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Bioética, Neurociencias e Ingenierías: rutas de la cultura y el arte digital

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La vida amenazada, el cuerpo mutante, la fragilidad de la existencia encuentran en el mundo digital del presente nuevos e ilimitados caminos.

Arte y enfermedad tienen una larga, compleja y vasta relación histórica desde tiempo inmemorial.

Virus, bacterias, epidemias han inspirado en extenso y muy valioso catálogo de obras de todo tipo, en las que el tema alude al cuerpo mutilado, deforme, rígido, aterrorizado o aterrorizante por la enfermedad.

Desde el desgarramiento interior de la etapa oscura de Goya hasta la luminosa novela de Milorad Pavic, Doble cuerpo, a sabiendas de que, diagnosticado de cáncer, sería su último libro.

Del Cortés de Diego Rivera en los muros del Palacio Nacional, en México, verde y enjuto por la sífilis y la viruela, hasta el anónimo que representa a San Roque con un gusano cuya larva emerge de la pierna del santo.

san roque
Retablo de San Roque, santo protector ante la peste y toda clase de epidemia.

Los ejemplos sobran y no se trata de hacer aquí un recorrido minucioso de ellos. Baste decir, a la sombra de esa inteligencia privilegiada que fue Susan Sontag, que no hay otra forma de entender la enfermedad sino a través de sus metáforas.

Por su parte, la relación entre la creatividad artística y la tecnología es de suyo casi simbiótica. La creación es, en sí misma, una forma de poner en práctica cierto tipo de tecnología.

El desarrollo de la Escuela Flamenca, que significó sin duda un antes y un después en la historia de la pintura, no puede separarse de la invención y propagación de esos pigmentos mezclados con aceite a los que solemos llamar óleos.

Y ni qué decir de esa tecnología particular que implicó fundir pequeños tipos, letras, de metal y luego acomodarles y reacomodarles en planchas de metal embadurnadas de tinta, a la que hasta hoy llamamos la imprenta de Gutenberg

Herramientas, plataformas tecnológicas han ido de la mano con las ideas, preocupaciones y formas a través de las cuales los artistas de todas las épocas han expresado su arte.

Dos son las características, sin embargo, que a mi modo de ver marcan el presente digital y su relación con la cultura y el arte.

imprenta y arte digital
Grabado de Imprenta europea del siglo XV (Imagen: Wikimedia).

La primera es del todo obvia. La facilidad en el acceso a las creaciones de todo tipo y en todas las artes, es apenas proporcional a la amplitud con la que hoy podemos ver, escuchar, leer, disfrutar una obra sin importar cuándo ni dónde se produjo.

La segunda característica, también del todo inmersa en el espíritu de época (el Zeitgeist de los alemanes) encuentra su punto nodal en el desplazamiento de las disciplinas, y, aun más, de los campos del conocimiento.

Si la transversalidad en el pensar es un signo inequívoco de cualquier posibilidad de comprender la complejidad de lo real, esta condición de lo transversal se ha instalado sin duda en la formas de concebir, realizar y entender el arte del presente.

En este contexto, no sorprende el proyecto que en fechas recientes, Hyundai, la empresa sudcoreana de automóviles, ha llevado a cabo para visibilizar el trabajo que distintos artistas alrededor del mundo realizan teniendo a la pandemia global como base de sus obras.

Bioética, ingeniería en sistemas, matemáticas aplicadas, neurociencias, son el punto de partida de la condición de indagación de estas obras que, teniendo el arte como soporte, se despliegan sobre la enfermedad y sus metáforas, para recuperar el título aquél que Sontag nos legó.

Sí, se me dirá que ya Escher, John Cage o incluso Carroll, sí, el de Alicia en el país de las maravillas, lo habían hecho antes.

O bien, se traerá a cuento la tesis doctoral con la que el Nobel de literatura, J. M. Coetzee egresó de la Universidad de Texas, usando la programación de una IBM de los sesenta para descubrir los patrones lingüísticos en Beckett.

arte digital
Inteligencia Artificial programada con algoritmos para escribir poesía (Fotografía: Techgrabyte).

Es cierto, y ya se advertí antes. Arte, ciencia y tecnología tienen una larga historia de realizaciones que han trazado puentes entre ellas.

Lo novedoso aquí, sin embargo, es que corresponde a una época, la digital, en la que las nociones de desplazamiento continúo, me atrevo a predecir, conforman el terreno fértil sobre el cual se traza un camino sin retorno.

El curador y artista francés, Jens Hauser, es el anfitrión de este proyecto llamado Art + Technology. Junto a él, Antoine Bertin, Anicka Yi y Heather Dewey-Hagborg expanden las posibilidades de la creación digital.

Los artistas contemporáneos, dirá Hauser, están señalando cuestiones cruciales de nuestro tiempo, relacionadas con las de carácter tecnocientífico.

