lenguaje

El paladín de la lengua

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Dice Christopher Hitchens que si Lenin no hubiera acuñado la máxima “el corazón en llamas y el cerebro en hielo”, ésta habría sido el lema heráldico de George Orwell, “cuya pasión y generosidad sólo fueron superadas por su desprendimiento y reserva”.

Setenta años después de la muerte de este periodista, escritor y luchador social indio-inglés, su obra pervive como testimonio de una generación, no perdida como supondría Gertrude Stein, sino dolorosamente consciente de su tiempo.

A la pluma de Orwell debemos textos que contribuyeron a descubrir el verdadero rostro del “socialismo” estalinista y que se alzaron contra la barbarie que azotó como vendaval de invierno al mundo en la primera mitad del siglo pasado.

“Mientras escribo, hombres altamente civilizados vuelan sobre mí empeñados en reducirme a cenizas”, escribió en uno de los ensayos más lúcidos sobre el frenesí exterminador nazi durante los bombardeos en Londres.

Caricatura de George Orwell
Caricatura de George Orwell, escritor y periodista británico.

Y en otro texto memorable, hizo que uno de sus personajes, un cerdo dotado de cualidades humanas, lanzara la consigna que sigue animando a corrientes políticas por doquier, incluyendo las que medran en el entorno mexicano: Todos somos iguales… ¡pero unos son más iguales que otros!

La fuerza de Orwell, nacido Eric Arthur Blair en Motihari, India, en junio de 1903, es la lengua. Vivió con la convicción de que el mundo se puede cambiar y que si herramienta poderosa es la letra escrita —bruñida y dura como la obsidiana— en ocasiones el autor debe empuñar un fusil. Como nuestro Martín Luis Guzmán, Blair-Orwell estuvo en las trincheras y más de una vez tuvo de frente a la muerte, pues se veía a sí mismo como combatiente tanto en el fragor de la batalla como con las armas de la tinta y el papel en las manos.

En 1946 publicó un ensayo sobre la relación de la política y la lengua que es un clásico del pensamiento político y la literatura del siglo XX, lamentablemente desconocido en nuestros tiempos. Se titula «La política y el idioma inglés», pero su mensaje se aplica a cualquier lengua y a cualquier pueblo. Lejos de alumbrar el camino a una sociedad más igualitaria y democrática, el «lenguaje de la política» pareciera levantar muros y colocar obstáculos.

Esto lo vemos por doquier, en el mundo “industrializado”, en el segundo, en el tercero, en el cuarto, en las democracias y en las dictaduras.

Es desolador recordar y comparar. Si desde Demóstenes a Pericles hasta Churchill y King una pléyade de pensadores ilustres –entre ellos nuestro Servando Teresa de Mier– movieron al mundo hacia horizontes mejores, hoy, ni con la lámpara de Diógenes encontramos herederos. Nuestra política vive inmersa en una brutal mediocridad.

lenguaje y politica
Ilustración: D. Thompson.

Comparto algunos fragmentos del ensayo de Orwell tomados de la traducción de Alberto Supelano publicada en la gran revista colombiana El Malpensante. El lector puede sustituir la palabra «inglés» por español, chino, armenio, burundi, griego o latín. El resultado será igual de impresionante.


La mayoría de las personas que de algún modo se preocupan por el tema admitiría que el lenguaje va por mal camino, pero por lo general suponen que no podemos hacer nada para remediarlo mediante la acción consciente. Nuestra civilización está en decadencia y nuestro lenguaje –así se argumenta– debe compartir inevitablemente el derrumbe general. Se sigue que toda lucha contra el abuso del lenguaje es un arcaísmo sentimental, así como cuando se prefieren las velas a la luz eléctrica o los cabriolés a los aeroplanos. Esto lleva implícita la creencia semiconsciente de que el lenguaje es un desarrollo natural y no un instrumento al que damos forma para nuestros propios propósitos.

Ahora bien, es claro que la decadencia de un lenguaje debe tener, en últimas, causas políticas y económicas: no se debe simplemente a la mala influencia de este o aquel escritor. Pero un efecto se puede convertir en causa, reforzar la causa original y producir el mismo efecto de manera más intensa, y así sucesivamente.

