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¿Quién fue Pepe Faroles?

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Mi esposa Lorena Canto está escribiendo sobre mujeres mexicanas y hace unos días me sorprendió cuando me preguntó “¿Conoces a Pepe Faroles?”. Y ustedes saben que un aficionado a los toros una pregunta de esa naturaleza es un reto a la memoria.

Recordé que en alguna Revista de Sol y Sombra de los cuarenta del siglo pasado había visto ese pseudónimo y eso le comenté pensando que ya había resuelto su duda y, sin embargo, me repitió la pregunta y agregó: “¿Sabes cuál es su verdadero nombre?”. Y ahí mejor le dije, lo desconozco.

Ella entonces me lo dio, se trata de una mujer, no de un hombre; fue Josefina Vicens, gran aficionada que comienza su labor como escritora de crónicas taurinas a principios de la década de los 40, y para 1943 ya escribía en su propia revista Torerías.

Su carácter rebelde y de lucha continua la llevó a fundar en sociedad, su propio espacio periodístico, donde con el de nombre “Pepe Faroles” dejaría huella en los lectores de la época, creando controversias, polémicas y disputas, tanto entre los aficionados como entre los empresarios de la época, uno de ellos, Antonio Algara del Toreo de la Condesa.

cronicas pepe faroles
Firmaba con sus pseudónimos: Pepe Faroles, José García y Diógenes García (Imagen: Isla Minerva).

Curiosamente en el periódico español El Mundo, hace años, el periodista Raúl Rivero apuntó: “Uno de los críticos taurinos del siglo XX mexicano se llamaba Pepe Faroles” –y agregó– “era contemporáneo de un comentarista político que no brillaba demasiado, pero era incómodo y escribía bien”. Firmaba como Diógenes García. En términos taurinos, pinchó en hueso el colega español, pues ése era su pseudónimo de la actualidad política de Josefina, quien dejó dos libros para la posteridad: El libro vacío y los años falsos.

Josefina Vicens solamente acabó sus estudios de primaria, para posteriormente estudiar una carrera comercial de dos años de duración que ella concluyó en uno solo. A pesar de que Vicens considerase no tener cultura académica, no sólo tuvo acceso a los libros en su ámbito familiar; también tuvo una gran voluntad autodidacta para aprender de su experiencia y establecer diversos vínculos con la escritura y con la lectura.

Hija de Sensitiva Maldonado Pardo, maestra tabasqueña, y de José Vicens Ferrer, comerciante español originario de las Islas Baleares, Josefina Vicens nació en Villahermosa (Tabasco) el 23 de noviembre de 1911.

Josefina Vicens firmó con su propio nombre en artículos sobre cine y podía suceder que sus diferentes firmas coincidieran en una misma publicación, averigüé qué otra de sus actividades literarias fue la de los guiones cinematográficos.

Obtuvo el Premio Ariel dos veces, gracias a dos guiones: Renuncia por motivos de salud en 1975 y Los perros de Dios, 1979. Por este último también ganó un reconocimiento de la Sociedad General de Escritores de México, la Diosa de Plata y El Heraldo.

Josefina Vicens
Josefina Vicens, novelista, periodista, guionista de cine y feminista mexicana (Imagen: Anchor).

Muy crítica consigo misma, de todo su trabajo en el cine sólo rescataba tres textos: los ya mencionados y el de la exitosa película Las señoritas Vivanco de 1959, cuya anécdota surgió de la colaboración hecha por otros dos sobresalientes escritores, Elena Garro y Juan de la Cabada.

Sin embargo, la autora forjó amistades con no pocos artistas, como los pintores Pedro Coronel, Juan Soriano, José Luis Cuevas y Antonio Peláez, así como con los escritores Sergio Fernández, Pita Amor, Octavio Paz y Juan Rulfo.

Esta interacción con renombrados artistas se vincula también a sus visitas al “Café París”, en el rumbo de Reforma de la Ciudad de México, que era un espacio común de reunión para muchos artistas de la época.

En aquel entonces, en la crónica taurina sobresalían junto a ella, Esperanza Arellano “Verónica” y Carmen Torreblanca Sánchez Cervantes. Es imposible preguntarle por qué decidió usar un pseudónimo masculino en la crónica taurina.

Sirva como anécdota la de Pepe Faroles, mientras que recordamos la fecha mágica del 5 de febrero, en la que se cumplió 75 años de haberse inaugurado la plaza más grande y cómoda del mundo, La Plaza México.


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La realidad está cambiando muy rápido

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Afortunadamente la fuerza de contagios en el tema del COVID se ha reducido de manera importante, y aunque pudiera llegar una tercera ola, la predicción de los expertos es que sería mucho menos virulenta.

