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Calidad de Vida y Psicología Positiva

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Mejorar nuestra calidad de vida, incrementar nuestra satisfacción por la vida es posible y está en nuestras manos. De ello conversan dos especialistas en el bienestar y nos comparten algunas recomendaciones desde la perspectiva de la Psicología Positiva.

Agradecemos a Marisela Ramos Rico, Coach en Psicología Positiva, que haya accedido a esta entrevista exclusiva para El Semanario Sin Límites, desde la Ciudad de Panamá, para responder a algunas preguntas fundamentales para todos nosotros.


Dime Marisela, ¿qué es esto de la psicología positiva?

—Antes que todo, muchas gracias Roberto por esta oportunidad de conectar con los lectores de tu columna “En Perspectiva”, de El Semanario Sin Límites. Me siento muy honrada. Respondiendo a tu pregunta, la psicología positiva se define como el estudio científico del óptimo funcionamiento humano. Su objetivo es descubrir y promover los factores que permiten a las personas prosperar.

¿Cuál es el origen y propuesta de la psicología positiva?

—La Psicología Positiva es fundada por el Dr. Martin Seligman, profesor de la Universidad de Pennsilvania, y su propuesta, en apretada síntesis, es ayudar al ser humano a encontrar una vida de prosperidad, florecimiento y plenitud. Recordemos que antes de la propuesta de Seligman, la psicología estaba orientada fundamentalmente a atender las enfermedades y trastornos de la mente, desde la depresión hasta la esquizofrenia. Así, el enfoque del Dr. Seligman se distingue en estar orientado en desarrollar las capacidades positivas de la mente, con un enfoque humanista; en lugar de atender y mitigar las patologías.

¿Cómo se llama el modelo de psicología positiva propuesto por el Dr. Seligman?

—El modelo se llama PERMA-V (por sus siglas en inglés) cuyos componentes son: Positividad, Relaciones Interpersonales, Significado, Logros y, posteriormente, Emiliya Zhivotovskaya del Flourishing Center de Nueva York, agregó Vitalidad, que es el cuidado físico.

perma v

Sumamente interesante lo que nos comentas Marisela. Verdaderamente provocador y esperanzador a la vez. Así que, ¿cuáles son las recomendaciones clave para los lectores de El Semanario Sin Límites para mejorar su calidad de vida?

—Con mucho gusto Roberto, las recomendaciones son:

1. Responsabilízate de tu propio bienestar. No le cedas el poder  de tu bienestar a nada ni a nadie.  Decídete a hacer lo necesario para tener una buena calidad de vida y a disfrutarla.
2. Observa tus pensamientos. Hay algo que se llama metacognición y es la capacidad de los seres humanos de oír nuestros pensamientos. Somos lo que pensamos. Cuando pensamos cosas negativas sobre nosotros mismos, nuestras circunstancias y el mundo que nos rodea, las atraemos. Cuando “escuches“ uno de esos pensamientos, cancélalo o cámbialo por tres positivos. Los pensamientos negativos tienen más fuerza, por eso tenemos que  contrarrestarlos.
3. Olvídate de dietas que tienen una connotación de escasez, esfuerzo, sacrificio. Piensa en amarte a ti y a tu cuerpo que te tiene que durar mucho. Enfócate en darle cosas saludables, muévete (actividad física), toma agua, duerme bien. Los kilos extras se van como consecuencia.
4. Y una recomendación de pilón: ¡AMA! Ámate a ti; ama a los que te rodean; a los seres vivos; a la naturaleza; a este mundo maravilloso que habitamos. El amor es el sentimiento de más alta energía y el que te conecta con tu espiritualidad y te acerca a tus sueños.

psicologia positiva
Ilustración: Sophie Pecqueux.

—¿Algún comentario final que quieras hacer, Marisela?

—Darte las gracias Roberto, por la oportunidad de compartir mi pasión con tus lectores. Me gustan mucho tus artículos, tus reflexiones y sobre todo tu compromiso por elevar la calidad de vida de los mexicanos.

EN PERSPECTIVA, agradecemos a Marisela Ramos Rico, Coach en Psicología Positiva, por sus valiosas recomendaciones. Destaco entre ellas, la necesidad de responsabilizarnos de nuestro propio bienestar, es algo que sin duda suscribe la Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida.

Y ¿usted qué opina, estimado lector? ¿Está usted listo para hacerse responsable de su propio bienestar aplicando los hallazgos de la Psicología Positiva?


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Una anécdota “nueva” de Paco y Jorge

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Es bien sabida la gran popularidad de Paco Camino en México y en un año especial en su historia esto es; 60 años de su alternativa y 50 de torear con gran éxito en solitario en Madrid, y Dios mediante en diciembre cumplirá 80 de haber nacido en Camas, pueblo vecino de Sevilla, nos provocan gran alegría a los que le admiramos como torero y también lo estimamos como persona.