[…] El inglés moderno, en especial el inglés escrito, está plagado de malos hábitos que se difunden por imitación y que podemos evitar si estamos dispuestos a tomarnos la molestia. Si nos liberamos de estos hábitos podemos pensar con más claridad, y pensar con claridad es un primer paso hacia la regeneración política: de modo que la lucha contra el mal inglés no es una preocupación frívola y exclusiva de los escritores profesionales.

[…] El escritor tiene un significado y no puede expresarlo, o dice inadvertidamente otra cosa, o le es casi indiferente que sus palabras tengan o no significado. Esta mezcla de vaguedad y clara incompetencia es la característica más notoria de la prosa inglesa moderna, y en particular de toda clase de escritos políticos. Tan pronto se tocan ciertos temas, lo concreto se disuelve en lo abstracto y nadie parece capaz de emplear giros del lenguaje que no sean trillados: la prosa emplea menos y menos palabras elegidas a causa de su significado, y más y más expresiones unidas como las secciones de un gallinero prefabricado.

A continuación enumero, con notas y ejemplos, algunos de los trucos mediante los que se acostumbra evadir la tarea de componer la prosa:

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Ilustración: Dionne Kitching.

Metáforas moribundas. Una metáfora que se acaba de inventar ayuda al pensamiento evocando una imagen visual, mientras que una metáfora técnicamente ‘muerta’ (por ejemplo, ‘una férrea determinación’) se ha convertido en un giro ordinario y por lo general se puede usar sin pérdida de vivacidad. Pero entre estas dos clases hay un enorme basurero de metáforas gastadas que han perdido todo poder evocador y que se usan tan sólo porque evitan a las personas el problema de inventar sus propias frases.

[…] Palabras sin sentido. En ciertos escritos, en particular los de crítica de arte y de crítica literaria, es normal encontrar largos pasajes que carecen casi totalmente de significado. Palabras como romántico, plástico, valores, humano, muerto, sentimental, natural, vitalidad, tal como se usan en crítica de arte, son estrictamente un sinsentido, por cuanto no sólo no señalan un objeto que se pueda descubrir, sino que ni siquiera se espera que el lector lo descubra.

 Como he intentado mostrar, lo peor de la escritura moderna no consiste en elegir las palabras a causa de su significado e inventar imágenes para hacer más claro el significado. Consiste en pegar largas tiras de palabras cuyo orden ya fijó algún otro, y hacer presentables los resultados mediante una trampa.

El atractivo de esta forma de escritura es que es fácil. Es más fácil –y aun más rápido, una vez que se tiene el hábito– […] Si usted usa frases hechas, no sólo no tiene que buscar las palabras; tampoco se debe preocupar por el ritmo de las oraciones, puesto que por lo general ya tienen un orden más o menos eufónico.

Muletillas como ‘una consideración que debemos tener en mente’ o ‘una conclusión con la que todos estaríamos de acuerdo’ ahorran a muchos una expresión cuya construcción les produciría un síncope. El empleo de metáforas, símiles y modismos trillados ahorra mucho esfuerzo mental, a costa de que el significado sea vago, no sólo para el lector sino también para el que escribe.

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Ilustración: Bowdoin.

[…] En nuestra época es una verdad general que los escritos políticos son malos escritos. Cuando no es así, el escritor es algún rebelde que expresa sus opiniones privadas y no la ‘línea del partido’.

La ortodoxia, cualquiera que sea su color, parece exigir un estilo imitativo y sin vida. Los dialectos políticos que aparecen en panfletos, artículos editoriales, manifiestos, libros blancos y discursos […] varían, por supuesto, entre un partido y otro, pero todos se asemejan en que casi nunca emplean giros de lenguaje nuevos, vívidos, hechos en casa.

Cuando un escritorzuelo repite mecánicamente frases trilladas en la tribuna […] se tiene el extraño sentimiento de no estar viendo a un ser humano vivo sino a una especie de maniquí: un sentimiento que se torna más intenso en los momentos en que la luz ilumina los anteojos del orador y se ven como discos vacíos detrás de los cuales no parece haber ojos.

Y esto no es del todo imaginario. Un orador que emplea esa fraseología ha tomado distancia de sí mismo y se ha convertido en una máquina. De su laringe salen los ruidos apropiados, pero su cerebro no está comprometido como lo estaría si eligiese sus palabras por sí mismo. Si el discurso que está haciendo es un discurso que acostumbra hacer una y otra vez, puede ser casi inconsciente de lo que está diciendo, como quien entona letanías en la iglesia. Y este reducido estado de conciencia, aunque no es indispensable, es de todos modos favorable para la conformidad política.

