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El dilema de la transmisión del COVID-19

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¿Cómo se transmite el nuevo coronavirus? La OMS disipa dudas

Ante las distintas nuevas teorías sobre cómo se transmite el nuevo coronavirus, la OMS sale a disipar las dudas y aclara si se puede contagiar por el aire.

Desde diciembre de 2019 cuando en China se registraron los primeros casos del nuevo coronavirus COVID-19, se han desarrollado múltiples investigaciones para lograr descubrir una vacuna que evite la mortalidad masiva del virus, así como las múltiples formas de transmisión.

El más reciente estudio confirmado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que una de las formas en las que se transmite el nuevo coronavirus es a través del aire, abriendo el camino de un nuevo nivel de riesgo.

Maria Van Kerkhove, directora técnica de la pandemia COVID-19 en la OMS, dijo en la conferencia de prensa del viernes 10 de julio que la transmisión aérea del nuevo coronavirus siempre había sido un motivo de preocupación, pero que las gotitas parecen ser la ruta de infección más común.

“La transmisión por aerosoles es uno de los modos de transmisión que nos ha preocupado desde el principio, particularmente en los entornos sanitarios (…) donde sabemos que estas gotitas pueden convertirse en aerosoles, lo que significa que pueden permanecer en el aire más tiempo”, dijo en una conferencia de prensa online desde Ginebra.

La OMS reconoció que hay cada vez más evidencia de que el nuevo coronavirus pueda propagarse por pequeñas partículas suspendidas en el aire, por lo que decidió no descartar escenarios de contagio en espacios con multitudes o lugares cerrados poco ventilados.

En una carta abierta publicada el lunes, más de 200 científicos de 32 países acusaban a la OMS de subestimar la posibilidad de transmisión aérea del virus, ya que el organismo había sostenido que el virus se transmite a través de las gotículas emitidas al toser o estornudar.

La OMS publicó el jueves 9 de julio nuevas directrices sobre la transmisión del coronavirus que reconocían algunas informaciones sobre transmisión aérea, pero no llegó a confirmar que se propague por el aire, una ruta que no puede ser bloqueada por el distanciamiento social ahora habitual en muchos países.

¿Qué se sabe de la transmisión aérea?

El riesgo de la transmisión por aerosol se debe a que hay partículas microscópicas con el virus que una persona con coronavirus libera al toser, estornudar, hablar o respirar.

Pero a diferencia de las gotículas, este tipo de partículas más pequeñas pueden quedar suspendidas en el aire, no solo caer y depositarse en alguna superficie.

“Continuarán flotando y seguirán las corrientes de aire en una habitación”, explica Kimberly Prather, una química atmosférica del Instituto de Oceanografía Scripps que también firmó la carta para la OMS, a NPR, la radio pública de EE.UU.

Los científicos han estado investigando qué tanto riesgo se puede atribuir a este tipo de transmisión aérea, además de cuánto tiempo permanece el virus en el aire y qué tan lejos puede viajar.

COVID-19 en al aire

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OMS reconoce propagación del COVID-19 por el aire

La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó la evidencia emergente sobre la propagación del COVID-19 por el aire, lo que revela una nueva forma de transmitir la enfermedad.

Originalmente la OMS había descartado que el nuevo coronavirus COVID-19 se podía contraer a través del aire; sin embargo, una nueva evidencia revelada por científicos de 32 países comprobó que las micropartículas del COVID-19 viajan en el aire, siendo un nuevo factor de contagio.

En una carta abierta a la agencia de las Naciones Unidas, los investigadores plantearon la evidencia que muestra a las pequeñas partículas infectando a personas por el simple hecho de aspirar aire contaminado por gotas que se propagan por un estornudo.

OMS confirma propagación del COVID-19 por el aire

Ante las evidencias científicas, la OMS reconoció el martes 7 de julio la presencia del nuevo coronavirus en el aire, por lo que podría modificar su guía respecto a como se transmite la enfermedad y las recomendaciones sanitarias para contener la propagación.

La experta de la OMS Benedetta Allegranzi dijo que la organización cree que ha “estado abierta a la evidencia sobre los modos de transmisión” del virus.

El estudio completo realizado por 239 investigadores será publicado la segunda semana de julio en una revista científica.

Con información de Reuters

Una alarmante advertencia de la OMS sobre el covid-19

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Comportamiento de la pandemia del covid-19 a nivel mundial empeora: OMS

Mientras en Europa los números de contagios van mejorando y poco a poco la sociedad se integra a una nueva normalidad, la pandemia del covid-19 empeora a nivel mundial.

