Factor Sociedad

Somos presa de la aspiración de confort y progreso

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¿Qué es la mente humana si no un intento
consciente y constante de búsqueda del confort?
Sri Chinmoy.

Desde el inicio de nuestra existencia circulamos en el deseo de comodidad y placer; simplemente queremos tener mecanismos que nos permitan no sólo vivir lo mejor posible sino muy bien. No me refiero únicamente a lo material, también a lo emocional.

Queremos gozar de buena salud, contar con bienes, ser felices. Pero, precisamente esa intención que puede ser sana, nos lleva a ser presa del deseo de confort y progreso, en primera instancia por instinto y luego de manera racional.

No conozco a nadie que no quiera vivir cómodo; querer estar o vivir confortables es una situación et omnis populus (de todas las personas); incluso hay quienes buscan vivir a placer tendido sin importar nada más.

Cabe aclarar que, los conceptos –aun sinónimos– no significan lo mismo; ejemplo: comodidad, abundancia, bienestar. Comodidad y abundancia no es igual a riqueza material. Tampoco contar con éstos implica tener salud y ser felices. Y, aunque los tres conceptos sí pueden permitir ambas cosas –salud y felicidad– no necesariamente es de esa manera. En muchos casos la comodidad física sólo queda en una reducción humana que es el tener.

confort y progreso
Ilustración: Dribbble.

En términos socio-económicos-políticos es una razón por la que hay tantos desencuentros, porque la mayoría se prende del tener bienes cuando hay factores sustanciales para trascender más que el tener por tener. Así, sin desearlo, somos rehenes del progreso.

Recuerdo que hace muchos años atrás en mi pueblo no había agua potable, tomábamos agua de un pozo; no había electricidad, nos alumbrábamos con un quinqué; no había teléfonos residenciales, había uno para el pueblo y telegramas; no había calles, había caminos de terracería; no había gas, mi abuela y madre cocinaban con leña.

Pero vivíamos felices; estábamos sanos, de hecho, teníamos más que mucha gente porque teníamos casa, una mesa para comer, teníamos cama… De alguna manera teníamos comodidad.

Después, poco a poco empezó a llegar el progreso. Tuvimos calles, agua potable, la electricidad, con ella la luz. Y llegó la estufa de combustible, la televisión en blanco y negro, la refrigeradora.  

Luego emigramos a la ciudad. Todo era diferente. Nos asombramos, teníamos más cosas, juegos de sala, televisión a color, teléfono.

Cuando empecé a relacionarme con mis nuevos compañeros de escuela, e iba a sus casas ya fuera por tareas o sólo por ir a jugar con ellos, me di cuenta que vivián más cómodos que nosotros.

ciudad y progreso
Ilustración: Giordiano Poloni.

Eran casas de varias recámaras, nosotros teníamos sólo una que se dividía con una sábana colgada. De un lado mis padres, y del otro los cinco hermanos dormíamos en un mismo colchón. Cuando crecimos mi hermano y yo nos mandaron a dormir a la sala en un catre. Nos sentimos más cómodos que estando con las tres hermanas más apretados.

La sala era también comedor y cocina. En las noches subíamos las sillas sobre el comedor para tener espacio y poder tender el catre. La sala era al mismo tiempo comedor y cocina, todo en el mismo espacio.

Pero éramos felices, y si bien queríamos, necesitábamos, también de otras cosas, teníamos más que otros. Nos merecíamos más aunque nuestros padres con regularidad nos recordaban que vivíamos mejor que muchos en el campo.

Pronto tuvimos menos espacio porque llegó la televisión que empezó a invadirnos la intimidad y a vulnerar la comunicación. Se metió en lo más recóndito de nosotros. Nos penetró casi hasta violarnos, aunque sentíamos que era un gran logro del esfuerzo de mis padres.

Y así también llegó el teléfono. ¡Qué maravilla! Empezamos a ver todo lo que había afuera. Subió el marco de referencia; las películas, las telenovelas, las noticias, que nos decían qué había más allá de donde vivíamos.

La televisión y el teléfono nos permitieron acortar las distancias. Asimismo, proliferaron los chismes. La información llegaba más rápido y en todos los medios empezaron a decirnos qué hacer. Nos gustara o no así era, no nos perdían permiso para influirnos.

confort y progreso
Ilustración: García.

Es como hoy, ya de plano no había intimidad, no hay secretos, tampoco hay respeto ni valores. Somos víctimas voluntarias de los dispositivos de comunicación e información; lo patenta la tecnología que nos ha servido para informarnos, aprender, investigar, conocer, acercarnos a los demás al grado de sentirnos en otra parte o sentir que los demás están muy cerca de nosotros.

