Ciencia y Tecnología

Sexo y coronavirus

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El sexo es congénito a los seres vivientes y entre los humanos es la base de la procreación para la preservación de la especie. La diferencia es que hombres y mujeres son conscientes de ello, y las demás especies lo hacen sólo por instinto. Pero en la pandemia del coronavirus las relaciones sexuales entre matrimonios y parejas no surgen como un tema esencial en las campañas para evitar contagios. El gobierno en México –ni hasta ahora la Organización Mundial de la Salud– en sus tres niveles, dentro de las atribuciones correspondientes establecidas en sus propias Constituciones, permanecen silenciosos ante lo que pudieran considerar materia reservada a la intimidad de las personas.

En otros países, como en Estados Unidos de América, más abiertos en estas delicadas cuestiones, y en específico la ciudad de Nueva York, donde la epidemia ha causado más de un centenar de muertos, a través de su Departamento de Salud ha emitido algunas recomendaciones sobre el caso a fin de tener relaciones sexuales “seguras”. Llaman la atención aquellas que indican que el virus no es trasmisible mediante el semen o los fluidos vaginales, que el sexo más seguro es la persona con la que se vive cotidianamente –esposa o pareja–, aunque la abstinencia sexual no se descarta. Obviamente prohíbe los besos en la boca porque la saliva sí es un trasmisor; así como sexo grupal y prácticas para evitar las heces fecales porque las de personas infectadas son propicias al contagio; y finalmente advierte que “Usted es su pareja sexual más segura”, recomendando con ello la masturbación.

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Ilustración: Paula de la Cruz.

Otras recomendaciones de medios informativos extranjeros señalan que aquellas personas que padecen enfermedades pulmonares, cardíacas, cáncer o enfermedades del sistema inmune, deben abstenerse de mantener relaciones sexuales, pues pueden atraer fácilmente el coronavirus. El periódico inglés The Guardian, por su parte, en entrevista con tres expertos señala que no se puede trasmitir sexualmente ya que la principal vía de contagio es la respiratoria, seguida de tocar superficies contaminadas;  que el sexo es una buena manera de divertirse y liberar la ansiedad durante una época muy estresante, pero aconseja no tener sexo con nuevas parejas en este proceso, y la tercera recomendación es que hay una buena oportunidad para conectar con posibles parejas sexuales a través del sexting, o sea sexo virtual, que al igual  que el Tinder –sitios para hacer citas con personas desconocidas–, aunque ambas están plagadas de contingencias azarosas.

Algunos expertos en México comentan que no tiene sentido restringir las relaciones sexuales, mientras se atiendan las medidas de protección que se han emitido las últimas décadas para ejercer la sexualidad libre y responsable; otros señalan que puede tener riesgo con una persona que sale del hogar a comprar comida, llevar ropa a lavar, etc., y tener sexo sobrelleva ciertos riesgos. En realidad, afirma un epidemiólogo, los besos son más peligrosos que la penetración, pues la transmisión del virus es mediante la saliva, si se trata de una relación fuera de pareja o matrimonio, o entre estos, si existe riesgo de infidelidad o haber tenido acercamiento con personas contaminadas del coronavirus. Por ello el acto de hacerlo boca a boca, de boca a nariz y ojos representan mayor peligrosidad. Y para los solteros la mejor forma de preservarse del contagio es la abstinencia.

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Ilustración: Janet Sung.

Hay quienes afirman que el sistema inmune es el mejor medio de resguardar nuestros cuerpos de los elementos patógenos, como la bacteria causante de la enfermedad que hoy aqueja a la humanidad. Por lo que una mujer española en un video que se ha hecho viral, enfermera ella o al menos así viste, dice que tener sexo dos veces por semana es saludable por la hormona de oxitocina, y los neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y endorfina que se producen en el acto sexual, derivado a un estado de felicidad y relajamiento contra la angustia y la ansiedad. Sin embargo, esto no tiene todavía sustento científico.

Finalmente, Cesare Pavese, escritor italiano, dice que “si el sexo no fuese la cosa más importante de la vida, el Génesis no empezaría por ahí”.


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Dios, ciencia… quien sea, que nos salve de esta guerra pandémica

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Sálvese quien pueda

A diferencia de otras notas, no compartiré enlaces de la web, pues me imagino que todo el mundo que está en casa y dispone de Internet, de neveras llenas de comida, bebida, aire acondicionado y otras facilidades de la vida moderna, ha leído lo que le interesa. Yo mismo no he leído mucho y trato de ver lo menos posible la información de la T.V., ya que no me brindará mucho salvo ponerme histérico. 

Eso sí, estoy en cuarentena desde varios días antes del decreto presidencial, pues me era muy claro que el mejor remedio es no exponerse y mi casa, en ese sentido, es mi fuerte, mi fortaleza. He manifestado en el pasado y ratifico hoy que sufro de la enfermedad de la conspiración. Ya he publicado también que esta guerra global es un programa que tiene varios objetivos y supongo que este virus es producto de un laboratorio, y es verdad que no sé si se escapó del mismo o le abrieron la puerta. De todas maneras, al estar afuera ya era difícil meter nuevamente al diablo en la botella. En este momento, 28 de marzo, hay 597,630 infectados y 27,370 muertos, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos). Cuándo se detendrá, cómo se detendrá, cuántos muertos habrá al final, eso está por verse.

