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El combate a la corrupción como herramienta discursiva

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La corrupción es un tema persistente en el imaginario mexicano y, si le diéramos forma, diríamos que es como el Diablo: nos roba la oportunidad de ser felices, tiene la culpa de todo, está en todas partes, pero nunca sabemos bien dónde. Transparencia Internacional la define como “El abuso de un poder conferido para beneficio propio. La corrupción puede clasificarse en grande, trivial y política, dependiendo de la cantidad de dinero perdido y del sector donde ocurre”.[1] Para poder atacarla, es necesario saber bien qué es.

En el cuaderno de transparencia del INAI número 26 “Opacidad y corrupción: las huellas de la captura”, el doctor Mauricio Merino plantea dos formas de entender la corrupción:[2] a) una individualista, donde la falta de cualidades morales de una persona la vuelve corrupta; b) una burocrática, donde la corrupción se entiende como una serie de actos comprobados que violentaron reglas y éstos deben ser sujetos de una sanción y una reparación. Una tercera forma de entenderla, señala el autor, es contemplándola como una acción concertada que busca capturar distintos espacios de poder en las instituciones de gobierno para beneficio de un grupo de personas.

Una política anticorrupción busca, entonces, dificultar un esquema de captura institucional y lo hace por medio de un esquema de intercambio de información entre distintos entes y a través de un sistema institucional de archivos, sólido, que dé cauce a un cumplimiento de obligaciones de transparencia y a un caudal de información pública accesible al escrutinio ciudadano, además de un esquema para el seguimiento de los bienes, impuestos e intereses de los servidores públicos.

impunidad y corrupcion
Imagen: Xtrem Secure.

En la actual administración, se habla mucho sobre el combate a la corrupción y los costos que se ahorran cuando se abate;[3] sin embargo, no existe en los hechos una política coherente, pues hay un énfasis en una visión individualista. Esto puede demostrarse con la gestión que ha hecho el presidente de los testimonios de Emilio Lozoya en sus conferencias matutinas y al comentar un video donde se muestra a secretarios técnicos de senadores panistas de la LXIII Legislatura recibiendo dinero.

Para el presidente, combatir la corrupción es señalar al corrupto. Es decir, se entiende como un medio y no un fin, pues se usa como elemento discursivo que permite ejercer control político. Se atacan a panistas y priistas de la administración anterior, a razón de disminuir la credibilidad de dichos partidos en cara de las elecciones intermedias de 2021. Esto es, para buscar mantener la mayoría en la Cámara de Diputados, el presidente busca debilitar a partidos rivales por medio del golpeteo discursivo.

El combate a la corrupción permite establecer un discurso del bien contra el mal, donde el gobierno representa al “pueblo” y hace frente a los “corruptos”, sin definir quiénes son y por qué lo son;[4] al no definir estos campos, puede decirse que no se tolera la impunidad ni la corrupción, sin tener que explicar qué medidas en concreto respaldan esta afirmación. Es por eso que, en las mañanas, desde Palacio Nacional, se ondea un pañuelo.

ratas y politicos
Imagen: sabersinfin.

En la práctica, no se han hecho cambios necesarios a las reglas de adquisición, además que han existido porcentajes de adjudicación directa similares o mayores a los de administraciones pasadas.[5] Asimismo, por austeridad se redujo el presupuesto del INAI y del Sistema Nacional Anticorrupción.[6] Además de lo anterior, teniendo una explosión de peticiones de acceso a la información, se ha tenido un aumento similar de declaraciones de inexistencia por parte del gobierno.[7]

Para contar con un combate efectivo a la corrupción, las distintas entidades gubernamentales y de interés público (como sindicatos y partidos) deben hacer pública información que permita rastrear sus actividades para comprobar su licitud; además, debe existir un intercambio de información entre las distintas entidades gubernamentales que vigilan el ejercicio del gasto público y el combate a la corrupción. 

Tener transparencia implica también una gestión archivística efectiva: un Sistema Institucional de Archivos que permita preservar los documentos relevantes de cualquier entidad pública, porque de ellos se nutre la información que se sube a los portales de transparencia y ésta puede ser consultada por periodistas, investigadores y contralores gubernamentales. 

suerte y corrupcion
Imagen: Diario del Sureste.

En 2017, fui nombrado miembro y después electo presidente de la Comisión Nacional de Transparencia de Movimiento Ciudadano y me fue encomendada la tarea de renovarla y lograr alcanzar los estándares que señala la Ley. Desde mi experiencia, puedo decir que implementar la transparencia en una institución requiere romper con inercias administrativas y con una cultura que permea en todos los partidos y gobiernos (federales y locales) donde la información se entiende como propiedad personal, donde al ciudadano no se le debe nada y donde la transparencia es una carga, en vez de ser un deber.

El enfoque del presidente es luchar contra una nueva forma de hacer (bien) la función pública; estigmatizar no mejora las cosas, pero el trabajo preventivo sí. Se deben implementar la transparencia, la gestión archivística, el intercambio de información, la independencia de las contralorías y la persecución de infracciones y delitos con investigaciones robustas y llevadas a cabo de forma correcta, sin seguir criterios políticos, ni usarse para el golpeteo discursivo.

