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Desempleo, la otra crisis que se avecina

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Crisis de desempleo por coronavirus a nivel mundial

Reporte de la OIT advierte una fuerte crisis de desempleo por coronavirus a nivel mundial. El 50 por ciento de la fuerza laboral podría perder su medio de subsistencia.

Alrededor de mil 600 millones de trabajadores de la economía informal, que representan a casi la mitad de la fuerza laboral global, están en peligro inmediato de perder sus medios de subsistencia debido a la pandemia del coronavirus, dijo el miércoles la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El más reciente reporte de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) elevó con fuerza su proyección del devastador impacto en empleos e ingresos derivado de la enfermedad COVID-19, que ha infectado a más de 3.1 millones de personas en el mundo, ha matado a unas 220 mil y ha forzado el cierre de economías.

“Muestra, creo, en los términos más duros posibles que la crisis del empleo y todas sus consecuencias se están profundizando en comparación a nuestras estimaciones de hace tres semanas”, dijo el director general de la OIT, Guy Ryder, en una conferencia, proyectando un “enorme” impacto en la pobreza.

Los sueldos de 2 mil millones de trabajadores informales en el mundo se hundieron en una estimación promedio de 60 por ciento en el primer mes de la crisis en cada región, dijo la OIT.

Los trabajadores informales son los más vulnerables de los 3.300 millones de personas que componen la fuerza laboral global, ya que carecen de protección social, acceso a un buen cuidado de la salud o los medios para trabajar desde casa, destacó la OIT.

“Para millones de trabajadores, la ausencia de ingresos significa que no hay comida, no hay seguridad y no hay futuro. Millones de negocios en el mundo apenas logran respirar”, dijo Ryder. “No tienen ahorros ni acceso al crédito. Estas son las verdaderas caras del mundo del trabajo. Si no los ayudamos ahora, simplemente perecerán”, agregó.

La OIT dijo que espera que los confinamientos prolongados y los cierres de oficinas y plantas lleven a una caída “aún mayor” de las horas totales de trabajo en todo el mundo durante el segundo trimestre que la estimada hace solo tres semanas.

Los sectores más afectados son las manufacturas, hotelería y servicios de alimentos, ventas mayoristas y minoristas, inmobiliario y actividades de negocios.

Las horas totales de trabajo en el segundo trimestre serían un 10.5 por ciento menores a los niveles previos a la crisis, el equivalente a 305 millones de empleos a tiempo completo, dijo la OIT, agregando que las mayores caídas se esperan en América, Europa y Asia Central.

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Una atenta recomendación del BID a México

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Recomendaciones del BID a México para reactivar la economía después de la pandemia

Una serie de recomendaciones fueron dadas por el BID a México para reactivar la economía y enfrentar la crisis de la pandemia del covid-19.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través de su representante en México, Tomás Bermúdez, señaló que el país debe enfatizar la protección de su sector productivo para que cuando se llegue a la fase de recuperación tras la crisis económica del COVID-19, el país tenga un “motor con el cual arrancar” la reactivación.

En el marco de la videoconferencia ‘Protección del empleo y del ingreso de las familias’, agregó que la economía mexicana será especialmente afectada por la crisis generada por la pandemia del nuevo coronavirus, debido a que está muy conectada con las cadenas de valor.

Las caídas en las remesas y en el turismo, dos sectores esenciales para la economía nacional, también sufrirán importantes afectaciones, dijo.

“Lo que hay que ver es cómo se ataca la pérdida de ingreso, que haya liquidez para los trabajadores. Hay una serie de medias que se han tomado en estados, como seguro de desempleo, protección de ingresos, diferimiento de pago de cuotas”, apuntó.

Señaló que la protección de los puestos de trabajo de las cadenas de valor es lo que permitirá que la economía pueda “rebotar” una vez pase la etapa más crítica de la crisis económica.

El BID anunció el 26 de abril un acuerdo con el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) para financiar a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) ante la emergencia por el COVID-19.

El pacto de 12 mil millones de dólares fue criticado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en su ‘mañanera’ del lunes.

“No me gusta el ‘modito’ de que se pongan de acuerdo y quieran imponer sus planes”, dijo al destacar el respaldo de la Secretaría de Hacienda.

