Inteligencia Artificial

Inteligencia Artificial, alternativa ante problemas globales

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Muchos de los problemas actuales pueden ser resueltos de manera efectiva con el uso de la Inteligencia Artificial. México, en particular, necesita hacer un gran esfuerzo en impulsar la ciencia aplicada para resolver los conflictos que hoy nos aquejan. En esto coincide el Dr. Hiram Ponce, quien coordinó el proyecto en la ceremonia de clausura de los trabajos del MICAI 2020.

En la 19° edición del MICAI (Mexican International Conference on Artificial Intelligence), con la colaboración de 980 participantes de más de 26 países y organizado por la Universidad Panamericana (UP), campus México y la Sociedad Mexicana de Inteligencia Artificial (SMIA), se llevó a cabo la celebrada conferencia de alto nivel sobre Inteligencia Artificial.

De manera virtual, fueron presentadas del 12 al 16 de octubre, seis conferencias magistrales, cuatro workshops, siete tutoriales, dos paneles de discusión, un concurso de tesis de maestría y doctorado en el área de IA. Su transmisión online alcanzó 90 mil interacciones en redes sociales de la UP y 62 mil 255 personas alcanzadas en las redes sociales de la SMIA.

En esta edición del MICAI, se contó con la participación de grandes investigadores expertos en Inteligencia Artificial, entre ellos Hiram Calvo, quien es profesor de tiempo completo en el Centro de Investigación en Computación del Instituto Politécnico Nacional, y su tema de investigación presentada en la conferencia fue Inteligencia Artificial y mentes humanas.

En su charla, el investigador, abordó algunos intentos, que se han realizado para crear modelos computacionales de la mente, sus implicaciones psicológicas y algunas cuestiones filosóficas.

Informó que las conexiones entre la Inteligencia Artificial y otras ciencias van y vienen. Por un lado, la IA ha intentado replicar las capacidades y el comportamiento humanos, haciendo uso de estudios en Neurociencias, Lingüística y Cognición; por otro lado, estos a su vez se han beneficiado de los modelos computacionales creados con base en sus teorías, como en la Lingüística Computacional.

El investigador del IPN manifestó que “nosotros estamos formados por las interacciones sociales, las cuales están fuertemente influenciadas por algoritmos de inteligencia artificial. Nosotros como ingenieros e investigadores tenemos la responsabilidad de moldear nuestra sociedad. No sólo debe importar el mejor puntaje en los métodos que creamos, sino también en su propósito, su impacto y su potencialidad”.

Entre los 96 trabajos aceptados en la conferencia principal, también destacaron los siguientes ponentes:

Redes Bayesianas en las Neurociencias, Pedro Larrañaga, Universidad Técnica de Madrid, España. El experto introdujo la inspiración de la Inteligencia Artificial en el sistema nervioso de los seres humanos, para diagnóstico y prevención de enfermedades a la salud mental.

El rol de la inteligencia artificial en la transformación del sector bancario. Manuel Morales, Universidad de Montreal, Canadá. Desarrolló la evolución de la la noción de IA hacia un concepto que ha capturado el imaginario colectivo con sus promesas de transformación.

Cómputo centrado en el humano: una ciencia transdisciplinaria de la realización humana en la inteligencia computacional. Mario Köppen, Kyuhsu Institute of Technology, Japón. A la pregunta de si existe una “forma humana” de computación, diferente de lo que hace
una computadora típica en estos días, el investigador planteó una respuesta positiva e intuitiva.

Técnicas de aprendizaje automático para la detección de anomalías en redes. Ljiljana
Trajkovic
, Simon Fraser University, Canadá. Para la investigadora, el internet, las redes sociales, las redes eléctricas, las redes reguladoras de genes, los sistemas neuronales, las redes tróficas, los sistemas sociales y las redes que emanan de plataformas de realidad virtual y aumentada son ejemplos de redes complejas.

Comprensión del diálogo a nivel de enunciado. Soujanya Poria, Singapore University of
Technology and Design, Singapur. Soujanya habló de la reciente abundancia de datos conversacionales en la Web y en otros lugares, lo que exige sistemas efectivos de procesamiento natural del lenguaje para la comprensión del diálogo.

Premio José Negrete

Dentro de la celebración de MICAI, en el evento se hizo entrega del Premio José Negrete a las mejores tesis de maestría y doctorado en temas de Inteligencia Artificial realizadas en México:

Tesis de doctorado:

Primer lugar: Navonil Majumder. Latent Memory-Based Neural Models for Sentiment Analysis of Multimodal Multi-Party Conversations. Instituto Politécnico Nacional (CIC). Asesores de tesis: Dr. Alexander Gelbukh, Dr. Soujanya Poria.

Segundo lugar: Claudia Nallely Sánchez Gómez. Selection Heuristics on Semantic Genetic Programming for Classification Problems. INFOTEC, Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación. Asesor de tesis: Dr. Mario Graff Guerrero.

Tercer lugar: José Ortiz Bejar. A Family of Classifiers based on Feature Space Transformations and Model Selection. INFOTEC, Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación. Asesores de tesis: Dr. Eric Sadit Téllez Avila, Dr. Mario Graff Guerrero.

Mejores tesis de maestría:

Primer lugar: Leticia Oyuki Rojas Pérez. A CNN Pilot for Autonomous Drone Racing. Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica. Asesor de tesis: Dr. José Martínez Carranza.

Segundo lugar: Ricardo Abel Espinosa Loera. Un enfoque basado en la visión para la detección de caídas utilizando múltiples cámaras y Redes Neuronales Convolucionales: Un caso de estudio en UP-Fall Detection Data-set. Universidad Panamericana. Asesor de tesis: Dr. Hiram Eredín Ponce Espinosa.

Tercer lugar: Muhammad Hammad Fahim Siddiqui. Social Media Emotion Detection. Instituto Politécnico Nacional (CIC). Asesor de tesis: Dr. Alexander Gelbukh.

