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Perderse los mejores días

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 Lo que planees hoy, será el resultado de mañana.
 Mauricio Martínez.

El mito y la tentación del momento ideal

Perderse sólo algunos de los mejores días del mercado accionario, cuesta mucho. Hemos insistido en que intentar encontrar el “momento ideal” para comprar y vender es imposible. La mayoría de quienes lo intentan no tienen éxito (aciertan un par de veces, pero al fallar pueden perder incluso lo ganado antes). Saber esto es una cosa, pero la tentación es muy alta, así que muchos lo siguen intentando sin entender que el RIESGO ASOCIADO puede perjudicar una parte importante de su patrimonio, el que tiene y/o el que potencialmente podría tener. Cuando invierte, lo hace con un objetivo final en mente. Quizás una jubilación, una propiedad nueva, o la educación de sus hijos. Invertir durante mercados alcistas nos hacen sentir exitosos, pero, invertir en un ciclo de baja, genera emociones como ansiedad o miedo. Ver cómo disminuye su inversión resulta difícil, puede provocar pánico, propiciando reacciones emocionales muy peligrosas.

Impacto de no “adivinar” los mejores días

La tabla siguiente ayuda a dimensionar mucho mejor el costo que representa intentar buscar el “momento ideal” y con ello poder perderse de algunos de los mejores días. El ejercicio supone una inversión de $10,000 dólares en el índice S&P 500 el 3 de enero de 2000 hasta el 31 de diciembre de 2019. El rendimiento anual promedio fue de 6.06%, los $10,000 dólares habrían aumentado a $32,421 dls. Esos 20 años incluyen casi 5,000 días de operación del mercado. Pero si se perdiera sólo los 10 mejores días de esos 5,000, tendría menos de la mitad de dinero. Perder los mejores 20 días implicó apenas ganar dinero en 20 años, y habría perdido dinero si se perdiera más días ganadores.

Cuando usted está fuera del mercado, posiblemente se sienta más seguro, pero corre el riesgo de perder grandes ganancias. Un ejemplo reciente: el mercado de valores tocó fondo el 23 de marzo de 2020. Si hubiera esperado la oportunidad de inversión perfecta y demorado en poner dinero porque creía que seguiría cayendo, se habría perdido alrededor de 67% de alza. Nadie puede estar 100% seguro de lo que va a hacer el mercado de valores. En lugar de JUGAR A LAS ADIVINANZAS, utilice estrategias relacionadas con una buena asignación y diversificación de empresas sin moverse, ello le ayudará a reducir el riesgo de su cartera y mejorarán potencialmente sus rendimientos a mayor plazo.

Esto es lo que hacemos en el Fondo SNX. Buscar el “momento ideal” en un Fondo como SNX es aún peor, pues se pierde además la experiencia implícita. No venda pensando que “ya ganó bien”. La tendencia histórica del mercado ha sido completamente alcista.

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No compres papeles, mejor empresas

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No cabe duda que la mejor forma de construir un patrimonio es invertir en el mercado accionario; esto se debe a que tiene como cualidad la de registrar una tendencia alcista en el largo plazo. Es decir, las empresas que cotizan en el mercado de valores típicamente son las más grandes, innovadoras y las que lideran el avance de una economía, por lo tanto, se ven beneficiadas por el crecimiento poblacional, ya que de manera natural demandan más y más bienes y servicios.

Estas empresas no sólo se ven favorecidas por crecientes ventas sino también porque los avances tecnológicos, muchas veces desarrolladas por ellas mismas, disminuyen sus costos de producción, lo que incrementa sus utilidades. Es claro que siempre surgirán eventos complicados que impacten el desempeño de los mercados en el corto plazo, algunos de ellos suelen incluso ser catastróficos como guerras, tragedias naturales, atentados, etc., que causarán volatilidad o caídas en los precios de las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores.

No obstante, es importante tener presente que históricamente los precios no sólo se recuperan con el tiempo, sino que siguen subiendo, generando rendimientos muy importantes para quienes fueron pacientes y disciplinados. En todo caso, las caídas deben de ser vistas como extraordinarias oportunidades para participar en el mercado con mejores costos y construir un patrimonio de manera más eficiente.

Hemos adelantado algunos factores de éxito en el mercado de valores como lo son la paciencia y un horizonte de inversión de largo plazo. Estos dos elementos son una condición necesaria pero no suficiente para construir un verdadero patrimonio. Se necesita ver el mercado de valores de una manera diferente; no es un casino, no es una cuestión de suerte, no se trata de hacer apuestas con la esperanza de que el destino o la suerte nos sonrían. Invertir en el mercado de valores demanda un proceso de inversión disciplinado, conocimiento y análisis. Todo esto nos permitirá diversificar un portafolio de manera inteligente y aprovechar plenamente la naturaleza alcista del mercado de valores.

bolsa de valores
Imagen: La Octava.

La mejor forma de entender cómo invertir en el mercado de valores es pensar que nos haremos socios de los dueños y principales ejecutivos de las empresas en las que vamos a participar, en la parte proporcional de las acciones que compremos.