Como siempre, ante este tipo de eventos aparecen una serie de personajes, en los que me incluyo, que sostienen que esta pandemia es una acción conspirativa contra el orden establecido. Debemos reconocer que el orden establecido para unos y para otros no es el mismo.

El primer punto –y seguro más de uno me crucificará y sólo por no comprender que nada tengo en contra de los científicos que investigan, todo lo contrario, sólo en ellos confío–, es que los científicos no están de acuerdo entre ellos, pues si fuera así quizás ya tendríamos la vacuna. Y posiblemente exista la vacuna, pero aún no están dadas las condiciones para usarla. 

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Ilustración: Patterson.

Leí que no es posible que este virus sea un producto de laboratorio porque los virus de laboratorio suelen construirse sobre el esqueleto de virus existentes y éste es uno nuevo, como también leí “nuevo coronavirus”. Soy absolutamente lego en estos temas y no tengo la capacidad de leer y entender lo que publicaron los científicos en la importante revista científica Nature. Mi análisis proviene desde otra plataforma:

1. El desarrollo académico de los científicos a la par que investigan, deben publicar lo investigado y eso pasa serios controles, pero lo cual no significa que sea absolutamente cierto o comprobado; en gran medida son expectativas.
2. Estos mismos científicos para poder investigar reciben mucho dinero, pues de algo deben vivir, y eso me llevó hace años cuando leía en la prensa los resultados de alguna investigación que me interesaba, averiguar quién la financiaba. ¿No es fácil de comprender? Si una investigación dice que la Coca-Cola es mala para la salud, posiblemente la investigación la pagó Pepsi Cola. Si la investigación demuestra que ambas bebidas son malas, posiblemente la investigación fue financiada por un fabricante de jugo natural, digamos cítricos.
3. Yo escribí en una nota que aunque no sea “humano” lo que pienso, creo que esta guerra se desató para combatir nuestra longevidad que, según los economistas y políticos, es un peso para la sociedad. ¿A alguien se le ha ocurrido pensar que alguna persona, entidad u organización, confiese que ha desarrollado un virus para ese objetivo? Seguramente no es de esta manera, pero por eso es tan importante encontrar las explicaciones del porqué es una mutación de la naturaleza.

Otra faceta de esta guerra pandémica son los derechos de los trabajadores. Miles de personas quedan sin trabajo, sin ingresos y deben estar recluidos en su casa y multados si salen a la calle. Personalmente –y si bien por tener “la edad atacada”– considero correcto no salir, aunque no estoy seguro que la cuarentena absoluta sea la mejor solución, y posiblemente seamos testigos de desbordes populares imparables. Hay momentos que pienso que la cuarentena total es una forma de evitar manifestaciones. Ojalá me equivoque. En algún momento esto volverá a la normalidad, pero estoy convencido que las condiciones laborales serán distintas y más difíciles para los trabajadores.

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Ilustración: Sua Balac.

Frente a los trabajadores tenemos el capital y sigo sin entender por qué no suspendieron la compra-venta de acciones y bonos en las Bolsas de Valores. La constante baja de los Valores, las banderas rojas, han despertado pánico y ante esto hay desbandada general. Las pérdidas de muchos son enormes. Pero esa mercadería alguien la compró. Nunca sabremos quién fue, pero no dudemos, los que compraron serán de los grandes beneficiarios de esta guerra. ¿Alguno cree que los bancos saldrán perjudicados?

Como estoy confinado, no sé qué pasa con los precios de los productos, pero los productores de leche, verduras y fruta no se enriquecerán de esta guerra pandémica ni del incremento de los precios. Aparentemente el productor de papel higiénico sí se beneficiará porque escuché que hay alta demanda de ese producto.

La reducción del consumo en general debido al confinamiento, provocará pérdidas muy grandes en el turismo. Aunque en lo inmediato comprendo que los hoteles se convertirán en hospitales, los operadores turísticos sí se verán afectados. ¿Y las empresas aéreas? Sin duda muchas quebrarán, pero su sector al fin y al cabo será de los mejor beneficiados de esta guerra global. 

Mi teoría es que serán más pequeñas, morirá el low-cost, los boletos estarán más caros, los salarios sustancialmente más bajos y, por supuesto, tendrán apoyo del gobierno –posiblemente el tema de las compañías aéreas merezca un texto especial–.


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Egresado de la Ibero crea cápsulas para evitar COVID-19

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Fernando Avilés Serret, egresado de Ingeniería Biomédica, de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, creó una cápsula de seguridad para trasladar a pacientes diagnosticados con COVID-19, con el objetivo de evitar riesgos de contagio y propagación de infecciones. Dicho aparato, llamado “XE”, combina la función de una incubadora de bebés con una cabina de flujo laminar.

El egresado de la Universidad Iberoamericana es director de la empresa XE Ingeniería Médica, dedicada a ofrecer servicios y equipos médicos. En un inicio, la cápsula fue pensada para que sus paramédicos no se contagiaran durante los traslados de pacientes con meningitis y tuberculosis. Ya desde noviembre del año pasado, el ingeniero Avilés tenía el prototipo, pero con el brote del coronavirus, agilizó su producción para que estuviera disponible ante la contingencia actual.

