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El deber de la memoria

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No olvidar, así de simple. Todos los pueblos, toda comunidad, todo ser humano, tiene el derecho y el deber de la memoria. Cada 27 de enero se conmemora el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto.

Sin duda, muchos otros grupos humanos han sido perseguidos y asesinados a lo largo de la historia en nombre de algún ideal, noción de pureza racial, ideología política o religión. ¿Fue posible evitarlo?, muy probablemente, ¿es posible no repetir los mismos horrores?, sin duda que sí. ¿Cómo hacerlo?, la respuesta es simple: no olvidar.

Psicológica y sociológicamente el perdón es importante y puede ser hasta necesario, pero alcanzarlo requiere voluntad y, sobre todo, comprensión, entendimiento. El perdón es posible no sólo en función de un acto de arrepentimiento genuino y una introspección profunda, sino desde un ejercicio intelectual. Se perdona porque se elige perdonar, pero también porque se entiende y, ante todo, se aprende sobre lo ocurrido.

memoria del holocausto
Imagen: Yad Vashem.

Sin embargo nunca se debe confundir perdón con olvido. El olvido es una afrenta al dolor y al sacrificio de tantos; el olvido es funcional y cómodo a las peores facetas del ser humano, es la posibilidad de volver a arrasar con un otro sólo por considerarlo distinto, raro o una amenaza teórica.

Hemos aniquilado en nombre de Dios, un Estado o un Partido. Hemos asesinado, torturado y hecho desaparecer a millones en nombre de una noción de justicia, dignidad o reivindicación histórica útil a nuestros intereses y mediocre manera de entender el mundo.

¿Podremos evitarlo del todo de aquí en adelante?, probablemente no, pero no por ello debemos renunciar a luchar día a día por no olvidar, por aprender de nuestros pasado, de nuestros errores y horrores.

El deber de la memoria es la mejor forma de rendir homenaje a los inocentes de nuestra historia y así, procurar proteger a las posibles víctimas del futuro, es decir, a nosotros mismos, a nuestros hijos y nietos.


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Adaptarse: condición y capacidad

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Fui. Sin dudarlo. Por ir con quien iba, claro. Porque la invitación vino de ella. Y era a ella a quien yo en realidad quería escuchar, y ver, y con quien estar.

El pretexto fue la presentación de un disco.

Mi recuerdo señala vagamente algunas cosas, como el clima, pero marca con precisión inusitada el perfume que se desprendía de ella.

Al poderoso influjo de las misteriosas leyes de la memoria debo, pues, de nuevo, la certeza plena de que toda aquella tarde fue deslumbrante; también el disco.

En la combinación de ambas cosas, que el disco es muy bueno y mi propio recuerdo teñido de alegría, fragmentos de las letras de las canciones me han acompañado durante décadas.

Tuvo que pasar mucho tiempo, sin embargo, para que pudiera yo reparar que en realidad aquella tarde había escuchado poemas convertidos en canciones. Al nombre de Carmen Leñero, la intérprete, se sumó entonces el de Fabio Morábito, el autor de los poemas convertidos en canciones por ambos.

carmen lenero
Carmen Leñero, poeta, ensayista, narradora y cantante (Foto: El Universal).

Casas en el aire, se llama ese disco que, a manera de aventura colectiva, resultó del talento de Carmen, Fabio, Luis, el hermano de Carmen, y tantos otros.  

Una aventura, una nave de viaje incierto, pero ahora sabemos perdurable, al que nos sumamos, entre destellos, yo mismo y quien embellecida me hizo parte de ella.

Cantar poemas de otros es habitarlos, ha dicho alguna vez la propia Carmen Leñero, en cuya voz sigue habitando, a su vez, el recuerdo vivo de la vivencia que antes he narrado.

Una sucesión de lugares, que no son lugares, en el sentido espacial, sino formas de la experiencia, de un modo que se contrae y expande en una dimensión diferente a lo mensurable.

¿Habitamos del mismo modo el mundo? ¿Habita él, el mundo, de esa manera también en nosotros? ¿Como tiempo, en la memoria; como espacio, en la experiencia?

Habitar, pues, sobre tiempos y espacios, palabras y sensorialidades que se expanden, se contraen, distorsionan y rehabilitan.

El habitar, la experiencia de habitar al mundo y sus seres, y de ser habitado por este mundo y esos seres, sostenido, a final de cuentas, por el puente delgado y recio de una palabra: adaptación.

adaptacion y habitar
Imagen: The Conversation.

Habitar es adaptarse.

No sólo porque, en muchos sentidos, habitar es habilitar, tanto como es habilitarse uno mismo respecto a eso que va a habitar o por lo que, lo sepa o no en ese momento, será habitado.