Esta fue la alarmante advertencia que hizo el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en su conferencia del jueves 25 de junio.

En declaraciones en una video conferencia con miembros de la comisión de salud del Parlamento Europeo, Tedros Adhanom Ghebreyesus dijo que una vez que la pandemia finalice el mundo no debería regresar a su estado anterior, sino construir “una nueva normalidad” más justa, más verde y con medidas para evitar el cambio climático.

Los nuevos brotes de covid-19 en China incrementan la alerta de una nueva ola de contagios y en Estados Unidos los fuertes incrementos de casos de coronavirus posiblemente obligarán a ordenar cierres de empresas y confinamientos en ciertas áreas del país, pero no se producirá una paralización nacional.

“Habrá algunos cierres individuales (…) en puntos particulares y de ciertas tiendas. Estamos vigilando de cerca esto”, dijo el jueves el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, en una entrevista con la cadena Fox Business.

“No hay dudas de que vamos a tener puntos críticos”, afirmó más tarde a periodistas en la Casa Blanca. “Simplemente tendremos que vivir con eso”.

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Segunda fase de covid-19 en aceleración

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La OMS advirtió que se avecina una nueva fase de covid-19 en el mundo

Mientras muchos países regresan paulatinamente a las actividades productivas regidas por una nueva normalidad, el jefe de la Organización Mundial de la Salud sostuvo este viernes que la pandemia de coronavirus se está “acelerando” y que ayer se reportaron más de 150 mil casos, el número más alto de un solo día hasta ahora.

Tedros Adhanom Ghebreyesus indicó en conferencia de prensa del viernes 19 de junio que casi la mitad de los casos recientemente reportados eran de las Américas, con números significativos del sur de Asia y Medio Oriente.

“Estamos en una fase nueva y peligrosa”, dijo al advir que todavía se necesitan medidas restrictivas para detener la pandemia.

“Es comprensible que muchas personas estén hartas de estar en casa (y) los países están ansiosos de abrir sus sociedades”; sin embargo, el riesgo del virus sigue latente ya que todavía se está “propagando rápidamente” y medidas como el distanciamiento social, el uso de máscaras y el lavado de manos siguen siendo cruciales.

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Sí somos guerreras

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En un informe publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), señala que las enfermedades afectan de manera diferente a hombres y mujeres, las pandemias hacen más grandes las desigualdades que existen para mujeres y niñas.

Durante una crisis, las mujeres y niñas pueden encontrarse en mayor riesgo de sufrir violencia de pareja y otros tipos de violencia doméstica debido a un aumento de la tensión en el hogar.

Las mujeres son las encargadas principales de las labores domésticas y de crianza y en confinamiento las exigencias en esos dos rubros aumentaron dramáticamente, además del trabajo formal o informal que sabemos que las mujeres también realizan y del cual ahora mismo se encuentran realizando en sus hogares.

En el sector salud son la mayoría, sabemos que hay más enfermeras que enfermeros y que son las que están cuidando en la primera línea, se calcula que el 67% de la fuerza del trabajo sanitario mundial corresponde a mujeres.

somos guerreras
Ilustración: The Atlantic.

Las mujeres queremos cambiar el mundo en el que vivimos, hace unos meses, el 8 de marzo, marchamos por un mundo más igualitario, gritando basta a la violencia de género, unidas, apoyándonos, sintiéndonos más fuertes y con esperanza de ser escuchadas.

El 9 de marzo hicimos paro nacional, “Un día sin nosotras” y queríamos seguir haciendo más cosas, ver los frutos de nuestro esfuerzo pero llegó la pandemia por el COVID-19  y la atención se fue a otro lado.

¿Y qué hicimos nosotras? Lo que sabemos mejor hacer, ser solidarias, cuidadoras, juntamos a nuestros hijos y familias, organizamos nuestras casas, acomodamos espacios, cocinamos, contamos cuentos, hicimos tarea, abrazamos a los que lloran, combatimos el miedo, hasta hicimos tapabocas.

Y no nos dimos cuenta, no lo vimos venir, que junto a la pandemia del coronavirus nacía otra pandemia, la de la violencia familiar que está dejando más víctimas que el COVID-19, las llamadas de ayuda y denuncias han aumentado un 40%.

