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La muerte de la verdad

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“La idea de que la verdad ha muerto recientemente es una de las más recurrentes de nuestra época” (Lanier, 2018), los asesinos, a los que se les suele acusar del crimen son las redes sociales y la razón es la facilidad con la que cualquier frase, imagen, video, puede ser difundido a través de éstas. Asimismo, la posibilidad de que cualquier persona publique en las redes hace que los contenidos no sean revisados por expertos o que la información sea verificada. Es incluso posible, editar fotos, videos, frases al gusto de la persona.

Recientemente, descubrí una aplicación en la que podía insertar mi imagen en un video corto de Elizabeth Taylor y, me pareció increíble, fácil de hacer y con la posibilidad de enviarse a todos mis contactos, sin que se dieran cuenta de la edición que esta plataforma había realizado, ¿lo has hecho tú?, ¿has jugado con tus contactos de esta manera?, ¿qué tal te ha resultado?, seguro muy divertido. Ahora bien, una cosa es “jugar” con las imágenes, las fotos, etc., por diversión, otra muy distinta es tener la intención de editar noticias, imágenes, videos, para manipular a la gente, para ocultar la verdad y aniquilarla, y de esta manera que surja lo que muchos comunicólogos llaman la “posverdad” o una verdad falsa, que es construida a través de los medios y que, para muchos, es la verdad real.

muerte de la verdad
Imagen: Eulixe.

Las redes sociales tienen como uno de sus fines principales, espiar nuestra vida y ¿cómo lo hacen?, a través de los contenidos que nosotros les damos de manera gratuita y por diversión, ¿has contestado un quiz para saber qué personaje de Disney eres?, o ¿un quiz para saber qué princesa o príncipe eres?, bueno, es bien sabido que este tipo de juegos ¡son para robar tus datos!, ¿te has dado cuenta de la información que te piden?, todo ello sirve para que las redes te conozcan mejor y te puedan ofrecer productos adecuados a tus necesidades y gustos precisos, si saben que te gusta el rojo o que eres muy emotivo, etc., esos datos son muy valiosos y se venden al mejor postor. Es así que, “las empresas tecnológicas buitrean en nuestras vidas” (Lanier, 2018) y una vez que saben nuestros gustos, dirigen nuestra vida mediante la modificación generalizada de la conducta llenándonos de contenido falso de manera tan persistente que llegamos a creer que esto es la verdad, es de esta manera que la verdad real muere para que surja la verdad creída o posverdad.

En ese sentido, es importante señalar que las redes sociales, a través de las personas que generan el contenido, que se mueve en las mismas, no tienen motivos para decir la verdad pues, de hecho, para la mayoría esto sería un acto suicida ya que, eliminaría la posibilidad de la manipulación controlada. Y, si te pones a pensar, en realidad decidimos comprar algo porque tenía muchas reseñas positivas, lo que no sabíamos es que muchas de estas reseñas fueron escritas por personas artificiales, falsas. Incluso, cuando realizamos búsquedas en internet y encontramos a un médico, por ejemplo, la realidad no es que sea el mejor, sino que, muchas personas falsas lo buscan con la finalidad de que aparezca en los primeros lugares en el buscador y que nosotros confiemos en ello. Vemos videos o leemos historias, porque mucha gente lo ha hecho, pero, la mayoría de esas personas eran falsas y nosotros, fuimos manipulados.

Finalmente, vemos tuits o posts en Facebook, Instagram o cualquier otra red social, porque tienen muchos retuits o likes y la verdad es que fueron retuiteados por ejércitos de bots (robots), recuerda que, cualquier cosa que nosotros podamos hacer, los bots son capaces de hacerlo miles de veces más rápido, las personas falsas son un ataque cultural y contra la verdad. Según información reciente del New York Times, en el 2018 el precio de las personas falsas en Twitter era de 225 dólares por los primeros 25,000 seguidores falsos, imagina cuántas empresas, asociaciones, medios, pagan para que la gente crea en que sus productos son importantes, son necesarios. El hecho es, que las actividades falsas y masivas en las redes sociales influyen en las personas reales, crean realidades sociales que permiten la manipulación masiva y con ello, ganar dinero.

manipulacion, control, redes sociales
Imagen: El Viejo Topo.