Sino porque en esa habilidad, doble, nos va la posibilidad real de alcanzar, en grado alguno, en el trayecto vital, el único éxito sustancial: habitar el mundo a través de los otros; ser habitado por el mundo a través de los otros.

Como si se tratara de la legítima y urgente preocupación por el deterioro de la vida del planeta, hemos puesto tal vez más energía en mitigar que en adaptar(nos).

No se trata desde luego de conceptos encontrados ni mucho menos irreconciliables. Pero sí de dos formas de proceder y de habitar (y habilitar) el horizonte vital.

Las crisis, las de grandes proporciones, como la que el planeta padece ahora mismo, ponen de relieve ambas condiciones.

Son el resultado de un largo proceso cuyas consecuencias emergen con inusitada claridad; pero no menos, es un llamado sin posibilidad de renuncia a actuar en el plazo tan corto que no admite posposición alguna.

La expansión acelerada e inclemente de la pandemia tomó a la humanidad en medio de varias crisis previas cuyo grado de acumulación era ya evidente y más que preocupante.

La desigualdad en el ingreso, la violencia de género, la inequidad en el acceso a las oportunidades de la era tecnológica, la concentración de la gobernanza son algunos de los elementos que tanto a nivel nacional como global formaban parte del paisaje de serias problemáticas que urgían atención aun antes de la pandemia.

brecha digital
Imagen: Notirasa.

Ello sin contar con que 2021 se ha convertido en el año con mayor aumento de la temperatura en la historia del planeta, y evidencia del deterioro creciente de las posibilidades del medio ambiente para seguir soportando la imprudencia humana.

La pandemia radicaliza las crisis preexistentes y nos coloca en un punto de inflexión en el que los riesgos del futuro se convirtieron de súbito en la urgencia del presente: sobrevivir.

En el antes y después que la pandemia ha instalado, pues, debe leerse, debe ubicarse, la necesidad de equilibrar nuestra preocupación por mitigar y nuestra ocupación por adaptar(nos).

Habilitar para habitar; ésa es la habilidad urgente. Rehabilitar, si es preciso, para rehabitar.

No se trata de comprender la revaloración de nuestras capacidades de adaptación como una derrota, como la resignada respuesta frente a lo que no se puede cambiar.

Por el contrario, adaptarse es una fortaleza de futuro. Porque la adaptación no es una condición dada, sino una capacidad construida, con tanta rapidez como efectividad.

Habilitar, adaptar casas en el aire, no castillos, para ser habitados por la gente que en la vida de todos los días, que en la memoria del pasado y en la del anhelo de futuro, recuerda y se entusiasma de poder seguirlo haciendo.

Hacia delante.


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Las Paredes Gritan: ¿Renacerá el sueño americano?

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Joe Biden y Estados Unidos

El 20 de enero Joe Biden tomó juramento como el 46° Presidente de Estados Unidos en un ambiente cordial, pacífico y sin mayores sobresaltos. Ésa es una buena historia.

Frente a la toma del Capitolio por grupos vandálicos, el cambio de poder se realizó de forma tersa, natural, sencilla, sin la presencia de los seguidores de Trump.

Es un signo muy positivo que no haya habido conflictos. Mucha gente esperaba sobresaltos o violencia, pero afortunadamente no aparecieron ese día.

Quizá las fuerzas de seguridad mantuvieron el orden de una forma callada, como lo hacen normalmente. Quizá los seguidores de Trump ya habían mostrado su fuerza con la toma del Capitolio.

Por supuesto, Donald Trump realizó hasta el último día sus berrinches y desplantes tradicionales. No recibió al nuevo Presidente ni a la nueva Primera Dama de la Casa Blanca. Tampoco asistió a la toma de posesión del nuevo gobierno. Y lo peor de todo, amenazó: “Volveremos”.

El asunto es que finalmente parece haber regresado la decencia al gobierno de Estados Unidos. El discurso de Joe Biden fue breve. Suave. Sencillo. Conciliador. Expresado de una forma muy tranquila, tal como parece ser él como persona.

biden y estados unidos
Imagen: Financial Times.

En una parte de su discurso afirmó: “Vamos a liderar no meramente con el ejemplo de nuestro poder, sino con el poder de nuestro ejemplo”.

Joe Biden tiene una larguísima carrera política en Estados Unidos y con él parece regresar el respeto, la integridad y la respetabilidad que habían perdido con Donald Trump.

De entrada, al tomar posesión, firmó 17 órdenes para actuar sobre la migración, la crisis climática, la igualdad, la economía y, por supuesto, frenar la pandemia. La llegada de Biden a la Presidencia alegró mucho al mundo entero.

Como nunca, Estados Unidos durante los últimos cuatro años, se peleó y se enemistó con la mayoría de las naciones que se consideraban “amigas de los EE.UU.”.

