Emilio Lozoya

¿Maxiproceso o maxiverdad?

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La iniciativa de una consulta popular para juzgar a expresidentes supone responder una pregunta profunda de la vida pública mexicana: ¿para qué? Aunque sobran razones bien justificadas para investigar el pasado, el interés concreto es divergente dependiendo de a quién se le pregunte opinión. En cualquier escenario, en el trasfondo se comparte una idea: el agravio transexenal. Un juicio supone un camino jurídico cuyo destino podría traducirse en el resarcimiento del daño y el castigo a culpables. Nada desdeñable, pero implica preguntarse si, como sociedad, pretendemos que la justicia se active a punta de consultas populares. Además, poner a la consulta popular como parapeto para activar procedimientos de justicia es un pésimo antecedente. Aun y cuando ahora pueda haber consenso, la historia está llena de delincuentes populares a los que les habría venido bien que se consulte públicamente su inocencia.

En este contexto, y desde hace meses, la idea de impulsar un “Maxiproceso” en México circula en el debate público, particularmente a raíz de la extraditación y declaración de Emilio Lozoya. El concepto proviene de la experiencia siciliana en los ochentas, cuando fiscales antimafia locales (mejor conocido como Pool Antimafia) armaron y llevaron a buen puerto jurídico la acusación contra el núcleo amplio y duro de la Cosa Nostra, el grupo mafioso local. El juicio, que duró años, terminó exitosamente en los juzgados, pero penosamente en las calles de Palermo después de que la mafia local asesinara a Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, dignos jueces y mentes maestras detrás del Maxiproceso y héroes locales en la actualidad.

mafia en Italia y México
Imagen: BBC.

¿Qué tanto le funciona a México emular la experiencia siciliana del Maxiproceso? En Sicilia, el Maxiproceso se ocupó primordialmente de llevar a la cárcel a mafiosos, y de rebote también sirvió para construir una suerte de bloque común en contra de la mafia. De esa manera se consolidó lo que se conoce como el movimiento antimafia que fue eficiente para disminuir la violencia y el poder de la Cosa Nostra en aquella isla italiana. En México el reto es mucho mayor y más complejo por varias razones. De entrada, no se trata de un problema local, sino de una secuencia larguísima de problemas locales. El país está lleno de agravios de violencia, corrupción e impunidad. En segundo lugar, en este caso se pide enjuiciar a exgobernantes, cuyos presuntos cargos ocurrieron mientras ocupaban cargos de gobierno al más alto nivel. De varias maneras se estaría juzgando la responsabilidad del Estado. Además, la idea de un Maxiproceso en el sentido siciliano prioriza el encarcelamiento de culpables sobre una idea de reparación, justicia y dignificación de las víctimas. Esto es por demás problemático porque ningún proyecto de reconciliación funcionará en México si no se antepone este elemento.

En este contexto, un grupo de ciudadanos (con Alfredo Lecona como portavoz) han propuesto dar un giro fascinante a la idea de la consulta. En lugar de preguntar si se enjuicia a exgobernantes, se propone consultar la creación de una comisión amplia de verdad. La idea es tan sugerente como relevante porque le resta al tono de revanchismo con el que se ha planteado la consulta de juicio a expresidentes, y en su lugar antepone justamente la reparación, justicia y dignificación. Si derivado de los resultados de esta comisión, los siguientes pasos son enculpar y encarcelar, bienvenido sea, pero sobre las bases de la verdad que hoy no tenemos. En Chile, por ejemplo, persistirá el agravio de saber que Pinochet murió en su cama y no en la cárcel, pero también lo hará la certeza de su responsabilidad durante la dictadura en aquel país. Al día de hoy, es difícil saber y decir qué viene pasando en México desde hace lustros. Al país le urge construir una verdad articulada que señale responsabilidades y anteponga a los agraviados.

golpe de Estado en México
Imagen: Kaos en la red.

En México existe un antecedente de comisión de verdad. A principios de siglo, y en el contexto de la transición de partido en el gobierno a raíz de la victoria electoral de Vicente Fox, se echó a andar un proyecto de esta naturaleza que tristemente fracasó. La idea era construir verdad en materia de las violaciones a derechos humanos y masacres de eventos como el 68, la guerra sucia, entre otros. La decepción del resultado fue mayúscula. No logramos resolver aquel pendiente y, menos de veinte años después, ya estamos ante la urgencia de promover una nueva comisión de verdad que atienda los agravios de los años recientes. Esto, claro, sin olvidar los anteriores. Antes de pensar en maxiprocesos que puedan desvirtuarse y sólo sirvan para saciar rencores históricos, la sociedad mexicana necesita pensar en maxiverdades que le permitan transitar hacia la justicia. Éste y no otro es el camino hacia la reconciliación.


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Emilio Lozoya: el preso consentido

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Emilio Lozoya es un personaje que adquirió relevancia a partir de que fue acusado por un sinnúmero de hechos delictivos entre los que destacan los de operaciones con recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa y cohecho. Fue Director de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante el gobierno de Enrique Peña Nieto y como tal se enriqueció y repartió millones de dólares entre sus cómplices.

Lozoya huyó del país, pero pronto fue capturado en España en una zona residencial exclusiva de la provincia de Málaga, con lo cual evidenció que además de contar con recursos millonarios para desplazarse y vivir holgadamente, gozaba de poderosos contactos para intentar ocultarse.

