por ejemplo, en la tradición oriental la palabra samadhi identifica un estado de absorción completa en el cual el objeto que se presenta en la mente queda desprovisto de todo concepto y se capta directamente, es decir, sin estar acompañado de palabras que lo designan o califican, ni tampoco de imágenes o recuerdos asociados o derivados: el objeto ocupa la experiencia sin aditamentos y la mente se encuentra en silencio conceptual y embebida en su objeto. Ahora bien, en la misma tradición se distingue esta experiencia de otra denominada conciencia pura, en la cual se afirma que el sujeto está consciente pero su mente no tiene contenidos. En esta situación la conciencia está activa, pero no contiene representaciones, es un estado de autoconciencia inmediata, de autopresencia inmanente. Josipovic y Miskovic afirman que este tipo de experiencia ocurre normalmente en las transiciones del sueño a la vigilia cuando por momentos el sujeto no tiene nada en mente ni se percata de su identidad, del espacio o tiempo. Refieren también relatos de ensoñaciones sin contenido en las que el sujeto relata un sueño en blanco. Además, argumentan que suelen suceder experiencias de este tipo al salir de la anestesia, en la deprivación sensorial, la experiencia psicodélica o durante la meditación y prácticas afines.

ausencia de un yo
Imagen alusiva a la ausencia de un yo en estados de autoconciencia basal en los que se esfuma la dualidad entre un sujeto que experimenta un estado mental y los contenidos de ese estado (imagen tomada de Psiquentelequia).

Si bien los estados de conciencia mínima se describen como ausencia de contenido, la conciencia no desaparece como en las fases del sueño profundo que cursan sin ensoñaciones. Uno de los problemas para definir con mayor precisión este estado se refiere al nivel de activación fisiológica, denominado arousal en inglés y que usualmente se especifica con una metáfora de profundidad. Así como la luz disminuye con su penetración en el mar, habría niveles de alertamiento y activación funcional que van desde la oscuridad del coma o en el sueño profundo, pasan por estratos fluctuantes en la vigilia, abarcan niveles más avanzados y diferenciados en la autoconciencia o conciencia de sí y llegan a estados de hiperalerta o conciencia ampliada en el éxtasis. Pues bien, sucede que en este continuo o eje vertical de creciente brillo no es posible ubicar los estados aludidos, porque la noción misma implica que una conciencia mínima sería poco más que un estado de coma y esto dista de ser el sentido que se pretende significar con esta expresión, a diferencia del uso de la misma en la neurología y que se refiere a un nivel mínimo de conciencia, cercano al coma. Como el estado de autoconciencia mínima al que me refiero ahora no corresponde a un determinado nivel de alerta o de arousal, se impone una distinción: el nivel de vigilancia y de responsividad del organismo es una cosa y la conciencia misma es otra. A veces se usa la metáfora del espejo para expresar que la conciencia refleja sin elaborar o conceptuar, decidir o valorar independientemente del nivel de vigilancia o alerta. De esta manera, el eje de activación no es una variable útil para comprender los estados de conciencia o autoconciencia mínima y en este punto pueden dar información relevante los relatos y los análisis de estados meditativos.

Curva de activacion
Curva de activación en forma de U invertida en referencia a la ejecución de tareas. Un bajo o alto nivel de activación (grado de arousal) no se relacionan con la mejor ejecución, hay un nivel óptimo. Esta curva se relaciona con la atención, pero la capacidad de conciencia, en particular la conciencia basal o mínima, no se puede ubicar con estas variables (imagen tomada de Perros de búsqueda).

