Opinión

Las Paredes Gritan: Somos iguales porque somos diferentes

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Pilares y Circo Volador

El pasado 25 de febrero, en la inauguración de la Galería de Arte en la fachada externa de Circo Volador, estuvieron con nosotros varios funcionarios públicos. Una de ellas fue Brisa Solís Ventura, directora Ejecutiva de Promoción y Agendas en Derechos Humanos. Ricardo González Jiménez, del área de Cultura en la Alcaldía Venustiano Carranza. Y Ofelia Angulo Guerrero, Subsecretaria de Ciencia Tecnología e Innovación del Gobierno de la Ciudad.

De entrada, no hay más que agradecerles sus palabras y su asistencia. “Circo Volador representa un espacio de resistencia”, dijo Brisa Solís. “La atención de las juventudes tiene diversos formatos”, mencionó Ofelia Angulo. “Somos diferentes porque somos iguales, nos invita a conformarnos como una comunidad”, señaló Ricardo González Jiménez.

Había consenso. Había gusto. Había voluntad… Había ganas de celebrar la Galería. Es un hecho que la construcción de políticas públicas trata (o debe tratar) de acortar la distancia entre el gobierno y los ciudadanos.

Cuando inició el gobierno actual de la 4T con Claudia Sheinbaum, varios colegas investigadores fuimos convocados a conocer y dar ideas a un proyecto central en la ciudad: Los PILARES (Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes).

Se trataba de construir 300 Pilares en 2 años. En todas las Alcaldías de la CDMX. Sobre todo, en colonias y barrios marginales. Para 2021 (en teoría) deberían estar todos terminados. Pero llegó la pandemia de la COVID-19.

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Claudia Sheinbaum acude a la inauguración del parque Lago Alberto así como al Faro del Saber (Imagen: Cuartoscuro).

La visión de los PILARES tiene un sentido muy positivo para la comunidad: “Tener todas las actividades en un mismo lugar”. Además, como eje de gobierno, ofrece establecer una “igualdad de derechos para todos”.

No es frecuente encontrar estas políticas públicas con esa dimensión y con una cuantiosa inversión. Es obvio que, para la clase media y clases acomodadas, los PILARES no les son de utilidad. Ellos asisten a sus propios clubes deportivos o escuelas y esta política no los beneficia directamente.

Se trata de una política de izquierda. Orientada a garantizar el derecho a la educación. Que aprendan: “Que no están solos”. Es una gran política social. Cuando conocí el proyecto, me pareció vital para que la gente que ha abandonado sus estudios encuentre una forma de recuperarlos.

Pensemos que, en los últimos 40 años, la deserción escolar más fuerte (entre los jóvenes) se da a los 15 años. En esa edad, aproximadamente el 50 por ciento de los chavos (hombres y mujeres) abandonan la escuela.

¿Por qué? Hay muchos motivos. A muchos no les gusta, para otros, las cosas que les enseñan son inútiles. Otros, ya tienen que empezar a trabajar. Y muchas chavitas, atienden a sus familias.

No hay una razón para el abandono escolar, pero existe. Si no estudias, se te estigmatiza y tus trabajos serán malos y mal pagados.

En los PILARES (con sus “Ciberescuelas”), se puede terminar la primaria, la secundaria, la preparatoria, e incluso una licenciatura, con la ayuda de tutores. Ahí también hay talleres sobre ciencias, computación, educación emocional y música.

pilares
Imagen: CDMX.

En los PILARES hay maestros, hay computadoras. Y todo es gratuito. Además, a los estudiantes de preparatoria que tengan entre 15 y 29 años se les otorgará una beca de 800 pesos mensuales.

Hay muchas otras capacitaciones. Hay áreas dedicadas a fortalecer el empleo. Existen otras áreas de instrucción: Carpintería, Plomería, Joyería, Diseño de Imagen y Cosmetología, Gastronomía, Panadería y Banquetes. Hay actividades de cultura, clubes de libros, cine, talleres de percusiones, pintura y deportes.

Es una política muy amplia. Muy necesaria e indispensable en la vida de una ciudad como la nuestra. El costo aproximado de este programa (a principios de 2019) era de más o menos 6 mil millones de pesos. Más su mantenimiento posterior.

Con la pandemia no han parado. Tuvieron que cambiar muchos de sus programas y objetivos al modo virtual. Esperemos que cuando disminuya la pandemia retomen sus actividades.