A la par que Bertin, artista sonoro, trabaja con la secuencia computacional del COVID, Yi elabora piezas visuales a partir del Ébola y Dewey-Hagborg toma como material de su trabajo la oxitocina y su relación con el miedo y el amor.

Aromas, sonidos, visiones, reflejos de la capacidad del arte para expresar la indagación humana sobre sí.

La capacidad creativa y simbólica del arte, colocada ahora sobre lo digital como tecnología, sí, pero sobre todo como idea de movilidad y desplazamiento que se desplaza y se interconecta en sistemas complejos.

Lo invisible, lo visible; lo humano, hoy.   


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Pocket Classroom: Propuesta Innovadora para la eEducación

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La teleducación o eEducación, contrario al sistema clásico en que profesores y estudiantes concurren a un espacio físico para el aprendizaje y la enseñanza, refiere al proceso de desarrollo de actividades escolares o académicas remotas, efectivamente cada uno estando en lugar distinto, pero interconectados a través de un medio virtual.

En su acepción y aplicación más reciente, se requiere y hace uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para la interacción efectiva y en tiempo real de profesores y estudiantes en dicho proceso educativo, mediante el uso de herramientas y dispositivos de transmisión de sonido, video y datos.

La eEducación es una entreteja de elementos donde participan los estudiantes, los profesores, los padres de familia, las autoridades educativas, los planes de estudio, y los materiales, todos comunicados por la trama tecnológica, a saber, la conectividad, los dispositivos para crear y consumir contenidos, las habilidades digitales y los contenidos virtuales para un aprovechamiento académico efectivo.

De manera creciente, se ha buscado avanzar hacia su implementación eficaz, ya sea como modalidad o de manera complementaria al sistema de enseñanza tradicional, para hacer frente a las barreras de espacio y en tiempo en el proceso formativo de niños y jóvenes. Durante la presente pandemia, toma especial relevancia su aplicación, al imponerse el aislamiento y distanciamiento social.

eEducación en México

Desde finales de la década de los noventa, es posible identificar líneas de acción de política pública educativa enfocadas en el uso de las TIC en el proceso educativo en México.

Entre 1997 y 2012, tuvieron lugar esfuerzos orientados, especialmente, a equipar aulas con infraestructura y equipamiento tecnológico. Se instalaron desde pizarrones interactivos, hasta conectividad y computadoras personales en los salones.

teleducacion
Ilustración: Freepick.

Aunque varios de estos esfuerzos contemplaban esquemas de difusión de los contenidos educativos e implicaban mecanismos de evaluación y capacitación para alumnos y maestros, terminaron por enfocarse en la provisión de equipamiento.

Al final de este periodo, si bien todavía se registraron esfuerzos de equipamiento de aulas, se implementó el primer esquema de entrega de dispositivos como computadoras portátiles a los estudiantes.

De 2013 a 2015, las políticas en este ámbito se enfocaron en la entrega de tabletas, con un limitado alcance, apenas llegaron a escuelas de 15 entidades federativas. Un elemento interesante de este periodo es la creación de la Coordinación @prende dentro de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que es el corpus institucional para el desarrollo de políticas educativas orientadas a la adopción y apropiación de las TIC.

Posteriormente, se transitó a un diseño integral que requería el desarrollo de contenidos, la tenencia de dispositivos por estudiante, aulas equipadas, conectividad, capacitación para profesores y otros eslabones de la educación a distancia. Sin embargo, no contó con financiamiento suficiente y finalizó con la administración presidencial en 2018.

Finalmente, en la contingencia pandémica actual y el consecuente aislamiento social trajeron consigo la necesidad de implementar un sistema de educación a distancia: Aprende en Casa, programa que utiliza las telecomunicaciones y la radiodifusión como elementos clave para la formación educativa.

Estos esfuerzos se pueden ver apoyados por la democratización de las tecnologías móviles, tal que 98.1% de la población en México cuenta con una línea celular, mientras que 9 de cada 10 de estas operan ya en teléfonos inteligentes o smartphones con plena capacidad de transmisión de voz, datos y video.

Pocket Classroom: propuesta de eEducación móvil

Este escenario ha derivado en el desarrollo de una propuesta en la que, aprovechando la creciente tenencia de smartphones, conectividad y habilidades digitales, se haga uso de estos dispositivos como un salón de clases o un Pocket Classroom para coadyuvar el proceso educativo.[1]

pocket classroom

Efectivamente, estos elementos ya son una realidad aprovechable. En México, el padrón de smartphones alcanza prácticamente a la totalidad de la población, al contabilizar 111.1 millones de estos dispositivos, que representa que 87.8% de la población tiene la posibilidad de contar con un Pocket Classroom.

