Ecología y otras cosas

Naturaleza impaciente y galeones hundidos: Banco Chinchorro

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Es casi seguro, que siglos atrás, los barcos piratas acecharan con cautela el paso de los galeones españoles cargados de oro. Los corsarios conocían los vericuetos del Caribe y más veces que no, cobraban la recompensa.

Esos temerarios navegantes sabían que entre aquellos pequeños islotes había una barra de coral oculta bajo el mar, en donde irremediablemente encallarían los navíos. En la persecución, guiaban a los galeones hasta aquel siniestro destino.

Entre aguas de inconcebibles tonalidades de azul, a sólo 35 kilómetros de la costa suroeste del estado de Quintana Roo, en México, se localiza una estructura natural que hoy conocemos con el nombre de “Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro”.

Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro
Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro (Fotografía: Playas de México).

Sus modestas dimensiones contrastan con la enorme biodiversidad que allí habita. Mide 40 kilómetros de largo y 16 de ancho; está formada por una barrera submarina, tres islotes y un área de superficie arenosa.

En la Reserva se pueden ver ondeantes pastizales marinos, deslumbrantes y compactos bosques de mangle, arrecifes de coral y playas de extraordinaria belleza.

La Reserva podría ser contemplada como una suerte de rompecabezas, en el que interactúan diversos hábitats y como consecuencia, la extravagante variedad de individuos que los conforman.

Banco Chinchorro destaca por ser la plataforma coralina más extensa de Norteamérica. La distancia que la separa del continente es un factor esencial para la su conservación.

En la Reserva convergen tres sistemas: Cayo Norte, Cayo Centro y Cayo Lobos.

La mayor parte de Barra Chinchorro es marina, solamente el 0.4% es terrestre; por lo tanto, en esta área, la salinidad del suelo es muy elevada, hecho que permite únicamente la presencia de plantas que toleran una alta concentración de sal, como son los humedales costeros y los bosques de mangle.

Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro
Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro (Fotografía: Agua Clara Diving Tulum).

En Cayo Norte y en la laguna de Cayo Centro, abundan los pastizales marinos cuya presencia genera el ambiente idóneo para la reproducción y la crianza de una enorme variedad de especies. Algunas de ellas, de gran relevancia económica, como la langosta espinosa del Caribe y el Caracol Rosado, cuya extracción está sumamente controlada.

Desde hace años, las comunidades locales han realizado un enorme esfuerzo para minimizar el impacto de la actividad turística y de la pesca, esto con el fin de preservar la condición prístina de la Reserva.

Teniendo lo anterior en mente, se creó el Consejo Asesor de la Reserva de la Biósfera de Banco Chinchorro, en el cual además de las autoridades, participan también los pobladores de las zonas aledañas a la Reserva.

Cerca de los islotes, viven unos cuantos pescadores, ellos habitan en casas de madera construidas sobre el agua y sostenidas por zancos. Las frágiles edificaciones se levantan a 100 metros de distancia de la playa, siguiendo a pie juntillas el reglamento de la Reserva.

banco chinchorro
Fotografía: Grupo SIPSE.

El área coralina forma parte del Arrecife Mesoamericano; el segundo más grande del planeta, únicamente después de la Gran Barrera de Coral en Australia.

En el año 2000, el Instituto Nacional de Ecología reportó la presencia en la Reserva de 95 especies de coral, la variedad más numerosa del Arrecife Mesoamericano.

Desde el fondo del mar se mira un universo de formas caprichosas de inaudita belleza, corales pétreos en forma de estrella, “corales cerebro” que reproducen en su extrema solidez, los pliegues del órgano pensante, corales “cuerno de alce” cuya superficie aterciopelada emula a la perfección la cornamenta del cérvido y su aparente textura se debe a la presencia de millones de organismos vivos.

El buzo se desplaza arrobado, entre los sutiles corales abanico cuyo reticulado cuerpo parece danzar al ritmo de las olas; las delicadas plumas de mar y los corales de fuego que parecen tener miles de dedos de color bermellón orientados en todas direcciones. La visión, por más que se repita, en cada ocasión invoca una profunda reverencia frente a la naturaleza

Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro
Fotografía: TuriMexico.

La presencia de ese gran número de especies de coral potencializa la variedad de hábitats, lo cual explica, en parte, por qué en un área de tan reducido tamaño existe la sustentabilidad necesaria para la sobrevivencia de esa extraordinaria cantidad de especies.

Algunas de ellas habitan en la Reserva temporalmente, éste es el caso de tres tipos de tortugas marinas: la blanca, la caguama y la tortuga carey.

A lo largo de la historia, la barrera coralina fue causa de numerosos naufragios, allí encallaron dos galeones españoles, cuyos restos aún se pueden ver, aunque evidentemente el botín desapareció hace tiempo.

Años después, naufragaron otros barcos, como el SS. Caldera y el SS. Farr, por mencionar algunos. También se pueden ver los restos de un ferry, proveniente de Cozumel, que fue arrastrado por el huracán Wilma en 2005.

banco chinchorro
Fotografía: Zona Turística.

La “Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro” es un tesoro de los mexicanos, hasta hoy su integridad ecológica no ha sido alterada gracias al trabajo de las autoridades y de los pobladores.

Un ejemplo de conciencia ambiental, compromiso y trabajo conjunto, que el día de hoy, ha probado ser el único camino.


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Trapecista de la selva: el mono araña

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Este extraordinario primate pasa la mayor parte de su vida desafiando la gravedad mientras se desplaza de una rama a otra en las alturas de la selva; igual que un elástico cirquero cubierto de pelo, salta sin esfuerzo ni trabajo en busca de frutos  suculentos  y deseables nueces.