La tensión generada por el encierro, la incertidumbre, el problema económico y el miedo a morir hace que las mujeres y niñas sean blanco fácil de violencia, los hombres se desquitan con ellas, las tienen a la mano, están vulnerables.

violencia en la cuarentena
Ilustración: Aiden Locke.

En México los feminicidios se mantienen a la alza, crecieron 1.6% en el primer trimestre del 2020. Se registraron 244 mujeres asesinadas.

Según la organización “Marea verde”, desde la entrada de la pandemia a mediados de marzo hasta el 24 de abril, se habían reportado 210 asesinatos a mujeres, así que el número es mayor.

Lo que más me llama la atención es la falta de conciencia, de solidaridad, la falta de respeto y lo fácil que es para algunos hombres lastimar a sus parejas, madres e hijas.

No se valora el trabajo de las mujeres, no se valora su persona, se considera propiedad de los hombres y creen que pueden hacer con ellas lo que ellos deseen. Sé que el problema es más profundo y que también tiene que ver con la forma en que las mujeres nos hemos parado frente a ellos, las ideas que nosotros hemos introyectado, las creencias y mandatos que creemos como reales y no nos frenamos a cuestionar.

Todos tenemos que cambiar, todos tenemos que madurar, frenarnos, pensar, construir un mundo y una forma de vivir para relacionarnos diferente.

confinamiento de mujeres
Ilustración: Andrea Gendusa.

Tenemos que entender como mujeres que nadie tiene derecho a lastimarnos, que tenemos que luchar por tener las mismas oportunidades y los mismos derechos, que sólo por el hecho de haber nacido ya merecemos respeto, que casarse con alguien no le da derecho a decidir sobre mis pensamientos y mi vida.

Los hombres tienen que saber que no son dueños de nadie, que no por ser hombres mandan y deciden, que las mujeres no están a su servicio ni para cumplir sus caprichos ni para su placer.

Venimos a este mundo a crecer, a convertirnos en la mejor versión que podamos de nosotros mismos, es un trabajo interior, profundo, individual, de conciencia, paciencia y constancia.

Te invito a reflexionar en este tema y a que cada vez seamos más los que buscamos, queremos y trabajamos por un mundo mejor.

Esto es para ti… que siempre estás del otro lado leyéndome.


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China y Estados Unidos: tensiones in crescendo

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Hemos insistido en esta columna que es fundamental comprender que las tensiones entre Estados Unidos y China se mantendrán en el largo plazo, y mucho más allá de las comerciales. Un par de aspectos son relevantes al respecto.

Primero. Todo indica que las tensiones irán en aumento entre ambos países y por lo menos hasta las elecciones en noviembre de 2020 en Estados Unidos. Los frentes en estas tensiones son múltiples: de la Organización Mundial de la Salud en plena crisis global del COVID-19 –con la seria amenaza de la Administración Trump de retirar su financiamiento a la OMS–, al cierre de Institutos Confucio en Estados Unidos ante presiones por parte del Departamento de Estado, así como el retiro de visas a periodistas, tensiones con respecto a Taiwán y el apoyo militar de Estados Unidos y ni hablar del comercio y el caso emblemático de Huawei. Las acusaciones por parte de la Administración Trump del “virus chino” y de su creación en laboratorios chinos –con la explícita amenaza de solicitar reparaciones– también es de la mayor relevancia ante la pandemia global.

Donald Trump y Xi Jinping
Donald Trump y Xi Jinping (Imagen: Financial Times).

Segundo. Ya habíamos analizado a detalle que “la tregua comercial” acordada entre Estados Unidos y China, el 15 de enero de 2020, era “ilusa”: China se comprometía a incrementar sus compras estadounidenses hasta en un 400% en un grupo de rubros agrícolas durante 2019-2021; ante la crisis del COVID-19 y el desplome del comercio internacional y particularmente entre Estados Unidos y China, los acuerdos de enero son absolutamente imposibles. Sería entonces completamente comprensible (sic) que la Administración Trump no esperara hasta 2022 para llegar a esta conclusión, sino que utilizara el argumento desde ya en el ámbito de la campaña electoral.