El titular del Ejecutivo manifestó su desacuerdo, pues, aseguró, ese tipo de tratos van acompañados de la corrupción entre el poder económico y político.

“¿Qué, nosotros estamos aquí de florero? Todo esto lleva acompañado de la corrupción. Tenemos que estar muy pendientes”, dijo en su conferencia.

Antonio del Valle, presidente del CMN, aclaró, en entrevista con El Financiero Bloomberg, que los recursos de este proyecto provienen de la iniciativa privada y no del erario.

T-MEC un salvavidas para la economía mexicana

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Beneficios del T-MEC para la economía mexicana afectada por coronavirus

La noticia de la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) vino como un respiro y brisa en tiempos de sequía para la economía mexicana fuertemente afectada por el freno en la actividad económica causada por la pandemia del coronavirus.

Entre los beneficios del T-MEC para la economía mexicana que estima la Secretaría de Relaciones Exteriores se encuentra la recuperación de la actividad productiva en México y de la región de América del Norte, la cual se ha visto mermada por la pandemia de coronavirus, además de que consideran que brindará certeza legal en beneficio del desarrollo de las tres naciones.

Para José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), este acuerdo comercial, si bien ya estaba descontado en los pronósticos económicos actuales, ayudará a que la recuperación sea mayor en los años posteriores.

Reactivación productiva entre los beneficios del T-MEC

“Ayudaría a reactivar las cadenas productivas, después de algunos meses que no han estado funcionando al 100 por ciento (por la pandemia), de inicio es positivo, habría que ver cómo se ponen de acuerdo sobre la reactivación de esas cadenas y a partir de ahí empieza a fluir la inversión y el intercambio comercial”, señaló de la Cruz.

Grupo Financiero Monex refirió en un reporte que, esta ratificación es una señal positiva, pues pone fin a los meses de incertidumbre que se originaron por la relación comercial entre estos tres países.

“Los sectores que podrían implementar de manera más acelerada las medidas para cumplir con el nuevo acuerdo serán el automotriz, maquinaria y equipo de tecnología”, indicó la institución.

Esto debido a que, para evitar un desabasto en las cadenas de producción, los tres socios comerciales tendrán que coordinarse sobre cuándo empezarán a operar y con qué velocidad hacerlo. “En el mediano plazo, el T-MEC ayudará en la recuperación y el desarrollo de la región”, apuntaron.

BBVA estima que antes de la crisis actual, México se encontraba bien posicionado para aprovechar el reciente acuerdo del T-MEC, por lo que el gobierno necesita revertir las malas decisiones de política económica para recuperar la confianza y potenciar la inversión en un futuro.

“La situación global potencialmente posicionaba a México aún mejor, ante la probabilidad de que las cadenas de valor global se diversifiquen regionalmente en el futuro. En ese contexto, con un acuerdo comercial con acceso al mayor mercado económico del mundo (EU), la posición de México era envidiable”, señaló la institución.

El T-MEC entrará en vigor el próximo 1 de julio, luego de que EU notificó al Congreso que ya han cumplido con los procedimientos internos para implementarlo.

EU fue el último país en realizar la notificación de cumplimiento. En Canadá esto fue el 2 de abril, y México lo hizo un día después.

El protocolo establece que el acuerdo entrará en vigor el primer día del tercer mes siguiente a la última notificación.

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Con información de Bloomberg

La necesaria frecuencia de la anormalidad

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Normalidad, ¿qué es eso?, ¿qué fue de ella?, ¿existió?, ¿era mejor que lo que tenemos hoy y lo que se nos viene? Hay tantas preguntas qué hacerse en estos días, se supone que tenemos tiempo –en las cuarentenas que recorren el planeta–, podría incluso sobrarnos, pero muchas veces sentimos que no tenemos ni la fuerza, ni la claridad mental para poder contestarlas.

Aturdimiento le dirán algunos, perplejidad otros; lo cierto es que la niebla mental o cognitive fog, fue bien descrita por Georg Greiner ya en 1817, él la llamó Verdunkelung des Bewusstseins: oscurecimiento de la consciencia. Un velo de ideas tan pesado que impide ver lo que tenemos entorno a nosotros y en nosotros. Es tanta la información, son tantas las olas de incertidumbre, esperanza, miedo, teorías explicativas y agotamiento con las que se nos bombardea a diario que resulta particularmente difícil hacer esa distinción fundamental consistente, entre lo que entendemos por real, con lo que visualizamos y anhelamos como posible. 

confinamiento y normalidad
Ilustración: Tea Jurisic.