En México se le puede ver en los bosques tropicales que se extienden desde el sur de Tamaulipas hasta la península de Yucatán. También se han detectado pequeños grupos en el suroeste de Jalisco.

El rasgo más característico de nuestros cirqueros selváticos es el apabullante contraste que existe entre las dimensiones de su cuerpo y el gran tamaño de sus patas y su cola.

mono araña
Fotografía: The Beach Tulum Hotel.

Este insólito apéndice, es sumamente flexible y además prensil, hace las veces de un brazo más.  Está en constante movimiento,  la punta se enrosca y extiende sin descanso; detectando todo lo que hay en su entorno,  alertada para tomar un objeto o asirse de algo y balancearse.

El mono araña se desplaza con sorprendente velocidad y levedad absoluta, sus cinco extremidades, que incluyen la cola, son tan fuertes que logra suspender todo el peso de su cuerpo de una sola de ellas.

Sus manos y sus patas, paradójicamente son más torpes que la cola, porque cuentan con un dedo pulgar muy pequeño.

mono araña
Fotografía: Noticaribe.

Al menos a lo largo de los últimos mil años, la historia de los grupos humanos,  en la península de Yucatán ha estado íntimamente ligada al  mono araña.

En el imaginario de los mayas, está relacionado con la glotonería la sexualidad y el placer; también  la música, el canto y la danza.

Probablemente ello se se deriva de su gran avidez por el cacao. El goloso primate busca afanosamente las vainas y luego de deleitarse con la sabrosa pulpa, se traga las semillas que terminan diseminadas en el suelo entre sus heces.

Pasa la mayor parte del tiempo en  la copa de los árboles y desciende sólo para beber agua y comer; entonces, sus movimientos son desgarbados, extravía la agilidad y elegancia que ostenta en las alturas.

Punta Laguna
Reserva Natural Punta Laguna (fotografía: México Desconocido).

Es un animal muy madrugador, comienza la jornada al amanecer, cuando se alimenta con extrema voracidad; durante el resto del día, descansa.

El mono araña es una especie gregaria, vive en grupos conformados  por unidades familiares, siempre encabezados por un macho.

Las condiciones de su hábitat definen el tamaño de las comunidades, cuando son favorables,  los grupos son más numerosos; sin embargo, si se tornan adversas, los monos se separan en subgrupos, previendo que la mayoría logre sobrevivir con menos dificultad.

Su dieta  es muy variada, se alimenta de frutos, raíces, granos, hojas tiernas y en ocasiones mamíferos pequeños. A veces se introduce en huertos o milpas en busca de comida, provocando la ira de los agricultores.

mono  crias
Fotografía: México Desconocido.

Luego de una gestación de siete meses, la hembra da a luz una sola cría. Ver a los monitos colgados del cuerpo de sus madres, mientras ellas realizan su actividad diaria, despierta una inmensa ternura.

Una grave amenaza para la sobrevivencia del mono araña es la cacería furtiva, la cual, frecuentemente raya en crueldad. Los cazadores asesinan a las madres porque los recién nacidos, más valorados en el mercado, son vendidos como mascotas. Desafortunadamente, la más de las veces, los monitos mueren de hambre o de tristeza.

Sin embargo, la amenaza más relevante que enfrenta la sobrevivencia del mono araña,  es la tala de los bosques tropicales, la cual se traduce en una disminución dramática en la superficie de su hábitat natural. Hoy, en nuestro país, el mono araña es una especie amenazada.

cria de mono arana
Fotografía: Anipedia.

Hace pocas semanas, Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) autorizó la tala de 800 hectáreas de árboles, para la construcción del primer tramo del Tren Maya.

Lo anterior equivale a hacer desaparecer 8 millones de metros cuadrados de selva. Más o menos la superficie que ocupan 1,200 manzanas en cualquier ciudad.

Esto es únicamente para el primer tramo, El Tren Maya estará conformado por ocho de ellos. Habrá que multiplicar por ocho las cifras citadas.

Lo anterior se llevará a cabo en la selva que habitan varias especies emblemáticas de México entre las que se encuentra el mono araña. El daño será irreversible.

Afortunadamente, existen organizaciones que se han avocado a la tarea de no permitir que esta singular especie desaparezca.

reserva natural
Reserva Natural Punta Laguna.

La Reserva Natural de Punta Laguna, ubicada en la Riviera Maya, está a cargo de una cooperativa integrada por varias familias mayas; ellos se encargan de proteger el hábitat y asegurar así la sobrevivencia de los monos que ahí viven.

Estos guardianes han logrado cumplir con su cometido, limitando además el número de personas que visita la Reserva. Sin embargo, esto no es suficiente.

Sería pertinente preguntar: ¿Cuántas especies de animales y plantas dejarán de existir en México debido a la continua y sistemática destrucción y fragmentación de sus hábitats?

La única solución posible es seguir el ejemplo de las comunidades mayas que resguardan Punta Laguna, hacernos responsables de preservar el enorme patrimonio natural que existe en México.

Sin lugar a dudas, ninguna economía puede florecer en un planeta devastado.

mono y arbol
Fotografía: TripAdvisor.

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El “Santuario de ballenas el Vizcaíno” es el sitio más importante del mundo, consagrado a la protección de la Ballena Gris, también conocida como Ballena Boreal.

Se localiza en el desierto del mismo nombre,  al norte del estado de Baja California Sur, en México. El Santuario forma parte de la “Reserva de la Biósfera el Vizcaíno”, una de las áreas protegidas más extensas de México.