En cuanto al contenido educativo, Pocket Classroom propone adicionar el uso de videojuegos, al demostrarse su eficacia para el desarrollo de habilidades creativas, sociales, intelectuales e incluso motrices.

Una razón fundamental para incorporar los videojuegos como contenido relevante es su amplia difusión entre las personas en edad formativa. En México, existen 72.3 millones de jugadores, entre estos 21.6 millones (29.9% del total) tienen menos de 16 años, mientras que 10.1 millones (14.0% del total) tienen entre 16 y 20 años. Ambos grupos etarios registran una adopción y uso intensivo de videojuegos.

eeducacion

Adicionalmente, el dispositivo preferido para el acceso a juegos es el smartphone, tal que 72% de los videojugadores hace uso de estos. Ello, evidencia la relevancia de utilizar estos dispositivos como la vía óptima de propagación de los contenidos educativos.

Conectividad: eslabón fundamental

Un reto fundamental para la efectividad de una estrategia como Pocket Classroom es eliminar la brecha en el acceso a la conectividad a Internet.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y de Geografía y Estadística (INEGI), sólo 56% de los hogares cuentan con una conexión a internet. Asimismo, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) indica que 77 de cada 100 personas acceden a Internet a través de servicios móviles.

Al respecto, existen algunos mecanismos para aproximar al anhelado escenario de conectividad universal. Por ejemplo, el cobro revertido de datos, un esquema similar al que aplica en las llamadas a números 1-800, por el que los estudiantes tendrían acceso móvil a recursos educativos de internet.

Esto es sólo un esbozo de lo que Pocket Classroom representa. También se sugiere la aplicación de la Inteligencia Artificial, Realidad Virtual y Realidad Aumentada que cuentan con un probado impacto positivo en el acceso de contenidos, especialmente, rico en estímulos visuales.

Esta propuesta de la mejora del proceso educativo con herramientas tecnológicas se basa en el aprovechamiento de los videojuegos y en los smartphones, a partir de su amplia disponibilidad, tendencia y uso entre niños y jóvenes en edades formativas.

Si bien, la experiencia de política educativo-tecnológica es abundante en nuestro país, se presenta una oportunidad única, ante la emergencia sanitaria, para proponer el uso de tecnologías que abonen a mejorar los esfuerzos de teleducación y los contenidos educativos existentes.

Finalmente, la tecnología al servicio de la educación es el propósito de Pocket Classroom, a partir de la reconceptualización de los teléfonos móviles como pequeños, pero efectivos salones de clases que caben en nuestro bolsillo.


Notas:
[1] Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)-División Académica de Ingeniería y The Competitive Intelligence Unit (The CIU), “Pocket Classroom: Desarrollo de Videojuegos Móviles para la Educación”, ITAM-The CIU Working Paper Series. Disponible en: https://bit.ly/2MHBS48.


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Educación durante toda la vida

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La UNESCO me invitó a participar en un foro a distancia sobre el derecho de la educación para toda la vida. La idea es que cada persona debería tener acceso a aprender lo básico, especializarse, actualizarse, reentrenarse de acuerdo a sus necesidades e intereses, así como tener acceso a la cultura universal, que pudiera continuar activo y así gozar de una vida plena.

Se trata de una serie de participaciones escritas y de mesas redondas virtuales sobre la educación continua para toda la vida, organizadas desde París y que se están llevando a cabo a lo largo de tres semanas. Fuimos invitados varios expertos en distintas disciplinas, incluidas: neurociencias, Inteligencia Artificial, educación, y para mi fortuna, divulgación de la ciencia. Participamos invitados especiales de todos los continentes –salvo la Antártida–, elaborando documentos sobre escenarios deseables, y dando nuestros comentarios sobre las investigaciones de otros especialistas.

Expertos en educación para toda la vida de la UNESCO crean documentos formales basados en sus experiencias, ahora enriqueciéndolos también con nuestras aportaciones, con el objetivo de promover el pensamiento crítico, el debate, la educación inclusiva, sin discriminación, y el trabajo colaborativo. Sin duda se trata de un encuentro multidisciplinario y pluricultural muy interesante.

derecho a la educacion
Ilustración: Jeannie Phan.

Por el momento consideramos que la educación continua debe ser un derecho humano universal, y que dependiendo de cada nación, las necesidades educativas difieren significativamente; en Europa se desea fomentar el acceso a la educación y a la cultura para las personas mayores, con el fin de mejorar su calidad de vida, así como favorecer que las personas en activo se reinventen y actualicen. En cambio, en los sitios donde existe pobreza extrema, se trata de lograr por todos los medios posibles la educación básica para cualquier edad y condición social, que incluya la formación práctica y pertinente, y desde luego, el acceso a la cultura de todo el mundo.

