Educación

Memorias de números y números para la memoria

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Pensar números para muchos da escalofríos. La sociedad enseña a temerles. Son como esos alacranes ponzoñosos que si te pican te duermen: los números a casi todos apendejan. Sólo algunos (los elegidos al parecer), los inmunes a su veneno, traspasan el umbral. Dicen los que ya lo han cruzado que una vez pasando al otro lado te enamoras de ellos, y entonces siempre vivirás pensando a través de ellos. Es como si los números te poseyeran. Algunos sabios argumentan que así surgen las grandes mentes, mentes lógicas, mentes numéricas, LAS MENTES.

Mi padre fue ingeniero, se llamaba Werner Rettig Martorell e impartía cálculo diferencial e integral; sus alumnos le decían Piskunov. Se hizo conocido dentro de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Guadalajara no porque, en los años setenta, participó junto con el ingeniero José del Río Madrigal en la creación de la carrera de Ingeniería en comunicaciones y electrónica, ni porque tuvo un cargo dentro de ésta; no, su fama se debía a los números. Sus estudiantes lo llamaron Piskunov gracias al autor del libro que en aquel entonces la editorial Mir Moscú distribuía en México. Ese sobrenombre ruso hacía aún más ajena su persona a los estudiantes.  Fue como añadir una distancia extra a sus ya tan extraños apellidos y nombre.

Primera clase de biología, Preparatoria Vocacional de la UdeG. Nombran lista. “¿David Rettig?” dice sorprendido.Sí profesor”. “¿Qué es de ti Werner Rettig?”, “mi padre”, … “Salte, estás reprobado. Él sabrá por qué.”

Ésa fue la primera vez que me topé de frente con la fama de Piskunov. Nunca convencí al maestro de reintegrarme al curso, busqué a mi padre y le pregunté quién era y qué le había hecho. Sonrió y me dijo: “qué bueno que no te dará clase, te hice un favor. Busca otro maestro”.

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Imagen: La Covacha Matemática.

A partir de ahí quise conocer las historias de mi padre y su fama como maestro. Entonces trabajaba en la librería que mi madre tenía en esa misma Facultad, en ese espacio en el que conoció al ingeniero Rettig. Fue ahí donde aproveché para hurgar e hilvanar su historia. Yo no vivía con él desde los dos años y cuando lo veía no me alcanzaba ni la energía ni el ánimo para preguntarle mucho. Regularmente yo estaba nervioso, pues la primera pregunta era “¿cómo vas en la escuela?” (nunca fui un alumno ejemplar), y las visitas a mi padre, que había virado a ser homeópata, duraban igual que una consulta.

Piskunov paraba a sus estudiantes frente al pizarrón para hacerlos resolver problemas. Inquisitivo preguntaba y hacía que se reformularan tanto los problemas como sus propias vidas. Cálculo diferencial e integral los llevó a elegir varios caminos: muchos cayeron en crisis nerviosas y lloraron, otros se fueron; algunos otros, dicen, permanecían en la línea y se volvieron ingenieros. No sé cuántos biólogos, taxistas y comerciantes fueron producto de las drásticas maneras que mi padre tenía para enseñar matemáticas.

Pero mi padre no tuvo nada más mala fama. Sus historias eran de amor y odio. También en esa preparatoria y un par de años después, ya en último semestre, un maestro de química, al ver mi nombre, me preguntó qué era yo de Werner; pensé que sería sentenciado y junté al “es mi padre”, un nervioso y sentimental “pero no vivo con él, es más, acaba de morir”. Ese maestro me tomó del hombro y me dijo, “cuánto lo siento…era una persona espectacular”. Me contó cómo eran sus clases: si no razonabas estabas fuera.

Fue en la preparatoria que tomé gusto a las matemáticas, tanto que llegué a dar clases de álgebra a mis compañeros que se iban a extraordinario. Mi gusto inició con un maestro espigado, casi de figura quijotesca, que trataba los números con el candor que yo entonces quería tratar a mis compañeras. Además de tener a ese profesor, aprovechaba la librería de mi madre que siempre tenía algo que podría guiarme. Cuando le dije a mi madre que quería estudiar arqueología me visitó un ingeniero al día con el cometido de convencerme de no cometer tan fatal error. Desde entonces los números quedaron guardados en mi memoria como una historia y siempre asociados a mi padre y a un buen maestro. Claramente en la carrera pocas materias tenían números. En México y probablemente en el mundo existe una escisión entre las humanidades y las letras, así se han configurado las falsas fronteras del conocimiento.

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Imagen: Segredos do mundo.

Pero la vida y el tiempo dan lecciones y virajes inesperados. Desde hace un par de años colaboro en un grupo de investigación de una empresa (Lecto), que está empeñado en cambiar la noción social que venimos arrastrando sobre las matemáticas, la lectura y su enseñanza. El problema es de raíz, es cultural. Ni las matemáticas ni la lectura son para pocos, simplemente son mal enseñadas. Desde niños se nos enseña que los números son esos alacranes y en vez de admirarlos los queremos exterminar o simplemente alejar. Y de las letras qué decir, ya hasta la campaña de Librerías Gandhi nos muestra si estás del lado de los que aman y entienden las letras o si perteneces al Dark Side.

En la era del algoritmo el número es el código con el que se escribe el futuro. En ese contexto México está evaluado, según las pruebas PISA, como uno de los que están en el tercio inferior de evaluaciones. Estamos peor en matemáticas que en lectura, pero en ambos estamos muy mal. La razón es que esa semilla se siembra desde los fundamentos de la educación y si no se siembra bien, entonces el árbol crece torcido. Las pruebas PISA se hacen a estudiantes de quince años.

De los países miembros de la OCDE la media en el porcentaje de alumnos con bajo nivel de competencia en lectura es de veintitrés y México los supera casi al doble con cuarenta y cinco. En aprovechamiento de matemáticas el promedio de los miembros de la OCDE es del veinticuatro y México los supera con un cincuenta y seis. Aunado a ello sólo el uno por ciento de los estudiantes mexicanos se ubica en el tercio superior en competencias matemáticas. Economías asiáticas como China y Singapur tienen niveles del cuarenta por ciento en el primer tercio.[1]

Imagen: Publico.es.

Desconozco si los estudiantes en esas economías mantienen una relación emocional y positiva con los números. La base no sólo está en el conocimiento y la habilidad sino en la trama de significados que envuelven lo que uno siente por los números y las letras. En México mucho de ello, desafortunadamente, depende de la suerte: si te encontraste o no con un gran maestro que te abrió la perspectiva o si existe una política educativa adecuada tanto a nivel de país como a nivel de la escuela en donde van tus hijos. 