Diferentes técnicas de meditación hacen posible la producción y la experiencia consciente de estados de conciencia absorta y sin contenidos que podemos denominar conciencia basal para distinguirlos del estado semicomatoso que tiene en la neurología. En efecto, en tradiciones tanto orientales como occidentales se describen con términos paradójicos ciertos estados que resultan de las prácticas contemplativas de atención plena y sostenida. El sujeto inicia su práctica con la instrucción de permanecer consciente de sus contenidos mentales, por ejemplo, de las sensaciones de su respiración o de una frase o mantra que repite mentalmente. En esto hay un dualismo implícito entre un observador y una observación porque un yo agente y activo se mantiene atento a lo que ocurre en la mente. Con la práctica se fortalece la capacidad de observación y la autoconciencia va tomando mayor dimensión. Eventualmente y en ciertos momentos la autoconciencia queda desprovista de contenidos, un estado en el que desaparece un yo observador o poseedor de sus objetos mentales. En las tradiciones orientales de meditación se denomina sunyata (vacío, ausencia del yo, selflessness) a este estado refinado de conciencia que no se limita a un silencio interno de voces, pensamientos o imágenes, sino a una transformación del aparato mental que pasa de operar como una dualidad sujeto-objeto a una conciencia basal y no dual.

enso vacio conciencia
En la caligrafía del budismo Zen se representa el concepto de sunyata o gran vacío con el símbolo circular llamado enso. El concepto implica que las cosas del mundo y los objetos que las representan en la mente carecen de una identidad permanente porque todo está interconectado y en flujo constante. Esto incluye al yo o self (imagen tomada de New World Dencyclopedia).

En el lapso en el que el sujeto vive un estado de autoconciencia sin contenidos, se percata de que el self o el ser está vacío; es decir: advierte directamente que no existe el yo como una entidad sustancial y concreta. La característica fundamental de este estado es de una cognición reflexiva inherente, un autoconocimiento directo, un estado de conciencia básico o basal, sin nada más que la conciencia misma. Se afirma tanto en las tradiciones contemplativas como en los análisis actuales de la conciencia mínima que se ventilan desde las ciencias y filosofías cognitivas que no hay nada abstracto o mágico en esta experiencia: este darse cuenta de lo que constituye la autoconciencia en sí misma y esta no dualidad básica se revela en la propia experiencia empírica.

tallo cerebral
Las estructuras de la línea media del cerebro abarcan regiones muy primitivas del tallo cerebral (en azul) y zonas de la corteza cerebral medial (en verde) que intervienen en la conciencia basal de sí mismo en el ser humano. En la imagen aparece la cara medial del hemisferio derecho, las mismas zonas se encuentran en la cara medial del izquierdo (imagen tomada de Alcaro, Carta y Panksepp, 2017).

Una propuesta fundamental en referencia a la conciencia mínima o basal es la necesidad de un sustrato consciente para que se estructure la experiencia. A este sustrato se han referido varias teorías neurofisiológicas que desde mediados del siglo pasado subrayan el papel indispensable que juegan las estructuras del tallo cerebral y de la línea media del encéfalo para que tengan lugar los estados y contenidos de conciencia. Estas estructuras, entre las que destaca la llamada formación reticular activadora ascendente, son muy antiguas en la escala filogenética y se suponen necesarias para el estado de conciencia que probablemente compartimos con los animales sentientes del planeta (Bronfman, Ginsburg, Jablonka, 2016). Gracias al desarrollo de la neocorteza y las estructuras de reciente adquisición filogenética los seres humanos recrean objetos en su conciencia (aquellos contenidos o ítems que perciben, sienten, piensan, imaginan, recuerdan, creen, sueñan, quieren, etc.) y experimentan estos contenidos de su mente como posesiones y usufructos de un yo, de un self. Pero sucede que con ciertas prácticas y métodos atencionales el sujeto se percata que este yo o este self es un pensamiento más, una forma de conceptualizar algo que no es definido ni definible. El sujeto se da cuenta por experiencia de la insustancialidad del yo mediante la vivencia de una conciencia basal desprovista de contenidos y de referentes.

A pesar de las dificultades en el tratamiento académico de la autoconciencia mínima, el tema vuelve a elementos de la conciencia y del yo que intrigaron en el siglo XVIII a Fichte y a Maine de Biran, los filósofos pioneros del yo. En este sentido, hay que agradecer que se haya retomado este peliagudo problema de la conciencia de sí al identificar el estado basal que implica y las dificultades de su análisis.