Recientemente platiqué con Jorge Gutiérrez y le comenté que había platicado con el hidalguense Camero –de quien se expresó con elogios– y que se encontraba como él: “enchiquerado por la pandemia”. Afortunadamente ambos con buena salud, uno en España, el otro en Juriquilla en Querétaro.

Jorge se deshizo en elogios para un torero con un sitio único, merced a su privilegiada manera de interpretar el toreo y refirió que de cierta manera fue de aquellos toreros especiales, en los que miró en sus pininos como uno de los referentes y como ejemplo a seguir en su carrera.

paco y jorge
“El Coloso de Tula”, torero mexicano retirado (Fotografía: NTR Zacatecas.

Jorge se consagró en la historia de La México como consentido, por su trayectoria impecable y llena de faenas inmortales desde su época de novillero, categoría en la que debutó ante novillos de Santoyo, el 26 de junio de 1977, con “Paquiro” y “El Brillante” –su gran amigo y quien recién celebró 45 años de haber debutado en el Coso de Insurgentes– y enhebró en su ruedo 9 festejos.

Por aquella época de cuando Jorge era novillero, ya estaba el mandón Manolo Martínez y Paco en España partía el bacalao como coloquialmente se dice. Pues bien, en 1976 Don Nicolás González y su hijo ganadero, también propietarios de la bellísima plaza Santa María de Querétaro, lograron, después de más de doce años, convencer al Camero de venir a torear a México, hecho que sucedió el 4 de diciembre de 1976, medio año antes del debut de Jorge en La México.

En la corrida con toros de Garfias, Manolo se constituyó como el triunfador y se abrió una serie de confrontaciones entre el regiomontano y el Camero, en las que participaron, desde luego, otros toreros de México y España en la recta final de la carrera de Paco, a quien vimos actuar en mano a mano con Manolo Martínez, en Querétaro el 17 de diciembre de 1977 cuando la inmortal faena que instrumentó a “Navideño de Garfias”, toro que por cierto brindó a Lorenzo Garza.

Ya para esa fecha Jorge estaba a punto de cerrar su ciclo como novillero y el 25 de 1977 con un astado de San Manuel y en el cartel del Estoque de Plata que disputó con Ángel Majano, Alfredo Gómez “El Brillante”, Rafael Sandoval, José Antonio González “Chilolín” y Jesús Salazar, logró ungirse el triunfador y se llevó el trofeo en disputa.

Angel Majano
Ángel Majano González, torero español (Fotografía: Sol y Sombra).

Luego, el 11 de febrero de 1978, Gutiérrez recibió la alternativa con toros de Garfias en La México; su padrino fue Manolo Martínez y como testigo, Curro Rivera. El toro de su alternativa se llamó “Perla Negra” y se le reconoce como uno de los toreros más queridos por su afición.

Traigo a colación todo el entramado porque recordar es vivir y además porque recién me enteré que el vestido verde y oro con el que actúo Paco Camino en Querétaro con “Navideño de Garfias”, le fue otorgado a Jorge Gutiérrez, conjuntamente con el otorgamiento del Estoque de Plata.

Esa anécdota para mí fue novedosa y supongo lo será para otros que en los vericuetos del toreo ignoramos muchos detalles como el que ahora relato, y por eso es grato rememorar pequeños pasajes de la maciza historia de dos grandes figuras del toreo.

Sirva de recuerdo de tiempos idos y presagio de tiempos nuevos que nos darán motivo en el futuro de traerlos a colación, como prueba de que el toreo es parte fundamental de la cultura de países como el ibérico y el nuestro. Larga vida deseamos a los maestros y celebrar con ellos sus logros.


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Sensibilidad ciega

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Ésta es la historia de ese gran fracaso o de un proyecto que todavía no logro tangibilizar. Tal vez por eso la escribo, porque deseo hacerla realidad.

Hace más de seis años un grupo de amigos decidimos incursionar en el diseño de una experiencia a través de pensar un reto que nos sacará de nuestra zona de confort. Le llamamos al resultado de ese experimento Los ciegos que no vemos. El reto consistía en generar una experiencia para ciegos en museos. Lo hacíamos seis personas con muy diferentes perspectivas: había una diseñadora, un arqueólogo, una antropóloga, un músico-mercadólogo y una comunicóloga experta en cambio de comportamiento. La tarea fue ardua, pues ninguno conocíamos a un débil visual; tampoco teníamos conexión alguna y clara con museos. Tal vez por eso el proyecto derivó en una gran idea jamás implementada: una historia de fracaso por falta de fondos. Sin embargo, el trayecto y el aprendizaje fueron de una riqueza infinita. Conocer a algunas personas de la comunidad débil visual ha sido una de las experiencias más ricas que he tenido en mi vida.