Asimismo, en el tema de vacunación vamos muy lento, y parece ser que para que se logre vacunar al 70% de la población probablemente se alcance esta meta si se trabaja eficientemente y las farmacéuticas cumplen en tiempo y forma con los contratos a los cuales se comprometieron, de aquí a un año. Lamentablemente no es difícil suponer que todavía veremos mucho estrés en este tema, debido a que la demanda excede a la capacidad de producción.

Después de convivir ya un año con esta pandemia es importante analizar los cambios tan vertiginosos e inesperados que se dieron. Es obvio que el mundo cambió, se han dado avances en tecnología que todavía no alcanzamos a digerir, además de que muchos patrones de consumo también cambiaron.

Por ejemplo, si damos una vuelta en los centros comerciales y nos asomamos a lo que era una tienda de trajes, veremos que la oferta la cambiaron a ropa mucho más sport y cómoda. Me parece que muy poca gente está pensando en salir a comprar un traje, una camisa de vestir o una corbata, la cultura ya cambió y la gente que está regresando a sus centros de trabajo llegará vestida de manera mucho más casual y esto será aceptado hasta de manera inconsciente.

construir negocios en la pandemia
Imagen: Impulso Popular.

La resistencia al cambio es una condición humana, pero como en el ejemplo anterior, la tienda de trajes que no acepte cambiar, y cambiar rápido, probablemente su capacidad de resiliencia será mínima.

El cambio en la forma de pensar y de actuar de la gente, no sólo en México, sino en todo el mundo, se está manifestando de manera sobresaliente, es muy difícil prospectar cuáles en realidad serán la nuevas formas de conducta, los gustos, las expectativas, el significado de ser exitosos y cuáles serán los nuevos satisfactores.

Creo que es muy buen momento para reflexionar profundamente si los negocios en los que trabajamos o dirigimos están encaminados a satisfacer las nuevas expectativas y gustos de nuestros clientes y adaptarnos lo más rápido posible a estas nuevas circunstancias, hay que reconocer que el cambio ya se dio y apenas lo estamos digiriendo.

De igual manera creo que tanto los gobiernos, así como sus instituciones, tendrán que cambiar y adaptarse a estas nuevas circunstancias y expectativas de la población, a riesgo de que al no hacerlo perderán vigencia.

Debemos prepararnos y tener la mente muy abierta, la relación con nuestros proveedores y nuestros clientes también está cambiando velozmente. La relación con nuestras instituciones y nuestro gobierno será muy distinta a cómo fue en el pasado, no se trata de que estemos de acuerdo o no, las circunstancias ya no son las mismas y debemos reconocerlo y adaptarnos.

No estoy sugiriendo ser pasivos o resignarnos, al contrario, hay que ser proactivos, y protagonistas de esta nueva realidad que se está materializando para que de alguna manera, en la medida de nuestras posibilidades, impulsemos que estos cambios se den de manera positiva y contribuyan al bien común.


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El yo convertido: cerebro lavado, dogma infligido

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La frase “lavado de cerebro” se ha vuelto de uso común porque parece no sólo posible sino habitual que las personas incautas sean persuadidas o incluso obligadas a aceptar una falsa realidad. Así, cuando alguien mantiene una opinión distinta de la propia, se aventuran explicaciones condescendientes del tipo: “ya te lavaron el cerebro en la universidad”. Ahora bien, la expresión tiene una referencia más precisa y grave porque implica una persuasión coercitiva entre un agente manipulador y una víctima de su voluntad. Se trata de una relación perversa de poder protagonizada por quien intenta controlar el pensamiento, la voluntad y la conducta de otro mediante una manipulación de sus creencias y la eventual convicción de este último de una realidad o una creencia que no tenía, lo cual implica cambios en su identidad (Martínez García, 2013).

Las técnicas utilizadas en la persuasión coercitiva incluyen imposiciones sobre la privacidad personal que repercuten en los procesos cognitivo-afectivos y eventualmente sobre la identidad de una víctima que se halla en una situación de impotencia y dependencia. El control de la comunicación, de la conducta y de las rutinas cotidianas va determinando una percepción cada vez más acotada y deformada de la realidad. La severa desigualdad del poder, la restricción de la libertad y la imposición de la voluntad ajena determinan una progresiva adherencia a los mandatos y a la ideología de la parte dominante. El éxito del intento se plasma cuando la víctima realiza una confesión que manifiesta su convencimiento.

El candidato de Manchuria
Escena de la película “El candidato de Manchuria” (John Frankenheimer, 1962) donde un grupo de prisioneros de guerra sufren de “lavado de cerebro.” Aquí aparecen en actitudes de apatía ante el discurso de su captor.