Ahora bien, una cosa es clara, hoy el presentismo gobierna con mayor fuerza que nunca.  El pasado ha quedado perdido entre lo que era la supuesta normalidad, que no es más que la dictadura de las mayorías, y su eterna confusión con la noción de frecuencia; más claro aún: morir es normal, saberse mortal no es necesariamente habitual. 

El presentismo, la inmediatez con su vocación por avanzar irreflexivamente, huyendo del camino, pensando siempre en la siguiente meta, ha dejado al futuro en una posición absurda: se le quiere alcanzar, pero nunca éste será suficiente. El presentismo lo quiere todo aquí y ahora. El pasado es una sombra, un eco que, bueno o malo, le resulta inútil.  En el imperio de la niebla cognitiva, lo que ya fue no alcanza a ser historia, pues no se le da tiempo para ello; pero tampoco es memoria, ya que la confusión mental mezcla recuerdo con información. Es “lo psicológicamente esperado”, la maldita tiranía de las expectativas lo que pareciera, más que nunca, mandar hoy.

normalidad de la muerte
Ilustración: Ula Sveik.

La búsqueda del retorno a la supuesta normalidad es esencialmente torpe. Se trata de un proceso en tránsito permanente que, aspirando a vivir fuera del inconsciente, como si eso, en este caso, sirviera para algo, busca rescatar un escenario conocido y transformarlo en algo distinto a lo que fue. Así como, algo doloroso, por frecuente que sea, no deja de ser terrible, el haber experimentado o vivido en una supuesta normalidad no nos dará control alguno sobre lo que nos pueda ocurrir. En definitiva, es ese saber, abarrotado de palabras y supuestas nociones, que nunca alcanzan a filtrar lo que en verdad nos está ocurriendo, lo que termina por distorsionarlo todo.  

La cuarenta social y sobre todo la cuarentena mental en la que estamos envueltos han transformado a los domingos, como a los feriados, en días cualesquiera. La imago[1] de la normalidad hace rato que se nos fue entre los dedos.

Octavio Paz nos lo describe con la exactitud de un vidente:

Nada soy yo,
cuerpo que flota, luz, oleaje;
todo es del viento
y el viento es aire
siempre de viaje.[2]


Notas:
[1] Imagen, concepto psicoanalítico.
[2] Poema “Viento” de Octavio Paz.


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Tiempo de cuarentena

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Según la Real Academia Española, el término cuarentena no necesariamente hace referencia a cuarenta días en sentido estricto. Designa un periodo de tiempo en que, por razones de prevención, se mantiene aislamiento; probablemente, la cuarentena, en origen, sí duró cuarenta días en recuerdo de los que pasó y ayunó Cristo en el desierto. En el texto bíblico, son numerosas las referencias a los cuarenta días, más como un tiempo de prueba que como un retiro preventivo. En el Génesis (7:17), por ejemplo, se relata que Dios hizo que lloviera cuarenta días y cuarenta noches; en el Éxodo, donde se relata la salida del cautiverio del pueblo judío, se menciona que Moisés entró en una nube y que fueron cuarenta días y cuarenta noches las que permaneció en el Monte Sinaí (Ex. 24:18); Jonás recorrió la ciudad de Nínive y proclamó que dentro de cuarenta días, la ciudad sería arrasada (Jonás, 3:4). Todas las menciones a los cuarenta días, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, refieren a un periodo de probación, de desafío, de resistencia.