En 1993 fue designada “Patrimonio Mundial Natural” por la UNESCO. La Reserva incluye la laguna Ojo de Liebre, la Laguna San Ignacio y también sus alrededores. Además de varios ecosistemas marinos y terrestres. Esta designación asegura la protección de una enorme variedad de animales y de plantas.

Laguna Ojo de Liebre, Baja California Sur
Laguna Ojo de Liebre, Baja California Sur (Fotografía: Pueblos Mágicos).

Guerrero Negro es la ciudad más cercana a las lagunas. Pareciera increíble, sin embargo, la realidad es que obtuvo su nombre de un barco ballenero que encalló en la Bahía de Vizcaíno.

Esto sucedió en 1858, la legendaria embarcación se llamaba Black Warrior.

La ciudad se fundó en 1954 como resultado de la creación de una empresa dedicada a  la extracción de sal. Es la salina a cielo abierto más grande del mundo, y representa una importante fuente de ingreso para los habitantes de la región.

Sin embargo, no cabe duda de que lo más relevante de Guerrero Negro es el hecho de que todos los inviernos recibe la visita de la monumental Ballena Gris.

Este enorme cetáceo recorre más de 9,000 kilómetros, ya sea para dar a luz o con el fin de aparearse. Durante el verano vive en la zona circumpolar del Océano Pacífico, allí  se alimenta a lo largo de cinco o seis meses.

ballena boreal
Ballena Gris (Fotografía: ballenas.wiki.com).

La Ballena Boreal carece de dientes, en su lugar cuenta con una especie de barbas rígidas que sirven de cedazo para dejar pasar el alimento.

Se nutre de crustáceos que viven en el fondo del fango. La ballena utiliza el hocico para remover el fondo y  absorbe el alimento, mezclado con arena, después, con la lengua empuja el agua lodosa contra las barbas y la expulsa con fuerza.

La migración comienza cuando se acerca el invierno, entonces, la Ballena Gris abandona las aguas gélidas y emprende el recorrido hacia el sur.

Se desplaza con relativa lentitud a una velocidad máxima de 10 km por hora, en aguas cercanas a la costa. Su travesía dura aproximadamente tres meses. Datos recabados por satélites indican que  cada día recorre entre 65 y 80 km.

Algunos estudiosos sugieren que como se desplaza cerca de la orilla, es probable que utilice algún tipo de señal visual para orientarse durante el trayecto. A veces adopta una posición vertical y deja asomar del agua únicamente la parte anterior de la cabeza, como si observara cuidadosamente su entorno.

Reserva de la Biósfera el Vizcaíno
Reserva de la Biósfera el Vizcaíno (Fotografía: Semarnat).

La Ballena Gris es una de las especies animales más grandes del mundo, mide entre 11 y 15 metros de largo y puede llegar a pesar más de 30 toneladas. Desde la orilla se alcanzan a ver los gigantescos chorros de agua que emite al respirar y también su monumental cola bifurcada.

Durante su traslado, desde la lejanía, se contempla como una suerte de pequeña embarcación  que se hunde en las olas y emerge poco después, siguiendo un ritmo milenario. Casi siempre viajan en grupos.

Su piel de color gris está manchada con pintas blancas de formas irregulares, las cuales son distintas en cada individuo, por lo que permiten diferenciarlos. Es interesante remarcar también que casi todo su cuerpo está cubierto de percebes, moluscos y rémoras.

Como todos los mamíferos, la Ballena Gris, inhala aire, tiene pelo y  amamanta a sus crías. La hembra alcanza su madurez sexual a los ocho años y da a luz un ballenato cada dos años.

Ballenato en Baja California Sur
Ballenato en Baja California Sur (Fotografía: Cobertura 360).

Su gestación dura entre 12 y 13 meses; las hembras embarazadas comienzan a llegar a Baja California a finales de diciembre, con el fin de parir en aguas templadas. Algunas se desplazan hasta  la punta de la península y se introducen en el Mar de Cortés para llevar a cabo sus actividades reproductivas.

Otras se internan en las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio. En 1972 el gobierno de México decretó la creación de los primeros santuarios en estas lagunas, generando así políticas de protección que garantizan la seguridad de los ejemplares durante su estancia en nuestro país.

Al nacer, los ballenatos miden casi cinco metros de largo y pesan poco menos de una tonelada; desde ese momento, son capaces de nadar. La alta concentración de sal que prevalece en las lagunas es ideal para los recién nacidos, pues contribuye a que floten con más facilidad.

Además su escasa profundidad y el angosto acceso al mar, limita la presencia de los depredadores de mar abierto, como el tiburón blanco y la orca.

Reserva de la Biósfera el Vizcaíno
Reserva de la Biósfera el Vizcaíno.

En este idóneo lugar cálido y resguardado, las madres aseguran el bienestar de los ballenatos durante sus primeros meses de vida.

La caza de la Ballena Boreal fue sumamente intensa durante el siglo XIX y parte del XX. Actualmente  la especie se encuentra bajo protección a través de la “Comisión Ballenera Internacional”, de la cual México forma parte.

La Ballena Gris es un visitante anual que se traslada hasta el territorio mexicano en busca de protección durante la etapa más importante de su ciclo vital.

Resulta por demás evidente la enorme responsabilidad que debemos asumir los mexicanos: proteger a toda costa la “Reserva de la Biósfera el Vizcaíno” y asegurar así la preservación de este ilustre visitante: la Ballena Gris.


