Observador Auto-referente

No hay excusas para seguir separados

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Estamos viviendo una crisis integral que está guiando a la humanidad hacia un nuevo paradigma para rediseñarse.

El mayor reto que enfrentamos va más allá de lo que ya sucede frente a nosotros como experiencia física. Es momento de pasar de la era de la supervivencia a la era de la consciencia. Hoy contamos con la oportunidad de pasar del piloto automático hacia las acciones conscientes que nos permitan reconstruir nuestro ambiente.

Cuando vivimos una experiencia disruptiva, como lo que enfrentamos hoy, es una señal de que debemos parar y dejar de “descargar” los patrones del pasado. Si no lo hacemos, estamos construyendo una realidad predecible y cíclica de nuestras experiencias. Pasamos por lo mismo una y otra vez, por lo que no existe transformación alguna que nos permita acceder a nuevas posibilidades.

Tenemos el poder de elegir si avanzamos con voluntad, abiertos de mente y corazón, o si nos alejamos de la posibilidad de transformarnos al actuar por ignorancia, odio y miedo. Cuando logremos rescatarnos en lo individual, entonces podremos hacerlo en lo colectivo. Es una decisión de querer pasar del estado inconsciente de separación en que nos encontramos, hacia un reconocimiento consciente para vivir interconectados.

consciencia del mar
Imagen: Opener.pl.

¿Para qué llegar a este estado de consciencia? ¿Realmente podremos rediseñar un mejor sistema de vida en nuestro planeta? Aunque parezca simplista, si vivimos en la consciencia de la interconexión con el planeta y los seres vivos que lo habitamos, seguro cambiaríamos las prácticas auto-destructivas que hoy tenemos.

Podemos iniciar observando el daño que nos hemos hecho como un ente integral. El impacto y huella ecológica que hemos ido dejando en nuestro caminar por el consumismo es un ejemplo claro, al igual que la guerra del racismo que hoy sigue en pie en el mundo o la desigualdad humanitaria que promueve el hambre y la pobreza. Si realmente nos sintiéramos interconectados seguro nada de esto sucedería.

Lo más importante es que esto ya comenzó. De alguna forma la crisis que vivimos ahora nos ha permitido voltear a ver a la persona o familia que está pasando por peor momento que nosotros para tenderles la mano. Hemos visto la valentía de los que se han lanzado a enfrentar las mentiras de los que hoy tienen el control del planeta. Se ha mostrado el desacuerdo por el racismo después de haber gritado por el maltrato a la mujer. Se empieza a construir una consciencia colectiva que, si queremos, puede llegar a ser la próxima súper potencia mundial.

seguir separados
Imagen: La Opinión de Murcia.

Esto no sucederá de la noche a la mañana, pero si no lo aprovechamos hoy, se nos estaría desvaneciendo la oportunidad real para transformarnos y re-humanizarnos de una vez por todas. Es momento de tomar consciencia de las reglas que rigen nuestro comportamiento colectivo y darles la vuelta. Al tomar acciones desde lo individual en el día a día, podremos hacer surgir un nuevo patrón de acción colectiva que opera desde una consciencia del todo.

Vienen tiempos aún más severos para todo el planeta que tendremos que enfrentar. Éste es el futuro predecible que podemos observar por nuestros comportamientos. La única forma de crear un nuevo futuro no proviene de lo que hemos hecho antes para salir de las situaciones que hemos vivido, sino de una ruta alterna que no depende de lo que ya sabemos. Unámonos a esta nueva aventura con la conciencia como nuestra guía.

No hay excusas para seguir separados viviendo en la competencia por la supervivencia. Empecemos contestando individualmente la pregunta: ¿Estoy dispuesto a despertar y abrazar un nuevo futuro para la humanidad?


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¿Podemos cambiar el futuro de nuestra historia?

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Si la humanidad ha entrado a un sistema autocreado de forma inconsciente y en el que se vive en piloto automático día a día, es claro también que debe haber una salida.

Hemos creado un sistema en donde nosotros mismos nos atropellamos. La depresión, la ansiedad y  el miedo colectivos se han convertido en un statu quo que nos mantiene en un estado alejado al propósito por el que estamos aquí, que es disfrutar la vida. No debemos aceptar las enfermedades comunes como algo normal y menos aún quedarnos con los brazos cruzados esperando a que alguien nos diga cuánto durará la pandemia. Es momento de mirar al interior de nosotros mismos para encontrar un mejor camino para la humanidad.