Si compramos acciones de Amazon nos convertimos automáticamente en socios de Jeff Bezo; si compramos acciones de Microsoft nos hacemos socios de Bill Gates y si compramos acciones de Facebook nos hacemos socios de Mark Zuckerberg. Por lo que nos estamos asociando con los principales empresarios del mundo que han demostrado ser altamente exitosos en sus respectivos negocios, y seremos partícipes del crecimiento de estas empresas, no solamente a través del pago de dividendo sino también de las plusvalías que registre el precio de sus acciones ante una perspectiva altamente positiva de sus empresas.

Así que invertir en el mercado de valores no se trata simplemente de comprar papeles listados sino empresas. Con esta visión empresarial, es evidente que debemos ser muy cuidadosos con las compañías con las que nos queremos asociar; dicho de otra manera, el verdadero riesgo que existe al participar en el mercado de valores es asociarse con empresas que no conocemos y que eventualmente pueden dar sorpresas desagradables en sus reportes financieros.

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Los Directores Ejecutivos de Amazon (Jeff Bezos), Facebook (Mark Zuckerberg) y Google (Sundar Pichai).

Cuando se va a comprar un auto se investigan aspectos fundamentales como cuántos kilómetros tiene recorridos, cuál es el estado del motor o el uso de las llantas; de manera similar, si se piensa adquirir una casa, se tiene que hacer un análisis detallado del inmueble. Pues bien, para ser exitoso en el mercado de valores se debe analizar una serie de variables financieras, de manera tal que el proceso de selección nos permita dormir tranquilos sabiendo que nos vamos a asociar con empresas sólidas y con excelentes perspectivas de crecimiento.

Algunos elementos a considerar cuando se invierte en Bolsa son: a) que nos asociemos con empresas rentables, b) que tengan una buena administración, c) que cuenten con una perspectiva alentadora en cuanto a generación de efectivo, d) que cuenten con un up side superior al mercado, considerando el precio objetivo que le asignan los especialistas del sector, y e) que tengan sólidos indicadores financieros, tales como apalancamiento, liquidez, etc. Si se cuida la calidad fundamental de las empresas con las que nos asociamos, aumentan significativamente las probabilidades de alcanzar los objetivos financieros que los inversionistas se han fijado y disminuye el riesgo de los portafolios.

Hoy las condiciones para construir un patrimonio son excelentes, sobre todo considerando aquellos países en los que el mercado accionario tiene perspectivas muy alentadoras por los esfuerzos que han realizado para minimizar el impacto de la pandemia como es el caso de Estados Unidos.

De hecho, existe un amplio consenso en el sentido de que el optimismo respecto del desempeño de la economía estadounidense da sustento a la idea de que los índices accionarios se encuentran en terreno de un bull market, es decir, que mantendrán una tendencia alcista en los siguientes doce meses.

Bolsa de Valores, inversion
Imagen: Revista Diners.

Los elementos que sustentan este escenario de oportunidad inigualable en el mercado bursátil de Estados Unidos son: 1) tasas de interés cercanas a cero por ciento, 2) la aplicación acelerada de la vacuna contra el COVID-19, 3) la instrumentación de fuertes programas de estímulo a los consumidores, 4) un mayor dinamismo económico derivado de los tres puntos anteriores, y 5) mayores ventas y ganancias empresariales.

Si este marco macroeconómico se adereza con un proceso disciplinado de diversificación basado en la calidad fundamental de las empresas con las que nos asociamos, entonces estamos frente a la posibilidad de construir un portafolio de inversión que nos permita aumentar significativamente nuestro patrimonio en el largo plazo.

Cuando pienses en acrecentar tu patrimonio considera que la mejor alternativa es el mercado accionario, visto éste como el vehículo ideal para asociarte con los mejores empresarios del planeta. Así que no compres papeles en la Bolsa de Valores, compra empresas.


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El 2021: el regreso a la normalidad o la disrupción total

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Empezando el año tuve la oportunidad de asistir al Foro Económico de una prestigiada escuela que se ubica en el sur de la Ciudad de México (este año de manera virtual por obvias razones), también pertenezco a varios comités económicos, lo que me ha permitido conocer sus perspectivas para este 2021 que recién empieza, y sus proyecciones de las cifras al cierre del pasado 2020. Hago el comentario de que mi formación es de Contador Público, pero cada día me he vinculado más y más con las finanzas y la economía, dos disciplinas que me apasionan y mis estudios posteriores se fueron vinculando en mayor medida a ellas.

Al ver en retrospectiva lo dicho en el foro el año anterior, y al ver la proyecciones de inicio del año pasado, les puedo decir que el 100% no acertó a lo que se ve que será la cifra del año del Producto Interno Bruto nacional (PIB), ni del tipo de cambio, y algo más cercana, la tasa de interés. Recuerdo alguna broma de alguien que mencionó que hubo economistas que pronosticaron hasta con dos decimales “porque tenemos sentido del humor”.