Tercer lugar: Jonathan Rojas Simón. Evaluation of text summaries based on linear optimization of automatic metrics. Universidad Autónoma del Estado de México. Asesora de tesis: Dra. Yulia Nikolaevna Ledeneva.

Ecosistemas digitales, complementariedad para la innovación

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El alcance la pandemia, la primera de la era global, ha acelerado un proceso que parecía ya de por sí raudo.

La noción de complementariedad entre los actores de la realidad multilateral permite entender el paso de un tipo de globalización centrada en la integración, hacia otra que tiene al desarrollo de entornos complementarios, como su noción fundamental.

Es cierto que los estragos de la crisis han obligado a revisar algunos de los supuestos con los que lo global transitó las primeras dos décadas de este siglo.

Pero no menos constatable resulta el hecho de que, a la manera de una sustancia que condensa y potencia, la actual circunstancia ha acelerado muchas de las tendencias que se presentaban ya desde antes de modo latente.

En todo caso, lo que tenemos frente a nosotros no es la disolución del orden global, con todo y su desorden; ni mucho menos, la vuelta a un modelo mundial superado.

sistema digital
Imagen: Freepik.

Los ecosistemas digitales son uno de los puntos de referencia con los que ha venido avanzando la transformación digital en todos los órdenes, desde hace por lo menos diez años.

Aplicables en el orden de lo privado, lo social y lo público, tienen en su propio nombre el signo de su identidad. Se trata de imitaciones/adaptables que parten de la noción que el orden/desorden natural tiene el término ecosistema.

Sistema biológico, marcado por el entorno, al tiempo que sistema social, señalado por las interacciones de los sujetos que lo componen, la idea de ecosistemas que toman a préstamo el término digital sigue la línea de estas dos dimensiones: entorno e interacciones.

Dotados de suficiente flexibilidad para afrontar el cambio y su rapidez como condición de sobrevivencia, a la vez, que necesariamente escalables y sostenibles, los ecosistemas digitales se tornan en sistemas dinámicos que expresan la naturaleza cambiante de la época.

Por supuesto que la primera idea que puede venir a la cabeza al plantear el término ecosistema digital es la que tiene que ver el orden empresarial y la necesidad de que la tecnología digital pueda hacer más eficiente los procesos y resiliente su estructura institucional.

Para el orden empresarial, hablar de ecosistemas digitales suele asociarse a la relación que se establece, en términos cuanti y cualificables, entre el sitio web, el eje del ecosistema, el SEO, la Analítica y el trabajo que se hace con base en las redes sociales.

ecosistema digital
Imagen: Deloitte.

Al escalarse, la idea de ecosistema digital adquiere una dimensión que se expande y refleja el tránsito entre una primera etapa de globalización integradora y los actuales signos que dan cuenta de una globalización de la complementariedad.

Ámsterdam refleja el éxito de su estrategia al consolidarse como un creciente ecosistema digital a nivel ciudad.

Big data, sensores, Inteligencia Artificial, algoritmos, robótica, se combinan con una genuina política de datos abiertos, economía circular, participación de los usuarios, privacidad y acceso a la información.

A la vez, la que sin duda es hoy el modelo de una Smart City de este tiempo, Ámsterdam amalgama una eficaz política pública para incentivar el establecimiento de empresas de desarrollo digital con la promoción de la cooperación regional e internacional.

Esto es la forma en que la Oficina de Promoción Económica de Ámsterdam subraya las oportunidades que la ciudad ofrece: “Las personas se conectan más y la tecnología se convierte en parte de nuestra vida diaria.

“Entre 2014 y 2015 hubo un crecimiento del 27% del tráfico de Internet en Ámsterdam. Once de los quince cables de datos transatlánticos están conectados o pasan por Ámsterdam y el AMS-IX es el segundo punto de intercambio de Internet más grande del mundo.

“En 2016, Ámsterdam ocupó el segundo lugar en el índice europeo de ciudades digitales. ¿Quieres trabajar para una ciudad más inteligente? ¡Comparte tus tecnologías aquí!”.

mundo digital
Imagen: GettyImages.

Rankeada hace un año como la cuarta ciudad en el mundo en el desarrollo de Apps innovadoras, Ámsterdam reporta la presencia de aproximadamente 600 compañías relacionadas con las nuevas tecnologías, de las cuales, cerca de 200 tienen sus cuarteles generales en la urbe neerlandesa.

A este desarrollo se suman iniciativas tendientes a producir un efecto expansivo sobre la vida y el desarrollo de la ciudad en su conjunto y sus habitantes. La tecnología no como parte de “parques industriales”, sino como detonante de la transformación de la vida de las personas.

De esta suerte, destacan, por ejemplo, Coding for Amsterdam, cuyo trabajo es impulsar que niñas y niños de la ciudad se apropien de las herramientas y habilidades digitales propias del siglo XXI.

Amsterdam School of Data Science o The Amsterdam Science Park, con sus 70 hectáreas y casi 80 empresas y centros de investigación instalados.

He ahí dos ejemplos más que dan cuenta del asentamiento de este modelo basado en la idea de un ecosistema digital que a su vez alimenta y se nutre de ecosistemas de innovación, investigación, a escala.

Que las buenas prácticas y políticas públicas asertivas impactan positivamente sobre la diversidad, consolidación y expansión de los ecosistemas, tanto en su variante natural como digital, ni duda cabe.

Que su contrario, puede aniquilarlos, también.


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Días de innovación: una transformación digital inclusiva y centrada en el ser humano

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Se llama Mariya Gabriel. Nació en Bulgaria. Desde el 1 de diciembre de 2019 es la comisaria de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, de la Comisión Europea. Tenía 10 años cuando cayó el Muro de Berlín.

A Gabriel ha correspondido la organización, en condiciones radicalmente distintas una de otra, de las dos ediciones llevadas a cabo hasta ahora de un evento ambicioso y de amplio espectro: The European Research & Innovation Days.