La tecnología de la comunicación e información, así como es positiva también es negativa. Mi experiencia con el celular fue un trauma que aún no supero de todo. Primero porque cuando salieron yo decía que no los necesitaba. Luego porque lo sentía complicado. Hasta que no hubo de otra.

El celular nos ha permitido estar presentes en vivo y directo en lugares donde nunca hemos estado, y compartir con gente que nunca hemos conocido personalmente. No podemos escondernos de nada ni de nadie.

Todo indica que “antes que el gallo cante tres veces” estaremos a un tris de que nos implanten un microchip. Si no a nosotros, sí a nuestros hijos o nietos.

Ya no podemos ocultarnos. Se va a saber, sin que nos pregunten ni lo digamos, cuando vayamos al trabajo, al banco, de recreación, de compras, de viaje, a comer, a la cama, al baño. Ahora todo se sabe en este mundo de dominio y control.

Pero queríamos vivir cada vez más cómodos, y esa comodidad nos ha hecho presas (esclavos) de la aspiración del confort y el progreso. ¿Les suena?


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De virus políticos y vacunas sociales

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Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades
las mayores caerían sobre las clases dirigentes.
René Gerónimo Favaloro.

Sí. Tal cual; de virus y vacunas, tema de actualidad. Sin embargo, no hablo del SARS-CoV-2, nombre oficial de la enfermedad provocada por el nuevo virus COVID-19 según la Organización Mundial de la Salud. Más bien me refiero a virus políticos y vacunas sociales.

Hace más de 15 años escribí que –no preciso en qué momento ni qué artículo; ubico sí que fue a raíz de la campaña presidencial de 2006– la única forma en que México podría tener un mejor panorama sobre los gobernantes deseados seguía siendo elegir por ensayo y error.

virus politicos
Imagen: Pinterest.

Por lo que –para que se les quitara la comezón a muchos, escribí con ironía– sería bueno que ganara la izquierda para poder contar con parámetros medibles para elegir –en adelante– con mayor propiedad por la izquierda, la derecha o el centro.

Pero no fue así, aquel entonces porque llegó Felipe Calderón Hinojosa por el Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia, y luego otra vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con Enrique Peña Nieto.

Sin entrar en detalles por la conducta de la izquierda –Partido de la Revolución Democrática, PRD; y, Partido del Trabajo, PT– seguían en fila en tanto el país se mantenía y crecía el estado de desasosiego.

La gran mayoría estaba y está de acuerdo con el discurso, en que hay que combatir un listado temático casi interminable –que, a propósito, no es patrimonio de México, también se vive en toda América Latina–, tales como: la pobreza, un sistema de salud con poca dignidad social para las mayorías, segregación social, corrupción generalizada, falta de oportunidades reales con soluciones más permanentes, educación mediocre, alto costo de la energía, medio ambiente en peligro, las malas prácticas electorales, demagogia, abuso del poder, megalomanía, oportunismo mercantilista,  delincuencia organizada, proliferación de la inseguridad –robos, asesinatos, secuestros, etc.–.

Morena navegando
Ilustración: Nexos.

Frente a eso, finalmente –con toda la fuerza popular–, pero con exclusión del PRD, llegó la izquierda (2018) al poder formal en la alianza de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y PT, aunque también se les sumó el Partido Verde Ecológico.  

El 1 de diciembre de este año se cumplen dos años de “la izquierda en el poder”.  El discurso sigue siendo el mismo como si el PRI o el PAN estuvieran en el poder y MORENA en oposición. Aunque la vida real es todo lo contrario, sólo que la “oposición” no tiene un discurso institucional que convenza porque fueron parte de lo que hoy no se quiere –ver el listado temático en el párrafo de más arriba–.

Sin embargo, con “todo lo que se ha hecho” todavía no se logra extirpar el “virus” creado por el neoliberalismo porque tampoco se ha extirpado el propio transmisor del virus.

René Gerónimo Favaloro
René Gerónimo Favaloro (Imagen: Twitter @StoriaMedicina).

Esto significa que los resultados con todo lo dicho, con todas las acusaciones, con todas las acciones, con todos los nuevos programas, con todo y el paternalismo, el populismo de hoy, el pueblo sigue en la búsqueda de la vacuna social contra todo lo que continúa afectándole.

Esto me recuerda otra vez al doctor argentino René Gerónimo Favaloro, quien desarrolló el bypass coronario con empleo de vena safena, hombre sensible a los problemas sociales y que dijo: Estoy convencido de que, a esta sociedad consumista, cegada por el mercado, la sucederá otra que se caracterizará por el hecho trascendente de que no dejará de lado la justicia social y la solidaridad.