La cápsula XE, portátil y de tamaño humano, cuenta con dos accesos para que los paramédicos puedan manipular al paciente, así como orificios para introducir cables de oxígeno. Y adicionalmente, cuenta con su propio sistema de secado y es adecuada para ambulancias, salas de emergencia y hospitales.

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Fotografía: Radio Fórmula.

EN PERSPECTIVA, debemos retomar el optimismo de que la humanidad estará a la altura del reto impuesto por la pandemia del COVID-19. Y los mexicanos, como el ingeniero Fernando Avilés Serret, seguramente continuaremos haciendo contribuciones para resolver esta enorme contingencia impuesta por el COVID-19. Mire nada más esta cápsula de plástico sellada y flexible, llamada XE, es un contenedor que estabiliza la presión dentro de ella, manteniendo un flujo de aire constante, la temperatura ambiente en su interior es estable; el aire de su interior es filtrado, logrando que el aire salga limpio y no contamine a las personas circundante.

Así que estimado lector, ¡que no decaiga el ánimo! Y nuestro reconocimiento a nuestro paisano, el ingeniero Fernando Avilés Serret, por su creatividad al servicio de la humanidad.

¿O usted qué piensa estimado lector?


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Yo, tiempo y memoria: una trinidad furtiva y fenomenal

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¿Cómo entendemos la relación entre el yo que persiste como identidad personal a lo largo de la vida, el yo que evoca y recrea un recuerdo de esa vida, y el yo que ordena y narra su autobiografía? ¿Son varios yoes o uno sólo? ¿Acaso son espejismos? Cualquier respuesta que se aventure implica necesariamente al tiempo, tanto a la flecha del tiempo objetivo del cosmos físico y del reloj, como al tiempo subjetivo que la persona percibe como el fluir de su conciencia y la fugacidad de su existir. Y cualquier respuesta concierne también a la memoria, una función no sólo ligada al tiempo, sino propiamente temporal. El yo, el tiempo y la memoria son facetas de un proceso enigmático que no podemos evadir.

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En el conocido lienzo surrealista de Salvador Dalí, “La persistencia de la memoria” (1931), que liga la memoria con el tiempo del reloj, puede colegirse la deformación del tiempo y de ciertos contenidos en la memoria, como la criatura en el suelo y los relojes derretidos que marcan tiempos escurridizos, en tanto otros, como la roca o la mesa, se conservan.

La compenetración entre el yo, el tiempo y la memoria surge en todos los niveles de análisis. Por ejemplo, el modelo cognitivo actual de la memoria de trabajo, la que opera en el tiempo presente para actuar en el mundo y gestionar todo tipo de tareas, implica una “central ejecutiva” dependiente del lóbulo frontal del cerebro, una facultad de la autoconciencia y de la voluntad que coordina a varias regiones cerebrales para acceder a los archivos de la memoria. Este modelo psicobiológico ayuda a comprender cómo una instancia o función cerebral ejecutiva puede acceder a la información almacenada en los sistemas de la memoria para actualizar y emplear múltiples datos en la solución de problemas, o para reflexionar sobre posibles escenarios y tomar decisiones adecuadas en muchos momentos.

El proceso vital de cada ser humano le permite articular una identidad personal coherente a lo largo del tiempo y que deriva de la continuidad de su cuerpo y su conciencia, de sus recuerdos y la narración que realiza de su propia historia. Esta continuidad relatada corresponde a lo que Paul Ricoeur llama ipsiedad, la sensación de ser la misma persona a lo largo del tiempo, la cual se complementa y refuerza por la alteridad: la percepción de los otros como otros yo, a la vez distintos y semejantes de uno mismo. Este self o ser fenoménico constituiría un común denominador para todas las formas de conciencia en las que un sujeto se percibe o se siente a sí mismo como una entidad particular que constituye su propio ser. Ahora bien, a pesar de la continuidad aparente, no se puede concluir que este ser fenoménico sea una esencia estable o inmutable, similar al tradicional concepto religioso de alma, sino, más apropiadamente, a un proceso que se define por su continuidad temporal, como una pieza musical se define por su secuencia sonora y, como acontece con la persona que la interpreta, conlleva aspectos físicos, conductuales, mentales y ambientales. La experiencia subjetiva de ser el mismo a lo largo del tiempo constituye una unidad espaciotemporal en la forma de un proceso pautado. Esta unidad a lo largo del tiempo tiene un fundamento somático porque el cuerpo humano mantiene una continuidad morfológica y funcional a pesar de que sufre cambios moleculares y celulares.

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Paul Ricoeur hacia 1990.

Mark Rowlands, filósofo galés de la mente y de la ética, actualmente en la Universidad de Miami, publicó en 2011 un libro sobre el self y la memoria desde una perspectiva fenomenológica. El yo involucrado en la memoria no es tratado como una entidad metafísica, sino como una experiencia mental: la forma como los humanos sienten su propio ser como algo más que la suma de sus creencias, valores, actitudes, deseos o recuerdos. En el caso de la memoria episódica y autobiográfica, más que la evocación de actos, lugares y personajes, le parece fundamental el hecho mismo de recordar, porque el pasado se presenta en un nuevo marco de referencia: la persona recupera algo que vivió, pero bajo las circunstancias del presente y lo reconstruye e interpreta de acuerdo con ellas. Por otra parte, Rowlands propone una hipótesis psicosomática sugerente: si bien los recuerdos juegan un papel importante en la identidad personal, sostiene que la merma de la memoria episódica, como acontece en la enfermedad de Alzheimer, no elimina por completo la identidad personal porque estas memorias, que llama “rilkeanas,” se han incorporado a la persona y tienen consecuencias afectivas y comportamentales, aunque ya no tengan el contenido cognoscitivo de un recuerdo y se haya quebrantado su recuperación a la conciencia.