El combate a la corrupción no requiere medidas vistosas ni narrativas grandilocuentes, tampoco se puede lograr de un día a otro. Se requiere disciplina administrativa, mucha paciencia y un cambio de mentalidad; implica luchar contra inercias que existen desde años y esto se hace poco a poco, desde varios lados y de forma discreta. No es, quizás, un discurso que enamore, pero sí es algo que todos queremos y necesitamos.


Referencias:
[1] Transparency International, Corruptionary, https://www.transparency.org/glossary/term/corruption; traducción del autor.
[2] INAI, Cuaderno número 26 Opacidad y corrupción: las huellas de la captura, http://inicio.ifai.org.mx/PublicacionesComiteEditorial/CT26.pdf
[3] MVS Noticias, Austeridad y combate a corrupción permitirán alcanzar mayor crecimiento económico: AMLO, Austeridad y combate a corrupción permitirán alcanzar mayor crecimiento económico: AMLO
[4] Eje Central, Ayer les dijo derrotados, hoy AMLO manda a corruptos al psicólogo, http://www.ejecentral.com.mx/ayer-les-dijo-derrotados-hoy-amlo-manda-a-corruptos-al-psicologo/
[5] Animal Político, El gobierno de AMLO adjudica el 46% de la obra pública sin licitaciones abiertas, https://www.animalpolitico.com/2019/07/amlo-contratos-adjudicacion-directa-mcci/; Expansión, AMLO otorga el 74% de los contratos por adjudicación directa al igual que EPN y Calderónhttps://expansion.mx/empresas/2019/03/11/el-gobierno-de-amlo-adjudica-obra-publica-sin-licitaciones
[6] El Economista, En combate a la corrupción, recorte a dependencias, https://eleconomista.com.mx/politica/En-combate-a-corrupcion-recorte-a-dependencias-20181216-0079.html
[7] La Silla Rota, Advierte INAI brecha de información generada por AMLO y su documentaciónhttps://lasillarota.com/nacion/advierte-inai-brecha-entre-informacion-generada-por-amlo-y-su-documentacion-joel-salas-brechas-la-conquista-transparencia/314329


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La Constitución como campo de batalla: la guerra discreta

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Este 22 de julio terminó el largo y dramático proceso de designación de cuatro consejeros al Instituto Nacional Electoral (INE). Pudiera decirse que fue una guerra: no faltaron los litigios, los conflictos y las acusaciones hechas por y en contra de John Ackerman; y es que estos cargos resultan de gran importancia, pues pueden incidir en el desarrollo de los comicios federales de 2021. Sin embargo, hay otro proceso al que no se le ha prestado gran atención a nivel nacional y que también pudiera afectar la composición política del país.

Del 25 de marzo de 2020 a la fecha, se ha reformado la Constitución y/o la legislación electoral de Baja California, Veracruz, Morelos y Chiapas de forma que parece tener como resultado un beneficio al partido gobernante en cada una; existe también, al momento de escribir este texto, un proceso de cambio legislativo y constitucional en progreso en Puebla y pudieran haberse dado otros cambios en otras entidades, pero estos son los más visibles.

Este tipo de cambios no son extraños, pues es una práctica de sexenios anteriores, donde se modificaba la ley antes (para obtener ventajas) o después de los comicios (para hacer ajustes). Esto ha dado lugar a curiosas variaciones entre los estados de la República, donde un estado tiene un modelo de mejor perdedor en vez de representación proporcional, o donde en unos hay candidaturas comunes o modelos de asociación política más amplios, y en otros sólo hay coalición.

casilla electoral, INE
Imagen: Reporte Índigo.

Estos cambios, a su vez, suelen disputarse por partidos políticos locales y nacionales ante la Suprema Corte por medio de las acciones de inconstitucionalidad electorales y que pueden derivar en un aval o en una invalidación. Es decir, el rediseño de las reglas que gobiernan las elecciones en las entidades federativas es resultado del juego político entre sus élites y de un juego político planteado como argumentación jurídica entre élites políticas nacionales, con la Suprema Corte como árbitro constitucional.

Cito dos ejemplos para ilustrar este punto: en 2017 se reformó la legislación electoral de Nuevo León para, entre otras cosas, cerrar la puerta a las candidaturas comunes –en respuesta a la alianza entre el Bronco y Fernando Elizondo– y para quitar el sistema de mejor perdedor en diputaciones locales –en respuesta a la llegada de Samuel García–. Estos y muchos otros cambios fueron impugnados por diversos partidos políticos y, en su gran mayoría, sobrevivieron el análisis de constitucionalidad. Por otra parte, los cambios hechos a la Constitución de Baja California en el infame Bonillazo no lograron sobrevivir a las diversas acciones de inconstitucionalidad presentadas por los partidos políticos y la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Regresando al tema, existen varias tendencias claras que valen la pena explicar: en Baja California y en Chiapas se posterga el inicio del periodo electoral, bajo el argumento de que en los primeros meses no se hace gran trabajo y que se puede ahorrar ese dinero; este cambio pone en peligro el desarrollo de la función electoral, pues le da menos tiempo a los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs) para organizar elecciones y a los independientes para recabar el apoyo necesario para registrar su candidatura. En Chiapas existe la posibilidad de cortar el financiamiento a los partidos durante contingencia, lo que aumenta el riesgo de que los gobiernos beneficien a sus partidos por debajo del agua.