Hace unos días apenas, del 22 al 24 de septiembre, en condiciones absolutamente inéditas, se ha llevado a cabo por segunda vez esta iniciativa que busca conjuntar los alcances del conocimiento aplicado con las necesidades que marcan el trazo de un horizonte de futuro.

En esa dirección, al inaugurar la segunda edición de The European Research & Innovation Days, Gabriel subrayaba que se trata no sólo de ciencia, sino de hacer a nuestras sociedades más inclusivas, más comprometidas con el medio ambiente, más resilentes.

La generación de conocimiento, su aplicación, el desarrollo de nuevas tecnologías debe apuntar a buscar el equilibrio entre el desarrollo personal y el general, entre el desarrollo y el entorno natural del planeta.

Mariya Ivanova Gabriel
Mariya Ivanova Gabriel, política búlgara de Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (Imagen: EPP Group).

Así, bajo el signo de la crisis ambiental y la emergencia sanitaria, The European Research & Innovation Days, vino a reiterar una verdad que no por sabida, no debe ser remarcada tanto como sea posible: nada podrá hacerse como antes, nada es ya como antes.

Marcado, pues, de modo indeleble por la amenaza del Coronavirus, sacudido por los estragos económicos de las medidas paliativas, el evento insignia de la Comisión Europea en materia de Investigación e innovación, lejos de abandonar temas precedentes, pareciera caminar hacia su reforzamiento.

 El Pacto Verde (The Green Deal), en sentido, sigue siendo para el entorno europeo la parte central de su ruta de navegación.

Ciertamente, se han desplazado hacia el centro de esta hoja de ruta, temas que estaba ahí de modo latente, y que hoy son inaplazables: el teletrabajo y la teleeducación, por mencionar dos.

A la par del Green Deal, Europa tiene claro que la sociedad digital ha de avanzar de modo más rápido, justo e inclusivo hacia ese nuevo estadío.

Lo digital, es claro, para la UE no se refiere sólo al acceso de ciertas tecnologías para algunos, sino de construir una base que apuntale las nociones de ciudadanía, tolerancia, equidad, entre algunas de ellas.

politicas sustentables
Imagen: Feed Navegator.

Como presentes han estado, también, de modo transversal, a lo largo de estos dos días de sesiones virtuales, los elementos y desafíos que conforman los Objetivos del Desarrollo sustentable (ODS), que impulsa la Organizaciones de las Naciones Unidas desde hace un par de años.

Ya antes de su inicio los I&R Days, por su nombre abreviado, anunciaban su convicción de que Europa debe encabezar “una transformación digital inclusiva y centrada en el ser humano”.

Para luego asentar que “la digitalización puede permitir el empoderamiento generalizado de los ciudadanos, ayudar a desarrollar nuevos conjuntos de habilidades para adaptarse a las necesidades laborales futuras y luchar contra la desinformación y los prejuicios étnicos y de género”.

La convicción europea es que la digitalización, como ellos llaman a esta enorme transformación en cuanto ámbito de la vida social existe, “impulsa la innovación en todo, desde la infraestructura y las redes hasta la conservación del patrimonio cultural”.

“La tecnología digital también es clave para garantizar que Europa cumpla sus compromisos en materia de medio ambiente, clima y sostenibilidad”.

Y aún más, se dice, de cara a la crisis sanitaria y a su resolución en un marco de fortalecimiento de las sociedades democráticas.

innovacion digital
Imagen: Financial Times.

“Protege y promueve los valores y procesos democráticos e impulsa la revolución de los datos en el corazón de los descubrimientos científicos innovadores, como durante la crisis del Covid-19”.

Ha sido ésta, la pandemia, desde luego, una de las grandes protagonistas del encuentro. El uso de la Inteligencia Artificial y la telemedicina se discutieron no como hechos por venir sino como realidades de hoy.

Del mismo modo que el manejo de datos personales se ha entrecruzado, en los debates suscitados, con la imprescindible edificación de una ética del tiempo digital.

Pero no sólo ello, cómo mitigar los sesgos por género o etnicidad, cómo instrumentar los nuevos entornos laborales robotizados sin que amenacen lo humano, cómo transitar hacia las nuevas habilidades que se requieren para los nuevos tiempos, han sido algunos de los tópicos sobre los que han girado los debates en el ámbito de la sociedad digital.

Al final de estos tres días intensos, los resultados son alentadores. Más de 35 mil participantes de 188 países. Mucho más allá del propio ámbito europeo. 146 sesiones de discusión, reflexión y llamado a tomar acciones.

La pequeña niña búlgara de diez años que miraba derrumbarse el Muro en Berlín, y con él un mundo, al cabo de muy pocos años, le ha tocado en suerte convertirse en una de las grandes promotoras de la edificación impostergable de las bases de una nueva era. Todo ha sido muy rápido.

Lo será aún más.


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Nuevos actores de la Innovación Tecnológica en el mundo occidental

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Los gigantes tecnológicos parecen estar asumiendo el liderazgo de la investigación y desarrollo (I+D) internacionalmente, con Amazon y Google a la cabeza. ¿Qué significa esto para la orientación de la innovación?

1. Relación estado sector privado en I+D en Estados Unidos

Estados Unidos fue el líder científico y tecnológico global indiscutible en el período de postguerra, lapso en el cual financiaba alrededor del 70% de la I+D mundial (entre 1950 y 1960). Buena parte de esta actividad de investigación estaba motivada por el sector de defensa de Estados Unidos, impulsada por la Guerra Fría y por la carrera por la conquista del espacio contra la Unión Soviética. De ahí provino la base para el desarrollo en computadoras y electrónica, comunicaciones satelitales, avances aeroespaciales y más adelante incluyeron a la farmacéutica. La contribución de Estados Unidos en I+D se había reducido a un 28% del total mundial en 2017, no tanto porque esa nación hubiera disminuido su financiamiento en términos reales a este rubro, sino porque otros países aumentaron muy considerablemente su gasto en I+D. De hecho, este tipo de financiamiento creció a una tasa de 4.3% al año en Estados Unidos entre 2000 y 2017, pero esa expansión en China fue de 17% anual en el mismo lapso.