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El filósofo de la mente y de la ética Mark Rowlands. Portada de su libro sobre la memoria y el yo (self), y a la derecha en compañía de un lobo, pues es un experto sobre la mente animal y la ética hacia otras especies.

Vale la pena analizar la liga temporal de la memoria y la identidad personal en referencia al concepto de duración de Henri Bergson. Según este filósofo y Premio Nobel francés, el tiempo subjetivo no es una noción de movimiento o de cambio en los objetos que se perciben ni de causa y de historia detectadas por la razón, sino que es la intuición directa de un flujo irreversible: la sucesión de cambios y la duración de los eventos tal y como es experimentada. En otras palabras: dado que un proceso consciente es siempre una sucesión de estados particulares caracterizado por transformaciones fisiológicas y fenomenológicas, este desarrollo provee de una intuición directa de tiempo y duración. La experiencia mental no sólo es de cambios en el mundo o en el propio cuerpo, sino que es una experiencia cambiante en sí misma: una experiencia del tiempo. El yo duradero es un proceso que se conforma como una unidad que se mantiene en el tiempo.

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El célebre episodio de “La magdalena de Proust” no sólo implica que el sabor de una magdalena remite al narrador a un recuerdo de su infancia, sino también al yo que vivió esa experiencia (obtenido de: Continuidad de los Libros).

El politólogo argentino Gastón Souroujon argumenta que la relación entre la memoria y la identidad personal está planteada en la monumental novela En busca del tiempo perdido de Marcel Proust pues, en afinidad con el pensamiento de su contemporáneo Bergson, la narración implica a una pluralidad de yoes que escapan a la voluntad y se van sucediendo a lo largo de la vida de una persona. Esta idea coincide con la de Martin Conway de que existen entidades como esquemas, scripts, yoes imaginarios, valores y demás instancias cognoscitivas referentes a uno mismo que cambian con el tiempo. Se reviven estos yoes del pasado cuando ciertas sensaciones o estímulos sensoriales despiertan el recuerdo, como sucede de manera célebre con el sabor de la magdalena que remite al narrador a su infancia para resucitar la vivencia de un yo pasado. En cada recuerdo se recobra en tiempo presente un yo particular y efímero con una marca temporal que es central para definir la identidad personal. Tal identidad no sería una sucesión de yoes inconexos porque, de acuerdo a Souroujon, el tiempo perdido entre los recuerdos es recobrado mediante una reconstrucción narrativa de la identidad que dota de sentido y unidad a las sensaciones redescubiertas por la memoria. Proust vendría a ser un pionero de la idea de que la identidad personal es de índole narrativa y vendría a ser la historia de su vida que organiza el propio sujeto que la ha vivido.

El más conocido de los pensadores modernos que preconiza la naturaleza narrativa de la identidad personal es Paul Ricoeur, quien, en algún momento señala que si a alguien se le pregunta quién es, responde con historias de su vida. Y además agrega una propuesta ontológica: El tiempo narrado es como un puente tendido sobre el abismo que la especulación abre continuamente entre el tiempo fenomenológico y el tiempo cosmológico. Esta identidad narrativa del sujeto individual es indudable, pero no aclara la naturaleza de quien narra. La respuesta más razonable que podemos dar a este enigma es: la persona.


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La humanización digital del COVID-19

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Ante la globalización, las expectativas de una apertura mundial que incentive el intercambio comercial, abrió la esperanza de un futuro muy prometedor para la economía de las diferentes naciones del planeta, siendo las tecnologías el gran embajador de dicha globalización al permitir cruzar fronteras sin necesidad de pasar aduana. Para fortuna y desgracia, dicho intercambio no solamente puede ser virtual, ya que también requiere la presencia física de diferentes actores que en ocasiones además de ser portadores de virus cibernéticos, resultan ser biológicos.

Actualmente el mundo enfrenta una pandemia de un nuevo tipo de virus que comenzó en una localidad de China. Éste, denominado COVID-19, se esparció rápidamente en Wuhan y era cuestión de días para que otros países comenzarán a presentar casos importados de dicha ciudad, debido a las personas que habían estado ahí, ya sea por trabajo o por placer, volvían a sus países de origen portando el virus.

Hoy en día ya son más de 526 mil casos detectados y más de 24 mil muertes por este virus en varios países del mundo, siendo los más afectados, Italia y España. En el caso de México, son 585 casos confirmados y 8 defunciones.

infectados por covid-19

Debido a esta pandemia se ha hecho más notorio el uso de la tecnología para sobrellevar la situación sanitaria y brindar facilidades para el sistema económico internacional, ya que por dicha crisis el mundo enfrenta una situación económica poco favorable, viéndose perjudicadas principalmente las pequeñas y medianas economías.