La próxima vez que te llegue un cuestionario y que quieras saber qué personaje de Star Wars eres o de Disney, piensa muy bien que esos datos que estás dando de manera gratuita, están convirtiendo tus redes en armas de destrucción a tu personalidad, a tu privacidad y, además, expones a las personas que están en tus redes pues, tú eres un ejemplo para ellos, una vez que el resultado del quiz te llega, ¡lo quieres compartir!, y esto hace que muchas otras personas confíen en este tipo de recursos.

Tenemos que luchar por la verdad, debemos ser reflexivos y críticos ante aquello que leemos, que vemos, que compartimos, esto hará de nuestras redes, de nuestra sociedad, un mundo más cercano a la realidad, a la preciada verdad a la que debemos asirnos.


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Ilusiones continuas

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¿Reconstruir o construir? Las naciones como los individuos, cada cierto tiempo, entran en profundas crisis que remecen cimientos institucionales y psíquicos. Y luego, pasado el remolino que ha sacado a la luz todo lo que, cuidadosamente, fuimos postergando enfrentar hasta que se nos desbordó por todos los costados, aparece la pregunta: y ahora, ¿cómo seguimos?

Por lo general, racionalmente se tienen respuestas, pero emocionalmente sólo confusión. En esos momentos nadie quiere problemas sino soluciones, y, desde luego, que éstas sean rápidas y sencillas. Dado que no queremos que pase lo que está pasando, y no hay nada que pueda evitar que nuestras alcantarillas sociales y personales se hayan colapsado, dejando que todo lo que por ellas estaba contenido corra frente a nuestros ojos, no nos queda más que un recurso: la esperanza personal y la utopía colectiva. 

regreso a la nueva realidad
Ilustración: Mix Interiors

Entonces, ahora, ya estamos en el siglo XXI y es el año 2020. El huracán Covid-19 se pasea por todo el planeta, abriendo grietas políticas y económicas, dejando a sociedades y personas a la intemperie; desenmascarando precariedades y evidenciando todas las falencias de lo que habíamos edificado con desprolijo esmero, postergando hacernos cargo de todas las grietas que sabíamos iban quedando por el camino, porque ¿para qué hacernos cargo hoy de lo que siempre se podrá resolver o, idealmente, olvidar mañana?

Aspirar a un mejor devenir es una posición psíquica tan inherente al ser humano, como el miedo a la desestructuración. La búsqueda del camino fácil no es un error en sí mismo. Si todos somos, como en Continuidad de los parques, lectores y protagonistas de cada una de nuestras tragedias, por qué no apostar a estar arrellanados en el sillón de felpa verde, antes que en alerta permanente a cada una de las consecuencias de nuestras acciones.

Las esperanzas como las utopías, nos son necesarias; sin ellas difícilmente podríamos tolerar la cotidianidad. Pero la falta de juicio de realidad es otra cosa. Las ilusiones, con sus alucinaciones y distorsiones derivadas, se encuentran en un plano muy diferente al de los lúcidos sueños individuales y colectivos. Con plena consciencia de desamparo, contemplando el abismo incluso, no tenemos por qué dejar de tener esperanzas. Cosa distinta es la delusión, la distorsión funcional a la fuga de aquello que nos duele o incomoda.

nueva realidad
Ilustración: Tracy J. Lee.

Entonces, ¿reconstruir o construir?, qué camino tomaremos para enfrentar no la “nueva normalidad”, sino la nueva realidad que se planta frente a nosotros. Sabiendo que nos esperan jornadas magníficas, llenas de desafíos y oportunidades, como así también plenas de incertidumbre, caos y dolor, la decisión no nos será fácil. La comodidad y el pragmatismo simple serán una opción siempre tentadora; la motivación cortoplacista, la tregua social y la postergación del problema son una práctica que conocemos de memoria. Por otra parte, la negociación compleja, el compromiso, la planificación, los grandes pactos sociales y la responsabilidad individual nos son prácticas comunitarias y posiciones psíquicas individuales particularmente ajenas desde hace ya demasiado tiempo.

Cambio y oportunidad. A lo primero estamos condenados, ya veremos si tenemos el coraje para tomar la segunda. Mientras tanto, en estos tiempos, más que nunca, hay que estar despiertos cuando se sueña.


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¿Pienso, luego existo?

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¿Nuestros pensamientos son en realidad nuestros?