Hace un par de días escuché en el grupo de investigación de Lecto una ponencia de la Mtra. Iliana Valencia González que me dejó pensando a profundidad sobre la importancia de las políticas educativas. Ella describía las políticas educativas asociadas a los números y hacía un recorrido histórico, antes de los años sesenta[2] a las mujeres se les enseñaban las matemáticas necesarias para llevar a cabo sus labores del hogar: pesar, dividir, fraccionar. La política estaba dirigida a forjar amas de casa. Los contenidos para hombres y mujeres eran distintos.

En nuestra época reducir la desigualdad de género es una política internacional: es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU; las niñas mexicanas salen mejor evaluadas que los niños en lectura (11 puntos arriba), pero no así en matemáticas y ciencias (12 puntos abajo). Sin embargo, no es clara una política educativa dirigida a estimular STEM en niñas. Cuando trabajaba en la facultad de ingeniería había pocas mujeres. La mejor muestra era que al pasar alguna la rechifla de los monos numéricos era tal que ellas aprendieron a escabullirse con rapidez, con un estilo Ninja, entre los pasillos.

Tendencias del desempeño en lectura y matematicas

En el grupo en el que colaboro hemos logrado resultados inesperados. Un niño promedio es capaz de aprender las bases de la lectura, esto quiere decir, leer de corrido sin silabeos, a un ritmo de setenta palabras por minuto y con un entendimiento contextual del texto en tan sólo sesenta sesiones de veintisiete minutos. En matemáticas con cincuenta sesiones de media hora, una pequeña de tercer grado de primaria puede dominar los contenidos oficiales de toda la primaria y sobre todo con comprensión.

En los experimentos que estamos haciendo en Lecto, Jerónimo, mi hijo de siete años, en menos de cincuenta sesiones ha comprendido las operaciones básicas de suma, resta, multiplicación y división; además aprendió a hacer lo mismo, pero con quebrados. Lo más interesante fue verlo interactuar con Ricardo Vargas (quien inició la metodología y de quien ya escribí unas letras en Instrucción, lenguaje y resiliencia), que al inicio lo asustaba por sus formas “piskunianas” de aparente rigidez. Pero después de algunas sesiones Ricardo logra lo que los grandes maestros, crea una narrativa y mantiene la atención y el gusto de Jerónimo por aprender. 

Seguimos experimentando; yo estoy esperanzado en poder conjugar una fórmula de enseñanza eficaz con una memoria positiva, en la que nuestros hijos se relacionen con las letras y los números. Parece que esa tarea tiene que ser a pesar de que las políticas educativas no sean tan claras y que, aunado a ello, el COVID-19 nos ha traído una barrera más a las muchas que contamos en el aprendizaje: enseñar de forma virtual. La relación emocional es fundamental. Como escuché en algún lugar, no todo lo que se puede contar cuenta y no todo lo que cuenta se puede contar. Forjar memoria y estrechar vínculos positivos con cualquier materia es algo que posiblemente las estadísticas no pueden develar.  


Notas:
[1] Si deseas revisar un resumen del reporte de PISA: http://www.oecd.org/pisa/publications/PISA2018_CN_MEX_Spanish.pdf
[2] En 1953 la mujer votó por primera vez en México.


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El sindicalismo magisterial como forma de vida

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En tiempos de pandemia por el COVID-19 y de conflictos sociales, en lo que la educación en México más que una prioridad es una urgencia, agradezco el espacio a El Semanario Sin Límites. Ésta es la primera de mis intervenciones en donde quiero mostrar cómo se vive el magisterio desde sus entrañas, desde esa fuerza y lucha que ha caracterizado a este gremio tan fuerte, y que se ha dado por sentado.

A pesar de las adversidades y las opiniones hechas muy a ligera, el sindicalismo magisterial está vivo y más vigente que nunca. La fuerza innovadora que beneficia al país no proviene de otro sitio que no sea la voluntad de los profesores, quienes están decididos a darle un giro de tuerca a sus prácticas cotidianas. Buscan, desde el arduo trabajo y compromiso, impactar de modo positivo en sus compañeros, en sus amigos, en sus familias, porque el sindicalismo no es un camino que se pueda desandar: es una forma de vida.

trabajadores por la educacion
Imagen: revista Educar.

Ya no es necesario abrir una rendija para, como profesor, visibilizarse, ni estar a expensas de que otros, con intereses borrosos, decidan cuál es el bienestar. En el Sindicato de Trabajadores para la Educación (STE) con presencia en las 32 entidades federativas y en 2 mil 435 municipios del país, cada profesor es reconocido y valorado, entendido y respetado. Sin el esfuerzo del magisterio el futuro más valioso de México que es el conocimiento impartido hacia niñas y niños sería una labor inerte. Y eso lo sabemos en el STE y sabemos cómo socializarlo.

Es cierto que los nuevos tiempos han implicado nuevos retos para el magisterio, pues en muchos países la abolición del sindicalismo ha dejado desprotegidos a sectores enteros que no pueden dialogar más, en ámbitos seguros y de máximo respeto, con sus compañeros sobre cuáles son los temas que les atañen para beneficiar a su gremio y, por tanto, a la vida pública y cotidiana.

Por fortuna, México ha sido un país en el que el sindicalismo no ha desaparecido, pero sabemos que los tiempos exigen cambios. Desde 1943, la vida sindical magisterial surgió como una sola fuerza al reunir a los grupos que, en ese momento, lo que dio espacio a la creación del Sindicato Nacional de Trabajadores por la Educación (SNTE).

educacion sindicalismo
Imagen: Magisnet.

Para la SEP, diseñar un programa integral, como es Aprende en Casa 1, que concluyó con 70% de apego y Aprende en Casa 2, que llegó al 90%, no fue sencillo, puesto que sabemos de las dificultades e inequidades del país, en temas de internet e incluso de señales televisivas. Nuestra gente aún en esta catástrofe sabe de la importancia de la educación y al ser siempre resiliente se enfrenta sin temores a las nuevas formas de aprendizaje de sus hijos.

Ahora, el reto que enfrentamos como gremio es seguir actualizándonos para que el uso de las herramientas digitales no sea un impedimento para la enseñanza y justo como hablamos de una desventaja de la globalización también le reconocemos que, gracias a ella, en las zonas más favorecidas con internet, es posible interconectarnos, sobre todo en esta crisis de salud que ha golpeado al mundo entero y nos puso en riesgo de mantenernos aislados.


Protegen aporte de la Educación Tecnológica en el desarrollo del país

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A través de la estrecha colaboración con investigadores y académicos del Conacyt, el Tecnológico Nacional de México impulsa el seguimiento de proyectos que permitan la construcción de soluciones problemáticas nacionales, regionales y locales, alineados con tendencias internacionales.