Dentro de ambos foros algún economista afirmó que había señales mixtas, “lo que realmente quería decir que su modelo dice una cosa y los datos exactamente lo contrario” –dijo un colega mío–.

Todo esto lo traigo a colación porque también algunos accionistas y consejeros de instituciones de crédito, coincidían en lo difícil que es presentar foros de perspectivas económicas para sus clientes y prospectos, cuando sus “Chief Economists”, tanto mundiales como regionales, mandan señales tan restrictivas, tan pesimistas y tan llenas de salvedades sujetas a los cambios en la ley de Banco de México, a lo que la nueva administración en Estados Unidos determine en materia energética, en lo que en materia de sustentabilidad se empuje en la agenda americana y mundial, a lo que suceda con la volatilidad del precio del petróleo, a lo que esto impacte a las calificadoras y su percepción de riesgo del soberano, a lo que suceda en México en la parte política de nuestras elecciones en este 2021, a una potencial burbuja inmobiliaria, al desempleo masivo en las industrias que están en contracción, y un “larguísimo” etcétera; lo que le permite a la mayoría de ellos ir ajustando sus proyecciones sin la necesidad de “renunciar” en caso de que la variación fuera significativa. Y es que el perfil de la mayoría de ellos está para ver los riesgos, los peligros sistémicos, mundiales y locales, y no para ver las oportunidades. Como dice uno de mis banqueros amigos, sólo acuérdate de que “los economistas han pronosticado nueve de las últimas cinco recesiones”.

disrupcion y recesiones
Imagen: Insider.

No quiero quitar ni un ápice de la utilidad de sus análisis. Al contrario. Es evidente la falta de liquidez que tienen varios sectores; la problemática que se nos viene si la pandemia se prolonga por más de lo anticipado por la llegada de la vacuna, y menos aun por la prudencia que se debe tener ante lo vivido, simplemente destaco que es muy importante tener una visión holística que nos lleve a ver no sólo una parte de la problemática, sino el “bosque en su conjunto”.

Sobre esto, hace unos días, ya en el final del año, fui invitado a participar en un programa con varios ejecutivos y directivos latinoamericanos, para evaluar “qué habíamos aprendido en este 2020”, emitido el 30 de diciembre de ese año, donde el moderador, Néstor Márquez, académico de una escuela de negocios muy prestigiada, hacía varias preguntas con objeto de darle un tono positivo y optimista a lo vivido, y una proyección de lo que vendría en este 2021.

Se me hizo un ejercicio valioso, fuera de que para muchas compañías ha sido un año doloroso, de re-invensión, de disrupción, y donde en muchos casos no se concluía con el análisis de lo importante que ha sido este aprendizaje para toda la sociedad, y principalmente, para la empresa que es la generadora de valor económico.

Dentro de los comentarios expresados, puedo destacar las siguientes aseveraciones, que a título personal, hacen los participantes, tales como:

a) No teníamos un adecuado Business Continuity Plan, Business Recovery Plan y Business Disaster Plan. En muchos casos simplemente no se tenía y se “tocó” de oído lo que se pensaba que podría funcionar. En otros, el plan quedó muy corto (y aún no se documenta lo que se ha modificado).
b) El mundo digital se veía cercano, pero nunca como un tsunami que llegaría de súbito y avasallaría con la forma anterior de operar.
c) Los negocios digitales tenían conceptualizado el marco de actuación pero no tenían prevista la manera en que estarían enfrentando, también de forma digital, los ciber ataques, los hackeos y las extorsiones.
d) Muchos negocios que empezaron a ver, primero el cambio de gobierno en 2019, y posteriormente la pandemia en marzo de 2020, detuvieron inversiones para encontrar un mejor momento de certidumbre. Ese momento nunca llegó y los tomó mal parados y con muchos rezagos.
e) Por el contrario, negocios que iniciaron su estrategia de digitalización aun empezando tarde (mismo marzo del año pasado), pero con paso sostenido, les benefició la ola y les permitió modernizar su estructura, la cual, en muchos casos llegó para quedarse.

economia pandemia
Imagen: Sacramento Bee.

f) Los planes a largo plazo se ajustaron o desaparecieron, y se vive en la inmediatez de la subsistencia.
g) Las compañías han aprendido a poner más atención a sus trabajadores, y menos a sus accionistas. Nuevas leyes (como la del tele-trabajo en México) ponen el piso de una nueva realidad. Los empleados tienen “buena memoria” y sabrán ser leales a las compañías que lo fueron también con ellos.
h) El punto anterior trae el inicio de una nueva era laboral. El empleo de tiempo completo ya no da certidumbre ni seguridad. Se necesita un “Salario Universal”, es decir, una red que proteja al trabajador ante tanta volatilidad, sobre todo quienes han estado en la formalidad y la legalidad.

Hasta aquí enlisto sólo algunas de las recomendaciones más mencionadas.

