Visión Integral

¿Pesadilla, tragedia, desgracia o catástrofe?

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En una de las recientes conferencias públicas que da por las mañanas cotidianamente el Sr. presidente, y en un intento por dar ánimos, llamó a la sindemia por COVID-19 una “pesadilla” refiriéndose al hecho como una cosa que iba a pasar pronto e íbamos a estar como antes que iniciara. A mí me pareció no solamente impreciso, sino poco sensible de su parte. Hasta ayer habían sucedido (oficialmente) más de 40,000 muertes por la infección por SARS-CoV-2, esto aunado a que 350 mil habitantes enfermaron y han sucedido graves consecuencias sanitarias, económicas, sociales y políticas. Es intentar minimizar un problema y simplificar algo que tiene una enorme complejidad, pero, quizá lo más notable es que ignoró a los muertos, a los enfermos, a sus familiares y a sus amigos.

Andrés Manuel López Obrador ha convertido su conferencia mañanera en la Tribuna de la Nación, ya había hecho un ensayo general cuando fue Jefe de Gobierno del entonces D.F., con gran éxito. Es una práctica diferente, no absolutamente original, son famosos los discursos de Fidel Castro que duraban horas y horas, y tenían una periodicidad pragmática. Chávez tenía un programa de radio, también cotidiano y hay algunas otras analogías. Desde luego debe ser enormemente difícil presentarse todos los días ante la opinión publica y a través de esos mensajes establecer las políticas públicas del país, dictar la agenda pública, realizar acciones de gobierno, acusar a enemigos y detractores, entre otras acciones. Lo hace de manera prácticamente individual, y aunque le acompañan algunos miembros de su gabinete, la participación de éstos es breve, muy ocasional, y curiosamente siempre con el presidente parado detrás de ellos; excepto el Canciller, el General Secretario, y quizá el Secretario de Seguridad Pública, la participación del resto ha sido esporádica y concisa.

amlo tragedia
Imagen: Occupy.

Como dato curioso destaco que ayer, 22 de julio, corrigió al responsable de Hacienda Pública por haberse referido al cubrebocas como un instrumento que ayudaría a la reactivación económica. Debe ser demasiado difícil hablar más de una hora diariamente (ahora lo hace ya también los sábados) sin tener gazapos. Los resultados son muy interesantes, sus admiradores las siguen y las alaban todos los días, sus detractores las critican sin piedad. En uno de los noticieros de mediodía aparece mensualmente el vocero de una compañía de comunicación, que hace un balance de las presentaciones del titular del poder ejecutivo. Lleva la cuenta del tiempo de duración, los temas que toca (con precisiones cualitativas y cuantitativas), quién toma la palabra, además de él, los periodistas que acuden y los que no acuden; la participación de otros miembros del gabinete, y muy interesante, cuáles de sus aseveraciones son ciertas, cuáles son incomprobables y cuáles son falsas; el balance de los resultados es muy interesante y estoy seguro que estos resultados y otros parecidos serán en el futuro material de varias tesis de doctorado de ciencia política.

Los trastornos del sueño son ahora motivo de muchas investigaciones clínicas y de ciencia básica, especialmente la apnea obstructiva del sueño y el insomnio, en los que se han tenido grandes avances y progresos terapéuticos. Existe otro grupo de trastornos, las parasomnias, entre los que se encuentran el sonambulismo, los terrores nocturnos y las pesadillas. Han despertado menos interés seguramente porque son padecimientos que se autolimitan con la edad y rara vez perduran. En estas tres alteraciones del sueño existe angustia, a veces terror, pero en unos minutos se adquiere la conciencia de que se trata de una situación ficticia, no verdadera y que no tiene ninguna consecuencia ni real ni perdurable. La palabra pesadilla ha adquirido otras acepciones:  Ensueño angustioso y tenaz, Opresión del corazón y dificultad de respirar durante el sueño, Persona o cosa enojosa o molesta.

En mi opinión, ninguno de los significados, ni el técnico médico ni las otras acepciones derivadas, se adaptan a lo que está pasando con la COVID-19. Tragedia tiene también varios significados: En la Grecia antigua, género teatral en verso que, con ayuda de un coro y varios actores, desarrolla temas de la antigua épica centrados en el sufrimiento, la muerte y las peripecias dolorosas de la vida humana, con un final funesto y que mueve a la compasión o al espanto; Obra dramática en la que predominan algunos de los caracteres de la antigua tragedia;Obra de cualquier género literario o artístico en la que predominan rasgos propios de la tragedia; Situación o suceso luctuoso y lamentable que afecta a personas o sociedades humanas; este último sugnificado se adapta perfectamente a lo que está sucediendo con la epidemia por SARS-CoV-2.

tragedia y pesadilla
Ilustración: Gatón.

Desgracia tiene varios significados: Situación de alguien que sufre un proceso doloroso; suceso que produce dolor o pena; situación de infelicidad; varios de los conceptos se adaptan a lo que nos está sucediendo, aunque no de manera precisa. Por último, catástrofe tiene varias acepciones: Suceso que produce gran destrucción o daño; cambio brusco de estado de un sistema dinámico, provocado por una alteración de uno de sus paramétros; persona o cosa que defrauda absolutamente las expectativas que suscitaba; las dos primeras definiciones se adaptan perfectamente a lo que estamos viviendo con la sindemia por COVID-19, la última puede adaptarse a otras situaciones, presentes o futuras.

Luego que la COVID-19 es una situación inédita y que cuando surgió a finales de 2019 y principios de 2020, se conocía muy poco de ella, se ha ido conociendo algo más, pero todavía se tienen profundas lagunas en muchas áreas. La respuesta en los países que se fueron afectando resultó muy diversa, me parece que se ha estado notando la falta de liderazgo de la OMS, que tardó en declarar a la epidemia como pandemia, sin haber establecido directrices claras y firmes para su manejo. De tal forma que las medidas tomadas han sido diversas en países de la misma zona geográfica e incluso vecinos. Como ejemplo destacamos la respuesta en China y Corea del Sur, en donde se tomaron medidas estrictas de aislamiento, con búsqueda dirigida de casos con pruebas que al principio se hacían con una prueba recién descubierta; los resultados son notablemente diferentes a la de otras naciones con un control bueno de la enfermedad y su difusión.

Otros ejemplos son los casos de España e Italia que al parecer iniciaron su campaña tardíamente, aunque después establecieron medidas estrictas que permiten que a la fecha, aun cuando existe el temor de rebrotes, la enfermedad está en control con sólo unas decenas de casos nuevos diariamente, y pocos fallecimientos; eso sí, están haciendo un seguimiento minucioso de los casos nuevos con pruebas a los contactos y aislamientos estrictos. También hay que destacar las diferencias entre dos países de la misma zona, Noruega y Suecia; en Noruega se establecieron estrictas medidas, vigiladas y sancionadas, con la realización de muchas pruebas de PCR, en Suecia las medidas fueron mucho más laxas, tuvieron mayor número de casos y muchos más muertos, pero menos consecuencias económicas. El caso más contrastante quizá sea lo que está aconteciendo en Uruguay y Costa Rica, en ambos han obtenido buenos resultados, comparados con sus vecinos; en Uruguay las medidas fueron consensadas con su sociedad y establecidas estrictamente, en Costa Rica las medidas fueron establecidas de forma más vigilada y estricta, desde luego que su población es más pequeña y probablemente las medidas sean menos complicadas de establecer, pero al final exitosas.

desgarcia
“Una desgracia”, José Jiménez Aranda (1890).

En Brasil las medidas fueron más tardíamente establecidas y confusas desde su inicio, entre otras cosas, por las actitudes de su presidente, quien finalmente enfermó de COVID-19, pero que sigue minimizando la enfermedad y sus consecuencias. En Estados Unidos, también las medidas para evitar la transmisión del SARS-CoV-2, han resultado heterogéneas y tomadas en tiempos diferentes; los resultados son cuestionables y no se ve un pronto menguamiento de su crecimiento, su presidente tampoco ha tenido una posición sólida y estable, ha trivializado la enfermedad y sus consecuencias, en los últimos tres días ha cambiado esta posición.

En México se han tomado medidas híbridas, el aislamiento fue voluntario y aunque seguido por una mayoría de la población, una parte no lo hizo, tampoco fue supervisada ni vigilada, la búsqueda de casos no fue realizada a través de la realización intensiva de pruebas PCR; y la respuesta para atender a los pacientes no ha resultado homogénea en todo el país, se ha hecho un gran esfuerzo y, en general, con muchos esfuerzos y sacrificios se ha venido cumpliendo. Se ha establecido como medida de evolución de la enfermedad –insisto que equivocadamente–, la capacidad de su atención. No se han hecho pruebas PCR masivas en búsqueda de casos y los seguimientos y aislamientos no son intensivos.