Esta relación asimétrica y sus consecuencias cognitivas puede darse en diversas formas que fluctúan desde la sugestión de la propaganda, la persuasión impositiva en parejas o familias autoritarias, hasta llegar a las más graves en el cautiverio y formas de tortura en regímenes totalitarios y situaciones de guerra. La expresión “lavado de cerebro” se popularizó en la Guerra de Corea en referencia al tratamiento que se imponía a los prisioneros norteamericanos para impedir su organización y que en ocasiones resultó en la convicción comunista de las víctimas. Se documentó que varios prisioneros, una vez liberados y de regreso a su país, siguieron persuadidos de la ideología de quienes habían sido sus enemigos y captores. Éste es tema de la película El candidato de Manchuria (John Frankenheimer, 1962) realizada durante la paranoia anticomunista de la Guerra Fría. Otros relatos más creíbles e independientes documentan que el fenómeno de la imposición coercitiva es real y poderoso. La película La Confesión (Costa Gavras, 1970) sobre el juicio de Praga a supuestos disidentes en la década de los años 50, retrata las técnicas para persuadir a los prisioneros de que eran traidores a la ideología socialista, y merecedores de un justo castigo, que podía llegar a la pena de muerte.

confesion lavado de cerebro
Cartel de la película “La confesión” de Costa Gavras que trata sobre los juicios de Praga a supuestos disidentes sometidos a “lavado de cerebro” (fotografía tomada de Amazon).

El síndrome de Estocolmo y la adhesión a una secta son dos fenómenos vinculados al lavado de cerebro que revisten modalidades diferentes porque no necesariamente ocurre una manipulación mediante técnicas coercitivas, sino una convicción creciente cuando los sujetos se encuentran en condiciones de indefensión o desaliento. El síndrome de Estocolmo es un concepto utilizado desde 1973 para señalar una vinculación afectiva paradójica de parte de ciertos rehenes hacia sus captores. A pesar de que los rehenes suelen estar convencidos de que no tienen posibilidades de escapar y que su vida corre peligro, al convivir con sus captores llegan a conocer sus motivaciones, a entender la lógica que los llevó al secuestro y a justificar su propia condición de cautiverio. Aunque se ha vuelto muy difundido, el fenómeno es infrecuente, pues pocas víctimas de asedio, secuestro o abducción lo desarrollan. Al examinar las condiciones que conducen a esta respuesta paradójica hay que considerar los factores individuales de historia, carácter y personalidad, pero también ciertas operaciones de estímulo-respuesta y un posible rol de conductas sociales de raíces ancestrales. En referencia al comportamiento animal, hay dos fenómenos que parecen relevantes: las respuestas afiliativas de los receptores de conductas agresivas hacia sus agresores observadas en primates y la conducta denominada de “impotencia aprendida” descrita en animales de laboratorio cuando no tienen posibilidades de escapar de un castigo.

Patricia Hearst
Patricia Hearst, nieta de William Randolph Hearst, el magnate de la prensa en el que se inspiró Orson Wells para realizar “Ciudadano Kane”, fue secuestrada por el grupo terrorista Ejército Simbiótico de Liberación; se unió a ellos y es uno de los casos más conocidos de “síndrome de Estocolmo” (fotografía tomada de Confilegal).

Otro de los fenómenos que muestra la capacidad de manipulación y persuasión de los seres humanos es el de las sectas religiosas o grupos terroristas que atraen a ciertas personas y las convierten en adeptos a credos dogmáticos que instalan en ellos una convicción intensa de validez y redención. La conversión es a veces tan radical que los sujetos enganchados abandonan su vida previa, sus posesiones y sus objetivos y adoptan una vida totalmente diferente a la que tenían o buscaban previamente. En estos casos, es patente una proclividad individual y circunstancial que encuentra cauce y objetivo en el entorno grupal o tribal de una figura carismática, como un gurú espiritual o un guía político. El fenómeno de adhesión fanática a sectas indujo en la década de los 80 la práctica de diversos métodos de “desprogramación” con la idea de establecer una intervención eficiente sobre la persona fanatizada, para liberarla de su alianza con la ideología, el líder carismático y la forma de vida sectaria. Curiosamente, muchas de las técnicas empleadas se basaron en una persuasión coercitiva, incluyendo el secuestro, el control de la conducta y formas diversas de violencia. La película Holy Smoke de Jane Campion (1999) trata este tema en una extraña mezcla entre drama y sátira.

lavado cerebro secta religiosa
Cartel de la película “Holy Smoke” (Campion, 1997) sobre la desprogramación de una víctima de adhesión fanática a una secta religiosa.