Lo expuesto anteriormente es muy relevante, porque 2021 será el año en que los Consejos de Administración de las empresas (públicas y privadas) deberán ser prestos en ajustar lo que aún se encuentre pendiente ante estos determinantes del cambio. Los órganos y sistemas de Gobierno Corporativo deben probar su flexibilidad sin olvidar el rigor en la aplicación de las políticas establecidas, para poder adaptarse con éxito.

En esta medida, como lo señala Andrés Bernal, experto en  esta materia, esto sucederá a partir de tres hitos clave:

La reformulación y fortalecimiento de los “Boards”, desde la reflexión profunda de sus miembros sobre cómo mejorar su efectividad y aporte;
Una renovación importante de miembros en asambleas de accionistas; y
La reformulación de las agendas de trabajo para lo que viene a partir de 2021.  

Aunque a nivel macro los países estarán en el desafío de la vacunación masiva, a nivel empresarial, para accionistas, directores y gerentes, la agenda será intensa en este proceso de reconstrucción derivada de nuevas expectativas de todos los grupos de interés (stakeholders), nuevas realidades en el comportamiento de clientes y consumidores, y procesos empresariales migrados por los aprendizajes de la pandemia.

“Para ello es muy relevante que se haga un ejercicio de cómo funcionaron los Consejos de Administración durante este tiempo. Si hay algo que trajo consigo la pandemia fue un renovado interés de establecer qué realmente funciona, cómo optimizarlo y garantizar que lo que hay cree valor. En este sentido, los Consejos no han sido la excepción; cada vez más las juntas directivas se evalúan, producto del interés de un director, por la recomendación de un inversionista, la exigencia de un regulador o por la propia conciencia colectiva de sus miembros”, señala Bernal.

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Imagen: Sato Kambashi.

Existen Consejos de Administración (y/o Consejos Familiares o de Dirección) que no se reunieron una sola vez en todo el año. Vale la pena revisar si son útiles y si vale la pena continuarlos.

“La evaluación de la Junta Directiva como ejercicio de auto-reflexión, sobre cómo optimizar las diferentes variables que afectan la efectividad de un cuerpo colegiado de gobierno, permite sincerar problemáticas y llegar a acuerdos sobre cómo mejorar la calidad de las decisiones”, añade.

En este 2021 y mientras dure la fase crítica de la pandemia, habrá casos donde los Consejos se reúnan una sola vez (por la revisión del ejercicio fiscal que terminó el 31 de diciembre de 2020), pero seguramente posteriormente vendrá una agenda de reuniones virtuales de accionistas. “El foco de este año no serán únicamente los porcentajes de distribución de dividendos que para muchas empresas serán más bien conservadores; la parte interesante será el nombramiento de miembros de juntas directivas. Diversos inversionistas internacionales y proxy advisors ya han hecho su planteamiento sobre los criterios para elegir o reelegir directores. A grandes rasgos, criterios de diversidad y compromiso mandarán este año. Los temas clave serán la agenda de integración de mujeres a los Consejos; el compromiso demostrado por el director en su gestión (por ejemplo, Blackrock considera que no votará por directores que hayan faltado a más del 25% de las sesiones del año anterior); y el cuidado con el “overboarding”, es decir, no votar por aquellos miembros pertenecientes a muchas juntas, lo que impediría su compromiso, disponibilidad y responsabilidad. Por otra parte, y para todo tipo de empresa u organización empresarial, hay que prepararse para que estas asambleas traigan consigo cambios profundos en la composición de los Consejos”, puntualiza Andrés Bernal.

Desafortunadamente, durante un año más, seguirá pendiente la actualización de los modelos de remuneración de los directores. En un contexto de resultados financieros mermados por la pandemia, y consecuentemente bajos niveles de dividendos, no se tendrá un buen “ambiente político” para mejorar los desmejorados modelos de remuneración. Sin embargo, cambios en muchos directorios se presentarán en las asambleas de 2021. 

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Imagen: We Forum.

Con nuevos directores nombrados, se activará la necesidad de repensar las agendas anuales de trabajo de las juntas directivas. Las agendas anuales tendrán que actualizarse con nuevos temas ESG (temas ambientales, sociales y de governance), de transformación tecnológica y una tendencia de lo que se conoce como el “capitalismo de los grupos de interés” (stakeholder capitalism, conscious capitalism, entre otras tendencias asociadas).  

Esto conducirá a que los directorios tengan que complementar sus análisis estratégicos con miradas más comprensivas e integrales, donde los “mapas de grupos de interés” serán claves para asegurar una mirada holística de la organización.

La prevalencia será sin duda en la parte estratégica, donde ya no se verá como algo estático y anquilosado, sino muy dinámico y donde el concepto de innovación en su sentido más simple (cambios orientados a la efectividad y funcionalidad para el usuario) serán fundamentales en la gestión empresarial si se quiere lograr la sustentabilidad.

Es momento de olvidar de dónde venimos, sino más bien, de reflexionar a dónde queremos ir, para lograr un mejor futuro para nuestras empresas, para nuestros estados y países en su conjunto.