En la Ciudad de México se ha estado realizado un seguimiento más acucioso, utilizando novedosos métodos electrónicos. Nuestro presidente ha tenido una actitud contrastante, no utiliza cubrebocas, en ocasiones ha trivializado la enfermedad, como ejemplo baste comentar el episodio de las estampas y ahora el de las pesadillas. El vocero de la Secretaría de Salud ha terminado por desgastarse y perder credibilidad, ante su presencia cotidiana en los medios públicos y privados.

tragedia en salud
Ilustración: Jhafet Ruíz.

Las medidas económicas ante la COVID-19 en México han sido también muy controvertidas, pocas son las medidas contracíclicas que se han tomado, se conservan las mismas medidas previas con pocos ajustes. Lástima que no se hayan podido tomar las medidas que se han realizado en la Unión Europea y en Estados Unidos.

Al final de esta crisis –que esperamos esté próximo–, podremos hacer un balance de la actuación de los diferentes gobiernos, será posible establecer si la actuación de chinos y coreanos, aunque pueda tacharse de totalitaria, fue la correcta; si fue mejor lo que se hizo en Suecia que en Noruega; que lo realizado en Uruguay, Islandia, Nueva Zelanda y Costa Rica fue correcto; o si lo acontecido en Brasil fue desafortunado –aunque, es el único país latinoamericano que ha hecho compras anticipadas de vacunas–.

Podremos juzgar la actuación de nuestro país. Desde luego, no despertaremos de una pesadilla porque no habremos transcurrido en un sueño si no habremos transcurrido una desgraciada tragedia y estaremos viviendo una catástrofe.


Referencias:
María Moliner. Diccionario del uso del español. Gredos. Madrid, 2000.
Real Academia Española de la Lengua. Diccionario. Obtenido de: https://dle.rae.es/.
Thorpy M. J. Classification of sleep disorder. Neurotherapeutics. 2012, 9 (4): 687-701, obtenido de: https://dx.doi.org/10.1007%2Fs13311-012-0145-6.
Gállego Pérez-Larraya J., Toledo J. B., Urrestarazu E., Iriarte J. Clasificación de los trastornos del sueño. Anales Sis San Navar, 2007; 30 (supl. 1): 19-36.


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Vivimos un momento único, nadie podría recordar una crisis tan generalizada, tan grave, con particularidades tan sui generis como la que nos ha venido a ocasionar la infección del nuevo virus el SARS-CoV-2. Probablemente la última ocasión parecida fue la de la gripe española que sucedió en los años 1918-1920, que también adquirió condiciones pandémicas y muchos enfermos y muertos alrededor del mundo. Las condiciones del mundo en ese momento no permitieron muchas acciones ni preventivas y menos terapéuticas, y podríamos decir que se autolimitó para tener desde entonces características endémicas, con diferentes variables en intensidad según la época del año y la región en que van sucediendo los casos.

En 2009 apareció una nueva pandemia por una mutación del virus de la gripe, pero que afortunadamente fue atajada con rapidez gracias a medidas preventivas bien utilizadas y la posibilidad de variantes en la vacunación que incluyeron la cepa que la ocasionaban. En los años 80 apareció una enfermedad que adquirió distribución pandémica, el SIDA, que además tenía como similitud que era ocasionada por un virus, el VIH, aunque al principio no lo sabíamos; la carrera con el VIH y contra el SIDA fue rápida y exitosa, se conoció el agente causal, sus medios de transmisión, e incluso se ha llegado a descubrir tratamientos que permiten a los enfermos vivir muchos años con una enfermedad asintomática y crónica, establecer programas preventivos y aunque existen áreas de nuestro mundo en donde significa un grave problema de salud, en Occidente podríamos decir que es un problema muy acotado –por cierto, con los estudios sobre su tratamiento se han descubierto muchos antivirales, cosa que no había sucedido antes–.

El Ébola (EVE) es una fiebre hemorrágica de origen viral que sucede cada tanto en algunos países de África, nunca ha pasado de graves epidemias locales a convertirse en pandemia. Recientemente ya habían aparecido algunas infecciones respiratorias graves ocasionadas por virus nuevos, pero afortunadamente, aunque tuvieron un periodo de extensión, luego se acotaron y prácticamente desaparecieron sin ocasionar un problema de salud grave y menos mundial. Pero a fines de 2019 apareció una enfermedad por un coronavirus que hasta ese momento era desconocido y que no había causado enfermedad en el humano, apareció en una provincia de China; los chinos se percataron después de unos días de la severidad de la enfermedad y de sus nuevas características.

pandemia covid
Ilustración: Mark Long.

En el resto del mundo al principio hubo una reacción de escepticismo, aunque cuando aparecieron los nuevos casos y se apreció tanto su rapidez de difusión como la severidad, hubo una respuesta acelerada de intensidad y características diferentes en cada país y continente, todo causado porque no se conocía. Aún hay muchas cosas que no se saben, como el agente causal y tampoco la enfermedad que ocasionaba. El padecimiento se nombró COVID-19 por las siglas de coronavirus disease del año 2019.

En México la epidemia ha sido devastadora; ha suscitado muchos enfermos, muertos, y ha tenido gravísimas consecuencias económicas, sociales y políticas. Ya he propuesto anteriormente llamarle sindemia porque la enfermedad no tiene sólo consecuencias sanitarias, y este concepto podría permitir afrontar todos sus aspectos simultáneamente, sin privilegiar uno sobre otro. Decíamos que en cada país la respuesta ha sido diferente, incluso con diferencias marcadas en el mismo continente y a veces aún en naciones vecinas. Observar lo que ha venido sucediendo en otros sitios y las diferentes respuestas que se han tenido, puede permitir hacer variaciones que podrán mejorar nuestra situación.

La gestión de la epidemia en México ha sido muy particular, incluso con aspectos o situaciones polémicas. El vocero de la Secretaría de Salud, el Dr. López-Gatell, e incluso el Sr. presidente López Obrador, han comentado que no se pueden hacer comparaciones con otros países porque son diferentes en número de habitantes –entre las cosas más notables–. Pero creo que sí es viable hacer comparaciones claras si realizamos indicadores epidemiológicos muy simples, como puede ser el número de casos por diez mil habitantes, el número de muertos por millón de habitantes y la letalidad –porcentaje de muertos por número de casos–; eso nos permite hacer comparaciones, con la salvedad de que la información pudiera no ser absolutamente precisa, pero también pudiéramos asumir que los errores son similares en casi todos los sitios.

Tiene la ventaja que puede realizarse por periodos de tiempo, ahora les muestro lo acontecido del 28 de junio al 12 de julio, último día con datos completos en la plataforma que utilicé como fuente datosmacro.expansion.com, una página fundamentalmente económica pero que durante la pandemia ha mantenido actualizados los datos acerca de la incidencia y la mortalidad por COVID-19. Realicé el ejercicio para intentar saber dónde estamos y quizá predecir hacia dónde vamos.  

En las tablas y gráficos que elaboré y ahora les muestro, podemos realizar observaciones interesantes y quizá sacar conclusiones válidas. Los países de Europa, Asia y América que escogí fue porque cuentan con datos a lo largo de toda la pandemia; me parece, siempre subjetivo, que muestran realidades que pueden ser dignas de comparación con nosotros y algunos de ellos son los países en donde la pandemia ha tenido mayores consecuencias.

Podemos observar que en China y Corea del Sur la epidemia está contenida, con una letalidad de 0 para China y menor de 1 para Corea del Sur, con un número de casos por cien mil habitantes y muertos por millón muy bajos. Al parecer no han bajado la defensa y siguen realizando búsqueda de casos y pruebas diagnósticas, pero de momento están solucionando un grave problema, se puede criticar el número de pruebas que realizan, diciendo que son muchas y costosas, o que sus medidas de aislamiento fueron tiránicas, pero obtuvieron resultados. En la India e Irán el problema se ha incrementado, aunque con menor intensidad a lo que algunos habíamos podido predecir, dados sus índices de pobreza y la fragilidad de sus sistemas sanitarios.