Pero lo más lamentable es que aparte de sus fechorías, involucró a varios de sus familiares en el desvío de recursos, entre ellos a su señora madre, por lo que las autoridades actuaron en su contra.

Lo sorprendente del caso es que después de que fue detenido, Lozoya recibió un sinnúmero de beneficios y un trato preferencial con el pretexto novedoso de poder acogerse al denominado principio de oportunidad como testigo colaborador.

preso consentido
Imagen: Nerilicón.

El principio de oportunidad consiste en suspender la acción penal en contra de un inculpado, cuando se compromete a colaborar con su testimonio para denunciar y castigar un delito de mayor proporción al que se le acusa. Esta situación es inédita en nuestro medio, aunque es muy conocida en el derecho anglosajón, donde es constante que los fiscales tengan arreglos con delincuentes con tal de que estos denuncien a sus cómplices, siempre y cuando sean de superior jerarquía, pues lo que se busca es castigar a los delincuentes de alto rango que hayan participado en una trama criminal o en una cadena de corrupción.

En este sentido resultó escandaloso que Lozoya haya sido extraditado a México en condiciones verdaderamente generosas y amables, e incluso se le mandó un avión especial, cuando lo común es que a los presuntos delincuentes que son extraditados a nuestro país, lo hagan en un vuelo comercial. Algo aún más impactante fue que cuando Lozoya regresó a México, lo trasladaron directamente a un hospital privado, con el pretexto de que se encontraba enfermo, aunque nunca hubo evidencia de ello o por lo menos no se informó ni se supo con claridad cuál era su estado de salud. En esa tesitura se quedaron sin respuesta una gran cantidad de interrogantes y especulaciones, e incluso hubo quienes señalaron que el hermano de Emilio Lozoya es ahijado del actual Jefe del Ejecutivo y, con ello sembraron la duda de que no se está actuando con la mano imparcial ni con la aplicación estricta de la ley que el caso requiere.  

Con ese principio de oportunidad, Emilio Lozoya formuló una primera denuncia que llamó la atención por el número de hojas que contiene, exactamente 60; pero al analizarla, se observan serias carencias de técnica jurídica y por momentos se vuelve un “mamotreto” que llega a relatos casuísticos sobre anécdotas que resultan totalmente irrelevantes.

Emilio Lozoya corrupcion
Ilustración: Eje Central.

En esa denuncia Lozoya culpa de diversos delitos a políticos muy importantes, entre ellos a tres expresidentes, Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón Hinojosa y Carlos Salinas de Gortari, pero también “embarra” a los excandidatos presidenciales Ricardo Anaya y José Antonio Meade. Por si fuera poco, asimismo señala como presuntos delincuentes a los gobernadores de Querétaro, Francisco Domínguez, y de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.

Por supuesto que, en su alocada y poco seria denuncia, Lozoya Austin se presenta como “víctima”, cuando es de todos conocido que el señor se enriqueció sin moderación y, que si bien es cierto pudo haber sido sólo un intermediario para realizar transferencias millonarias a otros sinvergüenzas como él, tal situación no lo exime de culpabilidad y menos para validar el principio de oportunidad que implica, insistimos, que denuncie delitos más graves, lo cual no hace.

Mas allá del escándalo mediático, el asunto deja no sólo un sinnúmero de dudas, sino también, lamentablemente, manifiesta el implícito hecho de que un asunto penal se vuelva un tema eminentemente político con la finalidad de descalificar a los adversarios y, más aún, se quiera aprovechar esta nada seria y “chacotera” denuncia para cuestiones electorales.

cuna de serpientes
Imagen: El Universal.

Bajo ningún concepto nos debemos dejar engañar, Lozoya es un sinvergüenza, un personaje impresentable que debe afrontar todas las consecuencias penales sin que se le esté dando un trato preferencial, que al final de cuentas puede pensarse que es para beneficiarlo y, como hasta ahora lo ha logrado, al no haber pisado la cárcel, e inclusive es tal la generosidad de las autoridades mexicanas que no tiene que ir a firmar como cualquier otro preso al reclusorio, lo hace vía electrónica desde la comodidad de su domicilio.

Si tuviéramos que entrar al análisis de la anárquica y poco seria denuncia de Lozoya, debe considerarse además que los videos filtrados, en poco o en nada ayudan para fincar responsabilidades, ya que quienes supuestamente recibieron dinero podrán negar los hechos, o bien, guardar silencio de manera que nunca se sabría de dónde procedieron los recursos por más que Lozoya afirme y alegue los supuestos ilícitos. Se reclaman pruebas serias, no sólo dichas.

La Fiscalía General de la República tendrá que trabajar intensamente con mayor transparencia ante la ciudadanía, y si quiere utilizar en algo lo señalado por Lozoya deberá obtener medios de prueba más eficaces, testimoniales sólidas, testigos ciertos y una gran cantidad de elementos que fortalezcan las, hasta ahora, poco responsables conjeturas o afirmaciones del que bien podemos denominar “el preso consentido”.


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El combate a la corrupción como herramienta discursiva

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La corrupción es un tema persistente en el imaginario mexicano y, si le diéramos forma, diríamos que es como el Diablo: nos roba la oportunidad de ser felices, tiene la culpa de todo, está en todas partes, pero nunca sabemos bien dónde. Transparencia Internacional la define como “El abuso de un poder conferido para beneficio propio. La corrupción puede clasificarse en grande, trivial y política, dependiendo de la cantidad de dinero perdido y del sector donde ocurre”.[1] Para poder atacarla, es necesario saber bien qué es.