Esta iniciativa trata de crear una utopía educativa, proponer estrategias para desarrollarlas y claramente enumerar los innumerables obstáculos para llevarla a buen fin. Como imaginará el lector, un elemento clave será tener conectividad mundial para contar con acceso a educación a distancia gratuita, que podrá ser guiada por Inteligencia Artificial focalizada a cada persona, dependiendo de sus necesidades y deseos de aprender un oficio, o actualizar el actual que tiene, solucionar problemas prácticos y, por supuesto, a la larga obtener un título universitario si lo desea, además de disfrutar de la cultura universal.

Algunos retos consisten en aclararle a los alumnos potenciales que la educación beneficia su calidad de vida, a tener dignidad, construir resiliencia, enfrentar problemas de salud, sociales y medioambientalistas. Que es importante cuidar de los demás y obtener soluciones colectivas para enfrentar la adversidad, es decir, aprender para favorecer que nuestra comunidad progrese.

Faltan dos semanas, ¡todavía hay mucho por hacer y contar!


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Houston, tenemos un problema, llegó el siglo XXI

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Hace unos días nos preguntábamos: ¿cuándo terminó el siglo XX y cuándo comenzó el nuevo milenio? Como sabemos, el tiempo es un concepto complejo que va desde la magnitud física que permite secuenciar hechos, hasta, por ejemplo, la noción gramatical que permite situar una acción en un momento determinado, lo que, a su vez, supone un saber cronológico del tiempo lineal que transcurre desde un punto inicial a otro siguiente, continuo o previo. Como se ve la cosa es algo más compleja que una fecha en el calendario.

A los seres humanos nos gustan los hitos, las conmemoraciones, los comienzos y los finales. Es posible que ello se deba a nuestra conciencia de muerte. El sabernos que, fisiológicamente, tenemos una fecha de expiración nos obliga a intentar atrapar en una bocanada de tiempo cósmico todo lo que nos sea posible. Sin duda, sin esa consciencia de límite, imaginación, creatividad, invención y evolución, como las entendemos, no tendrían ningún sentido.

siglo xxi y mortalidad
Ilustración: Dimitris Ladopoulos.

Durante décadas, siglos y milenios la idea de tiempo cronológico se mantuvo, en muchos sentidos, estable. Años, meses, días y horas resultaban predecibles. Las estaciones climatológicas estaban claramente marcadas en dos o cuatro, dependiendo del lugar del planeta donde se habitaba. Las tareas y los hechos transcurrían en forma concatenada, o, al menos, así parecía. La simultaneidad se entendía, al igual que la inmediatez, pero el concepto de presentismo no estaba en los registros psicológicos de prácticamente nadie. El aquí y el ahora existían porque había un pasado y un futuro; lo que ocurría hoy era con consciencia de memoria histórica y el mañana estaba sujeto a la naturaleza y a la voluntad de los dioses.

Con la revolución industrial y la idea de modernidad, los fundamentos del tiempo cronológico y psíquico comenzaron a cambiar. Aunque la medida lineal de éste se ha mantenido, desde entonces, la forma en que se entiende y vive el presente se hace cada vez más amplia. De algún modo, el ahora comienza a engordar, se hace obeso, apretujando el pasado contra sí mismo y, al mismo tiempo se hace cada vez más de voraz con relación al devenir. A partir de la segunda mitad del siglo XX, la idea de que el futuro es hoy se instaló como un lema global. La espera comienza a ser una experiencia cada vez más intolerable.

La aparición de internet instala el presentismo como motor, deseo y voluntad de existencia. La simultaneidad, el vértigo de creer contar con todas las posibilidades y la promesa de poder tenerlo todo, sólo por el hecho de acceder al menú que los escaparates reales y virtuales nos ofrecen, hacen aumentar la gula hasta alturas inimaginables. La web nos hace suponer que se puede contar con todo el conocimiento disponible en el instante mismo de la pregunta, lo que hace estallar la idea de reflexión por los aires. La pausa, la contemplación, el ocio sagrado de la filosofía clásica, la espera, son posiciones psíquicas que, lejos de producir templanza y carácter, generan angustia y sensación de vacío.

siglo xxi
Ilustración: Anton Kakhidze.

Y, en medio de ese ritmo desenfrenado, se nos acabó un siglo lleno de horrores autoritarios, deslumbramiento científico, artístico e intelectual. Las primeras décadas del nuevo milenio nos dieron más impulso aún, el tiempo ya no sólo volaba, prácticamente desaparecía en medio de nuevos logros sociales, económicos y tecnológicos. Las demandas de los siete mil millones de habitantes de este punto casi invisible del universo exigían respuestas concretas ahora. Y entonces, llega el freno, seco, brutal. Yéndonos casi de bruces, hemos pasado los últimos meses, llenándonos de fórmulas, hipótesis y teorías para acostumbrarnos y entender qué es todo esto.