Y es que al final del día, no hay nada más difícil que predecir el futuro, pero quizá lo podamos tomar en nuestras manos. Valga reconocer que así como hubo sectores que fueron muy afectados y caerán abajo del PIB del 2020, también hubo otros que amortiguaron su impacto y mostraron su resiliencia gracias a su estupenda gestión; el 2021 será un año que continuará poniéndonos a prueba, pero que, con algo de suerte,  tendremos un poco de viento a favor.


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¿Quién responde por el crecimiento?

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Crecer para distribuir, o distribuir para crecer. La experiencia en países emergentes como el nuestro demuestra que ésa es una disyuntiva falsa; es innegable que el énfasis de las políticas públicas en el crecimiento concentra riqueza y poder en vez de distribuirlos equitativamente. También está probado que las políticas con énfasis en la distribución de ingresos no se sostienen sin inversiones de capitales privados que generen crecimiento económico.

Los dueños de tales capitales locales, deciden sus inversiones tomando en cuenta dos factores, principalmente: la demanda del mercado por los bienes o servicios que ofrezcan, en los que puedan ser competitivos, y las coincidencias o discrepancias, y hasta desencuentro que perciban entre las políticas públicas y su propia visión del país.

En Brasil, Ecuador, Bolivia, por citar unos casos, tuvieron gobiernos en la década pasada que siguieron estrategias distributivas y lograron altas tasas de crecimiento, abatir índices de pobreza y elevar los de equidad en los ingresos.

crecimiento en latam
Imagen: e-Radio.

Pudieron hacerlo mientras los mercados externos –el de China en particular– demandaban grandes volúmenes de materias primas que estimularon su crecimiento económico. Al venirse abajo esa demanda externa, los capitales del empresariado local no la compensaron con inversiones para sostener el crecimiento, sino que aprovecharon la caída productiva y de ingresos –y el desencanto social– para deshacerse de esos gobiernos “socialistas”, que sólo eran progresistas.

Le oímos decir al presidente López Obrador en una mañanera de diciembre, que la principal función del gobierno es transferirles dinero a los pobres; así entiende el énfasis de la acción pública, aunque se puede leer en los documentos de la 4T el propósito claro de crecimiento económico a cargo de la iniciativa privada.

Pero al parecer, el empresariado nacional no contempla su propio futuro como promotor del crecimiento económico del país porque no tolera el acotamiento de su influencia política que les ha marcado el gobierno, y por los problemas de tener que competir en los mercados.

En un régimen autoritario como el de los “tigres asiáticos” –Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán–, el gobierno le impuso a los empresarios embrionarios hace más de setenta años, la obligación de seguir invirtiendo a pesar de cualquier dificultad; en países más integrados, las clases medias son las que, con su capacidad de consumo e influencia política, estimulan las inversiones, las nuevas tecnologías y los nuevos productos.

dinero a los pobres
Imagen: Nexos.

En México, ni el gobierno tiene la capacidad para seguir una política autoritaria y forzar al empresariado a invertir en el futuro del país, ni tenemos unas clases medias mayoritarias que pudieran considerarse un gran mercado que además, por la apertura total a las importaciones, prefiere lo hecho en China o cualquier otra parte.

¿Qué nos queda? Que al amparo del T-MEC siga siendo el capital extranjero con sus capacidades tecnológicas, innovación de productos y dominio de mercados el que dinamice productiva y mercantilmente el PIB mexicano, aunque ese PIB genere bajos impuestos y muy escasos empleos, la mayoría en la informalidad y mal pagados.

Un empresariado inteligente vería la conveniencia a largo plazo de contribuir a que madure una mayor equidad social, porque traería consigo una mejor seguridad y paz públicas, y un ambiente de negocios más favorable, pero sus ideólogos y la oposición partidista no tienen más propuesta que descarrilar al gobierno, con la expectativa de recuperar la influencia perdida en las políticas públicas o, dicho en sus palabras, de recuperar la confianza en el gobierno.


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¡No compres casa!

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Quizá el título de la presente columna nos sorprenda un poco, sobre todo porque en la cultura mexicana nos han inculcado que el principal elemento de seguridad y estabilidad de una familia es contar con una casa propia en la cual vivir durante mucho tiempo; así, la casa se convierte en una parte fundamental del patrimonio familiar.

Pero empecemos por lo más sencillo, la definición de patrimonio establece que éste es el conjunto de bienes propios o de una institución susceptibles de estimación económica, por lo que efectivamente, bajo esta definición, la casa es, por supuesto, parte del patrimonio de un individuo o de una familia. No obstante, desde el punto de vista estrictamente financiero, un activo que genera gastos (y muchos) como una casa y no produce un rendimiento, es en realidad un activo improductivo, por lo que no puede considerarse como parte de un portafolio de inversión.

Las casas son activos que típicamente tienen asociados muchos gastos que los pueden convertir en auténticas cargas financieras, tales como administración, remodelaciones, adecuaciones, hipotecas, mantenimiento, predial, seguros, y si no se hace todo esto se tendría que sumar la devaluación del inmueble. En esta misma categoría de activos improductivos se encuentran los autos, que se deprecian de inmediato al salir de la agencia en 30% y que adicionalmente tienen asociados gastos como tenencia, servicios, mantenimiento, seguros, verificaciones, etcétera.