Juego de ojos.

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Nuevos lenguajes, nuevas legitimidades: la sociedad digital en movimiento

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Internet como herramienta articuladora. Lenguajes transversales, identidades fluctuantes, redes flexibles, son algunos de los elementos que, en todo el mundo, forman parte del entretejido de las formas que han tomado los movimientos sociales.

 Se trata de agentes sociales que, en determinado momento y bajo demandas muy puntuales, conforman una malla, si se permite el término, sobre la cual se articula un colectividad que responde, a la vez, a sentimientos y acciones.

Queda claro, en los últimos días, que hay un desfase cada vez mayor entre la manera en que muchos sectores, ya no sólo jóvenes, visualizan la dimensión simbólica de la vida en comunidad, respecto a las respuestas que encuentran a nivel de lo materia, y, aun más, de las respuestas que encuentran de la autoridad.

Marcado este tiempo como está por los sistemas complejos, cualquier diagnóstico que no asuma esa condición estará condenado de antemano al fracaso.

sociedad digital
Imagen: Freepik.

En las demandas y consignas, tanto como los modos de organización y acción, que los movimientos sociales recientes adquieren, particularmente el que representa a las mujeres, lo que se observa de manera nítida es el crujir de las viejas estructuras y lógicas de poder, que encarnan naturalmente las figuras de autoridad.

En ese terreno es que el lenguaje juega un papel protagónico. En él se transparenta, por un lado, el desfase ya no digamos de vocabularios y referencias, sino con aún mayor contundencia, el de usos prácticos y representaciones simbólicas.

Mientras en el uso y asunción de los lenguajes antiguos se reproducen asimetrías, abismos, invisibilidades, omisiones, brechas, las comunidades emergentes que se movilizan hacen del lenguaje un fluido de expresiones y acciones lingüísticas, justo a contracorriente de aquellas expresiones, representaciones y lógicas del decir y hacer con las que se topan.

En el lenguaje, se sabe bien, se aprenden y reproducen, se transmiten valores, percepciones, costumbres y un sistema de ideas que en conjunto llamamos ideología. El uso de la lengua es, ni más ni menos, lo ha sido siempre, el reflejo de la sociedad que lo asume, lo usa, lo acepta como válido en sus principios, reglas y exigencias.

Así, en lo que constituye la presentación del magnífico Manual para una comunicación no sexista de Claudia Guichard Bello, se lee: En las sociedades patriarcales, el lenguaje está plagado de androcentrismo que se manifiesta en el uso del masculino como genérico, lo que produce un conocimiento sesgado de la realidad, coadyuvando a la invisibilidad y la exclusión de las mujeres en todos los ámbitos.

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Claudia Guichard Bello, editora, docente y feminista.

 El punto de partida, pues, no es lingüístico en el sentido estricto, sino político, en el sentido amplio. El principio básico de constitución y reconocimiento, el primer derecho de una persona para asumir que lo es plenamente, es el derecho a ser nombrada.

¿Es entonces una cuestión de que la comunicación se ha roto? Sí, pero aún más. La noción de una comunicación rota entre una autoridad que encarna el uso antiguo de las categorías y las representaciones y las comunidades emergentes, significa el resquebrajamiento de la legitimidad de las estructuras sociales sobre las que ya no digamos está cimentada la autoridad de la autoridad, sino la cohesión social misma.

La lengua, el uso de las palabras, la construcción de las imágenes que van a asociadas a ellas, se mueven entre el mundo material del uso mismo, de la posibilidad de emitir un mensaje y que el receptor lo reciba y entienda.

Pero no menos importante es la dimensión simbólica en la que las palabras adquieren sentido y trascendencia. El carácter histórico de la lengua como vehículo, pretenderían unas para cambiar la realidad; o, asumen otros, para perpetuarla.

Dice Rosa Cobo en la “Introducción al trabajo” de Gichard: Las sociedades están formadas por estructuras materiales y simbólicas. Ninguna comunidad humana puede existir sin entramados institucionales e imaginarios colectivos. Ambas realidades son la condición de posibilidad de la existencia de cualquier sociedad.

Luego, la propia Cobo subraya cómo son las definiciones sociales, ésas que están expresadas en hechos, por supuesto, pero antes en palabras, las que deben ser aceptadas, no cuestionadas, puestas en duda o francamente sustituidas por la colectividad.     