Mientras intentamos no enfermar y sobrevivir a la pandemia, y la crisis económica gigantesca que se levanta frente a nosotros, anhelamos salir, lo antes posible, de algo tan único como inasible: la incertidumbre. Entonces, como los astronautas del Apolo XIII, le decimos a alguien esperando que nos escuche y nos dé una solución: —Houston, tenemos un problema, llegó el siglo XXI y no tenemos perspectiva temporal para comprenderlo.

Tal vez, un esbozo de respuesta está en la última escena de “Fanny y Alexander” de Ingmar Bergman:

Todo puede suceder, todo es posible y probable, tiempo y espacio no existen. En el delgado marco de realidad la imaginación gira creando nuevos patrones, lee en voz alta la abuela Ekdahl a partir de un texto de August Strindberg, mientras Alexander permanece recostado en su regazo. 


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El espacio digital y las aulas como entornos creativos

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El espacio digital se ha instalado en el gran imaginario social del mundo. Durante estas últimas semanas, hemos aprendido, y seguiremos aprendiendo, a movernos, hablarnos, intuirnos en él.

Lo digital constituye una espacialidad que se expande. La espacialidad física también, se dirá. Sí, pero a diferencia del espacio físico, lo que da valor al espacio digital, lo que lo vuelve extraordinario, son sus posibilidades, prácticamente ilimitadas de expandirlo.

Al igual que con otros muchas prácticas y objetos, lo digital en el caso de la forma como se vive en tanto espacio, no ha llegado para hacer desaparecer el espacio físico.

Una vez más se cumple una de las premisas básicas de la nueva Era, nada sustituye a nada, lo que se despliega, en todo caso, es un proceso de complementariedad.

Los casos que dan cuenta del modo cómo incluso la aparición de la experiencia digital no sólo no ha hecho desaparecer, sino incluso ha estimulado el revivir prácticas desplazadas, como el gusto por los discos de vinil, por ejemplo, se podrían enlistar largamente.

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Imagen: Thompson.

¿Son diferentes la espacialidad digital y la física? Sí, desde luego. Están llamadas a anularse, no. De hecho, hace tiempo que las generaciones más jóvenes vienen asumiendo plenamente las posibilidades que el espacio digital les proporciona.

La paradoja que se abre es extraordinaria.

 La espacialidad física, ésa que llamamos universo, es por naturaleza un espacio en expansión, probó ya Einstein, que sin embargo requiere, para poder ser vivido, ser restringido a una dimensión que el sujeto pueda sentir comprensible y vivible.

El espacio de la vida, así, no es necesariamente el espacio físico, infinito y en expansión que constituye, en todo caso una referencia que nos sobrepasa.

La paradoja reside en que, por su parte, el espacio digital siendo limitado, porque así está dado tecnológicamente, empuja, por así decirlo, a las personas a pensarlo (y pensarse) ilimitadas.

Y es en ese punto, ahí donde los individuos asumen lo ilimitado no del espacio digital mismo, sino de sus posibilidades, donde pareciera despertar lo mejor de las energías creativas de cada una, de cada uno.

Hay un desprendimiento de las seguridades y lo conocido, las referencias físicas de lo físico, valga la reiteración.

era digital
Ilustración: Deloitte.

Pero hay a la vez, la sensación de partida de una suerte de vuelo, la experimentación de que los lindes de lo físico no están ahí, más, para constreñir o limitar las posibilidades de la imaginación.

Lo lejano se vuelve cercano, lo extraño propio. Habitamos en una simultaneidad habitable, la experiencia de estar con el otro en un a la vez equidistante de cada uno.

En ese espacio intermedio, en esa espacialidad que queda a la misma distancia de cada uno, de quienes participan de un encuentro, se construye un entorno que rápidamente toma la forma de experiencia.

Del espacio digital, al entorno que suscita la creatividad, al encuentro con lo mejor de cada uno, cada una. Trayecto de posibilidades ilimitadas, de direcciones múltiples y de multiplicación exponencial.

Fue en Tehuacán, en la infancia de aquel allá y aquel entonces, donde en un cine llamado Morelos, que tenía las butacas de madera, vi una tarde de sábado El profe, protagonizada por Cantinflas.

En algún momento de la película, el profe, que ha llegado a un pueblo donde un cacique controla la vida de la comunidad, mira cómo su aula es destruida.

Sin que nada lo frene en la misión que se ha impuesto, el profesor improvisa un nuevo espacio de trabajo a la sombra de un árbol, en condiciones más que precarias.

Traigo la escena a cuento porque la historia de la educación ha estado indisolublemente ligada al espacio físico donde se desarrolla.

pensar digital
Ilustración: Janis Andzans.

Hoy vivimos un quiebre de posibilidades que no somos capaces aún de valorar en su extensión y repercusiones en el mundo de las prácticas sociales y las representaciones culturales.