En el cuaderno de transparencia del INAI número 26 “Opacidad y corrupción: las huellas de la captura”, el doctor Mauricio Merino plantea dos formas de entender la corrupción:[2] a) una individualista, donde la falta de cualidades morales de una persona la vuelve corrupta; b) una burocrática, donde la corrupción se entiende como una serie de actos comprobados que violentaron reglas y éstos deben ser sujetos de una sanción y una reparación. Una tercera forma de entenderla, señala el autor, es contemplándola como una acción concertada que busca capturar distintos espacios de poder en las instituciones de gobierno para beneficio de un grupo de personas.

Una política anticorrupción busca, entonces, dificultar un esquema de captura institucional y lo hace por medio de un esquema de intercambio de información entre distintos entes y a través de un sistema institucional de archivos, sólido, que dé cauce a un cumplimiento de obligaciones de transparencia y a un caudal de información pública accesible al escrutinio ciudadano, además de un esquema para el seguimiento de los bienes, impuestos e intereses de los servidores públicos.

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Imagen: Xtrem Secure.

En la actual administración, se habla mucho sobre el combate a la corrupción y los costos que se ahorran cuando se abate;[3] sin embargo, no existe en los hechos una política coherente, pues hay un énfasis en una visión individualista. Esto puede demostrarse con la gestión que ha hecho el presidente de los testimonios de Emilio Lozoya en sus conferencias matutinas y al comentar un video donde se muestra a secretarios técnicos de senadores panistas de la LXIII Legislatura recibiendo dinero.

Para el presidente, combatir la corrupción es señalar al corrupto. Es decir, se entiende como un medio y no un fin, pues se usa como elemento discursivo que permite ejercer control político. Se atacan a panistas y priistas de la administración anterior, a razón de disminuir la credibilidad de dichos partidos en cara de las elecciones intermedias de 2021. Esto es, para buscar mantener la mayoría en la Cámara de Diputados, el presidente busca debilitar a partidos rivales por medio del golpeteo discursivo.

El combate a la corrupción permite establecer un discurso del bien contra el mal, donde el gobierno representa al “pueblo” y hace frente a los “corruptos”, sin definir quiénes son y por qué lo son;[4] al no definir estos campos, puede decirse que no se tolera la impunidad ni la corrupción, sin tener que explicar qué medidas en concreto respaldan esta afirmación. Es por eso que, en las mañanas, desde Palacio Nacional, se ondea un pañuelo.

ratas y politicos
Imagen: sabersinfin.

En la práctica, no se han hecho cambios necesarios a las reglas de adquisición, además que han existido porcentajes de adjudicación directa similares o mayores a los de administraciones pasadas.[5] Asimismo, por austeridad se redujo el presupuesto del INAI y del Sistema Nacional Anticorrupción.[6] Además de lo anterior, teniendo una explosión de peticiones de acceso a la información, se ha tenido un aumento similar de declaraciones de inexistencia por parte del gobierno.[7]

Para contar con un combate efectivo a la corrupción, las distintas entidades gubernamentales y de interés público (como sindicatos y partidos) deben hacer pública información que permita rastrear sus actividades para comprobar su licitud; además, debe existir un intercambio de información entre las distintas entidades gubernamentales que vigilan el ejercicio del gasto público y el combate a la corrupción. 

Tener transparencia implica también una gestión archivística efectiva: un Sistema Institucional de Archivos que permita preservar los documentos relevantes de cualquier entidad pública, porque de ellos se nutre la información que se sube a los portales de transparencia y ésta puede ser consultada por periodistas, investigadores y contralores gubernamentales. 

suerte y corrupcion
Imagen: Diario del Sureste.

En 2017, fui nombrado miembro y después electo presidente de la Comisión Nacional de Transparencia de Movimiento Ciudadano y me fue encomendada la tarea de renovarla y lograr alcanzar los estándares que señala la Ley. Desde mi experiencia, puedo decir que implementar la transparencia en una institución requiere romper con inercias administrativas y con una cultura que permea en todos los partidos y gobiernos (federales y locales) donde la información se entiende como propiedad personal, donde al ciudadano no se le debe nada y donde la transparencia es una carga, en vez de ser un deber.

El enfoque del presidente es luchar contra una nueva forma de hacer (bien) la función pública; estigmatizar no mejora las cosas, pero el trabajo preventivo sí. Se deben implementar la transparencia, la gestión archivística, el intercambio de información, la independencia de las contralorías y la persecución de infracciones y delitos con investigaciones robustas y llevadas a cabo de forma correcta, sin seguir criterios políticos, ni usarse para el golpeteo discursivo.

El combate a la corrupción no requiere medidas vistosas ni narrativas grandilocuentes, tampoco se puede lograr de un día a otro. Se requiere disciplina administrativa, mucha paciencia y un cambio de mentalidad; implica luchar contra inercias que existen desde años y esto se hace poco a poco, desde varios lados y de forma discreta. No es, quizás, un discurso que enamore, pero sí es algo que todos queremos y necesitamos.