Augusto Cury
El psiquiatra Augusto Cury, (Imagen: Periodista Digital).

En la película “El vendedor de sueños” basada en la novela homónima de Augusto Cury, existe una frase que empata perfectamente con lo que estamos viviendo: “Te regalo una coma para poder parar y que sigas escribiendo la historia de tu vida”. ¿Será momento de parar en nuestras vidas? ¿Tendremos la valentía de hacernos responsables de todo lo que sucede sin culpar a los demás? ¿Estamos dispuestos a cambiar de un sistema inconsciente a un presente consciente?

Si seguimos en la carrera de la vida, persiguiendo la “zanahoria de la felicidad”, ciclados y repitiendo los mismos patrones, estaremos claramente destinados a crear un futuro predecible. Lo que pensamos, sentimos y actuamos es lo que va sembrando el camino, por lo tanto, no requerimos de catástrofes como una pandemia para darnos cuenta de que algo está mal en el sistema. Darnos cuenta de que tenemos el verdadero poder de crear desde un presente consciente, nos permite crear un nuevo futuro.

máscaras, consciente
Ilustración: Kathia Recio (Nexos).

Es momento de tomar en serio a la humanidad y dejar de buscar una razón para querer entenderla. El poder de transformarse y sumar para lograr cambios colectivos existe en cada ser humano; es tan simple que no lo queremos ver. El paradigma describe que las transformaciones se ubican en el futuro y se requiere que pase mucho tiempo para ello. Hablar del futuro es hablar de algo que aún no existe. Pensar en el futuro se convirtió en algo tan importante para la humanidad que ha tenido diferentes representaciones en el contexto histórico.

El sociólogo André-Clément Decouflé comparte tres formas de cómo el futuro fue atendido desde diferentes prácticas según la época. En la Antigüedad, desde el contexto mágico-religioso, surgieron las prácticas de la adivinación y profecía ligadas a la imagen de futuro como destino. En el contexto literario ligado al advenimiento de la sociedad industrial y el auge de la idea del progreso, plantearon la posibilidad de usar la imaginación para crear futuros distintos teniendo como imagen el porvenir. Finalmente, a partir del siglo XX los científicos, filósofos y tecnócratas crean los estudios incorporando el largo plazo y de acuerdo a datos históricos para darle al futuro la imagen de devenir.

Si cada una de estas representaciones del futuro ha tenido su tiempo de vida y se ha ido incorporando a las demás, ¿por qué no hemos podido crear uno mejor para todos?, ¿estamos en el momento de re-significar este concepto? Si el sistema en que vivimos nos mantiene creando futuros que no nos gustan, ¿será que no debiéramos mirar hacia él?

camino y el futuro
Imagen: SKF Evolution.

Estas respuestas son clave para que, desde hoy, podamos decidir de forma más consciente un camino para la re-humanización. Esto significa que nos descubramos como un solo clan que ha venido a co-crear y colaborar para disfrutar cada momento de nuestra vida en el planeta. Por esto, es importante priorizar la consciencia del presente. Lejos de la inteligencia que creemos tener para construir el futuro. La oportunidad está en saber que el camino nos llevará a un destino, pero lo importante será poder caminar.

Sí es posible crear un nuevo futuro que deje de ser predecible por el pasado. El reto está en romper con nuestra idea de destino, porvenir y devenir. Pasar a un nuevo paradigma que nos permita disfrutar el presente y que nuestro futuro se construya desde ahí. El inicio del camino está en abrazar la incertidumbre y convertirla en la gran aventura de nuestras vidas. ¿Estás listo para cambiar el futuro de nuestra historia?


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El día en que terminó la pandemia

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Se escuchaban los pájaros al amanecer, mientras las luces se encendían más temprano de lo que había sido normal en los últimos meses. Todos teníamos un plan: salir de la guarida que nos había transformado en alguien diferente.

Una mayoría salió a la calle a cruzar las miradas con sus vecinos. Las lágrimas derramadas mostraban el duro pesar que se había cargado por el miedo y la incertidumbre. Ahora nos podíamos ver y reconocer que todos habíamos cambiado. Algunas familias contaban con menos miembros y aun así salían a buscar un abrazo para sentir el apoyo y consuelo que no tuvieron.