Los protagonistas del gasto en I+D en Estados Unidos también han cambiado, asumiendo una creciente presencia el sector privado, mismo que contribuía con el 70% del total del financiamiento de la I+D en 2018 (en comparación con el 50% a fines de los años 60), mientras disminuía comparativamente el aporte del sector público (Congressional Research Service, 2020).

tendencias digitales
Imagen: Pulso Social.

No obstante su menor participación, el rol del Gobierno Federal de Estados Unidos sigue siendo crucial, pues en 2018 financiaba el 41.8% de la investigación básica en ese país, que es la que da lugar posteriormente a la investigación aplicada y su desarrollo para ser aprovechado por el sector productivo (Congressional Research Service, 2020). Sin embargo, aquí también ha estado ocurriendo un cambio, pues la participación del sector empresarial también aumentó su participación en el financiamiento de este tipo de investigación durante las últimas dos décadas.

Dentro del sector empresarial estadounidense son las compañías más grandes –arriba de 10,000 trabajadores–  las que financiaban más de la mitad de toda la I+D en ese país en 2017 (de acuerdo a Science & Engineering Indicators, National Science Board). Y, desde esta perspectiva, es impresionante el protagonismo que están adquiriendo los gigantes tecnológicos en I+D. En 2018 las diez empresas más grandes de Estados Unidos, encabezadas por Amazon y Alfabet (la empresa “madre” de Google), invirtieron 122 mil millones de dólares en I+D, es decir, el 21% de toda la I+D realizada en Estados Unidos en ese año (580 mil millones de dólares). Nótese que las diez empresas norteamericanas más grandes –seis de las cuales son del sector de software, sistemas digitales, electrónica y computación– contribuyen con el equivalente del 85% del aporte de las diez empresas más grandes del mundo a I+D.

En síntesis, hay un desplazamiento del protagonismo en I+D hacia las grandes empresas que cada vez dominan más la economía occidental y, dentro de ellas, particularmente los gigantes tecnológicos de Estados Unidos y esta tendencia se profundizará.

La pandemia actual de COVID-19 está generando la peor depresión económica internacional desde 1932 y, a la vez, las grandes compañías del mundo digital han tenido enormes ganancias durante estos últimos meses, adicionales a las que ya estaban acumulando anteriormente. Como bien se sabe, los servicios provistos por estas grandes plataformas digitales se han vuelto indispensables en medio de las cuarentenas, encierros y distanciamiento social, por lo que probablemente su rol en el mundo, en muchos sentidos, pero también en la innovación se ampliará notablemente, dada la dificultad que los países están teniendo para financiar múltiples rubros, incluyendo los muy presionados sistemas de salud, el seguro de cesantía a millones y millones de nuevos desempleados, entre otros.

apps y desarrollo
Imagen: Digiday.
2. Dirección, contenido y propósito de la I+D bajo los nuevos líderes empresariales

Podemos decir que los gigantes tecnológicos han estado profundizando el mundo del conocimiento mediante la colección de enormes y crecientes cantidades de información y analizándola, entre otras formas, a través de la Inteligencia Artificial (IA), lo que ha generado cambios disruptivos en la tecnología.

Tómese el ejemplo de Amazon que lidera actualmente la actividad de I+D en el mundo y cuya presencia en esta función aumentó en proporción casi geométrica en los últimos años. Amazon desarrolla la experimentación en toda su compañía para “ayudar a sus clientes a tomar decisiones sobre qué comprar”. La innovación impulsada desde el lado del consumidor produjo un fuerte desarrollo del Internet, desencadenando otras innovaciones en la web. Como lo expresó Jeff Bezos, el CEO de Amazon, a los ejecutivos de su propia empresa en 2012: “Sobre todo, alineense con los clientes. Ganen cuando ellos ganen. Ganen sólo cuando ellos ganen” (traducción propia). Es decir, el consumo es el motor de la I+D de esta empresa y la información sobre sus clientes es su mina de oro. Amazon ha invertido sustancialmente en áreas extremadamente innovadoras como Servicios en la Web de Amazon (AWS, por sus siglas en inglés) que es la plataforma en la nube más usada y con más información en el mundo, lo que le permite ofrecer innumerables servicios de centros de datos; el muy conocido Kindle, cuya introducción fue un parteaguas en cómo lee la gente; Alexa (Amazon Echo), que responde a cualquier pregunta de un usuario en una enormidad de aspectos; y Amazon Go, que es el concepto más avanzado de comercio, la tecnología que permite hacer compras en la forma más avanzada imaginable.

Es inevitable preguntarse si la orientación de la I+D inspirada en los consumidores en diversos mercados es la mejor guía para generar un avance para la sociedad humana, considerando que esto excluye a una buena parte de ésta por estar en los márgenes del mercado debido a sus escuálidos ingresos e incluso incomunicados vía los medios digitales. Si observamos la misión de Google, no es muy diferente a la de Amazon, pero tiene un alcance más universal: “Organizar la información mundial y hacerla universalmente accesible y útil”, lo cual requiere innovaciones permanentes en casi todas las disciplinas de ciencias de la computación. Como se explica en un documento reciente relativo al enfoque de Google sobre la investigación, mucha de ésta se orienta a nuevas formas de procesar una enorme cantidad de datos, lo que significa “entender” el significado de documentos, realizar traducciones entre idiomas con cada vez más precisión, traducir imágenes en texto, entre una infinidad de operaciones.

amazon go
Imagen: Chema Gutiérrez.