Dos jueces de la Suprema Corte le tomaron la protesta a Biden. Se trata de Sonia Sotomayor (de ascendencia hispana) y John Roberts.

Lady Gaga cantó el himno nacional norteamericano. Jennifer López recitó el Juramento a la Bandera (con una parte en español). Y hubo muchas otras intervenciones, algunas de ellas muy destacables.

El miércoles pasado puede decirse que hubo un suspiro de alivio en Norteamérica. Y no sólo con ellos, sino en muchos otros países del mundo. Pero: ¿hasta dónde llega la unidad actual entre los norteamericanos?… NPI.

México aplaudió las propuestas sobre cancelar el muro, la migración y la revaloración de los programas para los “Dreamers”, que Trump había parado. AMLO afirmó en una de sus conferencias mañaneras que no se enfrentará con Joe Biden, ya que no hay amenazas y, por el contrario, hay coincidencias.

Dijo: “No tenemos nosotros nada que objetar, al contrario, coincidimos de que eso es lo que debe hacerse, desde luego desde la independencia que tiene el Gobierno de Estados Unidos como país y como gobierno soberano… Y no hay ninguna amenaza en contra de México para dejarlo en claro, o sea que los que están apostando a que nos vamos a enfrentar al Gobierno de Estados Unidos, se van a quedar con las ganas, para hablar en plata, ¿no? Porque siempre le apuestan a que va a haber enfrentamientos y pleitos” (Reforma, 21/I/2021).

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Imagen: Político.

El mundo sigue cambiando. Ojalá y que en esta nueva etapa se consolide el cambio en México. Seguimos con muchos pendientes para erradicar la corrupción como se prometió.

Ojalá y coincidan las agendas de los dos gobiernos porque lo que estamos viviendo en México, no podrá ser resuelto solamente por nosotros.

Las mañaneras irritan

Según la periodista y escritora Elena Poniatowska (seguidora ferviente de AMLO), las conferencias matutinas de AMLO “han provocado hartazgo, irritación y confrontación”. En una entrevista para el portal Índice Político, “Elenita” llamó a poner fin a las “mañaneras”.

Al responder sobre lo que le diría o le aconsejaría a AMLO, explicó: “Señor Presidente: ya párele a las mañaneras porque han provocado un hartazgo y nos tienen a todos al borde de la irritación y confrontación nacional. Las mañaneras son innecesarias y hasta contraproducentes. Un auténtico abuso del poder presidencial obligar a periodistas que vayan todas las madrugadas hacer preguntas a modo”.

“No puede haber una noticia nueva día tras día (porque) siempre repite lo mismo”, dijo. Y hay muchos elementos para coincidir con Elenita.

Las mañaneras se han transformado en una comedia de equivocaciones, desde las instalaciones del emblemático Palacio Nacional. Además es imposible hablarle a AMLO, porque no escucha a nadie… Ahora es peor que antes.

¿Qué debería hacerse? Darle un mayor sentido a la información. Que se puedan analizar los avances y los retrocesos. Eso no puede hacerse todos los días. Siempre han existido en México las confrontaciones, pero con AMLO éstas se han exacerbado, al grado de fomentar una polarización entre la gente.

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Imagen: Angel Boligán.

Nadie aprende en cabeza ajena, pero si se analiza la salida de Trump y la llegada de Biden con su discurso de Unidad, podría reorientar mejor el sentido de su 4T… Si es que llega a funcionar.

¿O nos quedaremos satisfechos con el perdón de la FGR al General Cienfuegos? Cosas como esa siguen sin tener claridad para la población.

Ayotzinapa y su verdad

Las nuevas versiones de la FGR sobre Ayotzinapa, según la información de un “testigo protegido”, dejan muy mal a los militares y al gobierno. Para el periódico Reforma fue un exitazo. Publicó un expediente de la Fiscalía que es real y no es apócrifo.

Hoy sabemos que fueron los militares, los policías y los narcotraficantes quienes detuvieron a los estudiantes (y a mucha gente más) para asesinarlos. ¿Cuántas verdades más nos faltarán de conocer?… ¡Todas!

Vivimos en un enjambre de noticias ¡Nunca resueltas!

La Cueva del Delfín

Todos los presidentes gabachos han construido el Muro. Clinton, 100 km; Bush Jr., 781 km; Obama, 222 km; Trump, 386 km. ¿Y lo van a detener?… NPI.

¡Vientos huracanados!, si no me mandan a tirar el Muro nos veremos por acá la próxima semana.


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Reactivar y repensar la economía mundial: David Ibarra en Centro Tepoztlán

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A David Ibarra en celebración de sus 91 años.