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Ilustración: Luis Maram.

Dice Cobo: Entre esas dos realidades sociales, la simbólica y la material, tiene que existir congruencia, pues si no hay coherencia entre las estructuras sociales y los imaginarios colectivos sobrevendrá una crisis de legitimidad. Y con ello, los conflictos sociales. En efecto, cada realidad social tiene como correlato ideas que sirven para justificar su existencia. Si no existiese esa dimensión simbólica, las estructuras aparecerían desnudas y los individuos las interpelarían críticamente.

Tal cual lo que hoy sucede de modo intensivo y expansivo, en particular, con los movimientos que encabezan y conforman, en su inmensa mayoría, mujeres cuyo horizonte de simbolización tiene en el lenguaje, por una parte, y las herramientas digitales con el que lo propagan, asumen y enriquecen una fuente de legitimidad abrumadora.

Aquello que se identificó bajo el concepto de “La voz del padre”, idea, enunciación y representación de un mundo que ya no es, se mira, así, sin nostalgia alguna y, aún peor, sin interlocución posible.

Sola.


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La venganza de los Asturias

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No cesan los escalofríos que me invadieron desde la zona sagrada hasta la nuca cuando B.G. me reveló el plan secreto de la Madre Academia para someter a los levantiscos pueblos que alguna vez, vasallos del Gran Imperio, provocaron sueños húmedos en los dormitorios reales. A fe mía que ni Felipe II hubiese sido capaz de la bellaquería que hoy, gracias a Dios, a la Virgen de Guadalupe y a B.G. (en ese orden) puedo divulgar a la Nación y a los pueblos hermanos del continente para que se tomen medidas radicales en defensa de nuestra herencia cultural e identidades nacionales, amenazadas como nunca en este fin del año 2019.

Como en esto, con la modestia del caso, sólo sigo los pasos de otro gran mexicano, Nikito Nipongo, y con ello puedo, sin rubor alguno, llamar a la unidad nacional. El escudo y la lanza con que batiremos esta amenaza llevan la sangre de Moctezuma, de Fray Servando, de Fernández de Lizardi, de Ramírez, de Zaragoza, de Díaz (el coronel, no el general, que es execrable), de Juárez, de Ángeles y de Cárdenas.

Los comandos lingüísticos de B.G. (comandos del idioma, no de la lengua) interceptaron el documento que doy a luz pública en exclusiva internacional con ayuda de la Mexican Intelligence Agency (MIA). Lea usted y verá en qué peligro nos encontramos.

lenguaje retorcido
Ilustración: Pinterest.

Al frente, en hoja membretada con un escudo de gran riqueza estilística en donde danzan leones y unicornios, se anuncia el imprimátur con las iniciales U.G.H.M.A., rúbrica ilegible, y varias claves de folio que no vienen al caso. El documento reza textualmente:


 En vista de la evolución del castellano en los últimos años, debido a las aportaciones realizadas por los jóvenes, la Real Academia de la Lengua dará a conocer la reforma de la ortografía española [creo que en 2020], que tiene como objetivo unificar el español como lengua universal de los hispanohablantes.

Será una enmienda paulatina, que entrará en vigor poco a poco, para evitar confusiones. La reforma hará más simple el castellano, pondrá fin a los problemas de otros países y hará que nos entendamos de manera universal quienes hablamos esta noble lengua. La reforma se introducirá en las siguientes etapas anuales:

1. Supresión de las diferencias entre c, q y k. Komo despegue del plan, todo sonido parecido al de la k será asumido por esta letra. En adelante pues, se eskribirá: kasa, keso, Kijote…

2. Se simplifikará el sonido de la c y z para igualarnos a nuestros hermanos hispanoamericanos ke convierten todas estas letras en un úniko fonema “s”, kon lo kual sobrarán la c y la z: “El sapato de Sesilia es asul”.

3. Desapareserá la doble c y será reemplasada por la x: “Tuve un axidente en la Avenida Oxidental”. Grasias a esta modifikasión, los hispanoparlantes no tendrán desventajas ortográfikas frente a otros pueblos, por su estraña pronunsiasión de siertas letras.

4. La hache, kuya presensia es fantasma, kedará suprimida por kompleto: Así, ablaremos de abas o alkool. No tendremos ke pensar kómo se eskribe sanaoria y se akabarán esas komplikadas y umiyantes distinsiones entre “echo” y “hecho”. Ya no abrá ke desperdisiar más oras de estudio en semejante kuestión ke nos tenía artos.