De regreso a la Galería

Los discursos sobre Circo Volador fueron buenos. Tenemos 33 años de historia como proyecto. Recibimos el viejo Cine Francisco Villa en 1994, en completo estado de abandono. Un grupo de “teporochos” vivía adentro.

Y desde ese día hasta hoy, con la pandemia, no hemos recibido ningún apoyo económico del gobierno. No tenemos una Fundación. No recibimos aportaciones externas. Todo se ha construido con nuestras ideas y nuestro trabajo.

Cuando el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ganó la Jefatura de Gobierno en la capital en 1997, me comentó: “Volvamos tu Circo Volador una política pública”.

Le respondí: “Ingeniero, lo va a matar. Las políticas públicas sólo sirven tres o seis años. En el gobierno no hay continuidad para estos proyectos”.

galeria circo volador
Imagen: @Circovolador.

Sin embargo, con Alejandro Aura, que estaba en Cultura y varios otros compañeros, diseñamos los Faros (Fábricas de Artes y Oficios) que sí son una política pública. A veces les va bien… A veces les va mal.

La idea era tener una agrupación auto sostenible económicamente, que fuera independiente y que sobreviviera a los cambios de gobierno. Lo hemos logrado por 33 años… O sea, ¡Más de cinco sexenios!

Pero llegó la pandemia y tendremos que repensar varias veces lo que podemos hacer.

Se aceptan ideas.

¿Todo gratuito?

Entiendo la visión del gobierno. Quiere que todo sea gratuito para favorecer a los grupos que menos tienen. Está bien. Pero sería ideal que las dos o tres mil máquinas de coser que tendrán los PILARES se convirtieran en una unidad productiva.

Hay suficientes diseñadores y creadores de ropa que venden sus productos en el extranjero. También están las Costureras del terremoto de 1985 que saben trabajar. ¿Podríamos reunirlos? ¿No sería otra forma de hacer políticas públicas?

Ojalá y se entienda este mensaje… ¡No pararemos!

La Cueva Del Delfín 

¿Cuántas Galerías Callejeras podremos montar? Todas las que sean necesarias. ¡Hay conocimiento y capacidad para lograrlo!

¡Vientos huracanados!, si no me ponen de Pilar en el Circo nos veremos por acá la próxima semana


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Guerra (i)legal

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Es común entre los estudiosos de la seguridad discutir los métodos criminales. La lógica supone que ciertos crímenes requieren de o recurren a ciertas prácticas. Por tanto, descifrar constantes en el modus operandi termina siendo una aspiración para detectar cómo accionan y reaccionan ciertos criminales en contextos igualmente específicos. ¿Qué pasa, sin embargo, cuando las líneas entre lo legal o lo ilegal terminan borrando la definición de criminal? El México contemporáneo es un buffet lleno de experiencias útiles para pensar al respecto. Aquí presento tres experiencias del un crimen parecido, con métodos similares, pero con una heterogeneidad de perpetradores que diluye lo que entendemos por legal e ilegal.

En pleno contexto de guerra contra las drogas durante el calderonismo, testimonios desde Michoacán dieron cuenta de la manera en que grupos criminales locales se hacían con terrenos de la población. El método consistía en secuestrar, torturar y en general extorsionar a dueños de propiedades inmobiliarias para que cedieran sus terrenos en favor de algún miembro del grupo criminal, o incluso del grupo mismo. Después de las atrocidades realizadas, los dueños terminaban cediendo las propiedades y firmando los papeles necesarios. Cuando el objetivo parecía haber sido alcanzado, es decir, contar con la propiedad de manera “legal”, usualmente la víctima era asesinada.

Años después el método se repitió pero cambió el perpetrador. Un artículo de Patricia Dávila en la revista Proceso del pasado 7 de marzo de 2021, publicó la manera en que miembros del antiguo gobierno estatal de Nayarit extorsionaban propietarios para conseguir el traspaso (eso sí, legal) de sus propiedades en favor de funcionarios de ese gobierno. Las técnicas relatadas por la nota ciertamente no eran muy distintas de las vistas en Michoacán. Ante amenazas, extorsiones y en general intimidaciones violentas, los dueños terminaban firmando cesiones de escrituras para traspasar propiedades “legalmente”. La diferencia, por supuesto, consiste en que el perpetrador era la autoridad legal.

robo de propiedades
Imagen: Esmeralda Ordaz.