El 14 de enero David Ibarra cumplió 91 años y los celebró el sábado pasado con un mensaje rico en cifras, certero y oportuno. Urgió a repensar la economía mundial y a visualizar el futuro de México en el nuevo contexto emergente. “Una visión parcial”, bromeó.

El Secretario de Hacienda 1977-82 dio el sábado pasado una conferencia magistral con motivo de la Asamblea anual del Centro Tepoztlán AC, foro de reflexión y diálogo estratégico creado hace 40 años por Víctor Urquidi, otro gran economista con visión interdisciplinaria y de largo plazo.

Comenzó afirmando que “el mundo y su economía se encuentran abrumados por desacuerdos, tropiezos e inacción colectiva y que la recesión mundial de 2008-2009 fue apenas un llamado de atención”. Desde entonces, a pesar de los esfuerzos realizados, “no se ha recuperado la estabilidad anterior, la confianza política, ni identificado senderos seguros compartidos de desarrollo”.

Subrayó que en los últimos 30 años, en un afán globalizador, se liberaron flujos de comercio e inversión, pero se dejó a un lado la protección del empleo, la salud y el medio ambiente. En este contexto la pandemia del coronavirus vino a develar la fragilidad de las economías nacionales y de los encadenamientos transnacionales, la falta de salvaguardas sociales y la debilidad de la gobernanza global.

fuerza laboral y economia
Imagen: Blog Bankia.

“Ha ocurrido un gran cambio. Estados Unidos, gran promotor de su prosperidad interna y del multilateralismo mundial, vio disminuir su ritmo de crecimiento entre el 30 y 40%, así como su formación bruta de capital fijo. Entre 2000 y 2019 el ritmo de la inversión mundial decrece del 4.4% al 2.1%, sobre todo en los países desarrollados, seguidos por casi todas las economías medianas y pequeñas”; mientras que China, la India y Corea del Sur han elevado sus indicadores comparables y sobre todo mantienen altos niveles de ahorro e inversión.

También destacó el investigador de la UNAM que poco a poco el comercio internacional ha perdido lustre como un impulsor del crecimiento y como medio para hacer competitivas a las economías. “A partir de la crisis del 2008 el producto mundial se expande al 3.4% anual, mientras el comercio internacional decae 3.1% anual… Entre 2008 y 2019 Estados Unidos acumula un déficit de 5.4 millones de millones USD, Reino Unido de 1.3 y América Latina otro 1.3. En contraste, Alemania acumula un superávit de 3.0 millones de millones USD, China de 2.4 y Japón de 1.7. Los países deficitarios se ven obligados a endeudarse para compensar esos déficits.

También han comenzado a reconocer que es importante generar empleos y valor agregado nacional y que no se puede depender de importaciones –principalmente en áreas estratégicas de salud, alimentación y seguridad pública y mucho menos de un solo proveedor externo–.

Por su parte, “las cadenas productivas, si bien ordenan la producción interdependiente mundial e incorporan a los países en desarrollo en ofertas y tecnologías exitosas… también congelan la división internacional del trabajo y encierran con frecuencia a los países periféricos en actividades poco promisorias”.

Estados Unidos demostró en los últimos años una tendencia proteccionista, contraria a la tradicional de gobiernos republicanos. La rivalidad con China es un buen ejemplo. El T-MEC es otro. Habría serias dudas de que el gobierno demócrata de Biden cambie la tendencia –más bien podría intensificarla–, aduciendo razones laborales o ambientales. “Estados Unidos”, argumenta Ibarra, tiene “limitaciones reales para seguir absorbiendo buena parte de los excedentes productivos de los países superavitarios”.

ibarra estados unidos china
Imagen: Elkin DW.

Del lado de China, las tensiones externas y razones internas quizás la obliguen a una tasa de crecimiento más pausado, con menores necesidades de importación y financiamiento externos. “Podría esperarse sustitución de importaciones en sus encadenamientos productivos y el reforzamiento de integración con sus áreas externas de influencia, como lo atestiguan su ambicioso proyecto de inversión de la Ruta de la Seda, el Banco Asiático de Infraestructura y el nuevo acuerdo comercial de 15 países asiáticos”.

Es probable que por razones distintas los dos grandes líderes económicos mundiales no puedan dar el mismo impulso tradicional al comercio internacional.

“También”, concluye, “hasta hace poco prevalecía despreocupación por los problemas distributivos, explicable en la pronunciada estabilidad en el reparto del ingreso entre empresarios y trabajadores en los países desarrollados… Sin embargo, desde hace 3 o 4 décadas ese mundo se alteró debido al desarrollo del orden internacional, el outsourcing, la desaparición de las presiones inflacionarias y el abatimiento de la progresividad impositiva, conduciendo a mayor desigualdad, erosión del sindicalismo y del ahorro de las familias y el acotamiento de las soberanías nacionales”.