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Nubes de alas color naranja: la mariposa Monarca

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Para Natalia y Luna.
Feliz Janucá.

Todos los años, millones de mariposas Monarca sorprenden al mundo al emprender un vuelo de alcance gigantesco.

Al comienzo del otoño, estos frágiles insectos, parten del sur de Canadá y el norte de los Estados Unidos; recorren entre 4 y 5000 kilómetros para pasar el invierno en el sur, siempre en el mismo sitio.

De regreso, en la primavera, habrán de atravesar la misma distancia para llegar al lugar exacto del que partieron sus antepasadas.

Las Monarcas norteamericanas siguen tres rutas migratorias, una de ellas concluye en el centro de nuestro país. Resulta sorprendente el hecho de que en ambas direcciones su destino es un lugar en el que nunca han estado.

Igual que todos los lepidópteros, la Monarca a lo largo de su vida sufre transformaciones internas y externas. Este fenómeno se llama metamorfosis. Se inicia cuando la mariposa adulta deposita un huevo, el cual lentamente se transparenta y deja ver en su interior una diminuta larva en movimiento.

Mariposa monarca
©José del Río photo.

Luego de unos cuantos días, la larva abandona el huevo convertida en una pequeña oruga que, de inmediato, manifiesta su apetito voraz y se come el cascarón. La Monarca es oruga entre 7 y 17 días, y puede llegar a multiplicar su tamaño 2000 veces; se alimenta de plantas llamadas “algodoncillo”.

Para iniciar la siguiente etapa, la oruga fija su cola en una rama y con su boca emite un delgadísimo filamento en el que se enreda hasta formar una crisálida, la cual permanece pendiente de la rama entre 8 y 15 días, inmóvil y sin ingerir alimento.

La crisálida se adelgaza paulatinamente y permite asomar los colores característicos de la especie. Cuando se rompe, de su interior emerge un ejemplar adulto listo para extender sus hermosas alas.

Machos y hembras se aparean días después, y al poco tiempo, la hembra deposita sobre una hoja de “algodoncillo” varios huevos del tamaño de la cabeza de un alfiler. Así comenzará un nuevo ciclo.

mariposa monarca
©José del Río photo.

Durante el recorrido, la Monarca descansa en áreas en donde hay grupos de árboles que las protegen del viento y se alimenta de néctar de flores.

El recorrido culmina cuando llega al sitio de hibernación y se posa sobre la misma especie de árboles que lo hicieron sus ancestros miles de años atrás.

Para sobrevivir, la Monarca, debe encontrar en el camino las especies de plantas que le sirven de alimento, resguardo y apoyo, de lo contrario la migración no podría llevarse a cabo.

Durante la primavera y el verano, es solitaria, sin embargo, las que dejan la crisálida al final del verano son distintas, se reúnen en grupos numerosos.

Su morfología también es diferente, está diseñada para realizar el largo viaje. Se llaman “Matusalén”. Mientras sus antepasadas vivieron entre cuatro y cinco semanas, éstas viven entre 8 y 9 meses, también son más grandes.

©José del Río photo.

En su extraordinario libro Migración Monarca, relata el doctor Carlos Galindo Leal que, en 1978, mientras cursaba la carrera de Biología, un compañero oriundo de Michoacán le comentó:

 “Te puedo decir dónde ver millones de mariposas con una condición: no compartas el secreto.”

No alcanzo a imaginar lo que sintió el científico en ciernes. Hoy sé que aquella revelación marcó su vida; y además definió gran parte de su quehacer científico.

Con el tiempo, Galindo Leal ha visitado en numerosas ocasiones el santuario, en un afán incansable por descubrir los secretos de la migración de la Monarca. En este recorrido científico, lo acompañan numerosos académicos y legos, en los tres países que comprende la migración.

El santuario de la Monarca se localiza en las montañas, a 3000 metros de altura sobre el nivel medio del mar; en los bosques de oyamel que están en los límites entre el Estado de Michoacán y el de México.

Al llegar, el afortunado visitante es recibido por un enjambre de mariposas de color naranja que aletean sin descanso; se aproximan en números incalculables, algunas se adhieren a la ropa, al cabello, y a las manos.

Mariposa monarca
©José del Río photo.

Los árboles de oyamel se miran cuajados de alas de color naranja con negro y pintas blancas, de sus ramas penden enormes racimos inmóviles, cuyo peso las dobla. Galindo Leal lo llama “El Palacio de Invierno”.

Sin lugar a dudas, en esa época del año el bosque pertenece a las viajeras. Al inicio de la primavera, las Monarca emprenden el viaje de regreso al norte. Las Matusalén ya se han reproducido y mueren en el trayecto.

Para alcanzar la meta, se suceden varias generaciones de Monarca cuyas vidas tienen una duración de cuatro a cinco semanas. El doctor Galindo Leal lo compara a una carrera de relevos.

En 2008, la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca pasó a formar parte de la lista de Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.

El citado especialista, afirma contundente que la única manera de asegurar la continuidad de este extraordinario fenómeno es incrementar la investigación; recabar información confiable que contribuya a la toma de decisiones acertadas.

Mariposa monarca
©José del Río photo.

Es tan extenso el territorio que recorren las Monarca que pareciera imposible e incosteable reunir suficientes datos.

Afortunadamente, además de los numerosos científicos que estudian el fenómeno, existen miles de voluntarios comprometidos en salvaguardar la migración de la Monarca.

Como escribe el doctor Carlos Galindo Leal: A millones de mariposas, miles de voluntarios. Él los denomina “Guardianes de la Monarca”.