Referencias:
[1] Transparency International, Corruptionary, https://www.transparency.org/glossary/term/corruption; traducción del autor.
[2] INAI, Cuaderno número 26 Opacidad y corrupción: las huellas de la captura, http://inicio.ifai.org.mx/PublicacionesComiteEditorial/CT26.pdf
[3] MVS Noticias, Austeridad y combate a corrupción permitirán alcanzar mayor crecimiento económico: AMLO, Austeridad y combate a corrupción permitirán alcanzar mayor crecimiento económico: AMLO
[4] Eje Central, Ayer les dijo derrotados, hoy AMLO manda a corruptos al psicólogo, http://www.ejecentral.com.mx/ayer-les-dijo-derrotados-hoy-amlo-manda-a-corruptos-al-psicologo/
[5] Animal Político, El gobierno de AMLO adjudica el 46% de la obra pública sin licitaciones abiertas, https://www.animalpolitico.com/2019/07/amlo-contratos-adjudicacion-directa-mcci/; Expansión, AMLO otorga el 74% de los contratos por adjudicación directa al igual que EPN y Calderónhttps://expansion.mx/empresas/2019/03/11/el-gobierno-de-amlo-adjudica-obra-publica-sin-licitaciones
[6] El Economista, En combate a la corrupción, recorte a dependencias, https://eleconomista.com.mx/politica/En-combate-a-corrupcion-recorte-a-dependencias-20181216-0079.html
[7] La Silla Rota, Advierte INAI brecha de información generada por AMLO y su documentaciónhttps://lasillarota.com/nacion/advierte-inai-brecha-entre-informacion-generada-por-amlo-y-su-documentacion-joel-salas-brechas-la-conquista-transparencia/314329


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El juego del juicio a expresidentes

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Una cosa es querer someter a consulta pública el enjuiciamiento de expresidentes y otra, muy diferente, que las leyes mexicanas lo permitan por sólo desearlo.

La reflexión viene a cuento por la insistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador de someter a consulta pública nacional (plebiscito) si deben o no ser enjuiciados los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.

Un primer sondeo hecho por un diario de circulación nacional arrojó que 9 de cada 10 mexicanos están a favor del enjuiciamiento, pero sólo 5 de cada 10, la mitad, aceptan que esta decisión pase por el filtro de una consulta nacional ciudadana.

Salinas, Peña Nieto y Calderón
Fotografía: El Soberano.

Es contundente la intención popular de procesarlos, pero la opinión se divide cuando se les pregunta si el caso requiere de una consulta pública previa.

Expertos en derecho consultados por esta pluma, consideran que, si efectivamente los expresidentes quebrantaron la ley durante sus mandatos, deben ser juzgados y obligados a resarcir el daño causado a la nación, pero con estricto apego a las leyes mexicanas.  

La realidad es que quien viola la ley no necesita pasar por el trámite engorroso de una consulta pública para ser procesado y castigado.

Pero el olfato político del presidente López Obrador es tan agudo que cuando vio que Lozoya trata de implicar a los tres expresidentes mencionados para ver si libra la cárcel, leyó la inmensa rentabilidad electoral que representa para su causa y su partido machacar en la opinión pública la idea de someter a consulta popular el llevar a juicio a tres de los expresidentes más odiados por los mexicanos al término de sus mandatos.

juicio politico
Imagen: Reporte Índigo.

La simple mención de la presunta incriminación de los expresidentes en el caso Lozoya, ha redoblado la estigmatización y el coraje popular contra los tres exmandatarios cuya reputación, hay que reconocerlo, ya estaba muy deteriorada en la sociedad mexicana.

Por eso, someter a una consulta nacional el enjuiciamiento de los tres ex presidentes son tema un día sí, y otra también, de las mañaneras de Andrés Manuel López Obrador.

Lo que le interesa en realidad al presidente es denostar a sus tres antecesores en el imaginario colectivo, porque al mismo tiempo hunde electoralmente a los partidos políticos que representan y los llevaron al poder.

El Artículo 35 de nuestra Carta Magna, en su fracción VIII, establece como derecho ciudadano votar en las consultas populares “sobre temas de trascendencia nacional y regional”.

La consulta puede ser a petición del presidente, el 33% de los integrantes de cualquiera de las Cámaras del Congreso de la Unión, y los ciudadanos, en un número equivalente, al menos, al 2% de los inscritos en la lista nominal de electores, es decir, un millón 798 mil ciudadanos.

brujula corrupcion
Imagen: Expansión Política.

Pero lo que no ha dicho con claridad el presidente es que, antes de convocar a la Consulta, la Suprema Corte de Justicia de la Nación debe resolver de fondo la constitucionalidad del tema a consultar.

Y el mismo Artículo 35 Constitucional y su Ley Reglamentaria, establecen que “No podrán ser objeto de consulta popular la restricción de los derechos humanos”.       

En este sentido, es previsible la resolución de improcedencia que debe dictar la Corte, pues la consulta vulnera el derecho a la presunción de inocencia de los expresidentes y, además, viola la garantía del debido proceso, al tiempo que, también, se violaría la autonomía de la Fiscalía General de la República.

Pero no importa que se juegue con la legalidad, mientras un tema tan delicado como el enjuiciamiento de tres expresidentes aporte una alta rentabilidad política para un gobierno y su partido. No cabe duda, la obsesión por el poder los hace iguales a todos.


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Caso Lozoya, otro anillo al dedo para AMLO

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Caso Lozoya y su impacto en la popularidad de AMLO

La oposición del gobierno mexicano sufre un revés con las declaraciones del caso Lozoya y viene como anillo al dedo para la popularidad de López Obrador

Infructíferos han sido los intentos de la oposición por hundir la popularidad que llevó a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a generar un tsunami en las urnas y ganar con amplia ventaja las elecciones presidenciales del 2018.