INE, constitucionalidad
Imagen: Órbita Política Consultoría Integral.

Se incluye la austeridad como principio en Baja California, Veracruz y Chiapas, cuando ya existen los principios del buen gasto público; esto es peligroso porque permite un futuro redireccionamiento presupuestal en contra de los OPLES, tal y como se hace en la Administración Pública Federal con la Ley de Austeridad y el famoso recorte del 75%. En Baja California se recortó el presupuesto a los consejeros electorales. Es decir, se busca debilitar al OPLE al matarlo de hambre.

En Morelos, se intentó reformar sin éxito la Constitución para subir la votación necesaria para que los partidos mantengan su registro, sabiendo que existen 11 nuevos partidos, sumados a los existentes en la entidad, tanto nacionales como locales. Esto resultaría en 20 partidos contendiendo para obtener el 4% de la votación, con la probabilidad de que surja una votación dispersa y en un menoscabo para el número de partidos en el estado. Lo que sí pudo lograrse fue reformar la legislación electoral para que se requieran a los partidos un 4% de la votación para tener diputados de representación proporcional; sin la reforma constitucional esto es ilegal, pues así lo determinó la Suprema Corte en 2017 con una reforma similar en dicha entidad.

votar, elecciones 2021
Imagen: El Diario de Parral.

Por último, en aras de la austeridad, en Veracruz se reforman los Consejos Municipales para centralizar la labor de los Consejos Municipales, que de 212 disminuyen a tres y que implica que todas las casillas deben transportar su material electoral a una de las tres localidades, aumentando el riesgo de que se anulen.  

Los OPLEs importan tanto como el INE y en el campo de batalla que es nuestra Constitución, se libra una guerra discreta, aunque no menos válida, por influirlos. Algunos de estos cambios son intentos de tambalear al árbitro, de entorpecer su trabajo o intimidarlo y pueden tener profundas repercusiones en la contienda electoral de 2021 y en la representación política que de ella resulte. Diversos partidos políticos han realizado impugnaciones ante la Suprema Corte por medio de la acción de inconstitucionalidad electoral y tiene ésta la última palabra.


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Necesitamos un INE muy fuerte

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Estas últimas semanas el Instituto Nacional Electoral (INE) ha estado en boca de todos y con razones fundadas. Estaba en juego no sólo la selección de cuatro Consejeros generales por siete años, ni estaba en juego el futuro del INE, más bien estaba en juego el futuro de la democracia en México.

Afortunadamente para todos, a pesar de las huestes más radicales de Morena que, en el fondo, como bien lo dijo no hace mucho Beatriz Paredes, sacaron al pequeño priísta que todo mexicano tiene dentro al querer imponer a consejeros a modo. El Comité técnico seleccionó a 20 buenos aspirantes dentro de cuatro quintentas entre más de 300 aspirantes a esas posiciones.

Como se esperaba, John M. Ackerman, un tipo que compra títulos doctorales en la universidad de Santo Domingo en el Centro histórico de la Ciudad de México, y esposo de la corrupta Érendira Sandoval, y que es una versión norteamericana y barata –y ya es decir mucho– de Fernández Noroña, hizo todo lo posible para descalificar el extraordinario trabajo que hizo el Comité técnico que seleccionó las cuatro quintetas de candidatos finales. Al final, él junto con un grupo de diputados de Morena y otros tantos del Partido del Trabajo, quedaron en ridículo.

casillero electoral INE
Imagen: LeMexico.

El Consejo General del INE, integrado por diez Consejeros generales y un Consejero Presidente, además de un Secretario Ejecutivo, y de los Consejeros del Poder Legislativo y representantes de los partidos políticos, tendrán bajo su responsabilidad la elección más grande de la historia de México, por número de puestos a elegir en el año 2021.

De una u otra manera ya todos hemos escuchado y sabemos más o menos quiénes son los Consejeros generales actuales, su Consejero Presidente y su Secretario Ejecutivo, Adriana Favela Herrera, Ciro Murayama Rendón, José Roberto Ruíz Saldaña, Dania Paola Ravel Cuevas, Jaime Rivera Velázquez, Beatriz Zavala Pérez, Lorenzo Córdova Vianello, y Edmundo Jacobo Molina, respectivamente. Ahora nos toca conocer a los cuatro nuevos consejeros generales, ¿quiénes son? Aquí una breve síntesis de cada uno de ellos:

Norma Irene de la Cruz (46 años).

Carla Astrid Humphrey (46 años).

José Martín Fernando Faz (57 años).

Uuc-Kib Espadas (56 años).

A manera de introducción general debo decir que él único de los cuatro Consejeros con trayectoria partidista es Espadas, quien ha militado en diferentes partidos de la izquierda yucateca y en partidos nacionales como el PSUM y el PRD, cercano en algún momento al presidente López Obrador; habrá que estar muy atento a sus resoluciones.

Norma Irene de la Cruz Magaña. Estudió una licenciatura en Periodismo y Comunicación Colectiva en la Facultad de Estudios Superiores (FES) en Acatlán de la UNAM y tiene una maestría en Gestión del Mantenimiento de la Paz por la Universidad de Turín, en Italia.

consejeros del INE
Norma Irene de la Cruz.