Atendamos entonces al tiempo, que es un no tiempo, de los relatos fundacionales: 40 días o 40 años designan una cantidad necesaria para probar que alguien es capaz de hacer frente a una o varias pruebas arduas. Aunque nuestro confinamiento relativo y semivoluntario es una prueba difícil, otros países se las han visto peores. Si queremos ver este tiempo como tiempo de productividad, considero que habremos caído en un grave error. Porque las pruebas no nos permiten la productividad en los términos en los que la demanda el capitalismo de la modernidad. No basta con ver el meme –por cierto, nada inspiracional– de “el que no salga de la cuarentena con un nuevo proyecto, un libro leído o sabiendo un idioma… bla, bla, bla” para ponerse los pantalones y comenzar la acción. Yo soy de las que ingenuamente pensó en el tiempo que tenía por delante como el ideal para escribir artículos, terminar todas esas lecturas pendientes, arreglar los clósets y ponerme a dieta. En realidad, el pensamiento de un tiempo indefinido que pasaría en un lugar indefinido me tenía bastante angustiada.

cuarentena y angustia
Ilustración: Sebastiano Monti.

Tampoco se trata de un tiempo de ocio, es decir, de un tiempo que podemos dedicar, por suspensión voluntaria de labores, a otras que no realizamos como actividad productiva. No es un tiempo para especular tranquilamente, porque lo último que tenemos es tranquilidad. Este tiempo es un tiempo de excepción y, a diferencia de cuando vivimos un desastre, un atentado o un cataclismo, este tiempo no tiene una duración que se marque a partir de una crisis, pues no sabemos en qué momento enfrentaremos la verdadera crisis.

Fernand Braudel en La historia y las ciencias sociales hablaba del acontecimiento como algo éclatant, brillante, como un fulgor que, de pronto, se extingue pero deja trazas de haberse encendido y es entonces cuando los historiadores despejan el humo para asomarse a conjeturar qué fue lo que sucedió allí. En este caso, no hay un acontecimiento fulgurante: tenemos una epidemia que, al cabo de los meses, se convirtió en pandemia y un cúmulo de teorías en torno a ella. Tenemos una construcción diaria de un proceso que, en cada país, va tomando proporciones distintas, que se politiza, que se extrema y que causa pánico en muchos.

El enemigo es, en ocasiones, una pequeña esfera crestada, presumiblemente de color verde, que se ha hecho ver a fuerza de los mass media y de la imaginación popular. Otras veces, el enemigo es el que tiene que salir a la calle a trabajar y representa un riesgo de contagio. Otras, es la autoridad sanitaria, de cuyos números se duda porque hay razones para hacerlo. En esa construcción diaria de la pandemia, hay días en que el protagonista es el virus, otros en que los villanos son quienes agreden al personal médico y otros los “irresponsables” (algunos sí, desde luego) que salen a la calle y que ponen en riesgo el encierro que “yo religiosamente he llevado”.

aislamiento y cuarentena
Ilustración: Tea Jurisic.

Vean cómo en estas narrativas, el verdadero protagonista soy yo y mi entorno amenazado, lo cual revela que en nuestro país no existe el concepto de responsabilidad social, no al menos como en otros ámbitos. Vean cómo en estas narrativas, lo que está en juego es la calidad del montaje para producir emociones, generar obediencia o bien, rechazo abierto a las medidas, ya por ignorancia, ya por negación, ya por ambas.

 ¿Y qué pasa después de la cuarentena? No sé; no sé lo que pasa al franquear esa barrera, porque cabalmente, y como la estemos llevando, nadie puede cantar victoria todavía. Sabremos que tuvimos relativo éxito una vez que las autoridades sanitarias declaren que podemos volver poco a poco a salir, y conste que no digo a nuestra vida normal, porque eso ya es diferente y la vida que teníamos antes no volverá. Después de los cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había construido por instrucción divina; una paloma le trajo una vara de olivo. Tuvo que esperar varios días más hasta entender que el agua que inundaba la tierra se había secado y podía salir. Se tardó, pero hubo un después. Tras los cuarenta días que Moisés permaneciera oculto a la vista de su pueblo, bajó con las tablas de los mandamientos y un rostro tan resplandeciente que Aarón y los suyos tuvieron miedo de que se les aproximara. No era el mismo, pero hubo un después.

Lo que sabemos es que la vida no va a ser igual. Que muchas de nuestras prácticas sociales y en privado se van a modificar; que tendremos que construir sobre una economía en contracción, pero que eso es, a la vez, una oportunidad. A cada quien le llegará, a su tiempo, su paloma con una vara de olivo: nadie tiene que hacerse vegano, ni yogui, ni bajar 10 kg, ni obtener un grado en línea en esta cuarentena. Tampoco es obligación hornear pasteles ni hacer mandalas. Hay que resistir y sobrevivir de la mejor manera que podamos, con lo que tenemos y quienes tenemos a la mano, y esperar el fin de la prueba. Habrá un después.