‘Los adversarios’ cómo el mismo presidente los llama, no han sabido ni podido levantarse como la fuerza opositora del gobierno y cargan con una pesada lápida que les impide alzar la cabeza y luchar por derrocar el poder amlista en los próximos comicios.

Cómo si esto fuera poco, el caso Lozoya se presentó como un tsunami político por el tema de Odebrecht y la corrupción en administraciones anteriores, un alto oleaje que el presidente surfea con peculiar delicadeza y se podría decir incluso que le cae como anillo al dedo para incrementar su aceptación entre el electorado.

Emilio Lozoya el testigo protegido

El exdirector de Pemex extraditado desde España por recibir 10.5 millones de dólares en sobornos de la constructora Odebrecht presentó una denuncia en la que implica en tramas de corrupción a los expresidentes Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, así como a la élite de los partidos que se han repartido el poder hasta ahora: el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN). Un hecho que aglutina a todos sus rivales políticos de López Obrador.

“El caso Odebrecht es la puntilla del ciclo político del peñismo, que fueron seis años muy largos de un descrédito total de la clase política”, dijo en entrevista con la agencia EFE Martha Singer, politóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Debilitada oposición

Para Marco Fernández, politólogo del Instituto Tecnológico de Monterrey, el descrédito de la oposición frente a López Obrador, que conserva altos índices de popularidad pese a sus polémicas, no comienza en las elecciones de 2018 sino mucho antes.

“La oposición sufrió un revés histórico por múltiples errores que cometieron cuando fueron Gobierno. Había una clase política que no veía el temblor que venía pese al enorme malestar ciudadano por la corrupción y la falta de rendición de cuentas”, opinó a EFE el especialista.

La estrategia de Enrique Peña Nieto para lograr ganar los comicios del 2012 fue presentando un ‘nuevo PRI’, partido que gobernó el país por setenta años y que en el 2000 sufrió un revés con la llegada de la oposición encabezada por Vicente Fox Quesada.

Pero poco duró el espejismo de Peña Nieto, cuyo mandato estuvo manchado por la desaparición en 2014 de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el conflicto de interés en la compra de una mansión y los escándalos de corrupción entre gobernadores priistas.

A ello se suma ahora el presunto uso de sobornos por parte de Peña Nieto y su Secretario de Hacienda Luis Videgaray para comprar a legisladores del PAN para que aprobaran la Reforma Energética de 2013.

El PAN, un partido golpeado por la detención en Estados Unidos de Genaro García Luna, Secretario de Seguridad de Felipe Calderón, quien inició una controvertida guerra militar contra el narcotráfico, por haber colaborado presuntamente con el Cártel de Sinaloa.

En el último capítulo de los intentos por desacreditar a AMLO se filtró un video en el que el hermano del presidente, Pío López Obrador, recibe dinero de Daniel de León, para solventar los gastos que el entonces presidente de Morena realizaba en sus giras por el país de cara a las elecciones del 2018.

Pero el presidente aseguró que está dispuesto a declarar ante la Fiscalía General de la República (FGR) por los videos en los que David León entrega dinero a su hermano, Pío López Obrador.

“Siempre he hecho de mi vida pública una línea recta, por eso no tengo ningún temor para ser investigado y estoy dispuesto a declarar y participar en todo lo que se me involucre. En este caso de mi hermano claro que voy (a declarar), si me convocan de la Fiscalía”, dijo.

¿Será suficiente con la popularidad y el marketing?

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En las recientes encuestas la popularidad de Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República se ha reforzado, los porcentajes de aprobación son muy altos; habían decaído, pero las encuestas realizadas a finales de julio y principios de agosto reportaron un repunte importante, y no toman en cuenta factores que seguramente lo acrecentarán, como el manejo del caso Lozoya, los posibles fraudes para aprobar leyes trascendentales en el sexenio pasado y otros.

No cabe duda que él ha conseguido hacer de sus conferencias mañaneras un medio fundamental para sus planes y acciones de gobierno, lo hace en una forma absolutamente sui generis; ha conseguido que todo mundo esté pendiente de ellas, que lo que se dice en ellas resulte trascendente y que la mayoría de las veces resulte muy creíble. Destaco enseguida algunas características que la hacen muy singular.  

Casi siempre el único participante es él, con relativa frecuencia tiene algún invitado pero su participación generalmente es muy breve y curiosamente habla mientras el presidente permanece de pie atrás y muy cerca de su invitado, en ocasiones los invitados no participan. La mañanera surgió como una conferencia de prensa en la que los reporteros podían preguntar, pero este carácter ha ido desapareciendo, primero porque la participación de los reporteros se  fue diluyendo y, segundo, porque ahora los periodistas que participan pertenecen a medios de escasa difusión, muy esporádicamente lo hacen miembros de medios con gran difusión e impacto, lo que no disminuye su difusión, porque al final lo que importa es lo que AMLO dice, y todo mundo está pendiente asista o no a la conferencia mañanera.

mañanera AMLO
Imagen: expansión Política.