Todos los días escuchamos noticias en la televisión, en internet, en la radio, en los teléfonos celulares, en los periódicos y revistas. En todos ellos se dan opiniones de los asuntos que acontecen diariamente. Algunos son verdad y otros tantos son mentiras, pero tienen el peso suficiente para que los demos por ciertos y los hagamos nuestros.

Entonces, algunos tomamos la opinión de alguien más y la adoptamos como si fuera nuestra, como si conociéramos el asunto y domináramos todos los detalles importantes  para tener una opinión fundada.

¿Y qué pasa después? Emitimos un veredicto y nos aferramos a él. Será ya difícil que alguien haga que cambiemos de opinión.

Pero qué tal que la opinión que leímos o escuchamos es sobre una noticia falsa, o es imparcial, u obedece a ciertos intereses.

Al final del día, muchos nos encontramos repitiendo una y otra vez esas opiniones, y con eso, somos cada vez más y más personas diciendo lo mismo sobre algo, lo cual a la larga, terminará por convertirlo en verdad, aunque no lo sea.

Entonces, ¿podemos estar seguros de que tenemos pensamientos propios? O más bien ¿será que son discursos prefabricados que hablan a través de nuestras bocas?


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A trabajar con inteligencia la nueva realidad

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Seguramente amigo lector, tú como yo, has asistido a webseminars, has leído artículos, has escuchado y visto noticias y comentarios en medios de comunicación y redes sociales, y obviamente has leído o escuchado a personas más cercana a ti, a través de WhatsApp, sobre lo que se piensa que sucederá después de que termine la contingencia.

Yo honestamente creo que todavía falta mucho por ver para poder decir lo que sucederá en el largo plazo, pero al igual que algunos de los analistas, podemos ya hacer algunas conclusiones y sí opinar, con fundamentos, lo que sucederá en los próximos 12 a 18 meses.

El MIT en el documento We’re not going back to normal, da algunas pautas de cómo serán los próximos 18 meses o hasta que se logre desarrollar la vacuna para combatir al COVID-19, con respecto a nuestro estilo de vida.

Les presento algunos de los puntos más destacados y los invito a que sigan la página del MIT que se actualiza practicante diario con información realmente muy interesante y útil:

vacuna coronavirus
Ilustración: Ana Cortés.

1. Hay que olvidarse de que todo volverá a la normalidad y tienes que aceptar y vivir con esa premisa. La “normalidad” que vivimos hasta principios de este año 2020 o finales del 2019 para los países asiáticos –principalmente China–, es un tema del pasado. Hasta que no se encuentre la vacuna para combatir al COVID-19, la vida, tal y como la conoces, en lo laboral, social, etc., no será lo mismo.

2. En estos momentos hay tanto laboratorios como centros de investigación del sector privado como públicos, de una docena de países buscando encontrar la vacuna contra el coronavirus, y hay muchísimo dinero disponible para lograrlo. Esto hará que su descubrimiento sea más rápido que lo que tradicionalmente se tardan en hacerlo. Por lo general, el descubrimiento de una vacuna puede tardar hasta 10 años o incluso más. Los científicos pudieron descubrir en su tiempo la vacuna para el SARS, pero dejaron las investigaciones porque ésta en su evolución dejó de ser peligrosa y ya no había el incentivo económico ni la presión social para hacerlo. El MIT estima que la vacuna podría estar lista en 18 meses. Es decir, para finales del 2021.

3. Mientras no tengamos la vacuna, asume la cuarentena como un estilo de vida. Lo que se prevé es que, a partir de ahora, las sociedades tienen que intercalar periodos de cuarentena, es decir, de cada tres meses, dos deben ser de cuarentena. Esto porque el contagio del virus continúa y siempre están latentes las segundas olas. Así que viviremos periodos de cuarentena constantes. Los hechos han demostrado que no se puede levantar la cuarentena de forma absoluta y sin seguir con muchas restricciones porque los contagios van a continuar: China, había permitido la reapertura de cines y auditorios grandes y tuvo que dar la orden, una semana después, de volver a cerrarlos porque hubo nuevos contagios. En Singapur, que había detenido sus casos de contagios, levantó su cuarentena totalmente y volvió a presentar centenas de casos de contagio y algunos muertos por coronavirus.