Cervantes
Ilustración: Gastrópolis.

5. A partir del terser año de esta implantasión, y para mayor konsistensia, todo sonido de erre se eskribirá kon doble r: “Rroberto me rregaló una rradio”.

6. Para ebitar otros problemas ortográfikos, se fusionan la g y la j, para ke así, jitano se eskriba komo jirafa y jeranio komo jefe. Aora todo ba kon jota: “El jeneral jestionó la jerensia”. No ay duda de ke esta sensiya modifikasión ará ke ablemos y eskribamos todos kon más rregularidad y más rrápido rritmo.

7. Orrible kalamidad del kasteyano, en jeneral, son las tildes o asentos. Esta sankadiya kotidiana jenerará una axión desisiba en la rreforma; aremos komo el inglés, ke a triunfado universalmente sin tildes. Kedaran ellas kanseladas desde el kuarto año, y abran de ser el sentido komun y la intelijensia kayejera los ke digan a ke se rrefiere kada bokablo. Berbigrasia: “Komo komo komo komo!”

8. Las konsonantes st, ps o pt juntas kedaran komo simples t o s, kon el fin de aprosimarnos lo masimo posible a la pronunsiasion iberoamerikana. Kon ete kambio diremos ke etas propuetas okasionales etan detinadas a mejorar ete etado konfuso de la lengua.

9. Tambien seran proibidas siertas konsonantes finales ke inkomodan y poko ayudan al siudadano. Asi, se dira: “¿ke ora es en tu relo?”, “As un ueko en la pare” y “La mita de los aorros son de agusti”.

10. Entre eyas, se suprimiran las eses de los plurales, de manera ke diremos “la mujere” o “lo ombre”.

censura
Ilustración: Adene.

11. Despues yegara la eliminasion de la d del partisipio pasao y kanselasion de lo artikulo. El uso a impueto ke no se diga ya “bailado” sino “bailao”, no “erbido” sino “erbio” y no “benido” sino “benio”.

Kabibajo asetaremo eta kotumbre bulgar, ya ke el pueblo yano manda, al fin y al kabo. Dede el kinto año kedaran suprimia esa de interbokalika ke la jente no pronunsia.

Adema y konsiderando ke el latin no tenia artikulo y nosotro no debemo imbentar kosa ke nuetro padre latin rrechasaba, kateyano karesera de artikulo.

Sera poko enrredao en prinsipio y ablaremo komo fubolita yugolabo, pero depue todo etranjero beran ke tarea de aprender nuebo idioma resultan ma fasile.

Profesore terminaran benerando akademiko ke an desidio aser rreforma klabe para ke sere umano ke bibimo en nasione ispanoablante gosemo berdaderamente del idioma de “Serbante y Kebedo.”

Eso si: nunka asetaremo ke potensia etranjera token kabeyo de letra eñe. Eñe rrepresenta balore ma elebado de tradision ispanika y primero kaeremo mueto ante ke asetar bejasione a simbolo ke a sio korason bibifikante de istoria kastisa epañola unibersa.

Juego de ojos.

Expresión verbal de la propia mente: reparos y requisitos

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Las personas frecuentemente expresan en palabras dichas o escritas lo que sienten, piensan, creen, recuerdan o desean y esto configura una forma de comunicación humana primordial, aunque compleja e insegura. Desde el punto de vista de la ciencia, estos discursos naturales son muestras valiosas del lenguaje utilizado en diversos sectores y poblaciones, pero son muy variables y poco sistemáticos para constituir un registro de lo que acontece en la mente de quien los emite, pues todo depende de qué fidedignas sean tanto la introspección necesaria para elaborarlos como su formulación en palabras y conceptos.

Es posible dudar de la veracidad de la introspección y de su expresión pues quien informa lo que sucede en su mente puede mentir deliberadamente o equivocarse debido a una incapacidad, a una inadecuada comprensión del significado de las palabras o al hecho de que los eventos mentales sean demasiado veloces o poco claros para ser reconocidos y puestos en palabras. Incluso los informes de experiencias tan aparentes como son los sueños, los dolores o las emociones pueden estar sesgados de diversas maneras. En un sentido similar se puede apuntar que uno de los principios de la teoría psicoanalítica es que los individuos muchas veces no tienen acceso a sus verdaderos deseos, creencias, recuerdos, emociones o decisiones por el hecho de ser inconscientes.