Con lo que va del periodo, aunque falta tener más elementos objetivos, ya hay algunos parámetros para elegir a futuro. ¿Les suena?


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Tolerancia y paciencia tras la mascarilla contra el virus

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Sé flexible como un junco, no tieso como un ciprés.
Talmud (Texto principal del judaísmo).

Seguimos siendo presa entre realidades y supuestos. La realidad es que con el virus del COVID-19, el mundo va a pasar por situaciones nunca antes vistas. Lo que veo es que requerimos, sí, de cuidados físicos, pero más aún, el trabajo en la evolución de nuestro yo en tolerancia y paciencia.  

Soy de los convencidos que tanto cualitativa como cuantitativamente, si nos apegamos a la historia, el mundo ha estado en situaciones peores. Hoy contamos con mayor tecnología, mayor movilidad, mayor información; y, por supuesto, el mundo tiene mayor cantidad de gente que cuando las siete plagas en Egipto, o la Peste Negra en Europa, por allá de 1347.

Son 673 años desde entonces en los que ha sucedido de todo. El “descubrimiento de América”, las guerras mundiales, los grandes inventos, el acortamiento de las distancias con los medios de transportes, la incursión del espacio, y por supuesto las herramientas de comunicación e información, por decir algunos factores.

De manera que, aunque el mundo está siendo presa, una vez más, de las necesidades que tiene el propio mundo de oxigenarse, también es cierto que estamos ante la posibilidad de salir menos traumados que cuando otras pandemias en tiempos antiguos, en esa realidad objetiva de enfermedades y de miedo.

peste negras y epidemias
Ilustración: Palabras Hoy.

Pero no quisiera con toda intención hablar de ello. Mi invitación es revisarnos desde adentro en un “detengámonos un instante”, para examinar la trayectoria que traemos, cuyo equivalente es el negativismo proliferado asfixiante. Es como estar nadando un tramo muy largo que, agotados sin oxígeno, buscamos la forma de respirar ante la falta de aire. Así me suena este tiempo cargado de pesadez.

En tanto ello, un factor con el que tendemos a estrellarnos es con la intolerancia. Mientras más intolerantes, más posibilidades de disgusto existen con quienes nos rodean. No hay otra forma de medir el nivel de tolerancia y paciencia sino hay un motivo. Así llegado el momento en que asoma una circunstancia de molestia, si la superamos, es porque fuimos tolerantes.

Muchas cosas nos hacen ruido, justo lo que dicen y hacen los demás. No nos agrada y por lo tanto nos molesta porque en el fondo nos creemos mejores, incluso una supuesta perfección que no es otra cosa que soberbia, incluso envidia.

Si fuéramos capaces de aceptar a aquellos en sus defectos seguramente seríamos mejor nosotros, pero siendo todo lo contrario, al no ver su bondad ni el bien que pueden hacer, nos hace a nosotros peor que ellos. Porque nos vuelve intolerantes.

En una ocasión, leyendo la Oración de la Rana de Anthony de Mello, cuenta que “una mujer al borde de un colapso cardiaco dijo a Dios gritando: ‘¡Señor dame paciencia, ya no tolero a mi esposo, sólo ve las cosas que hago mal!’. Y él le respondió: ‘Entonces, ¿cuándo vas a tener paciencia si no lo toleras?’”.

paciencia y tolerancia
Ilustración: Shutterstock.

Ante el flagelo mundial, estamos siendo abrazados por una particularidad. Es la existencia uno de los granos de arena en la inmensa playa de la vida. Pero estamos anclados en ese grano que vemos como una gigantesca piedra que nos aplasta y destruye.

Sin embargo, paradójicamente, muchos granos de arena (muchos), amalgamados debidamente –con cemento y agua, por ejemplo– sirven para edificar; que es lo mismo que construir. Pero vivimos un latente destruir en vez de construir. La intolerancia destruye.

Yo soy de los que me siento muy mal cuando exploto. Y vaya que exploto. No es regular, pero sí sucede. Parezco el Popo en su mejor momento de expulsión de piedras volcánicas incandescentes con toda y lava. Si no así tal cual, casi. ¡Qué mal se siente uno cuando no puede evitar tranquilizar los impulsos!

El caso es que todos sabemos que estamos en una recomposición de las relaciones familiares, producto de que –entre otras razones– la mayoría de la gente estaba más afuera de la casa que adentro; que más compartía con los compañeros de trabajo, de escuela, amigos, que con las familias. Ahora estamos en una especie de reculturización de las relaciones familiares. Es decir, de aceptarnos como somos.