En su experiencia profesional trabajó como capacitadora y formadora del Instituto Federal Electoral (hoy INE), como asesora política del senador Rutilio Escandón. Como oficial electoral durante la misión de mantenimiento de la paz por parte de las Naciones Unidas en Sierra Leona, ha sido delegada electoral de las Naciones Unidas en Nepal, asesora en procesos electorales en Sudán, consultora para el programa electoral de Irak, ha coordinado misiones de observación electoral por cuenta de la Unión Europea en las elecciones extraordinarias de Perú y en las presidenciales y legislativas de El Salvador. También ha colaborado, por cuenta de la OSCE-ODHIR, en procesos electorales en Macedonia y Kosovo.

Carla Astrid Humphrey Jordán. Es licenciada en por el Instituto Tecnologico Autonomo de Mexico (ITAM) y candidata a doctora por el Instituto Universitario Ortega y Gasset de la Universidad Complutense de Madrid en Gobierno y Administración.

Por lo que hace a su trayectoria laboral, fue Consejera Electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), además fue presidenta de la Comisión de Asociaciones Políticas y del Comité de Radiodifusión, y es creadora de la Asociación Mexicana de Consejeras Estatales y fundadora de la Asociación Nacional de Consejeros y Consejeras Electorales de los Organismos.

Carla Astrid Humphrey
Carla Astrid Humphrey (Fotografía: Código San Luis).

Ha sido consultora en la ONU en temas de mujeres en igualdad sustantiva, promoción y protección de los derechos de las mujeres.

Fue secretaria de estudio y cuenta en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y colaboró en la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

José Martín Fernando Faz Mora. Es licenciado en filosofía por el Instituto de Filosofía A.C. de los Misioneros del Espíritu Santo (Guadalajara, Jal.) y tiene maestría en Derechos Humanos y Democracia por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

José Martín Fernando Faz
José Martín Fernando Faz (Fotografía: La Saga).

Profesionalmente ocupó el cargo de Consejero Ciudadano del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana en el Estado de San Luis Potosí. Ha sido docente en el Colegio de San Luis y fue secretario técnico en las brigadas de observadores nacionales e internacionales de derechos humanos en la zona de conflicto en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Uc-Kib Espadas Ancona. Es licenciado en Antropología Social por la Escuela de Ciencias de la Universidad Autónoma de Yucatán y la licenciatura en Educación Media por la Escuela Normal Superior de Yucatán. Es candidato a dos maestrías, una en Educación Media por la Escuela Normal Superior de Yucatán y otra en Antropología Social por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social del Golfo, y a un doctorado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, España.

Por lo que hace a su trayectoría profesional, fue investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de 1992 al 2000, y ha sido profesor en la Escuela Normal Superior de Yucatán y en la Escuela Normal Urbana Rodolfo Menéndez de la Peña en Mérida, Yucatán.

Uuc-Kib Espadas
Uuc-Kib Espadas (Fotografía: Michoacán en Concreto).

Como lo indique líneas arriba, tiene una amplia trayectoria política al haber sido un activo miembro del Partido Comunista Mexicano, del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), del Partido Mexicano Socialista y fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), donde ejerció distintos cargos y responsabilidades.

Como ven, los perfiles de los cuatro nuevos Consejeros son muy buenos y reflejan amplia experiencia. Confío que ello contribuirá al muy buen funcionamiento del INE y de la democracia en México… Que así sea.


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Las elecciones del 2021

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En la “vieja normalidad” se llamaba futurismo y el presidente de la República y los gobernadores en sus respectivas entidades, daban el banderazo para que se desataran las pasiones y cavilaciones sobre los candidatos a puestos de elección popular. En los largos años del predominio político del PRI, la lucha política se daba internamente entre los aspirantes a los puestos de elección popular, aunque finalmente se imponía la voluntad omnímoda del propio presidente o de los gobernadores. El tricolor o partidazo era una especie de Secretaría de Elecciones y Empleos, que tramitaba la voluntad superior a nivel federal y estatal. La disciplina partidaria se imponía y los candidatos “electos” hacían campañas para aparentar una democracia inexistente –todas con cargo a los erarios federales y locales o “presupestívoras”, como decía en su tiempo el comediante Jesús Martínez “Palillo”–, donde sus mensajes y discursos a la ciudadanía era un caudal de promesas y buenos deseos, basados en la evocación de una Revolución extinta.

La oposición la representaban partidos sin posibilidades de éxito alguno, como el Partido Acción Nacional y el Partido Comunista Mexicano, representantes de la derecha radical y la izquierda dogmática. Ante este panorama desolador, el presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) abrió la puerta a los llamados diputados de partido, que hoy se conocen como de representación proporcional. Era común entonces oír a la ciudadanía decir: “y para que voy a votar si siempre gana el PRI”. Debido a esto, los votos, principalmente en las intermedias, eran escasos y en las presidenciales, que despertaban mayor interés, se incrementaban un poco, y el interés público se centraba en adivinar quién era el “tapado” entre los diversos aspirantes que, curiosamente, eran secretarios del propio gabinete, de entre los cuales elegía el presidente en turno como su sucesor.