En todos estos fenómenos intervienen dogmas en su forma de ideologías acabadas e irrefutables que auspician el dogmatismo: la convicción intransigente, maniquea e intolerante que cumple un papel fundamental para quien la adopta. Es posible que la necesidad de pertenencia del individuo al grupo social se manifieste en la necesidad de compartir una cosmovisión particular y asumir las conductas grupales que se derivan de ella porque proporciona una certeza en una realidad sólida y segura, una sensación de privilegio por ser parte de un grupo de elegidos y una sensación de logro personal en reconocer una realidad accesible a unos cuantos. Establecer ligas e identificaciones con grupos sociales es un hecho característico de la especie humana y se ha explicado por su ventaja adaptativa. El fenómeno sesga las actitudes de empatía y cuidado altruista hacia ciertos individuos y grupos humanos, lo cual suele redundar en conductas de reciprocidad dando al individuo una fuerte identidad y seguridad en términos políticos, raciales, étnicos o nacionales.

En “El mono desnudo”, un trabajo pionero de etología humana, el inglés Desmond Morris (1967) describió la afiliación apasionada y “fanática” con un equipo de futbol como una forma de amor tribal de hondas raíces evolutivas porque consta de dos elementos cognitivo-afectivos: un sentimiento de pertenencia simbólica ¾ (porque el “fan” no juega en el equipo) y un sentimiento de rivalidad con los otros equipos. En estudios de imágenes cerebrales se ha encontrado que, en presencia de escenas de triunfo de su equipo comparadas con escenas de triunfo de equipos rivales, se recluta una intensa actividad de la red de recompensa del cerebro, en especial de la amígdala y zonas de producción de dopamina (Duarte et al., 2017).

Es posible que esta tendencia tribal sea uno de los factores neuropsicológicos que intervienen en el fenómeno de conversión impuesta en el lavado de cerebro, en el síndrome de Estocolmo o en la adherencia a sectas y cultos porque, en situaciones de deprivación o desafiliación, las personas requieren una identificación grupal como salvoconducto para sobrevivir. Dado que hay una renuncia o una reorientación tan profunda y radical, se requiere postular un mecanismo ancestral y elemental para explicar el cambio de identidad y comportamiento que se pone en operación por técnicas coercitivas de corte conductista. Existen diferencias de susceptibilidad en la adopción de estas conversiones y mutaciones. Tradicionalmente se valora el carácter y la convicción de quienes resisten la manipulación o la tortura y demuestran fortaleza de convicción e identidad.


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Internet, espacio de debate, información y formación

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La experiencia mundial de la pandemia por COVID-19 ha puesto a prueba los principios del diseño de Internet, pues las condiciones del confinamiento, la emergencia del trabajo remoto y de la educación a distancia han tenido un impacto mayúsculo en las condiciones de uso de la Red, tanto en la duración de las conexiones como en el número de usuarios.

De acuerdo con mediciones mundiales, los intercambios de voz y vídeo en tiempo real han aumentado, durante estos meses de emergencia, en más de 200% tanto en el tráfico como en la duración de reuniones diarias junto con aumentos de 20 veces en los usuarios de plataformas de conferencias.

La flexibilidad del diseño de Internet es la que le ha permitido resistir y adaptarse a la presión de millones de usuarios conectados en todo el mundo, al mismo tiempo. Durante los meses de la pandemia han sido limitados los reportes de caídas o deficiencias en el servicio a causa de la multiplicación de conexiones simultáneas.

De acuerdo con Jari Arkko integrante del IETF (Internet Engineering Task Force), el modelo de diseño de Internet es único y, no obstante que es una tecnología cuyo origen se ubica hace 50 años, ha tenido la capacidad de mejorar su desempeño y desarrollarse estratégicamente para dar un servicio a la humanidad tomando en cuenta los retos y oportunidades que se van presentando, derivados de los nuevos usos y las nuevas necesidades.

Jari Arkko
Jari Arkko (Imagen: UNSAM).

Es en este sentido que Internet, la Red de redes, representa un activo cultural contemporáneo e inusitado. En su propio funcionamiento, en la lógica de su estructura y en sus principios de diseño este desarrollo tecnológico impulsa una nueva forma de entender el mundo.

Arquitectura de capas, Interoperabilidad, la Lógica del mejor esfuerzo; Robustez y Resiliencia combinadas, la Descentralización y la Innovación no institucionalizada son algunos de los Principios y objetivos del diseño de Internet que dan origen a desarrollos y capacidades que el usuario sólo advierte en su contacto con las interfaces, cuando tiene acceso a ejecuciones más sencillas, de mayor rapidez en las respuestas y con un diseño más intuitivo, además de la disponibilidad de nuevas y más atractivas funciones.