Es tal el éxito que ha ido consiguiendo, que incluso algunos distinguidos analistas políticos destacan las bondades del método. Sigo con frecuencia a un analista que lleva cuenta precisa del número de conferencias, el tiempo que consume el presidente en su desarrollo, el que utilizan sus convidados, pero además mide cuáles de las aseveraciones que realiza son ciertas, cuáles no son comprobables y cuáles son falsas –que también las hay–, por supuesto, lleva una contabilidad precisa de los temas que va tocando y las situaciones que los van rodeando. Creo que al final este análisis resultará sumamente interesante. No cabe duda que la popularidad del señor presidente es arrolladora y que cuando ésta tiene alguna tendencia descendente sabe encontrar una forma para nuevamente poner el viento a su favor. Son las mismas técnicas que utilizó como candidato hasta conseguir triunfar en una elección presidencial, por cierto, de forma contundente. Para ganar unas elecciones se requiere hacer creíble la propuesta y obtener popularidad a través de ello. Mi pregunta es si esto es suficiente para gobernar un país y más si se quiere hacer un cambio de timón como él quiere dar.

Los resultados hasta el momento son cuestionables, si por cuestionable se entiende hacerse preguntas al respecto. Su bandera es la transformación que él ha llamado “la Cuarta”, con ataque frontal a la deshonestidad en el ejercicio del poder, y en lo que nadie puede estar en desacuerdo, incluso los deshonestos tienen que guardar su opinión. Al inicio de su ejercicio dio algunos golpes sobre la mesa, decidió cerrar la residencia oficial y trasladarse a vivir y trabajar al Palacio Nacional. En su opinión y la de sus seguidores, Los Pinos era muy lujosa y resultaba insultante para el pueblo, yo estoy de acuerdo con él que el palacio es más bonito y tiene un pasado en el que destaca la residencia del presidente Juárez, pero, por decir sólo una, también vivieron Santa Ana y todos los gobernantes durante el virreinato.

Sabemos que Madero ya vivía en el Castillo de Chapultepec y fue el presidente Cárdenas el que inauguró y se instaló en los Pinos; a lo largo de los años se constituyó no sólo la vivienda, sino en la oficina presidencial con una serie de servicios e instalaciones que permitían y facilitaban el trabajo, seguramente todo esto se ha ido trasladando al zócalo. El golpe de convertir a la antigua residencia en un centro cultural fue muy bien aceptado, aunque no sé qué tanto éxito haya tenido. Con los mismos fundamentos decidió deshacerse del avión presidencial, lo que se ha convertido en una historia interminable, no se ha podido vender, ni rifar y el avión sigue por ahí, pero este fracaso en lugar de hacer decrecer su popularidad la impulsa, cada vez que se habla del TP1, para lo que sea, sus seguidores lo reciben como un triunfo metodológico e ideológico.

mapa de mexico piedra
Imagen: Letras Libres.

El plan del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México fue echado abajo, aduciendo fenómenos de gran deshonestidad en su planeación y construcción, y cambiado por la construcción de uno nuevo en o cercano a la base aérea de Santa Lucía, lo que hace necesaria la permanencia del actual aeropuerto Benito Juárez. El plan fue criticado desde el punto de vista financiero, económico y técnico, pero ha seguido adelante y es una obra más de las que se ha encargado al Ejército Mexicano; no sabemos muy bien qué será de la construcción, la cual ya estaba avanzada, en Texcoco, pero muy probablemente los habitantes de la zona no saldrán muy beneficiados, pues pudieran haber sido favorecidos si se hubieran corregido los actos de deshonestidad y haberlos hecho partícipes de los beneficios que los cambios en su hábitat iban a suceder. En contra de muchas opiniones, desde su arranque decidió construir una refinería en Tabasco que forma parte de un apoyo irrestricto a PEMEX; a pesar de críticas económicas, ecológicas y de viabilidad financiera, el plan continúa.

PEMEX se encuentra en una situación financiera desastrosa, pero en lugar de establecer medidas encaminadas a corregirla, se sigue por el mismo camino, llegando inclusive a desprestigiar y castigar la creación de energías renovables, lo que si bien le acarreo algunas críticas, fueron rápidamente acalladas. El tren maya es otro de sus planes fundamentales y a pesar de las críticas sigue adelante. Hay que hacer notar aquí la desaparición o control de diferentes organismos descentralizados que servían como contrapeso al Ejecutivo, algunos educativos, otros del área de la energía y las críticas al INE con constantes.

Uno de sus planes fundamentales fue crear programas de apoyo económico a grupos desfavorecidos, jóvenes desempleados, adultos mayores y mujeres, que le ha acarreado una gran popularidad. Todos estos programas pueden ser mirados como continuación de los que antiguos regímenes habían establecido.

Benito Juárez y AMLO
Imagen: Reporte Índigo.

La persecución de la deshonestidad le ha llevado a extremos, un ejemplo fue el cierre de un plan de guarderías muy particular, que permitía a muchas madres incorporarse a labores productivas. Fue cancelado, aunque el costo económico era muy bajo porque las mismas madres cubrían una parte, aduciendo deshonestidad en el registro de los niños, lo que después no se comprobó, ocasionándole algunas críticas, pero el programa sigue cancelado.

En los aspectos de la violencia los resultados tampoco han sido resaltables, aunque durante su campaña criticó y dijo que sería cancelada, tuvo que recurrir a la participación del Ejército en las labores policíacas, canceló algunos grupos policíacos y creo la Guardia Nacional, como un organismo civil, aunque tanto los jefes como los miembros del cuerpo son primordialmente miembros de las fuerzas armadas. Ni la lucha contra el robo de combustibles, ni sus nuevas tácticas de enfrentar la violencia –ni las viejas–, o capturar a algunos grandes capos, han hecho reducir los índices que reflejan la violencia, al contrario, han seguido creciendo, se ha tomado como éxito que el crecimiento no sea tan acusado.

insabi, salud, amlo
Imagen: issuu.