Porque resulta que, por el trabajo y la pérdida de valores como el compartir, el respeto, la solidaridad, entre otros, ya casi no hay comunicación. Dije comunicación, no información. Y es que estamos muy informados y desinformados al mismo tiempo –por el uso de la tecnología y los medios digitales–, la verdad es que hay poca comunicación sustantiva. Un mal de nuestros tiempos, es el virus de los virus.

paciencia en familia
Ilustración: Agata Nowicka.

Según yo, la comunicación plena sólo se da cara a cara. Sin embargo, si no se comparte lo suficiente, ¿cómo puede haber comunicación? Y si no hay ésta tampoco hay tolerancia ni paciencia.

Parece que no, pero de no manejar bien este reencuentro familiar se puede convertir en desencuentro. Es el peligro en el que hoy muchas familias están expuestas. Los memes no están lejos de la realidad. Observo que en broma y en serio se están diciendo cosas que obligan a pensar en ese otro virus.

Decimos que es la oportunidad de la recomposición, no obstante, estamos sensibles. Ya muchos estaban hechos a la cultura de la convivencia a distancia. El estar juntos por la cuarentena, que al principio lo disfrutaban, ya muchos tienen comezón en los pies y se sienten presos.

Ahora que estamos juntos con nuestros seres amados, hagamos espacio en nuestro espacio; demos tiempo, verdadero tiempo al encuentro, y saquemos mejor provecho de la pandemia porque, detrás de cada limpia, queda todo cepillado para un nuevo impulso de vida.

Mientras tanto… ¡Cuidado con el virus de la intolerancia y de la impaciencia!


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El sueño de mandar bien, versus el COVID-19

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Gobernar no es mandar,
por mucha mayoría que se tenga.
Juan Luis Cebrián.

El COVID-19 es un hecho real. No es invento de la imaginación de James Cameron, en su trabajo como escritor-guionista para la creación de El Exterminador, Titanic o Avatar, entre otras.

Por lo pronto, estamos en una situación espasmódica en el que para unos –gobernantes– puede ser poner en riesgo el poder que lo ven como el sueño de mandar bien frente ante un coronavirus que desnuda su dilema de entrar o no en los conflictos inevitables con los electores, sobre todo ante flagelos como la presente pandemia.

Sea como sea, requieren tomar resoluciones. No se pueden quedar en el pensar y vender la falacia que somos inmunes, que basta con tener buenas intenciones y buena vibra; que somos fuertes y buena gente, que podemos contra el “bicho feo” que anda matando gente, parecen frases motivacionales del cine gringo, como las de Tony D´Amato –Al Pacino– en la película “Un domingo cualquiera”, cuando vieron que estaban a punto de perder el campeonato a causa de la terquedad e individualismos de los veteranos del equipo.

COVID-19 oportunidad
Imagen: Creative Review.

Él, motivando a su equipo, les infundió lo importante que es saber hacer bien las cosas, y lo necesario de estar presentes en la misión de cada uno. Les decía que en el campo de futbol se lucha por cada pulgada de terreno. ¡En este equipo, peleamos por esa pulgada! ¡En este equipo, nos hacemos pedazos por esa pulgada! ¡Clavamos las uñas por esa pulgada! Porque sabemos que cuando sumemos todas esas pulgadas haremos la diferencia. ¡Eso hará la diferencia entre ganar o perder! ¡Entre vivir y morir!

Abrirse a las posibilidades de cambiar conductas es fundamental donde reina la terquedad. Si de algo sirven esas palabras de Al Pacino en el personaje del entrenador Tony D´Amato, a propósito de terquedad y de experiencia, es ver lo que está sucediendo en el mundo ante una realidad pandémica de la cual no tenemos ni idea de los resultados finales en este juego por la vida, que no es un juego.

Si hoy con algo contamos en el mundo, y de manera especial en México, es con el privilegio de saber qué ha sucedido y está sucediendo en los países que lamentablemente están sufriendo ya las pérdidas de tantas vidas. Por lo que, tenemos la oportunidad de actuar con responsabilidad y prudencia, no sólo el gobierno federal y estatal, sino todos.

COVID-19 global
Imagen: El Independiente.

Pero, a propósito de gobiernos, me parece complicado para unos y otros. De izquierda y derecha; de norte y sur. En Asia, Europa, África, Oceanía, América; sin importar donde inició ni dónde tendrá mayor incidencia. Todos van a pasar por el tamiz de la confianza electoral, porque la mayoría han actuado con cierta tardanza perdiendo oportunidades –las pulgadas en el terreno–, eso no les importó al principio.