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Cerebro y simultaneidad en la Babel digital: traducir es comprender

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Fue San Jerónimo quien tradujo la Biblia al latín. Prefigurando así, de alguna manera, la luminosa idea con que Steiner definiría, muchos siglos después, la trascendencia de llevar un texto de una lengua a otra: habitar lo extranjero.

En su sentido contrario, de no poder traducir estaríamos condenarnos al ensordecedor mutismo de sólo escucharnos a nosotros mismos. “Sin traducción, sentenció alguna vez Steiner, habitaríamos provincias lindantes con el silencio”.

La mítica imagen de la Babel consignada en la Biblia, la torre derruida por la multitud de lenguas incomprensibles entre sí, habría entonces caído no por el estruendo, sino por el silencio que implica el sólo poder comprender lo propio y con los propios.

En el mundo se hablan unas 7 mil lenguas. Algunas de ellas estrechamente emparentadas entre sí. Pero otras, por supuesto, con lejanías considerables y hasta hace poco casi insalvables para los sistemas de traducción automatizada.

La digitalización de contenidos, a la par de productores y consumidores, prosumidores, para decirlo mejor, que no están dispuestos a limitarse a la lengua propia, ha disparado las posibilidades y retos de la traducción asistida por computadoras.

simultaneidad traduccion
Imagen: Mark Long.

Los sistemas contemporáneos de traducción, conocidos como “neuronales”, reciben, por cierto, este apelativo pues funciona de manera análoga a como lo hacen las redes del cerebro, según explica Antoni Oliver, director del máster universitario de Traducción y Tecnologías Online de la Universitat Oberta de Catalunya.

Hasta hace poco, la calidad de los traductores automatizados era tan deficiente que era más sencillo, a todo nivel, hacer la traducción desde cero. Esto es lo que ha cambiado radicalmente, señala Oliver, los sistemas neuronales actuales consiguen suficiente calidad como para que sea factible post-editar los resultados.

Los sistemas están aprendiendo y sus fallas son cada menos perceptibles, desmenuza el catedrático, aunque siguen implicando la posibilidad de que un error de la máquina sea capaz de cambiar todo el sentido.

Así, lejos de desplazar a las personas, la demanda de una mayor atención y mayor dominio. El reto está ahí. No es que la traducción automatizada vaya a suplantar a la tarea humana.

Dicho de otro modo, la valía del traductor no se cifrará en el grueso del documento, sino en los pequeños detalles que hacen sentido.

En lo central, la traducción seguirá siendo lo que en su sentido más hondo ha sido siempre, un ejercicio de la cultura, consciente e intencional, donde la sutileza reina.

traduccion y cerebro
Imagen: Katie Edwards.

Quién diría, sin embargo, que parte del origen de lo que hoy observamos en el mundo de la traducción, tuviera en la necesidad de juzgar con celeridad crímenes aborrecibles, su punto de inflexión.

Entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1º de octubre de 1946, durante los juicios de Núremberg, la traducción, la idea que se tenía de ella y sus alcances, nunca más volverían a ser lo habían sido.

Presente en todos los congresos y convenciones del mundo, parte de la vida cotidiana de los organismos multilaterales, no fue sino en Núremberg que el desarrollo del ingeniero León Dostert, la traducción simultánea, probó su alcance y efectividad.

Aliado con IBM, quien desarrolló la idea, Dostert debemos la imagen de las cabinas y de los que en un principio fueron los cascos en los que se escuchaba de manera prácticamente simultánea lo que el orador en turno decía.

No es necesario, aunque tampoco está de más, retraerse hasta El Aleph, de Borges, para resaltar la fascinación que en lo humano es capaz de suscitar la idea misma de lo simultáneo como algo posible y, aún más, aprehensible.