Finalmente, destaca el caso del municipio Benito Juárez, donde se ubica Cancún, en Quintana Roo. Ahí, tal y como lo reportó Denise Maerker en su noticiero En Punto, se detectó una red de funcionarios dedicados a despojar de casas de interés social a ciudadanos propietarios. Después de que empresas con las que adquirieron los créditos quebraran, los usuarios encontraban que, al buscar la forma de seguir pagando el crédito, se encontraban con que las propiedades habían sido reescrituradas a nombre de otras empresas inmobiliarias. Notificaciones presuntamente falsas o inexistentes, documentación mal generada y en general malos procedimientos se expandieron alrededor del municipio. El medio reporta más de 750 expedientes con caso similares. El entramado suponía la participación de autoridades públicas, por supuesto, pero también de notarías y empresas inmobiliarias. El resultado era el mismo que en los casos anteriores: el despojo “legal” de bienes inmobiliarios.

Justamente en ese aspecto está el punto de encuentro entre los tres casos descritos. Se trata de legalizar un traspaso a todas luces ilegal. Aun y cuando los perpetradores podían cambiar, el objetivo de “despojar legalmente” se mantiene. Jean y John Commaroff, antropólogos sudafricanos, han escrito sobre la forma en que la ley actúa como un fetichismo en los países con pasado poscolonial. Su trabajo ha sido esclarecedor para describir la forma en que en esos contextos la legalidad no se traduzca en justicia ni procedimientos de sanción o reparación, pero sí en instrumentos de poder y violencia. Es terreno fértil para lo que ellos llaman “guerra legal”. Ésta, dicen, supone el uso de instrumentos legales para la coacción o la desposesión. Los casos vistos son brochazos de los diferentes ángulos de una guerra legal a la mexicana.


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Internet física, un mundo donde la logística lo es todo

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El principio es sencillo. Se trata de hacer una equivalencia. En la forma de razonar. En la manera de resolver el problema. En la concepción del procedimiento.

Parece sencillo hacer llegar un objeto de un punto a otro. Alguien envía. Alguien Transporta. Alguien recibe.

Controlar las rutas. Calcular el tiempo. Controlar cómo pasa de unas manos a otras, requiere, sin embargo, más que buena intención, e incluso, más que lápiz, papel y la versión más reciente del Excel.

En lo que se ha dado en llamar la “Internet física” se lleva a cabo un proyecto de investigación que pretende hacer converger eficiencia y sustentabilidad en la manera cómo las cosas son llevadas de un lugar a otro.

La pandemia ha venido a acelerar lo que era ya una tendencia acelerada de movimiento de paquetes, mercancías y toda clase de objetos de un punto a otro del planeta.

Las cantidades de cajas, sobres, envíos, que a diario se desplazan en el mundo globalizado son simplemente estratosféricas.

internet fisica
Imagen: Mary.

A lo largo de 2019, por ejemplo, sólo por lo que toca a Amazon, la empresa de Jeff Bezos reportó haber entregado tres mil quinientos millones de paquetes.

Ocho años antes, en 2011, la misma Amazon, había reportado, en todo el año, un total de 680 millones de paquetes entregados; el crecimiento en el periodo fue notable.

Y si ya el panorama pintaba para seguir creciendo, la pandemia simplemente volvió exponencial los servicios de Courier, como también se les denomina.

En julio de 2020, Amazon informó haber hecho llegar, solo en ese mes, 480 millones de paquetes. Es decir, en 30 días movió el 42% de todo cuanto reportó en 2011.

Aun antes de que el coronavirus recluyera a las personas en sus casas e impulsara el comercio digital como nunca antes, las predicciones eran ya astronómicas.

En 2019, el cálculo era que para 2022 Amazon entregaría, a través de su propia empresa, además, la friolera de 6 mil millones de paquetes, seguida de los 5 mil que estaría moviendo UPS y los 3,400 de FedEx.

Los 6 mil millones que se esperaban para 2022 fueron alcanzados por UPS en 2020, dos años antes. Cuando el gigante logístico entregó un promedio de 21 millones de paquetes al día.

Se llama logística y es para nuestro tiempo, al modo que Pascal gustaba en proclamar, la palanca que mueve al mundo.

internet fisica
Imagen: GettyImages.

El desarrollo de la logística implica, por tanto, más que la simple cadena que traslada mercancías o de un punto a otro.

Las conexiones que una adecuada logística tiene con el medio ambiente, las formas de organización del trabajo, la evolución de los combustibles, entre otras cosas, constituyen un vasto y complejo entramado.

Sorprendería, por ejemplo, saber que en un número muy alto, los camiones que parten con mercancía no van llenos o retornan vacíos.