En los tres países, Canadá, Estados Unidos y México, existen foros, fundaciones, organizaciones y sociedades dedicados a preservar este prodigio de la naturaleza.

El santuario de la Monarca es un tesoro ecológico que pertenece a los mexicanos, es nuestra obligación protegerlo. La migración de la Monarca prevalecerá, porque cuando existe la voluntad se encuentra el modo.

José del Río

José del Río Photography

José del Río, nació y creció en la Ciudad de México. Después de terminar sus estudios de cine, produce y dirige comerciales y documentales, al mismo tiempo combina con la profesión de fotógrafo, en varios ámbitos como publicitaria, reportaje, retrato, paisaje, naturaleza y finalmente encuentra el objetivo mas importante en su trabajo y se autodenomina “fotógrafo conservacionista”. Actualmente trabaja con la WWF, Fundación Telcel, Águila Real y México Azul. Ha participado desde el año 1978 en diversas exposiciones.


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Ecocidio: el clamor de la Tierra Maya

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El 30 de noviembre Leydy Aracely Pech Martín se hizo acreedora al Premio Ambiental Goldman 2020.

El premio Goldman es un galardón considerado el “Nobel Verde”, se otorga cada año a los defensores de la naturaleza y el medio ambiente, se les honra por sus logros y también por su liderazgo comunitario.

Leydy Aracely Pech Martín es una ambientalista de origen maya que, junto con un grupo de mujeres, en un afán desmedido por defender los ecosistemas de la península de Yucatán, logró detener a una de las empresas transnacionales más importantes del mundo: la empresa multinacional Monsanto.

Igual que sus compañeras, es apicultora; fundadora de una empresa dedicada a preservar la crianza de una especie de abeja que fue domesticada por los mayas.

Leydy Aracely Pech, Martín
Leydy Aracely Pech Martín, la “Dama de la miel”, Premio Nobel del Medio Ambiente (Fotografía: Crea Cuervos).

Ella logró descubrir el peligro que amenazaba a todas las especies de la península, gracias a su quehacer cotidiano. “Las abejitas permitieron darme cuenta de todo lo que estaba pasando en mi territorio”, dice la ambientalista.

Así comprobó la necesidad imperiosa de impedir el cultivo de frijol de soya (o soja) genéticamente modificado, descubrió que crecer este tipo de planta altera de manera dramática e irreversible la ecología en la península, Leydy Pech y su grupo se enfrentaron a un enemigo formidable, la mencionada empresa transnacional, ya que Monsanto había obtenido permisos del gobierno para sembrar ese tipo de cultivo.

“Los pueblos indígenas estamos pagando un precio muy alto por el modelo de desarrollo impuesto por los gobiernos”, asegura la activista.

La lucha en beneficio del medio ambiente duró diez años. En 2015, la Corte Suprema de México, dictaminó que el gobierno había violado los derechos constitucionales de los mayas y suspendió definitivamente la siembra de soya genéticamente modificada.

Dos años después, en 2017, finalmente se revocó el permiso que tenía la empresa Monsanto en seis estados de de la República Mexicana.

territorio maya agrotoxicos
Fotografía: Página Abierta.

Tres años más tarde, Leydy Aracely Pech Martín recibió el reconocimiento que merece; pero no en su patria, sino desde del extranjero. Más que nunca se confirma el dicho popular: “Nadie es profeta en su tierra”

Hace tres días, la actual Administración informó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) aprobó la tala de 800 hectáreas de bosque en la península de Yucatán para construir el primer tramo del Tren Maya.

Me gustaría conocer la opinión que tiene al respecto la laureada Leydy Aracely Pech Martín, y dudo mucho que alguien se haya tomado la molestia de preguntarle.

A mi modesto ver, la tala de árboles en la península de Yucatán es un auténtico ecocidio. Los mexicanos estamos obligados a impedirlo.

semarnat, tren maya
Fotografía: Yahoo Noticias.

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Aves de costumbres inauditas en la península de Yucatán

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En la distancia salta a la vista inesperadamente la visión de aguas rosadas que colindan con la arena.

No es sino hasta que las aves emprenden el vuelo; cuando levantan sus finísimas patas y extienden las alas para alargar el cuello, que uno logra percatarse de que la mancha color de rosa era un grupo de flamencos. Animal emblemático de la península de Yucatán.

Se desplazan en un vuelo sincronizado de precisión absoluta formando una nube rosada que, al moverse con rapidez, desaparece en el cielo translúcido del Caribe.

En México, en el estado de Yucatán, se ubican dos Reservas de la Biósfera: Ría Celestún y Ría Lagartos, ambas sobresalen por la gran población de Flamencos Rosados del Caribe que allí habitan. Mientras el primero es un sitio primordialmente de alimentación, el segundo es el lugar de apareamiento y anidación de estas aves.

De acuerdo con un informe de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la colonia más numerosa de Flamenco Rosado del Caribe, en el mundo, se encuentra en la Reserva de la Biósfera de Ría Lagartos.

El Flamenco Rosado del Caribe puede medir hasta 1.20 metros de altura y pesa únicamente tres kilos, sus patas y el cuello son sumamente largos con relación al tamaño del cuerpo.

flamencos rosados
©José del Río photo (Celestún, Yucatán).

Obtienen el betacaroteno que tiñe su plumaje por su alimentación a base de moluscos y crustáceos.

Para descansar, el flamenco enrolla el cuello hacia atrás en una ondulación imposible y descansa la cabeza sobre su dorso mientras se sostiene sobre una sola de sus patas; no siempre la misma.