Jugaron –juegan aún– con los supuestos. ¿Cierto o falso? ¿Qué pensará la gente? ¿Qué va suceder si aceptamos que estamos vulnerados por la realidad? ¿Y si tomamos decisiones drásticas y fallamos? Nos van a mandar a la fregada en las próximas elecciones…

Estamos ante un hecho sin precedentes. No hablo del COVID-19; eso ya lo sabemos, mucho se ha publicado. Lo que no sabemos, porque no lo hemos vivido, es la angustia patética de oler a muerte porque un virus ronda los hogares.

peste negra, COVID-19
Imagen: Getty Images.

Desconocemos eso, apenas si lo imaginamos por lo que nos llega de afuera. Y me refiero, como un hecho sin precedentes, a tomar la situación tan a la ligera hablando de las vidas humanas.

Y si en efecto tenemos fe, creemos en la fuerza que mueve nuestros corazones altruistas fuertes, grandes y nobles, entonces por qué no actuamos pensando en el futuro verdadero para una vida mejor.

Ya la historia nos ha dicho que sí se pueden saltar obstáculos. Que es mejor tomar decisiones difíciles ahora, para que los daños inevitables sean los menos posibles, aunque pudiera salir averiado el proyecto político personal de algunos, que según mido, es eso lo que en verdad temen. Vulnerar su proyecto personal.

Atenea COVID-19
Imagen: Reporte Indigo.

Temen tomar las disposiciones que corresponde porque en su versión del golpe económico que todos recibiremos, también ineludible, aquellos suponen que les puede afectar políticamente, por lo que es preferible garantizar el voto vendiendo el supuesto de paz social –eso creen–, aludiendo que es mejor que hoy la gente esté a salvo en su economía.

Pero les recuerdo, salvo que hagan que los muertos voten –como antes–, pueden estar cavando su fracaso en las próximas elecciones, pues aunque parezca un tantito distante, ya están a la vuelta de la esquina. El pueblo requiere, sí dinero, pero de nada sirve sin seguridad, sin paz y sin salud.


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El mundo es más que solo la esfera terrestre

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El mundo es la suma total de nuestras posibilidades vitales.
José Ortega y Gasset.

Desde el punto de vista etimológico, la palabra “mundo”, proviene del latín mundus; que significa: Orbis terrarum sphaera. “Esfera terrestre”. / Summa copia, quantitas. “Abundancia de una cosa”. / Cunctus orbis. “Todo el mundo”. Que, en mi opinión, se puede interpretar como todo lo que contiene la esfera terrestre.

Existen dos dimensiones fundamentales en las que se puede encerrar la expresión de mundo, que sería:

1) Lo que existe en el planeta tierra en cuanto a la naturaleza y lo que de ella emana, que es lo exógeno, o lo que está fuera del ser humano;

2) Lo que es propio a la existencia de los seres humanos en cuanto surge desde su interior en un vínculo con lo sobrenatural que es lo endógeno.

Al mundo, entonces, dentro de estas dos grandes distinciones en la que interactúa el ser humano, se le puede situar en otros dos relieves: el interés científico y el interés espiritual.

mundo y ser
Ilustración: Luis Demano.

El científico se refiere a lo que se observa, lo que se indaga, es decir: de dónde, cómo, desde cuándo, por qué y para qué existen los diferentes componentes; a partir de ello, es cuando el homo sapiens que es el “sabio” o “capaz de conocer”, logra conclusiones sobre su existencia, aunque aún sin ser acabadas desde esa dimensión científica; desde ahí observa la naturaleza en la búsqueda de la verdad, provocada en principio por la simple curiosidad y, luego, la curiosidad científica para poder explicar lo que no puede explicarse a simple vista. El científico busca un sentido objetivo a la existencia desde una cosmovisión racional.

En el segundo caso, lo espiritual, implica un encuentro del ser humano con su dimensión natural como, por ejemplo, la conexión particular que puede tener con el arcoíris. Todo está hecho para el crecimiento suyo en medio de retos constantes para el disfrute de cuanto existe. Se crea un vínculo estrecho con el que, la comprensión del mundo no radica en lo que se toca sino en lo que se siente que es diferente. Es decir, no en la evidencia material sino en el alma reconfortada en una casi perfecta tonificación.

Ambas dimensiones llevan al mismo camino, que es el ser humano aprovechando la naturaleza en su camino para la perfección en su doble dimensión. Sin embargo, un gran sector piensa que es para servirse de ella, mientras que para otros, es al revés, servirle a ella.

Esta diferencia y falta de comprensión ha formulado desigualdades, desencuentros y despropósitos. Porque si bien lo científico es para interpretar la existencia desde lo objetivo, para explicar el sentido de la vida del ser humano y su entorno, lo espiritual es para equilibrar al ser humano consigo mismo, con su ambiente, dentro o fuera de la esfera terrestre a la que el ser humano no sólo debe admirar, sino respetar, cuidar, amar; el mundo que no cuidamos lo estamos destruyendo a partir del pensamiento que lleva a la acción.