Mientras el tráfico regresaba a la “normalidad”, se observaba que las sonrisas eran más comunes que antes de la pandemia. Algo había diferente en eso. Los niños veían a los pájaros y saludaban por las ventanas de los autos con una gran emoción. Algunos de los puestos de comida no estaban más. Ese día Don Juan, el de los jugos, no regresó a su esquina a regalar sonrisas. Antes de la cuarentena él sabía que sus jugos no eran lo más importante, sino un momento de alegría que el mundo necesitaba.

Algunos comercios ya no estaban abiertos. Se veía algo de basura en las calles y a su vez gente deteniéndose a recogerla. Nadie quería regresar a una ciudad sucia después de haber terminado la guerra contra el virus y todo lo que trajo con él. Éste era un gran día y nada podría opacarlo.

el dia en que termino la pandemia
Ilustración: T T.

Ese sábado no era precisamente un día para trabajar aunque muchos necesitaban de ello. Algunos salieron a las calles sólo para ver si era cierto que todo había terminado. Una mayoría fue a visitar a su familia y amigos. Se veían sonrisas y lágrimas por todos lados, mientras algunos tenían que pasar a reclamar los cuerpos de sus fallecidos para cerrar su ciclo en paz.

La tecnología y redes sociales servían ahora para mostrar fotos de encuentros y registro de lo que ya no se encontraba dentro de aquella “normalidad” que había cambiado por completo. Se acabaron los encuentros digitales y comenzaron de nuevo los físicos. Seguían los cuidados de distanciamiento social, aunque en este momento eso no era tan malo.

Las emociones eran muchas y nos enfrentábamos a una nueva realidad. Para aquellos que habían salido heridos de la batalla, sin empleo o negocio existía una tristeza que a su vez se convertía en empuje para buscar un nuevo comienzo. La sorpresa fue encontrar que había más seres humanos queriendo ayudar a los que más lo necesitaban. Algunos compartiendo alimento, otros trabajo, unos más orientación y apoyo para dar la mano a los menos privilegiados. Había incrementado la presencia del ser humano consciente en la sociedad. Ese día empezaba un nuevo ciclo para todos.

Durante las primeras horas, las personas pudieron ver más claramente qué sucedió mientras estuvieron en confinamiento. Había verdaderos líderes que fueron un barco para muchos que lo necesitaron mientras se cruzaba el mar de la incertidumbre durante la guerra. Se podía distinguir muy bien entre los empresarios que tuvieron miedo o ambición y los que hicieron la diferencia para mostrar que sí hay esperanza para llegar a un futuro mejor cuando vamos todos juntos.

Los políticos estaban claramente identificados entre los que usaron la pandemia para campaña personal, aquellos que se corrompieron o los que hicieron algo diferente por la gente. Salieron a relucir los mentirosos, los que jugaban con los medios para atraer seguidores y los que sólo estaban ahí para llenarse las bolsas de dinero. Todo se podía ver de manera notable y eso no lo esperaban.

el dia en que termino la pandemia
Ilustración: Joey Guidone.

Los temas económicos eran poco alentadores. En algunas regiones había grandes manifestaciones contra los gobernantes y empresarios que no supieron hacer bien las cosas. Surgieron los nuevos líderes. El mundo podía ver diferente y ahora el planeta estaba en un punto de inflexión para cambiar el rumbo de la historia. Aun y que los ciudadanos se sentían con menos poder que antes frente a los cambios de regulaciones y el compromiso adquirido de los apoyos recibidos por algunos gobernantes, había algo en los corazones que les decía que esto no podía seguir igual.

El primer gran cambio para la transformación humana había sucedido. Estábamos en un momento en donde la consciencia estaba más presente y el ego más ausente. Se notaba que había más unión y la gente ya no estaba dispuesta a dejarse controlar.

Se podían observar los nuevos perfiles de las personas transformadas que se enfocaban en reconstruir y no en seguir destruyendo. Circulaban por las calles ayudando, dando esperanza y sumándose a una nueva guerra contra la deshumanización. El consumismo ya no era la regla,  por lo tanto los animales y áreas verdes estaban por recibir ese regalo. Se gestaba una nueva clase de ser humano que daba el primer paso hacia una consciencia colectiva.

Ese día por la noche se pudo dormir mejor sabiendo que empezaba una transformación hacia la re-humanización en nuestro planeta y esto se convirtió en una esperanza para todos.


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¿Te has detenido a observar la frustración?

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El mayor reto que podemos enfrentar hoy no es la guerra contra el coronavirus, es el cambio de consciencia. ¿Estamos listos para observarnos más allá de las expectativas?