El especialista, es el Doctor Jorge Correa Sandoval, investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), quien se ha dedicado a la creación de reservas y áreas protegidas. Él comenta:  “La protección de los flamencos en México empezó en los años setenta cuando se instauraron las reservas de Ría Lagartos y Ría Celestún. Anteriormente la población de la zona costera acostumbraba recolectar los huevos frescos”.

En el estado de Yucatán existen varias lagunas costeras llamadas Rías, las cuales son entradas de mar, a las que también llega agua dulce procedente de arroyos y ríos. Estas aguas, en general, son poco profundas y debido a la escasez de lluvia hay en ellas una alta concentración de sal.

Flamenco rosado del Caribe
©José del Río photo (Celestún, Yucatán).

Están bordeadas por manglares; el contraste entre el verdor de la vegetación, las aguas de color turquesa del Caribe y el rosado vibrante de las aves constituye un espectáculo deslumbrante.

Los flamencos alcanzan la madurez para aparearse a los seis años de edad, esto sucede casi siempre dentro de la misma colonia, pues aunque parece increíble, no son afines a los ejemplares foráneos. Los machos inician el cortejo, si no logran impresionar a la hembra, buscan otra y repiten el ritual hasta que logran conquistar a un ejemplar femenino.

Ellos forman un compacto conjunto y casi al unísono estiran el cuello, baten las alas, emiten sonidos parecidos a los de un ganso y con el ganchudo pico se acicalan y esponjan ligeramente las plumas. En un empeño ancestral por deslumbrar con su apariencia y garbo a las hembras cuyos movimientos son más sutiles.

Toda la colonia toma parte del cortejo. Los individuos maduros, galantean y se aparean simultáneamente; así es que casi todos los polluelos nacen al mismo tiempo. Esto sucede durante la breve temporada de lluvia, cuando el alimento es más fácil de obtener, lo mismo que el material necesario para construir los nidos.

Fotografía: Pueblos Mágicos de México.

Los flamencos emplean palos, piedras, lodo, barro y aún plumas en la edificación de sus nidos, los cuales tienen la apariencia de pequeños volcanes. Ambos progenitores participan en esta actividad que puede tomarles hasta seis semanas concluir. La hembra deposita generalmente un solo huevo y se turna con el macho para incubarlo.

El cascarón se rompe alrededor de un mes, después de él emerge un polluelo de plumas grises o blancas, que continúa al cuidado de sus progenitores durante una semana antes de integrarse a la colonia.

Durante la etapa siguiente, un grupo de adultos se encarga de cuidar a todos los miembros de la nueva generación de flamencos; los cuales obtendrán su plumaje rosado tres años después. En ese tiempo aprenderán a nadar y a cazar; serán independientes.

Hoy, por fortuna, la movilidad de los flamencos que habitan en la península de Yucatán está documentada gracias al proceso de anillamiento. Cada año, en la Reserva de la Biósfera de Ría Lagartos, se colocan alrededor de 500 anillos identificadores en las patas de sendos flamencos; en ellos se señala el sitio y la fecha. Los científicos utilizan esta información para rastrear su recorrido y así conocer a fondo sus rutas migratorias.

flamenco rosa
Fotografía: Hotbook.

El deterioro de los humedales, que son su hábitat natural, representa un peligro constante para la sobrevivencia del flamenco. Pero, la principal amenaza, es la actividad humana que desequilibra las condiciones hidrológicas de este frágil ecosistema.

Por lo tanto, resulta imperativo limitar el acceso de visitantes a las zonas de anidamiento.

No cabe duda de que los flamencos son asombrosamente seductores.

En 1940, Disney empleó el último movimiento de la suite Carnaval de los animales, obra del compositor francés Camille Saint-Saëns en la musicalización del segmento dedicado a los flamencos en su célebre cinta Fantasía.

Los Flamencos Rosados del Caribe representan una riqueza de valor incalculable que tenemos la obligación de proteger para las generaciones que vendrán.


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Prehistoria, civilización y ecología: el Valle de Tehuacán-Cuicatlán

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Si tuviéramos que definir el momento en el que se inició la civilización en el continente americano, la respuesta inmediata sería: el cultivo del maíz.

En un principio el hombre aprendió a sobrevivir protegiéndose y, a la vez, beneficiándose de la naturaleza; paulatinamente domesticó parte de ella. El valle de Tehuacán-Cuicatlán, en la colindancia entre los estados de Puebla y Oaxaca, es testigo privilegiado de este proceso.

Es ahí donde se han descubierto los rastros más antiguos de maíz cultivado, calculan los expertos que datan de entre los años 8,500 y 3,500 a.C. Es un testimonio incontestable del inicio de las culturas del maíz que se extienden en casi todo el continente americano.

Reserva de Tehuacán-Cuicatlán
Reserva de Tehuacán-Cuicatlán (México Desconocido).

Aquellas milpas primigenias surgieron allí. Los campos en los que crecieron mazorcas diminutas, que con el tiempo fueron aumentando de tamaño porque esos antiquísimos hombres se las ingeniaron en seleccionar para la siembra las semillas de mayor tamaño.

Estos hallazgos marcan un parteaguas en el quehacer del hombre: el final de la práctica de recolección y el comienzo de la agricultura; el inicio del sedentarismo.

Los restos arqueológicos incluyen acueductos, pozos, resabios de canales y también presas construidos hace más de 3,000 años.

Reserva de Tehuacán-Cuicatlán
Reserva de Tehuacán-Cuicatlán (Zona Roja).

Esos hombres, igual que todos los que les siguieron, dejaron a su paso expresiones artísticas, en las que manifestaron su aquí y ahora de aquel remoto entonces.