La educación, la formación en habilidades, la transmisión del conocimiento, el estímulo del pensamiento, ha sido tanto como el lugar donde ocurre.

Llamadas instalaciones, campus, escuela, aula, se trata en todos los casos de refrentes a una atadura a lo físico que hasta hace muy poco parecía imposible de remover.

Que la educación y todo cuanto a ella está vinculado, pueda liberar sus alas del espacio físico es un hecho de magnitud histórica.

Educar dejará de ser donde ocurre para centrarse, quizá como nunca, en el qué ocurre y entre quienes ocurre.

A partir de la generalización de las plataformas digitales para fines docentes, conceptos como cerca, lejos; adentro, afuera; allá, acá… se tornarán, se están tornando ya, en marcas que tienen que ver con la aproximación entre sujetos, antes que en referencias espaciales de lo físico.

La escuela ya no como un sitio de conmemoración de rituales que reproducen el orden vertical, sino como un espacio horizontal, un entorno digital, una interacción humana, capaz de suscitar las energías creativas.

Ahí su energía, su espacialidad; nueva, humana, creativa e ilimitada. Un espacio, el digital, de la interioridad.

Nada menos.


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De las vacunas. ¿Las vacunas salvación del mundo? 2ª parte

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En el artículo de la semana pasada hablamos sobre el inicio de la historia de la vacunación que empezó con el desarrollo “artesanal” de la vacuna contra la viruela y cómo llego a Europa vía Turquía en 1700.

El proceso de la inmunización contra la viruela fue muy lento ya que siguió durante los siglos XVIII y XIX, y es hasta 1979 cuando se erradicó. Es interesante notar que en México, el Dr. Francisco Xavier de Balmis, en 1804 empezó a vacunar a la población contra la viruela. Ahora ya saben por qué una calle de la Ciudad de México tiene este nombre.

Probablemente la primera ocasión en que una vacuna fue aplicada a toda la población fue en Francia, ya que en 1812 Napoleón la declaró obligatoria para todo el ejército y luego para toda la población.

Otra fecha importante en el desarrollo de las vacunas se dio en 1890, año en que Shibasaburo Kitasato y Emil von Behring inmunizaron cerdos de Guinea contra la difteria, usando un suero basado en sangre calentada de animales que se habían recuperado de la enfermedad y que podían curar la difteria en los animales inyectándoles productos elaborados a partir de un animal inmunizado. Luego iniciaron pruebas en humanos, lo cual confirmó que el procedimiento sí servía para tratar la difteria en personas, utilizando la sangre de animales grandes como caballos para elaborar el suero. Por ello, a partir de 1895 se autorizó continuar con la llamada antitoxina de difteria para su uso en personas.

ciencia de las vacunas
Estampa de Emil von Behring y Shibasaburo Kitasato (Imagen: Colnect).

Von Behring ganó el Premio Nobel de Medicina en 1901 por su trabajo sobre la difteria.

Dado el éxito del método, éste se aplicó para desarrollar vacunas para otras pestes como el tétanos, viruela y la plaga bubónica.

Durante los primeros años de la preparación y uso de las vacunas no existían métodos para comprobar la pureza de las bacterias utilizadas y las pruebas de potencia en animales se hacían con poca frecuencia. Esta falta de precaución causó accidentes, así por ejemplo, en 1902, una de las vacunas contra la peste bubónica se contaminó provocando la muerte por tétanos a 19 personas en la población de Mulkwai en la India.

Louis Pasteur fue el que dio un gran paso adelante en la historia de las vacunas, al demostrar que muchas enfermedades eran causadas por organismos tan pequeños que no podían ser vistos por el ojo humano. Utilizando ese conocimiento realizó una serie de experimentos y descubrió que al administrar una forma debilitada o atenuada del microorganismo que produce la infección, se consiguen unas defensas más puras que introduciendo un germen productor de otra enfermedad similar a la que se quiere prevenir.

El éxito de Pasteur, además de su inteligencia y tenacidad, se basó en dos factores:

1. Hacía su investigación reuniendo información que recopilaba al platicar con veterinarios, agrónomos, granjeros, pastores y médicos, incluyendo cirujanos.

2.- Reuniendo un gran equipo de personas que trabajaron con él y que cumplían distintas funciones desde la recopilación de la información y su análisis, hasta la experimentación e implementación de sus hallazgos.

vacunas pasteur
Pasteur con su equipo en 1894.

En 1881 Pasteur, con base en sus investigaciones, hizo un llamado a la Academia Francesa de la Ciencia para que se implementara un extenso programa profiláctico contra todas las enfermedades de origen infeccioso. En ese discurso introdujo el término “virus vaccin”.

En 1885 Pasteur administró la vacuna de la rabia a Joseph Meister, un niño de 9 años. Este experimento armó un gran revuelo y fue muy censurado porque suponía la introducción deliberada de un microorganismo mortal en el cuerpo humano. Naturalmente, se trataba de un microorganismo debilitado tratado de forma conveniente en su laboratorio, y el éxito del experimento fue rotundo.