Un buen punto de comparación son los datos de Suecia y Noruega, en el primer país las medidas sanitarias fueron recomendadas pero voluntarias y el número de pruebas muy bajo, en Noruega el aislamiento fue obligatorio y vigilado, y la búsqueda de casos intensa e intencionada, las diferencias son notables; noticias recientes nos informa que Suecia ha sido aislada por sus vecinos cerrándole las fronteras. En Italia y España, que al parecer tomaron medidas tardías ante la pandemia, se ha ido logrando un control de la COVID-19 y están enfrentado casos después de la reapertura de las medidas sanitarias que, por cierto, con muchas críticas y dificultades fueron levantándose cuando existía un control de la enfermedad.

Portugal, que había tenido una gestión muy exitosa en la fase inicial, al parecer ha tenido una recaída, y ha sido interpretado como un levantamiento temprano del confinamiento, pero sus resultados no son malos. El Reino Unido no ha podido disminuir la mortalidad por millón de habitantes, aunque si la frecuencia de casos por cien mil habitantes, su letalidad a pesar de la excelencia del sistema de salud, es la más alta de la zona, ha sido todo atribuido a las medidas tardías tomadas al inicio de la crisis.

En América existen particularidades muy interesantes. Desde luego destaca que en Estados Unidos la pandemia ha ocasionado graves consecuencias; el número de casos por cien mil habitantes sigue siendo muy elevado, y que gracias a que tiene una letalidad muy baja, origina que el número de muertos no sea tan alto. Sabemos que hay estados en la Unión Americana que han conseguido mejorar la incidencia y la mortalidad, pero otros, debido a una inconsistencia a las medidas sanitarias, tienen una casuística muy mala. Los casos de Chile, Perú y Bolivia son tan malos que se ven parcialmente paliados porque tienen una letalidad baja.

El caso de México es alarmante, tenemos un número de muertos por millón muy alto, el más alto de la región, y entre los países que comparamos sólo detrás del Reino Unido. Un problema que no sabemos cómo evolucionará, es la relajación de las medidas sanitarias cuando se notifican un número de casos de contagio diariamente muy alto y una letalidad elevada. Me parece que el gobierno optó por la economía, en un falso dilema salud-economía, y levantó las medidas sanitarias precozmente. Así como la instalación de las medidas preventivas fue tibiamente impulsada, con la invitación al confinamiento y la supresión de actividades industriales; aunque con pobre respaldo desde la imagen gubernamental, el presidente y muchos de los ministros no las siguieron, la reapertura –insisto, precozmente instalada–, ha sido fuertemente impulsada; basta con ver comer en un famoso restaurante al titular del poder ejecutivo.

La respuesta de la sociedad ante las medidas sanitarias fue heterogénea, un grupo, quizá mayoritario, se confinó estrechamente, pero otro no lo hizo nunca y como era voluntario esto no tuvo consecuencia. La reapertura hecha con una frecuencia tan alta de casos por cien mil habitantes y una mortalidad por millón de habitantes tan alta tendrá consecuencias.

Emito mi opinión acerca de un marcador de la evolución de la pandemia y sobre el que se pretende tomar decisiones, y a partir del porcentaje de camas disponibles para atender a los pacientes con COVID-19. Desde luego, es un marcador fundamental para saber la capacidad de respuesta del sistema de salud, de manera que si hay cada vez más casos, más muertos y mayor letalidad, no puede tomarse en cuenta. Sería tanto como permitir una mayor velocidad en las carreteras porque los hospitales tienen camas disponibles para atender a los heridos, a los muertos ya no, producto de los accidentes automovilísticos.

 Por último, aprovecho la ocasión para recomendar un documento espléndido, “La pandemia en México: Dimensión de la tragedia”, producto de una nueva organización civil, Signos Vitales. El pulso de México, cuyo Comité Ejecutivo y Comité Asesor está constituido por brillantes profesionales de la política, la comunicación, la economía y la investigación. Tiene una visión crítica muy amplia y sustentada, y puede darnos una panorámica realista, aunque no estemos de acuerdo en todo.


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Me parece que la manera de apreciar la evolución de la COVID-19 como pandemia, es observando el número de casos que sucede entre la población en un tiempo determinado. Para ello comentaremos la incidencia en casos por 100,000 habitantes, que también resulta trascendente observar la mortalidad en la población en general, y lo haremos con fallecimientos por millón de habitantes y, por último, la letalidad, es decir, el número de muertos de acuerdo con el número de casos. Todo lo haremos durante el tiempo en que se han presentado los casos de esta nueva enfermedad y hasta el 28 de junio.

Utilizo los datos de la página datosmacro.expansion.com, la cual es fundamentalmente económica, pero que ha venido haciendo un seguimiento puntual de los casos de la enfermedad causada por SARS-CoV-2. Como se trata de una pandemia, se pueden hacer comentarios en los resultados obtenidos en diferentes países, y aunque la enfermedad no inició simultáneamente en todos lados, sí es posible hacer comparaciones puesto que se extendió rápidamente como una ola.

Comentaba en una nota anterior que la COVID-19 es en realidad una sindemia, ya que además de ser una epidemia por presentarse más casos de lo esperado, tiene notables repercusiones económicas y no sólo las ocasionadas por el gasto que provoca su atención, sino aquellas relacionadas con la producción y la productividad de todos los países y las graves afectaciones sociales, fundamentalmente surgidas por las restricciones en los intentos para contenerla; pero también en los temores y miedos por la gravedad de la situación y sus consecuencias políticas porque los gobiernos han tenido éxitos y secuelas por las medidas adoptadas ante la enfermedad.

Les muestro unas tablas y unas gráficas en las que vierto los datos obtenidos sobre incidencia, mortalidad y letalidad de diez países americanos, ocho europeos y dos asiáticos. Podemos observar que los resultados obtenidos en China y Corea del Sur son destacadamente buenos frente al resto, China logró contener la enfermedad en una zona específica de su territorio y también consiguió mantener una letalidad que ahora vemos baja al compararla con otros países; aunque, claro, tomaron medidas sanitarias drásticas que incluyeron aislamiento social absoluto y obligatorio, la realización de un gran número pruebas diagnósticas consiguieron levantar rápidamente en las zonas afectadas hospitales bien equipados para la atención de los pacientes. En Corea del Sur hubo una inmediata reacción con las medidas sanitarias y consiguieron muy buenos resultados, a pesar de tener una mayor incidencia al conseguir una letalidad muy baja. En ambos países los casos nuevos son muy bajos y llevan varios días con mortalidad en 0 o cercana a cero.

letalidad covid 19

En Europa los resultados son contrastantes, se comenta que la respuesta fue tardía y algunos países como Italia, España y Reino Unido van teniendo muy malos resultados con gran número de casos por cien mil habitantes y una mortalidad elevada por millón de habitantes, a pesar de que los tres contaban y cuentan con servicios de salud catalogados como de los mejores del mundo. Finalmente, tuvieron que tomarse medidas sanitarias estrictas que han conducido a una disminución considerable del número de casos y una mortalidad de varios días en 0. Al comparar los datos de Suecia, Noruega y Portugal se pueden obtener observaciones interesantes, en los dos últimos las medidas sanitarias, el aislamiento social y la realización de pruebas diagnósticas amplias fueron estrictas, mientras que en Suecia fueron muy laxas e incluso voluntarias, la diferencia entre el número de casos y el número de fallecimientos son notables.

Entre los países de América, la pandemia, aunque se inició posteriormente, se extiende hasta ahora, y mientras en Europa el número de casos y fallecimientos ha disminuido considerablemente en nuestro continente, la incidencia y la mortalidad se encuentran en los puntos más altos. Aquí las medidas gubernamentales han sido dispares, en Estados Unidos se inició la invasión por SARS-CoV-2 y las medidas sociales para aislar a la población fueron diferentes en distintos estados, en Nueva York tuvieron al inicio un gran número de casos y una elevada mortalidad, sin embargo, con medidas severas, tomadas por el gobernador y el alcalde, lograron contener la COVID-19; esto no ha sucedido en otros estados y en California y Texas tienen la incidencia más alta, con mortalidad y letalidad elevadas. El caso es que, a pesar de tener un gran servicio de salud, tienen la mayor mortalidad por millón de habitantes del continente.

letalidad covid 19

En algunos países centroamericanos, aun sin contar con un sistema de salud tan avanzado, los resultados han sido buenos o muy buenos, como en Costa Rica y Honduras donde por las medidas sanitarias aplicadas, los resultados son exitosos; se puede decir que son países pequeños y menos transitados, pero los datos ahí están. En algunos países sudamericanos el inicio de la pandemia fue caótico, como ejemplo Ecuador y Perú, sin embargo, posteriormente establecieron medidas sanitarias estrictas y los resultados al momento no son tan malos, en Chile el número de casos por cien mil habitantes es muy elevado, no obstante, la mortalidad y la letalidad son mejores que en otros sitios; quizá se deba a la práctica amplia de pruebas diagnósticas (PCR) que se llevó a cabo y, por lo tanto, el número de casos confirmados mayor.