Al sobrevenir el cisma dentro de las propias filas del PRI, por su desprecio a la democratización interna que falleció en la sala de espera, con vistas a las elecciones federales de 1988, el sistema político mexicano entró en una inesperada fase: su desmoronamiento. El triunfo de Vicente Fox en el año 2000, candidato de Acción Nacional, y la controvertida victoria del entonces panista Felipe Calderón en 2006, así como el regreso del priismo para el desprestigio del gobierno de Enrique Peña Nieto y el provecto PRI, cambiaron el horizonte político para dar paso a la contundente conquista de Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial con mayor número de votos en la historia del país en las elecciones del 1 de julio de 2018, para ocupar la presidencia de la República en su tercer intento como candidato; los dos primeros con el hoy desvencijado Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, y finalmente con el suyo propio, Movimiento Regeneración Nacional, que en sólo cinco años logró también mayorías en el Congreso de la Unión y muchos otros éxitos en diferentes estados como efectos colaterales.

elecciones pasadas
Imagen: 60minutos.info.

Hoy renace un nuevo futurismo: las elecciones a celebrarse el 6 de junio de 2021, que serán las más copiosas en la historia de México. El propio presidente de México ha propiciado su arranque, al indicar que vigilará este proceso electoral que obtuvo la respuesta correspondiente del presidente del Consejo General del INE, Lorenzo Córdoba, quien salió a la defensa del instrumento máximo de organizar estas elecciones intermedias que, por otra parte, tendrán el carácter de concurrentes al coincidir la elección de quinientos diputados federales, tanto de mayoría como de representación proporcional, con las de quince estados de la República, donde serán electos otros tantos gobernadores, diputados a las legislaturas locales, ayuntamientos y juntas municipales. La suma total arroja 19,359 cargos en juego.

A las características especiales de esta aparatosa e insólita elección, se añaden las infortunadas secuelas económicas que dejará la pandemia del coronavirus ya anunciadas por instituciones del orden internacional y nacional,  así como la  ola de violencia de las organizaciones criminales, que no cejan en su propósito de socavar el orden legal, político y social, que alcanzan desde el atentado a altos jefes de seguridad pública, como el  recién cometido contra Omar García Harfuch en la Ciudad de México, hasta los llamados crímenes de Estado, según la precipitada declaración del Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, con motivo del asesinato de un juez federal en Colima; y del presidente Andrés Manuel López Obrador, al asumir la responsabilidad sobre la liberación del narcotraficante Ovidio Guzmán, en Sinaloa, que ponen muchos fierros en la lumbre para que la elección del año de 2021 sea ordenada, tranquila y eficaz, y desde hoy deja vislumbrar una tormenta política.

elecciones y corrupcion
Ilustración: Izak Peón (Nexos).

La oposición política, no así la empresarial, al gobierno de la Cuarta Transformación, se encuentra desmadejada. Su alianza parece imposible, porque la batalla se centrará en minar la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados y sus propios candidatos a gobernadores, que complicará la unificación de las diversas banderías políticas en el país. Por ello, tal vez, nos tendremos que acoger al sentido del humor del gran comediante estadounidense, Groucho Marx, que solía decir: la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.


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El silencio de Peña Nieto

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Era tradición en el régimen hegemónico priista que los presidentes guardaran silencio al concluir su mandato. Después del 68, en que la lucha estudiantil rasgó la hasta entonces intocable investidura presidencial, las cosas cambiaron. Fue el propio expresidente Gustavo Díaz Ordaz quien en su desacuerdo con la política “izquierdista” del presidente Luis Echeverría Álvarez, rompió esta regla de oro en la política mexicana en su encargo de Embajador en España, cuando después de ser operado de sus ojos, declaró que “seguía viendo dos presidentes”.  José López Portillo, su sucesor, quien envió como embajador a su antecesor a las Islas Fiyi, colonia ex británica en la lejana Oceanía, que resultaba un menosprecio a su amigo de toda la vida, hizo publicar la famosa frase de “También tú, Luis”, en los todavía sumisos medios de comunicación, principalmente la prensa, que ahondó el rompimiento del compromiso del “elegido por el PRI” como candidato presidencial, bautizado popularmente como el dedazo.

El expresidente Miguel de la Madrid, no se quedó atrás y declaró públicamente que su designado, Carlos Salinas de Gortari, se había robado la partida secreta presidencial, quien optó por presionarlo para decir por escrito, que no estaba en pleno uso de sus facultades mentales, para acallar el escándalo. En ello intervino directamente Emilio Gamboa Patrón, en ese tiempo jefe de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, quien había sido secretario particular del primero y secretario de Comunicaciones del segundo. Ernesto Zedillo tuvo un encontronazo con el propio Salinas de Gortari que le valió a éste el autoexilio en la Habana y Dublín, de donde regresó al triunfo del presidente Vicente Fox, y cogobernó el país, recuperando una importante tajada del pastel del poder político y económico.

presidentes de México
Imagen: Twitter @ben_leshem.