Con esta convicción, Enrique Fernández Fassnach, Director General del TecNM, encabezó la inauguración del Foro Virtual: Posgrados Tecnológicos, Retos y Perspectivas para el Desarrollo y la Innovación en México, convocado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Tecnológico Nacional de México (TecNM), donde se analizaron las oportunidades en la materia, que surgieron tras la pandemia de COVID-19.

En este encuentro con más de 3 mil académicos, científicos y expertos en Educación Superior, se llevó a cabo con el objetivo de trazar la ruta de los estudios de posgrados tecnológicos hacia una transformación en el sector productivo, social y educativo.

El director, dijo que el propósito es fortalecer la vinculación con los sectores productivos a través de proyectos que permitan la construcción de soluciones a problemáticas nacionales, regionales y locales, alineados con las tendencias internacionales.

En tanto, Luciano Concheiro Bórquez, Subsecretario de Educación Superior, destacó el compromiso del TecNM para fortalecer los posgrados a nivel nacional, “actualmente el Tecnológico Nacional de México cuenta con 135 Programas de Posgrado, de los cuales, el 62 por ciento se encuentra reconocido dentro del Programa Nacional de Posgrados de Calidad”.

Asimismo, Concheiro Bórquez señaló que el TecNM representa el subsistema de Educación Superior más dinámico y prometedor gracias a su dispersión a nivel nacional, lo que permite confrontar las desigualdades geográficas y sociales, para garantizar pertinencia y equidad a los jóvenes de México.

El Tecnológico Nacional de México cuenta con una gran capacidad articulada por su posición y distribución geográfica, por lo que este Foro Virtual deberá cristalizar los proyectos en hechos reales que coadyuven en el quehacer científico y tecnológico.

La educación tecnológica: impulso social y productivo de México

Por su parte, María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora general del Conacyt, destacó que el espacio de análisis tiene el objetivo de generar sinergias para sumar las capacidades de cada uno de los investigadores y académicos de los campus que integran al TecNM para apoyar a los proyectos nacionales promovidos por el Gobierno Federal.

Entre las conferencias magistrales destacadas, Orozco Hernández destacó que los diferentes actores en el desarrollo de la ciencia y la tecnología deben estar comprometidos con la vinculación de los estudiantes en las áreas productivas para dar solución a problemas prioritarios a nivel nacional, mejor uso de recursos públicos y aminorar la fuga de talentos del país.

Durante la presentación de su ponencia, Fernández Fassnacht, Titular del TecNM, explicó que los protagonistas del Tecnológico Nacional de México son los estudiantes. Por ello, dijo, se trabaja con investigadores, académicos y docentes comprometidos con la comunidad estudiantil, quienes ofrecen líneas de acción y conocimiento de calidad.

Fassnacht expuso que el TecNM está comprometido en la formación de grupos académicos de investigación, que conjunten las tecnologías de la información, la Inteligencia Artificial, la robótica, la electrónica y otras disciplinas afines, que colaboren con otros conjuntos de expertos en temas de ciencias de la vida y en otros temas de impacto social.

La plataforma virtual reunió a especialistas en materia de ciencia, tecnología e innovación, quienes presentaron conferencias magistrales a la comunidad tecnológica, en torno a las oportunidades, retos y perspectivas hacia la transformación de México, a través de posgrados en las diferentes áreas de estudio del Tecnológico Nacional de México.

El Foro Virtual es un espacio abierto de discusión sobre las necesidades y estrategias para fortalecer los posgrados tecnológicos, en áreas estratégicas nacionales mediante la vinculación con los sectores sociales y productivos y la definición de criterios de evaluación e impacto, acordes a sus objetivos.

Lo que le falta a México para ser un mucho mejor país: Educación

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Estoy consciente de que en un artículo de poco más de mil cien palabras y cinco minutos de lectura, es prácticamente imposible resumir lo que tendríamos que hacer en México para ser el mejor país posible, pero aun así me arriesgaré a intentar hacerlo en varias entregas a partir de ésta.

Y empiezo hablando de lo que tenemos como país: grandes ventajas geográficas, por sus 1,972 millones de kilómetros cuadrados (décimo cuarto en el mundo), sus 3,326 kilómetros de frontera con los Estados Unidos de América; 871 kilómetros de frontera con Guatemala y 251 kilómetros de frontera, a través del río Hondo con Belice, ambas muy poco explotadas y desarrolladas; sus 11,122 mil kilómetros de litorales a dos grandes océanos (Pacífico y Atlántico); golfos y mares impresionantes como el de México, el Caribe y el de Cortés; tenemos un mar patrimonial de unos 2.7 millones de kilómetros cuadrados, muy poco explotados, por cierto; más de 40 ríos; inmensas cadenas montañosas, mesetas, altiplanicies y numerosos valles; 718 cuencas hidrológicas; tenemos una gran diversidad de formaciones geológicas con zonas boscosas, lagos, montañas; y numerosas islas.

La biodiversidad en México es impresionante, tenemos más de 200 mil especies, lo que equivale a prácticamente el 10% del total de la flora y fauna que hay en todo el planeta y coloca a México como el 5º entre los doce países más biodiversos del mundo, con 70% de las especies existentes.

biodiversidad mexicana
Imagen: Pinterest.

En México se hablan 68 lenguas indígenas, que es la lengua materna para poco más de 7.5 millones de mexicanos y el español.

Tenemos una población de alrededor de 127 millones de personas, lo que nos coloca como el 10º en el mundo con más población, con una esperanza de vida de 75.1 años y una edad promedio de 28 años.

Y bueno, me podría seguir con información y datos duros de por qué tenemos todo el potencial para ser un mucho mejor país de lo que somos actualmente, destacando nuestros 35 Patrimonios de la Humanidad; nuestros 111 pueblos mágicos y que estoy seguro podríamos duplicar; los más de 170 sitios arqueológicos; las ciudades coloniales; las decenas de playas y demás en lo turístico; nuestro impresionante potencial en minería con que contamos, en lo agrícola, y en muchos otros campos a los que me iré refiriendo en próximos artículos.

¿En qué tenemos que trabajar?, ¿qué tenemos que mejorar?

Educación. Ciertamente hemos mejorado mucho en los últimos 50 años, cuando se redujo el analfabetismo del 25.8% (1970) a prácticamente el 4%. Es decir, hay poco menos de 5 millones de personas analfabetas en el país y por su condición de edad y distribución geográfica es prácticamente imposible que se pueda reducir esta cifra por otro medio que no sea por causas naturales y atendiendo a la metodología de la UNESCO, aunque yo siempre pienso que podríamos hacer un último esfuerzo y buscar reducir aún más esta cifra. Y para todo problema, una solución; en México hay actualmente más de 110 mil estudiantes normalistas entre las poco más de 460 escuelas normales del país. Si a cada uno de estos jóvenes se les diera la responsabilidad de alfabetizar a 10 personas cada semestre como parte de su servicio social, en cinco años no quedaría ni un analfabeto en México.

educacion a analfabetas
Imagen: Estelí Meza.