Para los usuarios de Internet, de cualquier edad y sin importar su nivel académico, ocupación, origen étnico o género resultaría altamente esclarecedor acercarse a la Internet como el portento cultural que es, reflejo de los alcances sociales, culturales, económicos y políticos de mundo. Aun cuando resulta imposible que una persona tenga acceso a toda la Internet en su conjunto o a todas las plataformas, servicios y utilidades que representa, sí resulta de trascendencia entender su funcionamiento y no limitar su existencia a las capas más superficiales con las que tenemos acceso. Internet no se agota en las redes sociales o en las compras o en las clases a distancia.

La Descentralización, uno de los principios de Internet, por ejemplo, garantiza que no haya un centro rector que controle todos los procesos, contactos e intercambios que se llevan a cabo, implica no sólo que no haya un centro, sino que puede haber varios, numerosos centros que funcionan simultáneamente, rodeados por sus periferias, mismas que pueden convertirse, alternativamente, en nuevos centros, en un movimiento incesante.

Internet, conexion
Imagen: Redes Zone.

La dinámica social contemporánea, impulsada por esta lógica e impulsando su ejercicio nos devela una posibilidad de acción social e intelectual distinta a la concentración de poder y conocimiento de siglos anteriores.

Internet es producto y catalizador del cambio de pensamiento en nuestra contemporaneidad.

Una recomendación

El pasado 18 de febrero, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM llevó a cabo un evento al que denominó Foro de Discusión sobre la Iniciativa de Ley para Regular Redes Sociales. En la primera mesa, titulada Principales Modelos de Regulación de Redes Sociales en el Mundo, el Dr. Alejandro Pisanty, uno de los expertos en Internet más importantes de México, habló justamente sobre las características del diseño de Internet y cómo estas características habrían de tomarse en cuenta para cualquier reflexión sobre el tema y más, como en el caso del Foro, para el planteamiento de intervenciones legales o el diseño de regulaciones.

Resalto la intervención del Dr. Pisanty no sólo en el marco de la necesidad de la reflexión amplia al plantearse una eventual regulación de las redes sociales, sino, en el caso del presente texto en lo relativo al entendimiento de qué es Internet y cuál es la lógica de su funcionamiento general en relación con la Alfabetización Mediática e Informacional. Una ponencia de primer orden que hace importantes aportaciones sobre el tema.

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Las reencarnaciones del drama

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¿Cómo los géneros dramáticos han evolucionado?

En mi columna pasada analizaba el estado de supervivencia actual del teatro en esta pandemia pero, de forma irremediable, esto se transformará en una evolución del lenguaje escénico, formatos de producción y redefinición de audiencias. Dentro de la renovación del lenguaje escénico no podemos pasar por alto la experimentación y la evolución de los géneros dramáticos.

Un género, desde la crítica literaria del siglo XX, es una reflexión donde a partir de elementos estilísticos (manejo de lenguaje verbal), sintácticos (estructuras de composición) y semánticos (temas y significados) podemos hacer una clasificación de las obras. Existen quienes desdeñan la idea de categorizar la producción dramática (ya sea en el cine, la televisión o el teatro) porque consideran que son:

-Recursos mercadológicos y publicitarios.

-Canales efectivos de venta y distribución de la obra.

-Gustos académicos sin ningún impacto en el mundo de la producción.

Si nos quedamos con estos argumentos estamos perdiendo de vista la función principal de los géneros dramáticos: ser vehículos efectivos para lograr una experiencia emotiva y catártica en las y los espectadores. Sin estas categorías como guías podemos echar a perder el ejercicio de comunicación de la obra con las audiencias (sin importar el medio) y no podremos romper los paradigmas para establecer nuevas categorías de análisis.

generos dramaticos
Imagen: Revista Godot.

Desde hace cuarenta años, con la supremacía del cine y la televisión en la oferta mediática, los géneros dramáticos vivieron una nueva conceptualización al no sólo considerar principios literarios sino incluir estilos que surgían en los medios audiovisuales. Con la sofisticación tecnológica del internet, los videojuegos y las plataformas interactivas, estas categorías reencarnaron en una mixtura de narrativas sin precedentes en la historia de contenidos dramáticos.

Si hoy analizáramos los contenidos de ficción en internet, la televisión y el cine serían extraordinarios los casos de un solo género. El formato más recurrente es tener un género dominante combinado con elementos de otro. Así podemos encontrar las grandes categorías dramáticas por excelencia (tragedia, comedia, pieza, farsa, tragicomedia y melodrama) mezcladas con otras formas de expresión.

¿Cómo el teatro en México ha vivido la evolución de los géneros dramáticos?

El teatro en México se ha quedado rezagado frente a la evolución de lenguaje de los diferentes medios y los géneros híbridos. Los únicos lugares donde se han podido ver esbozos de esta nueva voz de ruptura son los laboratorios teatrales en su mayoría financiados por presupuestos del Estado para instancias culturales o universitarias (pienso en la UNAM o la Universidad Veracruzana).