El mundo que es la creación, la tierra, el planeta, todo el globo terráqueo, encierra la humanidad, y el mundo que cada quien lleva dentro de sí es la sociedad.

meditacion social
Ilustración: Rachel Levit.

La humanidad no deja de descomponerse. Sin embargo, con todo y los desastres e inclemencias del mundo, no ha sido aún aniquilada ni con bombas ni con los rayos del cielo. Requerimos cambiar de ruta con un gran giro de timón por parte de cada uno de nosotros.

La naturaleza, la humanidad, la vamos a ir desapareciendo si, quienes en franca inhumanidad, la van aniquilando con agravios, guerras, políticas vacilantes, hasta con actos y discursos demagogos.

Los congresos mundiales, los diferentes encuentros como los que frecuentan en la Organización de la Naciones Unidas (ONU), por ejemplo, van quedando en propósitos para cumplir en plazos interminables y agotadores. El mundo sigue un rumbo acelerado donde paradójicamente se elevan protestas, se censuran conductas, se señalan faltas; las órdenes religiosas y filosofías humanistas apelan a que los humanos cambiemos nuestras formas de pensar, ser, actuar; pero nada ha sido suficiente.

Debemos no únicamente “ver”, también “mirar” lo que ocurre; requerimos desprogramarnos de la programación inconsciente para el exterminio al que hemos sido sometidos con el lavado de cerebros. La humanidad es mucho más de lo que existe y se manifiesta dentro de la esfera terráquea, su potencial requiere despertar del letargo de la sensibilidad.

Ésta que ya ha arrastrado a una conducta gélida, tanto de quienes con sus propias manos aniquilan el mundo como de aquellos que se cruzan de brazos tras discursos lisonjeros.  


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Cuidemos la democracia, para que el pueblo pueda verla

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 La indiferencia del mexicano ante la muerte
se nutre de su indiferencia ante la vida.
Octavio Paz.

Así como la sociedad es dinámica en sí misma –porque sucede todos los días con la suma de la actividad de cada individuo, que tiene vida propia de manera ilimitada–, en el mismo sentido los movimientos sociales no son nada nuevo. Por eso, cuidemos la democracia para que el pueblo pueda verla.

Históricamente los grupos humanos se han quejado y demandado que se les dé la oportunidad de existir como sociedad, como organización. Han luchado para que se generen las condiciones necesarias para vivir con dignidad humana. Esto tiene sentido y fundamento porque al tiempo en que subsiste lo hace como un ente de producción y consumo sin lo cual la sociedad no caminaría.

El ser humano sale de las cavernas en la búsqueda de alimento; se organiza, aunque de forma rudimentaria para poder conseguir sus anhelos y necesidades primarias: comer, protección, seguridad. Sólo no puede lograr sus objetivos de subsistencia. Requiere de la comunidad para enfrentarse y conquistar la gran naturaleza.

democracia y comunidad
Imagen: Ticbeat.

Encuentra que en ese acaudalado y virgen entorno obtiene todos los elementos que le permiten producir, pero no cuenta con el poder para lograrlo; depende de los que mandan. Se somete al orden impuesto.

Este orden constituido va haciendo que las sociedades se domestiquen. Es mediante el sometimiento a las leyes como va alcanzando algunos resultados a través del respeto a las instituciones.

Al ser humano le ha costado una eternidad poder organizarse maduramente. Le es difícil tener conciencia y comprender que de esta forma es como puede obtener más beneficios.

Pero siempre ha habido luchas por la sobrevivencia.

Entre las más recientes, para no irnos tan lejos, a finales de los años 60, en los 70 y todavía en los 80, de la centuria pasada, –como hoy– Latinoamérica estaba convulsionada, imbuida en la reivindicación social contra los gobiernos oportunistas. Ahora, como nunca, contra los gobiernos corruptos.

La tónica de las protestas y los propios movimientos sociopolíticos se fundamentaban en demandas auténticas tales como: que se bajara el precio de la canasta básica familiar, también el costo de los combustibles y energía; había una postura en contra de la deuda externa, impuesta por Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID) o del Banco Mundial (BM).

Se demandaba el respeto a la soberanía nacional; se estaba contra el sometimiento gubernamental; se luchaba porque hubiera reformas educativas, autonomía en las universidades. Que los productores sacaran sus productos del campo sin intermediarios, en fin… Podría decirse que se ratificaban las llamadas propuestas progresistas de izquierda desde el marxismo histórico y dialéctico.

cuidemos la democracia para que el pueblo pueda verla
Ilustración: Kathia Recio.