Hoy, el panorama es más complejo que las cuatro lenguas en las que se desarrolló Núremberg, e incluso de las “lenguas oficiales” de Naciones Unidas. El reconocimiento del valor de las lenguas, de cada una, es parte de la globalización del orbe.

Era de los procesos veloces al extremo, lo digital vive la extraña dualidad de tener una lengua dominante: el inglés, al tiempo de ofrecer con cada vez más precisión herramientas de traducción.

herramientas
Imagen: Pinterest.

Herramientas nacidas de las necesidades prácticas y cuya tarea habrá que dejarlo en claro de una vez, en nada se parece a la traslación cultural que significa el trabajo de traducción literaria. Labor de lo humano, ajena a lo programable y aun lo repetible.

La posibilidad de que se lea un diario editado digitalmente en Macedonia, en Indonesia o en Rotterdam, y cuya lengua no sea de origen el inglés, es un territorio de acercamiento a esas realidad, impensable antes de la evolución de los traductores digitales automatizados.

Fallidas aún en algunas de sus traslaciones, sin duda. Inoperantes para rescatar las sutilezas con las que está hecha cada lengua, desde luego. Experiencia inédita que lo digital ha traído consigo, lo destacable.

Nunca antes las máquinas habían podido traducir tanto y tan rápido. Nunca como ahora, en la sutileza de la comprensión la tarea y dimensión humana del traducir es tan indispensable.

Enriquecer el horizonte de lo propio con lo que no lo es. Ir al encuentro del otro. Habitar lo ajeno. No hay, quizá, acto cultural más radical.

Traducir, comprender.


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Educación digital: Mujeres que aprenden a empoderase a través de las TIC

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Estoy convencida de que una de las más nobles y enriquecedoras vocaciones está en la enseñanza. En lo personal, es una actividad que me apasiona realizar, porque me permite aprender más de lo que comparto y me llena de satisfacción la conexión que se logra con las personas, cuyas aportaciones están llenas de riqueza.

La educación es un proceso que nos transforma al adquirir conocimientos, habilidades, capacidades y valores, que inciden en la conformación de sociedades inclusivas, justas y sostenibles. En particular para las niñas y las mujeres, tener la oportunidad de prepararse les da la posibilidad de ser autónomas e independientes, de exigir sus derechos, de dedicarse a lo que les gusta, de tener mejores ingresos; y les permite combatir y separarse de entornos tóxicos, de discriminación, abuso o violencia.

Si bien en el ciclo escolar 2019-2020, del total de estudiantes matriculados en las instituciones de educación superior mexicanas (4 millones 93 mil 200) predominó la modalidad escolarizada (82.3%) sobre la mixta (10.3%) y a distancia (7.4%); a partir de la pandemia se ha modificado esta tendencia, pues el sector educativo ha continuado valiéndose de las tecnologías de la información y comunicación (TIC).

La educación digital contribuye a reducir la desigualdad en general, pero en específico, la brecha de género, entendida como la diferencia entre mujeres y hombres reflejada en los logros sociales, políticos, intelectuales, culturales o económicos.

educacion digital para mujeres
Imagen: NPR.

Si bien en México se ha avanzado en favor de la igualdad sustantiva, aún no es una realidad plena. De acuerdo con el Foro Económico Mundial en su “Informe de la Brecha Global de Género 2020”, en nuestro país, dicha separación se redujo del 72% al 75.4% de 2018 a 2020. No obstante, hemos cerrado nuestra brecha en participación económica de las mujeres sólo un 57.4%.

Al respecto, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de noviembre de 2020 del INEGI, muestra que la población económicamente activa y ocupada en México fue de 53 millones de personas, de los cuales, 32.5 millones (61.4%) fueron hombres y 20.5 millones (38.6%) mujeres.

El Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza del CONEVAL, al cuarto trimestre de 2020, señalaba que, en nuestra nación, en promedio, los hombres ocupados percibían un ingreso laboral de $4,633.59 y las mujeres de $3,777.07, marcando una diferencia de $856.52 que representa un 18.48%.