El proceso nos llevó a enfrentar nuestros propios prejuicios: percibimos que en el mundo de “los ciegos” había diferencias claras. No es lo mismo nacer que ser adquirido, y no es lo mismo quedarse ciego a los cinco que a los veinticinco años o tener una debilidad visual con cierto grado de limitación. Nos dimos cuenta que el aislamiento, más que de capacidad, es social. Somos una sociedad “racista” hacia una otredad distinta. No tenemos la más mínima cultura de interacción con personas que tienen diversas capacidades. El portal se abrió hacia las múltiples discapacidades que pueden ser más severas y para las cuales estamos mucho menos preparados: ciegos, sordos, mudos, autistas, personas con síndromes son un mundo segregado por la sociedad entera. Explorar el mundo de los ciegos nos reveló que quienes no veíamos la realidad éramos todos nosotros. Por eso nos decidimos por el nombre Los Ciegos que no vemos, pues nos parecía el mejor juego de palabras para expresar la paradoja.

museos ciegos
Imagen del brochure que hicimos.

A través de amigos llegamos a un colectivo de la UACM llamado Letras Habladas, Juventino Jiménez y José Luis Osorio fueron grandes brújulas para el proyecto, nos dieron luz; otra persona que nos abrió el panorama fue Jorge Lanzagorta un emprendedor poblano, seleccionado nacional del equipo de futbol para ciegos, que además tenía un proyecto empresarial: Cine para imaginar. Pensar en esos titanes de la cotidianidad es reflexionar en personas que traducen libros a palabras habladas y el cine a la palabra hablada para ampliar el acceso del conocimiento a sus comunidades. Su deseo más profundo es el de ser partícipes y no se esperan a que los demás creemos esas condiciones. Ellos las crean.

Abrir el portal de sus mundos fue una explosión de la sensibilidad e imaginación y una lección de vida. Cuando los normovisuales (quienes no tenemos problemas de la vista) pensamos en ese mundo surge la primera visión de que ellos requieren ayuda pues su sensibilidad está mutilada. Una especie de falsa caridad. Si bien esa aseveración es en parte cierta, también existe una profunda revelación: sus capacidades están profundamente desarrolladas. Es muy probable que el mundo necesite más de su ayuda para liberar la pobreza de nuestra sensibilidad que ellos de nosotros para orientarse en su cotidianidad.

El proceso nos llevó a comprender varias cosas. En primer lugar, la mayoría de los museos cometen el mismo error: separan a los ciegos de los no ciegos. Eso genera una experiencia diferente que no puede ser dialogada, la mayoría de las veces muy reducida para el débil visual. Muchos ciegos tienen parejas y amigos normovisuales y buscan vivir algo en conjunto. Un cuarto pequeño con algunas piezas falsas para ser tocadas o algunas piezas con traducción braille dividen el trayecto de los otros y muestran o bien el pensamiento de esa falsa caridad, o una visión estadística que muestra la pobreza de nuestro pensamiento como sociedad. Al entrevistar a algunos directivos de museos, decían: “es que son muy pocos, yo no puedo pensar en hacer experiencias para tres, me debo de centrar en la media de la población que viene”. Así el problema del huevo y la gallina se revelaba: ¿no había débiles visuales en museos porque la oferta era insuficiente o porque simplemente no habían sido tomados en cuenta por curadores y museos pues son una población pequeña?

sensibilidad ciega
Durante una de las sesiones del prototipado.

La lógica de los porcentajes y de las poblaciones medias lo único que hace es crear poblaciones mediocres en pensamiento. Cualquiera que diseña sabe que si no se dirige a la masa sino a las orillas de una campana de Gauss, a los más débiles: logrará conquistar a todos. Si haces un ascenso pensando en que el más limitado puede subir, todos llegarán a la cima. Nuestro experimento derivó en que la experiencia debía de ser una misma para ciegos y no ciegos. La mejor solución fue bloquear la vista a quienes sí veíamos y retirar el bastón a quienes no veían.

La segunda revelación fue que en las pocas memorias gratas que había en la comunidad débil visual se contaba una narrativa. No era una pieza ni un fragmento sino toda una conceptualización que además era multisensorial. Así que haciendo uso de nuestras limitadas capacidades pensamos que lo mejor sería hacer una historia de un mercado prehispánico, de esa manera podríamos contar algo y además hacer uso de todos los sentidos y explotarlos: sabores, sonidos, olores serían los escenarios de un espacio multitudinal.

Conseguimos que un escritor nos armara una narrativa a la altura y un experto en audio, ganador de Arieles, nos hiciera una pista de última generación con un sonido 5.1. La misión era engañar los sentidos para meter a nuestra audiencia en un viaje multisensorial. La idea era fascinante.

Así que la prototipamos. Conseguimos un espacio, en un departamento vacío, pusimos las bocinas, simulamos viento, dimos pruebas de alimento e invitamos a grupos de ciegos y no ciegos a experimentar. Para engañar los sentidos, los guías norteábamos o engañábamos llevando al grupo a la calle y regresándolos al espacio para aparentar un largo trayecto. La sesión duraba poco, veinte minutos.

museos ciegos
Durante una de las sesiones del prototipado.

