No tengo duda de que muchos de ustedes han escuchado más de una vez la frase en inglés: “location, location and location”, o lo que es lo mismo, “localización, localización y localización” como una clave para desarrollar negocios exitosos en el mundo de los bienes raíces. En caso de que no lo hayan escuchado anteriormente, podemos decir que es una frase que se ha ido adoptando en muchos otros sectores como ejemplo de que existen factores que resultan clave y determinan el éxito.
Si algo podemos sacar en claro del 2020 en términos empresariales, es que la incertidumbre ha sido uno de los aspectos más difíciles de resolver, y que a pesar de que ya llevamos en esto casi un año, aún seguimos sin saber de qué forma podemos dar respuesta a este reto, que, al parecer, se ha convertido en una cuestión que nos acompañara desde ahora hasta siempre.
La respuesta es clara, que no es lo mismo que sencilla, y en este espacio la hemos dicho más de una vez, y haciendo referencia a la frase de los bienes raíces, ahora podemos transformar en: “prospectiva, prospectiva y prospectiva”.
En este sentido, es importante sentar las bases de qué debemos entender por prospectiva, y por ello entendemos el conjunto de estudios que se llevan a cabo sobre un tema o situación, a modo de determinar lo que ocurrirá de forma anticipada. Para ello, la prospectiva da apoyo en métodos científicos y empíricos, de los cuales resultan análisis, escenarios y estrategias que nos permiten determinar o tener una idea bastante próxima de lo que puede suceder en el futuro.
Por ejemplo, qué hubiese sucedido si una industria como la farmacéutica dentro de sus acciones hubiese implementado un equipo de inteligencia, donde la prospectiva fuese una de las acciones a desarrollar de manera constante. Seguramente no hubiesen sido capaces de prever en primera instancia la magnitud de la pandemia, pero posiblemente, sí disponer de estrategias y hojas de ruta claras, sobre qué hacer en caso de situaciones de emergencia global, ayudándoles a posicionarse rápidamente y dar respuesta así a las oportunidades empresariales, pero también a las responsabilidades sociales.
Es aquí cuando la frase “a toro visto todos somos Manolete”, toma fuerza, porque todos dirán, claro, ahora que ya hemos visto los estragos que se pueden generar es que se propone generar grupos de trabajo basados en la prospectiva, a lo que sólo queda responder que la prospectiva es más antigua que todo esto, y que siempre ha estado a nuestra disposición para hacer uso de ella, pero son pocos quienes han dedicado recursos a pensar en cómo será el futuro, siendo que siempre se ha primado el hoy antes que el equilibrio, entre el ayer, el hoy y el mañana… y el pasado mañana, si apuramos un poco más.
Como podemos observar, la prospectiva busca plantear escenarios futuros a fin de establecer en el presente cuáles son las mejores acciones o medidas a tomar, en cualquiera que sea el caso, bien sea en el área política, social, económica, salud, entre otras, pero no sólo viendo hacia adelante, sino también considerando el pasado, ya que busca la construcción de escenarios con base a nuestras capacidades activas e inactivas.
Tomando en cuenta todo lo anterior, el siguiente paso es que los agentes públicos, empresariales, académicos, científicos y sociales de nuestro país busquen en el talento mexicano, tanto el que se encuentra en México como en el extranjero, la visión que permita construir escenarios que contribuyan a programar una cultura de prospectiva a la par; ayudándonos a construir una estrategia inteligente que promueva un cambio y una evolución, siendo todo ello catalizadores y motores de las nuevas generaciones y las organizaciones. Sólo sumando esfuerzos conseguiremos eliminar el rezago que ha puesto en relieve el 2020 y podremos avanzar de manera ágil en el 2021, el cual no se prevé que sea un año mucho mejor.
Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos.
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