Así, por ejemplo, La cueva de las manitas, ostenta en su interior un extraordinario mural compuesto por cientos de manos humanas, pintadas de rojo, amarillo y blanco, las cuales forman grupos y son de distintos tamaños.

En el centro del muro, están plasmadas dos serpientes de color rojo cuyas fauces se enfrentan amenazantes en actitud de ataque. El entorno natural que circunda los restos arqueológicos, por su parte, despliega una orografía que incluye varios ecosistemas disímiles.

La Cueva de las Manitas
Imagen: Arqueología de México.

En 1998, durante la administración del presidente Ernesto Zedillo, este valle fue declarado Reserva de la Biósfera. La Reserva comprende más de 490,000 hectáreas, y en ella existen valles, cerros y cañadas.

En 2018, la UNESCO la designó Patrimonio Mixto de la Humanidad. Lo que significa que debe ser protegido por su importancia arqueológica y también por su extraordinaria biodiversidad. Según los lineamientos de la UNESCO, el valle de Tehuacán-Cuicatlán es la zona árida y semiárida con mayor diversidad biológica en América del Norte.

La Reserva, es el hogar de una enorme variedad de animales, entre los que sobresale un gran número de aves: 336 especies. Destacan entre ellas, una importante variedad de colibríes; lechuzas, zopilotes, palomas, pájaros carpinteros y muchas más.

Reserva de Tehuacán-Cuicatlán
Guacamayas en la Reserva de Tehuacán-Cuicatlán (Fotografía: Regeneración).

Si corre uno con suerte, desde alguno de los miradores construidos específicamente para observar a las aves, logrará descubrir un águila desplegando sus alas de gran envergadura, mientras planea suavemente en dirección de aquella presa que logró detectar con su agudísima visión.

Entre las plantas que allí crecen, llaman la atención en especial las cactáceas; de las 86 especies que se han identificado en la Reserva, el 11% son endémicas, lo cual significa que son originarias del sitio.

Miles de cactos columnares o teteches irrumpen en las alturas enfilados y marciales; cual soldados invencibles alardean su esbelta presencia erguidos hasta una altura de más de 20 metros.

Reserva de Tehuacán-Cuicatlán
Biznaga y San Juan Raya (Gobierno de México).

Biznagas, que esgrimen sus amenazantes espinas. Y, por supuesto, la célebre pata de elefante, que debe su nombre al ensanchado tallo que ostenta en la base y que llega a medir hasta 5 metros de diámetro. Estas plantas pueden vivir más de 500 años.

La enorme riqueza de la Reserva se ha logrado resguardar, en buena medida, gracias al legado de quienes se han dedicado a estudiarla. En la primera mitad del siglo pasado apareció en el firmamento de la ciencia mexicana una bióloga intrépida e imparable, imbuida de una misión definida: clasificar todas las cactáceas que crecen en México.

Corresponde a la Dra. Helia Bravo Hollis –a quien los estudiantes de la Facultad de Ciencias de la UNAM, en los sesenta, llamábamos simplemente “maestra Bravo”– el reconocimiento amplio como pionera en el estudio de estas plantas.

Helia Bravo Hollis
Fotografía: Ingenia.

Con toda justicia, el Jardín Botánico de la Reserva de la Biósfera de Tehuacán–Cuicatlán, lleva su nombre. La imagino con la falda al tobillo, zapatos de calle, sombrero de ala ancha afianzado con un pañuelo, el equipo fotográfico y quizá un bastón, o tal vez no, en alguno de sus recorridos imposibles.

Su pequeña figura desplazándose con sorprendente agilidad entre los arbustos de creosota en busca de un espécimen, o trepando rocas y descendiendo valles para retratar la cactácea que nadie había descubierto aún.

Helia Bravo Hollis
Helia Bravo Hollis, fotografía tomada junto a un Echinocactus Platyacanthus (Fotografía: Research Gate).

La Dra. Bravo intuyó en ese pasado reciente la importancia de clasificar a las especies con el fin de protegerlas. En el entendido de que es indispensable echar mano de la ciencia para conocer con precisión a todos los habitantes de la zona y asegurar su sobrevivencia.

Hoy, las principales amenazas que ponen en riesgo la conservación de este extraordinario patrimonio son el saqueo y tráfico de cactáceas, la deforestación, la cacería y la creación de asentamientos humanos irregulares.

El valle de Tehuacán-Cuicatlán pertenece a toda la humanidad. Su localización geográfica lo convierte en responsabilidad ineludible de los mexicanos.


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Los manglares: prodigios de la naturaleza

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Los manglares son bosques que migran. Aunque parezca increíble, se desplazan; tras un evento climático se alejan del sitio en donde su sobrevivencia está amenazada.

Así se recuperan de los embates de huracanes, tormentas tropicales y otros sucesos meteorológicos. No sucede lo mismo si la afectación tiene que ver con el quehacer humano, cuando el manglar queda mutilado y atrapado.

Ese confinamiento es una sentencia de muerte. Los manglares son bosques que crecen en lugares calurosos, en aguas poco profundas, ya sea en esteros, o en lagunas cercanas al mar, en donde las aguas son saladas o salobres.

manglares de Isla Blanca
Manglares de Isla Blanca, Quintana Roo (Fotografía: Francisco Flores Verdugo).

Están formados por árboles de mangle de distintos géneros, estos son sumamente resistentes. A mediana distancia dan la apariencia de ser un compacto bosque flotante.