Tercero. Desde inicios de 2020 ambos países vienen restringiendo e imposibilitando que periodistas chinos en Estados Unidos y estadounidenses en China ejerzan sus labores bajo la calidad migratoria específica: el Departamento de Estado en marzo de 2020 exigió que un máximo de 100 periodistas chinos obtuvieran visas con tal fin –con lo que alrededor de 60 periodistas chinos perdieron esta calidad migratoria–; China canceló la visa de prácticamente todos los periodistas del New York Times, Washington Post y Wall Street Journal y el 9 de mayo de 2020 la Administración Trump volvió a escalar el tema:  periodistas chinos que trabajaran para empresas no-estadounidenses (sic) obtendrían una visa de trabajo de máximo 90 días. El tema es muy significativo, ya que el conocimiento directo entre ambos países se restringe signficativamente y dependerá crecientemente de terceras fuentes informativas.

Cuarto. El caso de Huawei, desgraciadamente, sigue haciendo olas y estando en el centro de las tensiones EEUU-China. Si bien las tensiones entre Huawei y Estados Unidos iniciaron formalmente al menos el 1º de diciembre de 2018 con la detención de Meng Wanzhou, alta funcionaria de Huawei e hija del dueño de Huawei, Ren Zhengfei, éstas han continuado al día de hoy: apenas el viernes 15 de mayo de 2020 el Departamento de Comercio de Estados Unidos exigió una licencia de exportación para cualquier empresa proveedora de semiconductores de Huawei, cuyos productos contaran con software o diseño estadounidense y/o de origen estadounidense.

Ren Zhengfei y Meng Wanzhou
Ren Zhengfei y Meng Wanzhou (Fotografías: CNN).

Esta nueva ley, a ser implementada desde el 29 de junio de 2020, es mucho más restrictiva que medidas anteriores –orientadas a fabricantes de semiconductores estadounidenses– y afecta a buena parte de la red de proveeduría de Huawei, incluyendo a empresas de Taiwán (TSMC) y de otras nacionalidades, con repercusiones para otras potenciales empresas en el futuro bajo el argumento de la “seguridad nacional” (estadounidense). El objetivo es explícito: impedir el éxito de Huawei con su tecnología 5G como baje global de las telecomunicaciones en el corto y mediano plazo.

Quinto. Apenas el 11 de mayo de 2020 la Administración Trump ordenó a un fondo de inversión de trabajadores del gobierno federal (TSP) de Estados Unidos no invertir en acciones chinas: las implicaciones para los flujos financieros –también de China en Estados Unidos– pudieran ser dramáticos en el corto plazo.

china y estados unidos
Ilustración: El Finaciero.

Todo lo anterior invita a examinar la relación EEUU-China como una relación entre dos grandes economías en plena competencia y con implicaciones mucho más allá del comercio. Es también de la mayor relevancia contrarrestar las “ilusas” opiniones de medios, funcionarios y organismos empresariales que insisten que México “automáticamente” se verá inundado por inversiones chinas ante estas tensiones. No existirán tales inundaciones y no se verifica empíricamente al día de hoy y hasta que las autoridades mexicanas –SHCP, SRE y Secretaría de Economía– no se tomen en serio la relación con China y consideren e implementen las ya existentes y propuestas agendas estratégicas México-China.


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La vida no será la misma después del coronavirus

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Como será la vida después de la pandemia del coronavirus

La OMS advierte que la vida después de la pandemia del coronavirus no será igual que antes. La humanidad no volverá ‘a la normalidad’.

La pandemia del coronavirus que actualmente vive el mundo se superará, pero cambiará la vida normal de la humanidad, aseveró este miércoles el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.

“La pandemia de covid-19 eventualmente retrocederá, pero no puede haber una vuelta atrás a los negocios como siempre”, dijo el médico durante una rueda de prensa en línea.

“No podemos seguir apresurándonos para financiar el pánico, dejando de lado la preparación. A medida que trabajamos para responder a esta pandemia, también debemos trabajar más duro para prepararnos para la próxima. Ahora es una oportunidad para sentar las bases de sistemas de salud fuertes en todo el mundo, algo que ha sido ignorado por mucho tiempo”, continuó Ghebreyesus.

Asimismo, desaconsejó levantar las restricciones demasiado abruptamente. “El riesgo de volver al bloqueo sigue siendo muy real si los países no gestionan la transición con mucho cuidado y con un enfoque gradual”, pronunció el jefe de la OMS.

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Los inmunes y las pruebas masivas para identificarlos

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La pandemia del COVID-19 está generando escenarios nunca antes inimaginables. Hasta el día de hoy, hay en el mundo alrededor de 3.1 millones de casos confirmados y más de 200 mil muertes. Estados Unidos, por ejemplo, sufrirá más muertes que en todas sus guerras juntas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Además de las lamentables muertes, se aproxima la más grave crisis económica global desde 1929, la cual ya comienza a materializarse, y los gobiernos se dan cuenta que de poco servirán los paquetes de ayuda económica si la gente sigue en aislamiento, sin trabajar ni consumir.