En esta crisis nos hemos puesto a la defensiva con nuestro escudo del miedo, alejándonos de todo, hasta de nosotros mismos. Si observamos bien, existe una mayoría quejándose o haciendo “memes” acerca de lo difícil que es estar en casa alejado de nuestra vida “normal”. En las redes sociales se leen mensajes como “No puedo dormir”, “He comido de más”, “No aguanto a mi marido”, “¿A qué hora regresan los hijos a la escuela?”, “Ya amo a mi jefe”, “Ya me acabé el Netflix”, “Ya no sé qué hacer”, entre muchas otras que provienen del mismo trasfondo que es: la frustración.

La frustración como todos los sentimientos, es una reacción biológica de nuestro organismo. Se trata de algo natural y el primer acto inconsciente que podemos cometer es suponer que no debe aparecer nunca. Como este sentimiento no nos gusta, inconscientemente lo negamos cuando aparece y lo que termina sucediendo al evitar la frustración, es más frustración.

frustracion enmascarada
Ilustración: Tania Yakunova.

El filósofo Séneca afirmaba que la frustración es el camino más rápido hacia la locura. Lo que consideramos normal determina cómo reaccionaremos ante este sentimiento. Una fuente muy común de problemas está en las expectativas, ya que las cosas no suceden como nos las imaginamos. El mundo es muy complejo y el futuro es impredecible, nada sale ni tan bien ni tan mal como esperamos, o al menos no de la forma que tenemos planeada. El exceso de confianza en el pensamiento positivo puede volverse contra nosotros.

Séneca en sus “Cartas filosóficas” (o Epístolas morales a Lucilio) define que la naturaleza es la que nos da la lección más elegante acerca de las necesidades a las que nos hallamos sujetos. El invierno trae el frío: tenemos que sufrirlo. El verano nos devuelve el calor: tenemos que soportarlo. La inclemencia del tiempo ataca la salud: tenemos que sufrir la enfermedad. Nos encontramos con una fiera en cualquier lugar, y con el hombre, más perjudicial que todas las fieras […] Tal estado de las cosas no podemos cambiarlo. […] A esta ley de la naturaleza debe adaptarse nuestro espíritu; a ésta debe secundar, a ésta obedecer […] Es una disposición excelente la de soportar lo que no puedas enmendar.

Si esperamos que las cosas salgan siempre bien, estamos abonando el terreno para sentirnos frustrados muchas veces. Existen abundantes motivos por los que los planes pueden torcerse y no todos pueden ser previstos. Estamos en el mejor momento en esta crisis, para asumirnos con todo lo que pensamos y sentimos porque eso es lo que somos cada uno de nosotros aquí y ahora, negarlo sería contraproducente.

pandemia y salud mental
Ilustración: Rachel Katstaller.

Imagina que pudieras en este momento escapar de esta frustración que vivimos hacia algún lugar lejano, ¿acaso no has pensado en querer escaparte y salir de donde te encuentras en este momento? Como no hemos aprendido a observarnos de forma consciente para asumir nuestra realidad, insistimos en buscar otros lugares donde sentirnos mejor. No nos damos cuenta de que nuestros vicios nos seguirán a donde vamos, y como dijo Sócrates: ¿Quieres saber por qué esa huida no te reconforta? Huyes contigo mismo. Tienes que descargar el peso del alma; hasta entonces ningún paraje te agradará.

Es momento de pasar de una postura defensiva-inconsciente a una ofensiva-consciente. Nuestra oportunidad la descubriremos frente a nosotros en el momento en el que dejemos a un lado los vicios del juicio y la negación, para pasar al entendimiento y a la aceptación. No hay forma de que nazca la creatividad ante un entorno de frustración, por lo tanto, si queremos realmente salir de este entorno que no nos gusta, habrá que liberarnos de nosotros mismos.

Abracémonos estando conscientes de nuestra frustración. Aprendamos a observarnos en autoreferencia sin juicio ni culpa. De la crisis aceptemos que no tenemos el control para detenerla pero sí para decidir cómo vivirla. En lo individual preguntémonos sinceramente ¿Quién estoy siendo ante mi frustración? y ¿Cómo decido vivir de ahora en adelante?


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¿Estás presente o ausente en esta crisis?

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Hoy la crisis por el COVID-19 nos encierra y separa físicamente y nos enfrenta a una decisión importante: ¿Me preocupa sólo de lo que tiene que ver conmigo o me abro también a lo de los demás?