La tecnología está siendo usada para diferentes fines como son: el acercamiento con seres queridos debido al aislamiento social –videollamadas, intercambio de textos, fotos, etc.–; medio para realizar trabajo desde casa –home office–; y también para generar soluciones tanto de salud como económicas.

En esta última, el ejemplo son las grandes empresas que utilizan tecnología en sus servicios. Recientemente se publicó una noticia referente a Amazon y Facebook. Ambas empresas ocupan la tecnología para continuar brindando sus servicios; por su parte, Amazon se enfocó en contratar a más personas para entregar la mercancía solicitada, y es que, debido al aislamiento, la sociedad que tiene la posibilidad de adquirir productos vía internet, ha incrementado notablemente el uso de este servicio para no salir de sus casas. Incluso, empresas como Microsoft han tenido un incremento en el uso de su paquetería de colaboración en línea, ya que los centros de trabajo se han preparado para brindar las herramientas necesarias a sus trabajadores para que los procesos y servicios continúen en operación.

En el caso de Facebook, las personas han utilizado la red social para informarse, realizar videollamadas y tener un acercamiento virtual con sus seres queridos. Además, redes como Instagram o Tik Tok son utilizadas para generar contenido que logre distraer a las personas que están en casa y lograr pasar un buen rato.

No sólo el COVID-19 nos está ayudando a darnos cuenta de que una forma de vida digital puede ser posible, también representa un escenario donde la tecnología es explotada para el beneficio de la ciencia misma. Un ejemplo de ello es el uso de la Inteligencia Artificial (IA) por parte de Estados Unidos en el procesamiento de lenguaje para poder leer y filtrar toda la información que existe sobre el virus, y así facilitar la toma de decisiones de los profesionales para producir nuevas ideas o enfoques de cómo abordar la situación. De esta manera, se está usando IA para realizar filtros de información, pero también para que con base en la información de COVID-19, los científicos de datos puedan crear algoritmos capaces de generar, evaluar y optimizar computacionalmente cientos de millones de anticuerpos terapéuticos y poder descubrir tratamientos eficaces contra el virus.

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Imagen: Poresto.

Incluso, personas en redes sociales están ocupando la información que publican de manera oficial las instituciones de diversos países para realizar estudios estadísticos y analizar la información con diversas tecnologías especializadas en manejo de datos. Como resultado del análisis de dichos datos, se han producido diferentes visualizaciones que identifican los puntos temporales exactos en los que el brote se ha hecho más evidente; asimismo, han logrado generar productos de información que ayudan a contextualizar la situación, específicamente para tomar decisiones sobre las acciones de cuidado que tiene cada país.

El sector de telecomunicaciones ha incrementado la demanda de los servicios, por eso varios organismos de telecomunicación han optado por emitir diversas acciones para atender la demanda sin que la infraestructura colapse. Por ejemplo, diversos países de América Latina están tomando decisiones sobre este sector, principalmente para que la población cuente en todo momento con telecomunicaciones. Algunas de las acciones son: ampliar la oferta de banda ancha, abrir redes de Wi-Fi, preservar la integridad de las redes de los proveedores de estos servicios, gestionar el tráfico de internet, otorgar acceso gratuito e ilimitado de mensajes de texto, aunado a utilizar más los mensajes de texto SMS y así ahorrar el uso de la red con aplicaciones como WhatsApp.

La tecnología está presente de forma permanente en la mayoría de los aspectos de nuestra vida, y justamente por esta situación las aplicaciones como Netflix o Amazon, que tienen programación por streaming, anunciaron que bajarán la calidad de su conexión debido a la demanda incremental de usuarios conectados al mismo tiempo en diversas partes del mundo.

tecnologia para covid-19
Imagen: MyPress

De manera particular, la emergencia sanitaria ha dado la oportunidad para que México impulse servicios tecnológicos de atención al cliente a través de chat bots y el uso de la Inteligencia Artificial. El gobierno ha puesto a disposición de la población el servicio de SMS para ayudar a detectar casos de posibles contagios de COVID-19 a través de un cuestionario, para luego atenderlos de manera personal si es que tienen la mayoría de los síntomas. De acuerdo con la información publicada por la Agencia Digital de Innovación Pública del Gobierno de la Ciudad de México, con corte al momento de escribir este artículo, se tienen 4.2 millones de mensajes totales; 146 mil usuarios totales; 102 mil cuestionarios completados; 2,631 sospechosos graves; y 505 enviados a salud para su atención después de un segundo cuestionario más amplio.

El COVID-19 nos ha hecho cuestionarnos el porqué muchas veces culpamos a la tecnología de alejarnos de las relaciones interpersonales, siendo que en estos tiempos de aislamiento es lo único que nos permite seguir cerca de nuestros seres queridos.


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Frente al COVID-19 la ciencia se organiza para utilizar el sincrotón

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El gobernador del estado de Hidalgo, Omar Fayad, ofrece becas para especialistas que quieran ir a Suiza para emplear el sincrotrón del Paul Scherrer Institut, con el propósito de investigador en el esfuerzo por combatir la pandemia del COVID-19, integrando a muchos de los talentos mexicanos a grupos multidisciplinarios internacionales.