En Brasil se presentaron y siguen manifestándose muchos casos nuevos, pero mantienen una letalidad y una mortalidad mejor que la que está sucediendo en Estados Unidos. En México los resultados han sido intermedios, aunque la letalidad es la más alta de América, lo que probablemente se deba a que han estado haciendo muy pocas pruebas diagnósticas y por eso el número de casos leves o asintomáticos están subdiagnosticados, lo cual puede elevar artificialmente la letalidad y disminuir la incidencia.

Como hemos estado enfrentando a una enfermedad desconocida, a pesar de que lleva ya seis meses entre nosotros, las respuestas han sido diferentes y no necesariamente se pueden criticar, sólo se podrá hacer a posteriori, dado que las medidas sanitarias tienen repercusiones económicas y sociales notables. Las medidas en China y Corea del Sur con aislamiento social y confinamiento obligatorio y forzado, aunado a la realización de muchas pruebas diagnósticas, han conseguido buenos o muy buenos resultados, aunque han sido calificadas en otros sitios –no sabemos si al interior– como autoritarias.

También consideremos que los llamados rebrotes son manejados de una manera similar, con aislamiento de los enfermos y los contactos, así como la realización amplia de pruebas diagnósticas para detectar enfermos no sólo graves sino con enfermedad leve e incluso asintomáticos. A los gobiernos de España e Italia se les acusa de haber tomado las medidas de manera tardía, sin embargo, consiguieron abatir los casos, los fallecimientos, y con ello la letalidad, la incidencia y la mortalidad. Las medidas de confinamiento fueron estrictas, obligatorias y vigiladas, y ahora han iniciado un periodo de flexibilización, cuando sus cifras de casos nuevos son muy bajas y la de fallecimientos aún más; tuvieron una respuesta enorme para conseguir atender a los enfermos que en un momento fueron muchos y, para otros periodos, la saturación de camas de hospitalización y terapia intensiva fue absoluta, llegando a tener problemas incluso para manejar los cadáveres de las víctimas de la enfermedad. Ahora están cuidando enormemente los rebrotes, realizando muchas pruebas, identificando los casos de contagio, y cuando los descubren practican un aislamiento extremo de los enfermos y sus contactos.

En Suecia el confinamiento fue voluntario y sin vigilancia, obteniendo resultados menos buenos, todavía a fin del mes de junio tenían varias centenas de casos nuevos y varias decenas de fallecimientos. En América han sucedido casos que llaman mucho la atención. Los únicos gobernantes que no usan cubrebocas son Bolsonaro, López Obrador y Trump, quienes continúan con sus actividades acercándose a la población en giras y actividades políticas, y que han mandado mensajes contrastantes acerca de la gravedad de la COVID-19. En América se han iniciado las medidas sanitarias que, en México, Brasil y Estados Unidos no fueron estrictas, teniendo muchos miles de casos nuevos y muchos cientos de muertos diariamente. En México aún no se realiza la búsqueda de casos con pruebas de PCR amplias. No sabremos el éxito de los resultados hasta después de un tiempo, e indefinido; es cierto que las consecuencias económicas han sido notables, pero es difícil compararlas con las sanitarias.

 Creo que dos actividades serán de gran riesgo en el futuro del control de la enfermedad, las actividades de ocio (casi un oxímoron) y el turismo, los empresarios de ese sector han presionado muchísimo para que sus actividades se abran y que no cabe duda de que los beneficios económicos de hacerlo serán notables, pero lo que pasará con el SARS-CoV-2 no lo sabremos hasta que suceda.

El director de la OMS, Tedros Adhanom, ayer comentó que lo peor está por suceder y pareciera que no todo mundo lo escucha. Es destacada la inversión conjunta de los países de la Unión Europea que han creado un fondo de muchos miles de millones de euros para apoyar la búsqueda de una vacuna; la que aún no se ve cercana y que sería una verdadera solución a la crisis. Dos acciones gubernamentales curiosas, aunque no necesariamente negativas para sus gobernados, han sido las realizadas por los presidentes de Brasil y Estados Unidos; Bolsonaro hizo un donativo (inversión) de varios cientos de millones de dólares a una compañía inglesa (Sanfer) que le garantiza obtener cien millones de dosis de la vacuna que dicen están a punto de conseguir. Con medios menos claros, Trump acaba de lograr que toda la producción de remsedivir se quede en Estados Unidos para garantizar el tratamiento de los americanos y que, por cierto, no está absolutamente evidenciado que el antiviral sea realmente tan efectivo.

Todos los países tuvieron que hacer un esfuerzo extraordinario para contar con instalaciones hospitalarias; en otros, el primer nivel también fue privilegiado. En ese sentido, México lo consiguió, reconvirtiendo hospitales, haciendo varios de manera provisional, y aunque la atención seguramente no ha sido homogénea, sí ha resultado suficiente. Me parece, no obstante, que la disponibilidad de camas de hospitalización y de terapia intensiva no debiera ser el indicador para flexibilizar las medidas sanitarias, sólo debería influir la disminución en la presentación de casos nuevos y la mortalidad por la COVID-19.

Estamos ante una sindemia no vista en cuando menos 100 años, y a pesar de que ahora se cuenta con mayores medios científicos y tecnológicos, el desconocimiento de su historia natural ha impedido su control.


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Murió Carlos Ruiz Zafón

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El pasado 19 de junio falleció en Los Ángeles, California, Carlos Ruiz Zafón. Él había nacido en Barcelona en 1964, Ruiz Zafón fue un escritor extraordinario, exitoso y diferente. El camino hasta llegar a ser el escritor admirado es heterodoxo. Después de estudiar en su ciudad natal con los jesuitas, se hizo profesionalmente publicista, tuvo éxito y llegó a ser director creativo de varias agencias publicitarias, entre ellas algunas internacionales. En 1993 escribió El príncipe de la niebla, con el que obtuvo un premio. Pero decidió emigrar a Estados Unidos, específicamente a Los Ángeles, donde se desempeñó con cierto renombre como guionista y musicalizador de películas, en tanto escribió El palacio de la medianoche (1994) y Las luces de septiembre (1995), que después fueron agrupadas como Trilogía de la niebla, y Marina (2000), todas fueron consideradas como de literatura infantil y juvenil. Pero en el año 2000 acabó La sombra del viento, la que presentó sin resultados al Premio Fernando Lara de Novela. A mucha insistencia de uno de los jurados, Terenci Moix, la obra fue publicada (2001) a regañadientes por Planeta y así de repente empezó a ser aceptada por los lectores, llegándose a vender 15 millones de ejemplares, siendo además traducida a muchos otros idiomas, y desde luego, una edición en catalán.

Rápidamente recibió múltiples ofertas para que la obra fuera llevada a la televisión o al cine, lo que nunca aceptó a pesar de su relación con el medio cinematográfico; siempre dijo que era mejor que el lector hiciera una película de cada una de sus obras. Para la segunda parte de la saga de El cementerio de los libros olvidados, El juego del ángel (2008), las cosas fueron diferentes y la editorial apostó fuerte y el primer tiraje de la primera edición tuvo un millón de ejemplares y obtuvo nuevamente un gran éxito entre los lectores, y ahora sí ya de la crítica.En 2011 apareció El prisionero del cielo y en 2011 El laberinto de los espíritus, las cuales también fueron ampliamente aceptadas por los lectores. Todas las obras de El cementerio de los libros olvidados tienen por personaje central a los libros y su guarda, y vemos transcurrir a sus guardianes, los Sampere, en diferentes generaciones, así como a Lain Coubert el guardián físico del cementerio en ese laberinto; el otro “personaje” es la misma ciudad de Barcelona, la que es descrita a la perfección y en diferentes épocas por Ruiz Zafón.

ruiz zafon

El gran premio del autor fue obtener una cantidad desmesurada de lectores, quienes compraban los libros impresos cuando se hablaba de la caída de la publicación física. Ruiz Zafón obtuvo reconocimientos en otros países, Noruega, Portugal, Italia, pero en España sólo obtuvo reconocimientos por “El libro más vendido” –¡faltaba más!–. Pero nunca fue plenamanete aceptado por el “mundillo literario” o establishment, no aparecía mucho en tertulias ni programas literarios, aunque de vez en cuando era mencionado en la prensa como un personaje muy vendedor de libros. Quizá también contribuía el que –decían– era tímido y retraído, aunque las pocas veces que yo lo vi en vivo y en televisión, era un personaje cordial, jovial, sencillo, y yo diría que muy simpático; gran defensor de su obra y su ciudad.

