Después de más de un mes en la sombra del anonimato y sin dar ni una declaración pública durante su segundo juicio político, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump reapareció a la escena pública como hizo cuando se fue, acusando de fraude en las elecciones que perdió sin mostrar ninguna prueba.
Así es, volvimos a ver a Trump en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés) que se celebró en Orlando, Florida, a donde acudieron algunos afines al partido republicano quienes siguen apoyando las reclamaciones del exmandatario.
Trump busca de alguna forma retomar su presencia pública, luego de que las redes sociales se lo hayan quitado, es por ello por lo que no evitó la oportunidad de seguir propagando mentiras alrededor del proceso electoral que perdió el noviembre pasado.
¨Ganamos la elección dos veces, lo saben… deberían decidir si ganarles por tercera vez¨, decía Trump ante los aplausos del público que, en su mayoría, no llevaba cubrebocas.
En ese sentido, el expresidente acusó a la Suprema Corte y a las Cortes locales de no hacer nada ante el robo de las elecciones, sostuvo que de ¨haber tenido unas elecciones justas¨ los resultados habían sido completamente diferentes.
Lo más preocupante de esto no es que el partido Republicano siga permitiendo que Trump hable en representación de ellos, sino que esto deriva a que el exmandatario se convierta en la única cara visible y creíble dentro de los republicanos a base de mentiras.
Ya los afines al llamado Grand Old Party (GOP) no apoyan al partido en sí, sino a Trump, lo que lo vuelve en un personaje completamente peligroso, porque su presencia abre la posibilidad al autoritarismo, gobiernos sustentados en la imagen de un político.
Simpatizantes de Trump buscan reescribir la historia
Algunos medios que fueron a cubrir la conferencia se dieron a la tarea de entrevistar a las personas que asistieron y su percepción sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero pasado.
La mayoría sostuvo que quienes cometieron el delito ninguno era simpatizante a Trump y se trataba de una protesta de grupos Antifa (antifascistas) para desprestigiar el movimiento de Trump.
Ya no se puede negar que Trump ha cegado por completo a más de 70 millones de norteamericanos, quienes dan su completa fe sin condiciones al magnate a quien ven como a un héroe.
Lo peligroso de estos líderes populistas es que, a base de discursos sin fundamentos, pueden manipular la opinión pública a su antojo y conseguir lo que desean y ese deseo es el poder.
El único organismo que tiene la posibilidad de detener la carrera política de Trump es la Suprema Corte de Justicia estadounidense, organismo en donde se han interpuesto denuncias por incitar al odio y conspirar con grupos de extrema derecha por parte de Trump, el destino de la política de Occidente está en vilo.