Algunos de los destacados avances se aplican a la salud, lo que es invaluable para la humanidad. Google Salud (o Google Health) es un área de Google que sí aporta instrumentos extremadamente útiles para mejorar la salud de la población mundial, al menos para aquella que tiene acceso digital. A través de los instrumentos de Google se puede conocer la condición médica de las personas (medición de temperatura, presión arterial, condición física, etc…). Google Salud también está contribuyendo, mediante la IA, a diagnosticar cáncer y otras enfermedades, así como para dar seguimiento a la recuperación de los pacientes.

Sin duda, las plataformas que encarnan la revolución digital están prestando servicios importantísimos en la presente emergencia de la pandemia. Gracias a ellas hay canales de comunicación instantáneos para llevar a cabo una cooperación sin precedentes entre investigadores científicos en el mundo que estudian el virus y buscan su prevención o su cura mediante una nueva vacuna, medicamentos nuevos o ya existentes; facilitan el rastreo a través de teléfonos inteligentes de los afectados por el coronavirus y posibles contagios de personas en estrecho contacto con éstos (esfuerzo conjunto Google-Apple en Estados Unidos); ayudan al mantener distanciamiento social mediante teletrabajo y estudio a distancia.

Pero, los avances mencionados no han sido alcanzados por los gigantes tecnológicos por sí solos. Es importante en este punto traer a colación el trabajo de Mazzucato (2018), que estudió con detenimiento el caso de los iPhones de Apple y el vínculo entre la tecnología que se aprovechó para su desarrollo y el aporte tecnológico hecho por la propia empresa para alcanzar esta gran innovación (experiencia no muy distinta de la de otros gigantes tecnológicos). La autora muestra cómo todas las tecnologías esenciales para el iPhone provienen de la investigación básica que en su momento financió el gobierno de Estados Unidos, entre otros “… el GPS, Internet, comunicación celular, Siri, microchips, pantallas dactilares” (Mazzucato, 2018) y atribuye el verdadero genio de Steve Jobs, creador del iPhone, a la integración de estas tecnologías que fueron inventadas por otros y al diseño muy original de sus productos. Es decir que por sí solos no podrían haber logrado estas innovaciones.

A pesar de lo impresionante de los logros de la sociedad del conocimiento que en este momento nos está auxiliando ante la pandemia, cabe preguntarse si la ciencia y la tecnología y su aplicación están enfocándose a resolver los problemas más grandes del mundo actual, más allá de la pandemia, es decir, los problemas que aquejaban a la humanidad antes de ésta y que persisten o se agravan actualmente.

apple e innovacion
Imagen: Visual Scribing.

En este sentido es importante preguntarse si no debiera haber, como plantea Mazzucato en un artículo reciente (2018), políticas públicas con propósitos específicos (mission driven policies) para superar los grandes problemas de nuestra era. Ella propone que “la gran ciencia se aboque a resolver los grandes problemas”, que a su juicio son el cambio climático y la calidad ambiental, los cambios demográficos, la salud y el bienestar, problemas de movilidad, a lo que habría que agregar la pobreza y la desigualdad. La autora considera que los gobiernos tienen la oportunidad de influir sobre la orientación del crecimiento y de la innovación realizando inversiones estratégicas a lo largo de la cadena de innovaciones y en múltiples sectores. Entidades como el Instituto Nacional de Salud en Estados Unidos tiene como propósito “desarrollar conocimientos fundamentales sobre la naturaleza y el comportamiento de los sistemas vivientes y la aplicación de ese conocimiento para fortalecer la salud, alargar la vida y reducir las enfermedades y las discapacidades.” He ahí una institución que no genera ganancias pero merece todo el apoyo imaginable.

En la práctica, como se mencionó anteriormente, la I+D está trasladándose cada vez más al sector privado y dentro de éste a las grandes empresas tecnológicas, incluso este sector está tomando mayor responsabilidad en la investigación básica. Pero ¿podrán orientar el avance de la I+D hacia lo que se necesita? Ésa es la gran inquietud que surge.

Sin duda, la diversificación de los gigantes tecnológicos es cada vez mayor en materia de I+D y su aplicación. Elon Musk, la cuarta persona más rica del mundo y CEO de varias enormes empresas, está presente en la producción desde automóviles eléctricos (Tesla) hasta cohetes espaciales (SpaceX). Entre estos extremos Musk desarrolla está una serie de otras actividades con innovaciones disruptivas: en telecomunicaciones (Internet satelital masiva y económica); energía solar; infraestructura para el transporte, incluyendo nuevas formas de construir túneles; inteligencia artificial y robótica; tratamientos médicos y prótesis. Tiene proyectos extremadamente ambiciosos y casi fantasiosos como la interfase cerebro-máquina que conectaría el cerebro humano directamente a las computadoras. La presencia de Musk en todas estas esferas se llega a denominar el “ecosistema de Musk”. Algunas de estas innovaciones, además de ser extremadamente redituables seguramente favorecerán el progreso en el mundo, pero probablemente muchas de ellas dejarán intactos algunos de los problemas más apremiantes de nuestra era y que amenazan la existencia misma del planeta.

Algunas grandes empresas, y específicamente algunos CEO, son más sensibles a este tipo de responsabilidades que otros, como ha sido el caso de Bill Gates, co-fundador y CEO de Microsoft. Gates dejó la dirección de Microsoft en 2000 en parte para dedicarse a impulsar la Fundación Bill y Melinda Gates con un activo de 50 mil millones de dólares. Esta fundación respalda programas que abordan problemas globales como el de pobreza, mortalidad infantil, pandemias, y las restricciones al acceso de servicios de salud y educación. Pero los Gates son muy escasos en el mundo de los negocios. No se puede dejar exclusivamente en manos de los grandes empresarios, que buscan márgenes de ganancias sin límites y ponen a este servicio las innovaciones tecnológicas, el dominio creciente sobre la I+D. Sin una definición y financiamiento suficiente de ámbitos públicos en la I+D, ésta queda casi totalmente restringida a los impulsos del mercado.