Sin embargo, los grandes vendedores de libros (best sellers) nunca son muy bien aceptados en el ámbito literario. La única explicación racional de un miembro destacado del establishment es que se convirtió en un escritor muy bueno y reconocido, de los que publican una obra destacada cada tres o cuatro años y que en la primera edición imprimen de 5 a 10 mil ejemplares, y van consiguiendo nuevas ediciones cada tanto; y, claro, resulta indispensable que las editoriales tengan escritores de grandes tirajes, porque de lo contrario no podrían publicarle a los demás autores.

En un “Día de San Jorge” cuando en Barcelona se celebra el “Día del libro”, Ruiz Zafón nos regaló Rosa de fuego (2012), un relato corto en el que nos cuenta el origen de la fantasía del laberinto del cementerio de los libros olvidados; se publicó en un periódico y en una revista, no se consigue en papel, pero se tiene libre acceso en la red. Es una pena que, entre otras muchas cosas, Ruiz Zafón haya fallecido tan joven, porque seguramente nos hubiera dado a leer más obras, producto de su maestría literaria, aunque su técnica fuera diferente, rompedora, nueva e innovadora.

Al leer las notas sobre Ruiz Zafón, me enteré que Ildefonso Falcones también está muy enfermo. Falcones es también un escritor a contracorriente del mundo literario, no sé si ambos piensan que éste tiene más de mundillo que de literario como decía Carlos Monsiváis. Pero ha tenido un éxito enorme en un género más difícil y competido que el de Ruiz Zafón –como fue el de la imaginación y la ficción–, ya que el de Falcones es la novela histórica, que tiene muchos competidores y buenos, actualmente, y por los que diversas editoriales apuestan fuertemente. Falcones dice que siempre quiso ser escritor pero al quedarse huérfano a los 17 años tuvo que cambiar sus planes y estudiar una carrera más convencional; estudió derecho, al mismo tiempo que era un deportista destacado en equitación y hockey sobre pasto –¿habrá algo más inaceptable para el establishment literario?–.

Ildefonso Falcones
Ildefonso María Falcones de Sierra, abogado y escritor español.

Falcones alcanzó una carrera destacada como letrado –así le llaman en España a los abogados–,  pero decidió buscar su metas literarias y en 2006 publicó La catedral del Mar que rápidamente fue publicada por Grijalbo y alcanzó récords de ventas y fue traducida a varios idiomas, y por supuesto con ediciones en catalán; es una obra grandiosa, perfectamente estructurada con personajes y situaciones creíbles y entrañables, todo alrededor de la Barcelona del siglo XII y la construcción de una de sus catedrales. Su segunda obra (2009), La mano de Fátima, a mí me parece incluso mejor lograda y trata de la dificil integración de musulmanes, judíos y católicos en la España del final de la Edad Media. En 2013 aparece La reina descalza y en 2016 Los herederos de la tierra, que es una continuación de La catedral del mar, de cómo las catedrales tardaban tanto en construirse; ésta se sitúa muchos años después. Para 2019 publicó El pintor de almas, que no he leído por esto de no poder ir a las librerías.

Así, Ildefonso Falcones es otro escritor de formación heterodoxa pero sumamente exitoso, porque además de dominar su técnica literaria tiene una gran imaginación, una amplia cultura y una seguridad que le permiten acceder a los más destacados niveles. Ojalá que Falcones supere su problema de salud y nos pueda brindar más obras de su autoría. Falcones sí acepto que su Catedral del mar tuviera una versión televisiva, que al parecer también ha alcanzado gran aceptación, aunque no tanta como la versión literaria. Con motivo de esta nota la vi y Ruiz Zafón tenía razón, “la versión cinematográfica que yo filmé en mi imaginación es mejor que la consiguió TV3 española”, a pesar que no se puede negar que es entrañable, que tiene una fotografía con una luz grandiosa, y muchos de los personajes están logrados muy cercanamente.

Leer es uno de los grandes placeres de la vida y hacerlo en libros de papel tiene un disfrute aún mayor. Recientemente escuché a un experto literario que mencionaba que los libros conseguirán reproducir las obras que ya no puedan ser leídas por haber sido hechas en versiones electrónicas, que para entonces resulten obsoletas.


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¿Pero qué necesidad?

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El Dr. Hugo López-Gatell Ramírez es un médico impecablemente formado, estudió Medicina en la Facultad de Medicina de la UNAM, varios de sus profesores en esta etapa lo recuerdan como dedicado, inquisitivo, inteligente y simpático; después hizo la residencia de Medicina Interna en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición en donde obtuvo el grado de Especialista, durante un tiempo permaneció como médico del servicio y se le conocía por su interés y dedicación por los pacientes y los residentes. Hizo después, en el mismo instituto la Maestría en Ciencias Médicas, para después viajar a hacer el Doctorado en Salud Pública en la Escuela Johns Hopkins en Baltimore; que es una de las escuelas más prestigiadas en el campo, si no la que más. Yo tuve el gusto de conocer a su padre el Dr. Francisco López-Gatell Trujillo durante mi paso por el entonces Centro Hospitalario “20 de Noviembre” del ISSSTE; él fue un urólogo muy profesional, una persona sobria, seria, muy culto y respetuoso, con valores que seguramente logró transmitir.

Lopez-Gatell padre

A su regreso a México el Dr. Hugo López-Gatell se incorporó primero al Instituto Nacional de Salud Pública, una institución muy competitiva hacia el interior, donde al parecer se desempeñó con facilidad, después paso a las áreas epidemiológicas de la Secretaría de Salud, donde ha permanecido ya desde hace varios años, hasta llegar a ser, ahora, el Subsecretario del ramo. En el camino se ha dedicado también como profesor y ha hecho muchas publicaciones valiosas en prestigiadas revistas mexicanas e internacionales. Como ya decíamos, es un hombre ilustrado con una cultura amplia, lo que, junto con su experiencia como maestro y conductor de grupos, seguramente le han dado la facilidad para ejercer con agilidad y facilidad como vocero del gobierno federal ante la pandemia de la COVID-19 en la que transcurrimos.

Insisto en que no hay duda de que el Dr. López-Gatell tiene los conocimientos y la capacidad no sólo para hablar de la COVID-19, sino para dirigir los esfuerzos para combatir la epidemia por la infección de SARS-CoV-2. Desde luego, le han encomendado una tarea sumamente difícil y desgastante, hablar en público, realmente en público, porque sus conferencias son transmitidas por diversos medios, tradicionales y no tanto; hablar durante una hora cinco días a la semana dando noticias que tienen que ser casi siempre malas, es una tarea magna. Con altibajos lo ha conseguido.

Lopez-Gatell
Hugo López-Gatell Ramírez, titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud (Fotografía: 88.9 Noticias).

Sin embargo, hay que resaltar unos resbalones, no pequeños, que no tienen que ver, en mi opinión, con sus capacidades, sino con la disciplina partidaria o hacia sus superiores. Resalto sólo algunos que creo que son así:

El rescate que tuvo que hacer del Sr. Presidente cuando éste mencionó las estampitas al principio de la pandemia, y el salió rápidamente a comentar que Andrés Manuel López Obrador no era un factor de contagio sino un ejemplo moral; rara respuesta para un hombre de ciencia.
Una más fue la que sucedió durante una plática con una legisladora de oposición que le discutía sobre el número de casos y de defunciones de la COVID-19, terminó de manera brusca, y quizá grosera, diciéndole que el proceso cognitivo empezaba con la atención y que como ella no la tenía no hablaba con ella; me parece que él siendo, además, un experto en educación, sabe que la arrogancia y la soberbia son algunos de los mayores de la andragogía (aprendizaje del adulto).
El titular del Poder Ejecutivo se ha negado a utilizar cubrebocas a lo largo de toda la pandemia, el López-Gatell no lo usa tampoco durante sus comparecencias. No sabemos si las discusiones acerca de la utilidad de cubrir la boca y la nariz las ha suscitado para justificar a su jefe o realmente así lo piensa, ahora ha venido quedando claro que es una medida útil y que es recomendable utilizarlo.
Después de haber pronosticado un curso de la pandemia en nuestro país y no haber acertado –olvidando que hacer predicciones es muy arriesgado especialmente sí es sobre el futuro–, se estableció una discusión sobre si la enfermedad estaba en control como decía el Sr. Presidente, y también afirmaba el Subsecretario, y si el número de casos nuevos y de fallecimientos seguía siendo tan elevado. En aquél momento dijo que ésa era una manera pobre de observarlo, que lo útil eran otros datos como la ocupación hospitalaria, el número de intubados, etcétera.
Una persona tan competente como él sabe que el número de casos y las cifras de fallecimientos marcan el curso de la enfermedad.
También de manera exabrupta respondió a la pregunta sobre los médicos cubanos, y lo hizo sin mayor sustento, sin justificar la acción, desde luego, porque no hay nada más a contraestilo de la carrera de López-Gatell que la medicina cubana.