Esta crisis, a diferencia del colapso financiero de 2008, no es un problema originado por la falta de demanda –que se resuelve, en parte, con programas de asistencia social para que la población tenga dinero y pueda consumir–, sino por la falta de oferta, ya que esta situación ha llevado al paro de actividades tanto económicas como sociales. Por lo tanto, es fundamental que la gente pueda regresar a trabajar, producir y por ende, consumir.

Es por ello que la búsqueda de personas inmunes al COVID-19 ha comenzado en los países desarrollados. Los inmunes son aquellas personas que fueron infectadas, o bien asintomáticos, que ya se encuentran recuperadas y fuera de peligro. Ellos serían la primera línea de batalla para reactivar la economía, siendo los que pueden apuntalar la fuerza laboral.

vacunas contra coronavirus
Ilustración: Behance.

Importantes voces de la ciencia como Anthony Fauci, director del NIAID y asesor de Trump, así como Gérard Krause del Centro Helmholtz en Alemania,  han hecho pública su opinión sobre el tema y apuestan a que las personas recuperadas –y las asintomáticas– tendrán inmunidad por varios meses, quizás hasta dos años, y no podrán transmitir la enfermedad en ese periodo. Por ello, no tiene sentido mantenerles en encierro, y lo ideal sería volcarlos a las actividades productivas y como voluntarios, lo antes posible, tomando las medidas de precaución necesarias.

Así, al estilo Gattaca, países discuten políticas para identificar a sus inmunes. La Unión Europea por su parte puso en marcha el 15 de abril la hoja de ruta para levantar gradualmente las medidas de contención impuestas en todos los países miembros tras el brote de coronavirus. Sin duda, una de las estrategias propuestas para reactivar las actividades es la aplicación de pruebas rápidas para identificar la inmunidad adquirida por parte de la población.

“Pasaporte COVID” (España y Chile); “Pasaporte de Inmunidad” (Reino Unido); “Certificado de Inmunidad” (Alemania); “CoronaCorps” (Estados Unidos), son algunos ejemplos. Además, estas pruebas son ya una iniciativa puesta en marcha en países como China y Singapur.

La estrategia consiste en aplicar pruebas masivas para identificar al mayor número de inmunes posible. De ahí la súbita aprobación de las pruebas rápidas de antígeno-anticuerpo por parte de la Food and Drug Administration (FDA), el 2 de abril. Incluso, Deborah Birx, coordinadora de la iniciativa en Estados Unidos, ha llamado a las universidades a que desarrollen la capacidad de aplicar el mayor número de pruebas posibles.

inmunes al coronavirus
Ilustración: 20 minutos.

Además este grupo no solamente sería útil para reactivar la economía, sino que pueden ser una pieza clave para disminuir el índice de mortalidad del virus, ya que mediante la donación de plasma pueden contribuir al estudio y desarrollo de tratamientos para el COVID-19. En Estados Unidos, la FDA está desarrollando técnicas de tratamiento avanzadas para tratar este virus, que involucran precisamente a personas que ya se recuperaron, y quienes donan sus plaquetas para tratar a los que se encuentran luchando contra el virus.

Según Zheng Jin, portavoz de la Comisión Municipal de Salud Oriental China, la sangre de las personas que han sido dadas de alta en los hospitales, contienen anticuerpos que podrían ser útiles para el tratamiento de otros pacientes infectados. Con ello, se hace un llamado para que estos pacientes donen sangre para el tratamiento e investigación del COVID-19.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud advierte que la implementación de estos pasaportes representa un riesgo para la propagación del virus, ya que aún no existen pruebas suficientes para asegurar que las personas recuperadas del COVID-19 estén libres de una recaída. Es por ello que hace un llamado a los gobiernos nacionales a no bajar la guardia con las medidas de seguridad.

Pero el identificar una nueva “clase” de personas con características biológicas específicas es, sin duda, un arma de dos filos, con profundas implicaciones bioéticas y jurídicas. Esta iniciativa conlleva la discriminación laboral de facto a las personas que no han sido infectadas, y generaría incentivos al contagio voluntario de los grupos sociales supuestamente menos vulnerables al COVID-19, pero más necesitados. Vivimos tiempos extraordinarios.


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