Enrique Peña Nieto, no sólo respetó el sexenio calderonista, sino que continuó sus iniciativas, fundamentalmente en materia educativa y petrolera, y logró el Pacto por México, con los dirigentes panistas y perredistas, que mantuvo al PAN a flote y hundió a una izquierda maltrecha y dividida, casi atomizada por sus llamadas tribus, que perdieron su exiguo capital político, olvidando que izquierda que transa, no avanza. Para Peña Nieto significó un triunfo espectacular, aunque efímero, pues la aplastante victoria de Andrés Manuel el 1º de julio de 2018, desinfló al PRD y dividió al panismo, con el surgimiento de Movimiento Regeneración Nacional que logró la hazaña, en sólo cinco años, de hacerse del Poder Ejecutivo y obtener mayoría en el Poder Legislativo Federal, gubernaturas y mayorías en legislaturas estatales.

No obstante la histórica derrota electoral, Enrique Peña Nieto, al parecer, ha optado por volver al viejo estilo del silencio, mientras Fox y Calderón se desgañitan criticando a AMLO –aunque el primero ha sido apaciguado momentáneamente mediante una amenaza fiscal y  ha preferido  declararse un “muerto de hambre” por habérsele quitado su jugosa pensión–, y mientras que Felipe Calderón, relacionado con los supuestos delitos de narcotráfico cometidos por su Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, sigue con su bulla estridente y divorciado del panismo, y junto con su esposa Margarita Zavala, intentan volver al poder mediante la formación de su propio partido político.

Peña Nieto y López Obrador
Imagen: Vértigo Político.

Hay varias preguntas en el aire: ¿Hubo un “silencio pactado” con el candidato de Morena, antes de la elección federal de 2018? ¿Fueron determinantes las encuestas oficiales que apuntaban como triunfador a AMLO, para la decisión de EPN, de rendirse antes de la batalla? ¿El candidato “patito” del PRI, José Antonio Meade, ajeno a ese partido y sin oficio político alguno, sólo fue una finta en la estrategia del posible acuerdo? ¿Por qué ante el desmantelamiento de las “reformas estructurales” –educativa, fiscal y petrolera– EPN, se ha quedado callado y permanece en su glamorosa vida de galán y seductor de bellas mujeres, a pesar de la evidente corrupción en su fatal sexenio? ¿Las reuniones del hoy presidente con Peña Nieto y Meade, posteriores a las elecciones presidenciales, son parte de este entramado subterráneo? ¿Por qué el presidente declara chivo expiatorio a Rosario Robles, hoy en prisión por la llamada Estafa Maestra y no se actúa contra EPN, por éste y muchos otros actos de corrupción durante su gobierno?

Por ahora nos quedaremos con la frase de Mario Benedetti, escritor y poeta uruguayo, que apunta: “Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio”.


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De virus políticos y vacunas sociales

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Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades
las mayores caerían sobre las clases dirigentes.
René Gerónimo Favaloro.

Sí. Tal cual; de virus y vacunas, tema de actualidad. Sin embargo, no hablo del SARS-CoV-2, nombre oficial de la enfermedad provocada por el nuevo virus COVID-19 según la Organización Mundial de la Salud. Más bien me refiero a virus políticos y vacunas sociales.

Hace más de 15 años escribí que –no preciso en qué momento ni qué artículo; ubico sí que fue a raíz de la campaña presidencial de 2006– la única forma en que México podría tener un mejor panorama sobre los gobernantes deseados seguía siendo elegir por ensayo y error.

virus politicos
Imagen: Pinterest.

Por lo que –para que se les quitara la comezón a muchos, escribí con ironía– sería bueno que ganara la izquierda para poder contar con parámetros medibles para elegir –en adelante– con mayor propiedad por la izquierda, la derecha o el centro.

Pero no fue así, aquel entonces porque llegó Felipe Calderón Hinojosa por el Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia, y luego otra vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con Enrique Peña Nieto.

Sin entrar en detalles por la conducta de la izquierda –Partido de la Revolución Democrática, PRD; y, Partido del Trabajo, PT– seguían en fila en tanto el país se mantenía y crecía el estado de desasosiego.

La gran mayoría estaba y está de acuerdo con el discurso, en que hay que combatir un listado temático casi interminable –que, a propósito, no es patrimonio de México, también se vive en toda América Latina–, tales como: la pobreza, un sistema de salud con poca dignidad social para las mayorías, segregación social, corrupción generalizada, falta de oportunidades reales con soluciones más permanentes, educación mediocre, alto costo de la energía, medio ambiente en peligro, las malas prácticas electorales, demagogia, abuso del poder, megalomanía, oportunismo mercantilista,  delincuencia organizada, proliferación de la inseguridad –robos, asesinatos, secuestros, etc.–.

Morena navegando
Ilustración: Nexos.

Frente a eso, finalmente –con toda la fuerza popular–, pero con exclusión del PRD, llegó la izquierda (2018) al poder formal en la alianza de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y PT, aunque también se les sumó el Partido Verde Ecológico.  

El 1 de diciembre de este año se cumplen dos años de “la izquierda en el poder”.  El discurso sigue siendo el mismo como si el PRI o el PAN estuvieran en el poder y MORENA en oposición. Aunque la vida real es todo lo contrario, sólo que la “oposición” no tiene un discurso institucional que convenza porque fueron parte de lo que hoy no se quiere –ver el listado temático en el párrafo de más arriba–.

Sin embargo, con “todo lo que se ha hecho” todavía no se logra extirpar el “virus” creado por el neoliberalismo porque tampoco se ha extirpado el propio transmisor del virus.