4. La concentración de personas debe limitarse en lo más mínimo. Por ello, cines, teatros, y auditorios, pero también comercios, deberán reducir su capacidad de aforo hasta en un alto porcentaje, quizás hasta el 75%. Es decir, funcionar con un 25% de aforo. “Esto puede incluir negocios o empresas e incluso, movimientos sociales: marchas, protestas, etc.”

distanciamiento social
Ilustración: Henry Wong.

5. Los países que decidan reabrir sus fronteras y vuelos, deberán instaurar controles estrictos en aeropuertos y carreteras. Ya sea con el uso de termómetros portátiles o con aplicaciones o escáneres que revelen el movimiento migratorio de las personas. Esto puede implicar que lo que vivimos como consecuencia del 9/11 sea realmente anecdótico y podamos pasar muchas horas, sino es que hasta días para lograr llegar a otro país. Las restricciones para viajar dentro de China siguen siendo durísimas para los propios chinos y hasta discriminatorias para los extranjeros.

6. Las costumbres sociales de saludar tienen que cambiar y el distanciamiento social debe continuar, evitando también realizar reuniones familiares, fiestas y demás. Para las organizaciones y familias latinoamericanas, en general, será un tema, pero tenemos que saberlo manejar. Una de las razones que explican por qué el coronavirus no ha sido tan letal en Japón es por el distanciamiento social propio de su cultura. No es por el saludo que evita el contacto físico, sino por el ritmo de vida que llevan de no salir mucho a reuniones sociales o fiestas. El trabajador promedio japonés tiene una rutina de trabajo-casa que evita su exposición continua.

7. Los gobiernos deberán priorizar qué ramas y actividades de la economía pueden volver a sus labores y trabajo de forma “normal” en la medida de las posibilidades nacionales. Retornar al trabajo no debe darse de forma masiva. Deberá hacerse un cuidadoso análisis de que grupos de personas pueden ser expuestos al riesgo del contagio. Hay expertos que dicen que podría comenzarse con los niños y jóvenes en edad escolar porque tienen menos riesgos.

8. Los gobiernos y los padres deben prepararse para educar a sus hijos en los hogares por cierres imprevistos de las escuelas.

Como pueden ver, hay muchas cosas que no serán como fueron antes de la pandemia, pero a pesar de ello, yo creo que tenemos muchas áreas de oportunidad para reinventarnos en lo personal, en lo social, y en lo laboral. Las organizaciones, de cualquier sector, van a tener que pensar de forma diferente desde ya, y obviamente los gobiernos van a tener que actuar de forma muy distinta.

trabajar con teconologia
Ilustración: Shrey Sawant.

Podemos ser terriblemente fatalistas y súper negativos con lo que esta pasando y con lo que pasará en los próximos 12-18 meses, o bien, nos ponemos a trabajar en ver cómo vamos a enfrentar esta nueva forma de vida. Todos y cada uno de nosotros tenemos que ser muy accountables de lo que nos está pasando y de lo que nos podrá pasar.

Termino, aunque me alargaré un poco en este artículo con algunos comentarios que me hicieron llegar de un webseminar en el ITAM y que nos sirven de guía:

1. Cash is king, preservar el dinero para sobrevivir 18 meses.
2. Toma de decisiones para la sobrevivencia de tu empresa.
3. Llegar a acuerdos y decisiones solidarias con tus colaboradores, proveedores, acreedores, etc.
4. La educación y formación digital llegó para quedarse.
5. El e-commerce crecerá de forma exponencial.
6. Se rompen paradigmas en servicios financieros, temas inmobiliarios, servicios como restaurantes.
7. Hay que imaginar “mi negocio” desde cero y de acuerdo con la nueva realidad.
8. El cliente promedio es poco exigente y esto va a cambiar; habrá menos dinero para que gasten.
9. Buscar modelos para eficientar mis costos.
10. Tener equipos diversos en géneros, edades y en experiencia.
11. Hay que ser rápidos, creativos, buscar la rentabilidad, sobrevivir como sea.
12. Toda empresa puede ser habilitada por la tecnología.
13. Se necesitan empresarios empáticos y cercanos con sus clientes.
14. ¿Mis procesos están acordes a la nueva realidad?
15. Saber pedir ayuda y ayudar.
16. Hay que ser creativo.


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