Al gobernador Fayad le ha fascinado la física desde niño y ahora tiene el gran sueño de instalar un sincrotrón en el estado de Hidalgo. Sería fabuloso para México, pues estos instrumentos generan haces de luz tan poderosos que permiten analizar objetos grandes y submicroscópicos con gran precisión, incluso mientras evolucionan. Para Hidalgo sería espléndido contar con un sincrotrón debido a que se emplea para analizar minerales que son tan variados y abundantes en esa región del país. También lo sería para México, en general, ya que con la luz que genera un sincrotrón se estudian nuevas moléculas para curar enfermedades así como suelos contaminados y la manera de sanearlos: por dar un ejemplo, ¡sería fabuloso que hubiese mejores medicamentos para la leucemia infantil que aumenta en México y se encontrara la causa medio ambiental que la provoca, empleando un sincrotrón local!

sincroton en Mexico, Hidalgo
Imagen: Xataka México.

En Australia, el sincrotrón se utilizó para descubrir cómo eliminar el exceso de agua en los pulmones de algunos recién nacidos. Se hicieron experimentos en tiempo real con pulmones de ratón y se descubrió que si se extrae el agua de manera gradual en lugar de rápida, la sobrevida de los ratones aumentaba significativamente. Este experimento dio pie a que gradualmente se construyeran  aparatos para salvar la vida de bebés. Por supuesto que no soy especialista, pero sé que los pulmones de los ancianos atacados por COVID-19 se hidratan y algunos pacientes mueren por asfixia. Tal vez se puedan hacer estudios similares a los de los ratones y muchos más empleando  un sincrotrón, y a largo plazo salvarles la vida a personas de tercera edad que mueren por falta de oxigenación.

En los grandes proyectos científicos internacionales los investigadores compiten por obtener tiempo en los distintos instrumentos: los astrónomos para los grandes telescopios, y los investigadores de sincrotrones para obtener datos en sus laboratorios. Tener la oportunidad de trabajar en un laboratorio de prestigio es una gran oportunidad.

paul scherrer institut, sincrotron
Imagen: Sincrotrón en Paul Scherrer Institut (Suiza).

Como parte de sus esfuerzos para conseguir un sincrotrón para México, Omar Fayad ha estrechado relaciones con los responsables de algunos en otros países, en particular Suiza. Ahora está becando a investigadores que se quieran unir al esfuerzo multinacional suizo para analizar los distintos aspectos de la pandemia del COVID-19 y las del futuro, salvar vidas y no afectar de manera tan dramática a la humanidad.

En este momento de incertidumbre lo que podemos hacer es ayudar a quienes lo necesiten, puede ser por medio de becas como lo hace el gobernador Fayad, o ayudando a alguna organización a la que tengamos confianza. Ser altruista hace que uno se sienta bien.

Aquí la convocatoria de parte del estado de Hidalgo:

sincroton para mexico

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Coronavirus, pandemias y bioética

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Una de las principales corrientes bioéticas es la principialista y su nombre alude a sus cuatro principios bioéticos fundamentales:

1. autonomía,
2. beneficencia, 
3. no maleficencia y
4. justicia.

No hay mucho que explicar, ya que el primero alude a la capacidad de los individuos para tomar decisiones, el segundo implica que al actuar siempre debemos buscar el mayor beneficio para las personas, el tercero indica que debemos evitar cualquier acción que pudiera perjudicar y, finalmente, el de justicia sugiere que todas nuestras acciones deben estar enmarcadas precisamente por la equidad. Por cierto, éste es quizá el principio más complicado, ya que no existe una sola idea de lo que es ser justo.

Es frecuente que las personas pregunten si el orden en que se presentan estos principios, es el orden en que deben respetarse y la respuesta es negativa, ya que si bien el principio de mayor peso es sin duda el de autonomía, habrá ocasiones en que no pueda aplicarse, por ejemplo, con personas con demencia o menores de edad.

metodos bioeticos
Ilustración: Medium.

Así pues, la idea es que de frente a cada circunstancia se apliquen los cuatro principios, privilegiándose aquél que corresponda de acuerdo a cada ocasión. Hoy, frente a la pandemia del coronavirus, es imposible pensar que las acciones que se tomen sean en función del principio de autonomía, hoy se ocupa privilegiar el principio de justicia.

Frente a situaciones como la que nos toca vivir, las soluciones nunca son fáciles pero debemos tener ciertos elementos que guíen nuestras acciones, y estos principios son por demás pertinentes en la actualidad.

Ahora bien, como ya lo mencioné, en las circunstancias actuales, debemos privilegiar el principio de justicia, entendiendo por esto que los recursos –siempre finitos– deben ser utilizados de forma tal que la mayoría de las personas se vean beneficiadas.

Aunque cabe matizar lo anterior, ya que no sólo se trata de una distribución equitativa o igualitaria de los recursos, el principio de justicia nos exige más, y pide de nosotros dejar a un lado nuestros egoísmos; este principio implica que debemos pensar en términos colectivos, sociales y no individuales. Es por ello que resulta criticable toda esa gente que ha acaparado mercancías, como si se tratara del fin del mundo.

De igual forma, la gente está acaparando alcohol –líquido o en gel– absurdamente, hay una fuerte compra de papel sanitario, de medicinas que no sabemos si las vamos a usar, y que en caso de no usarlas, quizá alguien las va a necesitar, pero ya salieron del mercado y están en el anaquel de algún egoísta.

crisis de pandemia
Imagen: iStock.