Sus raíces son torvos zancos leñosos que emergen inesperadamente de la superficie del agua. Los árboles de mangle crecen muy cerca uno del otro; desde la lejanía dan la apariencia de estar apelmazados.

Sus troncos esbeltos y resistentes resultan casi invisibles, se ocultan detrás de esa maraña que cuelga de ellos, cargada de un follaje de verdores inclementes. Al caer al agua, las ramas se enraízan y además depositan las semillas en dirección a una zona protegida.

manglares Estero de Urias, Mazatlan
Manglares de Estero de Urías, Mazatlán (Fotografía: Francisco Flores Verdugo).

Siguen un camino dictado por miles de años de evolución; un legado genético de sobrevivencia. Las raíces, tejen densas e inexpugnables vallas, amarradas al suelo fangoso. Estas constituyen un hábitat acogedor y seguro. En el que infinidad de especies hallan alimento y resguardo.

Sorprendentes a cuál más, los manglares conforman un ecosistema sumamente generoso y de importancia vital para las comunidades aledañas. Son sistemas promotores de vida.

El árbol de mangle cuenta con un singular sistema de filtración que elimina la sal. Estos árboles, además, capturan cinco veces más carbono atmosférico que el resto de las plantas. Asimismo, edifican una barrera que protege a las costas de la erosión mientras contribuyen a disminuir la intrusión salina en las mismas.

Manglares de Marismas Nacionales, Nayarit
Manglares de la Biósfera de Marismas Nacionales, Nayarit (Fotografía: Francisco Flores Verdugo).

Proveen de alimento a peces y crustáceos de importancia comercial, son sitio de anidamiento de aves tanto locales como migratorias, y también son el hogar de pequeños mamíferos.

Algunas de las especies que viven en este ecosistema son endémicas. También las hay que están amenazadas. Este ecosistema constituye un filtro biológico que mejora la calidad del agua de forma natural, esto contribuye de manera importante al bienestar de los arrecifes de coral que se encuentran en las cercanías.

Los manglares coadyuvan al bienestar del hombre. Las poblaciones humanas adyacentes se benefician de ellos por medio de la pesca, la obtención de madera y la extracción de sal.

Biósfera Marismas Nacionales en la Isla de Mexcaltitán
Biósfera Marismas Nacionales en la Isla de Mexcaltitán, Nayarit (Fotografía: Francisco Flores Verdugo).

Estos árboles crecen en áreas de transición entre los sistemas acuáticos y los terrestres; algunos dicen que son plantas anfibias. Tal vez es su ubicación en zonas pantanosas lo que hizo que se les considerara áreas de poca productividad.

Quizá fue esta una de las razones que “explica” por qué hace 50 años, cuando comenzó a florecer en el Caribe la industria del turismo, no hubo empacho en dejar desprotegidas vastas zonas de manglar en la península de Yucatán.

El doctor Francisco Flores Verdugo, quien se dedica al estudio de los manglares, asegura que estos bosques requieren de una amplia zona intermedia de al menos 100 metros de ancho que los resguarde de cualquier actividad humana; un área de amortiguación. De otra manera no logran sobrevivir.

manglares en mexico
Curso de capacitación para manglares, Chiapas (Fotografía: Francisco Flores Verdugo).

La conservación de este ecosistema debe ser prioritaria, ya que además de su belleza, como ya señalé, son de suma relevancia ecológica y generan gran productividad.

El Dr. Flores Verdugo ha comprobado que, afortunadamente, es posible recuperar los manglares; e insiste en que la reforestación puede ser exitosa, pero no es la única opción.

En su experiencia, una estrategia harto efectiva para la recuperación de este ecosistema es el manejo hidrológico adecuado, lo cual quiere decir que se debe controlar la cantidad de agua dulce y agua salada que prevalece en el pantano. En nuestro país existen casos de éxito en los que se implementaron ambas técnicas y se recobraron los bosques de mangle, como Ría Celestún en Yucatán.

Laguna de Nichupté en Cancún
Laguna de Nichupté en Cancún (Fotografía: Francisco Flores Verdugo).

El Dr. Flores Verdugo afirma categóricamente que el apoyo de la sociedad civil es de gran ayuda para conseguir resarcir vastas áreas de manglar. De hecho, en su quehacer cotidiano ha contado con la participación de pescadores, ejidatarios, estudiantes de educación media, y también algunas ONG.

Él se desempeña en las costas de Sinaloa y Nayarit desde 1979, y considera que cuando un ecosistema se convierte en parte esencial del interés de una comunidad que lo reclama como un segmento de su identidad, la recuperación será exitosa.

También es de vital importancia que se cumpla con los Manifiestos de Impacto Ambiental (MIA) emitidos por la SEMARNAT (Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales), en las áreas cercanas a este ecosistema.

Hipocótilos en Urías, Mazatlán
Hipocótilos en Urías, Mazatlán (Fotografía: Francisco Flores Verdugo).

México tiene la enorme fortuna de contar con el 5% de los bosques de mangle que hay en el planeta. Una enorme responsabilidad en un contexto en el que, durante los últimos 20 años, se han perdido el 30% de los manglares que existían en la Tierra.

La responsabilidad es inaplazable. Cumplirla supone una responsabilidad que rebasa el ámbito nacional y, aun, los intereses locales; concierne a todo el planeta.

La tarea es doble: detener el arrasamiento de lo manglares, y a la vez caminar en su recuperación. Caminos hay, pero habrá que encontrar la voluntad de andarlos.

* La autora agradece al Doctor Francisco Flores Verdugo su colaboración en la elaboración de este texto, así como las fotografías que lo complementan.


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