Sin embargo, hemos visto cómo se han ido derrumbado tales posturas. Cayó el Muro de Berlín, se dividió la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; Cuba, cada día se ablanda, aunque sea lentamente; China modificó su esquema de producción y consumo. En Asia, el Medio Oriente y África, las cosas van de mal en peor.

El cono Sur de América izquierdizada no termina de convencer. Y, en México, el cambio de sistema surge y es empujado con buenos propósitos, pero el avance es muy lento y el tiempo se agota, pasa rápido.

Ayer muchos estaban angustiados porque el sistema no funcionada, se quería el cambio para ejercitar –de verdad– la democracia. Se les hacía tarde que llegara el cambio. Sin embargo, “el cambio parece que llegó” pero en realidad no fue así, al menos no aún. Entonces, para qué la democracia. Es como una balada charra en el consciente político social, que siguen las molestias y los desencantos.

Esto nos lleva a preguntar: ¿Cómo puede ser que no somos capaces de ver el entorno? ¿Cómo no podemos entender que el egoísmo, la avaricia, la insensibilidad, la falta de conciencia social, la mentira, la demagogia, la retórica política y la corrupción, son fórmulas que nos están empujando a la quiebra de la democracia? ¿O será esto parte de la democracia?

La democracia tiene sentido si se puede tocar. Si se logra ver, si todos podemos comer. Si proporciona tranquilidad, paz, felicidad; de lo contrario, ¿qué sentido tiene?

Cuidemos la democracia para que el pueblo pueda verla.


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Tarde o temprano, todo lo que sube…

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El hombre es libre en el momento que desea serlo.
Voltaire.

Me he preguntado si los gobernantes y filósofos de los sistemas de gobierno antiguos hubieran tenido la certeza de que sus sistemas fenecerían para alzarse otros diferentes, como forma de dominio socio-político-económico-cultural, hubieran modificado sus procedimientos tomando en cuenta que en sus respectivos momentos (los monarcas, emperadores, califas) defendían a ultranza sus regímenes.

Posturas que por lo mismo fueron revirtiéndose y contribuyeron a sus desapariciones pese a durar siglos, como el caso de los imperios persa, romano, árabe, mongol, británico, ruso; también los imperios inca, maya y azteca.

Todos fueron imperios fuertes, muy poderosos, pero desaparecieron; aunque todos hicieron aportes e inventos importantes que hoy nos permiten vivir como vivimos. Con todo lo bueno y lo malo que pudieran ser unos y otros, hoy somos fruto de aquellos.

sistemas politicos
Imagen: Pinterest.

En general podemos decir que los imperios no cayeron por las capacidades intelectivas y creativas con la que lograron progresar esas civilizaciones, pero sí fueron víctimas de su propia mezquindad humana por el poder, el mal trato, los desencantos; tal que provocaron las crisis políticas y las guerras por el dominio para sostenerse y preservar los privilegios de las familias.

En todos los sistemas se dio semejante: el egoísmo; mismo que desencadenó en otros factores que llevaron los sistemas a desaparecer. Las particularidades claro que existen, pero en general fue ese egoísmo y avaricia por el poder derivado en malos tratos, esclavitud, sometimiento, abusos, estancamiento (iniquidad, hambre, insalubridad, corrupción), que acabaron con los sistemas.

En cada era histórica, los desgastes de las fuerzas políticas se fueron debilitando por su propia inercia. De ahí que quienes iniciaban los movimientos reaccionarios eran quienes estaban más cerca del poder. Cabe mencionar, por ejemplo, que en el caso del Imperio Romano, la Iglesia Católica jugó un papel importante en el campo de las ideas y las traiciones.

No hay que olvidar que los imperados –en su generalidad– eran ignorantes en cuanto que no tenían acceso a todo el conocimiento y educación que trajo la Ilustración. Ser inteligente podría ser peligroso si uno no actuaba con prudencia. De hecho, –y todavía en nuestra época– una forma de controlar el poder es a través de la ignorancia; puesto que un pueblo educado siempre ha sido un peligro para los gobernantes del sub-desarrollo, para ellos es mejor ignorarlos o que reciban una mala educación.

sistemas ideologicos
Ilustración: Giovanni Tazza.

Decía Simón Bolivar: “A la sombra de la ignorancia trabaja el crimen.” De manera que el pueblo está en permanente estado de alerta para lo que se ofrezca. Lo digo con ironía. Más bien así se le tiene pensado, para el acarreo. Hasta que de pronto –en su cansancio– toma la sartén por el mango dando el vuelco político-social.