Los resultados fueron muy claros: los participantes ciegos y normovisuales estaban encantados por la experiencia.

Estaba en un gran zócalo, pasamos mucho tiempo, sentí que entraba en un bosque e imaginé todo. Estuvo increíble, al principio tenía miedo, pero me sentí segura. Ver el mercado azteca y sus voces. Probar, tocar. Está increíble esto.

Es la primera vez que siento que ayudo a alguien que no ve, eso que siempre vivo en el metro, cuando la gente me quiere ayudar hoy lo viví, sentía cómo temblaban sus piernas y manos con temor a caer; para mí todo era muy claro. Salimos a la calle, bajamos escaleras y fuimos hacia la calle más cerca de la avenida y regresamos hacia la que va al metro. Lo del mercado estuvo bien, sólo que las cinco bocinas y el espacio eran insuficientes

Recuentos así nos mostraban la pobreza y la riqueza de la ejecución. La experiencia del ciego no había vivido engaño alguno, pero lo había llevado a sentirse útil y valorado por el otro. La experiencia del no ciego era la que habíamos planeado. Aprendimos que es casi imposible engañar los sentidos de un ciego: podían describir los espacios, el número de personas, todo el montaje. Era como una persona que ve tras bambalinas en el teatro.

Sabíamos que era un comienzo con mucho por cambiar y mejorar. Imaginamos cómo hacerlo comercial, cómo generar empleos para ciegos, cómo hacerlos guías. Imaginamos cómo invitarlos a la creación de la experiencia. Nos visualizamos en un proyecto con giras yendo a diversos museos con muestras temporales. Todos estábamos emocionados. Sin embargo, seis años después todo permanece en un plan, en un boceto que espera a ser realizado.


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Mi mejor amigo

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¿Sabes quién está para ti siempre que lo necesitas?

A lo largo de la vida siempre hemos tenido a un mejor amigo, no necesariamente es el mismo todo el tiempo, y a veces, el que lo fue ya ni siquiera sigue siendo nuestro amigo ni está más en nuestra vida.

Hay mejores amigos que otros, algunos sólo son amigos de la escuela, del trabajo, de fin de semana…

Pocos son los que te conocen mejor de lo que te conoces tú mismo, y que te aceptan tal y como eres.

Pensemos quién es nuestro mejor amigo hoy en día. ¿Será el primero que hicimos en el kínder de la escuela? Si es que sigue estando en nuestra vida, entonces probablemente lo sea.

mejor amigo celular
Ilustración: Chloé Nicolay.

¿Será alguno de los que hicimos en la universidad o en el trabajo?

¿Será alguien que conocimos cuando éramos ya adultos y no pensábamos que fuéramos a conocer?

Creo que no es ninguno de ellos. Nuestro mejor amigo, con el que estamos todo el día y sin el cual no podríamos vivir, es nuestro celular. Sí, el Smartphone del que nunca nos despegamos y cuidamos como si fuera nuestra propia vida.

En él tenemos los mejores recuerdos guardados, como las fotos y los videos. Lo usamos también para trabajar, y claro, para las redes sociales.

¿Qué decir de las redes sociales? Sacan lo mejor y lo peor de nosotros.

mejor amigo celular
Ilustración: Konstantinos Pappas.

La gran mayoría de nuestras interacciones diarias con otros humanos son a través del celular. A veces, ni siquiera por teléfono, sino simplemente por mensajes.

¿Y qué hacemos cuando estamos en compañía de nuestros seres más queridos? Pues obvio, estamos con el celular.

Gran parte de nuestro tiempo lo dedicamos a ver videos, fotos y retos de gente que ni siquiera conocemos, pero que nos parece más interesante que la gente con la que estamos físicamente en ese momento.

Si es cierto que cuando morimos vemos pasar los mejores momentos de nuestra vida, ¿nos veremos entonces en la mayoría de ellos riendo y llorando con nuestro celular en la mano?

Para que la gente nos recuerde cómo nos veíamos en vida, ¿podríamos poner en nuestra tumba una foto con el celular?


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Relaciones afectivas: el apego y la demanda del amor

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En el contexto de las relaciones interpersonales destaca por su importancia la relación que un individuo establece con la o las personas que le son más próximas, significativas y queridas. El tema es de enorme amplitud y profundidad. Se trata del amor y sus facetas de apego, compromiso, entrega, pasión, sensualidad, celos, revancha y tantas otras manifestaciones del vínculo afectivo primordial. El inabarcable e insaciable tema ha sido de interés y ocupación permanente para todas las actividades creativas que van desde las ciencias relacionadas a la reproducción de la especie y la sexualidad humana, hasta un vasto sector de las artes universales y la música popular como el bolero, sin olvidar, desde luego, las teorías derivadas o afines al psicoanálisis.