Según el estudio de McKinsey Global Institute “The power of parity: How advancing women’s equality can add $12 trillion to global growth” de 2015, en un escenario de potencialidad plena en el que las mujeres desempeñemos un papel idéntico que los hombres en el mercado de trabajo, para 2025 podrían agregarse 26% al PIB mundial.

mujeres en la educacion digital
Imagen: Folio Art.

De acuerdo con el INEGI, al 2018, había poco más de 752 mil las personas ocupadas relacionadas con las TIC en el país, de las cuales, 83% eran hombres y 17% mujeres. Según estimaciones del Instituto Federal de Telecomunicaciones, en el estudio de 2018, “Adopción de las TIC y usos de internet en México”, la probabilidad de que un hombre usara una computadora era mayor en 4 puntos porcentuales a la de una mujer.

Dado el auge que ha tenido la enseñanza virtual, en el marco del Día Internacional de la Mujer, desde el área de capacitación del INFO-CDMX, llevamos a cabo una mesa de diálogo sobre “Educación digital para combatir la brecha de género”, en la que participaron las Comisionadas del INAI, Blanca Lilia Ibarra Cadena –presidenta del Instituto–, Norma Julieta Del Río Venegas y Josefina Román Vergara; junto con el Dr. Eduardo Peñalosa Castro, Rector General de la Universidad Autónoma Metropolitana. En sus exposiciones hubo coincidencia en que la apropiación de las TIC por parte de las mujeres desde que son pequeñas, teniendo un manejo consciente y seguro de su empleo, puede potenciar su crecimiento.

Las plataformas educativas digitales nos brindan alternativas para desarrollar competencias y habilidades, formarnos en nuevos campos de estudio, crear recursos, y encontrar nuevas actividades profesionales, laborales y de emprendimiento. Asimismo, impulsan la generación de mujeres líderes y nos dan espacios para informarnos, expresarnos, intercambiar ideas, debatir y promover acciones colectivas.

Malala Yousafzay, Premio Nobel de la Paz 2014, afirmaba que para hacerse poderosa sólo necesitaba una cosa: educación. La educación digital puede ayudar a las niñas y a las mujeres a aprender a empoderarse, y con ello, a diseñar y dirigir su vida tal como anhelan construirla.


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El yo convertido: cerebro lavado, dogma infligido

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La frase “lavado de cerebro” se ha vuelto de uso común porque parece no sólo posible sino habitual que las personas incautas sean persuadidas o incluso obligadas a aceptar una falsa realidad. Así, cuando alguien mantiene una opinión distinta de la propia, se aventuran explicaciones condescendientes del tipo: “ya te lavaron el cerebro en la universidad”. Ahora bien, la expresión tiene una referencia más precisa y grave porque implica una persuasión coercitiva entre un agente manipulador y una víctima de su voluntad. Se trata de una relación perversa de poder protagonizada por quien intenta controlar el pensamiento, la voluntad y la conducta de otro mediante una manipulación de sus creencias y la eventual convicción de este último de una realidad o una creencia que no tenía, lo cual implica cambios en su identidad (Martínez García, 2013).

Las técnicas utilizadas en la persuasión coercitiva incluyen imposiciones sobre la privacidad personal que repercuten en los procesos cognitivo-afectivos y eventualmente sobre la identidad de una víctima que se halla en una situación de impotencia y dependencia. El control de la comunicación, de la conducta y de las rutinas cotidianas va determinando una percepción cada vez más acotada y deformada de la realidad. La severa desigualdad del poder, la restricción de la libertad y la imposición de la voluntad ajena determinan una progresiva adherencia a los mandatos y a la ideología de la parte dominante. El éxito del intento se plasma cuando la víctima realiza una confesión que manifiesta su convencimiento.

El candidato de Manchuria
Escena de la película “El candidato de Manchuria” (John Frankenheimer, 1962) donde un grupo de prisioneros de guerra sufren de “lavado de cerebro.” Aquí aparecen en actitudes de apatía ante el discurso de su captor.