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Educación en línea, teletrabajo y las competencias profesionales desde casa

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#EducaciónEnLínea, #TeleTrabajo, #YoMeQuedoEnCasa

La contingencia del COVID-19 no sólo ha expuesto las deficiencias y fortalezas de nuestros sistemas sanitarios, económicos, sociales, científicos, profesionales y académicos, sino que también ha sacado a relucir oportunidades en torno a la forma que tenemos de relacionarnos, comprar, estudiar y trabajar.

Dentro de las oportunidades mencionadas, el trabajo, es posiblemente el ámbito de oportunidad que más cambios sufrirá por su impacto en la sociedad. Si bien, el ámbito profesional se ha mantenido intacto con el paso del tiempo, llegándose a convertir en un parámetro de referencia para nuestras actividades, ahora se encuentra en una situación de disrupción.

En este sentido, la contingencia sanitaria ha roto con esa rigidez, obligándonos a cambiar nuestra percepción y valorar nuevas formas de trabajar, poniendo sobre la mesa que los perfiles profesionales del futuro requerirán de competencias que, hoy en día, no se están desarrollando del todo en los sistemas educativos.

teletrabajo
Ilustración: Andrea Tobar.

Según Thomas Frey, conferencista y autor del libro Communicating with the Future, el 60% de los perfiles profesionales que se necesitarán en los próximos diez años no tiene aún un programa formal de formación académica diseñado. Situación compleja y preocupante, si entendemos los escenarios y niveles de competitividad en que se mueven las organizaciones.

Partiendo de esta situación, algo que podemos visualizar con base a la contingencia sanitaria, las tendencias tecnológicas y las necesidades de las organizaciones, son las características que deberán tener tanto los nuevos perfiles como los más tradicionales, ya que la coexistencia entre ambos deberá ser sinérgica.

En primer lugar, los puestos de trabajo se convertirán en espacios de trabajo variables y con horarios flexibles, es decir, posiblemente hoy nos encontremos trabajando en México y mañana en China, o bien, desde la comodidad de casa con personas que se encontrarán en la misma ciudad o al otro lado del mundo, sin llegar a estar encasillados en el horario tradicional de 8 o 10 horas laborales continuas.

teletrabajo y educación a distancia
Ilustración: Behance.

Esto obviamente traerá consigo cambios en la propia actitud de las personas, ya que los profesionales de mañana deberán pasar de estar enfocados en los procesos rígidos y coordinados por un responsable, a ser sus propios líderes, trabajar por objetivos y resultados, aportando una mayor capacidad de adaptación, así como una vocación por la innovación. Además, el profesional de mañana tendrá que convertirse en una persona que promueva la creación de entornos de trabajo dinámicos, donde se comparta el conocimiento y se creen de forma constante oportunidades de crecimiento profesional –para todos, dentro o fuera de la propia organización–.

En conclusión, es aquí donde tenemos la oportunidad de generar una ventaja competitiva, sólo si somos capaces de planificar estos nuevos perfiles desde la lógica de la colaboración, haciendo que la sociedad, la industria, la universidad y el gobierno actúen de manera conjunta para anticiparse a las demandas del futuro, diseñando una oferta formativa que propicie el desarrollo profesional y personal adecuado a las necesidades locales, regionales y globales. Finalmente, está claro que invertir en las personas y actualizar nuestras competencias debe ser una prioridad si pretendemos posicionar al talento mexicano y, por ende, a México como un país dinámico y competitivo.

Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos. No duden en seguir haciéndome llegar sus comentarios y recomendación al correo electrónico ricardolopezrobles@outlook.com o vía Twitter a @rlopezrobles, y #YoMeQuedoEnCasa.


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4 de septiembre, el fin de la pandemia en México

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Fin de la pandemia en México podría ser el 4 de septiembre

Estudio científico de la Universidad de Singapur estima que el fin de la pandemia en México podrías ser el 4 de septiembre, con pico máximo en junio.