El responsable del proyecto Internet física, el Dr. Kostas Zavitsas, del Imperial College Business of London, señala categórico: “Una tasa de llenado más alta tendría un impacto en los costos y las emisiones y crearía un sistema mucho más sostenible”.

El principio de la investigación, cuenta Zavitsas, fue relativamente simple. “Comenzó con la idea de que podemos mover la carga de la misma manera que los datos se mueven en Internet”.

En ese sentido, el paso decisivo será, en este como en muchos otros casos, la capacidad que el mundo tenga para digitalizar la información disponible.

El análisis de datos, de nueva cuenta, como en tantos otros ámbitos del presente digital, se impone sobre decisiones que aun a estas alturas se toman de manera intuitiva, inercial o personal.

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Imagen: Mía Ditmason.

Al explicar el proyecto, Zavitsas dice: “La idea es que cada elemento de la red cuente con un gemelo digital que se pueda actualizar con detalles relevantes, como cuánto espacio hay disponible en un almacén o los horarios de los diferentes modos de transporte”. 

Instalar sensores, estandarizar formas de identificar productos, homogenizar las dimensiones de empaque, entre otros pasos, conforman la cadena de cuestiones a tomar en consideración hacia la Internet física.

La información que las compañías sean capaces de generar, procesar y compartir, serían la base, enumera el académico, para tomar esos datos y que “un algoritmo centralizado enrute un contenedor de manera óptima”.

Dos elementos, prototípicos del mundo contemporáneo sobresalen: el peso de la descentralización y el valor de una cultura colaborativa.

Actualmente, por ejemplo, un producto sale de un punto de distribución primario hacia el punto de venta. La Internet física posibilitaría descentralizar el almacenaje y, con ello, acercar los productos al consumidor.

“Al final, es una actividad colaborativa y también una situación de ingresos colaborativos que es nueva para muchos operadores comerciales”, subraya Marcel Huschebeck, que forma parte del PTV Group, de Alemania, participante de la investigación.

En la capacidad para pensar de modo complejo problemas que son a su vez complejos, estriba una parte cada vez mayor del éxito de cada operación. Incluso cuando, como en Caperucita roja, lo que hay que hacer llegar de un punto a otro parece cualquier cosa.

Incluso.


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Memorias del #8M2021

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Como cada 8 de marzo, ante una ciudad amurallada, símbolo de la cerrazón y de la provocación del gobierno en turno, las mujeres alzamos la voz frente a la incesante violencia que enfrentamos no sólo en la CDMX sino en todo el país.

Nuevamente, el color violeta inundó las calles como bandera de lucha por nuestras libertades, nuestra dignidad e incluso nuestra vida. Sin embargo, la única respuesta que se obtuvo por parte del gobierno fue más violencia.

En una abierta confrontación, alejados de su objetivo primordial y reproduciendo todos los prejuicios que se buscan erradicar a través del feminismo, los cuerpos policíacos que se deberían encargar de velar por la integridad y la vida de todas las mujeres que vivimos en la capital, fueron utilizados para intimidar y reprimir.

Dia Internacional de la Mujer, 8M
Imagen: La Sexta.

Cada día estamos más lejos de esa ciudad moderna y progresista que ha sido pionera en el reconocimiento de los derechos de las mujeres desde hace décadas. La falta de compromiso con la agenda de las mujeres por parte del gobierno ha quedado en evidencia y con ella, la posibilidad de construir un futuro distinto al presente que hoy nos aqueja como sociedad.

La deuda histórica que aún prevalece en materia de igualdad y empoderamiento de las mujeres fue desplazada a segundo plano por la falta de sensibilidad ante los legítimos reclamos de miles de mujeres que lo único que queremos es vivir tranquilas y seguras en nuestros entornos.

Hoy sabemos que no les importa garantizar condiciones de vida más igualitarias para las niñas y mujeres en nuestro país. Se les olvidó que la desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades impacta de manera desproporcionada a este sector de la población, cerrando la puerta a la posibilidad de construir una vida mejor para nosotras y para nuestras familias.

8 de marzo, dia de las mujeres
Imagen: Bahía Software.

Lejos estamos de poder retomar el rumbo en el ejercicio de los derechos de las mujeres, frente al desdén y la indiferencia que llevaron a la desaparición de políticas públicas integrales como las estancias infantiles que garantizaban mejores condiciones para las familias trabajadoras, imponiéndole cargas adicionales a las que ya tienen en materia de cuidados, o como los refugios para mujeres víctimas de violencia, dejando a su suerte a más de 20 mil mujeres que eran atendidas a través de este programa.