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Las personas expresan sus estados mentales frecuentemente en sus encuentros interpersonales. ¿Son estas expresiones verbales registros fidedignos de lo que ocurre en su conciencia? Fotograma de John Gilbert y Greta Garbo en una película de cine mudo.

Otro reto al informe introspectivo concierne a la autoconciencia. En efecto, Thomas Natsoulas, psicólogo emérito de la Universidad de California, argumentó en 1993 que el informe verbal de una experiencia privada, como puede ser un simple dolor de muelas, no podría ocurrir si la persona no posee una “conciencia de segundo orden” de haber experimentado este dolor, donde la conciencia de segundo orden sería la propia descripción de la experiencia. Esta conciencia de segundo orden coincide en alguna forma con la distinción realizada por Karl Jaspers entre la auto-observación, el auto-entendimiento y la auto-manifestación de lo que ocurre en la propia mente, como hemos señalado previamente. Concuerda también con la idea de David Rosenthal de que la autoconciencia consiste en un pensamiento de mayor jerarquía sobre lo que ocurre en la propia mente. Estos análisis implican que el sistema de observación e interpretación de los propios contenidos mentales no es tan directo, inmediato y a prueba de error como se pensaba.

mente contorno
Contorno de una mujer en el contexto de las palabras y el discurso que las personas suelen emplear para expresar su identidad y sus estados mentales. https://bit.ly/38Z5R1q

En los últimos años el filósofo Peter Carruthers ha argumentado que el acceso a la propia mente es interpretativo por naturaleza. Si bien los seres humanos tienen una aproximación privilegiada a sus propias mentes, la interpretación que hacen de sus contenidos puede ser errónea o estar sesgada por condicionantes que el sujeto ha acumulado y adoptado en su vida. Esto ocurre en la percepción habitual, pues las personas ven las cosas de acuerdo a una interpretación del mundo que han adquirido por costumbre. Por ejemplo, ven los relieves de una misma figura como cóncavos o convexos dependiendo si se encuentra o no de cabeza, pues asumen que la luz llega desde arriba. Existe evidencia de que la gente puede confabular respecto a su propia mente, por ejemplo, atribuyéndose pensamientos que nunca pudieron tener, una forma de auto-engaño más elemental que el convencerse a sí mismo de algo que no es verdadero.

Cuando un sujeto escucha e interpreta el discurso de alguien más llega a una representación de su actitud y condición mental porque se enfoca sobre la gramática que utiliza, la prosodia o entonación de su discurso, los gestos y otras conductas que acompañan a su expresión. El observador puede concluir que el otro es sincero o que miente, pero no hace lo mismo cuando valora sus propios procesos y contenidos mentales, pues infiere que no puede estar equivocado al registrar un recuerdo o una creencia propios. Carruthers plantea que el mismo proceso de evaluación opera cuando se trata de mentes ajenas y de la propia mente, de tal forma que el sujeto puede equivocarse respecto a lo que sucede en su propia conciencia.

Peter Carruthers.
Carátula del libro sobre lenguaje, pensamiento y conciencia de Peter Carruthers.

La cuestión es determinar si toda descripción de lo que ocurre en la propia mente implica un acto de interpretación sujeto a errores. Las experiencias originales o primarias, como es el caso de la cualidad lacerante y aversiva de un dolor de muelas, quizá resulten imposibles de conocer fuera de ese mundo privado y prístino de la experiencia personal. Vemos ahora que este proceso primario no se puede poner adecuadamente en palabras tal cual se presenta y esto implica que el conocimiento de la propia mente es un conocimiento muy peculiar. Este ámbito, llamado noesis en la fenomenología “pura” de Husserl, no se puede negar y un observador externo no puede tener acceso directo y fidedigno a ese mundo íntimo, frágil, efímero que es la conciencia de su interlocutor. Pero también es necesario aceptar que por ahora sólo se puede inferir el proceso y el contenido consciente de una persona por sus informes verbales, y debido a esto se hace necesario examinar sus características y depurar su análisis y tratamiento. Se trata de un procedimiento indirecto que no es del todo ajeno a la ciencia; por ejemplo, los científicos infieren y modelan a los hoyos negros, los quarks subatómicos, la energía oscura, la información o incluso una cultura por sus efectos, pues se trata de sucesos o eventos inaccesibles a la observación directa.