Si la crisis del coronavirus nos ha enseñado algo, es que cada uno de nosotros, por separado y en conjunto, podemos cambiar el sistema en el cual vivimos. Hace apenas un par de meses veíamos al virus de Wuhan muy alejado de nuestra realidad y hoy lo tenemos enfrente. Esto nos muestra cómo es que todos estamos interconectados, por ello, actuar unidos nos puede abrir las posibilidades para cambiar el sistema.

En México apenas empezamos, así que nuestro mayor reto es que podamos construir un contra-sistema en donde juntos, gobierno y sociedad, tomemos consciencia de lo importante que es lo que estamos enfrentando. Si no entendemos esto, sería como correr con los ojos vendados.

ausentes para estar presentes
Ilustración: Monkc.

Es momento de disminuir la velocidad, hacer una pausa y quitarnos las vendas de los ojos para ver qué está pasando. Todos debemos compartir información de manera transparente y lejos de la polarización. Nuestra oportunidad es que avancemos juntos de manera más consciente y más intencional, para que los resultados positivos ante la crisis impacten colectivamente y por ende aprendamos.

Este momento de disrupción nos enfrenta a tomar una decisión que puede venir del ego o de la consciencia. Dependiendo de esto es que podríamos re-programar el sistema o quedarnos en donde mismo. Si viene del ego, nos enfocaremos a cerrarnos, alejarnos de los demás, y preocuparnos únicamente por nosotros mismos. Si viene de la consciencia, nos abriremos para avanzar hacia los demás, apoyar y consolar a quienes necesitan ayuda. Por lo tanto, aunque el distanciamiento social físico es necesario ahora, no significa que nuestra condición interior deba cerrarse.

Es momento de observarnos en autoreferencia para darnos cuenta en lo individual si estamos ausentes o presentes. No importa si en este momento la mayoría está ausente por enfrentar la crisis desde el miedo, enojo, ambición o nuestras reacciones inconscientes de supervivencia. Lo importante es hacerlo consciente para entonces asumir nuestro lugar y decidir pasar al estado presente.

sociedad ausente
Imagen: El Sol de México.

Hoy tenemos la oportunidad de reinventarnos y dejar atrás lo que se cae a pedazos de nuestro sistema. Será duro enfrentar lo que nos impacta a la humanidad en temas de dolor y angustia, sin embargo, esto podrá suceder de forma distinta si nos hacemos presentes. Durante este duro trayecto que sigue a caminar, hay que preguntarnos conscientemente ¿cómo es que queremos vivir y trabajar juntos el día de mañana?, ¿cómo podemos rediseñar nuestros sistemas de aprendizaje que integren la mente y al ser humano?, y ¿qué vamos a reconstruir en el planeta y para las próximas generaciones?

No cabe duda que la decisión que tomemos hoy comprometerá el futuro de la humanidad. Si seguimos ausentes continuamos con la des-humanización, si decidimos estar presentes nos re-humanizamos. Al final todo converge en un solo punto, empujar o restringir la evolución consciente del ser humano.

Para entender todo lo que está sucediendo y obtener una visión integral, es necesario detenernos, observar sin juicio y sin desasociar nada. Al hacerlo en autoreferencia podemos descubrir en dónde tenemos las posibilidades para estar presentes dentro de la fórmula de una sola humanidad.

Cada uno decide en qué momento integrarse a la ecuación para que ésta cambie el sistema en el que vivimos. El tiempo y resultado dependerá de la respuesta en lo individual al preguntarnos: “¿Decido estar presente o ausente en esta crisis?”.


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La pandemia del inconsciente

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¿Podrías creer que en este momento hay algo que se contagia más rápido que el coronavirus y no es una enfermedad? Sí, el miedo. Todos lo hemos mencionado aunque en el fondo, quizás no lo entendamos realmente.

No nos hemos dado cuenta de que después del contagio del miedo estando en medio de una pandemia, se abren más posibilidades a que todo termine peor. Las compras de pánico tienen como resultado la escasez de medicamentos, kleenex, cubrebocas, geles y productos antibacteriales, que por comprar en exceso no alcanza para todos.