Los esfuerzos que se han hecho se relacionan con los cambios de tiempo en la misma historia o con la inclusión (en los últimos cinco años) de diversidad ante los arquetipos de personajes más usados para la idiosincrasia mexicana. No obstante, todavía falta camino por recorrer en cuanto a estructura, ritmo, dialogación, semántica y sintaxis.

Arrepentidos protagonizada por Margarita Sanz y Alejandro Calva en el Teatro Helénico
“Arrepentidos” protagonizada por Margarita Sanz y Alejandro Calva en el Teatro Helénico (Fotografía: Canal Once).

Netflix, el anime, las Instagram Stories o Quibi, a modo de ejemplo, están muy lejos de la escritura teatral. Después de un año de un cierre total y parcial de los teatros, es necesario considerar la oferta mediática para, como creadores teatrales, cuestionarnos cómo hacemos la experiencia escénica más  vital, relevante y cercana.

En este sentido, aquí expongo cinco provocaciones para repensar los géneros dramáticos desde su enseñanza formal y manejo en la vida profesional en las producciones que dependen del dinero de la taquilla para existir. De hecho, en varios puntos han existido ya búsquedas en la cartelera de años pasados y las pongo de referencia para seguir esos caminos:

1. Tragicomedia como género cercano a las audiencias contemporáneas

El género por excelencia en este país es el melodrama. Como mexicanas y mexicanos nos produce sentido esta forma de interpretar la realidad en cuanto a la exacerbación de las emociones y las reminiscencias del romanticismo del siglo XIX. Sin embargo, las películas más taquilleras en la última década son tragicomedias entendidas como historias donde un “héroe” rechaza cumplir la misión a la que está destinado. Los grandes ejemplos tragicómicos en el cine son todas las películas de “Harry Potter” y “Los Vengadores”. Tal vez, en el renacimiento teatral este género sería una apuesta efectiva con las y los espectadores porque están acostumbrados por el cine a su narrativa.

2. La diversidad de personajes como motivo de relevancia

La inclusión diversa de personajes es uno de los caminos más seguros para quitarle al teatro este halo de solemnidad y academicismo. Pienso en series televisivas como “I May Destroy You” de Michaela Coel o “Veneno” de Javier Calvo y Javier Ambrossi donde se representan grupos que generalmente no se representan en la ficción comercial. La multiplicidad de versiones de sexualidad, color de piel, religiones, razas, clases económicas y hasta de identidad de género abren un camino inmenso en el teatro mexicano. Recuerdo un destello de esta aproximación con la obra “Arrepentidos” protagonizada por Margarita Sanz y Alejandro Calva en el Teatro Helénico sobre la reasignación de sexo.

3. Interactividad como elemento para potenciar la escena

El mayor reto para la dramaturgia contemporánea es integrar la experiencia interactiva. Ésta es la primera condicionante de productos de internet y de los videojuegos. El futuro va a requerir experiencias donde las audiencias puedan decidir en tiempo real sobre una experiencia en vivo. Uno de los grandes ejemplos de esta búsqueda fue “The Shakespearean Tour” de Mariano Ruiz.

The Shakespearean Tour de Mariano Ruiz
“The Shakespearean Tour” de Mariano Ruiz (Fotografía: Milenio).

4. Integración tecnológica como espectáculo híbrido

La pandemia abrió un sinfín de posibilidades tecnológicas para contar historias. Por ejemplo, el año pasado hubo una oferta creciente de espectáculos hechos en Zoom. Sin embargo, después de meses de haber hecho los primeros intentos con este formato, la pregunta queda pendiente: ¿cómo integrar la tecnología al teatro para brindar una experiencia relevante a audiencias en un formato presencial y a distancia con un mismo espectáculo? Todavía queda mucha investigación en cuanto a la sintaxis y semántica porque este tipo de proyecto se sale de los principios de video o televisivos.  Una pieza clave para resolver el rompecabezas está en la idea de la interactividad en tiempo real apoyada en la tecnología. Un modelo depurado de este trabajo es la plataforma de contenidos de FicStream de Luly Garza.

5. Experiencia en vivo como una experiencia VIP

La gran explosión tecnológica para comunicarnos tendrá un pendulazo. Poco a poco, revaloraremos la conversación en vivo como una experiencia VIP. En este sentido, la otra veta por la cual el teatro puede acercarse a las audiencias es encontrar estructuras dramáticas donde se origine un conversatorio entre las y los espectadores. Por supuesto, este tipo de experiencia sería para audiencias que no sean tímidas por participar en el hecho escénico. Es importante pensar y hacer obras como pretextos para hablar de un tema importante en el (in)consciente colectivo. Una muestra de esta exploración fue “Nuestro Cuaderno Rojo” de Claudia Romero y dirigida por Alejandra Ballina.