Para los objetivos de un proyecto sobre autoconciencia como el presente será importante vislumbrar de qué manera la conciencia de sí interviene en el vínculo afectivo y es agitada por éste. Pero aún esta empresa resulta demasiado imprecisa y extensa, por lo que ahora sólo abordaré algunas facetas académicas de interés interdisciplinario. No pretendo trazar un paisaje general del tema del amor pues va mucho más allá de mi limitada perspectiva, aunque reviste una importancia existencial central en mi vida, como para la mayoría de los seres humanos.

relaciones afectivas apego
Portadas del libro sobre John Bowlby de Frank van der Horst y de la edición castellana sobre el apego por la editorial Paidós.

Empiezo por el apego primordial. La “teoría del apego” fue desarrollada por los años 60 por John Bowlby, un psicoanalista inglés interesado en la ciencia de la etología, quien se planteó la necesidad de estudiar algunas nociones freudianas y en kleinianas con técnicas de las ciencias de la conducta. Asumió el audaz reto de abordar algunos planteamientos psicoanalíticos como hipótesis de prueba y consideró que el caso más viable era la relación entre la madre y su bebé que fuera destacada como un evento clave del desarrollo humano por Freud y sus seguidores con base en inferencias derivadas de observaciones clínicas en adultos. Bowlby realizó registros sistemáticos de la relación madre-infante en ambientes relativamente controlados, como los de un pabellón pediátrico. Sus extensos estudios establecieron, entre otros hallazgos, la ansiedad de separación, el patente estrés que muestran los bebés privados por periodos prolongados de la presencia de su figura de seguridad, usualmente de la madre. Estos estudios se relacionaron con una célebre investigación realizada en macacos de laboratorio por Harry Harlow que consistió en separar experimentalmente a crías de sus madres, lo cual llevaba a conductas de estrés, agitación y finalmente a una manifestación de depresión y desesperanza que podían ser parcialmente neutralizadas con muñecos sustitutos de la madre. El tema de las conductas de apego y separación, así como sus consecuencias en el comportamiento, el funcionamiento neuroendócrino y la maduración nerviosa se convirtió en un amplio terreno de investigación psicobiológica.

Harry Harlow apego
Harry Harlow con uno de los macacos infantes separados de sus madres y apegados a una muñeca sustituta (fotografía tomada de: Twitter).

Bowlby desarrolló la teoría de que los seres humanos nacen con un sistema innato de apego cuya función es promover una proximidad entre el bebé y su guardián(a) que garantice su sobrevida, sobre todo en condiciones de necesidad y estrés. Los infantes se apegan a sus proveedores de cuidados como figuras primarias de adhesión y vínculo, pero estos últimos varían en su comportamiento hacia el infante, principalmente en el caso de los humanos. Si la figura proveedora de cuidado y afecto es segura y confiable, el vínculo establecido da seguridad al infante para enfrentar los retos del desarrollo, y más en el ámbito de las interacciones y relaciones interpersonales. Pero si la figura de apego es inconsistente o está ausente, los infantes desarrollan un apego inestable, lo cual deriva en problemas de vinculación afectiva. Más adelante aparecieron evidencias de que, en efecto, las cualidades de seguridad o inseguridad desarrolladas durante el apego afectan a las auto-representaciones e influyen en las relaciones afectivas de adolescentes y adultos. La manera como los individuos se vinculan con compañeros escolares, amistades, novios, parejas sentimentales o sexuales y eventualmente con sus propios hijos e hijas, está influida por los diferentes estilos de apego.

Los compromisos adquiridos por una persona forman parte de su red de creencias y de sus ligas con el mundo, en especial con el entorno social y cultural. Los compromisos explícitos son declaraciones sobre conductas y sentimientos continuados y dirigidos. La palabra compromiso evoca una intención recia, enfocada y duradera, usualmente acompañada de un propósito y un plan de acción, así como de una declaración verbal y formal sobre el vínculo que se propone establecer y se pacta explícitamente con una persona, ideología o creencia. Este tipo de declaraciones suelen estar cultural y ritualmente formalizadas, sea en forma de votos religiosos, juramentos civiles o promesas verbales directas. Sin embargo, en muchas ocasiones los involucrados rompen su compromiso o lo profieren sin plena convicción, como sucede de manera bastante frecuente en el matrimonio o en los votos religiosos de castidad o de obediencia. Es posible que, si bien el deseo y la intención son genuinos en el momento que los compromisos se profieren, quienes los toman desconocen los requisitos cognitivos y emocionales involucrados en la consecución de los objetivos que prometen.

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El matrimonio, compromiso ritual y ceremonial de múltiples culturas (fotografías tomadas de: Pxfuel).