Pero bueno, el analfabetismo no es ya el principal problema de educación en nuestro país, lo es el pésimo nivel académico que reciben los cerca de 30 millones de niños y jóvenes que cursan la educación básica, es decir, entre 4 y 18 años. Los resultados de las Pruebas Pisa en las tres áreas que son lectura, matemáticas y ciencias, México obtiene muy malos resultados y lugares. En las tres pruebas las calificaciones son reprobatorias y los lugares terribles –entre 79 países participantes–: 53 en la prueba de lectura; el 57 en ciencias; y el 61 en matemáticas.

China es ya el primer lugar mundial en las pruebas; cuando lo fue Finlandia o Singapur siempre se decía que eran países muy chicos y que por eso lo lograban, ¿ahora cuál va a hacer la justificación? La solución está en menos materias para los niños y jóvenes, menos alumnos por maestro, mejores maestros, más actividades fuera del aula y un par de cosas más, de verdad no es tan complicado.

Ya sé que no es políticamente correcto decirlo, pero la verdad de las cosas es que –en general– tenemos muy malos maestros en México y mucho más en las escuelas públicas. A los maestros hay que exigirles mucho más, examinarlos constantemente y con base en éstas decidir su futuro, y también diseñar un sistema de retribución individualizado a quienes mejores resultados den, como pasa en muchos sistemas académicos del mundo y también por escuela. Y no andar tratando de inventar el hilo negro cada sexenio.

México tiene muchos maestros, pero pocos con un desempeño de calidad. Podríamos tener menos y pagarles mucho mejor a los que sí se requieren y hacen bien su trabajo. También deberíamos tener muchísimos menos maestros asignados al sindicato y que deberían estar dando clases.

Si bien la proporción de alumnos por maestro en México es de alrededor de 30 a uno –cuando los estándares mundiales dicen que debería ser como de 18 a uno–, hay una pésima distribución a nivel nacional, estatal, municipal y por escuela. Las matemáticas son muy sencillas, hay 30 millones de alumnos y más de dos millones de docentes; hay 15 alumnos para cada docente, así de sencillo.

mala educacion
Imagen: Rocha.

México “invierte” 3.1% de su PIB en educación anualmente, de los cuales el 98% se destina al pago de nóminas y gasto corriente, y es el 11.6% del gasto total del gobierno federal anualmente. Como referencia, el promedio mundial supera el 4% del PIB.

Hay que diseñar un programa de largo plazo y de largo alcance, y para ello habrá que acabar con las mafias sindicales de la SNTE y de la CNTE, hay que actuar hasta sus últimas consecuencias, de lo contrario esto nunca va a cambiar. Hay que involucrar a los maestros mejor evaluados en el diseño de este programa y no a los dirigentes sindicales que son una lacra nacional.

Hay que entrarle a los grandes temas nacionales, solucionando los problemas, haciendo ejercicios de Análisis de Causa Raíz (ACR) y dejar de andar parchando las cosas cada vez que a un presidente o a un gobierno se le ocurre algo. Hay que pensar en el largo plazo, así como en el presente y en el futuro de México y de los mexicanos.

Dejemos la coyuntura para el WhatsApp, pongamos a pensar y trabajar en el día con día y en las cosas realmente relevantes.


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Pandemia y Educación: Drásticas Lecciones

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Graciela Moguillansky* y Claudia Schatan.

Se estima que 1.5 mil millones de estudiantes en el mundo estaban privados de asistir a sus escuelas en el momento más álgido del confinamiento experimentado hasta ahora. De este universo, casi un tercio – 463 millones– no tenía acceso a una educación remota desde su casa, mientras que en América Latina la pandemia de coronavirus provocó el cierre temporal de miles de colegios, afectando a 160 millones de estudiantes, al tiempo que un porcentaje no despreciable pertenece a centros educativos sin herramientas tecnológicas a su alcance (UNICEF).

Es por ello que, para continuar la instrucción a todo nivel, la incorporación de la digitalización en los sistemas de educación es de suma urgencia. Pero mientras que ajustarse a una enseñanza remota desde casa vía Internet u otro medio de comunicación no significa un desafío demasiado grande para muchos estudiantes y maestros, ello es todo un reto o, de plano, una imposibilidad para otro sector grande de la población.

En la práctica, estamos al borde de dos puntos de inflexión en sentidos opuestos: para aquellos maestros y alumnos más preparados no sólo en el manejo de medios digitales, sino de sistemas educativos innovadores, la pandemia podría ser incluso un estímulo para incorporar métodos de última generación de aprendizaje; pero para los sectores inmersos aún en sistemas más tradicionales de educación, lo que es común en estratos socio-económicos más desfavorecidos, la presente situación podría significar un gran retroceso en el proceso de aprendizaje.

desigualdad pandemia en educacion
Imagen: Connectas.

1.Sistemas prometedores de enseñanza antes y durante la pandemia

Existen escuelas, especialmente en los países desarrollados, pero también algunas exclusivas en los países en desarrollo, donde se habían introducido nuevas formas de aprendizaje, que ya incluían el trabajo digital intensivo de maestros y estudiantes mucho antes de la pandemia y que preparan a los alumnos a ser bastante independientes en su instrucción. Estos son los que menos problemas estarían teniendo para adaptarse a las circunstancias actuales.

La revolución tecnológica por la que atravesamos desde hace años ha estado demandando un capital humano muy diferente al que se forma en sistemas tradicionales de enseñanza. Se necesitan niños y luego jóvenes que tengan mayor capacidad de reflexión, flexibilidad y creatividad y que puedan insertarse en sistemas productivos tecnológicamente cambiantes y de creciente complejidad. Los sistemas digitales han servido para que los estudiantes aprendan por su cuenta una parte importante del currículum académico mientras las clases presenciales se dedican a los aspectos más analíticos de la enseñanza.