Esta relación asimétrica y sus consecuencias cognitivas puede darse en diversas formas que fluctúan desde la sugestión de la propaganda, la persuasión impositiva en parejas o familias autoritarias, hasta llegar a las más graves en el cautiverio y formas de tortura en regímenes totalitarios y situaciones de guerra. La expresión “lavado de cerebro” se popularizó en la Guerra de Corea en referencia al tratamiento que se imponía a los prisioneros norteamericanos para impedir su organización y que en ocasiones resultó en la convicción comunista de las víctimas. Se documentó que varios prisioneros, una vez liberados y de regreso a su país, siguieron persuadidos de la ideología de quienes habían sido sus enemigos y captores. Éste es tema de la película El candidato de Manchuria (John Frankenheimer, 1962) realizada durante la paranoia anticomunista de la Guerra Fría. Otros relatos más creíbles e independientes documentan que el fenómeno de la imposición coercitiva es real y poderoso. La película La Confesión (Costa Gavras, 1970) sobre el juicio de Praga a supuestos disidentes en la década de los años 50, retrata las técnicas para persuadir a los prisioneros de que eran traidores a la ideología socialista, y merecedores de un justo castigo, que podía llegar a la pena de muerte.

confesion lavado de cerebro
Cartel de la película “La confesión” de Costa Gavras que trata sobre los juicios de Praga a supuestos disidentes sometidos a “lavado de cerebro” (fotografía tomada de Amazon).

El síndrome de Estocolmo y la adhesión a una secta son dos fenómenos vinculados al lavado de cerebro que revisten modalidades diferentes porque no necesariamente ocurre una manipulación mediante técnicas coercitivas, sino una convicción creciente cuando los sujetos se encuentran en condiciones de indefensión o desaliento. El síndrome de Estocolmo es un concepto utilizado desde 1973 para señalar una vinculación afectiva paradójica de parte de ciertos rehenes hacia sus captores. A pesar de que los rehenes suelen estar convencidos de que no tienen posibilidades de escapar y que su vida corre peligro, al convivir con sus captores llegan a conocer sus motivaciones, a entender la lógica que los llevó al secuestro y a justificar su propia condición de cautiverio. Aunque se ha vuelto muy difundido, el fenómeno es infrecuente, pues pocas víctimas de asedio, secuestro o abducción lo desarrollan. Al examinar las condiciones que conducen a esta respuesta paradójica hay que considerar los factores individuales de historia, carácter y personalidad, pero también ciertas operaciones de estímulo-respuesta y un posible rol de conductas sociales de raíces ancestrales. En referencia al comportamiento animal, hay dos fenómenos que parecen relevantes: las respuestas afiliativas de los receptores de conductas agresivas hacia sus agresores observadas en primates y la conducta denominada de “impotencia aprendida” descrita en animales de laboratorio cuando no tienen posibilidades de escapar de un castigo.

Patricia Hearst
Patricia Hearst, nieta de William Randolph Hearst, el magnate de la prensa en el que se inspiró Orson Wells para realizar “Ciudadano Kane”, fue secuestrada por el grupo terrorista Ejército Simbiótico de Liberación; se unió a ellos y es uno de los casos más conocidos de “síndrome de Estocolmo” (fotografía tomada de Confilegal).