Una de las necesidades primordiales de la mayoría de las personas es el tener relaciones íntimas que contribuyan a su existencia más plena. Decía Doris Lessing en El cuaderno dorado: “Todo el mundo piensa esto: ‘yo deseo que haya una sola persona con la que pueda hablar y que realmente me comprenda y sea amable conmigo.’ Esto es lo que la gente realmente quiere, si dicen la verdad.” Idealmente una relación satisfactoria implica la interacción de dos seres humanos independientes y maduros deseosos de compartir cariño, goce, cuidado y apoyo. Para que la relación sea viable en este sentido, parece indispensable que cada miembro de la pareja perciba con claridad al otro y renuncie a la expectativa de que éste satisfaga todos los objetivos de su propia vida. Sin embargo, la situación ideal es muy difícil de alcanzar y dista de ser una realidad para la mayoría de las parejas establecidas, cuyos integrantes deben practicar acomodos difíciles que requieren de autocrítica, adaptación del propio yo, negociación y buena voluntad. Esto hace de la relación de pareja y matrimonial un terreno de convivencia espinoso, pero que presenta oportunidades inéditas de crecimiento y maduración personal.

relaciones afectivas apego
Portadas de los libros del científico evolucionista Robin Dunbar y la escritora y Premio Nobel de Literatura Doris Lessing, sobre las dificultades, retos y oportunidades del amor de pareja.

El conocido biólogo evolucionista, primatólogo y neurocientífico social Robin Dunbar ha propuesto el valor evolutivo y adaptativo que tiene la pareja humana precisamente por las demandas que instituyeron las relaciones diádicas para la conciencia y la autoconciencia durante el desarrollo evolutivo del cerebro en los homínidos. En buena parte de su extensa obra, la citada Doris Lessing, Premio Nobel de Literatura, ha explorado el valor de esta ancestral convivencia y confrontación de poder, en la cual el hombre intenta detentar el mando, pero la mujer aventaja en perspicacia.


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Máscaras, mascarillas, mascaradas: el presente digital frente a la simplonería

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La palabra máscara, llama a error: no tiene que ver con (la) cara. En su raíz de más larga data, no esconde sino muestra. No es subterfugio, sino burla.

Llegada al español luego de un largo, larguísimo camino, que arrancó en el árabe, pasó por el catalán y el italiano, ante de recalar en la lengua de Cervantes, se relaciona con mas-hara, que a su vez, remite a sahor, burlador.

 En el que quizá sea el más famoso de todos los ensayos que Octavio Paz incluyó en El laberinto de la soledad, titulado justamente “Máscaras mexicanas”, el tema de a elución de lo real pareciera afincarse plenamente, esta vez, sobre una palabra detenida de máscara: mascarada.

El mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro y máscara la sonrisa. Plantado en su arisca soledad, espinoso y cortés a un tiempo, todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación, escribe el poeta.

Convertida en mascarada, la máscara deriva el impulso de que se burla al que burla la realidad, o aún más: su realidad. No verse así, es no ver.

mascaras simploneria
Ilustración: TED Talks.

Sobre el plano de una época donde el pensar básico ha logrado entronizarse, unos días atrás un representante popular en algún país del orbe, reclamaba airadamente su derecho a no usar una mascarilla higiénica, tapabocas, bajo el razonamiento, hay que llamarlo de algún modo, de no usar una “máscara “de perro.

En plena pandemia, debería llamar al azoro, no tanto que exista quien eluda controles sanitarios mínimos para su propia supervivencia y la salud de los demás, sino que esa elución pueda ser enmascarada bajo pretensiones de una “razón” personal.

La simplonería, lo simple y simplón, asoma así como una máscara y una mascarada, con fuertes connotaciones cargadas de autoengaño, que portan unión frente a lo complejo, y simplemente no entiende.

Los territorios donde quien no entiende, despliega sus artilugios repetitivos hasta el fastidio, son vastos.

La fórmula es sencilla: quien no entiende lo complejo, responderá a ello con una simplonería, enmascarando así, tratando de hacerlo al menos, tanto su insuficiencia como con la esperanza puesta en que el engaño y en autoengaño surtan efecto.

Del otro lado, mentes, construcciones, elaboraciones complejas frente a lo complejo.

mascaras simploneria
Ilustración: David Moore.

En días pasados, Beatriz Espejo Arce, mejor conocida como Bea Espejo, notable especialista española en arte contemporáneo, traía de modo brillante al centro de la discusión, la cuestión de la máscara y el más interesante aún tema de la identidad como ficción, muy a propósito de los tiempos que corren.

Publicado en las páginas de Babelia, el suplemento de literatura, arte y cultura del diario El País, el ensayo de Bea Espejo se centra en la trayectoria de la artista conceptual inglesa Gillian Wearing, cuyo trabajo con la máscara como medio para explorar la noción de verdad es tan largo como notable.

La máscara, bien se puede comenzar por afirmar luego de leer a Espejo y ver el trabajo de Wearing, es, ha sido, un artefacto.

Ya sea político o cultural; individual o colectivo; sofisticado o arcaicamente simplón. La máscara es un artefacto y la mascarada su puesta en función.

Escribe Espejo: Qué duda cabe de que la máscara pulula como mosca detrás de la oreja y como síntoma de una época de cambios extremos. Guerra cultural, lo llaman. Las técnicas para el enmascaramiento ganan en tracción y vuelven con una urgencia renovada.