Nuestro Cuaderno Rojo de Claudia Romero y Alejandra Ballina
“Nuestro Cuaderno Rojo” de Claudia Romero y Alejandra Ballina (Fotografía: Sin Embargo).

Los creadores teatrales necesitamos cuestionarnos la importancia de los géneros dramáticos en nuestros proyectos como impulsos de renovación a la escena teatral o, de manera más cautelosa, como ganchos a lo que sea hacía antes de la pandemia.


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El Tren Maya, bienestar para el sureste mexicano

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Desde mi punto vista la construcción del Tren Maya, en el sureste mexicano, es mucho más que una gran obra de ingeniería, representa la transformación de México y el repunte económico de esa zona otrora vez olvidada por administraciones del pasado.

Y deseo destacar que este proyecto da inicio a una nueva etapa donde el gobierno, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, reivindica a los mexicanos de Campeche, Quintana Roo y Yucatán al saldar la deuda histórica que México ha tenido con esa región.

Anteriores gobiernos impulsaron el desarrollo económico de otras zonas del país, dejando en el olvido a la Península. Tuvieron que pasar muchas promesas olvidadas en cada cambio de sexenio mientras el sureste permanecía casi aislado del resto del territorio.

Y en lo particular sostengo que, con el Tren Maya, el jefe de Ejecutivo Federal no sólo ratifica el compromiso y gran conocimiento que tiene del potencial de México y sus necesidades específicas; también ha logrado conjuntar las fuerzas de los factores de la producción.

En el 2020 se estimó que la construcción del Tren Maya generará poco más de 80 mil empleos, lo que significa que esta mega obra se ha posicionado como fuente del sustento de miles de familias involucradas con la construcción del mismo.

Los 4 años de construcción del Tren Maya generarán empleos necesarios para poner al país en las vías de la recuperación económica tras la pandemia de COVID-19 que aún enfrentamos.

Hago un profundo reconocimiento a las empresas que están cuidando a los trabajadores a través del cumplimiento de los protocolos sanitarios que estipulan las autoridades de salud, así como también están enfocadas en respetar la riqueza natural y cultural de la zona; de esa manera el Tren Maya está logrando consolidar un nuevo polo de progreso y justicia.

Y en mi opinión, autoridades, empresarios y trabajadores estamos escribiendo –juntos– una nueva historia desde el sureste mexicano.


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Lawrence Durrell

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En memoria de José Antonio Meyer
y Vidal Elías, amigos, compañeros, hombres de bien.

El 27 de febrero conmemoramos 109 años del nacimiento de Lawrence Durrell, autor consagrado en un lugar privilegiado de la literatura universal con una vasta obra en donde esplende el Cuarteto de Alejandría.

Aunque a Durrell se le ha considerado un escritor inglés, en realidad nació en la India, hijo de padres ingleses (como su contemporáneo, George Orwell). Recientemente supe que nunca tuvo la ciudadanía británica y, un dato no confirmado, se resistió a ser súbdito de la pérfida Albión.

A lo largo de su vida publicó diez y seis novelas, varios volúmenes de poesía, tres obras de teatro, seis libros de viajes, tres de humor, cuatro de cartas y ensayos, muchos prólogos y varios guiones de cine. Además tuvo un modesto éxito como pintor anónimo en Francia. Fue desde luego candidato al Premio Nobel.

Tuvo una vida fascinante y controvertida, nos dice Gordon Bowker. “Fue un complejo enigma, un oscuro laberinto […] Se casó cuatro veces, una de ellas con una mujer 25 años más joven, y después de su muerte fue acusado de haber sostenido una relación incestuosa con su hija, quien se suicidó en 1985.

Lawrence y Nancy Durrell
Lawrence y Nancy Durrell en los primeros días de su matrimonio, años 30. (Imagen: Patrimonio de Gerald Durrell).

“Al explorar los oscuros territorios de su espíritu, buscó en las filosofías orientales y en la moderna psicología, la manera de enlazar su fijación sexual con un poderoso impulso creativo”.

Y nos dejó esta inquietante sentencia: “Escribo de la misma manera en que otras personas hacen el amor: como un vicio”.

Las novelas Justine (1957), Balthazar (1958), Mountolive (1958) y Clea (1960) que forman la tetralogía de Durrell, son una fiesta de fuegos artificiales en cuanto a recursos lingüísticos, manejo de personajes y atmósferas, al mismo tiempo que una obra de excelente y propositiva factura formal.

“Como la literatura no nos ofrece unidades, me he vuelto hacia la ciencia, para realizar una novela como un navío de cuatro puentes cuya forma se basa en el principio de la relatividad”, explicó Durrell para definir su aspiración de representar el espacio-tiempo en esta obra.