Para determinar si los informes introspectivos en primera persona proporcionan información pertinente y válida sobre los procesos conscientes y sobre la autoconciencia, es necesario cumplir varios requisitos difíciles. Así, hay que discernir las diferentes formas en las que se formulan los informes introspectivos, también hay que contar con criterios definidos para elegir aquellos informes verbales que puedan considerarse más fidedignos y finalmente tener un procedimiento adecuado para extraer de estos textos la información pertinente para contabilizar, analizar y valorar los estados mentales involucrados en su elaboración.

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El Diario íntimo de Miguel de Unamuno es un ejemplo notable de la expresión verbal directa y sincera de lo que ocurre en la mente de una persona, un texto fenomenológico que se ha usado para inferir procesos conscientes y la estructura temporal de la conciencia (Díaz, 2007 y 2013).

Desde hace tiempo hemos propuesto un método narrativo para el análisis de los informes en primera persona que convoca a disciplinas académicas de orden cognitivo, narrativo, neurobiológico, psicológico, lingüístico y filosófico. Este método plantea criterios para la producción, selección y transcripción de textos que describen experiencias subjetivas y con ello para interpretar y representar la estructura y dinámica de la conciencia. Los supuestos centrales de este programa son los siguientes: (1) las expresiones orales o escritas de procesos conscientes pueden ser obtenidos, seleccionados y analizados de tal forma que satisfagan progresivamente varios requerimientos de un método científico en evolución, (2) ciertos tipos de narrativas denominadas textos fenomenológicos, como son las transcripciones de informes introspectivos obtenidos en entrevistas médicas, psiquiátricas o psicoterapéuticas, así como diarios o monólogos interiores en la literatura, constituyen expresiones privilegiadas de procesos conscientes; y (3) un análisis sistemático de estos textos permite establecer modelos tentativos de los contenidos y las formas de los procesos conscientes. Conforme avancen los recursos metodológicos será posible depurar la introspección y el método narrativo para comprender mejor los procesos conscientes y la autoconciencia necesaria para detectarlos y expresarlos.

Hasta pronto

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Con esta entrega, mi columna cierra su primer ciclo e inicia una breve temporada de descanso. Agradezco a El Semanario por este espacio y a quienes lo hayan visitado por su atención. En retrospectiva, mis puntos de interés al escribir en El Cristal de las Palabras han sido:

~ Las características del lenguaje claro.
~ La transparencia y el derecho a entender.
~ El impacto de la tecnología en nuestros procesos de comunicación.

Quiero dedicar este artículo para revisar brevemente los puntos anteriores.

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Ilustración: Cóctel Demente.

En su dimensión más práctica, la columna ha tratado de definir en qué consiste comunicarse con un lenguaje claro y cómo hacerlo en diferentes situaciones comunicativas, como las juntas, las conversaciones de retroalimentación o la comunicación electrónica. Reconocer un contenido oscuro, complicado y ambiguo, y saber simplificarlo, ayuda a tener procesos de trabajo más ágiles, eficientes y transparentes.

El segundo tema es la implicación del lenguaje en la construcción de la transparencia y del derecho a entender; en particular, en el terreno de la comunicación de organizaciones públicas y privadas con ciudadanos y clientes. No se trata de un tema meramente lingüístico, sino que afecta la calidad de nuestra vida económica y social. En este sentido, es importante denunciar la comunicación oscura y exigir claridad a las instituciones públicas y privadas que deben rendirnos cuentas.  

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Ilustración: Pinterest.

El tercer punto es cómo funcionan nuestros procesos de comunicación (en el entorno laboral) y cómo son afectados por la tecnología que usamos para comunicarnos. La abundancia de información y de conexiones abren grandes posibilidades para la comunicación y la divulgación del conocimiento, pero también nos plantea el reto de rescatar los espacios de presencia y atención que requieren la lectura, la escritura y la conversación profundas, críticas y constructivas. Nos conviene recuperar la calidad de nuestros espacios comunicativos para no perdernos en el mar de pequeños mensajes desarticulados, superficiales y poco fundamentados que inundan el ciberespacio cada día.

Queda mucho trabajo por hacer en la construcción de políticas y prácticas de comunicación que provoquen una comunicación clara y transparente. Por el momento, me enfocaré en promoverlas dentro de mi trabajo cotidiano. Regresaré a esta columna una vez que haya cosechado novedades interesantes. Hasta entonces.