“Quizás”, advierte David Ibarra, “la libertad de mercados en la globalización y las estrategias de crecimiento hacia afuera, con alta movilidad del capital e inmovilidad comparativa de la mano de obra, alentaron el desequilibrio entre producción y demanda interna, entre utilidades y salarios”. La pandemia amplificó y puso al descubierto debilidades estructurales del comercio internacional y de la desigualdad.

Otro tema que enfatiza Ibarra es el del cambiante entorno industrial. El aporte de la industria al PIB se reduce en favor de los servicios, particularmente en Estados Unidos, Francia, Reino Unido, España, Portugal e incluso en Brasil, Argentina y México. Sin embargo, afecta menos a Alemania, Dinamarca, Japón, China, Corea del Sur y Vietnam, que crecen, manteniendo a su industria entre un 20 y 30% del PIB, con políticas de impulso a sus manufacturas y sus exportaciones. Las tasas de crecimiento industrial 2000-2019 se relacionan con la multiplicación de los centros productivos y tecnológicos en Asia frente a una demanda mundial que se rezaga comparativamente.

“Históricamente la industria ha guarnecido a los trabajadores mejor remunerados y a las actividades con mayor eficiencia productiva,” nos recuerda David. El declive manufacturero ha incidido sobre la distribución del ingreso entre utilidades y salarios. Otra manifestación es el menor incremento en la productividad. “Acaso la revolución de la tecnología digital, de las telecomunicaciones y de la Inteligencia Artificial no han mostrado todavía sus efectos positivos, mientras los negativos del empleo están a la vista”.

ibarra tecnologia y labor
Imagen: El Universal.

La pandemia ha operado como amplificador de riesgos al obstruir o forzar el reemplazo temporal o permanente de encadenamientos productivos.

La última parte de su conferencia se concentró en los problemas financieros, de la deuda y la recaudación fiscal y los flujos entre países ricos y en desarrollo. Ameritan un artículo por separado. Lo importante a destacar ahora es que el viejo orden está en entredicho y las opciones de política monetaria y fiscal frente a la problemática existente todavía no acaban de definirse. Subraya que en los últimos 30 años los flujos netos destinados a países en desarrollo se han reducido a razón del 3.6% anual –destacando los préstamos, reducidos al 4% anual–. Ante la concentración de recursos en Estados Unidos y tasas cero o negativas de interés han ocurrido un retorno a la política fiscal.

Ésta recobró vida con la pandemia, que ha llevado a comprometer más del 9% del PIB en países industrializados y del 6% en países en desarrollo para el combate al Covid-19 y la defensa del empleo, el ingreso y las empresas. Estados Unidos con Biden está subrayando esa tendencia, gracias a su capacidad de imprimir dólares. Los saldos brutos de la deuda de los gobiernos a nivel mundial pasaron del 80 a casi el 100 % del PIB mundial entre 2012 y 2020. Seguirán creciendo.

Todo esto exige repensar el mundo y la gobernanza global; también a repensar América Latina y a México en el nuevo entorno emergente.

México no puede permanecer al margen. Urgen la reflexión, el diálogo y estrategias nacionales renovadas, concluimos en el Centro Tepoztlán, que hasta este sábado presidió destacadamente Clara Jusidman y ahora tiene al frente a Miguel Basáñez.


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Energías limpias ante una política retrógrada

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En la agenda pública de México el tema de las energías limpias (solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica y energía marina), se encuentra aislado, confuso y sin prioridad alguna. El gobierno federal le ha cerrado el paso a las empresas privadas para impulsar las energías renovables, y en cambio prefirió acelerar el uso de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), y de paso ignoró el Acuerdo de París (2016) en materia de cambio climático.

La política del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es bloquear espacios donde la inversión privada nacional y extranjera apunta, con este caso de las energías limpias. Los ejemplos son claros se cancelan permisos de una forma brusca sin respetar marcos legales o se busca a toda costa frenarlos.

A mediados del año pasado, 172 participantes privados en el sector eléctrico, que impulsaban las fuentes de energía renovable, interpusieron amparos ante el Poder Judicial contra el gobierno federal por frenar este cambio ambiental.

En ese momento, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) advirtió que las autoridades de la Secretaría de Energía (Sener) buscaban frenar la emisión de permisos a las nuevas centrales de energía renovable. “Modifica el orden de despacho de las plantas por criterios de confiabilidad y no económicos, como se maneja hasta ahora; y busca privilegiar a algunos proyectos de la CFE”, (El Financiero, 29 de junio 2020).

cfe y energias renobables
Imagen: De la Croit.

La postura del gobierno federal —cerrada y errada—, ha sido que la medida contra las empresas privadas es necesaria para mantener la seguridad e independencia energética, y para tal efecto justifica que la Constitución mexicana establece que el servicio público de transmisión y distribución son áreas estratégicas del gobierno federal.