Hoy parece ser que no importa que en la peor crisis sanitaria y económica que ha vivido nuestro país, millones de mujeres hayan dejado de tener un empleo y un ingreso para mantener a sus familias. No importa que las brechas salariales entre mujeres y hombres por realizar el mismo trabajo sigan existiendo y que únicamente permitan que las mujeres reciban menos de 5 mil pesos mensuales. No importa que las mujeres no tengan las mismas posibilidades de tener un empleo formal con prestaciones como servicios médicos y ahorro para el retiro.

Tampoco importa que vivamos en un país donde son asesinadas 11 mujeres al día, por el sólo hecho de ser mujer. Ni que haya más de 4 mil mujeres desaparecidas en poco más de 2 años. Ni que cada día haya casi 500 denuncias por violencia familiar. Ni que el 90% de las mexicanas hayamos sido víctima de algún tipo de violencia en el trabajo, en los espacios públicos o en los hogares donde deberíamos sentirnos seguras y protegidas.

8M lucha mujeres
Imagen: Hoy Mercedes.

Para todas esas mujeres, dentro del vergonzoso y lamentable muro que cercó Palacio Nacional, sólo hubo descalificación, estigmatización y negación de nuestra dolorosa realidad; no hubo soluciones, ni mucho menos empatía.

De nuestro lado, quedaron marcados los nombres de miles de víctimas en nuestra memoria. Nos queda la rabia, el amor y la fuerza para seguir resistiendo juntas, luchando hombro a hombro por un país donde haya justicia y paz para las mujeres que aquí seguimos y para las familias de las mujeres que hemos perdido en el camino.


8M 2021, continúa la marcha

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No fui a la marcha. Me dio miedo comprometer todo un año de confinamiento, pero también me dio mucho pesar no participar con el cuerpo. A las 6:50 del lunes, previo acuerdo en redes sociales, me uní a la iniciativa de escribir en el chat de la mañanera el de #NoSoyBotNiSoyPartido, #8M. Me sorprendió la cantidad de mensajes. Recordé lo que sucedió hace un año, las jacarandas como metáforas del color del movimiento, el calor, el sentido de unidad. Salí a caminar y me encontré con gusto y no poca sorpresa ciertas acciones, tímidos actos comunicativos, que no vi el año pasado: carteles morados en las puertas de varios edificios, calles cuyos nombres fueron modificados temporalmente por cartelitos escritos a mano, mujeres de todas edades caminando solas, como yo, pero con playeras que ostentaban los principales hashtags.

Antier, no obstante, se asistió a otra jornada histórica: la continuidad a la marcha del 8M de 2020, cuando salimos a las calles hasta las más renuentes a las participaciones de ese tipo, cuando sentimos unidad e identificación, a pesar de nuestras incontables diferencias, porque salimos a reclamar por nuestra seguridad y por la justicia que, simplemente, no llega para las víctimas de violadores y feminicidas. Dadas las condiciones del confinamiento voluntario y el peligro de contagios, me llamó la atención no recibir información desde la semana previa sobre qué haríamos para apoyar quienes decidiéramos no salir. La información tardó en llegar, pero finalmente se hizo presente, y a raudales, máxime a raíz de la colocación de las vallas en torno al perímetro del Palacio Nacional desde el fin de semana. La valla fue indignante, pero la respuesta de las mujeres fue inmejorable: la escritura de los nombres de las desaparecidas, la colocación de las flores, la creación de un memorial efímero (paradójico, pero cierto) que dio un impulso a la simbólica del movimiento y que generó, desde luego, todo tipo de reacciones adversas, pues ese aparato de “defensa y protección del patrimonio”, como se dijo que era, aparecía, en realidad, como una fortaleza de la estulticia, la necedad y la represión ciega.

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Cortesía: Sara Baz.

Quizá los eufemismos resultaron más ofensivos y provocadores que nunca: “el muro de la paz” es una designación indignante, para propios y extraños. Lo más contrastante, después de ver la represión, fueron las declaraciones que AMLO hizo en la mañanera del 9 de marzo. Acusó a las mujeres de cometer actos de “evidente provocación”, mismas que las fuerzas del orden aguantaron “estoicamente”. Al ser cuestionado por una periodista sobre su apoyo irrestricto a la candidatura de Salgado Macedonio a la gubernatura del estado de Guerrero, AMLO manifestó que “no podemos permitir los linchamientos políticos”, ya con visible fastidio, pues las imprecaciones no han sido pocas. Si no podemos permitirlos, ¿entonces por qué sí podemos permitir la impunidad y la represión?