Si la educación tradicional, como muestra la Taxonomía de Bloom, consiste en seis pasos: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear, las cuales mayormente deben realizarse en clase, con el enfoque más moderno de enseñanza, la idea es que los primeros tres pasos se lleven a cabo antes de la clase presencial (para lo cual puede accederse a los materiales de forma virtual con anticipación). El sistema más socorrido dentro de este nuevo enfoque es lo que se llama The Flipped Classroom (o de “aula invertida”, en español) que es “un modelo pedagógico que transfiere el trabajo de determinados procesos de aprendizaje fuera del aula y utiliza el tiempo de clase, junto con la experiencia del docente, para facilitar y potenciar otros procesos de adquisición y práctica de conocimientos dentro del aula”. Ello libera tiempo de clase y los estudiantes se enfocan más al aprendizaje activo a través de preguntas y discusiones que estimulan la exploración y la generación de ideas. A través de este modelo, los alumnos tienen una participación mucho más activa en su aprendizaje, y los maestros tienen un rol de guía en lugar de transmitir el conocimiento en clase a un conjunto de estudiantes que reciben en forma pasiva los contenidos del programa de estudios.

The Flipped Classroom
Imagen: The Flipped Classroom.

Nótese que la capacidad misma de innovación o de adaptación de nuevas tecnologías es actualmente fundamental para el avance de los países en la revolución tecnológica 4.0, por lo que una enseñanza que incentive el talento creativo entre los estudiantes, es muy importante. El profesor por tanto, crecientemente actúa como un facilitador del aprendizaje y ayuda a los alumnos a “enfocar-explorar-reflexionar-aplicar”.

A nivel de técnicos superiores y universitarios, también se han revolucionado los métodos tradicionales de educación en varios países. Un ejemplo es el sistema de aprendizaje basado en problemas (ABP) que requiere que el profesor sea sólo un guía en el proceso de aprendizaje, mientras los estudiantes aprenden a través del descubrimiento. Además, ante los problemas que se plantean en el ABP los estudiantes pueden encontrar múltiples soluciones, lo que estimula su capacidad creativa e innovadora.

En la práctica, los sistemas de educación descritos son aún una excepción en países en desarrollo y tienen acceso a ellos sólo una pequeña élite. Sin embargo, la expansión de las redes de Internet  han ayudado a la comunicación digital para la educación, sin que ello garantice un método de enseñanza avanzado. En un trabajo reciente (CEPAL- UNESCO) para siete países de América Latina, se muestra el tipo de tareas que entre el 50 y el 80 por ciento (dependiendo del nivel socioeconómico al que pertenecen) de los estudiantes de 15 años realizaban en 2018 utilizando medios digitales, entre otras: emplear sitios web de aprendizaje, realizar tareas escolares en una computadora; descargar o subir material en la página web de la escuela o navegar por ella; usar redes sociales para la comunicación con profesores y otros estudiantes sobre tareas escolares. Éste es un avance, pero la mayoría tiene mucho camino que recorrer aún.

taxonomia de bloom
Imagen: Compartir Palabra Maestra.

2. Esfuerzos realizados hacia estudiantes de hogares de bajos ingresos durante la pandemia

Los resultados de las pruebas Pisa anteriores a la pandemia, ya mostraban que los países de América Latina se ubicaban en los últimos puestos del ranking internacional de calidad educativa, fallando en altos porcentajes en los conocimientos y habilidades mínimas esperadas para su edad, para desenvolverse adecuadamente en la vida y en la academia y para enfrentar los retos del siglo XXI. El problema se agrava más con la suspensión de las clases presenciales en casi todos los países de la región, y sobre todo entre los estudiantes de familias de bajos ingresos.

De acuerdo a la especialista de educación del BID, Elena Arias, en América Latina menos del 30% de las familias más vulnerables tiene acceso a computadoras y este porcentaje baja aún más en países como Perú, México o República Dominicana donde menos del 15% tiene acceso a material tecnológico. Esto contrasta con los estudiantes de las clases más pudientes donde el porcentaje puede ser del 80% en todos los países de la región. Lo mismo pasa con Internet, que es esencial para conectarse a estas plataformas

En siete países de América Latina la población estudiantil imposibilitada de “conectarse”  no sólo a Internet, sino que a radio o TV para seguir su educación a distancia es del 9%, pero una proporción bastante mayor tiene limitaciones para hacerlo por falta de infraestructura comunicacional; no cuentan con los aparatos para conectarse; no tienen acceso a plataformas educativas; o porque ni profesores ni alumnos tienen la capacitación para aprovechar las formas de enseñanza más avanzadas.

desigualdad en educación, internet
Imagen: Universidad de Chile.

Es por eso que se visualiza como altamente preocupante la situación a la que se enfrentará América Latina post-pandemia, en términos de brecha de aprendizaje entre estratos de ingresos altos y bajos y respecto de los países desarrollados. Para reducir esta brecha se pueden adoptar distintos caminos, los que en cierta forma dependerán del liderazgo estatal, plazo definido, instrumentos desarrollados y la disponibilidad del financiamiento requerido.

En el corto plazo para el estudiantado que carece de Internet se ha optado por rescatar viejas tecnologías, implementando estrategias mixtas, las que incluyen la televisión, la radio o materiales impresos. Sin embargo, esto no es suficiente dada la magnitud del desafío. Al respecto un par de datos iluminadores: en Chile, a pesar del potencial que tiene la TV para equiparar oportunidades de aprendizaje, sólo cerca de un 5% de los estudiantes entre los 4 y 12 años ha aprovechado la nueva señal que el Ministerio de Educación creó en el marco de la pandemia, por otra parte, luego de crearse una plataforma educativa especial con material para la etapa de confinamiento, sólo uno de cada cuatro docentes usó con frecuecia esta plataforma. Esto nos señala la importancia que en el corto plazo han seguido teniendo las actividades tradicionales como el envío de guías de trabajo e interacciones simples entre profesores y alumnos. Los medios que más frecuentemente se han utilizado para orientar el aprendizaje han sido los mensajes de whatsapp, los correos electrónicos y las llamadas telefónicas. Las clases virtuales estarían ocurriendo en pocos casos, con muchas dificultades para la interacción en línea. 

Simultáneamente el retorno a clases enfrentará a los docentes a la heterogeneidad de situaciones de aprendizaje, con alumnos que pudieron seguir el currículum, otros que durante la pandemia no pudieron ser conectados por sus profesores, y otros promovidos sin haber asimilado los textos, por lo que en las deliberaciones actuales se propone el rediseño de los planes de enseñanza. En algunos países los ministerios de educación promueven mesas de trabajo, que incluyen a docentes, apoderados y autoridades locales para en conjunto ir enfrentando los problemas, llamando a su vez  la atención sobre la necesidad de comunidades estrechas que valoran y cuidan a todos los miembros, para en conjunto encarar la reorganización de las escuelas, quizás de un modo muy diferente al habitual.

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Imagen: El Correo.