Pasteur y su equipo también desarrollaron la vacuna contra el cólera y contra el carbunco, enfermedad contagiosa que se da en las aves, y si se transmite a los humanos produce ántrax.

El 4 de junio de 1887 Louis Pasteur fundó el Instituto Pasteur de París, cuya misión es contribuir a la prevención y el tratamiento de las enfermedades, especialmente las infecciosas, a través de la investigación, la enseñanza y acciones de salud pública.

Este Instituto continúa con sus actividades a la fecha y ha ayudado de forma importante a controlar muchas enfermedades virulentas como la difteria, el tétanos, la tuberculosis, la poliomielitis, la gripe y la fiebre amarilla. Actualmente es uno de los institutos que está haciendo experimentos para desarrollar una vacuna contra el COVID-19.

En la siguiente entrega hablaremos sobre el desarrollo de las vacunas a partir de los importantes hallazgos que hizo Pasteur para la humanidad.


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Docencia digital: incentivar pensamiento, el compromiso básico

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Ha iniciado el irrevocable proceso de la generalización de la docencia digital. De aquí en adelante, nunca más se volverá a enseñar de la manera como se hacía.

Figura tutelar en la formación y transmisión de valores, visiones del mundo, ideas, tradiciones, y un amplio repertorio de todo aquello que nos constituye como sujetos, el educador ha ocupado un lugar central en todas las sociedades.

Cuesta trabajo pensar en una figura que pudiera tener un mayor reconocimiento y aprecio social, que la de quien educa.

La remuneración es otro tema y otra cosa. No se dice aquí que no importe. Sólo se subraya que la valoración social tiene innumerables formas y expresiones.

Los docentes han sido a lo largo de las historia de las sociedades de todos los tiempos, protagonistas de la hazaña que ha sido enseñar a leer y escribir a un porcentaje muy alto de la población mundial.

Por razones que competen a la propia lógica de las herramientas y tecnologías de la información, los docentes no han jugado ese mismo papel respecto a las herramientas y plataformas digitales.

docencia digital
Ilustración: Working Solutions.

La irrupción de la Era Digital ha traído consigo a los usuarios multipantalla y multitarea. Mas no sólo eso. Ha traído también aparatos en los que de manera cada vez más acentuada predomina para su uso lo intuitivo.

No es que niñas y niños “nazcan sabiendo de computadoras y celulares”, como suele decirse coloquialmente.

Lo que ocurre, más bien, es que esos artefactos están diseñados de acuerdo con los procesos simples de exploración, prueba y error, y rutas marcadas por la intuición. Esa misma de la que, con todo arrojo y alegría, la niñez es el reino.

Si hubiera que trasladar, pues, la lógica de la primera alfabetización, la que enseñó a leer y escribir, ¿qué tocaría entonces enseñar a los docentes de nuestro tiempo, dado que pareciera que los aparatos se aprenden a usar solos?

La pregunta es simple, la respuesta no. Es simple porque el lugar que la Era Digital tiene deparado para los docentes, podría decirse, es el mismo: ayudar a comprender el mundo, acompañar en el tramo de la vida que corresponda.

Sin embargo, la respuesta al nuevo sitio que toca a ocupar a educadoras y educadores, no es sencilla, ya que el cambio de época implica nuevas formas de configuración del pensamiento.

No estamos solamente frente al cambio de ciertas tecnologías por otras. Lo que hoy se vive es la traslación de todo un sistema de valores, representaciones, ideas y prácticas sociales y culturales, desde un sitio a otro.

Era digital
Ilustración: Whashington Post.

Lo digital que la nueva época implica, no reside en los objetos y sus usos, lo hemos dicho una y otra vez.

Lo digital, el arribo personal a la nueva Era supone la asunción vital y puesta en práctica desde lo propio, de las nuevas experiencias que suponen un mundo en Red.

Pensar y relacionarse en RED va mucho más allá, entonces, de conectarse o no a Internet o de la habilidad que se tenga, por ejemplo, para usar Zoom.

La configuración de un horizonte cognitivo y representacional en RED trae aparejado el desplazamiento de las nociones de liderazgo típicas del autoritarismo vertical, por sólo poner un ejemplo.

La autoridad tendrá que ser construida, en este marco de lo digital, no por la acumulación y dosificación de la información, sino por la capacidad para acompañar al otro a valorarla y organizarla, por citar otro aspecto de fondo que aparece en la agenda de retos de los docentes de nueva época.

La pandemia, sin duda, ha sido la coyuntura que ha venido a acelerar la adopción masiva de tecnologías digitales de uso educativo.