Por otro lado, y particularmente aquellas personas de recursos económicos altos, están haciéndose pruebas sin siquiera tener síntomas o haber tenido contacto con personas contagiadas o potencialmente contagiosas, lo que indudablemente va a generar un desabasto de pruebas.

Es increíble cómo nuestra ceguera social, nuestra falta de consideración a los demás y nuestro egoísmo, pueden causarnos mucho más daño del que imaginamos. En este momento tanto en España como en Italia y, muy particularmente en el segundo país, la crisis ha llegado a tal nivel que las decisiones médicas ya se están tomando en términos de “medicina de catástrofe”, lo que implica grandes dilemas éticos y bioéticos para el personal sanitario en su conjunto.

El concepto de “medicina de catástrofe” tiene sus orígenes en la guerra, y en las grandes catástrofes en las que, médicos e incluso políticos, tienen que tomar decisiones drásticas, por ejemplo, privilegiar el tratamiento de jóvenes respecto de viejos, o de personas sanas respecto de aquellas aquejadas de alguna patología, que hace que su pronóstico sea menos optimista.

Esto implica cancelar cirugías ya programadas a fin de poder disponer de mayores unidades de cuidados intensivos, cerrar la consulta externa para disponer de ese personal sanitario para enfrentar la crisis, restringir derechos fundamentales, como el de reunión o tránsito, incluso –como ya ha sucedido– cerrar fronteras y vuelos aéreos.

paises y coronavirus
Imagen: Cuidateplus.

Me preocupa tanto el egoísmo como la irresponsabilidad con que estamos actuando, sé que el justo medio no es fácil, sé también que hay personas que no pueden aislarse de manera definitiva en su casa, ya sea por pobreza o por la circunstancia que sea –lo vemos en el mismo personal sanitario–, pero ver a personas en eventos masivos, ignorando las recomendaciones más básicas, irrita a cualquiera.

Todo indica que en Italia, el problema es que la gente, la sociedad en su conjunto, ignoraron las primeras recomendaciones y seguían reuniéndose en bares, cines, o lugares de alta concurrencia, y fue eso precisamente lo que generó la gran expansión del virus y, consecuentemente, la gran cantidad de muertos.

No es broma lo que digo en términos de la “medicina de catástrofe”, Italia ya está en esa situación, sin olvidar lo que está pasando en Bérgamo, en donde ya no hay espacio para sepultar a sus muertos.

Seamos conscientes y sigamos las recomendaciones básicas, que en realidad cuestan poco, lavarnos las manos de manera frecuente, evitar en la medida de lo posible salir de casa, mantener una distancia prudente y evitar los lugares de alta concentración.


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Memoria episódica: el yo revivido y el testimonio veraz

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A primera vista la memoria episódica podría considerarse un almacén o un archivo de eventos en los que la persona estuvo presente o, mejor dicho, que la persona vivió. Las impresiones nítidas de cada evento comprenderían acciones propias y ajenas, información del sitio, la época y la duración: el archivo incluiría lo que pasó, dónde pasó, cuánto duró y cuándo pasó. De esta manera, el recuerdo sería como un viaje al pasado para experimentar de nuevo eventos específicos gracias a la autoconciencia porque la persona está segura de ser la misma que vivió eso que recuerda. Una memoria episódica óptima parecería operar como un flashback cinematográfico o una grabadora de experiencias que el sujeto puede rebobinar para recuperar cualquiera de ellas. Pero esta descripción ideal no es apropiada para caracterizar la estructura y el trabajo la memoria, ni tampoco permite concluir que el cúmulo de los recuerdos constituya por sí mismo la identidad personal, como se ha sostenido en el pasado. Podríamos acaso considerar a los recuerdos como fotografías de escenas de nuestra vida y a la memoria episódica como el álbum que las rotula, las ordena y las comenta. Pero la semejanza tampoco es adecuada porque las fotos pueden ser vistas sin una interpretación personal, mientras que el valor, la referencia y el modo de presentación del recuerdo están intrínsecamente ligados en la memoria episódica: una cara recordada no sólo es la de alguien, sino que se evoca por algo y algo significa.

casablanca
En el flashback cinematográfico el personaje recupera con precisión un evento de su pasado, como acontece en Casablanca (1943) con el recuerdo de Rick (Humphrey Bogart) de su romance parisino con Elsa (Ingrid Bergman). ¿Funciona así la memoria episódica? La respuesta es no.