René Gerónimo Favaloro
René Gerónimo Favaloro (Imagen: Twitter @StoriaMedicina).

Esto significa que los resultados con todo lo dicho, con todas las acusaciones, con todas las acciones, con todos los nuevos programas, con todo y el paternalismo, el populismo de hoy, el pueblo sigue en la búsqueda de la vacuna social contra todo lo que continúa afectándole.

Esto me recuerda otra vez al doctor argentino René Gerónimo Favaloro, quien desarrolló el bypass coronario con empleo de vena safena, hombre sensible a los problemas sociales y que dijo: Estoy convencido de que, a esta sociedad consumista, cegada por el mercado, la sucederá otra que se caracterizará por el hecho trascendente de que no dejará de lado la justicia social y la solidaridad.

Con lo que va del periodo, aunque falta tener más elementos objetivos, ya hay algunos parámetros para elegir a futuro. ¿Les suena?


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México: Montón de Figuras Rotas

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La hegemonía política del hoy Partido Revolucionario Institucional, desde su inicio con el presidente Plutarco Elías Calles en 1929, fue abollada en el periodo de Carlos Salinas de Gortari, al reconocer el triunfo del PAN en las elecciones de Baja California en 1989, que a la gubernatura a Ernesto Ruffo Appel, entidad en que los panistas permanecieron hasta la victoria del hoy controvertido gobernador Jaime Bonilla en 2019, electo por sólo dos años, bajo el patrocinio de Movimiento Regeneración Nacional (MRN). El trayecto ha sido largo hasta llegar a la decadencia o, mejor dicho, a la desconfiguración de aquel poder presidencial omnímodo en las entidades de todo el país, donde actualmente hay gobiernos estatales y municipales de diferentes partidos.

En las elecciones de primero de julio de 2018 el MRN se hace de la presidencia de la República, y de un plumazo electoral borra el llamado prianísmo –combinación del PRI y el PAN que cogobernaron desde principios del actual siglo–. Veamos pues al nuevo mapa que llevó a una desconfiguración histórica en los anales del México moderno. La Presidencia de la República es ocupada hoy por Andrés López Obrador, antiguo militante el Partido Revolucionario Institucional, posteriormente del Partido de la Revolución Democrática –una mezcla de izquierdas híbridas en su origen–, y posteriormente como fundador del partido Movimiento Regeneración Nacional –sin la preposición “de” que muchos comentócratas acostumbran– que en sólo cinco años alcanzó, no sólo el Poder Ejecutivo, sino la mayoría en el Congreso de la Unión, mayoría en diecinueve congresos de los Estados y cinco gubernaturas. En el 2019 se hizo de Baja California y Puebla.

derecha, izquierda y AMLO
Ilustración: Nexos.

Este nuevo panorama político determina la actual configuración del poder político. Por una parte, producto de democracia en ciernes, y por otra, de una ciudadanía con decisiones discordantes expresadas en manifestaciones públicas contra el poder político y otras mediáticas de operadores situados en su diaria y tenaz impugnación. Derivado de lo anterior, la actitud de algunos gobernadores estatales, generalmente de partidos de oposición al actual régimen, en sus constantes desacuerdos con el presidente de la República, forman bloques en lo relativo a la crisis sanitaria actual y en materia fiscal. Dos asuntos graves, porque en el primero toman medidas privativas, justificadas en algunos casos en virtud de sus condiciones regionales peculiares, pero otras que llegan a transgredir las libertades constitucionales –entre otras la libertad de tránsito– con penas extremas como multas, sanciones, azotes y arrestos; y en el segundo, el reclamo de derechos fiscales que les fueron expropiadas a la autonomía de los estados durante la larga hegemonía priista, y confirmadas en el gobierno de José López Portillo (1976-1981) con los llamados Convenios de Coordinación Fiscal, dócilmente aceptados por los gobernadores, porque al  presidente no se le contradecía en lo más mínimo por ser la cumbre del poder al que estaban sometidos tanto el Poder Legislativo como el Judicial. Era, como alguien ha dicho certeramente, el país de un solo hombre.

en donde estamos parados
Ilustración: Nexos.

Hay, entre los comentócratas afiliados a la oposición, quienes incitan a soñar con “otra República” mediante el rompimiento del Pacto Federal que constituye la base de la Unión que mantiene México desde 1821, en el cual se logró la Independencia. El asunto no es nuevo. En tiempos del presidente Benito Juárez, el gobernador de Nuevo León, Santiago Vidaurri,  liberal converso al Imperio de Maximiliano de Habsburgo propuso la República de la Sierra Madre, junto con los estados de Tamaulipas y Coahuila. Una vez restaurada la República, Juárez mismo ordenó la ejecución del traidor en forma ignominiosa, hincado y frente a un montón de excrementos.

La diversidad de gobernadores de partidos políticos de oposición, no pugna por otra República, sino por la revisión de los convenios fiscales y las diferencias de metodología para enfrentar la crisis del coronavirus, pero no llegan a plantear el desmembramiento del país que nadie, en su sano juicio, deseamos como mexicanos. Hoy, la unidad nacional es distinta para todos. Como dice T. S. Elliot, “un montón de figuras rotas”.