El área de atención de los enfermos y por lo tanto los indicadores que se han diseñado para medirla, no son de la responsabilidad de la Subsecretaría de la que él es responsable, lo es de la Dra. Asa Christina Laurell, sin embargo, ella no ha salido a dar explicaciones, o lo ha hecho de manera muy poco notable. El Secretario de Salud Jorge Alcocer Varela poco ha dicho. Muchas cosas se han mencionado, pero desde luego considero que el Dr. Alcocer es una gente capaz, con posibilidades de hablar y explicar en público, no puede ser de otra manera, no hubiera hecho una carrera tan destacada y tan distinguida como profesional de otra forma.

La Dra. Laurell, decíamos, ha aparecido muy poco, y también creo que tiene la capacidad para estar al frente del problema. Estoy seguro de que la idea de traer médicos cubanos es de ella, bajo la función operativa de su alumna Oliva López Arellano, la Secretaria de Salud de la Ciudad de México; llevan años trabajando desde la Universidad Metropolitana en un modelo así para México. Me pregunto, ¿por qué no trajeron médicos con experiencias exitosas en el tratamiento de COVID-19? Chinos, coreanos, italianos, alemanes o españoles, países en los que la letalidad es mucho menor que la que estamos teniendo nosotros; en sus países además se establecieron medidas acertadas en muchos aspectos, desde diagnóstico precoz, medidas terapéuticas, manejo de aislamiento, evaluación de la población inmune, entre otras. ¿Por qué cubanos? Creo que es un golpe en la mesa para decir “así van a ser las cosas”.

Pero en lo que estábamos, ¿por qué sólo Hugo López-Gatell aparece?, ¿el resto del equipo no es capaz?, ¿no saben hacerlo?, ¿o lo están dejando morir solo?

Pero unas cuestiones más: ¿por qué un profesional tan sólido como López-Gatell no dice la verdad, sólo la verdad y toda la verdad? ¿Por disciplina? Y esta disciplina, ¿está plegada a la jerarquía o los pensamientos ideológicos? No me atrevo a responder a esto.

Aunque el término se diseñó en los años 90, en 2009 se empezó a utilizar el término “sindemia” para destacar la asociación que existía entre los padecimientos, especialmente crónicos, y sus consecuencias sociales. El ejemplo para esta asociación entre sinergia y epidemia es la asociación entre sobrepeso, obesidad, diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad renal crónica, etc., y sus consecuencias sociales y económicas, aunque aquí se hablaba sólo del costo que los servicios médicos tendrían que hacer para atender a los enfermos.

Quizá la COVID-19 no constituya sólo una epidemia, tampoco sólo una pandemia, si no que sea una sindemia, dado que además de las consecuencias propias de la enfermedad, tiene graves repercusiones sociales, económicas, y aunado al gasto para atender a los pacientes, también está la disminución en la producción, en la pérdida de puestos de trabajo que ocasiona, así como las consecuencias políticas de esto, hay gobiernos que salen mejor parados que otros al enfrentar al SARS-CoV-2.

Es la tormenta sindémica perfecta. Aunque COVID-19 es una pandemia, los países la enfrentan de manera diferente y, por tanto, sus resultados ante la sindemia no serán los mismos.


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Miscelánea no fiscal

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El escrito que pongo a su consideración esta semana lo titulo de esta manera porque es una mezcla de varios asuntos, aunque sí tiene algunos aspectos fiscales.

Hace sólo unos días falleció un investigador de la Facultad de Medicina víctima de COVID-19, un lamentable suceso; era un distinguido científico, que trabajaba en una de las unidades periféricas de la facultad, fue un claro ejemplo de la superación personal; ingresó hace varios años como laboratorista, posteriormente cursó la maestría y el doctorado, consiguiendo un sitio en la unidad hasta hacerse responsable de unos de los laboratorios, actualmente era SNI II en el Sistema Nacional de Investigadores. La última vez que estuve con él fue hace unos meses en el Instituto Pasteur en París donde dictó una conferencia que fue altamente apreciada. No trabajaba con SARS-CoV-2, aunque su sitio de trabajo estaba en el Hospital General, no sabemos con precisión cómo adquirió la enfermedad.

Pero la tragedia no acaba con su lamentable fallecimiento, vivía solo y al sentirse mal llamó a alguna de sus hermanas quien intentó ingresarlo a un hospital público, al no conseguirlo lo hizo en un hospital privado, donde permaneció más de cuarenta días, la mayoría de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos, intubado y con asistencia mecánica ventilatoria. Al final el costo de la hospitalización fue cuantioso, y en el camino los familiares se percataron que no tenía vigente su seguro de gastos médicos mayores. Esto constituyó al final un enorme motivo de desasosiego, lo que aunado a su pérdida resultó caótico.

fideicomisos en salud
Ilustración: Nexos.

Hasta hace año y medio dentro de las prebendas que obtenía del CONACYT, un científico al ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores, era un seguro de gastos médicos mayores, que era renovado año con año mientras se permanecía en el Sistema y cubierto por el Estado, mismo que asumía el costo. Desde luego, no era la única canonjía, el ser miembro del SNI, además de obtener una retribución económica –que fue pensada desde sus establecimiento como una ayuda a un grupo fundamental que recibía o recibe bajos salarios–, poco a poco se fue estableciendo como un status al que todos los investigadores querían pertenecer y ascender dentro de él. Resultó extraño que un gremio siempre tan combativo no expresó su inconformidad cuando uno de sus beneficios fue recortado. Es cierto que hubo algunas reclamaciones puntuales, que fueron desactivadas con el mismo argumento inicial, el seguro de gastos médicos era fifi o neoliberal. El caso es que se les retiró un beneficio sin más.

Hace tan sólo unos días se envió un proyecto de ley para anular una serie de fideicomisos, aduciendo que son manejados con deshonestidad, estos fideicomisos son múltiples y de diversa función. El más importante si se toman en cuenta los recursos económicos que maneja y la importancia y urgencia en que deben ser usados, es el FONDEN –Fondo de Desastres Naturales–, el fondo para la atención de emergencias. Pero existen muchos fideicomisos más sobre los que existe la amenaza de ser suprimidos, uno de ellos es el de fomento al arte cinematográfico que, por cierto, ante lo sucedido rápidamente surgieron múltiples voces, encabezadas por prestigiados cineastas que de inmediato hablaron en la Cámara de Diputados y a quienes se les respondió que ese fideicomiso no iba a suprimirse –hago notar que las grandes figuras del cine que encabezaron la protesta no son posibles beneficiarios de los fondos de estos fideicomisos, si no que lo hicieron seguramente guiados por un espíritu gremial–.

cineastas mexicanos
De izquierda a derecha: Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro Gonzalez Iñárritu, cineastas mexicanos.

Otro grupo de fideicomisos amenazados son los destinados a la investigación, unos a las ciencias sociales, otros a las ciencias biomédicas. A esta posible suspensión hubo una pobre respuesta de parte de los investigadores de las diferentes disciplinas, un tímido reclamo de parte de algunos investigadores de un centro de investigación de ciencias sociales. Desde luego no hubo reclamo de las grandes figuras de la investigación, ni de las agrupaciones que los reúnen, como la Academia Mexicana de Ciencias, prácticamente no hubo respuesta a la amenaza; como si los fideicomisos no fueran necesarios. Hasta hace dos o tres años observé cómo era vigilado uno de estos fideicomisos de investigación y me percaté que existían múltiples mecanismos de supervisión que incluían monitoreo de los resultados, participación de auditores externos, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de la de la Función Pública y de las áreas jurídicas y de finanzas de la institución, de tal forma que parece muy extraña la acusación de deshonestidad, cuando menos realizada de manera generalizada.