Si bien estas acciones serán de extrema utilidad en el corto plazo, para cerrar la brecha educativa profundizada durante la pandemia tendrán que rápidamente abordar el desarrollo tecnológico. Ello no será una tarea sencilla porque no sólo requiere de financiamiento, sino de la coordinación de políticas de telecomunicaciones, educación y desarrollo social, es decir, abordar el problema en forma sistémica, ejercicio poco usual en la región.

Como lo señala UNESCO, en  este  sentido resulta  prioritario  asegurar  el  acceso a Internet de calidad dentro y fuera de la escuela a estudiantes y profesores con  un  especial énfasis  en  la  población  de  niveles  socioeconómicos  más  bajos  y  los  que  habitan  en  sectores  rurales.  Sin embargo, el impacto de la tecnología en las escuelas depende del manejo que se haga de ellas, por lo que también se requiere la adecuada formación de los docentes y el establecimiento de estándares de calidad que guíen a los usuarios en la selección, uso y desarrollo de recursos educativos.

Al final de la pandemia, los países latinoamericanos necesitarán enfrentar y superar dos grandes brechas educacionales: por una parte la interna, entre sectores más y menos favorecidos en términos socioeconómicos, la cual se habrá profundizado por el cierre de los centros educacionales y la heterogenidad del acceso tecnológico y, por otra, la brecha que se venía ahondando entre las formas de aprendizaje innovativos mayormente adoptados en los países industrializados, consistentes con la revolución tecnológica existente, y los sistemas tradicionales y de baja calidad que dominan a nuestros países. La tecnología misma puede ayudar a superar estas grandes diferencias si hay un liderazgo estatal inteligente, apoyado por las comunidades y se destinan los recursos para lograrlo. Si no, los efectos serán la profundización del atraso de la región.


*Graciela Moguillansky es economista graduada de la Universidad de Chile, consultora internacional, especialista en desarrollo productivo e innovación, fue funcionaria de CEPAL, Naciones Unidas.


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Golpe letal al conocimiento

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Todo indica que esta semana, so pretexto de resolver el déficit de ingresos que enfrentará el gobierno federal para 2021, recibirá un golpe mortal la investigación científica en México que, al parecer, no es prioridad de esta administración.

Me refiero a la discusión del predictamen que contempla la desaparición de otros 44 fideicomisos en México y que será discutido desde hoy en comisiones de la Cámara de Diputados.

Por tanto, adelantó ayer en su mañanera el presidente López Obrador, que es una decisión tomada y sólo falta que sea ejecutada por la mayoría legislativa de su partido Morena en el Congreso federal.

El problema, de fondo, es que metieron en el mismo saco a todos los fideicomisos, sin una evaluación ni un análisis previo.

desaparicion de fideicomisos
Imagen: Expansión.

Como en el circo, hicieron la pantomima de consultar la iniciativa en lo que llaman Parlamento abierto, pero todo fue una farsa para liquidar a los 44 fideicomisos. 

No obstante, es esencial evaluar y conocer con precisión cuál es el quehacer y la importancia de cada fideicomiso para determinar su futuro.

Sin tomar en cuenta sus aportaciones al país en cada rama del conocimiento es un grave error deshacerse, de un plumazo, de valiosos grupos de investigación probados y certificados en diferentes áreas de la ciencia y la tecnología.

Además, desaparecerlos sin saber siquiera qué proyectos de investigación están en curso, comprometidos, avanzados y por concluir con financiamiento de instituciones privadas y públicas, nacionales e internacionales, e incluso de gobiernos de otros países, es un duro golpe para el conocimiento científico.

presupuesto a la ciencia
Imagen: Semana.

Cierto es que en algunos casos se abusó de la figura del fideicomiso, que permite recibir recursos de varias instancias públicas o privadas, y se utilizó para transar y robar.

Por eso, aclaro a la audiencia, no estamos en contra de que los fideicomisos sean auditados, evaluados y borrados cuando han sido desleales con la nación y solo representen una carga para el erario.

Sin embargo, hay muchos que son incluidos en el mismo saco y que aportan valiosas investigaciones, con innovadoras proyectos para el desarrollo tecnológico del país que deben ser conservados e, incluso, más apoyados con recursos públicos.

Parece que de nada vale, por ejemplo, que los 26 fideicomisos de los centros de investigación de ciencia y tecnología sean fiscalizados meticulosamente por la Auditoría Superior de la Federación y, desde luego, supervisados por la Secretaría de la Función Pública.

golpe a la educacion
Imagen: Nexos.

No se puede medir con la misma vara rasa a todos. Hay algunos como el CIDE, el Colegio de la Frontera Norte, o el Fidecine, que financia y busca recursos para financiar el llamado cine de arte mexicano que sin ninguna consideración serán desaparecidos.

Ahora bien, si los recursos retirados a los “inservibles” fideicomisos fueran reinvertidos en ciencia, tecnología e innovación sería otra alternativa viable para el país, pero enviar el dinero a la Hacienda pública es un atentado al conocimiento.

Para nadie es un secreto que un gobierno que desdeña el desarrollo científico, tecnológico y la innovación está cancelando el bienestar de las nuevas generaciones y condenando al país al fracaso.

Hoy, la única forma de vencer la pesadilla de la pandemia, por ejemplo, es mediante la ciencia, la innovación y el conocimiento. Es muy fácil destruir, pero volver a construir será un gran reto para las generaciones del porvenir.


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Inauguran Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería del IPN

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Al inaugurar oficialmente el Ciclo Escolar 2020-2021 del IPN, más de 210 mil estudiantes y 25 mil 911 docentes iniciaron sus actividades en línea.

Desde Palenque, Chiapas, la Presidenta Honoraria del Consejo Asesor de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México, Beatriz Gutiérrez Müller, participó en la inauguración de la nueva Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Y les pidió a los jóvenes que inician su nuevo Ciclo Escolar, aprovechar y estudiar todo lo que puedan, que no deserten de sus estudios, ya que el Gobierno les puede ayudar mucho con plánteles, con profesores, con planes de estudio y con becas.

El Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, afirmó que el impulso a la Educación Superior con Rechazo Cero, se tienen 160 mil lugares nuevos lo que representa una suma importante para la reducción de cualquier rechazo.

Por su parte, el Director General del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, comentó que la institución llegó a Chiapas para contribuir al desarrollo de la región sur-sureste del país.

Durante la ceremonia realizada en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del estado de Chiapas, donde la UPIIP iniciará actividades provisionalmente, Rodríguez Casas agradeció a la actual administración, por creer en el proyecto y por la confianza depositada en el Politécnico para encabezar la formación de profesionistas, que redituarán en bienestar para la región sur-sureste, y de Palenque, en particular.

Resaltó que la UPIIP ofrecerá una Educación Superior de excelencia, que permitirá incentivar los grandes proyectos de infraestructura del Gobierno Federal y de los sectores productivos de esta región.