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Formas de ideologizar

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En el fondo, la ideología tiene un poder de persuasión indiscutible. El discurso ideológico amenaza anestesiar nuestra mente, confundir la curiosidad, distorsionar la percepción de los hechos, de las cosas, de los acontecimientos.
Paulo Freire.

En la búsqueda de la verdad, todos creemos tener la razón. Por eso tantas filosofías, ideologías, pensamientos, adoctrinamientos, religiones y conductas sociales. Muchas veces creemos que, porque hemos leído algo o conocido algunas cosas y lugares; que, por nuestra experiencia de vida, por la relación con personas –quizás– famosas, con eso y otras actividades adicionales, es suficiente para decir cuál es la verdad.

Y en nuestra vivencia cotidiana, cada persona tiene su propia visión y esa visión representa su verdad, porque eso es lo que vive. Y cuando la supuesta verdad coincide con situaciones similares a las de otras personas, entonces se hace una verdad colectiva. Y así es que se constituyen, por ejemplo, partidos políticos, sociedades, asociaciones, organismos, grupos, colegios, centros, gremios y colectivos que buscan intereses comunes, su beneficio y satisfacción.

Esta conexión sucede con el otro, en tanto éste piense como aquel, generándose una cuasi empatía. A la larga esto tiende a estropearse cuando la conexión fraternal se pierde. Por lo regular la creencia y convicción de una idea se arraiga cuando brota otra posición, ahí se revela el cambio de intereses y no necesariamente un acuerdo común, sino que emerge la verdadera inclinación; el enfoque subyacente o individualista.

Ajedrez.
Ilustración: OPEN.

Para mantener ese interés común se sostiene el factor referencial, que es sostener como verdadero lo que al otro le interesa, de tal manera se trabaja en ese objetivo para producir la conquista de su mente. Esto es lo que se llama ideologización.

Una vez agrupados en el mismo canal, llega la otra fase; la formación mediante círculos de estudios donde se autovalidan y secundan porque leen los mismos libros, reciben la misma información, se comunican entre sí; sociológicamente se entienden. Una forma simple de expresarlo es que se “enamoran”, y como es normal entre enamorados, se cuentan sus penas, dolores, carencias, proyectos, propósitos para justificar sus acciones. Así es en los grupos de formación religiosa, cultural, política, social y en clubes cívicos.

De esta manera, se entra con todo a conquistar los pensamientos a partir de las necesidades. Por supuesto que en esta misión no se pierde el discurso popular; por el contrario, mientras más se pueden sostener públicamente los discursos abrazadores, se masifica la postura generando más adeptos de forma sistemática. Asimismo, validan sus posturas o sus creencias.

Las creencias son –precisamente– el cimiento sustancial que alimenta la verdad que sostienen. Verdades que cuando se confrontan con otras se generan las posturas radicales (la que defiende un criterio por encima de cualquier circunstancia), o la postura advenediza (la que se defiende por relación empática, por tradición o por costumbre).

No obstante, lo que se considera como una verdad social genera criterios encontrados entre grupos antagónicos que viven en el mismo lugar. En los pueblos (o lugares pequeños), por ejemplo, hay criterios diferentes acerca de lo mismo.

Imponer ideologia.
Ilustración: Thibault.

Algunos de estos factores obedecen a la capacidad de recursos económicos y financieros, otro al nivel de educación; donde es usual que quien más tiene y quien más preparado esté, se dice dueño de la verdad. De manera que, una persona con más recursos y más preparación académica impone su verdad ante quien no tiene muchos recursos financieros y tiene poca o ninguna educación académica.

En un abanico de escenarios, a partir de este esquema, es que se promueven las ideologías. Es decir, lo que uno cree, lo promueve y lo siembra en los demás, con la intención principal de que los demás sigan el patrón con el fin de mantener o modificar el sistema social, económico, político o cultural existente. Utilizando este esquema simple de sembrar en la mente los pensamientos que a cada quien le conviene difundir, los interesados se enquistan en grupos que representan sectores sociales y luego con ello presentan los discursos o programas políticos con el fin de producir (en longitud y profundidad) el efecto de interés en el que envuelven a quien se deje.

En otras palabras, la ideología es una ruta de capitalización de ideas de unas personas sobre otras para lograr un fin aludiendo que es para el bien colectivo.

De esta manera, otra vez, América Latina está en manos de todo tipo de farsantes. De derecha y de izquierda. Ya hemos tenido de las dos aguas y los apuros siguen. No hay soluciones que duren mucho porque los mismos que las proponen, incluso las imponen con su poder legal o son medidas tipo parches.

Ambas partes juran fórmulas nobles, beneficiosas, sanas, pero con el tiempo la verdad se impone. Los “ideológicos” de uno y otro partido aluden al discurso reiterado de: “Aquel es peor que nosotros, hay que elegir al menos malo”.

En ambos casos, todos defienden lo que creen. Y esto, muchas veces, sino de forma regular, los lleva a considerar, además de sus creencias, que quien no profesa lo que ellos creen, los demás son una partida de ignorantes, tontos, estúpidos. Convencidos piensan de quienes los adversan que no merecen nada y los marginan, “es que no se dan cuenta que están mal”; incluso los agreden. Así nace la cultura del odio.

¿Le suena eso?