Históricamente las casas han tenido asociadas muchas ventajas que las han convertido en el imaginario popular en buenas alternativas de inversión, aunque en la realidad no necesariamente funciona de esta manera. Una de las creencias más arraigadas es que las casas siempre aumentan de valor a lo largo del tiempo y que los precios no son tan volátiles como otros activos.

precio de una casa
Imagen: Mark Conlan.

Por lo general, esto es cierto bajo ciertas circunstancias, es decir, las casas aumentan de valor por lo general en la misma proporción de la inflación, dicho de otra manera, suelen mantener su valor en términos reales, y si la zona en la que se encuentra el inmueble se considera privilegiada se puede obtener una plusvalía interesante.

Sin embargo, las casas también enfrentan riesgos importantes. La gran crisis financiera de 2008 (crisis subprime) tuvo su origen precisamente en el sector inmobiliario y rompió muchos mitos cuando los inversionistas se dieron cuenta de manera dramática que las casas tienen implícito un riesgo enorme, y que también pueden bajar de precio hasta el extremo de no valer nada.

Con el estallamiento de la crisis hipotecaria en Estados Unidos el precio de las casas cayó 30% en cuestión de meses, y en la fase más profunda de la crisis hubo zonas en las cientos de casas fueron abandonadas, ya que el valor de la deuda resultó mayor al valor del inmueble debido al fuerte incremento de las tasas de interés, con lo que el precio de las casas fue de cero. Pero hay múltiples casos en los fenómenos naturales como temblores, inundaciones, o problemas de seguridad que han afectado negativamente el precio de casas en vastas zonas geográficas.

Otro de los viejos axiomas del mundo inmobiliario es que el precio de las viviendas tiende a ser menos volátil, es decir, que los precios no varían tan drásticamente como en otros activos; la realidad es que siempre hay cambios en el valor de las casas, la diferencia con respecto a las acciones es que no existe un mercado en el que concurran de manera oferentes y demandantes y, por lo tanto, tampoco un índice que refleje dichos cambios de manera continua a lo largo del día. No obstante, siempre existen factores que afectan la oferta y la demanda de casas y que impactan el precio de las mismas; aunque típicamente estos shocks se materializan en el momento de concertar dichas operaciones.

gasto en casas
Imagen: Behance.

Las acciones tienen varias ventajas sobre las casas, comenzado por la gran capacidad para diversificar que ofrecen, ya que se puede invertir en acciones relacionadas con el sector de la construcción y en muchos otros sectores con gran potencial de crecimiento.

Sin duda, una de las grandes virtudes de las acciones frente a la adquisición de una casa es la gran liquidez que tiene el mercado bursátil. Dicho de otra manera, las acciones pueden convertirse en efectivo prácticamente de inmediato después de vender las acciones (72 horas hábiles después de procesarse la venta de títulos), mientras que la venta de una casa puede tardar meses o años, ya que depende de todo un proceso que implica desde, contratar un bróker, encontrar un comprador, realizar avalúos, trámites ante notario, pago de impuestos, etc. La única opción para apresurar la venta de una casa es bajar de manera agresiva el precio, lo que significa la pérdida de dinero.

Otra de las grandes virtudes de invertir en acciones es que no se requiere de un gran capital. Existen Casas de Bolsa y vehículos como los Fondos de Inversión, en los que se puede participar en el mercado accionario desde $100 (cien pesos), brindándote la posibilidad de ser socio de Jeff Bezos de Amazon, Bill Gates de Microsoft, Mark Zuckerberg de Facebook, etc., mientras que comprar una casa puede significar un desembolso importante de recursos.

Ahora bien, en lo que se refiere al atractivo en términos de rentabilidad, las acciones siempre muestran una tendencia positiva y superior a las casas en el largo plazo. Me gustaría citar un ejercicio que nos puede ayudar a visualizar la diferencia entre comprar una casa e invertir en acciones en el periodo 2005-2015. En este lapso el IPyC de la Bolsa Mexicana de Valores registró un rendimiento acumulado de 250%, mientras que la inversión en un inmueble, medida a través del Índice de Precios de la Vivienda en México elaborado por Sociedad Hipotecara Federal, tuvo una variación de sólo 88%.

valor de la casa
Imagen: Mark Conlan.

Pero te invito a reflexionar sobre cuánto puedo aumentar el precio de las casas en este 2020, en el que vivimos una profunda recesión económica por el impacto del Covid-19, con cierre de empresas y un gran desempleo, ¿5%, 10%, 15% acaso? Lo cierto es que el rendimiento del S&P 500 en este 2020 es de 20%, y de 50% desde su punto más bajo el 23 de marzo.