Sin duda, el gobierno de López Obrador retrocede en la política ambiental y de sustentabilidad, pues la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE) decidió comprar carbón para sus plantas generadoras de electricidad como el caso de Coahuila, y cuya combustión es altamente contaminante por las emisiones de dióxido de carbono que coadyuvan al calentamiento global. Otras plantas siguen empleando el combustóleo (generador de gases efecto invernadero y muy contaminante por su alto contenido de azufre). Vaya retroceso por la “independencia energética”, y que, además, frena la misión de México con el Acuerdo de París.

Además, a mediados de 2019 la empresa productiva del Estado, la CFE, canceló el suministro de todos los productos anticontaminantes para sus plantas, sin importar marca y género. Este tipo de productos ayudan a mitigar las emisiones tóxicas en sus calderas en todas las instalaciones de esta Comisión en el país. Y hasta la fecha no ha sido transparente sobre cómo y cuándo se resolvió este asunto. Y vale preguntar: Estuvo o está enterada la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), de este caso, pues las plantas operaron o siguen operando con altas emisiones a la atmósfera.

Para algunos expertos en cambio climático, el sector eléctrico es el que mejor ofrece la oportunidad y rapidez —mediante el uso de fuentes renovables—, para cumplir con las metas del Acuerdo de París, pues los otros sectores como el transporte y la transformación de la cubierta vegetal del suelo (con altas tasas de deforestación en el país), es más complicado y a largo plazo.

A fines del año pasado, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) envió su compromiso de reducción de emisiones de gases efecto invernadero —GEI—, al Secretariado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, y sólo refrendó el compromiso no condicionado de reducir estos gases 22% y de carbono negro 51% para 2030. 

Esta acción fue calificada por especialistas como una falta de cumplimiento de compromisos del gobierno mexicano al Acuerdo de París. 

acuerdo de paris
Imagen: Neeti Banerji.

Pero el gobierno federal mantiene su rumbo por seguir contaminando y elevando los GEI con el uso de combustibles fósiles, con su plan en la CFE, por ser omiso en la deforestación que sigue arrasando selvas y bosques, por mantener su proyecto insignia de la Refinería de Dos Bocas, entre otras políticas que van contra el ambiente y atentan contra la salud de los mexicanos.

Hasta ahora las denuncias de diversos actores sociales como las cúpulas empresariales, las ONG, líderes ciudadanos, expertos, académicos y los partidos de oposición, no han logrado frenar esta política retrógrada.

Sin embargo, ahora con el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien junto con congresistas demócratas promueven que se incluya en el Capítulo 24 del T-MEC los compromisos del Acuerdo de París, tal vez esto implique una presión fuerte al gobierno de López Obrador y entonces si tenga que girar su política hacia las energías limpias.

Mientras, la ONU clama a nivel mundial por mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados Centígrados e impulsar acciones por limitarlo a 1.5 grados.

Así o más claro…


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Epifanías callejeras. Inverosímiles ficciones alimentarias

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Durante años he cocinado el deseo de llevar a cabo un proyecto que, hoy en día, ya no es original. Me obsesioné con las imágenes de los puestos de comida callejeros: tortas, tacos, hamburguesas, hot dogs, cochinitos en jacuzzi de aceite en un cazo, camarones pergeñados con un marcador negro, sin olvidar los helados del carrito de nieves “El verano”. Todavía no comprendo el porqué de mi obsesión. Quizá porque son imágenes entrañables que coleccionaba en la mente desde muy niña, cuando hacía fotos virtuales con los ojos a toda velocidad, a través de la ventana del coche.

Los domingos mi papá me llevaba al parque de Pilares, era imperdible la parada en el carrito de hot dogs después de patinar. Entonces tenía tiempo de solazarme en la contemplación de una imagen pintada con esmalte sobre el aluminio, cascada y, sobre todo, inverosímil. Las imágenes de comida (piensen en las tortas, sobre todo), tendrían que cumplir la función de ser apetecibles, de atraer al comensal mediante su híper figuración. Y resulta que atraen como faros, pero no porque sean verosímiles.

tortas callejeras
Imagen: Ok City.

Años más tarde, cuando estudiaba Historia del Arte, comencé a ver estas imágenes con otros ojos. Según yo, con ojos experimentados. Advertí que sí hay composición, formas compartidas de resolver la presencia de un objeto en un espacio indeterminado, maneras de darle realce y hacerlo aparecer como de la nada. Hay imágenes que recurren a la perspectiva para mostrar, con pretensiones naturalistas, las proporciones y características de una suculenta torta. Otros hacedores, menos experimentados en el arte, recurren a la representación frontal, en la cual no falta el humo que sale del pan para que quede muy claro que, en ese puesto, se venden tortas calientes.