Científicos de la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur diseñaron un modelo con el que han calculado las posibles fechas del fin de la pandemia del coronavirus en distintos países del mundo, incluido México y otros países de Latinoamérica.

Los investigadores han creado un modelo que analiza datos proporcionados por diferentes estados y la dinámica de la propagación del covid-19 para estimar las curvas del ciclo de vida de la pandemia y predecir cuándo podría terminar en los distintos países.

Sin embargo, los científicos enfatizan que el estudio tiene únicamente fines educativos y de investigación, por lo que puede contener errores y advierten contra el exceso de optimismo que podrían generar algunas de estas fechas. Según la actualización de sus datos del pasado domingo, la pandemia puede acabar en el mundo en torno el 1 de diciembre.

Fin de la pandemia en México y América Latina

Los especialistas estiman que en el caso de México la pandemia puede llegar a su pico de nuevos casos a primeros de mayo, alcanzándose a mediados de junio el 99 por ciento de los casos esperados. El modelo predice que para el 4 de septiembre terminará la epidemia en este país.

Según los cálculos de los científicos, el 30 de junio Argentina habrá alcanzado el 97 por ciento de los casos de contagio esperados, el 23 de julio el 99 por ciento de los mismos, mientras que el 24 de octubre el brote de coronavirus terminaría por completo.

Por su parte, en Chile el 99 por ciento de los casos esperados de infección se alcanzará el 1 de julio y se espera que la pandemia llegue a su fin el 2 de octubre.

En Bolivia la pandemia llegará a su pico a mediados de mayo, mientras que el 99 % de los casos de contagio esperados serán identificados el 25 de julio. El modelo estima que para el 26 de septiembre terminará la pandemia.

En lo que se refiere a Brasil, el pronóstico de los científicos estima que la pandemia terminará el 23 de agosto, mientras que en Colombia tocará a su fin el 26 de octubre, tras registrar su pico de casos a primeros de mayo.

En cuanto a los países más afectados del mundo por la pandemia, las estimaciones de científicos estiman que ésta concluirá alrededor del 9 de septiembre en Estados Unidos, del 31 de agosto en Italia, del 2 de agosto en España y del 9 de agosto en Francia.

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Ayudar, la mejor opción para enfrentar la crisis

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Cadena lanza plataforma para ayudar durante pandemia del coronavirus

El Comité de Ayuda Humanitaria en Desastres y Crisis (Cadena), asociación especializada en atender a la población más necesitada, puso en marcha una iniciativa de apoyo a los más vulnerables y afectados por la pandemia del coronavirus.

Con Kol Center se puso a disposición de la población con un servicio telefónico de 24 horas para brindar orientación médica, atención psicológica y espiritual.

Benjamín Laniado, secretario general de Candena, indicó que el proyecto cuenta con 200 profesionales dispuestos a apoyar a médicos, enfermeras, pacientes y público en general en estado de crisis, estrés o ansiedad, con necesidad de apoyo y consejería.

La herramienta tiene una sección de información en lenguas indígenas sobre el COVID-19 y brindar ayuda a mujeres en condiciones de abusos domésticos o violencia intrafamiliar. Así mismo, se ofrece apoyo a personas con discapacidad.

“Tenemos guías espirituales en todas las religiones, en todas las doctrinas, para vincularnos con la población con sus necesidades”, indicó Benjamín Laniado.

Cadena ofrece servicio integral

Cadena, organización parte de la comunidad judía en México, se compromete con la sociedad para impulsar la ayuda en los momentos de mayor crisis humanitaria.

Una rede de voluntario está disponible para atender a adultos mayores que no cuentan con ningún familiar, para ayudarles en cuestión emocional y a realizar compras de víveres y medicamentos.

Así mismo, se reparten despensas a comunidades marginadas. Hasta el 28 de abril Cadena ha repartido 15 toneladas de alimentos y pretende distribuir 10 mil equipos médicos a hospitales y centros de atención.   

“Cada paquete se reparte con mensajes y dibujos de niños donde le agradecen al personal médico su trabajo y labor”, añadió el titular de Cadena.

Consultas y apoyo

Kol Center: 55 44459013

Servicio de whatsapp: Enviar la palabra KOL al número +1 (661) 4129552