Versión en inglés:


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Hay que pensar fuera de la caja… Inteligencia Artificial

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Llevamos semanas hablando del coronavirus y los efectos que está ocasionando en nuestros sistemas sanitarios, económicos y políticos, eso sin mencionar, el impacto que tiene en las personas y la propia sociedad.

Es un fenómeno que no terminamos de conocer, inclusive podríamos decir que se parece a una quimera, de la cual surge una cabeza cada vez que nos acercamos a solucionar una de sus tantas vertientes.

Pensar de manera tradicional o intentar utilizar estrategias generales para acabar con este problema no es la solución, por el contrario, tenemos que pensar de forma disruptiva e innovadora, o como suele decirse, hay que salir de la caja, y actuar para atacar así a la quimera del coronavirus.

En este sentido, la Inteligencia Artificial se presenta como una oportunidad, ya que la aplicación de tecnologías distintas puede ayudarnos a ver de una perspectiva diferente el problema, o bien desarrollar herramientas que nos permitan ser más ágiles a la hora de atacar el problema.

uso de inteligencia artificial
Imagen: PGNTree.

La aplicación de técnicas avanzadas para el tratamiento de grandes cantidades de datos e información, facilitando con ello la definición de escenarios en más de un sentido, la identificación de estrategias cruzadas o relaciones ocultas, que de manera tradicional podrían ser difíciles de entender o definir.

Un ejemplo, es la publicación desarrollada por la Universidad Autónoma de Zacatecas, en colaboración con la Universidad de Granada, la Universidad de Barcelona y la Universidad de Cádiz, que a través de técnicas inteligentes analiza más de 12 mil artículos científicos relacionados con coronavirus, identificando las principales líneas de investigación, su relación y evolución, así como los agentes más relevantes en términos de autores, organizaciones, países y fuentes de información.

Esta investigación establece un marco de referencia que cubre 50 años, desde 1970 hasta 2020, lo que facilita en gran medida a investigadores, independientemente de su ámbito de acción, el entendimiento del conocimiento que se ha ido desarrollando en torno al coronavirus y cuáles son las fronteras.

Muestra de la importancia de esta investigación, es el hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS), recientemente ha incluido este artículo dentro de su base de datos sobre coronavirus. Este repositorio sirve de apoyo para que todo el mundo pueda acceder de manera más ágil a los últimas investigaciones y desarrollos, con el objetivo de poder dar respuestas y acabar así con la quimera.

inteligencia artificial coronavirus
Imagen: Share America.

Este tipo de técnicas han ido evolucionando y cada vez más se adaptan a las necesidades, es decir, conforme se va estableciendo un primer marco de referencia, la utilización de técnicas inteligentes, se puede ir focalizando más a la investigación, abriendo y cerrando caminos de la ciencia por los cuales sea transitado ya, pero no con el mismo objetivo.

Para los agentes participantes de dicha investigación, los resultados representan una oportunidad para adaptar el escenario a sus entornos, apoyando así a las organizaciones que trabajan en el desarrollo de estrategias para paliar los efectos del coronavirus a nivel social, político, económico y sanitario.

Por último, es necesario resaltar que ante nuevos retos no podemos seguir pensando de la misma manera, salgamos de la caja, que el aprendizaje que consigamos generar en esta época se convierta en defensas para futuros retos, lo cual sin duda, serán más complejos que lo que han sido sus antecesores.

Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos. No duden en seguir haciéndome llegar sus comentarios y recomendaciones al correo electrónico ricardolopezrobles@outlook.com o vía Twitter a @rlopezrobles.


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El nuevo reto: La transición de la Industria 4.0 a la Sociedad 5.0

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Desde hace un buen tiempo escuchamos hablar de la Industria 4.0 que hace alusión a un nuevo modelo de sociedad con un énfasis en la tecnología digital, así como la gran interconectividad a través de la Internet de las Cosas y el acceso a datos en tiempo real.

Esta Industria 4.0 ha sido entendida por muchos como la 4ta. Revolución Industrial, momento de una evolución tecnocientífica que tiene como principal característica la llamada “Inteligencia Artificial”, la que sólo ha sido posible a partir de la manipulación de grandes (grandísimas) cantidades de información, fenómeno a su vez conocido como el Big Data.

Esto ha tenido y tendrá grandes repercusiones, existen ya las fábricas obscuras, o fábricas sin luz, que son unidades de producción total o casi totalmente automatizadas. Con la aparición de las grandes máquinas y herramientas con control numérico y los robots, muchos procesos industriales son o pueden ser actualmente automatizados, ello necesariamente ha desplazado la mano de obra tradicional.

sociedad 5.0
Ilustración: Freepick.

En mi infancia, ser tornero, por ejemplo, era casi un arte, y el que implicaba capacidades particulares en los individuos que manejaban aquellos tornos (sin control numérico). Esos “torneros” debían imaginar en su mente y controlar con sus manos el sistema de coordenadas cartesiano en 3 dimensiones “X”, “Y” y “Z”. Con la aparición del control numérico el “tornero” tradicional, el tornero de antaño desapareció, hoy basta con programar en una computadora dichas coordenadas cartesianas para que la máquina haga el trabajo, y lo hace mejor que el humano, pues nunca se equivoca. Hay que agregar que no se distrae, no necesita ir al baño ni pide una hora para la comida.

Como esta historia hay muchas, muchísimas, la industria automotriz y aeronáutica son probablemente el mejor ejemplo de la automatización de procesos. Atrás muy atrás quedaron las líneas de producción, tal y como las concibió Henry Ford, hoy esas líneas de producción están repletas de máquinas y no de hombres.