Ahora bien: el relleno. Se trata de un desafío, pues pese a la amplia variedad que se ostenta en el menú, la torta de la lámina, esa epifanía callejera, siempre estará rellena de jamón. Si se entra en detalles, se mostrará la lechuga, el queso y el jitomate. Lo cierto es que la torta representada tiene que ostentar calidad y abundancia a toda costa.

tortas callejeras
Imagen: @TaBeComicz.

Hoy, con otras herramientas a la mano, como vinil impreso o pintura de aerosol, las imágenes de los puestos no abandonan su antigua enunciación. Como los organillos, la torta pintada sobre lámina adquirió el estatuto de tradición: forma parte de imaginarios compartidos y comunica efectivamente su mensaje. Recuerda las famosas pinturas de pulquerías (prácticamente en extinción declarada) y la pintura que durante algunas décadas ornó el vidrio trasero o los cofres de los camiones. El vinil publicitario se yergue como su principal enemigo: acaba con la creatividad y expresión individual del chofer.

Pintar una torta, es como pintar la promesa de un milagro. En estos días de semáforo rojo, cuando se supone que nos piden no comer en los puestos, sino sólo comprar para llevar, los puestos de tortas, tacos, carritos con viandas diversas, esquinas en donde surgen botes de tamales y elotes, son un hervidero de comensales. En los puestos callejeros parece que no hay pandemia: se aprecian como oasis que escapan de la prohibición y del miedo y le ofrecen al transeúnte el remanso de paz del que quizá sea su alimento fuerte del día. Inverosímiles ficciones alimentarias, la comida que la pintura hace aparecer sobre las láminas nos llama por su colorido pero, sobre todo, porque sus formas y soluciones compositivas son valores entendidos en nuestra cultura. En un mundo de cadenas transnacionales, de vinil que cubre prácticamente cualquier superficie y la hace homogénea, la pintura de los puestos callejeros es un grito de identidad.


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Culpa versus responsabilidad

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La reflexión humana llevó a dividir el entorno y las circunstancias para estudiarlas y entenderlas mejor. Con esto el nivel de conocimiento avanzó considerablemente; sin embargo, esta extrema especialización alejó la comprensión integral de la realidad. En efecto, nada existe por y para sí mismo ni es ajeno a todo lo existente; por el contrario, todo está relacionado y la interdependencia es la característica ineludible de toda la creación.

De la misma manera, ninguna dimensión en el ser humano es independiente o ajena de las otras. Por ello, hablar de cualquier aspecto de la persona es también hablar de su dimensión espiritual y entender la existencia integralmente un factor fundamental para encontrar mejores condiciones de vida para todos y para todo.

La interrelación con todo se da en el límite de cada fenómeno el cual cumple simultáneamente dos funciones: separar y ser el medio de contacto. En esta frontera acontece la existencia, a veces de forma fluida otras conflictivamente, cuando esto sucede, es necesaria alguna condición que permita identificar y valorar la tensión en dicho borde para resolverlo adecuadamente.

Culpa y responsabilidad
Imagen: Andrea de Santis.

Esta condición de posibilidad es la culpa y su función, simplemente identificar la fricción para generar la conducta necesaria frente a cada situación. Así, inmediatamente después de la primera percepción del conflicto, la experiencia humana se encamina hacia una interpretación que se manifiesta disfuncionalmente, como sentimiento de culpa, o funcionalmente, como responsabilidad.

El sentimiento de culpa se concentra en el pasado con una sensación de victimización cuando se es el afectado o de preocupación por la propia imagen si es el agresor. Esta interpretación impide movilizar la existencia, proyecta la atención al pasado, donde nada se puede hacer e impide la proyección al futuro.

La responsabilidad, en cambio, mira la situación en tiempo real, visualiza el daño, propio o ajeno, busca la reparación, suelta la experiencia y se proyecta creativamente hacia el porvenir.

Culpar es una interpretación común y frecuente que se aprende en la cultura y que incluso algunas concepciones académicas fomentan; sin embargo, el resultado que da esta comprensión atrapa la existencia con resultados pobres y de escasa calidad. Muy al contrario, entender los acontecimientos con responsabilidad permite mirar mejor el presente, es un apoyo sólido para lanzar la existencia al futuro y proporciona mejores condiciones de existencia.

Culpa y responsabilidad
Imagen: Riz.

Culpar al destino, al pasado, o a otros por las condiciones de vida personal en un momento dado es considerar que se es un títere a expensas del destino y de los demás, genera autocompasión, paraliza la existencia, interrumpe el progreso y la tragedia domina el horizonte.