Es decir, si tú hubieras tenido $10 millones para comprar una casa el 1 de enero de este año y lo hubieras invertido en el mercado de valores de Estados Unidos, en el S&P 500, a estas alturas tendrías $13 millones, pero si en lugar de invertir en un Índice hubieras hecho un ejercicio de selección de empresas y hubieras comprado, por ejemplo, acciones de Tesla, hoy tendrías $70 millones, con lo que once meses después pudiste haber comprado la misma casa de $10 millones y quedarte con $60 millones en tu chequera.

Como hemos señalado en diferentes ocasiones, invertir en Bolsa requiere de una visión de largo plazo, disciplina, prudencia y, sobre todo, de una metodología probada. Por supuesto que una de las necesidades básicas del hombre es contar con un techo digno y construir un patrimonio familiar. El objetivo del presente artículo es simplemente destacar que existen formas más inteligentes de adquirir un inmueble a las formas tradicionales.

Las expectativas para el mercado accionario en Estados Unidos en los siguientes cuatro años son muy alentadoras por el inicio de una nueva administración, el impacto positivo de la vacuna contra el Covid-19, la pronta aprobación de estímulos económicos y la presencia de tasas de interés en niveles de cero por ciento por un periodo prolongado de tiempo. Por eso, en lugar de comprar una casa, acércate a un buen asesor financiero y compra acciones de empresas sólidas, con el tiempo te darás cuenta de que fue una excelente decisión.


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No adelantemos el embarazo

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Al que no le gustan los tambores es porque no sabe bailar.
 Proverbio ghanés.

Paciencia

Una de mis frases favoritas del “Maestro” Warren Buffett, cuyo ingenio no puede ser más ilustrativo, claro e inteligente dice: “No importa el talento o los esfuerzos, hay cosas que llevan tiempo. No puedes producir un bebé en un mes dejando embarazadas a 9 mujeres”… Hemos comentado que la disciplina y la paciencia conforman el temperamento de un Empresario en Bolsa exitoso. La frase viene al caso hoy más que nunca, al identificar participantes un poco desesperados por no ver el mercado subir todos los días a pesar de la buena expectativa que promete el 2021.

Recordando siete (7)

Entre los elementos que fundamentan una buena perspectiva para el 2021 en el mercado accionario de Estados Unidos y en la que cada vez coinciden mayores estrategas están:

circo y mercado de valores
Imagen: Galia Lidor.

1) La victoria de Joe Biden como nuevo presidente electo de Estados Unidos;

2) Un Senado en con mayoría de republicanos que servirá de contrapeso para evitar, negociar y/o extender las propuestas de mayores impuestos corporativos en ese país y mayor regulación a algunos sectores;

3) Anuncio de una vacuna COVID-19 que podría ser aprobada a fin de noviembre y comenzar a distribuirse antes de fin de año;

4) Impacto de la vacuna en mayor consumo y crecimiento económico;

5) La aprobación de nuevos estímulos en enero, una vez que entre en funciones el nuevo presidente de Estados Unidos;

6) Mucho mejores reportes financieros trimestrales en las empresas de Estados Unidos conocidos (3T40) con mejores perspectivas que podrían ser fortalecidas con el escenario de la vacuna; y

7) Un entorno de tasas de interés muy bajas en Estados Unidos.

altibajos mercado
Imagen: Giselle Luengo.

Sin duda, una perspectiva muy favorable. Pero habrá que esperar a que muchos de estos eventos se confirmen al 100%. Algunos de estos eventos se descontaron parcialmente en días pasados y otros provocaron la famosa “Rotación” entre empresas y sectores. Aunque NADA ES SEGURO, nuestro punto de vista es que tienen una alta probabilidad y además SON MUCHOS. Esto significa que si por alguna razón, uno no se da, quedan muchos otros de enorme posibilidad. Seamos pacientes, nuestra condición es la de Empresarios en Bolsa. Las buenas empresas generan resultados y beneficios de manera progresiva.

Historia

Termino esta nota recordando otra cita importante de Warren Buffett con un alto sentido de historia y experiencia: “Durante 240 años ha sido un terrible error apostar contra Estados Unidos, y ahora no es momento de comenzar”. Estados Unidos siempre ha ido encabezando las economías del primer mundo, siendo un valor refugio para una gran cantidad de inversionistas. Su mercado accionario (S&P500) en más de 90 años tiene en promedio ciclos de alza con duraciones de 9.1 años y rendimientos de casi 500% en dólares, mientras que los ciclos de baja tienen una duración promedio de 4.1 años con una magnitud de 40.0%. A través de nuestro Fondo SNX, somos dueños de un grupo mayoritariamente de empresas de origen en Estados Unidos.


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Fuerte avance de los mercados

El escenario que parecía menor probable, surgió con una casi segura victoria mínima del candidato republicano Joe Biden por la presidencia de Estados Unidos; un Congreso dividido será el mejor para el mercado accionario en ese país. No por nada la fuerte recuperación observada la semana pasada en las Bolsas estadounidenses.