Cerca de 22,000 personas ocuparon el espacio público este 8 de marzo. Salieron, a pesar de la pandemia, a reclamar una agenda de derechos que, en años, no se ha visto cumplida. Salieron también en otras ciudades y sin importar su edad. Cientos se acercaron a la plancha del Zócalo, a pesar de las intimidaciones de la policía y de la presencia misteriosa e inquietante de los apostados detrás de los merlones, en el techo del Palacio. Los miembros del comando “antidrones” evocaron esa imagen terrible de los francotiradores en las fotografías del 2 de octubre de 1968. Lo sé, no es equiparable y a pesar de que ayer hubo lesionadas, no se puede (no-se-puede) ya abrir fuego contra la población civil por manifestarse. Al menos algo hemos aprendido en tantos años, quiero pensar. Pero el tejido de los imaginarios crece, se intrinca y se proyecta cada vez más rápido. Sin duda, las redes sociales y las actuales estrategias de comunicación contribuyen a ello. Desde la colocación del muro, los memes no se hicieron esperar. El meme es un articulador icónico y se dispersa en segundos. Se enriquece, se resignifica, se constituye como bandera momentánea. Me dediqué a buscar y a escuchar testimonios de participantes en la marcha, de la prensa… ¿Para qué las vallas? ¿Realmente se iban a hacer tremendas afectaciones al edificio del Palacio Nacional? ¿Más que las que sufrió en el motín de 1692? ¿Para qué protegemos el patrimonio si, justamente porque es significante, se pretende vulnerar?

8m marcha
Cortesía: Sara Baz.

Se usó gas para dispersar a las manifestantes de la primera línea, por más que el gobierno local y federal lo niegue. Se filtraron, gracias a las redes y a los medios, fotografías y testimonios numerosos que dan cuenta de que la agresión provenía del otro lado del muro. Se observaron y viralizaron actos valientes y asertivos, actos hermosos que construyen una incipiente esperanza en la continuidad de los reclamos, hasta lograr que este país sea seguro para nosotras.

Al igual que en ocasiones anteriores, vi comentarios en redes sociales que me parecieron de lo más retrógrados. No, yo tampoco soy de la idea de agarrar un bote de aerosol y un mazo, pero me avergüenza no tener los arrestos para hacerlo, máxime ahora, cuando no se ve el más mínimo camino para el diálogo, el entendimiento y la comprensión de las demandas; cuando es más importante proteger la candidatura de Salgado Macedonio, convertir en una fortaleza la casa de Andrés Roemer y blindar “el patrimonio”. Me sentí igualmente avergonzada al ver la foto de una señora mayor, con su cubrebocas, haciendo una pinta en los escudos de las policías. Esto no es de edad, ni de partidismos, es solidaridad de género. Experimenté vergüenza y tristeza al saber que muchas de mis alumnas sí tuvieron el valor de ir a la marcha, pese al COVID, y que yo fui educada para no ser violenta. Claro, dicen algunos, que la violencia engendra más violencia y que “hablando se entiende la gente”, pero este gobierno ya ha dado varias, muchas muestras de no querer hablar y de permanecer montado en su macho, literalmente. Ningún cambio sustancial en la historia se ha hecho por la buena, ya se ha dicho y las revoluciones no se hicieron en una mesa de negociación. Quizá esta situación nos obligue a pensar en cómo fuimos educadas muchas de nosotras, y en cuándo vale la pena hacer una intervención más visible en el espacio público. Espero también que todas recordemos esto el próximo 6 de junio.


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8M: El corolario de una lucha que continúa

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Este lunes, como cada año, miles de personas –en su mayoría mujeres– salieron a las calles de las grandes ciudades del mundo a exigir un trato igualitario entre los géneros, al tiempo que exigen que cese la constante de violencia que se ejerce en contra de ellas. En nuestro país, se suma una exigencia adicional: la exigencia de protección en contra de la violencia feminicida y de las incesantes desapariciones de mujeres a lo largo del territorio nacional.