En cambio, responsabilizarse de la propia existencia empuja el destino de la persona en la dirección que desea con toda la realidad que le da reconocer las condiciones del medio ambiente, los recursos externos a los cuales puede recurrir, así como las herramientas internas con las que cuenta para hacer frente a la situación.

Responsabilizarse de la propia existencia es dirigir la vida en el sentido que se considera pertinente, del pasado aprende, pero se deja atrás para emplear toda la energía vital en construir un futuro atractivo de acuerdo a las propias expectativas.

Responsabilizarse de la propia existencia es reconocer que ningún evento, por dramático que sea, tiene la capacidad de suyo para detener y frustrar la vida mientras ésta se conserve. Asume que todo proyecto consume tiempo y recursos; requiere de esfuerzo, de constancia y a veces de flexibilidad para adaptarse a situaciones emergentes. Puede renunciar a proyectos concretos, pero nunca a la posibilidad de hacer de la vida una experiencia que valga la pena ser vivida.


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La salud de AMLO

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En el día 332 de la pandemia en México, al filo de las 18:30 hrs. del domingo, el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador cimbró al país y lo puso en emergencia máxima, al confirmar en su cuenta de Twitter su contagió del terrible coronavirus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad Covid-19.

El Primer Mandatario pasó, en un instante, de ser el líder que encabeza la lucha contra la pandemia a convertirse en parte de las siniestras estadísticas que han dejado ya más de 150 mil muertes y cerca de dos millones de personas contagiadas.

La mañana del lunes y hoy, martes, la secretaria de Gobernación, doctora Olga Sánchez Cordero, suplente en las mañaneras del presidente, comunicó que el Primer Mandatario se encuentra en “todo el ejercicio de sus funciones como Presidente de la República, estable y bien”. 

El mismo lunes, a media mañana, en un nuevo mensaje de Twitter, el presidente difundiría una foto donde se le ve bien e informaría que la llamada con el presidente ruso Vladimir Putin, permitirá adquirir 24 millones de vacunas Sputnik V, cuyo resultado de la fase 3 aún se desconoce.

Desde que anunció su contagio, llovieron mensajes de solidaridad nacional e internacional manifestando preocupación, respaldo y los mejores deseos por la pronta recuperación de la salud del presidente.

Aunque también proliferaron memes ingeniosos aderezados con la picardía mexicana que ve a la muerte con esa dualidad tan especial: por un lado, con respeto, pero también la reta, la trata con sorna y la invoca. 

A pesar de que en el mismo mensaje donde anunciara su contagio, el Primer Mandatario señala que sus síntomas son leves y ya está en tratamiento médico, no puede confiarse él, ni su grupo de médicos, ni nadie. 

Todos queremos que continué su mandato como si nada hubiera pasado, pero, pase lo que pase, haberse contagiado marcará un parteaguas, un antes y un después para AMLO.

salud de amlo
Foto: RTVE.

Además, una cosa es lo deseable y otra, muy diferente, la realidad que, tarde o temprano, siempre termina por imponerse.

Por eso, tenemos que ver con objetividad y responsabilidad cuál es la evolución del estado de la salud del presidente y, hay que decirlo, tenemos que estar preparados para cualquier escenario.

Con esto no digo que se encuentre mal, me refiero a estar preparados como nación para el mejor escenario y para que el peor desenlace no nos atropelle, aunque, insisto, todos queremos ver el mejor de los lados.  

Lo cierto es que, en los primeros días de contagio, los síntomas nos son tan severos como los que le siguen a la enfermedad, conforme se inocula el virus en el organismo humano.

Recordemos que el estado de salud, la edad y los antecedentes clínicos del Primer Mandatario son fundamentales e indican que los médicos deben estar muy alertas a su evolución sintomática.

El presidente es un hombre que duerme poco, trabaja en exceso y su edad, cercana a los 70 años, con padecimientos de hipertensión y el antecedente de haber sufrido un infarto, lo colocan entre la población muy vulnerable al agresivo y letal coronavirus SARS-CoV-2. 

Aunque ya se dijo que, por el derecho a la privacidad, no se van a revelar datos clínicos, los mexicanos tenemos derecho a saber cómo va su salud porque es un asunto de interés público.

Por lo pronto, el mandatario se encuentra bien, de lo contrario ya lo hubieran ingresado en un hospital y no podría ni llamar por teléfono con nadie. Esperemos que la carga viral que lo infectó sea leve y no trascienda.

Son momentos de tensión e incertidumbre que nos obligan a estar al pendiente de la salud del Primer Mandatario.

Esperemos que este hecho lamentable por cualquier lado que se vea, no paralice al gobierno y que reaccione en bloque y articuladamente para aminorar la crisis sanitaria que se está saliendo de control.

La pandemia ya está en las calles de la Ciudad de México con expresiones dramáticas: hospitales saturados.


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