Si bien, Trump buscará descalificar el resultado, no se espera que el país entre en “caos” y la decisión definitiva tomará relativamente poco tiempo (días). El argumento de Trump de que no deberían ser contados los votos luego del martes 3 de noviembre (día de las elecciones), pues son “tardíos”, no tienen ningún sentido. Estos votos se llevaron a cabo antes, simplemente se tardan más tiempo en contabilizar. Los mercados han comenzado a reconocer que estarán teniendo “lo mejor de ambos mundos”. A continuación, las implicaciones de un congreso dividido, Biden teniendo que negociar con ellos, y Trump fuera de la presidencia:

Con Congreso dividido

Estímulos: Podrían tardar más en aprobarse y seguramente con un importe menor al que hubiera sucedido con la “Ola Azul” (Presidencia y Congreso en su mayoría Demócrata). Sin embargo, deberán ser aprobados por su importancia. El tema político en el mismo desaparece y ahora adquiere un carácter económico de urgencia.

mercado y joe biden
Imagen: La Jornada.

Alza de impuestos al 28%: La propuesta de Biden de aumentar impuestos corporativos del 21.0% al 28.0%, enfrentará ahora mayor oposición, pudiendo tardar varios meses para su aprobación (si es que se aprueban), o podría negociarse un alza menor.

Regulaciones: De la misma manera, la propuesta de regulaciones más estrictas a sectores como el tecnológico, podría tardar más y/o ser menos agresivas (por ello la fuerte alza de tecnológicas).

Plan de Infraestructura: Por otra parte, Biden seguirá con un agresivo plan de infraestructura que podría crear mayores trabajos y soportar una mayor recuperación económica en el 2021.

Sin Trump

Relación Comercial: Con Biden en la presidencia la tensión comercial disminuye. Antes de este año del COVID-19, los mercados sufrieron mucho con la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Regreso a Tratados Internacionales: Sin Trump, Estados Unidos podría regresar pronto a formar parte de importantes grupos que conforman tratados comerciales, protección de medio ambiente, además de mayor atención a temas de migración y salud.

Todo lo anterior en un contexto de tasas de interés en cero y de cercanía de la vacuna COVID-19… ¡Buenas perspectivas para el 2021!


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De lluvias y arcas

Lectura: 2 minutos

 Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.
Blaise Pascal.

Predecir la lluvia no cuenta, construir el arca, sí

La cita anterior es del maestro Warren Buffett y me pareció importante reflexionarla en este momento en que los mercados accionarios en Estados Unidos parecen estar animados una vez más al anticipar:

1) El anuncio de nuevos estímulos en Estados Unidos para la próxima semana (hoy se confirmaron en Europa) y,
2) El desarrollo final de una vacuna contra el COVID-19 que podría estar lista hacia principios del 2021, luego de los buenos avances comunicados recientemente.

Con regularidad, encontramos participantes del mercado que recuerdan sobre un pronóstico acertado (ya sea positivo o negativo) que tuvimos (ellos y nosotros) respecto alguna variable o contexto general del mercado. Sin embargo, al momento de preguntar si pudieron capitalizar dicho pronóstico la respuesta es NO. Detrás de dicha respuesta existe una enorme pérdida de oportunidades. De nada sirvió haber hecho, entendido y/o escuchado algún buen pronóstico, si al final, no se tomó una decisión relacionada con aquella acertada visión. Como siempre, los habitantes de isla de “Un Día de Estos”, exponen diversas razones para justificar el no haber tomado la decisión… ¡Son siempre excusas!

lluvias y arcas
Ilustración: The Small Business Site.
Diferentes lluvias

La anticipación de un suceso o contexto (bueno o malo), no es exclusivo del tema de las inversiones. Sucede en el ámbito familiar, de amigos, de negocios o de recreación (deporte). De poco servirá identificar que nuestros hijos andan con malas compañías si no somos capaces de evitarlo. De poco vale saber que un amigo está a punto de tomar malas decisiones si no se lo advertimos o ayudamos. De poco servirá saber que nuestra empresa se está endeudando demasiado, si no realizar un programa de reestructuración. De poco servirá conocer el mejor programa de entrenamiento queriendo mejorar nuestra salud y pasar varias horas frente al televisor comiendo “chatarra”. De poco o nada servirá anticipar continuidad en el avance bursátil en Estados Unidos, y entender de la naturaleza alcista del mercado a mayor plazo y no tomar la decisión de ser empresario en Bolsa.

Nuestra ARCA… Fondo SNX

Después de muchos años de construir una metodología de inversión, de manejar grandes recursos a nivel internacional, de capitalizar experiencias, de entender el valor de la disciplina y paciencia para participar en el mercado accionario, y de un esfuerzo de mejor comunicación sobre la realidad de la inversión bursátil (libros, columnas, cátedras, etc.), pudimos construir nuestra ARCA. Se llama SNX y es nuestro Fondo que contribuye a la creación y preservación de patrimonios y que funciona únicamente si usted lo decide.


Carlos Ponce B.
Es Socio Fundador de SNX Constructores de Patrimonio.
Puedes escribir tus comentarios y dudas al correo cponce@snxsinexcusas.com


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