¿Y el papel higiénico? Éste es un miedo instalado en nuestro inconsciente por la época de los 70 cuando se vivió una crisis parecida y este producto junto a otros estuvo en escasez. El pánico hace que ni siquiera nos detengamos a observar este tipo de fenómenos que terminan hoy en memes sin ningún entendimiento. El papel es más barato que el kleenex y en aquella época no existían tantos fabricantes ni la logística que hoy tenemos en el planeta para tener mejor disponibilidad. Hoy el primer ministro de Inglaterra les comunicó a sus ciudadanos que no se preocuparan, hay papel para 10 años más.

incosciente y cubrebocas
Ilustración: Joseflee

En la mayoría de los casos ni siquiera sabemos definir a qué le tenemos miedo. ¿A enfermarnos? ¿A no tener papel para ir al baño? ¿A morir? Y mientras, las redes sociales siguen en su juego mostrándonos nuestro inconsciente colectivo. Podemos ver cómo seguimos polarizados y de eso no nos damos cuenta. Inclusive con videos “fake” y chats con documentos editados para desprestigiar a las autoridades o simplemente generar más miedo en la sociedad. La gente enviando mucha información falsa sin revisar su fuente. ¿A dónde vamos con todo esto? ¿Por qué no paramos un momento?

Otro tema que podemos observar en esta contingencia, es cómo estamos desconectados en el día a día de los demás. Nos conmueven acciones colectivas de cantos, porras y felicitaciones en videos de otros países y, esto, no es más que una forma de decirnos que vivimos dormidos de la vida que nos rodea. ¿Y si aplaudiéramos a los médicos y enfermeras que día a día se la juegan en los hospitales sin necesidad de estar en una pandemia? ¿Y si le dejamos un pastel en la puerta a aquella señora de la tercera edad que vive sola el día de su cumpleaños? Nunca se nos hubiera ocurrido. Pero eso sí, pagamos millones de nuestro dinero e idolatramos a personajes públicos que sólo nos traen entretenimiento y nos olvidamos de quienes realmente cada día luchan por mejorar o cuidar este planeta así como de los que viven a nuestro alrededor.

En el 2015 cuando Bill Gates compartió que no nos preocupáramos por una guerra de armas sino por una pandemia, pocos le entendieron. Hablaba de estar listos para enfrentarlo y no se hizo nada. Hoy necesitamos hospitales y equipos especializados que estén presentes en todo el mundo así como una cultura global consciente para prevención y reacción inmediata. Una cultura sustentada en la calidad humana que integre prácticas que nos permitan atender las necesidades principales de la sociedad para que nadie se quede a la deriva. Ahora que estamos frente a la prueba de la pandemia es momento de preguntarnos, ¿qué podemos hacer hoy?, y ¿qué vamos a hacer después de librarla para no regresar al pasado?

coronavirus y el inconsciente
Ilustración: South China Morning Post.

Nadie se salva de tener que hacer algo ya sea en la prevención o en la reacción. Lo que se requiere hoy son liderazgos que se encarguen de mantener la calma y a su vez que construyan una sola voz que permita dar a conocer y ejercer las medidas pertinentes. Líderes que organicen a la sociedad para que sea mínimo el porcentaje de personas lastimadas en cuanto a pérdida de empleos, alimento y atención médica.

Lo que sí es seguro es que tendremos que aprender a hacerlo juntos y trabajarlo conscientemente después de la pandemia. No dejarlo como un simple motivador de unión de los malos tiempos, sino también en los buenos tiempos, ya que no para todos son siempre buenos y eso se nos olvida cuando, en colectivo, no estamos viviendo un miedo como el que hoy existe. Sería lamentable que todo esto se quedara como algo del pasado sin aprendizaje consciente.

Observémonos cada uno en autoreferencia para entender de dónde viene el miedo y darnos cuenta de que lo abonamos cada día con tanta información. Lo importante es enfrentar a esta pandemia cuidando que el inconsciente deje de motivarnos al miedo y enfocarnos en abrir la conciencia. Ya sabemos cómo prevenir su esparcimiento y no necesitamos ir muy lejos de donde residimos para ayudar. Hay muchas personas a nuestro alrededor que no la pasarán bien y que serán el claro reflejo de lo que al final decidamos al actuar conscientemente, o si nos quedamos sumergidos en el miedo. Tú, ¿estás dispuesto a aprender de la pandemia o requieres otra prueba más?


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Es momento de Re-Humanizarnos

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Nos hemos encargado de buscar la respuesta a nuestras preguntas en el exterior, cuando todas las respuestas vienen de nuestro interior. Nos hemos “Des-Humanizado”.