Pero luego, quienes lideran esculpen todo a cabalidad para su conveniencia y, otra vez, por mucho que se demore el sistema, cae; porque poco a poco se van tejiendo giros relevantes hasta lograr nuevos mecanismos de poder económico y político.

Es en esta parte donde el pensamiento ideológico, desde la Revolución Industrial (1740-1860), ha venido trabajando, por lo que le es un fundamento toral, enquistarse en los gobiernos por las vías que sean. Aunque cada uno dice proponer lo mejor para el mayor aprovechamiento posible de la humanidad.

Sin embargo, las luchas no cesan, por el contrario, se incitan; como he dicho en otras ocasiones, sea por la vía convencional o por la ruta silenciosa, con las nuevas tecnologías y mediante mecanismos de información a través de los diferentes medios de “comunicación social”. ¿Le suena?


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Los sistemas hegemónicos y sus tareas

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Los oídos no sirven de nada a un cerebro ciego.
Proverbio Árabe.

En los sistemas políticos hegemónicos hay tareas cuya misión es ideológica. Por ejemplo, el entramado cinematográfico que sostiene la serie de películas Misión Imposible, desde su génesis, tiene una carga velada. Es una de tantas series creadas en la rivalidad ideológica del capitalismo versus el socialismo durante la Guerra Fría. El cine y la televisión han sido ingenios para afirmar los paradigmas políticos-económicos principalmente del capitalismo. Mismo que ha sido liderado por Estados Unidos y operado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), como garante financiero y, su brazo operativo inicial, el Plan Marshall.  Mientras que el frente socialista liderado por la otrora Unión Soviética, sustentaba su fuerza económica con el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAEM) y su brazo operativo fue el Pacto de Varsovia.

El juego por el control del mundo es articular sus posturas para enquistarse en la geopolítica; una forma fue a través de las culturas y la educación. Cada lado fue incidiendo con el fin de convencer al mundo de ser el mejor sistema. Aunque crearon la fórmula de “coexistencial pacífica”, bajo cuerda presionaron a los países afines para que a su vez coaccionaran a otros.

Por ejemplo, Latinoamérica no ha podido mantenerse unida frente a una cosmovisión común, porque los hegemónicos los prefieren mejor divididos antes que estén en el bando contrario.

imagen hegemonicos
Ilustración: The Moscow Times.

Han procurado sí, por todas la vías, no caer en una guerra fratricida convencional, pero están listos por si se ofrece; por lo que evidencian en cada oportunidad sus fuerzas militares para inhibir al adversario.

Es tal la lucha que tienen los hegemónicos por un poder faraónico que es bien sabido que incluso han salido al espacio extraterrestre. Entre tanto, atizan la enemistad beligerante entre otros países como distractores, entre lo que ellos ganan y pierden posiciones en su cuadro de ajedrez donde nosotros somos sus piezas.

La Guerra Fría inició cuando la Unión Soviética quizo difundir y transportar su ideología, lo que alarmó a los estadounidenses. De ahí la lucha ideológica sistematizada.

El esquema hegemónico ha ido orquestando su penetración tan bien articulada que cada vez se regeneran con nuevos mecanismos de control e incidencia. Por ejemplo, para Estados Unidos, América Latina es su traspatio y parte de Asia y el Medio Oriente, y para Rusia el Bloque del Este –llamado también Bloque Soviético–, parte de Asia y parte de Latinoamérica.

Han diseñado todo tipo de acuerdos comerciales para su propio beneficio. Así los tratados de amistad, colaboración, asistencia mutua, alianzas para el progreso y acuerdos espaciales. Discursos y más discursos para el reparto del pastel.

hegemonia
Ilustración: Pinterest.

Antes el discurso del capitalismo era contra el fantasma del comunismo (matan, se quedan con todo…). Por otro lado, el discurso del socialismo era que “aquellos no dejan pensar, convierten a la gente en autómatas, tiranizan con una supuesta libertad”.

Hoy el discurso del neo-progresismo (izquierda-derechizada, acomodada) es que el neoliberalismo está acabando con los pueblos. Mientras que la postura del neo-revisionismo (derecha-nacionalista, oportunista), insiste en el discurso aniquilador contra el progresismo.

Sostengo que ambos mantienen un discurso de odio tratando de ser lo más mortífero que puedan con el fin de que los de clase social media hacia abajo, nos destruyamos con nuestra propias manos, arropados con las desgracias que ellos mismos (los hegemónicos) avivan.

Pudiera parecer un factor menor o muy rebuscado, pero han entrado por todas las vías posibles, tanto físicas como mentales, y las mentales han sido su mejor campo de batalla en una supuesta “Misión Imposible”. ¿Le suena? Continúa.