De cualquier manera, la respuesta de los investigadores, que en otras épocas hubiera sido aireada y expedita, no ha surgido. Al FONDEN, no obstante, su cuantía y su importancia, no ha salido a defenderlo nadie, ni los que lo han utilizado, ni los que lo podrían llegar a necesitar, ni los gobernadores, ni los presidentes municipales, ni nadie.

El tercer punto me parece a mí aún más grave. Con la presencia de la COVID-19 han venido sucediendo muchas tragedias, una de ellas es la afectación del personal de salud al estar atendiendo a los pacientes. Cada tanto surgen inconformidades del personal de la salud por no ser abastecidos del equipo de protección necesario para atender a los enfermos, intentando disminuir el riesgo de adquirir la infección. Como todas las cifras acerca de la repercusión de la COVID-19, las concernientes al número de afectados entre los trabajadores de la salud, son imprecisas, incluso las que conciernen a los fallecimientos. Las cifras sobre el número de muertos bailan, pero es posible que sean ya bastante más de 100; unas notas periodísticas, no recientes, hablan de 111, otras de 148. En otros países donde se han llevado estadísticas más puntuales, el 10% de los afectados es personal de la salud.

fideicomisos
Ilustración: Guillermo Préstegui.

Hace unos días el gobierno anunció la adquisición de un seguro de vida para médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud por $50,000 pesos. Me parece que este seguro es innecesario, que bastaría con que en los miembros del equipo de salud afectados fuera considerado como una enfermedad profesional, motivo de un riesgo laboral, con lo que la indemnización sería muy superior a los $50,000 que se comentan. Y, además, dejaría cubiertos a sus ascendientes y descendientes por largo tiempo, puesto que habría que otorgarles su salario, cuando menos su sueldo durante varios años.

La OMS, ayer 9 de junio, hizo la consideración que los pacientes que fallezcan por una enfermedad sugestiva de COVID, aunque no se les haya determinado el SARS- CoV-2, deben ser considerados como COVID-19, lo cual amplia aún más el panorama y la posibilidad de que el personal sea cubierto en su riesgo laboral si se enferma y más si fallece.

Creo que el personal en riesgo debe también ampliarse, no sólo tienen el riesgo laboral quienes están directamente con los enfermos, si no todos los que trabajan en las instalaciones hospitalarias, debiéndose incluir a quienes lo hacen en los sitios de atención primaria. Durante lo que ahora se llama periodo neoliberal, muchos sindicatos fueron catalogados como charros, por pactar con los patrones a costa de sus representados, pero los riesgos laborales y sus consecuencias, si no siempre, eran frecuentemente defendidos.

No he visto ninguna acción del sindicato del IMSS, siempre tan atento, ni del ISSSTE, menos aún de los que representan a los trabajadores de la Secretaría de Salud; las tres instituciones tienen en su plantilla, ahora y siempre, trabajadores sin plenos derechos.

Una democracia en la que las voces disonantes son acalladas no será nunca una verdadera democracia.


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Premio Alfaguara 2020

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Desde hace años sigo con interés y curiosidad los resultados de algunos premios litetarios, algunos amigos critican este deseo por leer novedades, yo siempre he contestado que lo hago porque no hay razón para dejar pasar obras interesantes por el sólo hecho de que son recientemente publicadas.

 Los premios tienen diferente razón de ser, algunos como el Premio Nobel o el Premio Cervantes reconocen la obra de los recipendiarios, y en general son autores muy destacados. El Premio Nobel ha tenido siempre algunos barruntos que se han incrementado en los últimos años, a tal grado que tuvo que ser interrumpido durante un año, aunque al siguiente se otorgaron dos preseas, el monto es cuantioso y el reconocimiento literario y social notable; en los años recientes han sido premiados autores poco conocidos, cuya obra incluso no existía en español, pero tuvimos poco después la oportunidad y necesidad de leerlos.

premios literarios
Imagen: Infobae.

Entre los escritores en español ha sido notable que no se otorgó a grandes personajes como Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes o Miguel Delibes, y como la presea sólo se concede a escritores vivos, es una falta irreversible. En el Premio Cervantes el problema es menos grave, porque únicamente se otorga a los escritores en español, y casi siempre ampliamente reconocidos y premiados; como todos los premios tienen sus anecdotas destaco el caso de Camilo José Cela que se pasó varios años reclamándolo, dado que ya había recibido el Premio Nobel. En los casos cuando el premiado es alguien del que no hemos leído nada, nos sentimos culpables y en la obligación de hacerlo.

El Premio Goncourt y el Premio Planeta, el primero en francés y el otro en español, se otorgan a una obra, principalmente el segundo tiene la intención de promover las ventas de la editorial y la lectura de la obra. Muchos lo critican pero a mí me parece que si se venden y leen libros, la literatura puede seguir viva, el Goncourt tiene una retribución sólo simbólica, mientras que el autor de la obra que obtiene el Premio Planeta recibe una suma muy cuantiosa, en ambos casos la intención es que se vendan muchos ejemplares y que sean leídos por mucha gente. El Premio Ranaudot, en cambio, surgió como contraparte de una agrupación de autores, ante la queja de que el Goncourt se otorgaba con predileción a obras de algunas editoriales; tiene un gran prestigio. El Nadal es un premio muy reconocido, muchos de los receptores han sido posteriormente grandes escritores.

El Premio Alfaguara se estableció en 1965, se otorga anualmente, fue suspendido de 1973 a 1997, la cantidad que se otorga es de 175,000 dólares, además de la publicación, difusión y publicación de la obra. En mi opinión, las obras premiadas han sido disímbolas, algunas ha resultado muy importantes, pero otras han pasado desapercibidas para la crítica, los lectores, y no sé si para las ventas. Es cierto que tiene una vocación más iberoamericana que el Premio Planeta, apenas en 2018 lo obtuvo Jorge Volpi con su obra Una novela criminal, que a mí me pareció espléndida, sin embargo, aún tratando un tema famoso, polémico y muy discutible desde el punto jurídico, social y político, obtuvo una repercusión menor a la que cuando menos yo esperaba.

premio alfaguara

En 2020 la novela triunfadora resultó Salvar el fuego, de Guillermo Arriaga. Un escritor mexicano, chilango, polifacético, muy conocido como cineasta, tanto como guionista como director. Aunque ya había escrito algunas novelas: Escuadrón guillotina (1991), Un dulce olor a muerte (1994) y El búfalo de la noche (1999), saltó a la fama como guionista de una espléndida película, Amores perros (2000), dirigida por González Iñárritu, cuyo éxito notable en todos sentidos llevó a ambos a realizar una saga de tres obras, 21 gramos y Babel (2006) la completaron. Estas películas fueron muy premiadas en varias categorías, incluidos los guiones de Arriaga. Él mismo, para otro director, escribió el guion de otra película, Los tres entierros de Melquíades Estrada  (2005), otro éxito de crítica y por parte del público, y en 2008 dirigió un guion para la película que él mismo dirigió: Fuego (The burning plan). En 2016 publicó una novela, El salvaje (Alfaguara), muy extensa, intensa, que un poco predecía a Salvar el fuego.

Guillermo Arriaga premio alfaguara
Guillermo Federico Arriaga Jordán, escritor, productor y director cinematográfico mexicano.

Salvar al fuego es una novela complicada de leer, es muy larga, tiene 660 páginas en la edición actual; es muy compleja porque está escrita en primera, segunda y tercera personas, con contrapuntos que a veces parecen desorientadores, pero que al final no lo son; como en su película Amores perros, en donde el accidente automovilístico nos sitúa en todo lo sucedido hasta entonces  y nos conduce al desenlace; aquí la prisión es el sitio de confluencia de personajes, situaciones y análisis. Guillermo Arriaga describe un México complicado, violento, deshonesto, que seguramente es brutalmente real y fidedigno. La historia está escrito de manera muy realista, a veces resulta cruel, por hiperdescriptivo e hiperealista. Utiliza un lenguaje lleno de varios matices, con un español muy propio y un caló, una jerga, que en realidad se vuelven muchos porque los personajes que lo utilizan pertenecen a muchas escalas sociales y, por tanto, su hablar es diverso. Es una obra magnífica pero muy oscura, que no se puede leer ni como una historia de amor ni como un thriller policiaco, es mucho más; una situación social complejísima, con profundidades vastas.