No nos damos cuenta de que las situaciones que están acabando con la humanidad han sido creadas por nosotros en la búsqueda de la felicidad por el apego a las cosas, personas y experiencias del ego. Hemos perdido la brújula consciente de nuestra evolución hasta el punto en que estamos acabando con todo lo que nos da vida en este planeta.

El ser humano, a lo largo de su experiencia en la sociedad, ha sido autor principal de grandes cambios en la historia: económicos, políticos, sociales, educativos y tecnológicos. En estas circunstancias ha dejado a un lado su humanidad hacia él mismo y hacia los demás, originando una sociedad donde priman intereses personales mas no colectivos. El objetivo del ser humano se volvió egoísta, buscando sólo el bienestar individual.

des humanizacion
Ilustración: Jim Pavlidis.

Vivimos en una sociedad inconsciente a la que se le dificulta discernir entre lo bueno o lo malo. Las personas únicamente actúan sin pensar y cuando toman conciencia del daño, ya es demasiado tarde. Es ahí donde la educación tiene un papel fundamental en esta carrera contra el tiempo y la humanidad. Desde este punto de vista debemos descubrir nuestra capacidad de estar conscientes de la realidad que se vive, sus causas y consecuencias.

Hoy el ser humano se enfrenta a una crisis de valores. Afrontar esta crisis de valores es centrar nuestra reflexión sobre la persona humana en la cual se encuentra la raíz fundamental de esta degradación moral. Es imprescindible que todos los valores adquieran un rostro humano. En la persona y, particularmente en su conciencia, se asume su verdadera dimensión ética y moral. Fuera de esto, no tiene ningún sentido hablar de desarrollo social, político, económico, jurídico y educativo.

Es momento de no perder más la brújula humana. Empezar a educar de forma diferente a las nuevas generaciones, usar la tecnología para humanizar en vez de des-humanizar y crear nuevos liderazgos que puedan llevar este reto humano a otro nivel de consciencia, nos permitirá Re-Humanizarnos.

¿Qué vamos a hacer en el momento en que nos alcance por completo la Inteligencia Artificial y desvalorice aún más a un gran porcentaje de personas? ¿Hay alguien creando industria de trabajo o educación para los humanos? ¿Estamos realmente atentos a los retos que esto traerá consigo aunado a todo lo que hoy vivimos?

re-humanizarnos
Ilustración: Comfama.

El futurista Gerd Leonhard nos dice que: Es momento de transcender a la tecnología, no a la humanidad. Por eso la educación del futuro debe incluir el desarrollo de mejores humanos, más allá del conocimiento como base para la creación y aprovechamiento de la ciencia y la tecnología que seguirá evolucionando constantemente.

Podemos atender las situaciones que hoy enfrentamos a nivel social, económico y político. Será muy importante que en esta nueva década construyamos el futuro que permita Re-Humanizarnos y, por lo tanto, obtener una sociedad que colabore por el sostenimiento de la raza humana y los seres vivos que habitan con nosotros.

No es machismo ni feminismo; es humanismo. Si no nos vemos todos incluidos, no habrá forma de resolver lo que hoy tenemos enfrente y lo que viene mañana. La oportunidad está en recuperar la confianza en nosotros mismos. Darnos cuenta de que hacerlo separados sólo nos pone a competir sin permitirnos llegar a todos al mismo sitio. Si no lo hacemos conscientes esto acabará, por mucho, con la calidad de vida en nuestra sociedad, haciendo evidente que cada día se encuentra más separada.

Como seres humanos, nadie es más importante que otro, ninguno tiene más que otro. Sólo tenemos que quitarnos las máscaras que hemos acumulado para navegar por la vida, para encontrar el verdadero propósito dentro de nosotros. El único rol que tenemos es el de “ser humanos”, y eso se logra siendo libres del ego que nos separa de todo y de todos. Es momento de observarnos en autoreferencia para descubrir que detrás de cada uno de nuestros pensamientos y de lo que creemos que somos, hay un ser humano que espera vivir al máximo siendo parte del entorno y de quienes lo rodean. ¿No quieres al menos intentarlo?


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Todos somos responsables de los feminicidios

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Apuntar y diagnosticar culpables desde la pasividad e inconsciencia nos muestra claramente que todos formamos parte de los feminicidios.