Como podemos imaginar, las repercusiones económicas y, sobre todo, sociales de esta Revolución industrial, tienen efectos adversos, los individuos son desplazados por las máquinas. En términos de Inteligencia Artificial, muy seguramente nos pasará lo mismo a diversas profesiones y actividades como: abogados, contadores públicos, cajeros, médicos, etc. Muchas de estas actividades fácilmente serán suplidas y dejaremos de ser esenciales, o bien, deberemos re-inventarnos. En países como Estados Unidos, Francia o Canadá, desde hace tiempo es posible, por ejemplo, pagar las mercancías sin necesidad de un cajero humano. Pasas tus productos por un lector de barras y liquidas con tu tarjeta de crédito, lo que por cierto ya sucede también en nuestro país, particularmente en la Ciudad de México.

Pero el título de este artículo alude a los nuevos retos que nos impone la Sociedad 5.0. Pues bien, el gobierno de Japón está preocupado por esas “consecuencias sociales” de la Industria 4.0 y está proponiendo lo que ellos llaman la Sociedad 5.0.

sociedades artificiales
Ilustración: Freepick.

De acuerdo al concepto japonés, la Sociedad 5.0 ubica a la sociedad en el centro de todo y busca que la tecnología esté al servicio de la población, adicionalmente Suiza y Alemania –por cierto, esta última originalmente la impulsora del concepto de Industria 4.0– se están uniendo al concepto japonés, con la intención de utilizar la tecnología no sólo desde su perspectiva de “beneficios económicos” sino para mejorar las condiciones de vida y bienestar de la población. La idea resumida es que: “No debe ser la tecnología la que marque el rumbo de la sociedad, sino la sociedad la que marque el rumbo de la tecnología”. En todo caso lo que se intenta es humanizar estos grandes avances tecnológicos.

La pretensión es evitar, en la medida de lo posible, los efectos negativos que, por ejemplo, sucedieron con la primera Revolución industrial, en la que el hombre, el ser humano, también fue desplazado por las máquinas.

En fin, el concepto de Sociedad 5.0 aún se está fraguando, no es una idea acabada pero sí es una idea sobre la que deberemos estar atentos.


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Llegan reglas “duras” para Internet y redes

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La reforma “digital” que se incluyó en el paquete de leyes promulgadas el 1º de Julio pasado –y ya en vigor–, en forma silenciosa –por no decir “mimetizada”–, dio un giro de 180 grados a nuestra ley en la materia. Podemos decir, inclusive, que de esta manera concluyó una discusión que tomó más de una década resolver en el país.

Digo que nos tomó casi una década resolverlo porque en el 2011 el Senado mexicano se negó a aprobar la promulgación de un tratado internacional antipiratería –el llamado ACTA–, que había sido ya firmado por el Ejecutivo, y que obligaba a México a incorporar en su ley interna lo que apenas hoy se consolida. Muy importante entender, entonces, qué sucedió en nuestro país para pasar, de una posición a favor de libertades irrestrictas en Internet, a otra de limitación de contenidos protegidos por derechos de autor. Ha sido ésta una batalla larga, desgastante, mundial, en la que los avances de la posición pro-defensa se han dado en pequeños lapsos y metro a metro.

El tema no es menor. Internet y las redes sociales se han convertido en la herramienta que ha transformado el mundo, otorgando a cada ciudadano, y a cada grupo, un lugar y una voz. La construcción de la opinión pública a partir de la transversalidad y la posibilidad de interacción de las redes digitales ha transformado nuestros hábitos: cómo estudiamos, cómo nos comunicamos, cómo compramos, cómo nos divertimos, en sí, cómo vivimos. La parte onerosa y gris de este mundo virtual hiperconectado es la de los autores y titulares de derechos, que sólo parcialmente han recuperado la opción de cobrar por la explotación de sus obras en el campo digital.

leyes para internet
Imagen: elTOQUE.

Lo que los sistemas jurídicos no han podido lograr, en términos de disuadir conductas lesivas a través de las muchas rutas que tiene la piratería, plataformas como Spotify, iTunes y Netflix, lo han alcanzado en algunos segmentos de mercado, reduciendo significativamente los costos del disfrute de música y películas. Sin embargo, en rubros como el software, los videojuegos y los libros, los índices de tráfico ilegal de contenidos siguen siendo alarmantes.

Bajo las nuevas reglas que incorpora la ley de derechos de autor y el Código Penal, el que posea derechos sobre determinados contenidos, podrá solicitar a las plataformas el retiro inmediato de los mismos, dando prueba de su reclamo; si la solicitud cumple méritos mínimos el contenido será “bajado”, dando oportunidad a la otra parte de probar a su favor y eventualmente lograr mantenerse en la plataforma. Otros alcances de la regla permitirán, también, lograr órdenes efectivas contra sitios web sospechosos de violar derechos de autor, como medida inicial en un juicio.

En el entorno digital, esperar a que una sentencia, después de varios meses (o años), reconozca un derecho y ordene suspender operaciones resulta inútil, especialmente con las facilidades de relocalización y reconexión que ofrece Internet –y las redes sociales–, bajo múltiples identidades (perfiles y nombres de dominio). Por este motivo, la posibilidad de detener a los sitios ilegales en forma expedita resulta medular en el combate a la piratería digital, aunque a muchos les parezca un acto de censura que vulnera en forma grave derechos fundamentales de libertad de expresión.

delitos en internet, leyes
Imagen: La Voz.

En países que han aplicado estas reglas desde hace años, es factible que se ordene a un proveedor de servicios de Internet (como Infinitum o Total Play), cortar el servicio a un usuario que es detectado bajando contenidos ilegales en forma reincidente. Es decir, si el suscriptor es detectado bajando películas u otras obras de sitios ilegales, podrá llegar a ser dado de baja sin haberse seguido un procedimiento previo. Veremos cómo funcionan estas disposiciones en el nuestro.

Para los puristas, este tipo de medidas implican violaciones graves a los derechos de audiencia y debido proceso, y claramente representan pérdida de libertades civiles. Para el otro bando, estas medidas son las únicas que pueden permitir la operación eficiente de las redes digitales, con seguridad para todos y permitiendo a los autores el ingreso que el sistema les reconoce.