El jurado del premio en su acta escribió dos aseveraciones para justificar su decisión: “una historia de violencia en el México contemporáneo donde el amor y la redención aún son posibles”, y “una historia de amor y violencia ambientada en el México actual”, no sé lo que opine Arriaga de estas consideraciones, pero a mí no me parecen fundamentadas. Lo que sucede a los dos personajes principales es que intentan solucionar graves problemas no resueltos, con una relación aparentemente amorosa. No se puede amar si uno de ellos sufre por un maltrato infantil, que cuando menos él así lo considera, que sufrió de manera oprobiosa, intensa y, por supuesto, injustificada, y la otra sufre de un mal muy frecuente entre muchos miembros de nuestra sociedad, el aburrimiento y el tedio. Por supuesto que con semejantes cargas el amor no se da, lo que sucede es una relación perversa que los conduce al abismo y probablemente al infierno, si es que existe.

Desde luego es una obra interesante, muy importante, que no tiene desperdicio, que deja enseñanzas esenciales y un entretenimiento apabullador.


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Diferentes formas de enfrentar a la COVID-19

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Por estas fechas estaremos cumpliendo, o por cumplir, cinco meses del inicio de lo que se convirtió rápidamente en una pandemia, la COVID-19; enfermedad causada por una nueva, o cuando menos hasta entonces desconocida de coronavirus, el SARS-CoV-2. Los resultados de la COVID-19 han resultado catastróficos, no sólo por haberse presentado muchos casos, sino porque han sucedido muchas muertes como consecuencia; además que en los intentos para detener su expansión han acaecido muchos fenómenos sociales, económicos e incluso políticos. Los intentos de contención han sido muy diversos a lo largo del mundo.

En China al surgir la enfermedad se tomaron medidas que finalmente resultaron exitosas, aunque posteriormente fueron calificadas en otras partes del mundo como extremas e incluso atentatorias contra los Derechos Humanos. Se aisló plenamente a la región y su población fue recluida en su domicilio de manera absoluta; se tomaron medidas extraordinarias para la atención de los enfermos y para este momento, en estos cinco meses, el número de casos nuevos ha disminuido muchísimo frente a los primeros días, y hace varios días que no hay fallecimientos como consecuencia de COVID-19.

La epidemia, para entonces ya considerada pandemia, se extendió muy rápido, prácticamente simultánea, a otros países asiáticos y a Europa. Por razones epidemiológicas no muy claras, Italia fue inicialmente el país más afectado, aunque Corea del Sur y Japón tuvieron casos también al mismo tiempo. Poco después, los habitantes de Estados Unidos se vieron afectados y, poco más tarde surgieron los primeros casos en México. Las respuestas ante los avances de la enfermedad han sido muy diversos; tanto en la intensidad de las medidas, como en la temporalidad para establecerlas.

Prácticamente en todos los países se tuvieron que tomar medidas extraordinarias para poder brindar atención a los enfermos, dado el gran número de casos y que muchos de los enfermos requieren asistencia respiratoria mecánica. Se presentó la realidad de un déficit enorme de recursos humanos y materiales para su atención, en la mayoría de los países este déficit fue siendo saldado con la puesta en marcha de instalaciones hospitalarias, algunas veces con la construcción rapidísima de hospitales, la adquisición y manufactura extraordinarias, de equipos de ventilación mecánica y seguramente la habilitación de recursos humanos; los resultados han sido diversos.

Las medidas tomadas en China parecen haber sido efectivas. En un país tan poblado el crecimiento de la infección por SARS-CoV-2 se detuvo, y pasado el tiempo podemos observar que el número de individuos infectados y de los pacientes que fallecieron fueron relativamente pocos; especialmente, reitero, si se toma en cuenta el número de habitantes. Visto retrospectivamente, las medidas resultaron oportunas y eficientes, sin dejar de tomar en cuenta las críticas a su severidad. De ahí, la entonces epidemia, saltó a Corea del Sur, Japón, Irán, y muy poco tiempo después a Europa, inicialmente a Italia. En Corea del Sur y Japón se desarrollaron medidas que dieron resultados y el número de casos y la mortalidad no resultaron tan desastrosos, al pasar los días, entre otros éxitos, fue resaltado el de la oportunidad de las medidas de aislamiento. Se enfatizó también el número de pruebas de diagnóstico que se realizaron y con sus resultados la posibilidad de aislamiento de pacientes sin síntomas (portadores) o con una enfermedad de curso benigno. Del curso de la pandemia en Irán no tenemos muchas noticias.

Hago hincapié en que muy poco tiempo después de iniciada la infección por el nuevo coronavirus, se desarrolló una prueba diagnóstica que se hace con la técnica de PCR que demuestra la presencia del SARS-CoV-2, y se hace con una muestra de secreciones nasales y faríngeas, la cual ha resultado con una sensibilidad y especificidad muy buenas, lo que la hace un auxiliar muy valioso desde el punto de vista clínico y epidemiológico. La prueba de la respuesta inmunológica a la infección se realiza en suero y determina la respuesta aguda a la infección y la presencia de posible inmunidad ante nuevas exposiciones.

prueba covid 19
Fotografía: RTVE.

En Italia y en España la respuesta ha sido juzgada como tardía y el número de casos está resultando mucho mayor, lo mismo que la letalidad; de igual forma hubo que buscar aislamiento de la población con un confinamiento obligado, que ahora está a punto de ser relajado. Su sistema sanitario fue rebasado de manera considerable y tuvieron que tomarse muchas medidas extraordinarias, que incluyeron la construcción y habilitación de muchos hospitales, con habilitación de unidades de terapia intensiva, contratación extraordinaria de personal, entre otras, con resultados menos buenos que los obtenidos por los coreanos y japoneses. Asimismo, las tan temidas y comentadas consecuencias económicas y sociales de cualquier manera han sucedido y al parecer continuarán, cualquiera que sea el curso de la pandemia. En España han tenido, además, enormes consecuencias políticas que ponen en peligro la continuidad de su gobierno.

Se han presentado algunos ejemplos, destacables, en la respuesta gubernamental ante la pandemia de COVID-19. Portugal es uno de ellos, curiosamente ahí la población se recluyó antes de que se lo pidieran sus gobernantes, se realizaron muchas pruebas de PCR, se pudo responder adecuadamente a la demanda hospitalaria y los resultados fueron mejores a pesar de estar enclavados en la pandemia. Me parece a mí que el liderazgo del jefe de gobierno resultó vital. Si bien las características de Islandia y Nueva Zelanda son muy particulares, son islas y con población reducida, los resultados han sido notables, hoy no tienen ningún paciente internado y hace muchos días que no tienen fallecimientos; aquí seguramente la capacidad de los gobernantes y liderazgo resultó fundamental y que, por cierto, ambas son mujeres, lo mismo que en Alemania en donde los resultados han sido menos malos que en sus vecinos europeos.

Presento a ustedes estadísticas tomadas de una página, que si bien es fundamentalmente económica, actualiza sus datos diariamente –lo que muestro son del 26 de mayo–, y pueden resultar cuando menos discutibles; todas provienen de una sola fuente –Expansión / Datosmaro.com–. Los datos del uso de la aplicación de pruebas PCR para diagnóstico son de la OCDE y de fines de abril, no hay más recientes.

tablas de covid 19

Creo que el caso en México tiene características singulares. Creo que no se ha logrado transmitir una conciencia de la gravedad del problema. Hay núcleos de población que aún afirman que la pandemia no existe, que es un invento con fines políticos y sociales, esto ha hecho que una buena parte de la población no se haya confinado, además de la que no lo ha podido hacer por razones económicas. No parece haber abonado el mensaje oficial, el presidente nunca ha aparecido con cubrebocas, tampoco lo ha hecho nunca el presidente norteamericano.

Debo hacer notar el muy bajo número de pruebas diagnósticas realizadas, ocupamos el último lugar entre los miembros de la OCDE, esto me parece muy extraño, toda vez que el líder sanitario, el Dr. López-Gatell, está formado en un centro en donde la búsqueda del diagnóstico etiológico, a través de pruebas bioquímicas, microbiológicas, serológicas, microscópicas y de imagen, entre otros, es fundamental; una conducta, prácticamente una doctrina, desde el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición.

No se ha conseguido demostrar la eficiencia, la efectividad, la eficacia, de ninguno de los medicamentos que desataron optimismo inicialmente, algunos de estos han sido incluso proscritos. La verdadera esperanza está fincada en una vacuna, barata y eficiente que pueda desarrollarse pronto; hay varios prospectos en marcha, algunos ya en fase II de experimentación y con promesas de que podría estar lista en septiembre u octubre.

Debemos esperar con serenidad.


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