El homicidio en razón del género se denomina “gendercide” en inglés. Fue acuñado por la feminista estadounidense Mary Anne Warren en su libro de 1985 El homicidio en razón del género: las implicaciones de la selección por sexo. Este término se considera neutral sexualmente hablando, en el que las víctimas pueden ser hombres o mujeres. Hay una necesidad de una denominación neutral dado que el asesinato por discriminación sexual es tan malo cuando las víctimas son varones (androcidio) como cuando son mujeres (feminicidio).

Hoy en día el feminicidio ocurre en su mayoría por un “aprovechamiento” de la fuerza física del hombre sobre la mujer. Esto genera un abuso y, por ende, estamos viviendo un sentimiento de enojo que se vuelve generalizado en un ambiente contemporáneo, en donde por décadas se ha luchado por la igualdad de género. 

feminicio y abuso
Ilustración: Isabel Gómez Guizar.

Desde este contexto podemos observar que cada vez que un hombre se aprovecha, por el simple hecho de creer que es más fuerte que la mujer, está abriendo las posibilidades de un feminicidio. Esto no sugiere que en todos los casos lo vaya a perpetuar hasta llegar a terminar con una vida, lo que sí sucede es que se genera un inconsciente colectivo de miedo y debilidad por parte de las mujeres que lo reciben y con esto se abren las posibilidades a nivel colectivo. Como sabemos, nuestros miedos y emociones polarizadas atraen las posibilidades más cercanas a que sucedan.

Desde un piropo mal intencionado, una mirada con intención sexual, o simplemente compartir una foto de una mujer desnuda que genere deseo, abre las posibilidades para fortalecer la creencia de que los hombres podemos tomar a las mujeres como objetos, fortaleciendo inconscientemente las posibilidades de un feminicidio. Claro que, si la fotografía fue generada por la mujer con la intención de que la deseen, ella estaría formando parte de todo el proceso. El hecho es que no nos damos cuenta de lo que construimos día a día hasta que nos topamos con una situación como la que hoy se presenta en México.

La jurista y activista por los derechos humanos Mónica Bayá, opinó que el feminicidio es el asesinato de mujeres por parte de hombres “por el hecho de ser mujeres” y está sustentado en el odio, desprecio, placer o en el sentido de propiedad sobre las mujeres. Este efecto paradigmático masculino, en la mayoría de los casos, viene del estado histórico de compararnos y creer que somos más fuertes físicamente.

El reto es cómo poder atender el feminicidio desde un punto centrado y no polarizado por los roles masculinos y femeninos. No es un tema que puedan sacar solas adelante. Los hombres debemos ser parte constructiva de una nueva relación entre el hombre y la mujer. Ya hay esfuerzos integrales que llevan décadas avanzando, sin embargo, hoy estamos en el mejor momento para impulsar un proyecto de consciencia colectiva que comience a liberar las creencias y comportamientos que participan como contexto de un acto como el feminicidio.

Cruz del feminicidio
Ilustración: Darío Castillejos.

Todos los eventos que se hagan para llamar la atención siempre sumarán presión social para la búsqueda de soluciones. No obstante, se debe incluir un proceso de consciencia que permita que no se queden “sólo como experiencia de las marchas” o, por ejemplo, en la gran propuesta de un día sin mujeres para el próximo 9 de marzo. Es necesario una continuidad de mensajes, actos, eventos y participación de más personas para poder lograr el cambio de consciencia. Al final todos somos actores de este escenario actual que nos muestra cómo es que hemos actuado en el pasado y del resultado que hoy reprobamos.

Tenemos la oportunidad de hacer un esfuerzo de consciencia integral. Es momento de incidir en los paradigmas de los hombres y de las mujeres. El hombre rompiendo los suyos para sumarse al respeto y acompañamiento a la mujer, y la mujer en creer que realmente puede y tiene las capacidades para liderar y atender los grandes problemas que hoy enfrentamos en el planeta. Ninguno por arriba del otro, ninguno en contra del otro.

No será corto el camino, pero sí será necesario pasar del enojo social al coraje con voluntad para hacer que suceda. Asumamos el enojo naturalmente, aceptando que no nos gusta lo que estamos viviendo, y hagámonos todos responsables en autoreferencia de lo que está pasando. Sólo así y desde ahí, encontraremos un camino que permita construir una nueva relación del hombre y la mujer para un mejor futuro juntos. La posibilidad de hacer un cambio evolutivo con un salto cuántico del ser humano será por el camino de la consciencia. 

Yo quiero muchos días de hombres y mujeres juntos, ¿y tú?


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