Informó que el campus está proyectado para 3 mil 500 estudiantes, con una primera generación, conformada por 121 alumnos y en una próxima fase se integrará el posgrado, la educación continua y el campus virtual, además de desarrollar investigación, innovación, servicios tecnológicos e incubación de empresas, característicos del quehacer politécnico.

Durante la puesta en marcha de la nueva Unidad, también se formalizó la donación de terrenos al IPN, por lo que Javier Velázquez Moctezuma, Coordinador Científico del Tren Maya, aseguró que la entrega de áreas realizada por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) refrenda su compromiso con el proyecto educativo de la presente administración.

Comentó que el proyecto del Tren Maya no solo es un proyecto de transporte, sino de desarrollo socioeconómico para la región. Por lo que la entrega del predio en favor del IPN, subrayó, promueve el bienestar de las comunidades; el fortalecimiento de la educación, la salud, y la creación de empleos.

Por su parte, Mario Delgado, Coordinador de la fracción de Morena en la Cámara de Diputados, afirmó que la inversión pública en el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene una visión humana y de desarrollo regional. Por lo que la nueva unidad será un legado de la actual administración.

Redes sociales ¿un paliativo para el futuro educativo mexicano?

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La inmersión de contenido educativo en plataformas sociales como Instagram, TikTok y YouTube puede beneficiar al 65% de estudiantes mexicanos innovando el proceso educativo con un giro de 180 grados.

Los rostros y voces de Diego Velázquez, Cleopatra, Pérez Galdós y Napoleón Bonaparte cobran vida gracias a Paco Pajuelo, el influencer educativo, que ha encontrado en las redes sociales la manera de salvar la brecha digital educativa y, además, enganchar a sus alumnos del Instituto de Educación Secundaria “Torreblanca” (Sevilla, España) con los contenidos educativos de las materias de Historia y Geografía durante esta pandemia.

Entre los muchos recursos tecnológicos que algunos educadores han sabido aprovechar en estos momentos de pandemia, YouTube es una de las plataformas más recurridas en cuanto a transmisión de contenido de toda índole, incluyendo el educativo.

Todos los días en su canal, José David Espinos Frías sube material didáctico para sus alumnos que cursan 4to año de primaria en la escuela Profesor Antonio Cedeño en su turno vespertino. Verbos en infinitivo, sumas y restas, fracciones y paráfrasis. El “Profe David” se esmera en crear el contenido adecuado para que sus alumnos aprendan de la mejor manera posible todos los temas que se tienen que cubrir durante este nuevo ciclo escolar. 

Estos docentes han demostrado que estos espacios fueron diseñados para renovarse constantemente, la educación, en lugar de ser rígida, puede transformarse en contenido fresco capaz de retener a los más jóvenes y motivar su calidad de aprendizaje.

“El contenido no debe tomarse con mucha seriedad”, explica Arantxa Merlín, productora de artes escénicas y profesora de idiomas: “Si dejamos de querer imitar la realidad en que vivíamos, vamos a crear herramientas para esta nueva realidad. Las clases digitales deben pensarse con referencia a lo que está pasando, a nuestras posibilidades y a lo que nos atañe. No con referencia a la clase analógica”.

Ernesto N., estudia el tercer año de secundaria, y aunque no le gusta mucho la escuela, extraña mucho a sus amigos y cada vez pierde más interés en las clases: “Ya ni siquiera pongo atención, lo único que hago es encender la tableta, apagar mi cámara y me vuelvo a dormir o hago otras cosas mientras la maestra habla”.

Una de las cosas que tuvimos que reconocer en estos momentos de pandemia, es que el pasar los modelos educativos del aula a las nuevas modalidades de enseñanza es un completo error. Es por eso que estos docentes— ante la incertidumbre de la situación— decidieron tomar acción y acercar los conocimientos de sus materias a sus alumnos con un nuevo código que permitiera a los jóvenes sentirse familiarizados y, principalmente, que no perdieran el interés de aprender.

“¿En México la educación no se ha detenido?”

Desde abril de este año, la educación media superior y superior están en clases virtuales  y en México la situación de los contenidos educativos en línea y la forma de actuar del gobierno ha resultado en una controversia diaria con base en el modelo implementado y todos sus matices.

Por eso, ante la improvisación y la falta de un análisis claro de la situación educativa que vivimos, el programa “Aprende en Casa” fue la respuesta gubernamental para salvar el ciclo escolar a través de la televisión, la radio, libros de texto y el contacto virtual entre alumnos y maestros. Sin embargo, con la cobertura educativa actual, no se está consiguiendo un aprendizaje efectivo y de calidad.

Al final, este problema es de todos; profesores de todo el mundo se vieron ante el reto de buscar el reajuste “correcto” de los modelos educativos correspondientes al uso de la tecnología digital. Pero la perspectiva de un país donde el nivel educativo “análogo” daba mucho que desear, no es nada favorable, y además, se tenga una de las peores calificaciones en materia de educación en línea de acuerdo a la OCDE.

Entre muchos de los obstáculos que enfrentan los docentes en este reajuste de la educación durante la nueva normalidad, es la asincronía existente entre los centros educativos con el actual programa impartido por las autoridades:

“Nosotros no estamos tomando en cuenta los programas de televisión. Muchos de los maestros no sabemos qué clases se van a impartir la semana que entra y tampoco tenemos acceso a esa programación con anticipación. Ante esto, nosotros [los maestros] tenemos que planear las clases no de acuerdo al plan impartido en la televisión, sino que vamos de acuerdo con los libros de texto”. Nos comenta en entrevista para El Semanario, Marcela Mucel Córdova, docente y personal de apoyo en la dirección de la Escuela Primaria Profesor Antonio Cedeño.

Vasconcelos en tiempos de redes sociales

En un mundo donde la educación se imparte mediante la radio, televisión y el Internet, el educador (que no es la televisión) no debe pasar a un segundo plano; su participación debe ser aún más activa y eficiente con el uso de las nuevas tecnologías que cuando estaba en el aula de clases dictando toda una lista interminable de datos.

Pero no debemos sentirnos culpables si nos cuesta entender la correlación permanente entre tecnología y educación, simplemente las retóricas actuales (que datan del periodo de José Vasconcelos de principios del siglo XX) nos impiden verlo como una herramienta ad hoc a las circunstancias actuales.

¿Por qué no hacerlo? Si se opta por replicar el modelo en su vertiente virtual, implica que se debe trasladar una educación con ciertas formalidades y normas referidas a métodos, contenido y situaciones de aprendizaje asincrónico.