Al hacer una amplia y muy convincente disección de lo que considera un referente irónico del tiempo pandémico y los modos de comprenderlo (o no), Espejo retorna a las implicaciones de lo enmascarado, bajo la guía de esas formas de pensamiento complejo que es el arte.

mascaras simploneria
“Entre la máscara y el espejo”, por Gillian Wearing en Maureen Paley en Londres, Reino Unido.

Engañosa por naturaleza, la máscara deviene el interfaz de lo oscuro. Eso de buscarse entre la falsa apariencia de normalidad de la gente. Brinda una desaparición voluntaria en tiempos de visibilidad extrema y se convierte en un altavoz para decir aquello que de otro modo no diríamos.

Su lenguaje tiene raíces en el poder y el control social. Un lugar desde el que significarse, para bien y para mal. Allí donde no podemos ocultar las cosas que nos pasan y las cosas que hacemos pasar, advierte la crítica española.

En todo hacer hay un pensar, tanto como pensar hay un hacer. Hace y piensa quien desde lo elusivo construye el engaño a los otros y el autoengaño de sí, bajo la máscara real de lo simplón.

Decir la verdad mintiendo: no se comprende, no se alcanza a comprender lo que de suyo es complejo. La salida, que más que ello resulta un salto al abismo, es el chistorete, la ocurrencia o la franca elusión, bajo la máscara de algo que quiere parecer ingenio.

Mas, si como sostiene Antoni Tàpies, el arte es la filosofía que refleja un pensamiento, en la Era de lo complejo, en el tiempo de las redes complejas que expresa la condición digital, la simplonería es, por el contrario, artefacto del vacío.

Incomprensión dramática.


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Pandemia de violencia

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Sin quitarle al COVID-19 su enorme impacto en nuestras vidas y en nuestro futuro inmediato, hemos sufrido de una enfermedad igual, o peor, en la forma de la violencia y el crimen en todas sus manifestaciones.

Particularmente la semana pasada y el inicio de ésta han sido periodos aciagos en materia de inseguridad y los efectos que provoca en una sociedad, tristemente, acostumbrada ya a la impunidad y al delito.

Con las consecuencias de una serie de masacres ocurridas en Sonora y Oaxaca, además del asesinato cobarde de un juez y su esposa, llegamos al viernes pasado para atestiguar un atentado en contra del secretario de Seguridad Ciudadana de la capital del país, Omar García Harfuch, en un operativo criminal no visto antes en la Ciudad de México y menos en contra de un funcionario de tan alto perfil.

El despliegue de células organizadas con armamento de guerra, logística, vehículos y una planeación que no se puede explicar sin colaboración interna, trajo al corazón del país escenas que sólo habíamos visto en puntos de nuestra nación ya convulsionados por la violencia y que demostraban lo lejos que todavía estamos de alcanzar la paz y la tranquilidad que tanto demandamos.

pandemia violencia
Ilustración: Jeff Gomez.

La aparición pública de líderes de cárteles, así como las ineficiencias de autoridades y jueces para fincar responsabilidades a presuntos responsables de delitos, involucrados con los primeros, y hasta la detención de otros criminales a quienes se les atribuyen horrores como la desaparición de 43 jóvenes, nos obliga a reflexionar que, con o sin coronavirus, el problema de la falta de seguridad seguirá siendo un talón de Aquiles para el cambio verdadero de la República.

Coincide con el primer aniversario de la creación de la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad cuyo despliegue a lo largo del territorio nacional aún deja muchos más pendientes que resultados, aunque debemos reconocer avances en ciertas áreas de combate al crimen, como el tráfico de combustibles, el robo en carretera y una marginal contención de algunos crímenes que mantienen baja la cifra negra como el robo a vehículos, en tanto que los homicidios dolosos se estancan o aumentan irremediablemente.

Como si el semáforo de la pandemia no fuera suficiente, el semáforo de la inseguridad pareciera mantener no ya el color rojo intenso, sino violeta, sin importar la aparición de un contagioso virus que detuvo al mundo, pero no a quienes en estos momentos atacan, atracan, y viven de la ilegalidad; una industria que se hizo incontrolable después de décadas de complicidades, tolerancia, corrupción e impunidad.

Entramos en el segundo tercio del sexenio y los números de los delitos que se cometen todos los días se mantienen altos, a la par de que no hay señales claras de que las detenciones, los procesos judiciales y las sentencias crezcan gracias a la coordinación de autoridades y la eficiencia de los cuerpos policíacos estatales o municipales.

Regiones enteras del país están sometidas a los intereses de grupos criminales que no piensan dejar su negocio en poco tiempo, y si para ello es necesario subir el nivel de violencia en contra de quienes les cierran el paso, lo harán sin ningún miramiento; de ese tamaño es el poder económico que está en juego.

violencia a mano armada
Ilustración: Curt Melo.