A través del tiempo se ha reiterado que la identidad de una persona es la suma de sus recuerdos organizados en su autobografía: “somos nuestra memoria”. El tema remite a la última década del siglo XVII cuando el gran empirista inglés John Locke reafirmó que la identidad personal es la continuidad de la conciencia que el individuo tiene de su vida pasada:

(Una persona) es, me parece, un ser pensante inteligente dotado de razón y reflexión, y que puede considerarse a sí mismo como el mismo, como una misma cosa pensante en diferentes tiempo y lugares; lo que tan solo hace en virtud de tener conciencia…

Las ciencias cognitivas actuales ciertamente reconocen que el sentido de ser uno mismo a través de su vida (el self en inglés) y la memoria episódica o autobiográfica están fuertemente entrelazados en su desarrollo y en sus manifestaciones. Sin embargo, la relación entre estas instancias varía de acuerdo al enfoque utilizado. Por ejemplo, el neuropsicólogo portugués Antonio Damasio propone que el self puede desglosarse en tres niveles de operación. El más básico y simple es un protoself interoceptivo de índole fisiológica y depende de la homeostasis o equilibrio funcional de los organismos. El siguiente es un core self, un yo nuclear que ostentan los animales móviles y encefalizados y les permite de manera tácita y no verbal advertir y reaccionar a su entorno como entidades particulares. Finalmente, Damasio estipula un self extendido, propiamente humano, que requiere memoria autobiográfica e identidad personal y subsiste a pesar de que el cuerpo y la mente cambian constantemente de constitución.

memoria episodica
El neuropsicólogo Antonio Damasio y su libro sobre la construcción del yo (self) por el cerebro.

Por su parte, Martin Conway de la Universidad de Bristol distingue la memoria episódica de la autobiográfica. La primera retiene por minutos a horas conocimientos bastante detallados de orden sensorial y perceptual en la experiencia reciente, como lo acontecido el día anterior. En cambio, la memoria autobiográfica guarda conocimientos por semanas, meses, años o durante toda la vida y toma como referente clave al self de la experiencia, identificado por Conway como el “Yo” con mayúscula. También Levine considera la memoria autobiográfica como una forma avanzada de conciencia que identifica al propio yo como algo continuo a través de la vida. Esta recolección autobiográfica implicaría una red neuronal ampliamente distribuida en los lóbulos frontal temporal y parietal del cerebro, en tanto que la corteza frontal anteromedial posee las conexiones necesarias para integrar la información sensorial de la memoria episódica con la que identifica a la propia persona. El surgimiento de la memoria autobiográfica alrededor de los tres o cuatro años de edad coincide con cambios dramáticos en la conexión del lóbulo frontal y da una explicación neurobiológica a la amnesia infantil, el hecho de que los humanos no guardan recuerdos previos a esa edad.

El neuropsicólogo estonio-canadiense Endel Tulving, quien en los años 70 delineó a la memoria episódica como diferente de la memoria semántica, llamó conciencia autonoética al saber que uno o una es la misma persona que se recuerda en el pasado, se experimenta en el presente y se proyecta hacia el futuro. Posteriormente, Gardiner identificó a la memoria episódica con la conciencia autonoética, definida como el conocimiento explicable de uno mismo, como sucede cuando alguien narra eventos de su propia vida en primera persona y deriva conclusiones y creencias. En suma, se ha propuesto que los atributos fundamentales de la memoria episódica son el self, la conciencia autonoética y la sensación subjetiva del tiempo.

memoria episodica Endel Tulving
Portada de la prestigiosa revista Neuron de mayo de 1998 en la que aparece Endel Tulving con un corte en su cerebro para ilustrar que la memoria episódica no verbal y la semántica o verbal utilizan dos sistemas neuronales diferentes.

En todo recuerdo de su vida la persona se representa a sí misma asumiendo una perspectiva en primera persona, pues usa el pronombre “yo” seguido de un verbo en tiempo imperfecto: “yo estaba en…” La narración o testimonio en primera persona hace posible estudiar la subjetividad, el aspecto más íntimo y elusivo de la conciencia, porque los sucesos narrados de manera sistemática pueden ser valorados y analizados objetivamente como textos fenomenológicos. Este yo de los recuerdos se presenta de varias maneras; el sujeto puede evocar la escena desde su punto de vista en aquel momento, pero también puede recrear la escena desde otros ángulos, viéndose a sí mismo desde otros puntos o fluctuando entre ellos. Lin denomina a esta instancia como “la presencia fenoménica del Self” y le interesa analizar cómo se identifica el sujeto que recuerda una escena con el yo revivido en su recuerdo. Para puntualizar este acceso se basa en algo que Thomas Metzinger denomina unidad fenoménica de identificación, la experiencia consciente que considera primordial del self, pues da al sujeto la firme sensación de ser el mismo a través del tiempo. Este yo revivido como personaje principal de todos los recuerdos personales y, de la autobiografía que los ordena, podría considerarse un yo acreditado en el sentido que cuando recuerda, repasa o relata su pasado, la persona se identifica a sí misma, aunque esto no significa que el contenido del recuerdo sea del todo veraz.

Thomas Metzinger
En “El túnel del yo” Thomas Metzinger argumenta que el yo no es una cosa, una sustancia o una esencia, sino un proceso con un fundamento cerebral mutable.

Cuando se apega a los hechos tal y como el sujeto los recuerda, la narración constituye una declaración o un testimonio. Dado que la certidumbre cognitiva no garantiza la verdad objetiva, para esclarecer esta última, sea en la jurisprudencia o en el análisis de fuentes históricas, se aplican requisitos de validez como la credibilidad del testigo, la corroboración independiente y la refutación de hipótesis. Derivamos muchas creencias de lo que los demás nos cuentan de su experiencia y es crucial evaluar tanto de los testimonios ajenos como las creencias que nos ocasionan. Ésta es una de las múltiples espirales en las que confluyen la persona individual con la sociedad y sus valores en términos de memoria, veracidad y evidencia.


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