Otro de los fenómenos que muestra la capacidad de manipulación y persuasión de los seres humanos es el de las sectas religiosas o grupos terroristas que atraen a ciertas personas y las convierten en adeptos a credos dogmáticos que instalan en ellos una convicción intensa de validez y redención. La conversión es a veces tan radical que los sujetos enganchados abandonan su vida previa, sus posesiones y sus objetivos y adoptan una vida totalmente diferente a la que tenían o buscaban previamente. En estos casos, es patente una proclividad individual y circunstancial que encuentra cauce y objetivo en el entorno grupal o tribal de una figura carismática, como un gurú espiritual o un guía político. El fenómeno de adhesión fanática a sectas indujo en la década de los 80 la práctica de diversos métodos de “desprogramación” con la idea de establecer una intervención eficiente sobre la persona fanatizada, para liberarla de su alianza con la ideología, el líder carismático y la forma de vida sectaria. Curiosamente, muchas de las técnicas empleadas se basaron en una persuasión coercitiva, incluyendo el secuestro, el control de la conducta y formas diversas de violencia. La película Holy Smoke de Jane Campion (1999) trata este tema en una extraña mezcla entre drama y sátira.

lavado cerebro secta religiosa
Cartel de la película “Holy Smoke” (Campion, 1997) sobre la desprogramación de una víctima de adhesión fanática a una secta religiosa.

En todos estos fenómenos intervienen dogmas en su forma de ideologías acabadas e irrefutables que auspician el dogmatismo: la convicción intransigente, maniquea e intolerante que cumple un papel fundamental para quien la adopta. Es posible que la necesidad de pertenencia del individuo al grupo social se manifieste en la necesidad de compartir una cosmovisión particular y asumir las conductas grupales que se derivan de ella porque proporciona una certeza en una realidad sólida y segura, una sensación de privilegio por ser parte de un grupo de elegidos y una sensación de logro personal en reconocer una realidad accesible a unos cuantos. Establecer ligas e identificaciones con grupos sociales es un hecho característico de la especie humana y se ha explicado por su ventaja adaptativa. El fenómeno sesga las actitudes de empatía y cuidado altruista hacia ciertos individuos y grupos humanos, lo cual suele redundar en conductas de reciprocidad dando al individuo una fuerte identidad y seguridad en términos políticos, raciales, étnicos o nacionales.

En “El mono desnudo”, un trabajo pionero de etología humana, el inglés Desmond Morris (1967) describió la afiliación apasionada y “fanática” con un equipo de futbol como una forma de amor tribal de hondas raíces evolutivas porque consta de dos elementos cognitivo-afectivos: un sentimiento de pertenencia simbólica ¾ (porque el “fan” no juega en el equipo) y un sentimiento de rivalidad con los otros equipos. En estudios de imágenes cerebrales se ha encontrado que, en presencia de escenas de triunfo de su equipo comparadas con escenas de triunfo de equipos rivales, se recluta una intensa actividad de la red de recompensa del cerebro, en especial de la amígdala y zonas de producción de dopamina (Duarte et al., 2017).

Es posible que esta tendencia tribal sea uno de los factores neuropsicológicos que intervienen en el fenómeno de conversión impuesta en el lavado de cerebro, en el síndrome de Estocolmo o en la adherencia a sectas y cultos porque, en situaciones de deprivación o desafiliación, las personas requieren una identificación grupal como salvoconducto para sobrevivir. Dado que hay una renuncia o una reorientación tan profunda y radical, se requiere postular un mecanismo ancestral y elemental para explicar el cambio de identidad y comportamiento que se pone en operación por técnicas coercitivas de corte conductista. Existen diferencias de susceptibilidad en la adopción de estas conversiones y mutaciones. Tradicionalmente se valora el carácter y la convicción de quienes resisten la manipulación o la tortura y demuestran fortaleza de convicción e identidad.


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Internet, espacio de debate, información y formación

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La experiencia mundial de la pandemia por COVID-19 ha puesto a prueba los principios del diseño de Internet, pues las condiciones del confinamiento, la emergencia del trabajo remoto y de la educación a distancia han tenido un impacto mayúsculo en las condiciones de uso de la Red, tanto en la duración de las conexiones como en el número de usuarios.

De acuerdo con mediciones mundiales, los intercambios de voz y vídeo en tiempo real han aumentado, durante estos meses de emergencia, en más de 200% tanto en el tráfico como en la duración de reuniones diarias junto con aumentos de 20 veces en los usuarios de plataformas de conferencias.