Desde luego que muchas de las interrogantes hoy abiertas por la nueva legislación, sólo se irán respondiendo en los meses y años por venir, según si la aplicación de las reglas pasa por los filtros de las autoridades administrativas y del poder judicial. Aun así, resulta paradójico que este cambio, de clara orientación “neoliberal”, se presente en estos tiempos.

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¿Y si repensamos todo?

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Esta primavera vimos cuánto y qué tan rápido puede cambiar nuestra civilización: todo cambió y nada volverá a ser igual. A cinco meses del surgimiento del nuevo coronavirus, miles de millones de habitantes del planeta avanzan a lo que se llama “nueva normalidad”, pero lo hacen con un profundo resentimiento a lo pasado.

Pese a la incertidumbre que caracteriza la era post COVID-19, emerge del largo confinamiento una sociedad más politizada, crítica del poder público y privado, que rechaza el retorno a una cotidianeidad donde impera el interés de corporaciones sobre el bienestar de las personas. Los disturbios en Estados Unidos lo confirman.

La nueva estructura del futuro próximo también pasa por reflexionar que en esta pandemia no hubo liderazgos políticos eficientes. En Occidente, los Ejecutivos se vieron con pánico escénico, paralizados o rebasados por las circunstancias. Eso aplica a las muy onerosas comunidades de inteligencia –militares y civiles, públicas y privadas– del planeta, que fracasaron en proveer a la clase política de información oportuna, veraz y suficiente ante esta emergencia.

repensar el futuro postcovid
Ilustración: Eric Lobbecke.

Quienes conocen el mundo de la inteligencia, saben que todas las agendas de riesgo y amenazas a la seguridad nacional de los Estados incluyen a las pandemias. Y aunque no eran la prioridad, la posibilidad de propagación de un patógeno letal hacía viable el despliegue de políticas y fuerzas de contención. No fue así.

No es creíble que esas agencias de seguridad e inteligencia, siempre en busca de un enemigo, fracasaran en advertir puntualmente de la epidemia que se propagaba en la oriental ciudad china de Wuhan. 

No es creíble que esto sucediera en medio de la implacable guerra geopolítica que hace dos años libran Estados Unidos y la República Popular de China por el control de la tecnología de Quinta Generación. Ni que estrategas, geopolitólogos y think tanks no tuvieran su foco de atención de lo que sucedía en el coloso asiático. Todas esas estructuras fracasaron y esa falla no debe repetirse.

Y algo es seguro, al COVID-19 le seguirá un COVID-20, vendrán un COVID-21 y otros más; todos definirán nuestra vida cotidiana, la política y cadenas de suministro globales. Entonces hay que repensar todo. Como asegura la doctora Guillermina Baena Paz, descifrar el futuro requiere visión y soñar en prospectiva.

Y con esa idea de repensar el futuro los sobrevivientes de la pandemia salen de casi 60 días de confinamiento a la “nueva normalidad” tras perder referencias y seres queridos. Millones reprochan al antiguo orden no haber cuidado de los más de 6 millones de infectados, ni de sus 369,000 víctimas letales, por no mantener sistemas de salud robustos.

IA

La visión más justa de futuro se construye hace tiempo por psicólogos sociales, politólogos, economistas, geopolitólogos, historiadores, decodificadores de metadata, investigadores en Inteligencia Artificial, entre otros. Esos multidisciplinarios pioneros del futuro detectaron grandes tendencias en la era post COVID-19:

· Uno, la desconfianza masiva en los gobiernos; que se traducirá en exigirles mayor securitización de la salud y garantías laborales.
· La segunda es la hipocondría social; el abandono de prácticas comunitarias tradicionales en favor de la individualización por el permanente temor al contagio.
· Otra tendencia anticipa menor consumo y mayor ahorro –que herirá el corazón del paradigma de nuestra civilización–.
· Sigue la tendencia del patriotismo industrial, que promueve el consumo nacional sobre importaciones.
· Y, otra más, será el debate público del dilema entre seguridad y salud –biopolítica y vigilancia desde el Estado–.

Resultado de esas tendencias hoy surgen en Occidente múltiples proyectos. Uno es el plan del Green New Deal del sociólogo Jeremy Rifkin, para crear nuevas actividades productivas que generen nuevos empleos. Esa radical transformación del sistema energético-industrial, lograría emisiones cero y evitaría la amenaza de nuevos desastres globales.

Apenas en abril surgió en Holanda otra propuesta, de 170 académicos, expertos e intelectuales, que cimbró del modelo político-económico contemporáneo. En general, su manifiesto de cinco puntos da prioridad a la vida y plantea una nueva economía sustentada en el decrecimiento.

Propone olvidarse del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y diferenciar entre sectores viables para invertir (sectores públicos estratégicos, energías limpias) y sectores inviables (petróleo, gas, minería).

y si repensamos todo
Ilustración: Nathalie Lees.

También, formulan una política de redistribución de la riqueza a partir de una renta básica universal, impuestos al lujo y la riqueza, reducción de jornadas laborales y trabajos compartidos. Plantean que la agricultura se base en producción local y sus  trabajadores tengan salarios justos y mejores condiciones.

Y por último, consideran necesario cancelar la deuda de trabajadores, del Sur Global y pequeños empresarios con la banca. Ello implicaría reducir el consumo “desenfrenado” y viajes “despilfarradores”, y optar por viajes necesarios y sustentables.

Compatible con la visión neerlandesa, el gobierno de la premier Jacinda Ardern en Nueva Zelanda –reconocida por su buena gestión ante la pandemia– anunció que abandona al PIB como medición de prosperidad. 

Eso sucede en un país que en 2019 tuvo una economía boyante pero que en enero ya adolecía de bajo consumo y alza en su tasa de suicidios y de personas sin casa. Por ello el ministro de Economía, Grant Robertson, reconoció que la prosperidad macroeconómica no acompaña la mejora material de los ciudadanos. Entonces, ¿repensamos en futuro?


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