Empezamos el año, y verdaderamente este 2021 se vislumbra extremadamente complicado, me parece que hacer una planeación inercial para tratar de sobrellevar el año es el preludio de ir perdiendo el negocio, es mejor cerrar de una vez y minimizar las pérdidas.
Creo que debemos hacer un análisis muy pragmático en los retos y desafíos por venir para nuestros negocios, si el resultado de este análisis es negativo, mejor de una vez digamos ¡hasta aquí llegué!
Pero si de verdad queremos y creemos que podemos salir adelante, habrá que adaptarnos a las nuevas circunstancias que viviremos de manera muy inteligente y agresiva. Creo que muchos no lo lograrán, el reto es tan complicado y difícil que debemos estar muy conscientes de lo que podemos perder y tener claridad hasta dónde poner la línea para saber parar y no deshacernos del patrimonio logrado con mucho esfuerzo y a lo largo de toda una vida.
La realidad es que el COVID-19 estará presente todo el año, esto implicará arrancones y enfrenones en muchos sectores de la economía, es fácil suponer que el consumo permanecerá deprimido salvo en casos muy específicos, y veremos dos Méxicos cada vez más divergentes, uno el formal, cada vez más digitalizado, obligado a cumplir con regulaciones muy estrictas, y a veces hostigados debido a coyunturas políticas, crédito restringido, y muy pocos apoyos gubernamentales.
Habrá que competir en muchos casos con el “México informal”, los que juegan en esta cancha tienen ventajas competitivas muy importantes, no respetan las reglas, no pagan impuestos, si hay un cierre de actividades por la pandemia, para ellos no aplica, no pagan predial, renta, luz y un largo etcétera, no son pocos, son más de la mitad de la economía del país.
Pudiéramos concluir que si decidimos cambiar de cancha, siendo informales e ilegales, hay muchas personas que les va muy bien y se han hecho muy ricas y poderosas. Pero piénselo bien, ¿podría vivir con eso?, ¿es moralmente válido para usted?, ¿esas son las metas e ideales que le quiere transmitir a su familia?
Para la mayoría de los negocios que viven en el “México formal”, el cambio no es deseable, aunque en muchos casos debido a las circunstancias tan complicadas a las cuales se enfrentarán, encontrarán la manera de hacer “algunas travesuras” para capotear el temporal y probablemente puedan adaptarse a transitar en esa dualidad. De cualquier manera, hay que señalar que la tendencia a la ilegalidad no se está revirtiendo, sino que en la realidad, se está fomentando. Esto poco a poco irá mermando los ingresos del gobierno.
Lamentablemente, para este año, un pronóstico realista de crecimiento para el PIB de nuestro querido país no se prevé arriba del 1 o 2%, lo cual implica una recuperación muy magra del casi 10% perdido en el 2020, viviremos tiempos difíciles, complicados y retadores.
No es la primera vez que los mexicanos nos enfrentamos a situaciones tan difíciles como las que he tratado de transmitirles ahora, muchos tiraron el arpa e inclusive se fueron a vivir a otros países, a unos les fue bien a otros no, otros decidimos quedarnos a luchar, unos quebraron y a otros les fue bien o muy bien.
La coyuntura es tan importante y trascendental que las decisiones que tomemos impactarán a nuestros negocios y a nuestras familias de manera fundamental. Resulta difícil juzgar las decisiones que cada quien tome, simplemente, en un futuro observaremos diferentes destinos.
En conclusión, si después de analizar estas aristas y otras más de lo que vendrá, si decidimos seguir, será muy importante estar conscientes de todo lo que arriesgaremos, habrá que hacerlo no de la manera convencional, deberemos ser muy disruptivos, apoyarnos mucho en las nuevas tecnologías, tener muy claro dónde rendirnos y ser lo suficientemente duros e inteligentes para saber tomar las pérdidas probables a tiempo. Pero, principalmente, habrá que demostrar de qué estamos hechos y ponerle mucho corazón al gran desafío que viviremos.
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