Mientras tanto, los ciudadanos nos preparamos lo mejor posible para entrar en una nueva realidad, pero con los viejos problemas de siempre, lo que hará más difícil que salgamos de la crisis económica y de empleo que ha traído la crisis sanitaria.

Advierto, sin embargo, que no creo que haya un engrosamiento de las filas de las organizaciones criminales, no funciona así, pero muchos jóvenes sí podrían ser enganchados con dinero fácil para entrar a los primeros escalafones del delito, mucho más si las bandas les confirman que hay espacio para prosperar por los errores y la complicidad de quienes tienen la tarea de defendernos.

No obstante, el papel de la ciudadanía es más importante que nunca para lograr un descenso considerable del crimen organizado (que es todo) si le damos su lugar a los buenos policías, los buenos guardias nacionales, y denunciamos cualquier incidente que afecte nuestro bien vivir.

Recuperaremos poco a poco cierta movilidad y eso podría dar a los delincuentes la falsa impresión de que pueden volver a las andadas sin que opongamos resistencia. Es el peor mensaje que podemos enviar como una sociedad que debe actuar como una sola y aprovechar las nuevas condiciones de convivencia para prevenir, apoyar y colaborar con las buenas autoridades, que sí las hay.


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Causas, condiciones y consecuencias

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La relación causa-efecto es ampliamente conocida en el budismo, forma parte de las enseñanzas de las Cuatro Nobles Verdades y se encuentra en el fundamento de su práctica. Esta comprensión de la realidad es de gran utilidad para todos independientemente de la confesión religiosa o carencia de la misma, y de alguna manera se pone intencionalmente en la práctica cuando se tiene un objetivo en el horizonte.

Causa-efecto es un binomio que permite comprender el flujo de la vida. Este proceso, en perenne movimiento, es el autor de las condiciones de vida personales y comunitarias. Analizarlo facilita mirar al pasado, presente y futuro de forma objetiva. En efecto, hacia el pasado faculta observar las causas que fueron tejiendo la historia personal. En el presente, permite ver y comprender las causas que se encuentran en el pasado como precursoras y orquestadoras de la realidad actual. Hacia el futuro habilita proyectar un destino, reconocer los elementos necesarios para llevarlo a cabo, ordenarlos en la secuencia conveniente y trabajar en las causas correspondientes para llegar a la meta propuesta.

causa efecto
Ilustración: Sergio Ingravalle.

Sin embargo, las causas son más complicadas pues siempre se encuentran en el entramado relacional de la existencia en donde la acción de uno afecta ineludiblemente en el entorno y en los demás; de igual forma, las acciones de los otros y las condiciones del ambiente influyen la realidad individual. En esta interdependencia e interrelación es posible y necesario ampliar la comprensión de la propia existencia con el fin de encontrar caminos nuevos.

Las condiciones hacen referencia a las posibilidades que brindan los otros, el contexto y el momento concreto para llevar a cabo un objetivo específico. En este sentido, no sólo interviene en la historia personal las causas que se encuentran en el pasado, sino que existan las condiciones adecuadas para desplegar los recursos desarrollados.

En efecto, independientemente del cuidado con el cual se ha construido cierta certeza existencial, siempre hay condiciones ajenas a la persona misma que influyen para estimular o inhibir el proyecto de vida. Esta comprensión es importante mantenerla siempre en mente a la hora de interpretar la realidad propia, y se hace especialmente primordial en este momento de la existencia donde para muchos las consecuencias de la pandemia son adversas o al menos problemáticas.

Las consecuencias, entendidas como los hechos o acontecimientos que resultan de otros, son la suma no sólo de las causas personales y comunitarias que intervinieron en su desenlace, sino de las condiciones que los facilitaron o las inhibieron. Así, causas, condiciones y consecuencias son un trinomio en constante flujo en donde la forma como se asumen las condiciones y consecuencias se transforman en las causas del futuro.

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Ilustración: Dan Bejar.

Reconocer este proceso sumado a la habilidad de evaluar las condiciones reales que emergen de la realidad, junto con la flexibilidad para adaptar las expectativas y los objetivos, son elementos fundamentales para el desarrollo de un presente satisfactorio en la medida que la situación lo permite.

Indiscutiblemente la emergencia sanitaria alteró la realidad y las expectativas de futuro de muchos. Lamentar la situación, angustiarse, quejarse o simplemente esperar, dejan una sensación de insatisfacción, enojo y sufrimiento que de suyo no contribuyen a recrear la realidad.  En cambio, observar situaciones que presentan condiciones adversas como ésta y jalar la energía que produce este revés, permite enfrentarlo como reto. Es decir, en vez de lamentar aquello que no está en el horizonte y añorar el pasado o la ilusión perdida, se trata de combinar lo que sí hay para sacarles el mayor provecho posible. Esta actitud abre nuevos horizontes, permite encontrar nuevos caminos, empodera a la persona y la hace dueña de su propia historia.


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