En salud los problemas son mayúsculos, al llegar se atribuyó a la deshonestidad la falta de funcionamiento; se canceló el Seguro Popular y se creo al INSABI, organismos diferentes en su funcionar, el Seguro Popular era un sistema de financiamiento para la Salud, que buscaba fondos y repartía recursos para que el sistema sanitario tratará a los enfermos; el INSABI parece ser un sistema de atención, centralizado, que atenderá directamente a los pacientes, pero sus recursos financieros no han sido suficientemente establecidos. Para colmo en el camino se atravesó el coronavirus y la situación parece muy difícil. Muchas críticas ha recibido la atención de esta crisis y muchas repercusiones al interior del sistema, la renuncia de una subsecretaria que parecía de todas las confianzas del presidente, y ayer nos enteramos de la creación de una nueva súper subsecretaría a cargo de quien ha recibido muchas críticas. Yo pienso que más valía que lo hubieran hecho secretario y dejar el funcionamiento de la Secretaría tal como estaba.

Todo esto no disminuye su popularidad, al contrario, la enaltece, la lucha contra la deshonestidad que aún no tiene resultados en la eficiencia gubernamental, porque el crecimiento económico es negativo, la pérdida de empleos notable y la confianza del consumidor decreciente. Como marcador de salud hago notar que la mortalidad materna ha crecido en lo que llevamos de 2020, lo que no sucedía desde hace cuando menos 20 años.

En fin, establezco mis mejores deseos para que la aceptación y popularidad le den a nuestro presidente, el tiempo y el espacio para demostrar las bondades de sus planes y que todos estemos mejor.


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Declaraciones de Emilio Lozoya, una espada de dos filos en el combate a la corrupción

“Si quieres derrotar la corrupción debes estar listo para enviar a la cárcel a tus amigos y familiares” – Lee Kuan Yew

Las declaraciones de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, se han convertido en pieza clave para la 4T y representan la caja de Pandora en temas de corrupción en México, lo que ha puesto a temblar a más de uno dentro de la política mexicana, ‘amigos’ con los que en más de una ocasión Lozoya Austin compartió carcajadas durante reuniones rodeadas de lujos y excesos.

La relevancia del tema pone a Emilio Lozoya y sus declaraciones en los reflectores de la prensa, convirtiéndose en uno de los escándalos políticos más jugosos de la 4T.

Bajo la lupa de la opinión pública, unos estiman que la Fiscalía General de la República está llevado el caso de Emilio Lozoya de una forma condescendientes, mientras que otros otorgan el beneficio de la duda y esperan que sean descubiertos todos los involucrados y ver caer a funcionarios, políticos y expresidentes.

Mientras cada uno de los mencionados en las declaraciones de Lozoya buscan desde su trinchera defender su honor y deslindarse de todo delito, el presidente Andrés Manuel López Obrador, comprometido a erradicar la corrupción en México, estima que las declaraciones que se puedan obtener en este caso pueden ayudar mucho si se ´ventila´ la información.

Un documento filtrado que salpica e incomoda

Los primeros en la lista de acusados de Emilio Lozoya fueron el expresidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis Videgaray; sin embargo, después de que se filtrara la denuncia que el exdirector de Pemex presentó ante la Fiscalía, otros nombres salen a relucir, salpicando a los excandidatos presidenciales, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, así como gobernadores y legisladores.

Mientras el primer mandatario asegura que en su gobierno no se persigue a nadie y la intención es sólo para erradicar la corrupción. Los señalados por Emilio Lozoya tienen otra percepción y levantan la voz para defender su honra.

El expresidente Felipe Calderón señaló que la Presidencia está utilizando el caso Lozoya como un instrumento de venganza. En la denuncia, el exfuncionario de Pemex señala que en el gobierno de Calderón se celebró un contrato multimillonario con la empresa Braskem, supuesto accionista de Odebrecht.

“Quiero dejar muy en claro que Odebrecht sí tuvo una participación relevante en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Pero también tuvo una gran participación en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa”, se lee en el documento declaratorio.

A través de su cuenta de Twitter, Calderón apuntó que el mandatario federal no está interesado en la justicia, sino el linchamiento y es un tema que está siendo manejado de manera ilegal y mediática.  

La denuncia de Anaya

Otro nombre que ha salido a relucir en las declaraciones de Emilio Lozoya es el excandidato a la presidencia, Ricardo Anaya, implicado en presuntos sobornos.

“Luis Videgaray Caso me instruyó a recibir a Ricardo Anaya Cortés a las oficinas de PEMEX y a Ernesto Cordero Arroyo, con quien desayuné en el Hotel Four Seasons”, indica el documento. “En específico, Luis Videgaray Caso me instruyó a entregarle 6 millones 800 mil pesos a Ricardo Anaya Cortés, quien había estado insistiendo en reunirse conmigo”, asevera Lozoya en su declaratoria.

La reacción de Anaya no se hizo esperar y el político panista anunció que ha iniciado acciones legales ante el Poder Judicial Federal a fin de aseguró que el excandidato presidencial recibió 6 millones 800 mil pesos por parte de Luis Videgaray.