En los últimos años, pese a las descalificaciones y los esfuerzos comunicativos de las instituciones gubernamentales, lo cierto es que la violencia contra las mujeres ha escalado de forma considerable; más allá de la guerra de cifras. Según varias personas expertas en el tema, la violencia ha incrementado no sólo en número sino en intensidad, debido a que existe más conciencia y menos complacencia de quienes son víctimas de estas situaciones, por tanto, la respuesta machista e inhumana es, aumentar la agresión, violencia y su contundencia.

violencia feminicida
Imagen: Camila de la Fuente.

Como lo comenté en las colaboraciones anteriores, el funesto pacto patriarcal, esa complicidad silenciosa e irresponsable de la sociedad por tolerar e ignorar la violencia de género, producto de una desviación de valores que –a su vez– formó una cadena interminable prejuicios, convencionalismos y e imposición de roles, ha gestado de un caldo de cultivo propicio para que prolifere, de forma por demás grotesca y cínica en las estructuras sociales y culturales de las sociedades, un incremento considerable de actos de violencia que van desde la agresión psicológica, emocional y económica, hasta la más funesta de todas: la feminicida.

Ese silencio cómplice, ese “voltear hacia otro lado” ante situaciones que “se resuelven en casa”, han hecho que los agresores continúen utilizando el miedo como instrumento de control sobre otro ser humano, en especial contra las mujeres. Y no hablo sólo de aquellos que cometen el delito de Trata de Personas, sino también de esos familiares que, recluidos bajo la protección de los hogares, de forma constante y permanente, agreden a las mujeres, adolescentes y niñas que ahí habitan, las someten a través del temor, el menosprecio y el abandono. Ese pernicioso terrorismo familiar que, lamentablemente, forma parte del paisaje de las sociedades desde hace siglos y que las instituciones de gobierno jamás han observado ni atendido de fondo.

La protesta sirve de mucho para visualizar un problema, pero no basta la simple denuncia ni la visualización. Hace mucha falta hacer conciencia, sororizar, solidarizarse y, sobre todo, educar en valores de respeto, equidad y –aunque pareciera idílico–fraternidad.

violencia feminicida
Imagen: Público.

La humanidad está en un punto de quiebre que requiere evolucionar. Dejar atrás el egoísmo primitivo, la cosificación de las personas y la deshumanización, para abrir paso a una nueva era en la que entendamos que la equidad es el primer paso para alcanzar una justicia que, a la sombra de pactos perniciosos, tabúes y convencionalismos verdaderamente anacrónicos, nos condena a la irracionalidad y a la pérdida de la esencia humana.

Reencausémonos en la racionalización y alcancemos la máxima democrática de libertad, igualdad y fraternidad que, hace más de tres siglos nos propusimos como parte del perfeccionamiento de las personas.


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Aunque sea mínimo

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Sin duda la pandemia ha impactado nuestros hogares, nuestra salud –mental y física–, nuestra movilidad, la interacción social, etc. –ni se diga nuestros bolsillos–. El Centro de Estudios para el Empleo Formal –CEEF– estimó el año pasado que lo sueldos promedio caerían 20% a raíz de la pandemia. Y sí, al haber más personas buscando trabajo seguramente habrán de conformarse con un sueldo menor, o trabajar más horas para mantener el que tenían. Bien es sabido que los salarios en México dejan que desear. El salario mínimo mexicano es de los más bajos de la OCDE, y según la Secretaría del Trabajo éste ha venido cayendo en comparación a otros países hasta la posición 82.

En un libre mercado laboral, la demanda –aquellos que contratan– y la oferta –aquellos que ofrecen trabajar– debieran definir un salario de equilibrio el cual minimizaría el desempleo y las vacantes. El problema está en que dicho valor de equilibrio puede ubicar a la gente por debajo o por encima de la línea de la pobreza. Por ello cobra valor la discusión acerca de si establecer o no un salario mínimo para garantizar que el ingreso de una persona sea siempre digno. El asunto está en que fijar un salario mínimo superior al del equilibrio hace que haya más personas dispuestas a trabajar que dispuestas a contratar produciendo desempleo –si a todos nos ofrecieran millones al día quién no buscaría trabajo–. Por dar un ingreso digno a algunos se les niega el ingreso a otros –quizás estos hubieran preferido el ingreso no tan digno a nada–.

salario minimo
Imagen: Benedetto Christofani.