Tal como se percibe en el programa Aprende en Casa II, los objetivos de aprendizaje se hallan jerarquizados y su proceso no es tan autónomo ni libre en medida de adquirir otros tipos de conocimientos. Es cierto, reafirma Arantxa Merlín, el dogma tradicionalista al que está sujeto nuestro sistema educativo, tiende al desarrollo de una educación cerrada en procesos, objetos y roles cuyas referencias se encuentran precodificadas.

Es ante dicha ausencia metafórica de “mi maestro” que nuestra orientación educativa colapsa –o se encuentra en ese proceso– frente a situaciones como la pandemia que nos ha obligado a enfocar esa gestión de contenido hacia temas actuales y con miras al futuro.

Es cierto, en México no se ha detenido la educación, o más bien, no ha parado de transmitir y difundir la educación ante todos sus televidentes, el pasado 25 de septiembre, de acuerdo con un comunicado de la SEP, el titular de la dependencia Esteban Moctezuma detalló que el exitoso programa de la SEP había registrado una audiencia cercana a los 32 millones de personas.

“El docente sabe que existen dos objetivos primordiales en el sector educativo: 1) cobertura y 2) calidad. Ante la pandemia, el actual gobierno dio prioridad a tener un mayor alcance de cobertura que en transmisión de calidad”, lamenta José Hernández, profesor de nivel secundaria.

Después de todo, aún con lo arcaico que pueda ser la televisión en comparación con las plataformas de Zoom y Google Classroom, sin duda alguna, tener el 90% de cobertura en los televisores de las familias mexicanas suena muy atractivo como para dejarlo pasar.

Este sacrificio de la calidad, además de la evidente carencia de conectividad, quizá sea uno de los tantos factores por el que nuestros jóvenes estudiantes no encuentren motivación necesaria para seguir con un modelo deficiente de educación.

Leobardo Hernández Audelo, maestro en Ciencias Computacionales por la UNAM, quien declaró que nuestro país ha logrado la penetración de la Internet y se ha colocado en los primeros lugares a nivel mundial en el uso de las redes sociales.

Tiempo atrás ―en el 2017― pasar tanto tiempo conectado a una pantalla era un mal augurio a la educación de los jóvenes estudiantes: “el uso de las redes no ha logrado el desarrollo educativo de las personas, parece que sucede lo contrario (…) el nivel de aprovechamiento cultural y de conocimiento en México es bajo, mientras que los países que son más desarrollados, como Japón, las utilizan una hora en promedio”, afirmó el docente de la UNAM.

Quien diría que, tres años después y en medio de una crisis sanitaria que ha puesto en jaque a millones de personas en el mundo, la conectividad y el uso de las redes sociales sean los pilares del nuevo orden social.

Vislumbrando nuevos mercados educativos

Vamos directo a los datos: a raíz del confinamiento y la pandemia, México es el tercer país latinoamericano que más conectado está a las redes sociales con un promedio de 3 horas con 25 minutos al día. En primer lugar se encuentra Brasil (3h 30m), seguido de Colombia (3h 38m), mientras que nuestro vecino del norte se mantiene conectado a las redes sociales un aproximado de dos horas con ocho minutos al día.

Un estudio desarrollado por la plataforma de gestión de redes sociales Hootsuite, reveló que, a diferencia del 2019, en el desarrollo de este año pandémico hubo un aumento de 9.2% de usuarios que se unieron al mundo de las redes sociales. En una población de más de 7,800 millones, alrededor 3 mil 800 millones de personas en el mundo son usuarios activos de las redes sociales; esto representa un 49 por ciento de la población mundial, y el 99 por ciento de estos usuarios digitales tiene acceso a alguna red social vía dispositivo móvil.

Entonces, ante estos datos y en medio de la crisis, este mercado educativo puede ser bien explotado si se toma en cuenta que los jóvenes pertenecientes a las generaciones Z y Millennial, principalmente de América Latina, han sido la fuerza impulsora de los recientes aumentos en el consumo de redes en lo que va del año.

Apuntes de un nuevo proyecto pedagógico

No resulta tan erróneo reafirmar la versatilidad de las redes educativas que permiten compaginar en un mismo espacio de estudio distintas formas de enseñanza y aprendizaje. Es posible generar contextos que incluyan prácticas colaborativas y cooperativas basadas en la horizontalidad junto con didácticas más tradicionales.

Desde esta perspectiva, el uso de las redes sociales no debe tener como fin únicamente impartir conocimiento a los alumnos –como es el caso de los programas impartidos ahora en los canales de televisión, transmisiones de radio y portales de la SEP– sino que además, se emplean para compartir hallazgos científicos e impedir que el conocimiento nuevo se quede estático, es decir, se trabaja por la democratización del conocimiento y su difusión.

“Sí deben existir algunos conocimientos básicos que deben ser registrados de memoria, pero mediante el uso de algunas plataformas virtuales como Google drive, se diseñaron [estrategias y materiales] que evaluaban las habilidades de razonamiento de los alumnos; razonamiento de la lógica de la deducción. Al observar qué tantas habilidades tenían los niños para resolver ciertas situaciones y cual capacidad de deducción tenían desarrollada en la forma de aprender,  le dimos prioridad a esas habilidades, porque son las que tienen que utilizar para arrancar esta educación a distancia”, comenta Marcela Mucel, respecto a la dualidad de la educación tradicional con la digital.

En última instancia, la significación de las redes educativas se vinculará al proyecto pedagógico en el cual se enmarque cada experiencia. La tecnología por sí misma no innova socialmente, son los modos de apropiación social, en este caso educativa, los que producen las transformaciones.

Este nuevo entorno de aprendizaje tiene sus pros y sus contras, existe una delgada línea entre la prestación de lo funcional y lo social dentro de las redes. También hay que tener muy en cuenta lo siguiente: el uso de las redes sociales no es la solución ante la ineficiencia de nuestro sistema educativo. Ni YouTube, Facebook, WhatsApp, TikTok o Instagram son la panacea de la encarnación moderna de la educación. Pero sí pueden ser herramientas versátiles, cuya multidimensionalidad permita dar vuelo a la imaginación facilitando y ampliando los intereses básicos de todo aprendizaje como son: la indagación, la comunicación, la expresión y, principalmente, la construcción de un ideario propio. Elementos básicos de educación que se contraponen al sistema de enseñanza donde se fomenta la memorización y cero capacidad de razonamiento.

Ante tal escenario y después de décadas de dar tropiezos constantes entorno a la educación, la nueva redimensión educativa se puede utilizar como remedio paliativo donde los estudiantes y docentes estarán preparados para una participación más activa en redes y medios digitales; pero también será una oportunidad para repensar y cuestionar las mañas y lastres de nuestros modelos educativos que, erróneamente, intentamos “ajustar” a las clases digitales.