“Como lo anticipé, hoy inicié acciones legales ante el Poder Judicial Federal, a fin de demandar por daño moral a Emilio Lozoya. Ahora soy yo quien está llevando el caso ante un juez, para que se investiguen los hechos y se valoren las pruebas. La verdad está de mi lado”, escribió en su cuenta de Twitter.

¿Quién gana y quién pierde en el caso Lozoya?

Mientras para algunos la información sobre este caso se está manejando bajo una estrategia mediática que apunta a la desacreditación de administraciones anteriores y el reconocimiento de la 4T, el presidente insiste en que es un tema crucial para el futuro de México

“En este caso del señor (Emilio) Lozoya vamos a ganar mucho si se garantiza el derecho a la información, que se ‘ventilen’ estas cosas”, dijo el presidente en su conferencia de prensa un día después de que se filtrara la declaración de Emilio Lozoya.

Habrá que esperar a ver cómo se desarrollan las investigaciones sobre el caso Odebecht y qué personajes son llamados a declarar en el banquillo de los acusados. Mientras tanto, los focos no dejarán de estar puestos en Emilio Lozoya y su proceso que vive en libertad.

La legitimidad del pentito

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Un pentito (“arrepentido” en italiano) es aquel que confiesa los secretos de la mafia a la que pertenece. ¿Es Emilio Lozoya, en las actuales condiciones, un pentito? El peso de la respuesta a esta pregunta es relevante para entender el fondo del problema. La figura del pentito ha sido tradicionalmente usada en el contexto de la lucha antimafia en Italia, pero también se ha transformado en una figura jurídica de enorme relevancia para la investigación criminal. Los dichos de los pentiti han sido históricamente demoledores. En Sicilia, por ejemplo, sirvieron para terminar de derrumbar la hipótesis de aquellos que seguían pensando que la mafia era un mito. Y a la par, también se convirtieron en sólidos ladrillos judiciales que los magistrados antimafia utilizaron para construir y conducir el mayor juicio en contra de la mafia en la historia de aquel país, el famoso Maxiproceso.

pentito
Ilustración: Zapping.

Tommaso Buscetta es el nombre del primer pentito reconocido públicamente en Sicilia. Después de permanecer prófugo de la ley por años, y de dejar de ser respaldado por la Cosa Nostra, Buscetta no tuvo mejor opción que confesar para salvar su propio pellejo. El resultado fue el teorema Buscetta, clave para llevar a cabo el mencionado juicio, pero también una herramienta analítica valiosa para la comprensión de la mafia siciliana. En Estados Unidos, la mafia italoamericana también tuvo su pentito. Joe Valachi, nacido en Nueva York pero de descendencia napolitana, se convirtió en miembro de la Cosa Nostra en Estados Unidos. Sin embargo, alrededor de dos décadas antes que Buscetta, Valachi testificó en contra de su organización mafiosa ante una comisión instalada en el Senado de Estados Unidos.

Sin las confesiones de Buscetta y Valachi, no se podría haber construido un caso judicial sólido en contra de los grupos mafiosos. Pero además, tampoco se habrían podido construir análisis sobre la operación y condiciones del crimen y su organización en ambos contextos. Las revelaciones de Lozoya son igual de importantes en ese sentido. No se trata únicamente de conocer nombres y acciones concretas (aunque saberlo también es fundamental), sus confesiones también permiten conocer y entender sobre prácticas, estructuras, códigos y demás formas de socialización que habilitan y alimentan el crimen y la corrupción. Además, al igual que en los otros casos, Lozoya también se encuentra en una posición de vulnerabilidad que le abre una posibilidad para comportarse disruptivamente y confesar sobre lo que, teóricamente, no debería confesar.

mafia italiana
Tommaso Buscetta y Joe Valachi, miembros de la mafia italiana.

¿Qué hace distinto al caso Lozoya respecto a sus colegas arrepentidos? Tanto Valachi como Buscetta pertenecían a una mafia, es decir, a un grupo criminal con estructura y rasgos identitarios que, aunque con intereses económicos y políticos específicos y una histórica construcción local de autoridad, no ocupaba necesariamente cargos oficiales y mucho menos de representación pública. La historia de Lozoya, en cambio, es diferente en este sentido. O al menos eso parecía. Antes de convertirse en presidente, el diagnóstico de Andrés Manuel López Obrador sobre la decadencia del régimen político mexicano era que estaba dominado por una mafia del poder. Aunque se dedicó más a nombrar y enlistar miembros de la hipotética mafia que a detallar su funcionamiento, el caso Lozoya parece darle cierta razón al presidente.

A los pentitos se les suele creer de antemano. Son individuos ilegítimos a priori como producto de su filiación a grupos y personas concretas, pero cuyos dichos se transforman ágilmente en legítimos a partir de la creencia casi ciega de sus dichos. La lógica de la opinión pública en este sentido es tan contundente como difícil de cuestionar: hay tanta pobredumbre de donde vienen que no pueden estar mintiendo. Sin embargo, una eficaz impartición de justicia es el fiel de la balanza a la tentación del linchamiento. Afirma con razón Jacobo Dayán que “La justicia genera pedagogía, el escándalo no”. La tentación por la espectacularización del castigo es tan peligrosa como el potencial uso político que la actual administración pueda hacer del caso Lozoya. Ojalá que la presumible razón que tuvo el presidente en el diagnóstico, no se utilice para justificar el uso público de la justicia como instrumento político en favor de su administración. Después de todo, esa película ya la hemos visto en múltiples versiones a lo largo de los sexenios.


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