Y claro, incrementar el salario mínimo en principio suena bien pues los que menos tienen podrán ganar más –el gobierno acaba de anunciar un incremento del 15%, ¿por qué no?–. El problema está en que la productividad de los mexicanos también es de las más bajas del mundo y el salario mínimo en realidad es fijado por el mercado y no por la ley o el gobierno. Aunque los salarios mexicanos pueden percibirse como bajos, esto no es consecuencia del salario mínimo –todas las mañanas que suena el despertador y que me tengo que salir del tamal de las cobijas también siento que gano muy poco–, sino porque desafortunadamente somos poco productivos. En realidad, en 2018-2019 éramos el último lugar de la OCDE en productividad.

Si queremos mejorar los salarios en México, el gobierno debería de estar promoviendo el empleo –para generar mayor demanda en el mercado laboral y subir el punto de equilibrio–. Debería incentivar la inversión –en vez de generar incertidumbre de hacer negocios–, incrementar el presupuesto a la investigación –no bajarlo–, fomentar la creación de empresas –dejar de pelearse con la iniciativa privada–, etcétera.

El salario mínimo provoca pasiones, discusiones, y sin duda también ayuda a evitar abusos en algunos casos. Lo malo es que en muchos casos también representa la posibilidad de perder el empleo y desafortunadamente es más usado de herramienta populista que de otra cosa –al que le quede el saco que se lo ponga–.

Hablando de mínimos, mínimo mi madre ya tiene cita para recibir la primera vacuna COVID en Campo Marte –aunque los de otros tuvieron que recurrir a Biden o de plano a ver hasta cuándo–.


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Piense como empresario

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 Las oportunidades definen nuestras vidas. Incluso las que se nos van.
 Brad Pitt.

A mayor plazo

El “Sr. Mercado” vuelve a hacer de las suyas, los precios de las acciones en semanas recientes observan una fuerte volatilidad que hacen dudar nuestras decisiones. La caída del sector tecnológico en particular (baja del 10% del índice Nasdaq) argumentando menores crecimientos en 2021, amenazas de regulación y temor por alzas en las tasas de interés como consecuencia de una mayor inflación producto de un fuerte crecimiento económico, pone a prueba nuestra paciencia y disciplina. Lo invito a retomar (recordar) la condición de Empresario en Bolsa que consistentemente le he sugerido al participar en Bolsa y que obliga a ver más allá de algunas semanas o meses. Aproveche su actuar y experiencia como consumidor para identificar oportunidades. Muchas veces no se necesita de un análisis demasiado riguroso para identificar lo que funciona y seguirá funcionando bien. Hablemos por ejemplo de los pagos digitales:

Ejemplo de pagos digitales

El apetito por ser dueño de empresas relacionadas con pagar en efectivo, cheques y tarjetas de crédito o débito era la norma antes de que Internet hiciera los pagos en línea sin problemas, pero la transformación del consumidor ha sido muy rápida. A fines de 2019, la empresa francesa de consultoría tecnológica, Capgemini, encontró que las transacciones globales no monetarias totalizaron 708,500 millones, mientras que en 2020, según Visa, todavía se gastaron aproximadamente $18,000 mdd en efectivo y cheques a nivel mundial. Mastercard señaló recientemente que el 60 de los consumidores tienen ahora una actitud más negativa hacia el uso de efectivo, mientras que el 70% de los consumidores tiene la intención de hacer más banca digital, más compras en línea y más pagos sin contacto.

piense como empresario
Imagen: Borja Bonaque.

La combinación de tecnologías móviles y de seguridad que se encuentran en los teléfonos inteligentes y las aplicaciones ha cambiado para siempre la forma en que pagamos nuestras facturas. El cambio en el comportamiento del consumidor lo está impulsando la adopción de alternativas de pago como Apple Pay de Apple, Google Pay de Alphabet, PayPal y Alipay de Alibaba, que permiten pagos en línea, móviles o en persona sin contacto mediante tarjetas de débito y crédito. Los datos de Capgemini encontraron que el 30% de los consumidores están utilizando un servicio de pago “BigTech” ofrecido por empresas multinacionales como Apple, Google, Amazon, Facebook y Alibaba.

No tengo la capacidad de identificar el momento preciso en que la volatilidad del mercado pueda terminar. No obstante, le aseguro que tarde o temprano, las empresas que participan y se benefician de esta tendencia cuya velocidad de cambio es evidente y de la que usted, los suyos y yo mismo somos participantes, serán sumamente beneficiadas independientemente del tiempo término de la pandemia. Así ha sucedido siempre a través de la historia, lo único permanente es el cambio (celulares, internet, vehículos eléctricos, e-commerce, etc.), y son quienes lo identifican y aprovechan de manera oportuna, los más exitosos.


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