Habrá que considerar, empero, que no ha sido el confinamiento social el punto de partida de la enseñanza digital, sino más bien un catalizador que ha marcado un punto de no retorno.

ensenanza digital
Ilustración: Ioewenberg.

Valores como la empatía, que ya estaban ahí, en la tarea docente cotidiana, ha tomado nuevas formas y se han adaptado a una situación de emergencia planetaria, valiéndose de plataformas digitales que pasaron de ser auxiliares a ser la base de la posibilidad de mantener el contacto con los educandos.      

Quien esté pensando que el regreso a las aulas físicas será un punto y seguido del mundo que quedó suspendido con la pandemia, se equivoca rotundamente.

No hay nueva ni vieja normalidad. La normalidad es y ocurre en el presente continuo. Es un río en cauce que, desde Heráclito hasta nuestros días no ha dejado de cambiar y permanecer.

La normalidad de los días por venir supondrá, por eso, sin duda, nuevos compromisos básicos de los docentes.

Facilitar el desarrollo de competencias, tal y como demanda el presente, y demandará con aún más ahínco el futuro cercano, implicará para los docentes reafirmar su papel como incentivadores del pensamiento.

Convocar a elaborar procesos de comprensión y resolución de situaciones desde y hacia el orden de lo complejo, es hoy, más que nunca, la tarea.

El compromiso básico.


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Big-data, no es una nueva hamburguesa, pero sí el alimento de la nueva economía

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En las últimas semanas no hacemos más que escuchar, leer y ver notas sobre los datos sanitarios y económicos que nos ha traído y dejará el COVID-19 a corto, medio y largo plazo. Sin embargo, cuantos más datos nos llegan, más preguntas nos surgen sobre su veracidad, valor, volumen, variabilidad y velocidad, cuestiones que no se limitan sólo a los datos sino también a las fuentes que los han generado, difundido y utilizado.

En este sentido, hoy en día las organizaciones se encuentran inmersas en procesos de cambio, adaptación y evolución constantes, propiciados principalmente por las dinámicas que traen consigo los entornos donde participan y que, en la mayoría de los casos, resultan ser un único entorno, el global.

Resultado de estos procesos, las organizaciones han encontrado en los datos, información y conocimientos, nuevos valores, mismos que se han convertido en uno de los recursos más importantes con los que pueden contar. Sin embargo, la velocidad de crecimiento, variedad y volumen con que los datos y la información se generan y se pueden obtener hoy día, resulta vertiginosa.

big data en la economia
Imagen: Yale Insight.

Según International Business Machines Corporation (IBM), cada día se generan más de 2.5 trillones de bytes de información, y tan sólo en los últimos años se ha generado más del 90% de los datos existentes en todo el mundo, fenómeno que ha sido denominado como Big Data. Para contextualizar esto, se apunta a que cada día se envían más de 294 mil millones de correos electrónicos y se realizan más de 1,000 millones de búsquedas a través de Google, eso sin contar los flujos que generan otras plataformas de videos bajo demanda y las redes sociales.

Viendo esta situación es prudente afirmar que, en el corto y medio plazo, los datos, información y conocimiento serán aspectos claves para la competitividad de las organizaciones, y que esto traerá consigo no sólo cambios en éstas, sino también en la forma en que se perciben, valorizan y utilizan estos recursos.

Es en este punto cuando tenemos que hacernos las preguntas adecuadas y actuar en consecuencia, ya que, de no estar preparados para el reto que trae consigo el big-data, no podremos dar respuesta al entorno como organización, y mucho menos como profesionales, quedando fuera de las dinámicas económicas, políticas y sociales venideras.

Es evidente que el concepto de big-data seguirá evolucionando, y nosotros tendremos que hacerlo en la misma línea, desarrollando capacidades y herramientas que nos permitan capturar, gestionar, procesar y analizar de forma inteligente, ágil y segura estas grandes cantidades de recursos para definir estrategias y tomar acciones acordes a nuestros escenarios, creando también un ecosistema en nuestro país que nos dote de cierta independencia con respecto a otras naciones.

economia mundial
Imagen: Datafloq.

Sólo haciendo uso de estos nuevos recursos, seremos capaces de brindar soluciones específicas para el procesamiento de enormes conjuntos de datos provenientes de múltiples fuentes, tales como archivos, redes, sensores, dispositivos, etcétera. Situación que conllevará una serie de implicaciones tanto por sus características como las implicaciones de uso, infraestructuras, tecnologías y servicios adicionales, y que tendremos que resolver de manera conjunta, es clave para país.

Por último, es importante entender que los datos, información y conocimiento se han convertido en el nuevo petróleo y como tales serán los agentes que determinen las grandes estrategias geopolíticas y de consumo en los próximos años, así que, no dejemos que la contingencia sanitaria nos nuble la visión sobre las acciones que tenemos que acometer para palear los golpes que se vienen.

Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos.


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