La flexibilidad del diseño de Internet es la que le ha permitido resistir y adaptarse a la presión de millones de usuarios conectados en todo el mundo, al mismo tiempo. Durante los meses de la pandemia han sido limitados los reportes de caídas o deficiencias en el servicio a causa de la multiplicación de conexiones simultáneas.

De acuerdo con Jari Arkko integrante del IETF (Internet Engineering Task Force), el modelo de diseño de Internet es único y, no obstante que es una tecnología cuyo origen se ubica hace 50 años, ha tenido la capacidad de mejorar su desempeño y desarrollarse estratégicamente para dar un servicio a la humanidad tomando en cuenta los retos y oportunidades que se van presentando, derivados de los nuevos usos y las nuevas necesidades.

Jari Arkko
Jari Arkko (Imagen: UNSAM).

Es en este sentido que Internet, la Red de redes, representa un activo cultural contemporáneo e inusitado. En su propio funcionamiento, en la lógica de su estructura y en sus principios de diseño este desarrollo tecnológico impulsa una nueva forma de entender el mundo.

Arquitectura de capas, Interoperabilidad, la Lógica del mejor esfuerzo; Robustez y Resiliencia combinadas, la Descentralización y la Innovación no institucionalizada son algunos de los Principios y objetivos del diseño de Internet que dan origen a desarrollos y capacidades que el usuario sólo advierte en su contacto con las interfaces, cuando tiene acceso a ejecuciones más sencillas, de mayor rapidez en las respuestas y con un diseño más intuitivo, además de la disponibilidad de nuevas y más atractivas funciones.

Para los usuarios de Internet, de cualquier edad y sin importar su nivel académico, ocupación, origen étnico o género resultaría altamente esclarecedor acercarse a la Internet como el portento cultural que es, reflejo de los alcances sociales, culturales, económicos y políticos de mundo. Aun cuando resulta imposible que una persona tenga acceso a toda la Internet en su conjunto o a todas las plataformas, servicios y utilidades que representa, sí resulta de trascendencia entender su funcionamiento y no limitar su existencia a las capas más superficiales con las que tenemos acceso. Internet no se agota en las redes sociales o en las compras o en las clases a distancia.

La Descentralización, uno de los principios de Internet, por ejemplo, garantiza que no haya un centro rector que controle todos los procesos, contactos e intercambios que se llevan a cabo, implica no sólo que no haya un centro, sino que puede haber varios, numerosos centros que funcionan simultáneamente, rodeados por sus periferias, mismas que pueden convertirse, alternativamente, en nuevos centros, en un movimiento incesante.

Internet, conexion
Imagen: Redes Zone.

La dinámica social contemporánea, impulsada por esta lógica e impulsando su ejercicio nos devela una posibilidad de acción social e intelectual distinta a la concentración de poder y conocimiento de siglos anteriores.

Internet es producto y catalizador del cambio de pensamiento en nuestra contemporaneidad.

Una recomendación

El pasado 18 de febrero, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM llevó a cabo un evento al que denominó Foro de Discusión sobre la Iniciativa de Ley para Regular Redes Sociales. En la primera mesa, titulada Principales Modelos de Regulación de Redes Sociales en el Mundo, el Dr. Alejandro Pisanty, uno de los expertos en Internet más importantes de México, habló justamente sobre las características del diseño de Internet y cómo estas características habrían de tomarse en cuenta para cualquier reflexión sobre el tema y más, como en el caso del Foro, para el planteamiento de intervenciones legales o el diseño de regulaciones.

Resalto la intervención del Dr. Pisanty no sólo en el marco de la necesidad de la reflexión amplia al plantearse una eventual regulación de las redes sociales, sino, en el caso del presente texto en lo relativo al entendimiento de qué es Internet y cuál es la lógica de su funcionamiento general en relación con la Alfabetización Mediática e Informacional. Una ponencia de primer orden que hace importantes aportaciones sobre el tema.

foro de discusión, regular redes sociales

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