Confieso que después de leer en dos ocasiones el Cuarteto, nada se agregó a mi conocimiento de la teoría de la relatividad, que es muy escaso… por no decir nulo. En cambio, mi entusiasmo por la obra de Durrell creció exponencialmente.

Las cuatro novelas narran, desde la perspectiva de otros tantos personajes, prácticamente el mismo periodo y los mismos acontecimientos. Sólo en Clea hay un desarrollo de la trama que abarca un periodo más largo que las otras novelas.

obras

La pluma creativa de Durrell hace que cada una resulte diferente, como si fuese una historia distinta la que se cuenta. La voz narrativa de los personajes, cargada de una espectacular riqueza interior, se funde imperceptiblemente con los recursos literarios formales y da al lector la impresión de acercarse, en cada volumen, a una historia nueva con los mismos protagonistas.

En diversos análisis de este cuarteto de novelas se ha señalado la viveza que logra Durrell en la descripción de la ciudad de Alejandría –lugar donde se desarrolla la trama– hasta convertirla en una protagonista más: sitio escurridizo y misterioso que no se deja atrapar.

La relación entre el narrador-escritor de la primera novela, Darley, con Justine, la protagonista, parece ser una analogía de la mirada occidental de aquél frente a los enigmas de la cultura árabe: “lo que me hechizaba era la ilusión de que tal vez podría llegar a saber cómo era de verdad”, dice el narrador de su amante, y al igual que Justine, parece que la ciudad se resiste a ser descifrada por los ojos extranjeros de Darley, visto que muchas de sus percepciones quedan exhibidas como simples, incompletas o ajenas si se confrontan con la capacidad natural de Clea o Balthazar para escudriñar su esencia misteriosa.

Esta naturaleza huidiza proviene en parte de su complejidad, semejante a la de Justine, descrita por Darley como “una hija auténtica de Alejandría, es decir, ni griega, ni siria, ni egipcia, sino un híbrido, una ensambladura”.

Sin duda las relecturas de este conjunto maravilloso son siempre aleccionadoras y sorprendentes. Cuánta razón les asiste a los críticos cuando aseguran que Durrell ofreció a sus lectores cinco libros: cada una de las novelas, que pueden no depender una de otra, y las cuatro que, en conjunto, son una obra aparte.

La primera lectura me impactó con el trabajo formal del género, la meticulosidad con que se desarrollan las cuatro historias y los abundantes recursos que puso de manifiesto Durrell para hacer cuatro libros diferentes a partir del mismo argumento.

En El libro negro, la biografía publicada por Gordon Bowker en 1966, este escritor nos describe, con una espléndida metáfora, lo que cree fue el secreto del oficio de Durrell: “Un ataque, con los puños desnudos, a la literatura”.

Durrel
Imagen: Newsweek.

En una segunda lectura del Cuarteto, después de haber dejado reposar los libros unos diez años, mi interés se centró en los personajes y cómo en cada libro se agregan pinceladas que no modifican el retrato original sino sólo lo hacen más complejo.

Protagonistas como Melissa, la prostituta griega enamorada de Darley y quien mejor describe la relación amorosa del escritor con Justine. Clea, enigmática y sabia. Balthazar, más enterado que un narrador omnipresente. Nessim, poderoso y débil al mismo tiempo. Incluso personajes secundarios como el barbero Mnemjian, el sirviente Hamid, Pombal, Leila, Scobie, Naruz y Capodistria, tienen un encanto irresistible.

Balthazar es mi preferida, por la enorme riqueza del lenguaje con que Durrell dotó a su personaje, lo cual es, me queda claro, una afirmación osada. Pero siempre me pareció que Balthazar, el personaje que da nombre a la segunda novela, más que médico –que tal es su oficio en la historia– es más semejante a los druidas galos, poseedor de una sabiduría casi mágica que le permite ser condescendiente con los actos más siniestros o más sublimes de los humanos y dueño también de una serenidad que trasciende las emociones que insuflan vida a los actores con los que convive y que, sin embargo, forman parte irremplazable de su propia vida, emociones que él explica puntualmente: “la etiología del amor y la locura son idénticas, sólo es cuestión de grado”. Porque, al final, parece flotar siempre sobre los personajes la ambición febril por explicar intelectual o emotivamente el amor.

Espero poder robarle tiempo al tiempo para concluir una sosegada tercera lectura del Cuarteto, como un tributo al ya más que centenario escritor, porque cada lectura es, como decía Henry Miller, contemporáneo y amigo de Durrell, la historia del lector y no la del escritor, pues ellos ya han hecho su parte y no esperan ser juzgados.

Juego de ojos.


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